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Aventuras en la Antártida

por Adriana Alarco de Zadra

"El problema de la comunicación se plantea de inmediato en el teatro.


Deliberadamente, escribe uno versos para otras voces, no ya para la propia, e ignora
qué voces serán esas."
"Uno trata de escribir versos que deben producir un efecto inmediato sobre públicos
desconocidos y desprevenidos; versos que serán interpretados para esos públicos por
actores desconocidos que, a su vez, habrán sido ensayados por un director
desconocido. Y no puede esperarse que el ignorado público muestre indulgencia
alguna para con el poeta." (T.S.Eliot: POESIA Y DRAMA)

"Deber de los poetas es cantar con sus pueblos y dar al hombre lo que es del hombre:
sueño y amor, luz y noche, razón y desvarío." (Pablo Neruda: LAS PIEDRAS DE CHILE)
AVENTURAS
EN LA ANTARTIDA
(Obtuvo Mención Honrosa en el I Concurso
Iberoamericano de Dramaturgia Infantil, del Centro
de Documentación de Títeres de Bilbao, en 1991)

(OBRITA DE TEATRO PUBLICADA EN OBRAS GALARDONADAS, Badajoz,


España, en 1992; PUBLICADA POR EL MINISTERIO DE EDUCACION EN
TEATRO DIDÁCTICO, Editorial Bruño, Lima, 1996; PUBLICADA EN LA
ANTOLOGIA DE TEATRO POR HARCOURT BRACE & Co., USA, 1997, ARRIBA
EL TELÓN, ACTO FINAL.

Obra Didáctica
en dos actos y 15 escenas

por Adriana Alarco de Zadra

Estas aventuras tratan sobre el viaje de cuatro pingüinos que salen


de las costas del Perú y llegan al Polo Sur. En la costa sur del Perú, a causa
de la corriente fría, llamada de Humboldt por su descubridor, habitan aves
y mamíferos de aguas frías como son los pingüinos y los lobos marinos.

El escenario en esta obrita de teatro es muy sencillo, aunque va


cambiando según lo que van visitando nuestros amigos en su viaje.

En el fondal se pueden proyectar fotografías de la ruta que siguen,


de los puertos adonde llegan, del mar, de los animales con que se
encuentran, de las tempestades que cruzan, de los témpanos gigantes, de
la Antártida.

En la parte anterior del escenario se ve, a veces, una playa donde


caminan, luego las olas del mar de cartón pintado, colocadas en tiras
largas, unas detrás de otras, y un barril donde viajan los personajes que se
mece como una cuna a causa de dos maderos curvos, colocados debajo
como mecedoras, en medio de las olas de cartón.

El barco fantasma, el barco encallado y la ballena pueden estar


pintados en cartones grandes y jalados con una cuerda, de un lado a otro
del escenario, como si los que se movieran no fueran ellos sino el tonel con
los personajes adentro.

Los personajes son, casi todos, pingüinos o pájaros bobos, como se


les llama comúnmente en el Perú. Se encuentran, junto con focas, lobos
marinos, gaviotas y pelícanos, en las Islas Ballestas, al frente de la costa al
sur de la ciudad de Lima.

Los cuatro personajes principales, Jumbol, Gozno, Comelón y Piripina


visten mallas blancas, zapatillas de gimnasia blancas, amarillas o
anaranjadas, chaqueta de frac negro y gorro de piel negro. Pueden tener
en el gorro un pico curvo anaranjado como tienen los pingüinos o pueden
tener pañuelos anaranjados amarrados en la cabeza a la moda de los
piratas. Caminan en forma graciosa moviendo todo el cuerpo de un lado al
otro. Cuando nadan lo hacen sobre banquillos colocados detrás de las olas
de cartón, que se van jalando desde afuera del escenario.

Los pingüinos que nuestros viajeros encuentran en la Antártida, que


pueden ser de cuatro a ocho, visten igualmente mallas blancas, llevan
zapatillas anaranjadas, chaqueta de frac y también viseras blancas en la
cara, o gigantescos anteojos de sol. Pueden llevar gorros negros con picos
de pingüino, anaranjados, o simplemente gorros negros de piel.

Como los cuatro personajes principales viajan mucho dentro del tonel
deben agitar los brazos, saltar sobre el borde del barril y echarse al mar de
cartón, de rato en rato, haciendo como si estuvieran nadando.

Los otros personajes son: el fantasma Ceferino, el pingüino Bandido y


el científico Logos.

PERSONAJES:

JUMBOL: Pingüino muy serio que habla en forma erudita de maestro de


escuela.
GOZNO: Pingüino muy anciano, tiene miedo a las tormentas.
COMELON: Pingüino muy indolente, no quiere quedarse sin comer.
PIRIPINA: Pingüina muy ágil, optimista y observadora.
CEFERINO: Marinero español que habita un barco fantasma y anda un poco
mareado. Viste ropas raídas.
BANDIDO: Pingüino de la Antártida, muy alto, amigo de los viajeros.
LOGOS: Científico, bastante estudioso y un poco loco que le gusta ser
específico y didáctico. Vive en la Antártida y viste muy abrigado.

MUSICA: Se escucha música de Wagner de fondo: Obertura del Holandés


Volante, Obertura de Tannhäuser, Obertura de Lohengrin, Obertura de Die
Meistersinger von Nürnberg, Preludio de Tristan und Isolde.
También hay que escuchar, a ratos, el ruido del mar, las olas que golpean
contra las rocas, las tempestades, las lluvias y los truenos, los gritos de la
ballena orca, en fin, todo según lo que esté sucediendo en ese momento en
el escenario.

[BIBLIOGRAFIA:
C.de F. Héctor Soldi Soldi Marina de Guerra del Perú: "El Perú en la
Antártida" Ed.Maggio e Hijo, Lima 1991.
José Antonio del Busto Duthurburu, "Los Peruanos en la Antártida",
Lima,Perù 1989, Inst.Est.Histórico-Marítimos.
Mario Fantin, "Il Settimo Continente", Florencia, Italia, 1969, Ist.Geografico
Militar: Rev.L'Universo.]
acto primero
ESCENA 1

Se ve una playa con rocas por algunos lados donde están paseando
varios pingüinos. A un costado, algunas olas pintadas en tiras de cartón se
encuentran paradas, y entre ellas se divisa al fondo un barril que está
varado entre el mar y la playa.

