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TEMA 1

I. REGULACIÓN DE LA SOCIEDAD ANÓNIMA EN EL


DERECHO ESPAÑOL. SIGNIFICADO E INTERPRETACIÓN
DEL R.D.I.
En el derecho español la SA se rige, principalmente, por dos normas:

El RD Legislativo 1564/1989, de 22 de diciembre, por el que se aprueba el Texto Refundido


de la Ley de SA.
EL RD 1784/1996, de 19 de julio, por el que se aprueba el Reglamento del Registro
Mercantil (principalmente en sus arts. 114 a 174).

Esta regulación tiene un doble significado fundamental:


a).- Significado armonizador. El RD Legislativo 1564/1989 supone la adaptación del
Derecho español de SA a las Directivas CE en esa materia, exigencias del Derecho de
establecimiento en el marco de la UE reconocido a las personas jurídicas (arts. 3.1-h, 43, 48
TCE; en concreto, las Directivas armonizadas son la 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 6ª y 11ª).
b).- Significado reformista. La anterior adaptación fue acompañada de la reforma y mejora
técnica de algunos aspectos de la LSA de 1951, no influidos por las Directivas CE, pero
reclamados por la experiencia de la aplicación práctica de la Ley de 1951.
Junto a las normas básicas debe mencionarse la Ley 24/1988 del Mercado de Valores.
Reglamento (CE) 2157/2001, por el que se aprueba el Estatuto de la SA Europea (ESAE).
La ordenación legal de la SA es de carácter imperativo por defecto (Art. 10 LSA). Esto
significa que regla básica en su interpretación es su carácter no excluible por disposición
estatutaria salvo cuando la propia ley así lo autorice expresamente.

II. RASGOS FUNDAMENTALES DE CARACTERIZACIÓN Y


TEORÍA ELEMENTAL DEL CAPITAL SOCIAL.

La forma social “SA” se define en abstracto, por ciertas notas fundamentales que las
distinguen esencialmente de las restantes formas sociales. Estos rasgos fundamentales son de
orden imperativo. Van implícitos en la elección de la SA como forma de organización
societaria y pueden ser considerados como principios configuradores de ella (Cf. art. 10 y vid.,
entre otros, arts. 1º, 3º, 7º, 9º H-i, 34.1, 51). No son, por tanto, ni excluibles ni modificables (se
trataría de cláusulas nulas por contravenir la Ley y los principios configuradores ex art. 10).
La SA es el arquetipo de la corporación capitalista. Tiene personalidad jurídica
corporativa. Ello implica que junto a los elementos esenciales propios de la sociedad en general,
el régimen legal de la forma SA añade los siguientes con carácter imperativo:

A).- PATRIMONIO PROPIO EVALUABLE ECONÓMICAMENTE.

La SA es una sociedad que necesariamente ha de ser titular de un patrimonio propio.


Este se forma inicialmente mediante la suscripción del capital social, que implica la obligación
de entrega de las aportaciones contraída con ella por los socios fundadores. Las aportaciones al
capital, además de necesarias, han de ser susceptibles de valoración económica y constar en
la escritura pública de constitución, pues constituyen el patrimonio inicial mínimo de la SA,
este patrimonio oscilará después en su composición y valoración según las vicisitudes de la
explotación y actividad social; eventualmente, socios o terceros podrán realizar nuevas
aportaciones al capital, derivadas de operaciones de aumento del capital social. Los bienes,
derechos y acciones que compongan el patrimonio de la SA son de titularidad de ésta como
persona jurídica. No existe cotitularidad entre socios sobre él, sino un aislamiento perfecto entre

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la esfera patrimonial de la SA y la esfera patrimonial de cada socio, así como de las de estos
entre sí. De ello se siguen algunas consecuencias fundamentales:
Los socios de la SA no responden de las deudas sociales. De éstas sólo responde
la sociedad con su patrimonio (Art. 1).
El “embargo de los puestos de socio” no implica embargo de la cuota ideal del
patrimonio que pudiera corresponder a las mismas.
La protección de la seguridad del tráfico exige normas y técnicas en tutela de la
correcta formación, realidad y mantenimiento del patrimonio de la SA en unos
niveles mínimos. La principal de ellas es el instituto del capital social.

B).- SOCIEDAD CON NECESARIA ESTRUCTURA CORPORATIVA.

La SA no admite la actuación directa de sus socios en la gestión y dirección de los


asuntos sociales, sino que el desarrollo de la vida de la sociedad es imperativamente
encomendado a dos órganos sociales: la junta general de accionistas y el órgano de
administración. Cada uno de ambos órganos es titular de un haz de competencias y funciones
con carácter exclusivo y excluyente de forma que, en este aspecto, se da una suerte de
distribución o compartimentación entre ellos. La Ley y los estatutos sociales (no el contrato de
sociedad) rigen su funcionamiento.

C).- SOCIEDAD CON DENOMINACIÓN, DOMICILIO Y NACIONALIDAD.

La SA está dotada de denominación, domicilio y nacionalidad como elemento propios


de identificación y actuación en el tráfico (la denominación y el domicilio) y de
determinación de su régimen jurídico (la nacionalidad) (Cf. Art. 2, 5, 6).

D).- FORMA SOCIAL TÍPICAMENTE DESPERSONALIZADA O DESPROVISTA DE


INTUITUE PERSONAE.

