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UN CULTO CORRUPTO

(Jue. 17:1-18:31)

Fondo histórico:
Ausencia de un rey en Israel. Es interesante observar cómo se repite este tema en: Jue. 17:6; 18:1;
19:1 y 21:25. No se dice que hacía falta un juez, pero sí que reinaba la anarquía y por lo tanto cada
uno hacía lo que bien le parecía. Estas condiciones hicieron mucho más difícil para el pueblo
conocer exactamente lo que Dios esperaba de ellos, pues sus dirigentes estaban desorientados o
seguían sus gustos personales.
Micaía. Era un nombre común como Juan o José en nuestros días. Su nombre significa “quién como
Jehová”. No hay ninguna mención de su padre, pero sí de su madre y del hecho que era de la tribu
de Efraín, su casa se ubicaba a 35 km al norte de Belén de Judá.
Belén de Judá. Una aldea situada a 8 km al sur de Jerusalén.
Terafines. Eran imágenes caseras que los israelitas usaban en la adoración a Jehová (comp. 1S
19:13, 16 donde la palabra traducida como “estatua” es literalmente “terafín”). Ver también Os.
3:4. Sin embargo se consideraban ídolos según 1S 15:23, donde la palabra que se traduce como
“idolatría” literalmente significa “terafines”.
Monte de Efraín. Lugar donde se describe vivía Micaía, el cual no era una montaña, sino la región
montañosa que se encontraba en el centro de Israel, entre la frontera sur de Benjamín y la frontera
norte de Manasés.
Énfasis:
Al igual que en su inicio, la terminación del libro de Jueces está compuesto de 2 partes: La primera
relata el origen del santuario de Dan (17:1-18:31), y la otra, la guerra civil contra Benjamín (19:31-
21:25). Estos eventos acontecieron en las primeras generaciones del período de los jueces (ver
18:30; 20:28), pero el autor los coloca al final del libro como ejemplo mayúsculo de la infidelidad de
Israel a Jehová. Además, lo que se relata en este capítulo y los restantes hasta el final de este libro,
ocurrió poco después de la muerte de Josué, véase cap. 20:28.

El santuario ilegítimo de Micaía, Jue. 17:1-13. Evidentemente Micaías tenía su propia “casa de
Dios” o “casa de los dioses”, es decir, un santuario privado de adoración. Además, por su cuenta,
Micaías hizo un efod, o sea una vestidura sacerdotal, utilizada como símbolo de aquella persona
que buscaba una palabra del Señor. El efod llegó a ser una contradicción en la religión híbrida de
Micaías, por un lado buscaba a Dios y por otro desconocía las enseñanzas básicas del Señor que
prohibía los tener ídolos.
Un joven levita de Belén viajaba buscando un lugar donde establecer su hogar, cuando llegó a la
casa de Micaías quien al conocer sus antecedentes, lo contrata para que sea su sacerdote personal.

Los de Dan exploran Lais, Jue. 18:1-10. La sección se abre con una indicación de la situación
caótica de Israel, una tierra sin rey. Luego el relato va directamente al corazón de la sección que es
la búsqueda de una tierra de parte de la tribu de Dan. Incapaz de echar a los filisteos de su
territorio, la tribu de Dan mira hacia el extremo norte, mandando a cinco valientes desde Zora y
Estaol. Estas fueron las primeras ciudades entregadas a la tribu de Dan durante la distribución de
tierra por Josué (Jos. 19:40, 41).

Los de Dan se llevan al levita, Jue. 18:11-31. El relato narra el viaje de casi 170 km de 600 familias
danitas hacia el norte, donde empieza el río Jordán y está la ciudad de Lais. El principal evento del
viaje es el “robo” del sacerdote, de los ídolos domésticos, de la imagen y del efod de la casa de
Micaías y su instalación en la nueva tierra de Dan. Cuando los danitas llegan a Lais, matan a la
gente, queman la ciudad y después la reconstruyen. La nueva ciudad recibió el nombre de Dan.
UN CULTO CORRUPTO
(Jue. 17:1-18:31)

Verdad central: La experiencia de los israelitas en este período de la historia del pueblo de Dios nos enseña que
la ignorancia de las Escrituras trae consecuencias funestas.

