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¿Humo al final del túnel?

: podría aprovechar para invertir en herra-


mientas como la Vigilancia Tecnológica, la
El rol del consultor en tiempos Inteligencia Competitiva, contratar un in-
geniero para el desarrollo de una determi-
de crisis nada tecnología, o poner en marcha un
programa de incentivos para hacerse de
Por Jaime Urrutia Novo una cartera de patentes con el tiempo. En
épocas de recesión, invierta en el núcleo.
Consultor
En tres o cuatro años, su competidor cre-
erá tenerlo todo ganado por ofrecer el
En tiempos de crisis, la respuesta más mismo producto dos euros con treinta
común que los consultores obtenemos, o céntimos más barato, pero usted ya habrá
padecemos, a la hora de hablar con un puesto en marcha otras líneas de negocio,
cliente potencial es “Vuelva a llamar en su producto tendrá un diseño más atracti-
seis meses”, como aquel “vuelva usted vo, probablemente tenga una patente con-
mañana” de Larra y que, en el mejor de los cedida y alguna otra en trámite, pero lo
casos (cuando son educados), viene acom- más importante: sabrá qué están haciendo
pañada de un “interesante, pero última- sus competidores, qué aplicación tiene una
mente hemos tenido muchos gastos” o tecnología específica en otros nichos tec-
“ahora no es nuestra prioridad”. Los más nológicos y/o de mercado, qué tecnologías
escépticos lo llaman “humo”. Humo que, se están quedando obsoletas y cuáles son
como diría mi colega Carlos Abadía, es para emergentes, habrá llegado a varios acuer-
chamuscados de espíritu. dos estratégicos con centros de investiga-
ción y socios comerciales extranjeros, etc.,
Sólo hay una cosa peor que las crisis, y es y todo esto en tres años…
no detectar las enormes posibilidades que
se presentan ante las empresas. Dicen que Después será demasiado tarde. La gran
cuando se cierra una puerta se abre una mayoría querrá hacer todo esto al mismo
ventana. Pues bien, hay que saber descu- tiempo y ya no existirá valor diferencial. Y
brir dónde está esa ventana y hacia dónde lo que es peor: ya no competirá únicamen-
nos permite mirar. Esta es precisamente la te con las pocas empresas que hicieron sus
labor del consultor. deberes al invertir en la rentabilización de
su conocimiento innovador, sino también
Por otra parte, las crisis económicas son con aquellas carentes de visión y abande-
auténticos caldos de cultivo para empren- radas del dos por uno. Lo tengo comproba-
dedores con talento e implacables cribas do: el que se lleva el gato al agua siempre
de aquello o aquellos que se están que- es el que contrata a dos en lugar de despe-
dando obsoletos. Dicen en mi familia: “lo dir a dos (o despide a tres del contexto,
que no mata, engorda” o, si se prefiere, “lo contratando a uno para el núcleo). En defi-
que no mata, te hace más fuerte”. Si no nitiva, el que saca agua (y no gatos) de
sobrevives a la crisis, quizá no eras tan debajo de las piedras, incluso cuando se
competitivo como pensabas. encuentra en el desierto. Cuando hay dine-
ro para todos, es cuando comienza la ver-
En el caso particular de su empresa, es una dadera crisis.
oportunidad inmejorable para buscar o
consolidar su ventaja competitiva, su valor Les voy a contar algo. Hace unos días, vo-
diferencial. Probablemente, su competidor lando de México a Madrid leí un artículo
en esos tres años difíciles esté más pre- sobre una empresa española que en pleno
ocupado en encontrar un proveedor más período de recesión (2008/10) había in-
barato o en tareas de reestructuración y crementado su inversión en I+D+i a 90
recortes de plantilla, momento que usted millones de euros (y no está en la Fortune

© 2011 Jaime Urrutia Novo. Todos los derechos reservados. Página 1


500). Aunque pudiera parecer paradójico, presentan las vacas flacas, el empresario
ésta es la actitud correcta. Y es que no es busca, no tanto la detección de riesgos
una cuestión de prioridades, sino de super- como de oportunidades. Ambas te salvan
vivencia. del naufragio, pero: con una dejas de per-
der, con la otra comienzas a ganar. Preci-
A estas alturas del artículo, se estará pre- samente esto último constituye el valor
guntando por qué tanto hincapié en la añadido del consultor en estas épocas. El
innovación (esa “i” pequeña que en el fon- empresario quiere resultados y nos paga
do es muy pero que muy grande). En pri- para que le ayudemos a conseguirlos. La
mer lugar, por “deformación profesional”. detección de riesgos es fundamental y sirve
Es mi área de especialidad. En segundo como punto de partida, pero hay que ir
lugar, porque algo tendrá que hacer este más allá. De hecho, me atrevería a decirles
país ahora que el “ladrillo” ha pasado a que siempre hay que ir más allá, con crisis
mejor vida, pero esto lo dejo para un futu- o sin ella.
ro artículo.

Ciertamente, hago extensible estas líneas a


cualquier rama de la consultoría, de prefe-
rencia “artesanal” (y no de “corta y pega”).
En definitiva, de lo que se trata es de mejo-
rar la competitividad de una empresa, y
este camino puede comenzarse contratan-
do a un consultor en planeación estratégi-
ca, un experto en ventas o alguien a quien
se encargue la redefinición de la estrategia
de marketing. Con permiso de Shakespea-
re, la innovación es la materia con la que se
forjan los sueños o, como mínimo, el hori-
zonte de la empresa, que no es poco, pero,
es verdad, hay otras cosas…

Para los que no estén familiarizados con la


figura del “consultor” o jamás hayan con-
tratado a un especialista con este perfil,
basta decir brevemente que un consultor
es un profesional especializado en un área
del conocimiento (no confío en los genera-
listas), hábil para detectar necesidades
reales en una empresa y proporcionar so-
luciones a medida que cubran esas necesi-
dades. Y claro, esto, si se hace bien, acaba
reflejándose en la cuenta de resultados del
cliente.

¿Qué le puede aportar un consultor?

Por lo general, en períodos de bonanza, el


común denominador de los consultores
sigue un esquema de trabajo del tipo: dia-
gnóstico (situación actual, riesgos, reco-
mendaciones), ejecución y seguimiento.
Hasta aquí llega normalmente el proceso
de consultoría. Sin embargo, cuando se

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