El socio de la SA obtiene la condición de tal mediante la titularidad de acciones, las


cuales recibe originariamente de la propia SA en pago de sus aportaciones al capital o bien las
adquiere derivativamente de un titular anterior.
Las acciones son posiciones de socio objetivadas (puestos de socio) producto de la
necesaria división del capital social en partes alícuotas (art. 47.1); cada una es un conjunto de
derechos y, acaso, obligaciones, susceptible de ser objeto autónomo de negocios jurídicos a
título pleno (compraventa), limitado (usufructo) o de garantía (prenda), así como de embargo y
ejecución.
Las acciones, además de partes del capital y posiciones objetivas de socio, tienen
atributo legal (no excluible por disposición estatutaria) de valores mobiliarios (art. 1 y 51).
Este carácter es el elemento distintivo fundamental entre la SA y las restantes formas sociales
desde el prisma morfológico (especialmente respecto de la SRL); funcionalmente, este elemento
facilita sobremanera los negocios traslativos que las tengan por objeto, negocios que puedan
significar cambios de socios sin afectación de la estructura y continuidad de la SA, razón por la
cual la posición de socio en la SA es plenamente fungible o impersonal. No obstante, esta
predisposición legal típicamente despersonalizada puede ser matizada mediante ciertas
previsiones estatutarias.

E).- SOCIEDAD EN LA QUE LOS SOCIOS NO RESPONDEN DE LAS DEUDAS


SOCIALES (ART. 1).

Los socios de la SA sólo responden ante la sociedad (no ante terceros) por las
aportaciones al capital suscritas y no entregadas (dividendos pasivos, art. 42 y ss.) y, en su
caso, por las primas de emisión no entregadas o por prestaciones accesorias incumplidas.

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Los acreedores carecen de acción contra los socios para reclamar a estos el pago de
las deudas sociales (a salvo de la aplicación del art. 1111 CC y la doctrina del “levantamiento
del velo de la personalidad jurídica” y ciertas excepciones muy puntuales).

F).- SOCIEDAD DE CAPITAL.

La SA es una corporación capitalista, necesariamente ha de tener capital social,


instituto que se erige en columna vertebral de su organización financiera y societaria.
CONCEPTO Y FUNCIONES DEL CAPITAL SOCIAL.

El capital social es una cantidad de dinero expresada en euros cuya cifra es mención
esencial de los estatutos sociales (art. 9.f, 34.1.b LSA) y de obligada publicidad registral (art.
121 RRM en relación con art. 114.1.4ª RRM). La cifra del capital social no se determina de
forma arbitraria sino que es el resultado de la adición del valor asignado en la escritura de
constitución a cada una de las diferentes aportaciones de los socios al capital (art. 8c; este es el
significado fundamental de la expresión “se integrará por las aportaciones de los socios” que,
respecto del capital, establece el art. 1 LSA)
El capital social cumple importantes funciones:
Función financiera. El capital social es el principal vehículo formal de captación de fondos
propios por la SA, ya sean en forma de dinero o de otros bienes susceptibles de
valoración económica.
Función de garantía. Respecto de terceros acreedores, función indicativa y retentiva del
valor mínimo en dinero del patrimonio activo que ha de mantener la SA durante su
vida, necesaria “contraprestación” al beneficio de la exclusión de la responsabilidad
personal de los socios por las deudas sociales. Así:

Desde el punto de vista contable, el capital social tiene el tratamiento de pasivo o deuda
de la sociedad, si bien no es una deuda en sentido jurídico ya que carece de
acreedor. El art. 175 LSA sitúa al capital social como primera partida del pasivo del
balance a fin de que cumpla una permanente función de retención de patrimonio
neto activo en cuantía suficiente a su valor.
Desde el punto de vista jurídico, la cifra del capital social es el umbral a partir del cual,
y una vez dotada la reserva legal, la SA podrá válidamente acordar el reparto de
beneficios o, en otros términos, que parte de su patrimonio activo sea entregado a
sus socios como dividendo con la consiguiente merma de su solvencia. Por ello, la
LSA sólo autoriza el reparto de beneficios a los accionistas, si tras el reparto el
valor del patrimonio neto contable no resulta inferior al capital social; por la
misma razón, el beneficio debe destinarse obligadamente al saneamiento de
pérdidas de ejercicios anteriores cuando a consecuencia de las mismas el valor del
patrimonio neto de la SA fuera inferior a la cifra del capital social (art. 213.2 LSA).

• Función de organización interna o de las relaciones entre la sociedad y sus


accionistas. El capital social es, en combinación con el valor nominal de las acciones,
el criterio con arreglo al cual habrán de ser distribuidos desde el punto de vista
cualitativo los derechos de socio ordinarios, así como, en su caso, los especiales que
puedan ser reconocidos por los estatutos sociales. Cuantitativamente, los derechos se
atribuyen a los accionistas proporcionalmente al riesgo empresarial asumido por cada
uno, riesgo que viene cuantificado por la suma del valor nominal de sus acciones. De
esta forma, la intensidad cuantitativa de los derechos del accionista se determina según
la proporción que suponga su participación en el total del capital social, esto es, el
resultado de dividir la cifra del capital social por el valor nominal de las acciones de
cada concreto socio.

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PROTECCIÓN DEL CAPITAL SOCIAL O PRINCIPIOS INFORMADORES DEL
RÉGIMEN JURÍDICO DEL CAPITAL SOCIAL.

