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Este artículo es copia fiel del publicado en la revista NUEVA SOCIEDAD No 206,

> COYUNTURA noviembre-diciembre de 2006, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.

El gobierno de Evo Morales:


entre nacionalismo e indigenismo
Fernando Mayorga

En medio de crecientes dificultades, el gobierno de Evo


Morales lidera un proceso de cambio caracterizado por la
fuerza política de su partido y la indefinición de su proyecto
de reforma estatal, que mezcla nacionalismo e indigenismo.
Combinando una retórica radical con decisiones moderadas,
el Movimiento al Socialismo decretó la nacionalización
de los hidrocarburos, pero no estableció una ruptura total
con las empresas extranjeras. Del mismo modo, aún no ha
resuelto cómo definirá en la Asamblea Constituyente el
conflicto entre las demandas de autonomías departamentales
y las reivindicaciones de los sectores campesinos e
indígenas. Para no sucumbir ante la polarización, el gobierno
debe articular lo nacional-popular, lo cívico-regional y lo
étnico-cultural en un nuevo proyecto hegemónico.

Introducción enfrentamiento entre mineros asala-


riados de la empresa estatal y coope-
En la primera semana de octubre de rativistas en torno de la explotación
2006, a las críticas por la ineficiencia de un yacimiento de estaño arrojó una
en el manejo del aparato guberna- escalofriante cifra de 16 muertos y una
mental y por los intentos de contro- centena de heridos. El gobierno, que
lar la Asamblea Constituyente se en las semanas previas había condu-
sumaron los cuestionamientos a la cido las negociaciones entre ambos
capacidad de gestión política del Mo- sectores, no atinó a dar respuestas in-
vimiento al Socialismo (MAS). Un mediatas para controlar la situación.

Fernando Mayorga: sociólogo boliviano con estudios en la Universidad Nacional Autónoma de


México y doctor en Ciencia Política por Flacso-México. Catedrático y director del Centro de Estudios
Superiores Universitarios (CESU) de la Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba, Bolivia.
Palabras clave: política, nacionalización, indigenismo, hidrocarburos, autonomías departamentales,
Asamblea Constituyente, Evo Morales, Bolivia.
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Finalmente, los enfrentamientos en el partidos centrado en el estableci-


poblado de Huanuni concluyeron miento de coaliciones de gobierno, la
con una tregua merced a la media- sociedad boliviana asiste hoy a una
ción de la Iglesia católica. El conflicto, transición estatal conducida por un
además de poner en evidencia los lí- proyecto político que combina ele-
mites del apoyo popular a Evo Mora- mentos de nacionalismo e indigenis-
les, reveló las dificultades del go- mo. Y que propone, además, formas
bierno para actuar de manera eficaz alternativas de descentralización es-
en los distintos ámbitos de un com- tatal y participación política, cuyos
plejo proceso de cambio que plantea contornos definitivos serán esboza-
enormes desafíos, y subrayó la nece- dos en el nuevo texto constitucional.
sidad de una concertación nacional
para alejar los fantasmas de la ingo- La democracia en tiempos de cambio
bernabilidad.
Las elecciones presidenciales de di-
En un contexto de cambio, el MAS ciembre de 2005 tuvieron como prin-
ocupa el lugar de principal actor es- cipal resultado la victoria de Evo Mo-
tratégico como resultado de la inédi- rales por una mayoría absoluta que le
ta mayoría obtenida por Evo Morales permitió acceder a la Presidencia sin
en los comicios de diciembre de 2005. negociaciones parlamentarias. Como
El apoyo fue ratificado, siete meses consecuencia, se han producido cam-
después, con la victoria oficialista en bios sustantivos en la política bolivia-
la elección para la Asamblea Constitu- na, que no se limitan al ascenso de un
yente y con el respaldo mayoritario al nuevo gobierno, ni al regreso de la iz-
«No» en el referéndum nacional sobre quierda al poder después de un cuar-
autonomías departamentales. Pero es- to de siglo, ni al retorno del fantasma
tas cifras –y sus efectos políticos– no del populismo. ¿Qué se puede seña-
expresan solo una nueva correlación lar además de lo obvio, además de
de fuerzas entre los actores políticos, que se ha producido una recomposi-
sino también la posibilidad de estable- ción profunda del sistema de parti-
cer un nuevo principio hegemónico, dos, una importante renovación ge-
capaz de articular de otra manera las neracional en el liderazgo político y
relaciones entre Estado, economía, po- una ruptura definitiva de códigos de
lítica y sociedad en torno de un pro- exclusión social de raigambre étnica
yecto de reforma estatal que cuenta con la presencia del «primer presi-
con un innegable protagonismo del dente indígena»?
movimiento campesino e indígena.
En primer lugar, se ha resuelto la cri-
Luego de varias décadas de predo- sis política de ingobernabilidad ex-
minio neoliberal, con un sistema de trema que provocó la renuncia de dos
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presidentes y el adelantamiento de movimientos cívico-regionales, por