Lee tu Biblia y responde:


1. El santuario ilegítimo de Micaía, Jue. 17:1-13
A. La fundación, v.1-6. A la madre de Micaía alguien le había robado mucha plata. Como ella no sabía quién era el
ladrón, lo maldijo pidiendo que Dios lo castigara. El culpable era (v.2) __________. No había temido a Jehová cuando
robó a su madre, pero la maldición le dio miedo. Su religión se había convertido en una superstición, divorciada de
las exigencias éticas de la ley de Moisés. Cuando su madre se dio cuenta de que había maldecido a su propio hijo,
trató de deshacer lo dicho con una bendición.
Micaía ya había quebrantado 2 de los 10 mandamientos: el ___ (Éx. 20:12) y el ___ (Ex. 20:15). Luego, la madre
violó otro. Cuando su hijo le devolvió la plata, ella la consagró para hacer una imagen a Jehová (lee Éx. 20:4)
violando el ___ mandamiento. Micaía y su madre se consideraban adoradores de Jehová, pero les faltaba la
orientación de la palabra de Dios.
Micaía colocó la imagen en un santuario que tenía (v.4b-5a) “…hizo de ellos una imagen de talla y una de
fundición, la cual fue puesta en la ______ de Micaía. Y este hombre Micaía tuvo casa de dioses, e hizo _____ y
_________…”. Para Micaía su santuario era de Jehová, pero para el autor del libro, era de dioses falsos. La casa de
Dios legítima estaba en (18:31) ______. Para Micaía el efod era un medio para adorar a Dios, pero fácilmente se
podía convertir en un ídolo. Micaía instaló a uno de sus hijos como (v.5) _________ de su santuario, infringiendo así
todavía otra ley (ver Nm. 3:10), pues solamente los descendientes de Aarón tenían el derecho de ejercer el
___________.
B. Su sacerdote levítico, v.7-13. Un joven levita de Belén, salió en búsqueda de una mejor vida. Viajando hacia el
norte, llegó a la casa de Micaía en (v.8) el monte de ________. Cuando Micaía supo que el joven era levita, le ofreció
empleo como guía religioso y sacerdote de su santuario. Los levitas eran los maestros de la ley de Moisés, por eso
el joven debía rechazar esta oferta y enseñar a Micaía acerca de la adoración legítima, pero todo lo contrario,
aceptó con gusto la seguridad económica que le ofrecía y la oportunidad de ejercer el sacerdocio.
Micaía creía que con su santuario y con un levita por sacerdote, Jehová tendría que (v.13) ___________. No se daba
cuenta de que no estaba cumpliendo con el culto que Dios exigía.