La importancia del capital social en el funcionamiento de las SA explica los aspectos del
régimen jurídico de esta forma social dirigidos a proteger la efectividad de aquél. Este conjunto
de normas suele sistematizarse en los denominados principios del capital social. Son los
siguientes:
Capitalización mínima. La SA debe ser constituida y mantener a lo largo de su vida un capital
mínimo de 60.101,21€.
Determinación o conocimiento exacto. El capital social es mención estatutaria esencial y
objeto de obligada publicidad registral, lo que implica el previo control de legalidad de su
correcta formación desde los puntos de vista jurídico y económico como presupuesto de
eficacia de su función de organización, lo que indica el carácter constitutivo de su inscripción
registral.
Integridad. El capital social debe estar íntegramente suscrito como presupuesto de validez del
acto constitutivo de la SA o de sus ulteriores aumentos de capital. Ello significa que desde el
acto constitutivo todas y cada una de las acciones deben tener un titular jurídico originario
distinto de la propia SA que las emite. Este titular deberá acreditar la entrega a la SA del
valor de las acciones suscritas o bien quedará obligado ante ella a su entrega futura
(dividendo pasivo).
Desembolso mínimo. Significa entrega efectiva la SA de las aportaciones al capital derivadas
de la suscripción de acciones por los socios. El contravalor del capital social debe estar
efectivamente entregado a la SA en, al menos, un 25% de su valor; es preciso, además, que
ese desembolso mínimo sea relativo al valor nominal de cada una de las acciones, exigencia
con la que se pretende que todos y cada uno de los socios cumplan con el mínimo establecido
de su obligación de aportar al capital. Por consiguiente, todas y cada una de las acciones han
de estar efectivamente desembolsadas en la cuantía correspondiente al 25%, al menos, de su
concreto valor nominal. El incumplimiento de este principio constituye causa de nulidad de la
SA (art. 34.1 b).
Estabilidad. La SA es una sociedad de capital fijo. Ello significa que el capital social sólo
puede ser modificado con arreglo a los requisitos de las operaciones de aumento y de
reducción del capital, regladas en función de proteger adecuadamente las funciones del
capital y, por tanto, los intereses de los socios y, en general, de quienes mantienen relaciones
patrimoniales con las SA. En cambio, el patrimonio social variará según las vicisitudes
financieras de la empresa social y cuyo valor habrá de ser concretado al menos una vez cada
ejercicio a través del balance ordinario como elemento de las cuentas anuales.
Realidad, conservación o correspondencia mínima entre capital y patrimonio. Exigencia
de la función de garantía del capital social es que durante la vida de la SA la cifra de éste
deba corresponder con un patrimonio social cuyo valor neto contable sea al menos
equivalente a ella.

A esta idea se la suele identificar como principio de realidad del capital social, que
pretende materializarse mediante diferentes reglas concretas entre las que podemos mencionar
las siguientes:

1. Obligación de que las aportaciones al capital sean susceptibles de valoración


económica (art. 36); nulidad de las acciones que no respondan a una efectiva aportación
patrimonial a la SA (art. 47) y prohibición de colocar acciones sin contravalor o por
debajo del valor nominal (art. 47).
2. Reglas en garantía de la correcta valoración y del efectivo cumplimiento de la
obligación de entrega a la SA de las aportaciones al capital y demás recursos propios
(como las primas de emisión de acciones) (Cf. Art. 38 ss., 42 ss.).
3. Prohibición de restituciones del valor de sus aportaciones a los socios con
cargo del capital social o de reserva legal fuera del régimen de la reducción del capital

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social, así como de restituciones indirectas (Cf. Art. 41) lo que determina la ilicitud de
las causas estatutarias de separación de socios, así como la exclusión de socios.
4. Prohibición de distribución de beneficios ficticios (Art. 213.2).
5. Prevención de la infracapitalización material (según técnicas distintas al capital
social como responsabilidad de los administradores –art. 74, 134, 135).
6. Prohibición de la autosuscripción de acciones y control de la adquisición
derivativa de acciones propias o de la sociedad dominante y otros negocios asimilables en
efectos (art. 74, 75 ss, 249, 250.2).
7. Obligación de adecuación de la cifra del capital al valor del patrimonio social
cuando el neto contable de éste sea inferior a aquélla o, en su defecto, disolución de la
sociedad (arts. 163.1, 260.1.4º).

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TEMA 2

I. LA CONSTITUCIÓN DE LA SOCIEDAD ANÓNIMA.


La constitución de la SA, es un procedimiento integrado pro diferentes actos jurídicos e
instrumentales debidamente coordinados. A efectos didácticos, cabe reducirlo a dos fases:
• La fase contractual, que culmina con el otorgamiento de la escritura pública de
constitución y los estatutos sociales. En ella tienen lugar las negociaciones entre los
socios fundadores (o, en su caso, promotores) en función de diseñar la SA a construir,
concretar las aportaciones al capital social de cada uno y prefigurar los estatutos
sociales que hayan de regir el funcionamiento de la misma. Esta fase contractual
puede canalizarse a través de dos regímenes (art. 13): la fundación simultánea (art. 14
ss.) y la fundación sucesiva (art. 19 ss.).
• La fase instituyente, que culmina con la inscripción de la escritura y los
estatutos sociales en el Registro Mercantil. Con la culminación de esta fase la SA
nace como tal, queda instituida o adquiere su personalidad jurídica.