las elecciones. Esta crisis se manifes- un lado, y los campesinos e indíge-
tó en una polarización ideológica en- nas, por otro. Estos últimos exigen
tre neoliberalismo y nacionalismo en una peculiar capacidad de mediación
torno de la propiedad y la gestión de y negociación por parte del partido
los recursos naturales y en una con- de gobierno, puesto que no se trata
frontación social entre las regiones de de actores contestatarios al régimen,
Oriente y Occidente, con demandas sino de sectores organizados que for-
contrapuestas y pugnas entre actores man parte de su base electoral y ope-
con identidades étnicas y regionales. ran como sus socios. Este cuadro
Se vivió también como una tensión complejo de relaciones incide en la
creciente entre la política institucio- adopción de un estilo de gobernar
nal, centrada en el sistema de parti- que combina retórica radical y deci-
dos, y la «política en las calles», la siones moderadas.
acción directa de los movimientos
sociales mediante protestas calleje- Es necesario señalar que algunos
ras, bloqueos de carreteras, paros cí- cambios en las pautas de gobernabi-
vicos y el trabajo extraparlamentario lidad democrática son anteriores a la
de la oposición. Aunque estas anti- presencia del MAS en el gobierno. En-
nomias siguen vigentes, desde di- tre ellos, hay que destacar la modifica-
ciembre de 2005 se han modificado ción del proceso político de toma de
de manera evidente los parámetros decisiones posibilitada por la incor-
de gobernabilidad. A diferencia de poración –a través de la reforma
lo que ocurría en el pasado, la go- constitucional parcial de febrero de
bernabilidad exige hoy capacidad 2004– de instituciones de democra-
de gestión política en varios escena- cia semidirecta como el referéndum,
rios y no solamente en el ámbito la iniciativa legislativa ciudadana y
parlamentario. la Asamblea Constituyente, además
de la inclusión de nuevos actores en
La relación entre oficialismo y oposi- la competencia electoral –las agru-
ción incide, sin duda, en el tema de paciones ciudadanas y los pueblos
los recursos naturales, ya que se pre- indígenas–, que elimina la exclusivi-
cisan modificaciones legales en rela- dad partidista en la representación
ción, por ejemplo, con la tierra y los política.
recursos minerales. Sin embargo, la
resolución de los problemas deriva- Otra consecuencia de la victoria del
dos del clivaje regional y las deman- MAS es que marcó el fin del ciclo de
das de profundización de la demo- la «democracia pactada», caracteri-
cracia se definirán en la Asamblea zado por la conformación de gobier-
Constituyente bajo la presión de los nos de coalición mediante acuerdos
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entre partidos con el predominio Además de esta transmutación de las