Nuestros cuatro amigos: Jumbol, Gozno, Piripina y Comelón juegan,


se recuestan en la arena, nadan en el mar de cartón (echados de barriga
en banquillos escondidos detrás de las olas) y conversan animadamente.

JUMBOL: (al público) Me llamo Jumbol y nací en una de las pequeñas


islas que se encuentran en la Bahía de Pisco, llamadas Ballestas. Tengo
muchos amigos, otros pingüinos como yo: Comelón, Piripina y Gozno.
(Los señala con la mano) Ellos tres son mis mejores amigos.

GOZNO: (bramando) ¡Si pudiera ir al Polo Sur a ver a mis parientes!

COMELON: (gritando)¡Quisiera viajar a la Tierra Austral a comer krill!

PIRIPINA: (lamentándose) ¡Es tan, pero tan lejos, en medio de hielos,


témpanos, soledades y neblinas!

JUMBOL: (al público) Yo soy el intelectual del grupo y hablo aunque no


me entiendan:
(dirigiéndose a sus amigos y exclamando emocionado) ¡Yo sí
llegaré a la Tierra Incógnita! ¡y atravesaré el Estrecho de Magallanes que
une los dos grandes océanos, como lo hicieron los grandes navegantes
como Sarmiento de Gamboa y Magallanes!

GOZNO: (chillando)¡Cállate, Jumbol, y no comiences con tus clases de


historia! Lo que realmente necesitamos es una embarcación para dejar
estas crestas blancas de guano de nuestras islas y navegar hacia la
Antártida.

PIRIPINA: (insinuante) Yo puedo nadar.

COMELON: (comenta, mientras engulle peces, a más no poder) Yo


también. (Los peces, de cartón, los saca de un balde y los vuelve a meter
en el balde con disimulo.)

JUMBOL: Bien, podemos dejar el sol maravilloso de este lugar


llamado Pisco, al sur del Perú; podemos alejarnos de estas aguas verdes
con sus flores de espuma, podemos viajar en cualquier embarcación
flotante, pero si estamos decididos, ¡de todas maneras , conoceremos el
continente de nuestros antepasados!

GOZNO: (rugiendo)¡Así se habla!.

PIRIPINA Y COMELON: (aplaudiendo con las colas del frac)


¡Bien, bien!.

JUMBOL: ¡Y yo sé cuál puede ser nuestro barco!

GOZNO: ¿Cuál barco?

COMELON Y PIRIPINA: (a la vez) ¿Qué embarcación?

JUMBOL: ¿No se han fijado en el barril que naufragó en la orilla de la isla


hace un tiempo?

GOZNO: ¡Esta lleno de guano, Jumbol!

JUMBOL: Podemos limpiarlo, Gozno, y luego embarcarnos en él.


Podemos, quizás, ponerle también una vela para navegar y un mástil.

GOZNO: ¡Manos a la obra, entonces, muchachos!

COMELON Y PIRIPINA: (repiten juntos) ¡Manos a la obra! ¡Manos a la obra!

ESCENA 2

Después de trabajar dentro y fuera del barril, nuestros cuatro amigos


se meten adentro con grandes gritos de júbilo y colocando un palo de
escoba con una especie de vela, se van meciendo entre las olas mientras
en el escenario las olas van tapando la playa que se veía antes y se va
llenando todo el escenario de olas de cartón.

Piripina y Comelón, saltan entre las olas y, con una cuerda, jalan el
barril hasta el centro del escenario.

JUMBOL: (Al público) Navegando en medio del Océano Pacífico, adentro


de un barril, con mástil y vela, nos encontramos Gozno y yo, embarcados
en tan increíble aventura, mientras Piripina y Comelón nadan alrededor y
nos dirigen hacia el sur.

GOZNO: ¡Viajamos bajo el sol, cantando contentos! ¡Dormiré en la


noche al fondo del barril, mientras los demás hacen la guardia
por turnos sobre la nave!

PIRIPINA: Gozno, eres lo más ocioso que he conocido en mi vida. ¡Sólo


piensas en dormir y en dormir!

GOZNO: También pienso en otras cosas. ¿Tú crees que nos boten del
Continente Antártico cuando lleguemos, Jumbol?

JUMBOL: ¡No seas torpe, Gozno! Nosotros tenemos todo el derecho de ir


a la Antártida. En primer lugar, los antepasados tuyos y míos provienen de
esa zona y luego, hemos nacido en el Perú, que forma parte del Tratado
Antártico que defiende su naturaleza. ¡O sea que podemos ir
tranquilamente y sin problemas!

PIRIPINA: (interviniendo) He oído decir que en el Polo Sur, adonde


vamos, reina la paz y nadie puede hacernos daño porque está prohibido
pelearse.

COMELON: (interrumpiendo) Ya lo sabes, Gozno, nada de pelearte con


Jumbol porque entonces sí que te botan de allí.

GOZNO: ¡No me pelearé, juro que no me pelearé!

ESCENA 3

Se oscurece el escenario y los pingüinos están muy ocupados


pescando con las manos, peces y mariscos (de cartón) que sacan de entre
las olas del mar. En el fondal se divisan las luces del puerto de Valparaíso.

JUMBOL: (al público) Pasan los días y comemos peces y mariscos que
pescamos en cantidad. El primer centro poblado que divisamos en la costa,
se llama Valparaíso, en Chile. De lejos nos parece un bosque de luces que
baja por la colina, entre calles empinadas y retorcidas.

COMELON: (comiendo y gruñendo de satisfacción) ¡Esto está muy, pero


muy rico!

JUMBOL: ¿Tú sabes, Gozno, por qué el Polo Sur se llama Antártico?

GOZNO: No lo sé. (Responde sinceramente y, en realidad, nunca sabe


nada)

JUMBOL: Pues, porque es el anti-ártico, o lo contrario del Artico que es


el Polo Norte.

GOZNO: ¿Y por qué no vamos al Polo Norte, mejor? - (pregunta, un poco


mareado de tanto navegar).

JUMBOL: Porque, además de que está mucho más lejos, en el Polo Norte
no vamos a encontrar a nuestros parientes. Y, por si no lo sabes, allí no
hay nada más que un gran Océano Glacial rodeado de tres continentes:
Asia, Europa y Norte América. En cambio en el Polo Sur..

PIRIPINA: (interrumpiendo, porque está siempre muy atenta a todas las


explicaciones de Jumbol) El anti-ártico!
JUMBOL : Así es, la Antártida, que es el Continente Antártico, está
rodeado por tres océanos: Pacífico, Atlántico e Indico.