La institución de la SA exige la observancia de, al menos, los siguientes requisitos de


orden material:

Capitalización mínima cifrada en 60.101,21€ (art. 4).


Suscripción íntegra y desembolso mínimo del 25% del capital social y de cada una de
ellas en cuanto partes alícuotas del mismo (art. 12, 34.1b).
Licitud del objeto social (art. 34.1.a).
Adecuada expresión en la escritura o en los estatutos, según cada caso, de los siguientes
elementos esenciales: denominación social, capital social, objeto social y
aportaciones al capital de cada socio (art. 31.1b).
Voluntad efectiva de constituirla de los socios fundadores (art. 31.1b).
Capacidad de obrar de, al menos, uno de los fundadores.

Asimismo la institución de la SA exige el cumplimiento de ciertos presupuestos


formales (art. 7.1):

Otorgamiento en escritura pública del acto negocial, y de los estatutos sociales que
hayan de regir su funcionamiento como SA.
Publicidad registral (inscripción en el Registro Mercantil).

II. FASE CONTRACTUAL. ESCRITURA PÚBLICA Y ESTATUTOS


SOCIALES.
1.- ESCRITURA PÚBLICA.

La escritura pública (art. 8 LSA, 114 RRM) es el documento notarial que contiene: 1º)
el acto negocial fundacional de la SA; 2º) el régimen de organización (estatutos sociales).
La escritura pública, en sentido estricto, contiene el acto negocial presupuesto de la
institución de la SA (el contrato de sociedad otorgado por los socios fundadores o, en su caso,
la declaración unilateral de voluntad del socio único).

El contenido de la escritura en sentido estricto es el siguiente:

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Identificación de sus otorgantes (los socios fundadores en caso de fundación simultánea
y los designados al efecto en caso de fundación sucesiva, art. 29 LSA), según su
nombre, apellidos y edad, y la denominación o razón social si son personas
jurídicas y, en ambos casos, la nacionalidad y el domicilio (art. 38 y 114 RRM).
La voluntad electiva de la forma social “SA”.
Las aportaciones al capital de cada socio fundador u originario y las acciones
atribuidas a su favor “en pago”.
La cuantía, al menos aproximada, de los gastos de constitución.
El nombramiento e identificación de los administradores iniciales y, en su caso, de los
auditores de cuentas.

2.- ESTATUTOS SOCIALES.

Los estatutos sociales son el régimen de la SA ya instituida. En concreto, los estatutos


sociales comprenden, al menos tres grupos de normas convencionales:

a) Las normas de identificación de la SA como persona jurídica y de organización


básica de la empresa que explota en cuanto empresario por la forma (denominación, domicilio,
duración, objeto social, capital social).
b) Las normas de organización interna reguladoras de la estructura orgánica de la
sociedad en sus relaciones con los socios y los terceros (junta general, órgano de
administración, régimen de representación de la SA, cuentas anuales y auditoria, cierre del
ejercicio).
c) El régimen de las relaciones entre la sociedad y sus socios (configuración de las
acciones y de los derechos y obligaciones de sus titulares en cuanto socios).

La efectiva aplicación de los estatutos sociales, al igual que la aplicación en plenitud de


la LSA, presupone la regular y completa culminación del proceso constitutivo de la SA (Cf. Art.
15, 16, 23); sólo desde entonces la SA adquiere su personalidad jurídica en el sentido de quedar
activada la aplicación de la totalidad de las normas relativas a esta forma social (a excepción de
los arts. 15 y 16).

En especial: a) los estatutos, como régimen de la SA en cuanto persona jurídica, son


modificados por virtud del principio mayoritario, no aplicándose, por tanto, las normas propias
de las sociedades contractuales, más rígidas al estar basadas en el principio de novación por
unanimidad; b) los estatutos se aplican con abstracción de la identidad de las personas de los
socios.

Los estatutos sociales son parte necesaria en sentido formal de la escritura de


constitución.

A).- Contenido esencial es el representado por los elementos de identificación de la SA


y los de organización, indispensables para su existencia y correcto funcionamiento y la
explotación de la actividad constitutiva de su objeto social.
B).- Contenido eventualmente necesario es el representado por la cláusulas cuya
constancia, aún sin ser necesaria para la existencia y correcto funcionamiento de la SA,
constituye presupuesto de oponibilidad por y ante la SA de los aspectos que regulen
(restricciones a la libre transmisibilidad de acciones, prestaciones accesorias y derechos
especiales reservados a favor de fundadores o promotores).
C).- Contenido facultativo es el representado por aquellas otras normas de organización
establecidas por los socios fundadores en ejercicio de las facultades reconocidas a la autonomía
privada de éstos.

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3.- RÉGIMEN ESPECÍFICO DE ALGUNAS MENCIONES ESTATUTARIAS.

3.1.- Denominación social (art. 2 LSA, 398-419 RRM).

La denominación social es el signo distintivo de identidad de la SA como persona


jurídica.
La denominación social ha de ajustarse a los principios de identificación y de
distinción suficiente de la sociedad en el tráfico. Ambos principios justifican las siguientes
reglas:

Prohibición de denominaciones idénticas a las de otras sociedades o entidades preexistentes.