2. El santuario ilegítimo de Dan, Jue. 18:1-31.


A. Su sacerdote levítico, v.1-10. En ese tiempo los danitas aun no habían logrado conquistar el territorio que
Jehová les había asignado, enviaron a (v.2) __ espías para buscarles otro. Viajando hacia el norte, llegan a la casa
de Micaía y al reconocer la voz del levita, se apartan del camino para saludarlo y se enteran que Micaía lo había
contratado como sacerdote. Los viajeros pasaron la noche en la casa de Micaía y a la mañana siguiente continúan
su camino hasta llegar a (v.7) _____. Vieron que Lais se podía conquistar fácilmente ya que “… estaban lejos de los
__________, y no tenían negocios con nadie”. Al regresar, animaron a sus compatriotas a ir a conquistar la ciudad.
B. Contratado, v. 11-26. Salieron de las ciudades danitas un total de _____ hombres con sus familias y posesiones
hacia la ciudad de Lais. Cuando viajaban, pasaron por la casa de Micaía y los cinco espías entraron a la casa para
saludar al levita y lo llevaron a la puerta de la propiedad donde estaba el resto de los viajeros. Mientras el levita se
distraía saludando, los espías subieron al santuario (v.18) y “… tomaron la _______ de talla, el efod, los _________ y
la imagen de fundición”. Después, convencieron al levita a unirse a ellos en su viaje y ser su sacerdote.
C. Su fundación, v.27-31. Cuando los danitas llegaron a Lais, la atacaron, masacrando a sus habitantes y
quemando a los edificios. Después la reconstruyeron, la llamaron (v.29) _____ y establecieron allí un santuario al
nombre de Jehová, a pesar que la verdadera casa de Dios estaba en Silo. Así, como en el caso de Micaía, el
santuario idolátrico no trajo la prosperidad esperada a Dan, sino que esa tribu sufrió (v.30) ___________. El autor ha
guardado hasta el final una sorpresa más (v.31): ¡El joven levita era nieto de __________!

APLICACIONES DEL ESTUDIO.


1. Una religión con elementos contrarios a la voluntad de Dios, no es de su agrado. Dios no cierra los ojos
para aceptar cualquier culto. El único culto y adoración que el acepta es el que Él ha aprobado y ordenado por
medio de su Palabra y que surge de un corazón arrepentido y que sinceramente busca obedecerle. Necesitamos
una revisión de las prácticas de nuestro culto y adoración para mejorar aquellos aspectos que no proclaman la
grandeza de Dios, el arrepentimiento y la obediencia por parte de los adoradores.

2. Micaía interpretó como señal del favor de Dios para él y sus imágenes la llegada de un levita a su
puerta. De esta manera, los que se complacen en sus engaños, si la providencia trae inesperadamente a sus
manos algo que los adentra más en su mal camino, son dados a pensar que Dios está complacido con ellos.
COMENTARIO BÍBLICO JAMIESON-FAUSSET-BROWN
JUECES 17
1-4. MICAIA RESTAURA A LA MADRE EL DINERO ROBADO, ELLA HACE IMAGENES.
1. un hombre del monte de Efraín—de las regiones montañosas de Efraín. Este relato y los que siguen,
forman una colección miscelánea, o apéndice, del libro de Jueces, y pertenecen a un período cuando la nación
hebrea estaba en un estado desordenado y corrompido. Este episodio de Micaía se relaciona con 1:34, y se
refiere a un pequeño santuario de su propiedad, una representación en miniatura del tabernáculo de Silo, el
cual él llenó de imágenes hechas, probablemente, en imitación del arca y los querubines. Micaía y su madre
eran sinceros en su propósito de honrar a Dios. Pero su fe estaba mezclada con una triste cantidad de
ignorancia e ilusión. Pero su método decisivo, como también el culto a la propia voluntad que ellos
practicaban, los expusieron a la pena de muerte.
3. una imagen de talla y de fundición—tallada de un bloque de madera o de piedra, cubierta de plata;
otra, una figura de metal sólido, fundida en un molde. Solo 200 siclos fueron entregados al fundidor,
probablemente el costo de dos imágenes de plata, con sus pertenencias, pedestales, bases, etc., en aquellos
días 200 siclos era una suma no adecuada para la fabricación de estatuas grandes.