ESCENA 4

Así discurren en sus conversaciones en medio del mar. Divisan luego


en la costa chilena, el HUASCAR, heroico acorazado peruano, que fue
vencido por la Armada Chilena, en desigual batalla, durante la Guerra del
Pacífico, en 1879, después de feroz resistencia, al mando del héroe
peruano, Almirante Miguel Grau.

Se puede ver una fotografía del Huascar proyectada en el fondal.

PIRIPINA: ¡Miren, una antigua nave!

JUMBOL: Esta es la costa chilena, y aquella nave es el Huascar, heroico


acorazado peruano, anclado en el Puerto de Talcahuano, para regocijo de
turistas.

COMELON: ¡Hay que recoger mariscos de diferentes tipos y moluscos que


abundan por aquí!

PIRIPINA: ¡Y, por supuesto, Comelón es el que más come.

JUMBOL: (al público) Panza arriba en nuestro aventurero barril,


pasamos navegando frente al ventoso Puerto de Ancud y a la pintoresca
Isla de Chiloé.

Se proyecta en el fondal una fotografía del sur de Chile.

Este es un lugar ventoso y barrido por vientos y temporales. se


escucha rugir el viento y casi hace volcar la embarcación, pero gracias a las
dotes de gran navegante de Jumbol, agarrando la vela con pico y patas,
puede lograr que se enderece el tonel y siguen la marcha.

El pequeño temporal que amenaza el viaje, va disminuyendo,


mientras Comelón y Piripina saltan adentro y afuera del tonel y Gozno se
esconde al fondo, temblando de miedo.

JUMBOL: ¡Ya ha bajado el temporal! ¡Esa noche entraremos en los


canales que dividen en trozos el sur del continente!

En el fondal se refleja la fotografía de los canales, y luego, como si


fuera cerca de ellos, pasa, navegando lentamente, una goleta fantasma (de
cartón) cargada de velas, tocando música a todo dar, con los faros
encendidos y bandera pirata con calavera y dos huesos cruzados como en
los cuentos. Su nombre está escrito en un costado con pintura brillante y se
lee KALACHE.
GOZNO: ¡Tremendo susto! ¡Está navegando cerca de nuestra
embarcación barrilesca una goleta fantasma!

PIRIPINA: ¡Navega junto a nosotros con mucho ruido y muchas risas!

Sin embargo, tanto Piripina como Comelón que escudriñan todo el


barco fantasma, no pueden ver a nadie en su interior.

JUMBOL: ¡Gozno, uno a cada lado del barril, debemos remar como
podemos, con patas y todo! ¡Tenemos que alejarnos lo más pronto posible
de tan extraño barco fantasma!

ESCENA 5

Cambia el fondal y se ve proyectado el Estrecho de Magallanes, y un


barco encallado y rodeado de gaviotas blanquinegras.

PIRIPINA: ¡Miren cuántos pájaros! ¡Veo un barco encallado con la


chimenea derribada!

JUMBOL: ¡Estamos llegando al Estrecho de Magallanes!

Piripina saluda con chillidos a las gaviotas, y, nadando se acerca al


barco y lo visita por dentro. Por un momento se esconde de la vista del
público y luego sale con las manos llenas de moluscos y frutos de mar que
va desprendiendo de las paredes de la nave.

Come con avidez y luego lleva algunos para sus compañeros, que la
esperan en el barril. Comelón la asalta, al llegar nadando entre las olas de
cartón, y le quita la mayor parte de los mariscos.

PIRIPINA: (excitada, subiendo al tonel) ¡Es un barco griego que ha


encallado, quién sabe cuándo, lleno de deliciosos moluscos!

GOZNO: ¡Parecer ser que has ido de visita donde tus parientes, a tomar
té con pasteles en un yate de lujo!

Todos prueban con delicia los moluscos, y al fondo, va


desapareciendo el barco encallado que sale por el otro lado del escenario
de donde entró, como si fuera el barril que siguiera su viaje, y no la nave
que se moviera.

JUMBOL: ¡Pueden ver que mientras proseguimos viaje, la vegetación


decrece, los manantiales se congelan!

El barril se llena de agua por lo movido del mar. Se mece como una
cuna, en medio de las olas, y es trabajo de Comelón sacar el agua
(imaginaria) con una lata, del fondo de la embarcación.
GOZNO: ¡Dale, Comelón, trabaja! ¡Que así no nos hundimos!

Siguen proyectándose en el fondal, fotografías de barcos encallados


y a medio naufragar, como un húmedo cementerio de veleros, desviados
por las corrientes y volcados por los vendavales.

COMELON: ¿Cómo es que todos los barcos que encontramos, o son


fantasmas o han naufragado?

GOZNO: ¡Cállate, ave de mal agüero! (grita y hace callar a Comelón


con su voz oxidada de viejo pingüino. Casualmente, lo llaman así porque
chirría como un gozne oxidado cada vez que habla.)

PIRIPINA: (quien es la más ágil y aventurera del grupo, regresa, después


de haberse alejado nadando a la búsqueda de parientes en los barcos
encallados) ¡En uno de ellos he visto un lobo de mar!

ESCENA 6

Gozno y Jumbol deciden acercarse y conocer a este nuevo personaje.


Se acercan nadando al barco encallado y cuál no sería su asombro al darse
cuenta de que en realidad, lo que ocupa el barco es un marinero y no un
lobo de mar de verdad. Parece mareado y canta a gritos con acento
español:

MARINERO: "Llegaron los sarracenos


y nos molieron a palos:
que Dios protege a los malos
cuando son más que los buenos.."

JUMBOL: (a Gozno, mientras están de pié en las arenas de una playa


donde está encallado el barco)
¡Es el fantasma de un marinero que habita un velero español,
hundido a medias en las rocas, como ves, entre el Golfo de Penas y la
Bahía Desolación! (Señala con el brazo uno y otro de los lados del
escenario, mientras explica).

GOZNO: ¡A pesar de tener una pata de palo y de ser transparente como


cualquier fantasma, no me asusta! ¡Comelón, Piripina, vengan! ¡No hace
daño!

Piripina y Comelón salen del barril y nadan hasta el barco encallado.


Los cuatro se sientan en el suelo, y el marinero fantasma, de pié mientras
se balancea como se estuviera aún en el barco, con gestos y palabras
entrecortadas, les relata sus aventuras en la España de otras épocas.