electoral de las tres fuerzas tradicio- relaciones entre el Estado y la inver-
nales –MNR, ADN y MIR–, que se sión extranjera, se han puesto en
alternaron en el gobierno desde 1985 marcha una serie de transformacio-
hasta octubre de 2003. Las elecciones nes político-institucionales que tie-
de diciembre de 2005 modificaron la nen otro ritmo y no dependen exclu-
composición y el rol del sistema de sivamente de la decisión del MAS. En
partidos, con la emergencia de una la Asamblea Constituyente, inaugu-
fuerza dominante –el MAS– y el rada el 6 de agosto de 2006, se modi-
desplazamiento de los partidos tra- ficará la trama jurídica e institucional
dicionales por agrupaciones ciuda- del Estado mediante una reforma total
danas –Podemos– y partidos de de la Constitución. Uno de los temas
nuevo cuño –Unidad Nacional–. cruciales es la cuestión de las autono-
Además, estos comicios permitieron mías departamentales, una modali-
la emergencia de nuevos códigos, de- dad de descentralización política
mandas e identidades sociales en el que fue motivo de otro referéndum
discurso político, donde hoy sobresa- vinculante, realizado en julio de
len reivindicaciones cívico-regiona- 2006, de manera conjunta con la elec-
les y campesino-indígenas que no ción de constituyentes. La insistencia
son procesadas por el sistema de en las fechas no es un detalle: refuer-
partidos sino en diversos escena- za la idea de que la nacionalización
rios, formales e informales, que so- de los hidrocarburos es parte de un
portan la presión de estos nuevos proceso y resalta el carácter concerta-
actores sociales. do de las soluciones políticas, puesto
que la realización simultánea del re-
Los cambios en la política tuvieron feréndum autonómico y de las elec-
consecuencias en la economía. Se ini- ciones para la Asamblea Constitu-
ció una transformación del modelo yente fue la respuesta pactada a la
neoliberal mediante la nacionaliza- crisis política que condujo, en junio
ción de los hidrocarburos anunciada de 2005, a la renuncia del presidente
por Evo Morales el 1 de mayo de 2006. y al adelantamiento de las elecciones.
El decreto continúa una política esta-
blecida por la nueva Ley de Hidrocar- ¿Qué elementos concurren para que
buros, aprobada en mayo de 2005, y la democracia boliviana enfrente esta
hace efectivos los resultados de un re- situación? Si la crisis y el cambio son
feréndum vinculante, el primero en las dos caras de una misma moneda,
este periodo democrático, realizado hoy el cambio no es una revolución
en julio de 2004, cuando se aprobó la sino una transición, a pesar de la
recuperación de la propiedad estatal consigna oficialista que pregona una
de los recursos hidrocarburíferos. «revolución democrática y cultural».
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Bolivia vive un proceso de transición 2005, conocidas como la «guerra del