Prohibición de uso de denominaciones reservadas a entidades según su forma u objeto
(fundación, cooperativa, banco, sociedad de seguros, fondo de pensiones, etc.).
Control del cumplimiento de estas obligaciones a través de la exigencia de certificación de
denominación negativa expedida por el Registro Mercantil Central.

3.2.- Objeto social.

El objeto social es la actividad o conjunto de actividades, delimitada según su


contenido, mediante cuya explotación la SA pretende conseguir el fin social.

3.3.- Domicilio social (art. 6 LSA y 120 RRM).

Domicilio social es el lugar de localización física de la SA. Cumple importantes


funciones jurídicas al determinar los siguientes aspectos:

la nacionalidad de la sociedad;
la oficina del Registro Mercantil donde debe tener abierta su hija registral;
la competencia territorial de los tribunales;
condiciona el lugar de reunión de la junta general.

3.4.- Duración de la sociedad.

La de terminación de la duración de la SA es cláusula necesaria porque protege el


interés de los socios en el conocimiento y concreción de la duración de su relación jurídica con
la SA.

La duración de la SA puede concretarse según tres modalidades:

a) indefinida;
b) a término fijo;
c) asociada a la conclusión del objeto social.

3.5.- Fecha de cierre del ejercicio social.

La importancia de esta cláusula reside en determinar el nacimiento del deber periódico


de los administradores de rendir cuentas anuales de su gestión ante la junta general de
accionistas, lo que determinará su aceptación, rechazo e incluso comprometer la continuidad en
el cargo. Existe libertad para su fijación, pero la LSA establece con carácter supletorio el 31 de
diciembre de cada año.

4.- PROCEDIMIENTO DE FUNDACIÓN.

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4.1.- Fundación simultánea (art. 14).

El otorgamiento de la escritura pública y de los estatutos sociales tiene lugar en un


único acto, ante el notario emiten su consentimiento, suscriben la totalidad del capital y
acreditan el desembolso de, al menos, el 25% del valor nominal de cada una de las acciones.

4.2.- Sociedad en formación (art. 15).

La culminación de la fase contractual hace nacer una sociedad entre los socios
fundadores, pero no es todavía una SA, ya que ésta sólo nace como tal por virtud de su
inscripción registral. No obstante, esa sociedad en formación tiene personalidad jurídica.

III. FASE INSTITUYENTE: INSCRIPCIÓN Y PUBLICIDAD


REGISTRAL.
La SA solo nace como tal por virtud de la inscripción de su escritura pública y estatutos
sociales en el Registro Mercantil. Ello porque la inscripción implica, fundamentalmente,
garantía de legalidad del contenido de la escritura y los estatutos, resultado de la calificación
registral, seguridad a favor de los diversos sectores de intereses actuales y potencialmente
relacionados con la SA.

La LSA impone a fundadores y administradores (art. 17), así como a los designados al
efecto en el caso de la fundación sucesiva (art. 29), la obligación de solicitud de inscripción de
la escritura en el Registro Mercantil y, en su caso, de la Propiedad 8 y también en el de Bienes
Muebles). Han de acreditar el pago de los impuestos correspondientes (Art. 7.2; ITP y AJD.
1% del capital social). Deben cumplir esta obligación dentro de los 2 meses siguientes a la fecha
de otorgamiento de la escritura y son responsables en forma solidaria de los daños y perjuicios
causados por su incumplimiento (art. 17.2 y 30).

La inscripción de la SA ha de ser publicada en BORM (art. 7.3 LSA, 387 RRM), pero
el anuncio en el BORM no es requisito de la efectiva constitución de la SA, para lo cual basta la
inscripción.

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TEMA 3

I SIGNIFICADO DE LA ACCION EN LA SOCIEDAD ANONIMA


La posición jurídica del socio en la SA se configura de forma objetiva como “parte alícuota
del capital social”. La acción como parte del capital es, pues, la técnica jurídica de
configuración de la posición de socio en la S.A.
Este sistema técnico de configuración de la posición del socio en la S.A. cumple las
siguientes funciones:
• Función atributiva de la posición de socio por virtud de la legítima titularidad de una o
más partes del capital/acciones.
• Función inversora y desinversora. La acción/parte del capital tiene un valor
patrimonial intrínseco que puede ser fácilmente realizado.
• Función definidora de los derechos del socio en su aspecto cuantitativo. En su aspecto
cualitativo viene determinados por la Ley y por los estatutos sociales; en su aspecto
cuantitativo, los derechos y obligaciones vienen definidos por la relación de
proporcionalidad entre el valor nominal de la acción y la cifra del capital social salvo
alteraciones permitidas por la ley.
La acción es un valor mobiliario.
Si como parte del capital la acción tiene un valor patrimonial intrínseco, ese valor
patrimonial puede, además, ser realizado fácilmente por virtud del especial régimen de
documentación y transmisión de que es objeto ministerio legis: es la acción como valor
mobiliario (Art. 51). La acción como valor mobiliario es un régimen traslativo especial en
función de agilizar y dotar de seguridad a las partes de los eventuales negocios traslativos que
las tengan por objeto y que se fundamenta en el interés inversor y desinversor que informa la
SA en general y que es real en la SA bursátil o cotizada.

II LA ACCION COMO TÉCNICA DE CONFIGURACIÓN DE LA


POSICIÓN JURÍDICA DE SOCIO (PARTE DEL CAPITAL SOCIAL).
VALOR NOMINAL Y OTRAS FORMAS DE VALORACIÓN DE LAS
ACCIONES.
Cada acción es una parte alícuota del capital social. Como tal, cada acción tiene valor
nominal.