MARINERO: Los cristianos inventaron esta canción después que recibimos


tundas de los moros sarracenos. (Explica a Piripina) Realicé muchos viajes
al Nuevo Mundo desde la Península Ibérica, después de pelearme con los
moros. Navegué a través del Estrecho de Magallanes en un ir y venir entre
el Viejo y el Nuevo Mundo, hasta que quedé encallado en los Canales.

El marinero prosigue su historia, en medio de exclamaciones de


asombro y curiosidad de los cuatro amigos.

MARINERO: No vayan a cruzar el Estrecho hasta el Océano Atlántico, (les


recomienda). Sigan hacia el sur por el Canal del Beagle.

JUMBOL: ¡Vamos a trazar un mapa!

MARINERO: Yo les puedo regalar mi mapa que ya no usaré más, (les hace
ver un antiguo mapa en pergamino) y les indico, como pueden ver aquí en
el mapa, la ruta que deben seguir: salgan por el Cabo de Hornos hacia el
mar, pasando por la Tierra del Fuego.

PIRIPINA: (quien está siempre muy atenta a todo, pregunta con


curiosidad) ¿Por la Tierra del Fuego, capitán?

MARINERO: (a Piripina) Así es. Y me llamo Ceferino. Capitán Ceferino. (A


todos) Si siguen mis instrucciones, allí estarán más cerca de la Antártida. Es
un lugar ventoso y diría que hace un frío de los diablos, si supieran los
diablos lo que es el frío. Pero cortan camino como pueden observar en el
mapa.

Todos estudian con curiosidad el antiguo pergamino desenrollado por


el marinero, y deciden seguir el consejo de Ceferino. Mientras tanto,
Piripina que es siempre la más curiosa del grupo no deja de hacerle
preguntas.

PIRIPINA: ¿Por qué se llama Tierra del Fuego si hace tanto frío?

MARINERO: Pues, les contaré que cuando pasé por estos lugares, hace
muchísimos años, en todas partes se divisaban hogueras prendidas. Nunca
apagaban el fuego porque la gente se moría de frío sin sus hogueras. Yo
pienso que es por esta razón que a ese lugar se le conoce como Tierra del
Fuego.

GOZNO: Bueno, ya que sabe todo, díganos ¿cuál es el frío más frío que
puede haber en el Polo Sur?

MARINERO: Ha llegado a menos 88 grados. Dicen que ese es el frío más


intenso que se ha sentido en toda la tierra. Aún mayor que en el Artico.

COMELON: (chillando desconsolado y jugando con las colas del frac) ¡Me
voy a congelar las alas, y lo que es peor, el pico también! ¡No podré comer
nunca más!

Ya están acostumbrados a las lamentaciones de Comelón y nadie le


hace caso. Ceferino les cuenta luego sobre los pobladores de esas tierras.

MARINERO: Esos indios tienen nombres tan extraños como alkalufes,


yaghanes, onas y tehuelches.

JUMBOL: Nunca los hemos visto aunque nosotros hemos pasado muchas
aventuras desde las costas de Pisco en el Perú.

MARINERO: Ustedes, ¿son reptiles o pájaros bobos?

JUMBOL: (explicando muy seriamente) Somos aves palmípedas muy


respetables...

Sin embargo, Ceferino no escucha la respuesta y se aleja de los


amigos, como disolviéndose en el aire y cantando la bochornosa canción de
aquella época de su pelea con los moros.

MARINERO: "Llegaron los sarracenos


y nos molieron a palos:
que Dios protege a los malos
cuando son más que los buenos."

ESCENA 7

Los cuatro pingüinos nadan hasta su barril, alejándose de la nave y


deciden seguir las indicaciones de Ceferino.

GOZNO: ¡Habrá que seguir su consejo, ya que un marinero con tantos


años viviendo sobre el mar aunque sea como fantasma, es, seguramente,
más lobo de mar que los mismos lobos de mar.

COMELON: ¿Debemos seguir viaje por estos páramos desolados?

PIRIPINA: ¡Así es, Comelón, y no te quejes! Si queremos llegar, algún


día, debemos continuar a lo largo de esta costa fría, de rocas y piedras
moradas.

JUMBOL: ¡Observen: sobre un peñón se alza la Cruz de los Mares que


domina "desde un mar a otro mar", como dice la inscripción, "hasta los
últimos confines de la tierra"!

En el fondal se refleja la Cruz de los Mares, colocada allí


antiguamente por los españoles, con su inscripción.

GOZNO: ¡Navegaremos entre ínsulas y penínsulas, ante ensenadas y


bahías, esperando ver a los antiguos pobladores de esos lugares tal como
los ha descrito el fantasma, nuestro amigo!

PIRIPINA: ¡Dijo que eran comerciantes de pieles de guanaco, que


viajaban en piraguas, que cazaban con arpones y buceaban desnudos o se
vestían con plumas de ñandú!

COMELON: ¡Qué gente más extraña!

En el fondal se proyecta la fotografía de la ciudad de Punta Arenas.

JUMBOL: ¡Divisamos Punta Arenas, la ciudad más al sur y la más ventosa


de Chile!

PIRIPINA: (con una magnífica memoria) Nos contó Ceferino


que queda en la Península de Brunswick en medio del Estrecho de
Magallanes, en la falda de una colina.

JUMBOL: Como ven, sus edificios son bajos para que no se los lleve el
viento. En su plaza mayor se levanta un monumento a Magallanes.

GOZNO: ¡Debemos seguir viaje, peleando con el temporal, en guerra


contra el viento que quiere hacernos naufragar!

El tonel se mece de un lado a otro, mientras a lo lejos se oye el


rumor de la tempestad.

COMELON: (quejándose) ¡Extraño el sol de Pisco, porque aquí no calienta y


es como si fuera un plato de cobre colgando del cielo!

PIRIPINA: ¡Déjate ya de lamentaciones!

JUMBOL: Comelón, tu traje de pingüino está raído y lleno de agujeros.


Felizmente yo me visto como todo un caballero, y voy abrigado con
elegante traje negro de pechera blanca, y no siento el viento. Gozno, de
tan gordo que es, no sufre el frío. Piripina sigue feliz, columpiándose en el
borde del barril. Comelón, a ti te veo un poco cabizbajo. (Aparte, a Gozno)
No sé si resistirá la frigidez que cada día es mayor.

ESCENA 8

PIRIPINA: Sigamos nuestra travesía, el viento se ha calmado y veo nubes


de gaviotas negras entre la bruma que vuelan hacia el sur. Seguramente
encontraremos nuestros parientes del Sur si seguimos ese camino.