5. tuvo este hombre Micaía casa de dioses—hebreo, casa de Dios, una capilla religiosa, un
establecimiento privado de su propiedad. efod—(Ex. 28:4). Terafín, dios tutelar de la familia (Gn.31:19,
31:30). … consagró uno de sus hijos, y le fue por sacerdote—La asunción al sacerdocio de alguien que
no era de la casa de Aarón era una violación directa de la ley divina.
6. cada uno hacía como mejor le parecía—Por la falta de gobierno establecido, no había quien le llamara
al orden. No había castigo para crimen alguno.
7. Belén de Judá—Así llamada en contraste con una aldea del mismo nombre, en Zabulón. de la tribu de
Judá—Los hombres de la tribu de Leví podían unirse, como hizo Aarón por casamiento con otra tribu: así este
joven levita pertenecía a la tribu de Judá, por parte de la madre, lo que explica su residencia en Belén, y no
en una de las ciudades levitas.
8. este hombre se había partido… para ir a vivir donde hallase—Como había una disposición
competente para todo miembro del orden levítico, el hecho de que este hombre anduviera vagando, prueba
que tenía una disposición errante y hábitos inestables. En sus andanzas llegó a la casa de Micaía, quien, como
supo quién era, solicitó sus servicios permanentes.
10. Micaía le dijo: Quédate en mi casa, y serás en lugar de padre—Padre espiritual, que dirigiera los
servicios religiosos del establecimiento; él había de recibir, además de su mantenimiento, un salario de 10
siclos de plata por año, el ordinario de vestidos—No sólo ropas para usos ordinarios sino también
vestimenta para el ejercicio de sus funciones sacerdotales.
12. Micaía consagró al levita—Hebreo, “llenó su mano”. Este acto de consagración fue menos ilegal para
Micaías que lo hizo, que para el levita que lo recibió (véase 18:30).
13. Ahora sé que Jehová me hará bien—La deposición de su hijo, seguida por la instalación de este levita
en el puesto sacerdotal, parece haber satisfecho su conciencia, y él consideraba que por las ministraciones
regulares de la religión él, iba a prosperar. Esta expresión de su esperanza demuestra la influencia
combinada de la ignorancia y la superstición.