1.- Valor nominal

1.1 Caracterización y funciones.

El valor nominal de la acción es el valor de mayor trascendencia en la organización de la


S.A. Es el valor en euros de la parte alícuota del capital social representada por la acción cuya
constancia es mención obligatoria de los estatutos sociales. Ha de ser una cifra submúltiplo de
la cifra del capital, esto es: el valor nominal de la acción debe ser un cociente del capital por
cuya división resulte un número entero. El valor nominal participa de las mismas funciones del
capital social, si bien referidas a la posición del concreto titular de la acción:

• Función financiera, pues el valor nominal es el mínimo valor que han debido tener las
aportaciones del socio suscriptor de la acción.
• Función jurídica o de organización permanente: el valor nominal es el criterio de
definición cuantitativa de los derechos del socio por virtud del principio de
proporcionalidad entre él y la cifra del capital social.

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1.2 Series de acciones

Las acciones de una misma S.A. pueden tener distinto valor nominal; es lícita la
desigualdad de valor nominal entre las acciones de una misma sociedad. No obstante, las
acciones de igual valor nominal han de ser agrupadas en series. Pueden existir diferentes series
que agrupen acciones del mismo valor nominal.

1.3 Fraccionamientos y reagrupación de acciones

La acción como parte alícuota del capital social es infraccionable o indivisible.


El fraccionamiento supone ampliar el número de acciones mediante reducción de su
valor nominal permaneciendo constante la cifra del capital social (Ej.: a partir de una acción de
diez € de valor nominal se crean diez acciones de un € de valor nominal cada una.
La reagrupación supone reducir el número de acciones mediante aumento de su valor
nominal permaneciendo constante la cifra del capital social (se crean acciones de valor nominal
de diez € mediante reagrupación de diez acciones de un € de valor nominal cada una.

2.- Valor de emisión: Prima de emisión

Valor de emisión es el precio de suscripción de las acciones emitidas ex novo con ocasión
de la fundación de la sociedad o de un posterior aumento del capital. Supone la cantidad
efectiva de dinero que el suscriptor de las acciones viene obligado a entregar a la sociedad para
recibir en pago las acciones suscritas y devenir, por tanto, socio. El valor de emisión o precio de
suscripción no puede ser inferior al valor nominal.
El valor de emisión puede ser superior al valor nominal. Valor de suscripción se
descompone en dos elementos: a) el valor nominal y b) la prima de emisión. La prima de
emisión es, pues, la diferencia entre el valor nominal de la acción y el valor de emisión. En el
caso de aumentos del capital con emisión de nuevas acciones, la prima de emisión actúa como
técnica para compaginar la igualdad del valor nominal entre acciones antiguas y nuevas con la
conveniencia de que los suscriptores de las nuevas acciones entreguen a la sociedad, en
concepto de aportación, el valor teórico o, en su caso, real o razonable, de tales acciones cuando
éste es superior al valor nominal.

3.- Valor contable o teórico.

El valor contable o teórico es el valor de la acción en relación al valor del patrimonio social
(activo neto) que arroje el balance de ejercicio o, en su caso, del balance extraordinario que
pueda ser aprobado para servir de base a una fusión. Es un valor intrínsecamente variable que ha
de ser determinado anualmente, al menos, a través del balance ordinario o de ejercicio.

4.- Valor razonable


Valor razonable es el valor patrimonial de la acción resultado de considerar diferentes
circunstancias o criterios, tanto de orden objetivo como subjetivo, susceptibles de influir en su
determinación.

5.- Valor de mercado


Es el valor patrimonial de las acciones cotizadas en un mercado oficial de valores.

6.- Valor de liquidación


Es el valor de la acción tras la conclusión de las aportaciones de liquidación de la sociedad;
es el negativo o reverso del valor de suscripción.

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III OBLIGACIONES DEL ACCIONISTA: APORTACIÓN AL
CAPITAL Y PRESTACIONES ACCESORIAS.
1.- La obligación de aportación en la S.A.

En la S.A., como en las demás sociedades, la obligación de aportación es la básica o


primordial de todo socio. Aportar es la obligación de permanente colaboración en la
consecución del fin social. En la S.A., se impone, pues, la distinción entre obligación de
aportación in genere y obligación de aportación al capital social.
La obligación de aportación al capital es esencial para obtener la condición de socio en la
S.A. en sede de fundación o de adquisición de nuevas acciones (suscripción) derivadas de un
aumento del capital social. Su formación y cumplimiento ha de respetar los principios de
integridad (que excluye las acciones en cartera), de desembolso mínimo, al menos, el 25% del
valor nominal de cada acción suscrita, y de realidad, que exige la entrega a la sociedad del valor
total de la acción, esto es, incluido el valor u objeto de la eventual prima de emisión, aspectos
que son de obligatorio control de legalidad por parte del Registro Mercantil, razón por la cual la
condición de socio no se obtiene en plenitud hasta tanto se produce la inscripción de la
operación de fundación o de aumento del capital, en su caso.
Junto a la obligación de aportación al capital, las acciones pueden llevar aparejadas otras
obligaciones societarias exigibles por la sociedad a sus titulares; éstas adoptan la configuración
y el régimen de las prestaciones accesorias.