a una nueva forma estatal cuya asig- gas», provocaron la renuncia de dos
natura pendiente es la articulación presidentes. Aunque coincidían en
de las relaciones entre economía, po- demandar la nacionalización, no ha-
lítica, cultura y sociedad en torno de bía acuerdo acerca del alcance de esa
nuevos ejes discursivos. La transi- medida: las concepciones más radica-
ción es el signo de esta coyuntura, les exigían la expropiación sin in-
pero es una coyuntura que se extien- demnización a las empresas extranje-
de por varios años como parte de un ras, mientras que las moderadas, en-
proceso de transformación que im- tre las cuales se encontraba la del
plica varias dimensiones: transfor- MAS, planteaban una «nacionaliza-
mación de las relaciones entre el Es- ción legal», sin confiscación ni ex-
tado y las inversiones extranjeras propiación. Se impuso, finalmente,
para la redefinición del modelo de la vía jurídica formal, que estableció
desarrollo; cambio en los vínculos en- los alcances de la medida sin una
tre el Estado y las regiones; transfor- ruptura con las empresas extranje-
mación del proyecto de nación a par- ras. Esto marcó una diferencia con
tir del reconocimiento de la diversi- las experiencias de nacionalización
dad de identidades sociales –sobre del siglo pasado –la Standard Oil en
todo étnicas–, antes subordinadas a 1936 y la Gulf Oil en 1969– que, ade-
un proyecto de homogeneización más, fueron implementadas por go-
cultural; y mutación de las pautas de biernos militares.
participación y representación políti-
co-institucionales. El gobierno del El referéndum vinculante de julio de
MAS encara estas transformaciones a 2004 y la nueva Ley de Hidrocarbu-
partir de dos ejes discursivos: nacio- ros de mayo de 2005 constituyeron
nalismo estatista y multiculturalismo los referentes del decreto de naciona-
indigenista. El primero se manifies- lización, que recuperó el criterio de
ta en el tema de los hidrocarburos y distribución de los ingresos estable-
el segundo está presente en las pro- cido por ley –50% para el Estado y
puestas del MAS para la reforma 50% para las empresas extranjeras–
constitucional. y estableció la «migración» obligato-
ria de los contratos petroleros a las
La «nacionalización legal» de los nuevas disposiciones legales. En el
hidrocarburos caso de los dos grandes campos de
producción gasífera que no dispo-
Después de varias décadas, el nacio- nían de contratos aprobados por el
nalismo regresó al centro del discur- Poder Legislativo, se impuso una ne-
so político. Las protestas sociales de gociación que partió de una pro-
octubre de 2003 y mayo-junio de puesta de distribución transitoria de
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82% para el Estado y 18% para las que provocó la renuncia del ministro,
empresas extranjeras; se invertían así que pocas semanas antes había sido
las cifras de la anterior ley vigente interpelado y censurado por la oposi-
desde 1996. ción en el Senado y ratificado en su
cargo por Evo Morales.
En otras palabras, el Estado retomó
su protagonismo en un sector clave En suma, aunque la nacionalización
de la economía y redefinió la relación modifica la relación Estado-empre-
con la inversión extranjera, pero sin sas, sus resultados son todavía relati-
atentar contra las inversiones realiza- vos en el objetivo de convertir a Ya-
das. Así, el clivaje Estado/mercado cimientos Petrolíferos Fiscales Boli-
tiende a resolverse mediante un for- vianos (YPFB) en una entidad con
talecimiento de la empresa pública capacidad para controlar la cadena
después de una década de «achica- productiva del sector. Aunque las
miento». Al margen de las considera- negociaciones por el incremento del
ciones técnico-financieras y la viabili- precio del gas exportado a Argenti-
dad de esta nueva orientación en la na han sido positivas, y las conver-
política económica, el discurso gu- saciones con Brasil seguramente
bernamental postula el nacionalismo concluirán del mismo modo, no está
estatista como la alternativa al neoli- claro si los recursos financieros adi-
beralismo. Pero, a diferencia del pa- cionales generados por esos acuerdos
sado, esta vez su implementación se se destinarán a fortalecer a la empre-
produce en el marco de la normativi- sa estatal de hidrocarburos. El go-
dad legal, pese a la retórica radical y bierno pretende que sean invertidos
la parafernalia antiimperialista –in- en ella, pero las regiones productoras
cluyendo la presencia de militares y –donde el MAS obtuvo menos apoyo
policías en las instalaciones petrole- electoral–, junto con diversos sectores
ras– que acompañó la promulgación sociales, reclaman que la distribución
del decreto en cuestión. se efectúe mediante la norma vigen-
te, que no contempla una asignación
Las relaciones con las empresas ex- importante para la empresa estatal.
tranjeras muestran esta ambivalen-
cia. De hecho, la primera crisis políti- Por eso, aunque la nacionalización
ca que sufrió el gobierno del MAS fue de los hidrocarburos era uno de los
resultado de las incongruencias en ejes de la oferta electoral de Evo Mo-
las negociaciones con Petrobrás. Una rales, su cumplimiento denota el
medida adoptada por el Ministerio predominio de la Realpolitik. Esto es
de Hidrocarburos fue desautorizada así pese a que el discurso que rodeó
por el vicepresidente después de un la decisión estuvo basado en la idea
reclamo del gobierno brasileño, lo de una «revolución» cuyo eje sería una
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reorientación de la política hidrocarbu- étnico, los «pueblos indígenas», quie-


