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Año 1 N0 15 / Perú
Emocionantes finales de futsal
Del 20 al 26 de junio
DEPORTES: Dos grandes definiciones por penales cerraron el campeonato de futsal de los
puntoedu@pucp.edu.pe
Distribución gratuita Juegos Interfacultades. Todos los detalles en esta edición. [PAG. 12]

Publicación de la
Pontificia Universidad “L a justicia funciona mal para todo el mundo”
Católica del Perú
PUCP / www.pucp.edu.pe
BUENA GENTE: José María Asencio, catedrático de la Universidad de Alicante,
comenta el nuevo Código Procesal Penal peruano. [entrevista/PAG. 16]

Imágenes. Los distintos pueblos que conformaron la cultura Moche compartían los mismos rituales representados en la iconografía. [ICONOGRAFÍA MOCHE DE LOS GUERREROS ZORROS]

Legado Moche
Investigadores de la PUCP descubren las formas de vida y organización de los moche

tu revista
ARTE Grabado digital en la PUCP.
TECNOLOGÍA Laboratorio de Acústica optimiza el cajón peruano.
INFORME El TUC cumple 44 años.
PUBLICACIÓN Conoce a “La Mujer de mi vida”.
 Informe temadefondo Estado prehispánico
Tras la huella
Moche
Investigaciones de los últimos
años en la costa norte
peruana han permitido
ir descubriendo aspectos
desconocidos de la cultura
Moche, acaso la primera
sociedad estatal del Perú
antiguo. En este camino
han sido fundamentales los
aportes de arqueólogos de
la PUCP que trabajan en el
asentamiento de San José
de Moro.
Rituales. La
iconografía Moche
representa las
ceremonias de sacrificio.
2/ / Lima, del 20 al 26 de junio del 2005
escribe Diego Avendaño
Egresado de la especialidad
de Periodismo.
Colaboración Joana Cervilla.
El descubrimiento de la tumba de
un poderoso personaje que gober-
nó el norte del Perú hace 1700 años,
aproximadamente, concitó el interés
de peruanos y extranjeros por la cul-
tura Moche o Mochica. Se trataba del
Señor de Sipán, personaje que ostentaba uno de los
ajuares funerarios más suntuosos e impresionantes
encontrados entre los restos de civilizaciones pasa-
das. El descubrimiento lo hizo el arqueólogo Walter
Alva en 1987 y, desde entonces, cambió la concep-
ción que se tenía sobre la cultura Moche, que se de-
sarrolló en la costa norte del Perú, entre los valles de
Nepeña y Piura.
La PUCP también ha hecho importantes aportes
al estudio de esta cultura, que se asentó en el nor-
te de nuestro país a lo largo de 800 años. Para el ar-
queólogo Luis Jaime Castillo, Moche es un labora-
torio social, ya que fue “la primera cultura en pasar
el umbral de lo que llamamos sociedades preesta-
tales en su camino a convertirse en sociedades es-
tatales. Esto quiere decir que los moches fueron los
primeros en alcanzar, de manera independiente, un
gran desarrollo”. Durante catorce años, Castillo ha
liderado un grupo de arqueólogos que realiza sus
estudios en San José de Moro, asentamiento moche
ubicado en Chepén, La Libertad.
Aunque en un principio se pensaba que la civi-
lización moche estaba organizada en un único Es-
tado, los estudios del arqueólogo norteamericano
Tom Dillehay permitieron descubrir que los mo-
che vivían agrupados en núcleos, ubicados en si-
tios grandes, aislados y amurallados. Estos asenta-
mientos humanos tenían historias independien-
tes, pero los unía un denominador común: la reli-
gión y la estructura de poder.
ESTADO MUCHIC. ¿Por qué resulta tan importan-
te el descubrimiento de una sociedad estatal
en el Perú prehispánico? Las sociedades
estatales no son ajenas al mundo antiguo.
Tenemos, por ejemplo, a los sumerios,
a los egipcios y a algunas sociedades
desarrolladas en la India. Tener
el estatus de una sociedad estatal
supone haber alcanzado un nivel
 Informe temadefondo

Las imágenes que ilustran este informe

han sido tomadas del libro Moche fineline
painting: Its evolution and its artists de
Christopher B. Donnan y Donna Mc Clelland.