JUMBOL: Así es, no vamos a cruzar de lado a lado el Estrecho de


Magallanes. Iremos por el Canal de Beagle hacia el sur como nos indicó
Ceferino, nuestro lobo de mar fantasmal.

Observa el mapa de pergamino que le obsequió el marinero y explica


a sus compañeros:

JUMBOL: Saldremos de los Canales Magallánicos surcando islotes.


Dejando atrás el Continente Sudamericano, llegaremos, yendo hacia el sur,
al Continente Antártico.

PIRIPINA: (emocionada) ¡Seguiremos viaje bajo cumbres plateadas,


aguas entumecidas de frío, niebla blanquizca y hielos flotantes!

GOZNO: (a Piripina) ¡Las gaviotas, tus amigas nos guían hacia el sur,
hacia la Tierra del Fuego!

En el fondal se proyecta una fotografía de la Tierra del Fuego y de


hielos gigantes.

JUMBOL: Desembocaremos luego por el Cabo de Hornos al Estrecho


Drake que divide Sudamérica de Antártida.

COMELON: ¡Deja ese mapa, Jumbol, y contempla con nosotros, este


hermoso panorama!

JUMBOL: ¿Han visto, muchachos, que estos hielos que flotan como islas
son de agua dulce?

GOZNO: Veo, veo, Jumbol. Son también de muchos colores, azules,


amarillos y rosados.

JUMBOL: Si se derritieran todos los hielos del continente antártico que


son el 90% del agua que existe en el mundo, el mar subiría de nivel unos
70 metros en todas partes.

PIRIPINA: ¡Pues si así fuera, nos quedaríamos sin nuestra Isla de Pisco,
Jumbol!

COMELON: ¡Esperemos que no se derritan los hielos, entonces!

GOZNO: ¡De una cresta de nieve sale una catarata que lava el cerro de
roca negra y cae al mar!

PIRIPINA: ¡El cielo es gris, la soledad es inmensa! ¡A lo lejos, hay un


pueblito en la falda de un nevado, enclavado en una pequeña bahía!

JUMBOL: (consultando el mapa de pergamino) ¡Es Ushuaia, la ciudad


más austral del planeta!

PIRIPINA: ¡Como dijo Ceferino! ¡Es capital de la Tierra del Fuego, en


zona argentina!

JUMBOL: ¡Queda en medio del Canal del Beagle!

COMELON: (regocijado) ¡Aquí encontraremos centollas, calamares,


mariscos y toda clase de pescados! ¡Nos daremos un gran banquete!
PIRIPINA: ¡Los petreles y las golondrinas de mar siguen señalándonos el
camino hacia el sur! (chilla Piripina, desde su punto de observación en el
borde del tonel, mientras agita las manos en señal de saludo cuando se
cruzan con otras aves.

ESCENA 9

JUMBOL: ¡Salimos finalmente del Canal del Beagle al océano! Y, como


nos avisó Ceferino, nos damos cara a cara con tres islas deshabitadas pero
con árboles, llamadas Picton, Lennox y Navarino.

GOZNO: (consultando el mapa) ¡Estamos entrando en una encrucijada


de vientos y corrientes con que se conoce al Cabo de Hornos, entre el
Océano Atlántico y el Pacífico!

COMELON: ¡Hombre al agua! (grita, al ver caer a Jumbol, improvisamente,


al agua al voltearse el barril con el vendaval.

PIRIPINA: ¡Pingüino al agua! (chilla, porque le gusta ser precisa y


meticulosa).

Mientras el tonel se balancea mucho, Jumbol, detrás de las olas de


cartón, trata de alcanzar el borde para treparse nuevamente a la
embarcación.

COMELON: ¡Yo te sacaré, Jumbol! ¡Aguanta amigo! (grita mientras jala de


piernas y brazos al pingüino y lo deposita nuevamente, con ayuda de
Gozno, dentro del barril)

JUMBOL: ¡Déjenme, muchachos! Yo también soy oriundo del Continente


helado y no me voy a congelar. Tengo resistencia, sé nadar y bucear.

COMELON: Ya lo sabemos, pero no queremos que te pase nada. Eres


nuestro jefe, amigo y el Capitán del barril, Jumbol.

Entre todos voltean nuevamente el mástil hacia arriba, manteniendo


el barril aventurero a flote, sacando el agua que entra con las olas cuando
se sumerge. Todos trabajan juntos, sin cansarse y salen ilesos de la
peripecia.

PIRIPINA: (siempre observando el cielo y el horizonte) ¡Otro peligro nos


acecha! ¡Una Escuadrilla de Skùas como aviones a chorro baja en picada
hacia nosotros!

GOZNO: ¡Son las águilas de la Antártida que comen pingüinos! (Se


esconde en el fondo del barril)

Comelón, trepado sobre el tonel, mueve los brazos desesperado para


alejarlos. Piripina chilla angustiada y Gozno ruge rabioso.
Las aves no se ven, pero se oye el rumor de las alas que golpean el
mástil del barril, y los gritos de los tripulantes. Se supone que, finalmente,
al ver que no pueden acercarse, las aves de rapiña se alejan a buscar
alimento en otra parte.

JUMBOL: ¡Allá está el Continente Sudamericano que se va quedando


atrás con sus islas, sus montañas, su mar agitado! ¡y ahora llega el
silencio!

Gozno está mareado y descansa. Piripina brinca adentro y afuera del


barril y Comelón sigue comiendo pescados y mariscos.

COMELON: (a Piripina, quien le anuncia, con gestos, que va a engordar


mucho) ¡Debo fortalecerme después de tan tremenda aventura contra los
aviones a chorro, como llamo a los skùas!

JUMBOL: (observando el horizonte) ¡Según las indicaciones del


fantasma, pronto se debe divisar los primeros hielos del Continente
Antártico!
acto segundo
ESCENA 10

En el fondal se proyecta una fotografía del Continente Antártico, con


sus gigantescos hielos flotantes, sus animales, su cielo azul. También se
proyecta, luego, un gigantesco mapa de la ruta que han seguido nuestros
amigos.

La música de fondo del segundo acto debería ser solemne


(Tannhäuser).

PIRIPINA: ¡Tierra, tierra! Perdón, me equivoqué. ¡Hielo, hielo! (grita


desde su puesto de observación).

GOZNO Y COMELON: (chillando) ¡Viva, viva!

