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Partiendo de esa premisa, el papel del Docente de hoy, para ponerse a tono con los
cambios por los cuales transita el país, es formar al nuevo republicano dentro de la
diversidad cultural y étnica; Para ello el docente no puede hacer concesiones a la
sumisión y al racionalismo tecnocrático, por el contrario, se hace imprescindible
abandonar críticamente la “cultura afirmativa”, que hace del Maestro un ser
contemplativo de la realidad y en ningún momento puede plantearse la posibilidad de
transformarla.
El Educador de hoy, desde una teoría de la liberación, tiene que ayudar al desarrollo del
alumno en su aspecto social, intelectual y afectivo, haciendo de ÉL, un elemento
socialmente comprometido consigo mismo y con el colectivo al cual pertenece.
En ese sentido, la practica educativa, debe tener siempre como referencia dos
representantes de la pedagogía de la revolución, uno el educador político como lo es
Paulo Freire, y el otro el político educador: Ernesto CHE Guevara.
Existe y siempre ha existido, una relación dialéctica entre educación, política y poder,
de manera que si deseamos la transformación de las sociedades injustas, una de las vías
a seguir para lograrlo es ir tras las huellas de Paulo y del Che.
Es necesario que sin demora, nos transformemos en los aliados de la pedagogía crítica,
de la pedagogía revolucionaria para combatir las miles facetas del mal, y la posibilidad
de crear inteligentemente un mundo más justo, más hermoso y verdaderamente fraternal
ofreciendo resistencia a todo género de injusticias, degradaciones y violencias que
gobiernan al planeta tierra.
El pensamiento de Paulo Freire, se afina en cada palabra y en cada acción al asumir que
“el proyecto pedagógico se crea como objeto de ubicar a las vidas dentro del aula, y de
emplear el conocimiento y la transformación como armas para cambiar el mundo.
Desde la perspectiva del lugar social que ocupan los condenados de la tierra, llega a ser
claro que el solo conocimiento, como lo propone la escuela, no transforma la vida. Sólo
la conversión del conocimiento en acción puede operar ese cambio. Esto define
concretamente el significado de la práctica: el movimiento dialéctico que tiene lugar
entre la conversión de la acción transformadora en conocimiento, y la conversión de
esto ultimo en acción transformadora”.
Por su parte, la pedagogía de Ernesto Guevara, era tan pertinaz como su marxismo, y
todo lo que quiera, pero menos sumisa, ante todo fue un maestro revolucionario y el
maestro de la revolución, un ejemplar pedagogo internacionalista de la práctica
revolucionaria.