de desarrollo superior al cacicazgo, es

En foco Marco Rosas Rintel
Arqueólogo responsable del Proyecto Cerro Chepén.
“Ninguna muralla se parece a la
de Cerro Chepén”
Cerro Chepén ha resultado un complejo arqueológico
clave en el estudio del colapso político de la cultura
Moche en el valle de Jequetepeque, debido a sus
particulares características arquitectónicas y
cerámicas.
¿Qué se ha encontrado en Cerro Chepén?
Cerro Chepén está a cuatro kilómetros de San José de Mo-
ro, es el cerro más cercano. Entre los años 2003 y 2004 ex-
cavé residencias de elite. En las casas donde vivía la gente
importante la vajilla fina no es costeña, sino serrana.
¿Eso implicaría un intercambio comercial?
Se podría hablar de intercambio si se encontrara cerámica local y cerámica extraña. Pero lo único que
encontramos es la cerámica extraña, eso podría sugerir que quienes vivían allí no eran costeños, sino
gente que venía de la sierra. La arquitectura también es extraña.
¿Es muy diferente respecto a las otras comunidades moche?
Es radicalmente distinta. Cuando el arqueólogo norteamericano Tom Dillehay vio estos sitios le llamó
la atención que cada uno estuviera construido con estilos arquitectónicos ligeramente distintos. De ahí
concluyó que cada una de estas comunidades era independiente y que estaban enfrentadas porque
tienen murallas.
¿Cuáles son las características propias de Cerro Chepén?
Todos los asentamientos moche están amurallados, pero ninguna muralla se parece a la de Cerro
Chepén, que es monumental. Entrar es un reto porque hay que dar la vuelta a la muralla y buscar un sitio
que haya colapsado o hacerlo por uno de los ingresos originales. Si quieres entrar a otros sitios moche
puedes saltar el muro. La muralla más grande está en la cima del cerro, a 250 metros sobre el nivel del
valle. Es un cerro imponente. Lo que protege la muralla son edificios muy grandes y algunos de ellos
tienen características serranas.
¿Cuáles son estas características?
Galerías largas, como cuartos muy largos, algunas tienen dos pisos. Esto es radicalmente inusual
para la tradición arquitectónica costeña de todas las épocas. La costa nunca presentó este tipo de
arquitectura, que aparece de repente en el valle del Jequetepeque.
decir, organizar grupos humanos que no
se limitan a obedecer a un cacique y a un consejo de la
tribu. Dadas las necesidades y los problemas que enfren-
ta un Estado, es necesario que para su funcionamien-
to se desarrolle una burocracia, un sistema de pago de
impuestos, así como de almacenamiento de recursos y
de registro de las actividades más importantes. Desde
este punto de vista, “las sociedades que pasaron este
camino por primera vez son muy interesantes porque
necesitaron inventar todo, sin ningún referente ni mode-
lo a seguir”, explica Castillo.
Los moche tuvieron que enfrentar diferentes proble-
mas para crear una red estatal que integrara una serie de
regiones muy vastas, así como para establecer normas
y mantener bienes públicos y privados. Se ha encontra-
do evidencia de que en el valle de Jequetepeque existían
diferentes señoríos que, bajo determinadas circunstan-
cias, se podían unir en un Estado más fuerte; y en otras
simplemente intercambiaban recursos. Pese a conformar
muchos asentamientos humanos, los moche compartían
el mismo idioma, la misma religión y muchas prácticas
culturales similares. Sin embargo, para Luis Jaime Cas-
tillo, el principal elemento de cohesión es el mundo reli-
gioso, ya que éste determinó que compartieran la misma
iconografía y los mismos rituales. “En muchos otros as-
pectos hay diferencias, como en la tecnología de irriga-
ción. La metalurgia es parecida, quizá porque es parte
del mismo proceso ritual. Los moche no inventaron a sus
dioses, probablemente los heredaron de Chavín”.
SITIO HISTÓRICO . San José de Moro se encuentra ubica-
do en Chepén, provincia del departamento de La Liber-
tad. Éste fue un poblado habitado entre los años 400 y
1100 d.C., etapa en la que los moche llegaron a su mayor
esplendor, y luego de la cual colapsaron.
Desde la década de 1950 se han practicado excavacio-
nes en este complejo arqueológico. El pionero fue Hein-
rich D. Disselhoff, a quien reemplazó, veinte años des-
pués, David Chodoff. Salvo un breve artículo publicado
en 1979, Chodoff no llegó a publicar la tesis de doctora-
do en la que planeaba exponer sus descubrimientos. En
1991, arqueólogos de la PUCP liderados por Luis Jaime
Castillo, retomaron el estudio de este asentamiento. Una
de las conclusiones más importantes del equipo es que
San José de Moro estuvo inmerso en una red de inter-
cambio de productos. “Tenemos productos marinos y de
diferentes ecosistemas, pese a que San José de Moro se
encuentra en el valle medio”, afirma Katiusha Bernuy,
miembro del grupo de investigadores.
El doctor Castillo ha denominado la dinámica de po-
der de esta zona como un Estado oportunista. Bajo esta or-
ganización los distintos grupos sólo se juntaban con fines
rituales, para la celebración de ceremonias funerarias, en
etapas de desestabilización o para la construcción de al-
guna obra de irrigación que recorriera gran parte del va-
lle. Incluso existían algunos grupos que buscaban domi-
nar otras comunidades moche, por lo que optaron por
construir murallas.