PIRIPINA: ¡Así es! ¡Témpanos blancos y hielos azules flotan a nuestro


alrededor como islas blancas de agua dulce! ¡Algunas más grandes que
una Plaza de Armas y más altas que una Catedral!

JUMBOL: ¡Un mar cuajado de hielos nos acompaña hacia el Estrecho de


Bransfield entre la Península Antártica y las Islas Shetland!
¡Pronto llegaremos a la Bahía Almirantazgo y divisaremos la
Isla del Rey Jorge!

PIRIPINA: Según lo que yo sé, allí debe estar la Base Peruana de la


Antártida.

COMELON: ¡La nieve se ve dorada bajo el sol!

GOZNO: ¡Los hielos pasan a nuestro lado, flotantes, repletos de focas


negras, que se mueven en forma torpe y braman y rugen cuando nos ven
pasar! Otras nos miran quietas e indiferentes. ¡No nos acercaremos
porque bien sé que cuando tienen hambre, ellas también se comen a los
pingüinos!

Piripina, observando que vuelan algunas palomas curiosas y


aleteantes alrededor del barril, trata de hacer amistad pero se alejan con
desconfianza cuando ven a Gozno.

Al divisar finalmente la Base Peruana, Jumbol se tira al agua y bucea


hasta la costa.

COMELON: (orgulloso de su amigo) ¡Nada 50 km. por hora y gana a


cualquiera!
Los otros compañeros, un poco acongojados, porque no lo divisan
desde la embarcación, se tiran al agua y siguen su rumbo, hasta que llegan
a la playa de hielo. Gozno acerca el barril a la playa, y luego va a tomar
posesión de la bandera conocida.

Muy emocionados, se abrazan los cuatro amigos, al ver que


finalmente han llegado a su destino a conocer a sus antepasados, quienes
habían salido de aquel lugar, muchos siglos atrás, y habían llegado a las
costas peruanas, seguramente flotando en algún gigantesco hielo que se
derritió bajo el sol.

PIRIPINA: (señalando el suelo que pisa por primera vez) No vemos flores
ni frutas sino una isla color azul pizarra. En el suelo, musgo, algas y
líquenes son toda la flora que se encuentra.

COMELON: (indicando la bandera roja, blanca y roja) El pabellón peruano


se alza junto a una colina nevada bajo un picacho negro, rocoso y
volcánico.

GOZNO: (observando un gigantesco témpano de hielo que se proyecta


en el fondal) Al frente, en el mar, una enorme barrera de hielo cubre el
horizonte.

JUMBOL: (emocionado, habla como si estuviera dando un discurso a una


multitud) ¡Estamos tan emocionados de haber desembarcado que no
podemos ni hablar! ¡No encontramos a nadie en la Base Peruana!
¡Seguramente el barco Humboldt que debe venir, aún no ha llegado! ¡Es
nuestra esperanza para regresar a la patria!

JUMBOL: ¡No nos falta comida!

COMELON: (Hace como si estuviera recogiendo animalitos en el agua, que


se mete a la boca) ¡Encontramos delicioso el famoso krill! ¡Son como
pequeños camaroncitos rosados, amargos de yodo pero muy sabrosos!

GOZNO: ¡Ahora que estás con la barriga llena y el corazón contento,


puedes dormir en hielo, porque no podemos decir en tierra!

PIRIPINA: (señalando el fondal que sigue cambiando de fotografías)


¡Admiren a lo lejos el cielo morado de sol!

JUMBOL: (bostezando) Debemos descansar de tantas aventuras, en este


silencio, soledad y frío del Continente de la Paz y la Amistad.

GOZNO: ¡Sí, que mañana es otro día!

JUMBOL: ¡Mañana recorreremos el Estrecho de Bransfield y


conoceremos las otras Islas Shetland! ¡Llegaremos a la Isla Decepción, sin
muchos problemas, navegando entre gigantescos témpanos de hielo!
Se abrazan nuevamente y deciden descansar antes de aventurarse a
explorar los alrededores y todo lo que puedan descubrir en este continente
de hielo.

ESCENA 10

Se bajan las luces, y al encenderse nuevamente, se ve en el fondal la


fotografía de la Isla Decepción.

JUMBOL: ¡Estamos en la Isla Decepción, formada por el cráter de un


volcán apagado! ¡En el ingreso de su bahía hay dos peñones negros
llamados Cuernos del Diablo!

PIRIPINA: ¡No debe de estar el diablo porque siento frío en este lugar! ¡El
paisaje es solitario, las aguas dormidas, las arenas negras y las nieves
cubiertas de ceniza volcánica! ¡Debería llamarse Isla Desolación!

JUMBOL: Aunque al principio parece un paisaje tenebroso y hostil, vean,


sin embargo, la cantidad de animales que pasean por esta isla en forma de
herradura.

COMELON: ¡Estoy feliz! ¡El agua es tibia y parece termal con vapores
sulfurosos! ¡Me ha pasado el frío y ya no me congelaré. (Chapotea en el
agua y come krill.)

Todos juegan en las orillas, bañándose y zambulléndose entre las


olas de cartón. Salen en escena otros pingüinos de patas anaranjadas. Los
invitan, con gestos, a visitar su colonia. Algunas pingüinas están
empollando sus huevos. Todos tienen viseras blancas en los ojos como si
tuvieran máscaras de carnaval, sobre la cabeza negra. Parecen los
bandidos del continente helado.

Señalan a otros animales que viven por allí, en témpanos flotantes, y


que salen proyectados en el fondal.

BANDIDO: (como le pusieron de nombre al Pingüino de Visera que fue el


primero que se les acercó, les explica las diferencias entre las focas del
lugar) Las focas tienen diferentes nombres. Hay la de Weddel y la de
Ross, la foca cangrejera, el leopardo de mar, el elefante marino
que es enorme y el oso marino.

Los amigos escuchan asombrados, mientras el nuevo amigo les sirve


de cicerone.

BANDIDO: Las focas son animales anfibios, que si tienen hambre nos
tragan hasta a nosotros los pingüinos, así es que ni nos acercamos. Su
pelaje es brillante y tupido y, si no los molestamos, nos miran indiferentes,
lanzando mugidos de cansancio.
COMELON: ¿De qué se alimentan, cuando no comen pingüinos?

BANDIDO: Aquí se alimentan de peces, moluscos, crustáceos y, además,


¿sabían ustedes que se sienten atraídos por la música?

PIRIPINA: ¿Por la música? ¿Se escucha música en esta región?

