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TEMA: MUJERES EN LA ILUSTRACIÓN FRANCESA Y ESPAÑOLA.

LOS
ORÍGENES DE LA CONTEMPORANEIDAD.
Una reflexión sobre la diversidad de instrumentos y mecanismos utilizados por
las mujeres desde el siglo XVIII a nuestros días para combatir su
Discriminación, sobre su valor funcional y durabilidad

TERTULIA COORDINADA Y DIRIGIDA POR: Mª ESTHER MARTÍNEZ QUINTEIRO.


PERIODICIDAD: Semanal
HORA: 17`20 A 17`4
DIA: MIERCOLES 18 DE MARZO DE 2009
En la medida en que la Ilustración caló profundamente en la sociedad francesa,
reveló tanto sus iniciales contenidos discriminatorios de Género cuanto su potencial
emancipador. Las elites de las mujeres galas comprendieron que no debían dejar
pasar aquella ocasión sin explorar las oportunidades que pudieran presentárseles
para expresar sus reivindicaciones, alcanzar visibilidad, o ejercer una influencia
mediada (a través de los varones) en la política.
Mucho antes de la Revolución de 1789, a lo largo de la Edad Moderna, las “tertulias
literarias” o “los salones” aristocráticos brindaron ocasión a ciertas mujeres de
ejercer dicha “influencia interpuesta”, combinando los recursos que proporcionaba a
las anfitrionas haber recibido una educación muy por encima de la usual en su época,
las privilegiadas relaciones sociales de sus esposos y familias y sus “armas de
mujer”, para atraer intelectuales o políticos a dichos “espacios". Estos “salones” y
“tertulias”, que ya habían sido convertidos en instrumentos de poder político por las
“Preciosas” del siglo XVII en diversos países y singularmente en Francia, también se
dieron en España, aún sin alcanzar la importancia que llegaron a tener las del país
vecino.
La Revolución Francesa , con su colofón de movilización de masas y creación
de espacios de libertad, permitió un mejor aprovechamiento de los instrumentos y
espacios de sociabilidad previamente ensayados y pareció abrir posibilidades
inéditas a las mujeres en Francia para articular nuevas y varias estrategias de
autorrealización y presencia pública, que, tras dar coyunturales frutos, finalmente,
pasado un tiempo, se frustraron.
El periodo napoleónico y el posterior triunfo de la burguesía conservadora
provocó una involución de los temporales y sectoriales avances emancipatorios de
las mujeres francesas. Así, tras haber jugado la baza ilustrada o revolucionaria con
una energía y creatividad que brilló por su ausencia en las mujeres españolas
durante los años en que Francia vivió la Revolución (1789-1799) o durante la primera
revolución liberal de nuestro país (1810-1814), los instrumentos emancipatorios
descubiertos y “exportados” por las galas no les proporcionaron a éstas en el medio
plazo, una delantera sustancial sobre España en la modernización de las relaciones de
género. Eso no habla en contra del interés funcional de los mecanismos de
autorrealización o proyección sectorial en el espacio público perfeccionados y
fortalecidos a partir de la Ilustración, entre otras, por las mujeres francesas, como lo
muestra el hecho de que, lejos de desaparecer definitivamente, una vez comprobada
su operatividad en un determinado marco espacio-temporal, instrumentos como “las
tertulias” (convenientemete readaptadas, y/o trasladadas a la radio o a la TV, cuando
los avances técnicos lo permitieron) u otros más “contundentes”, pudieron seguir
teniendo vigencia a lo largo del tiempo, hasta nuestros días.
Esto prueba que la emancipación de las mujeres ha venido posibilitada por la
concurrencia de una gama plural de estrategias y mecanismos de eficacia desigual
adaptados en origen a contextos concretos de discriminación y oportunidad, pero que,
en todo caso, y aún superados esos contextos, deben ser valorados por lo que en su
momento aportaron a un proceso emancipatorio largo y desigual, y preservados por la
memoria por el caudal de experiencia que proporcionan, siendo susceptibles de
reorientación y reutilización mientras, cuándo y dónde se muestren funcionales.

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