Lima del 20 al 26 de junio del 2005 / /3

 Informe temadefondo
Perspectiva Krzysztof Makowski Hanula
Doctor en Historia y Arqueología (Universidad de Varsovia).
“La iconografía no es pintura costumbrista ni fotografía, propicia
la eficiencia religiosa y mágica del objeto representado”
Krzysztof Makowski, profesor de nuestra Universidad, es
especialista en la iconografía de la cultura Moche, sobre la cual ha
publicado varios estudios.
¿Qué importancia tiene la iconografía en la
sociedad moche?
Moche es un producto de clasificación arqueológica y no
necesariamente un pueblo. Su iconografía responde a los
objetos-imágenes que se encuentran en esta área en donde
vivían pueblos que hablaban diferentes idiomas y tenían
diferentes historias. Éste es un problema de debate entre
arqueólogos que plantean la idea de que existe un solo pueblo,
cuando lo único que comparten son las imágenes.
¿Es el elemento común e integrador de toda esta
sociedad?
Desde mi interpretación, la cultura Moche nace como expresión
de un Estado emergente. Las imágenes se relacionan con
todas las actividades ceremoniales que sirven para organizar
la sociedad y para fundamentar los roles de cada grupo, las
jerarquías, las obligaciones, los deberes y los derechos.
¿Cómo son las representaciones del mundo moche?
Existe cierto consenso de que los moche dividían, con suma
precisión, el mundo en dos esferas: la sobrenatural y la real.
Hay imágenes en las que los protagonistas son seres vivos en
rituales como juegos adivinatorios, combates que muestran
cómo caen prisioneros y se convierten en víctimas de sacrificio.
Paralelamente, estas mismas acciones están a cargo de un
pueblo sobrenatural. Por ejemplo, vemos a los pallares pelear
consigo mismos. Esto refleja la idea de que existe un solo orden
Los Estados eran tan independientes que se
encontraban en diversos niveles de desarrollo.
Los arqueólogos identifican tres etapas de de-
sarrollo en la cultura Moche: Periodo Tempra-
no, Periodo Intermedio y Período Tardío. Esta
clasificación se hace sobre la base del desarrollo
de la cerámica. San José de Moro es un lugar de
vital importancia para el estudio de esta cultu-
ra, porque allí han sido encontrados restos de
los periodos intermedio y tardío.
Además, es el único espacio
donde se han descubierto
vestigios de la etapa pos-
terior al colapso, llama-
da transicional.
MUJER MOCHE. Los años
1991 y 1992 trajeron
grandes hallazgos para el
equipo de San José de Moro,
ya que fueron encontradas
las tumbas de dos sacerdotisas,
Luis Jaime consideradas las mujeres más
Castillo importantes del auge moche.
Cada una de ellas fue sepultada
en una habitación adornada con grandes placas
de cobre, junto a máscaras del mismo material
y cientos de cerámicas decoradas con pintura
de línea fina, característica del periodo Moche
Tardío. Este es el periodo de mayor esplendor
de esta cultura norteña, en el que se intensificó
el intercambio cultural y comercial con otras
tradiciones como las de Wari, Cajamarca, Cas-
ma y Nievería.
Mientras en otras culturas prehispánicas
el rol de la mujer era bastante restringido, el
hallazgo de las sacerdotisas indica que en es-
ta civilización las mujeres desempeñaban
una de las más importantes funciones ritua-
les. Luego se encontraron los restos de una ni-
4/ / Lima, del 20 al 26 de junio del 2005
Estado prehispánico
GIOVANNA FERNÁNDEZ
para todas estas esferas. Lo que rige para el mundo natural, rige
también en lo social y político.
¿Es una batalla ritual entonces y no de conquista?
Seguramente hubo batallas de conquista, pero la iconografía no es
pintura costumbrista, fotografía, ni vida cotidiana. La función de las
imágenes es propiciar la eficiencia religiosa y mágica del objeto que
se representa. También sirven para fijar roles políticos. Se podría decir
que las vasijas y los vestidos que llamamos moche son una especie
de DNI. Tenerlos en su tumba o su uso los hace miembros de esta so-