2.- Objeto de la aportación al capital

El objeto de la prestación debida a la sociedad en concepto de aportación al capital debe


ser dinero o, en su caso, bienes o derechos patrimoniales susceptibles de valoración económica.

3.- Título de la aportación al capital

La aportación al capital transmite a favor de la sociedad la propiedad del bien o


derecho patrimonial objeto de la misma.

4.- Aportaciones dinerarias al capital

Las aportaciones dinerarias al capital habrán de realizarse en monda nacional (€) o en moneda
extranjera convertible, caso en el cual ha de ser convertida a € y en esta moneda ha de ser
expresada en la escritura social. Su efectiva entrega a la sociedad debe ser objeto de control por
parte del notario autorizante de la escritura de constitución (o de ejecución del aumento del
capital) a través de uno de estos dos procedimientos:
• Entrega directa al notario autorizante de la escritura del dinero objeto de las
aportaciones al capital a fin de que éste abra una cuenta bancaria a nombre de la
sociedad en una entidad de crédito y constituya el correspondiente depósito a favor de
la misma.
• Entrega al notario autorizante de un certificado expedido por entidad de crédito a
instancia de los fundadores en la que ésta acredite el depósito y cuantía de la aportación
dineraria de cada suscriptor de acciones. Este certificado será incorporado a la escritura
por el notario. Tiene un plazo de caducidad de dos meses. La cancelación del depósito
no podrá realizarse sin la devolución del correspondiente certificado.
Si se hubiere admitido el desembolso parcial de la aportación dineraria, la escritura de
constitución o, en su caso, de aumento del capital, deberá determinar la forma y el plazo
máximo en que hayan de satisfacerse los dividendos pasivos.

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5.- Aportaciones no dinerarias al capital

A) Caracterización y régimen
Son las aportaciones al capital cuya prestación debida es distinta al dinero (también
llamadas aportaciones in natura). Deben estar constituidas por bienes o derechos susceptibles
de valoración económica según criterios técnicos-contables. La aportación al capital de bienes o
derechos distintos del dinero presenta el riesgo de su sobrevaloración.
Para evitar los riesgos de la sobrevaloración se exige que los bienes o derechos distintos del
dinero objeto de aportación al capital y, en su caso, de prima de emisión, vengan valorados por
expertos independiente nombrado por el Registro Mercantil. El experto habrá de emitir informe
escrito sobre la valoración según los requisitos establecidos por la LSA y el RRM, informe que
habrá de ser incorporado como anexo a la escritura de constitución o, en su caso, de ejecución
del aumento del capital, debiendo ser depositada copia autenticada en el Registro Mercantil.

B) Responsabilidad del aportante de bienes o derechos distintos del dinero


Junto al sistema de control de valoración por parte de experto independiente en sede de
fundación o de aumento del capital, se instituye un sistema adicional imperativo de protección
de la realidad del capital social que intenta reforzar la posición de la sociedad respecto a
determinadas vicisitudes de los bienes o derechos aportados; no obstante, el sistema tiene el
defecto de que limita la imputación subjetiva de la responsabilidad sólo al aportante sin que,
por tanto, la sociedad tenga acción contra el adquirente derivativo de las acciones cuyo
contravalor fueron los bienes objeto de la responsabilidad.

• El aportante de bienes muebles, inmuebles o derechos asimilados a ellos, queda


obligado a su entrega y saneamiento según el régimen de la compraventa civil.
• El aportante de derechos de crédito responde ante la sociedad de su legitimidad y de la
solvencia del deudor.
• El aportante de una empresa o establecimiento mercantil queda obligado al saneamiento
de su conjunto si el vicio o evicción afectasen a la totalidad o a alguno de los elementos
esenciales para su normal explotación, así como deberá sanear individualizadamente los
elementos de la empresa aportada que sean de importancia por su valor patrimonial
unitario.

C) Verificación de la entrega de aportaciones no dinerarias al capital.


Cuando las acciones suscritas hayan de ser desembolsadas contra entrega de futuras
aportaciones no dinerarias, la escritura de constitución (o, en su caso, la de aumento del capital)
debe determinar el contenido de la obligación del suscriptor, debiendo ser descrita en ella la
naturaleza, valor, forma, procedimiento y plazo de entrega de los bienes objeto de aportación.
El plazo de entrega no podrá exceder de cinco años desde la inscripción de la sociedad o, en su
caso, desde la fecha del respectivo acuerdo de aumento del capital.
Si llegado el vencimiento de la obligación de desembolso de la aportación no dineraria su
objeto hubiera devenido imposible, se satisfará su valor en dinero, salvo disposición en
contrario que, parece conveniente, deberá establecer las consecuencias respecto del titular de
acciones que resulte obligado.

6.- Dividendos pasivos


Dividendo pasivo es el derecho de crédito de la sociedad anónima contra el accionista cuyo
contenido es la obligación de entrega por este valor nominal de sus acciones pendiente de
desembolso por virtud de su aplazamiento respecto del momento de la suscripción, el
incumplimiento, de la obligación de entrega de los dividendos pasivos, la sociedad dispone de
ciertas técnicas que refuerzan su posición activa. Así, atendida la naturaleza de la aportación y
la regulación estatutaria dispuesta, la sociedad podrá optar entre:
• Reclamar judicialmente el pago con abono del interés legal y los daños y perjuicios
causados por la morosidad; o,

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• Enajenar las acciones por cuenta y riesgo del accionista moroso.
Como medida residual, practicable sólo en el caso de que la enajenación de sus acciones
por cuenta y riesgo del accionista moroso no pudiera efectuarse, las acciones con dividendos
pasivos habrán de ser amortizadas con la consiguiente reducción del capital.