rífera con un nítido contenido de recu- nes son interpelados como sujetos de
peración de la «dignidad nacional», un un proyecto de reconfiguración de la
fortalecimiento del Estado y la mejora comunidad política que ya no es con-
de la capacidad de gestión de YPFB pa- cebida como «una nación» sino como
ra alcanzar su objetivo final: la indus- una articulación de «naciones origi-
trialización del gas. Esto, por ahora, si- narias». Esto explica las alusiones a
gue siendo algo muy difícil de cumplir, los 500 años de colonialismo interno
aunque cuenta con un innegable apoyo en el discurso gubernamental, com-
ciudadano. Pero lo central es que, pese binadas con la recuperación de la
a la retórica nacionalista, el resultado memoria nacionalista del siglo pasa-
concreto es el establecimiento de con- do y la necesidad de construir un Es-
diciones tributarias más favorables pa- tado «fuerte». Y es en ese contexto
ra el Estado en las negociaciones con donde se expresa una tensión entre
las empresas transnacionales. «reforma del Estado» y «refundación
del país», así como la coexistencia
Con todo, este discurso es fundamen- discursiva, en el seno del gobierno, de
tal para explicar el apoyo al MAS y una visión nacional-popular (intercul-
su actual capacidad política. El nacio- tural) y otra visión indigenista (y mul-
nalismo, en efecto, es una de las ideo- ticulturalista), tal como se puso de re-
logías con mayor capacidad de inter- lieve en el debate de la Asamblea
pelación y opera como una suerte de Constituyente.
sentido común que se expresa en la
antinomia nación-antinación. Desde La Asamblea Constituyente
esa visión, el pueblo y el Estado re- y sus desafíos
presentan a la nación, mientras que la
antinación está expresada en el impe- A tres meses de su inauguración, la
rialismo y el coloniaje. Ésa fue la pos- Asamblea Constituyente aún no ini-
tura dominante en Bolivia desde la ció las deliberaciones para encarar la
«Revolución Nacional» de 1952. En redacción de un nuevo texto constitu-
los albores del siglo XXI, el discurso cional, y se encuentra enfrascada en
de Evo Morales recuperó los códigos una polémica sobre su reglamento in-
del nacionalismo revolucionario, con terno. Desde el inicio, primó una ló-
un cambio en el sujeto revoluciona- gica instrumental que llevó al MAS a
rio: ya no es «el pueblo» como alianza imponer su dominio y a Podemos, la
de clases y sectores sociales (como en principal fuerza opositora, a apelar a
el discurso del Movimiento Naciona- su capacidad de veto. Como la ley de
lista Revolucionario en 1952), sino un convocatoria estableció la necesidad
conglomerado de identidades y movi- de contar con los dos tercios para
mientos sociales con predominio de lo aprobar la nueva constitución, ni el
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oficialismo ni la oposición cuentan por lo tanto, «derivada», y su carác-