ciedad. No importa si nació como Vicús, Salinar o Cupisnique.
Contexto
Material de consulta
DONNAN, CHRISTOPHER B. Moche
fineline painting: its evolution and its
artists
Los Angeles: UCLA. Fowler Museum
of Cultural History, 1999
319 pp.
Código en Biblioteca Central:
F 3433.29 G47
LARCO HOYLE, RAFAEL
Los Mochicas
Lima: Museo Arqueológico Rafael
Larco Herrera, 2001.
2 v.
Código en Biblioteca Central:
F 3433 L26 2001
GIERSZ, MILOSZ / KRZYSZTOF
MAKOWSKI, PATRYCJA PRZADKA
El mundo sobrenatural Mochica: imágenes
escultóricas de las deidades antropomorfas en
el Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera
Varsovia: Universidad de Varsovia; Lima:
PUCP. Fondo Editorial, 2005
222 pp.
Código en Biblioteca Central:
F 3433.66 D75
CASTILLO BUTTERS, LUIS JAIME
Programa Arqueológico San José de
Moro, temporada 2004 / 2a ed.
1 disco compacto.
Lima: PUCP, 2005
Código en Biblioteca Central:
F 3433.16S3 C29
Por: Joana Cervilla
Sobre la base de muchas de estas representaciones
se piensa que Moche fue una sociedad violenta.
Un poco menos que la nuestra. ¿Cómo cuantificar la violencia? La
Comisión de la Verdad nos dice que tuvimos 60 mil muertos. No sé
cuantos muertos han tomado los sacrificios humanos de los moche,
eso no es cuantificable por el momento.
Pero pareciera ser lo más representativo…
Hemos conocido unos cuantos casos empíricamente y es un
tema preferido en las representaciones. Los dioses deseaban la
sangre de los humanos pero, de otro lado, estos prisioneros fueron
capturados en combates ceremoniales que servían para escoger
a los mejores guerreros. Lo que se representa son combates entre
dos mitades; combates que sirven, justamente, para evitar la
violencia.
¿Se está sosteniendo un orden social entonces?
Se establecen jerarquías entre señores y comunidades
territoriales. Ellos se están matando con la finalidad de mantener
un orden natural y hacer que esta sociedad se beneficie de las
cosechas y conseguir con esto prosperidad. Y lo hacen sabiendo
firmemente que la muerte no existe. Lo que está representado
habla indirectamente de la posición política del individuo en la
sociedad, de estilos y de papeles ceremoniales.
¿Se ha encontrado iconografía de poder?
Algo que me sorprende es que no tenemos iconografía de
gobernantes ni de individuos. Larco y Donnan intentaron
plantear que los huacos retratos eran retratos de gobernantes.
Otros estudios demostraron que esto era falso y que los huacos
representaban a la gente de la sierra, a las víctimas de sacrificios.
ña. “Al parecer, se trató de caracterizarla como
sacerdotisa. Es por ello que se plantea que pue-
de haber habido un sistema hereditario”, agre-
ga Bernuy.
LO ÚLTIMO DE LOS MOCHICA. Luego de alcanzar
su máxima expresión, “la cultura Moche no se
extinguió, más bien colapsó. No se sabe a cien-
cia cierta por qué. Pudo deberse a factores cli-
máticos o políticos”, explica Luis Jaime Casti-
llo. En sus últimos días, los moche trataron de
cambiar su identidad, debido a que estaban
próximos al colapso y los sectores de elite nece-
sitaban identificarse con culturas en auge para
mantener su poder. “Comenzó a desaparecer la
cerámica de línea fina, característica de Moche
Tardío, y aparecen otros estilos. No sólo cambia
la cerámica, sino también los rituales y la forma
de las tumbas. Para nosotros este periodo es im-
portante para saber a qué se debe el colapso Mo-
che”, explica Bernuy.
Cada año, los arqueólogos de nuestra univer-
sidad parten al norte del país en busca de más
restos que develen los misterios moche. San José
de Moro ha atraído tanto a estudiantes de la PU-
CP como de otros centros de estudios de dentro y
fuera del país que, con sus estudios, brindan más
pistas sobre el auge y el colapso de los moche en
este asentamiento.
+ información
http://losmochicas.perucultural.org.pe/
http://sipan.perucultural.org.pe/
http://www.pucp.edu.pe/~sinopsis/sinopsis32/80anos/san_jose/
san_jose.html