BANDIDO: Así es, al fondo de esta bahía vive un científico que escucha
música por radio. Ya oirás si te quedas un tiempo con nosotros.

ESCENA 11

Siguen dando vueltas con el nuevo amigo, visitando la región, y ven


otros animales, como cormoranes, golondrinas, insectos, arañas,
crustáceos, y otros lobos de mar, proyectados en el fondal. Gozno se está
divirtiendo haciendo como si estuviera tirando agua tibia a los otros
pingüinos en la orilla, y es polvo de purpurina.

Sin embargo, Jumbol desea conocer muchas cosas, como el nombre


de algunos animales, y, aunque le pregunta con gestos, Bandido no sabe
responder a sus preguntas.

BANDIDO: Si deseas saber algo más, anda a preguntarle al hombre que


vive al fondo de la bahía. Creo que está loco pero sabe muchas cosas.

Como la bahía de la Isla Decepción es muy grande, se dirige en el


barril aventurero a encontrar al nuevo personaje que espera aclare sus
dudas. Piripina lo acompaña, y Comelón, junto a Gozno, se queda
comiendo, a un lado del escenario, mientras navegan los otros dos amigos,
en el barril, hasta el otro lado del escenario, jalándolo con una cuerda.
Mientras tanto, conversan.

PIRIPINA: Si vive todo el año en este lugar, debe saber muchas cosas, y
debemos ir a buscarlo aunque sea un científico loco.

JUMBOL: ¡Desde que salimos de nuestra isla en la costa peruana, hemos


atravesado canales, estrechos, golfos, y avistado ínsulas, penínsulas,
bahías y ensenadas!

PIRIPINA: ¡Ahora nos encontramos aquí, en medio del cráter de un


volcán!

JUMBOL: ¡Entre nieve perpetua en un territorio sin mayor vida vegetal y


rodeados de témpanos helados!

PIRIPINA: ¿Habrá sido verde algún día?

JUMBOL: ¡Esa es la pregunta que debo hacerle al habitante de la Isla


Decepción!
ESCENA 12

Mientras Jumbol, junto con Piripina que le ha acompañado, se


encuentran con el científico indicado por el pingüino Bandido, quien entra
en escena, ensimismado en la lectura de unos papeles; Gozno se ha
quedado bañándose panza arriba, (sobre un banquillo escondido detrás de
las olas de cartón), y Comelón sigue comiendo krill aunque ahora parece
tener una barriga más grande.

LOGOS: (El nuevo personaje está vestido con abrigo y seis bufandas.
Tiene hielo en los bigotes y en las cejas y su mirada es un poco vaga e
insegura. Murmura y habla consigo mismo mientras camina en círculos
abrazándose a sí mismo para evitar el congelamiento, y leyendo a ratos
sus papeles. Al ver a Jumbol y Piripina que se acercan, les habla,
enfadado.) Soy Logos, y, como científico, alargo el tiempo, lo ahorro, lo
organizo. No me hagan perderlo.

PIRIPINA: ¡Doctor Logos, deseamos sólo que aclare nuestras dudas!

JUMBOL: (suplicando) Señor, no le haremos perder su tiempo. No


queremos aburrirlo, sólo queremos alguna información.

LOGOS: No me canso ni me aburro. Aborrezco la frivolidad, la mentira,


la inexactitud.

JUMBOL: (Sin interrumpir su eterno girar en círculos porque se da cuenta


que no es tan loco como parece) Estoy de acuerdo con usted, en casi todo
aunque no en todo porque si me canso, sobretodo después de un viaje tan
largo, no doy vueltas como un reguilete.

LOGOS: (deteniéndose por un momento) ¿Quieres saber algo? ¡Este


Continente se ha hundido 1000 metros por el peso de los hielos!

PIRIPINA: ¡Increíble!

LOGOS: (sigue sus explicaciones, impertérrito) Su altura media es de


más de 3,000 mt. y el hielo mide 3,000 mt. de alto.

JUMBOL: (asombrado) ¡Quién lo hubiera dicho!

LOGOS: (feliz de tener público) Es más grande que Europa y un poco


más chico que Sudamérica. 2 veces Australia y 44 veces Italia. Tiene
13.177.000 km. 2. Su temperatura media es siempre bajo cero.

PIRIPINA: (temblando) ¡Qué frío! ¡Qué frío!

LOGOS: En estas orillas el peso de una nave aumenta 4% respecto al


Ecuador a causa de la limitada fuerza centrífuga terrestre.
JUMBOL: (cogiendo a Piripina por el brazo y tratando de irse) ¡Gracias
por su información, doctor Logos! ¡Ha sido usted muy amable!

LOGOS: (impertérrito) ¡Un momento! No saben aún que el Polo Sur se


encuentra en medio de un continente a 3000 mt. de altura, y el Polo Norte
en medio del Mar Artico a 3000 mt. de profundidad.

JUMBOL: (humildemente) Disculpe, habla usted tan de prisa que no


entiendo mucho.

PIRIPINA: (mareada por tanta información) ¡Muchos números, mi querido


doctor Logos! ¡Absolutamente demasiados números!

ESCENA 13

Al ver que calla finalmente y que sigue dando vueltas en círculos


para calentarse, Jumbol se atreve a preguntarle tímidamente lo que le
ronda por la cabeza hace rato.

JUMBOL: Dígame, señor Logos, ¿alguna vez ha habido más vida en este
continente?

LOGOS: Un día tuvo más vida: he encontrado fósiles de árboles. Muchos


animales y vegetales existían que ya no se encuentran, cuando la Antártida
formaba parte de Australia.

JUMBOL: Sé que hay un acuerdo para cuidar la vida animal y vegetal,


que se llama el Tratado Antártico.

LOGOS: (emocionado, y con las lágrimas en los ojos) Mi querido amigo,


se trata de cuidar la flora y la fauna, pero nadie ha pensado en las pobres
ballenas que no están incluidas en el Tratado, a las cuales cazan sin
discriminación, 10,000 cazadores todo el tiempo. ¡Hay que defenderlas!
¡Hay que cuidarlas también a ellas!

JUMBOL: (humildemente) ¡Veré lo que puedo hacer!

Entonces, Logos se detiene de su eterno girar en círculos y alzando


un dedo hacia arriba pregunta, poniendo su cara muy cerca de la de
Jumbol.

LOGOS: ¿Has visto alguna vez un barco que parece cercano y en


cambio está muy, pero muy lejano?
(pausa) ¿Has visto alguna vez un barco que en vez de
navegar en forma horizontal lo hace en forma vertical, como si quisiera
entrar al mar que lo devora?