con votos suficientes. El MAS requie- ter «originario» tiene que ver más
re, en efecto, el apoyo de fuerzas me- bien con lo que el MAS define co-
nores para alcanzar ese número. Pero mo «sujeto constituyente»: las na-
las posiciones enfrentadas no se limi- ciones originarias, los pueblos indí-
taron a la Asamblea. Los jefes políticos genas. Se trata, una vez más, de la
ingresaron al debate y algunos acto- combinación en el discurso del
res sociales intentan incidir en las MAS de retórica radical y decisio-
decisiones: el movimiento cívico re- nes moderadas: se invoca lo «origi-
gional de cuatro de los nueve de- nario», pero no se asumen ni se de-
partamentos del país amenazó con fienden las derivaciones jurídicas
desacatar la nueva constitución, de esa exhortación.
mientras que las organizaciones so-
ciales campesinas e indígenas se Detrás de esos juegos de lenguaje se
acercaron a la sede de las delibera- esconde una tensión irresuelta en el
ciones para presionar a los constitu- proyecto del MAS, entre, por un la-
yentes. En otras palabras, de la po- do, la visión nacional-popular pre-
sibilidad de un pacto sustantivo, sente en el nacionalismo estatista y
orientado por valores y propuestas en la cultura política del sindicalis-
de reforma, transitamos a los cálculos mo campesino, y, por otro lado, la
racionales de los actores, lo cual hace tendencia indigenista expresada en
suponer que los resultados de la la mirada multiculturalista y en las
Asamblea Constituyente estarán so- propuestas del movimiento campe-
metidos a acuerdos instrumentales. sino e indígena. Sin duda, el multi-
culturalismo como política de reco-
Una de las polémicas se vincula al nocimiento de la diversidad étnica
primer artículo del reglamento que de la sociedad boliviana ha adquiri-
define a la Asamblea como «origina- do visibilidad e incide en el debate
ria». Esto provocó un áspero debate constituyente. Ningún proyecto de
por sus posibles consecuencias jurí- reforma puede prescindir de este
dicas. En efecto, una asamblea «ori- dato sociológico antes obviado por
ginaria» es diferente de una de ca- los códigos nacionalistas y libera-
rácter «derivado» de los poderes e les; es más, el multiculturalismo
instituciones vigentes, que estable- fue incorporado en las políticas pú-
cen límites a su tarea y la circunscri- blicas y en el sistema electoral me-
ben a la redacción del nuevo texto diante las reformas constitucionales
constitucional. El artículo en cues- de 1995 y 2004. Una de las vertien-
tión establece, de manera explícita, tes del MAS plantea una propuesta
que la Asamblea Constituyente res- de reestructuración estatal bajo la
petará los poderes constituidos. Es, noción de Estado multinacional o
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plurinacional1 a partir del reconoci- de un régimen de autonomías depar-


miento de autonomías territoriales tamentales que surgió como respues-
indígenas. Un tema que no se limita ta a la propuesta de Asamblea Cons-
a la reterritorialización del país y a tituyente, en buena medida como
la gestión de los recursos naturales reacción de los grupos empresariales
bajo nuevas pautas, sino que impli- más poderosos a la creciente influen-
ca una modificación sustantiva de la cia del movimiento campesino e indí-
estructura político-administrativa del gena. Un cabildo multitudinario, en
Estado y del sistema de representación enero de 2005, y la recolección de mi-
política, puesto que contempla la in- les de firmas impulsaron el referén-
corporación de modalidades de elec- dum nacional sobre el tema que, fi-
ción de representantes mediante usos nalmente, se realizó en julio de 2006,
y costumbres indígenas en sustitu- con un carácter vinculante respecto a
ción –o complementación– de la ló- la Asamblea Constituyente. Al prin-
gica liberal de ciudadanía. cipio, el gobierno del MAS apoyó la
demanda autonomista. Sin embargo,
Esto obliga a considerar otra faceta pocas semanas antes de la consulta
decisiva de la transición estatal, el cli- popular decidió impulsar el rechazo
vaje Estado/regiones, marcada por el y obtuvo una clara victoria, con alre-
debate en torno de las autonomías dedor de 54% en el total nacional y el
departamentales, con fuertes conno- triunfo en cinco de los nueve depar-
taciones luego de los resultados del tamentos: La Paz, Oruro, Cochabam-
referéndum del 2 de julio de 2006. El ba, Sucre y Potosí.
tema está en la base de las discusio-
nes sobre el carácter «originario» o El problema de fondo, entonces, es
«derivado» de la Asamblea Constitu- que el MAS, la principal fuerza en la
yente: algunos actores regionales con- Asamblea Constituyente, apostó al
sideran que el dominio del MAS, su- «No» a las autonomías departamen-
mado a la declaratoria de su carácter tales, y propone una agenda distinta
«originario», podría traducirse en el en el debate respecto a la descentrali-
reconocimiento constitucional de au- zación, que incluye otras modalidades
tonomías indígenas y en la negación
de las autonomías departamentales. 1. V., al respecto, Álvaro García Linera: Estado
multinacional. Una propuesta democrática y plura-
lista para la extinción de la exclusión de las nacio-
El tema no es nuevo. La descentrali- nes indias, Malatesta, La Paz, 2005. El autor es
zación política tiene una larga historia el actual vicepresidente de la República. V. t.
Asamblea Nacional de Organizaciones Indí-
de luchas regionales, particularmen- genas, Originarias, Campesinas y Coloniza-
te por parte del movimiento cívico dores de Bolivia: «Por un Estado plurinacional
y la autodeterminación de los pueblos y nacio-
de Santa Cruz. En los últimos años, nes indígenas, originarias y campesinas», La
tomó renovados bríos con el planteo Paz, 2006.
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–complementarias o alternativas– de «pacto autonómico» que implicará que