CAPITULO 18
1-26. LOS DANITAS BUSCAN UNA HEREDAD.
1. en aquellos días la tribu de Dan buscaba posesión para sí donde morase—Los danitas tenían un
territorio señalado para sí como las demás tribus. Pero por indolencia, o por falta de energía, no consiguieron
la plena posesión de su porción, y permitieron que una porción considerable fuese arrancada de sus manos
por los filisteos. Por consiguiente, estando estrechos en su lugar, un número considerable de ellos resolvieron
tratar de conseguir una colonia nueva y adicional en una parte lejana del país. Una delegación enviada a
explorar el país, llegó, en su viaje hacia el norte, a la residencia de Micaía, y reconociendo al sacerdote, por
ser uno de sus antiguos conocidos, o tal vez por su dialecto provincial, ansiosos pidieron sus servicios para
averiguar los resultados de su actual expedición. Su respuesta, aunque aparentemente alentadora, fue
engañosa, y realmente tan ambigua como las de los oráculos paganos. Esta petición hace ver aun más clara y
ampliamente que el cisma de Micaía, la triste degeneración de aquellos tiempos.
Los danitas no expresaron ninguna emoción ni de sorpresa ni de indignación de que un levita se atreviese a
asumir las funciones sacerdotales ni de que existiera un establecimiento rival del de Silo. Muy dispuestos
estaban a buscar por medio de los terafim la información que sólo podría buscarse legalmente por medio del
urim del sumo sacerdote, y estando tan equivocados en sus opiniones y prácticas religiosas como estaba
Micaía, demuestran el bajo estado de la religión, y cuánta superstición prevalecía en todas partes del país.
7-10. aquellos cinco hombres se partieron, y vinieron a Lais. Se cree que estaba habitada por una
colonia de sidonios. El lugar estaba muy apartado, el suelo era fértil y había abundancia y variedad de sus
productos, y sus habitantes estaban siguiendo las actividades pacíficas de la agricultura, viviendo en su valle
rico y aislado, según el estilo sidonio de quietud y seguridad, felices entre sí, con pocas comunicaciones con
el resto del mundo. El descubrimiento de este paraíso septentrional parecía, para gozo de los espías danitas,
el cumplimiento de las predicciones del sacerdote. Se apresuraron, pues, a volver para informar a sus
hermanos en el sur acerca del valor de su botín y cuán fácilmente llegaría a ser su presa.
11. partiendo los de Dan de allí… seiscientos hombres. Este fue el número de hombres equipados con
armas para llevar a cabo esta empresa expedicionaria, sin contar las familias y muebles de los emigrantes (v.
21). Su viaje los llevó por el territorio de Judá, y su primera etapa fue “tras”, o sea, al oeste de Quiriat-jearim,
en un lugar después llamado “el campo de Dan”. Siguiendo su viaje hacia el norte, siguieron a lo largo de la
falda de las montañas de Efraín, y al acercarse a las inmediaciones de la casa de Micaía, informando los
espías que allí había un santuario popular, el sacerdote del cual les había rendido un servicio importante en
su viaje de exploración, se acordó unánimemente que tanto él como el moblaje del establecimiento sería una
adquisición valiosa para su proyectada colonia. Un plan de espoliación fue formado inmediatamente. Mientras
hombres armados quedaban como centinelas junto a las puertas, los cinco espías penetraron en la capilla,
robaron las imágenes y vestimentas, y lograron sobornar al sacerdote mediante una oferta tentadora de
transferir sus servicios a su colonia nueva.
Haciéndose cargo del efod, los terafim y la imagen de talla, “se vino él entre la gente”, en medio de la línea
de marcha, tal vez por causa de su seguridad personal; pero más probablemente, en imitación del lugar
señalado para los sacerdotes y el arca, en medio de las tribus, en sus jornadas por el desierto. Este robo
presenta una curiosa mezcla de baja moralidad y fuertes sentimientos religiosos.
Aquellos danitas manifestaron un principio profundamente arraigado en la naturaleza humana, el afecto
religioso y la necesidad de algún objeto sobre el cual ejercitarlo, pero que no sabe hacer bien la elección de
los objetos. Cuanto más tenue sea la influencia que la religión ejerce en el corazón, tanto mayor es la
importancia que se da a los ritos exteriores; en la observancia de éstos la conciencia se satisface plenamente,
y rara vez o nunca es molestada por las reflexiones sobre la violación de la moralidad.
22-26. los hombres… en las casas cercanas a la casa de Micaía, se juntaron. Los ladrones de la
capilla pronto fueron descubiertos, y pronto se empezó una persecución, con Micaía a la cabeza de un grupo
considerable de acompañantes. La prontitud con que se juntaron en una tentativa de recuperar los artículos
robados, nos presenta la suposición de que la capilla estaba a la disposición de todo el vecindario; y la
importancia que Micaía, como Labán, daba a los terafim, se ve por la urgencia con que siguió a los ladrones,
exponiendo su vida en la tentativa de recuperarlos. Pero viendo que su grupo de amigos no podía contra los
danitas. Micaía creyó prudente desistir, sabiendo bien la regla que prevalecía en aquel entonces en la tierra,
que “tomaría los que tenían poder, y guardarían los que podían”.

27-29. CONQUISTA A LAIS.


27. llegaron a Lais… metiéronlos a cuchillo, y abrasaron la ciudad con fuego—“Nos choca esta
invasión y matanza de un pueblo tranquilo y seguro. Sin embargo, si la concesión original de Canaán a los
israelitas, les dio un derecho divino y mandato para esta empresa, esto lo santifica y legaliza todo”
(Chalmers). Este lugar parece haber sido una dependencia de Sidón, pero la distancia hacía imposible
conseguir ayuda de allí en esta emergencia repentina.
28, 29. reedificaron la ciudad … y llamaron el nombre de aquella ciudad… Dan—Estaba en el
extremo norte del país, y de ahí el origen de la frase “desde Dan hasta Beerseba”.
30. los hijos de Dan se levantaron imagen de talla—La distancia los separaba de los demás israelitas, y
sin duda, esto que era su excusa para no ir a Silo, y debe haber sido la causa de que se perpetuase entre
ellos la idolatría durante muchas generaciones.

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