PIRIPINA: (a Jumbol, en el oído) Me parece que realmente Logos debe


de estar loco. Nunca he escuchado algo así.

Después de negar con la cabeza, Jumbol, exasperado, decide


alejarse, mientras Piripina le sigue, brincando, disimulando su confusión.

Se despide en forma correcta y educada, y el científico Logos, antes


de que se aleje, le grita a todo pulmón.

LOGOS: ¡Cuídate de los vientos! ¡Son malos! ¡Corren a más de 330 km.
por hora y congelan hombres y animales!

JUMBOL: (al público) ¡Demasiados números, mi querido señor!


¡Absolutamente demasiada matemática para mi pobre cabeza congelada!

ESCENA 14

Con las ideas que les dan vueltas, aplastados por tanta información
numérica, regresan al otro lado del escenario, donde sus amigos. Con un
poco de dificultad, y gesticulando dramáticamente, Jumbol convence a
Gozno a subir nuevamente al barril, y Comelón y Piripina toman sus
puestos sobre el borde de la embarcación fiel y aventurera.

JUMBOL: ¡He decidido dejar la Isla Decepción y regresar a la Isla del Rey
Jorge donde no hay nadie todavía, y menos científicos locos como Logos.

GOZNO: (amedrentado) ¡Volvemos a navegar entre los peñones negros


o Cuernos del Diablo!

JUMBOL: ¡Salimos al Estrecho de Bransfield, esquivando témpanos


enormes como lunas llenas, cercos de hielos filudos y maravillosas y
gigantescas islas de cristal!

COMELON: ¡Vamos, Gozno! ¡Debemos ver la situación con un poco de


optimismo! ¡En tanto, hemos comido como nunca!

GOZNO: (gruñendo, no muy convencido)¡Mmmm! ¡Siempre pensando


en comida!

Bajo un cielo límpido y un mar azul, a la vista de la Isla del Rey Jorge,
tienen la mala suerte de toparse con una gigantesca ballena orca.

La ballena, pintada en un enorme cartón, pasa detrás del barril,


jalada por una cuerda, mientras la embarcación se menea hasta que se da
vueltas, y con gran estrépito, sale por el otro lado del escenario.

En el fondal, se divisa la Isla del Rey Jorge.

JUMBOL: (observando por primera vez la ballena que comienza a entrar


en el escenario) ¡Compañeros!
¡Una ballena de casi 10 metros de largo!

COMELON: (con la voz que le tiembla) ¡Negra por arriba y blanca por
abajo!

PIRIPINA: (aterrada)¡Con 22 dientes filudos! ¡De mirada feroz y voraz!

GOZNO: (temblando de miedo) ¡Que nos persigue para comernos!

COMELON: ¡Socorro!

JUMBOL: ¡Auxilio!

PIRIPINA: ¡Nos traga el cetáceo, la orca o ballena!

GOZNO: ¡Nos come, devora y engulle!

Comelón le arroja trozos de hielo puntiagudos en los ojos para que no


Los vea, Piripina chilla consternada, y Gozno y Jumbol reman
frenéticamente.

Sin embargo, se supone que de un coletazo, la orca deshace el barril.


Mientras desaparecen, la ballena por un lado y el barril por el otro lado del
escenario, salen nadando todos, a toda carrera, hasta la orilla de la isla,
cerca de la Base Peruana. Llegan cansadísimos y fatigadísimos.

ESCENA 15

COMELON: (asustado)¡Me he congelado en parte! Tengo hielo hasta en el


sombrero!

PIRIPINA: (quien llega a la playa de la isla, arrastrando la vela de la


embarcación, con la que trata de cubrirse del frío, luego, al ver a Comelón
que tiembla, lo envuelve) ¡Debes recuperar un poco el calor que se te ha
escapado del cuerpo!

GOZNO: ¡Nunca he pasado por un peligro igual!

JUMBOL: ¡Después de tan atroz aventura, no sé si seguir las


instrucciones de Logos!

PIRIPINA: ¿Cuáles?

JUMBOL: ¡Pelear para defender el derecho de vivir de las ballenas!


¡Todavía lo estoy pensando!

GOZNO: Debemos seguir aquí en la Isla, y reunir poco a poco los trozos
de embarcación barrilesca!
PIRIPINA: ¡Durante el día que dura 20 horas en verano!

JUMBOL: ¡Trataremos de viajar antes de que llegue el invierno, cuando


dura 20 horas la noche y hace mucho, pero mucho frío!

COMELON: ¿Aún más frío?

JUMBOL: ¡Paciencia y rabo tieso, como dicen en el Perú!

PIRIPINA: ¡Quizás podamos regresar en el barco peruano cuando llegue


a la Base! ¡Antes de que comience el invierno!

GOZNO: Si no, nos queda la esperanza de volver a armar nuestro barril.


Quizás podamos quedarnos en este continente con nuestros parientes, sin
congelarnos.

COMELON: Sin embargo tengo la pequeña sospecha de que siempre


extrañaremos un poco nuestro sol calientito de Ica.

PIRIPINA: (siempre optimista) ¡Muchachos, las cosas no están


tan mal! ¡ Nos hemos enterado que en la Antártida no existen ni los
microbios porque se mueren de frío!

JUMBOL: ¡Por eso, felizmente, no nos ha dado gripe! ¡Y, Comelón,


después de su casi congelamiento, se siente bien y muy contento!

COMELON: (quitándose la vela que lo cubre, y brincando, un poco más


alegre) ¡Nuestros amigos de la Isla Decepción, nos han contado muchas
cosas! ¡Dicen que existen valles secos donde no hay hielo, cerca de aquí!

GOZNO: (entusiasmado) ¡También lagos que no se congelan a pesar del


frío!

COMELON: (asombrando a sus compañeros) ¡Y la barrera de hielo más


grande de la tierra! ¡De 800 km. de largo! ¡llamada Ross!

JUMBOL: ¡Y, seguramente, mil y una maravillas más!

TODOS: ¡Viva, Viva!

JUMBOL: (al público) Tanto Gozno, como Piripina y Comelón están tan
felices como yo de haber conocido el continente helado de nuestros
antepasados, rincón del globo, primitivo e intacto, que nos ofrece su
experiencia y su enseñanza. Tenemos todavía mucho que aprender. Sólo
esperamos que el hombre no lo destruya.

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