autonomías regionales e indígenas. En ninguna de las propuestas sea desecha-
la propuesta preliminar del MAS2 se da totalmente. El asunto será dirimir si
percibe una confusión en este tema. las autonomías indígenas tendrán un
En un acápite se mencionan «autono- rango similar a las departamentales o
mías municipales, indígenas y depar- si serán incluidas en un régimen de au-
tamentales» y en otro se plantean tonomías departamentales.
«autonomías regionales, indígenas,
municipales y/o departamentales». En todo caso, el indigenismo y el re-
Las incongruencias de esa fórmula, gionalismo extremos son las expresio-
que combina el «y» y el «o» en un nes antidemocráticas de la reforma es-
mismo enunciado, revelan una ten- tatal y pueden generar un escenario de
sión en el discurso: la primera lectura conflicto y polarización. La viabilidad
(siguiendo la «y») combina las cuatro de la reforma estatal en Bolivia exige
modalidades de autonomía, pero la establecer una política de intercultura-
segunda lectura (siguiendo la «o») lidad entendida como diálogo y con-
excluye las autonomías departamen- certación entre diversas identidades
tales. Parece una discusión semántica, sociales y proyectos políticos, la única
pero no lo es. Revela una indefinición vía para lograr la coexistencia de los
en el proyecto del MAS, que oscila en- particularismos étnicos y regionales
tre la contraposición y la combinación en un proyecto nacional-popular que
de las autonomías departamentales e se sustente en la democracia, y que
indígenas. Ése es el punto central del además la profundice. Su prueba de
debate constituyente, y la definición fuego será el momento en que la des-
del MAS será decisiva. centralización política, bajo el modelo
de autonomías departamentales, y la
En esta perspectiva, la decisión más propuesta de autonomías indígenas
acertada para hacer viable su proyec- entren en disputa en la Asamblea
to hegemónico parece ser articular Constituyente. Recién entonces se sa-
las autonomías departamentales con brá si los acuerdos del pasado eran so-
su propuesta de reforma constitucio- lo una tregua de la polarización, o si
nal. Es que la victoria del «Sí» en constituyen el germen de una concerta-
cuatro departamentos (Santa Cruz, ción nacional en torno de un proyecto
Pando, Beni y Tarija) elimina la posi- político con capacidad hegemónica.
bilidad de soslayar las autonomías
departamentales. Aunque es obvio
que las cosas se complican a la hora
de formular un diseño institucional,
todo parece indicar que la respuesta 2. V., al respecto, MAS-IPSP: «Refundar Bolivia
apropiada será la aceptación de un para vivir bien», La Paz, 2006.

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