7.- Prestaciones accesorias.


Es la técnica jurídica de creación y configuración de obligaciones de accionista distintas a
la de aportación al capital; por ello su eventual valoración económica ni puede integrar la cifra
del capital; por ello su eventual valoración económica no puede integrar la cifra del capital
social. Las prestaciones accesorias han de estar reguladas en los estatutos sociales que, en
especial, han de establecer el contenido de la obligación y las acciones que las llevan aparejadas
así como concretar su carácter gratuito o retribuido, caso en el cual deberá precisarse el sistema
de retribución. Es una técnica flexible de asunción de obligaciones por parte de todos o de
algunos socios según titularidad de acciones, ya que la prestación accesoria se imputa no ad
personam sino ad actionae. Admite cualquier tipo de objeto (dar, hacer, no hacer) siempre que
sea posible, lícito y determinado (entrega de dinero, absorción de pérdidas, transferencia de
tecnología, licencia de uso de signos distintivos o de otros bienes muebles o inmuebles,
dirección y administración de la sociedad, suministro, prestación de servicios, prohibición de
competencia). Las acciones con prestaciones accesorias han de ser nominativas o representadas
mediante anotaciones en cuenta.
El nacimiento de la prestación accesoria requiere el consentimiento individual del
accionista obligado.
La transmisión de acciones con prestaciones accesorias requiere la previa autorización de
la sociedad, salvo que los estatutos dispongan otra regulación.
Los estatutos deben regular las consecuencias del incumplimiento de esta clase de
obligaciones. Por lo general, revisten la forma de cláusulas penales sustitutivas de la
indemnización de daños y perjuicios sin que quepa la exclusión personal del accionista obligado
dado que esta solución es desacorde con el carácter objetivo de la posición de socio en la
sociedad anónima.

IV. DERECHOS DEL ACCIONISTA


1.- La acción como conjunto de derechos.

La acción es la posición jurídica de socio en la S.A. Es una posición compleja en cuanto


conjunto de derechos, obligaciones y acciones cuya fuente es la Ley y los estatutos sociales.
El accionista es titular de unos derechos mínimos o individuales cuya fuente siempre es la
Ley. Junto a ellos existen los denominados derechos de minoría. Son aquellos cuyo ejercicio
depende del requisito de legitimación previa consistente en la acreditación de un interés mínimo
en la sociedad que se traduce en un mínimo porcentaje en capital social. Ese porcentaje mínimo
normalmente se establece por la Ley en el 5% del capital social. Los derechos del accionista
pueden clasificarse en políticos, económicos y mixtos.
Son DERECHOS POLÍTICOS las facultades reconocidas al accionista de influencia e
intervención en la vida jurídica y empresarial de la sociedad. Su fuente es la Ley son los
siguientes:
• Derecho de solicitud de convocatoria de la junta general de accionistas es derecho de
minoría al 5% si se trata de junta extraordinaria;
• Derecho de solicitud de convocatoria judicial de la junta general de accionistas.
• Derecho de asistencia a la junta general de accionistas.
• Derecho de voto en la junta general de accionistas.
• Derecho de solicitud de acta notarial con gastos a cargo de la sociedad.
• Derecho de información antes, en y tras la junta general de accionistas y respecto de los
contenidos y actos societarios dispuestos.
• Derecho de información sobre el estado de la liquidación de la sociedad.

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• Derecho a obtener certificación de los acuerdos de la junta general de accionistas.
• Derecho de impugnación de los acuerdos de la junta general de accionistas y del
consejo de administración
• Derecho al nombramiento de consejero según sistema proporcional.
• Derecho a solicitar la destitución de los administradores en los casos previstos por la
Ley.
• Derecho a ejercitar las acciones social (es de minoría al 5%, Art. 134.4) e individual de
responsabilidad contra administradores y auditores de cuentas.

Son DERECHOS PATRIMONIALES O ECONÓMICOS las facultades de participación


en los rendimientos económicos fruto de la actividad de la sociedad. Su fuente es la Ley, si bien
los estatutos sociales, en el respeto a ésta, pueden crear desigualdades entre las acciones. Son:
• Derecho a no responder de las deudas de la sociedad.
• Derecho a participar en el beneficio repartible
• Derecho a la cuota de liquidación
• Derecho a la paridad de trato ante reducciones del capital mediante ofertas de compra
de acciones por la propia sociedad, a salvo privilegios legales estatutarios.
• Derecho a la paridad de trato ante la reducción de capital por pérdidas y ante la
reducción del capital por devolución de aportaciones, a salvo privilegios legales o
estatutarios.
• Derecho a la transmisibilidad de las acciones y de los derechos de suscripción de
acciones o de obligaciones convertibles en acciones.
• Derecho a la representación de las acciones mediante valores mobiliarios según el
régimen estatutario establecido.

2.- Derechos mixtos o de doble contenido:


• Derecho a instar la disolución de la sociedad “anónima” en estado irregular.
• Derecho de suscripción preferente de nuevas acciones derivadas de aumentos del
capital en proporción a su participación en el capital social.
• Derecho de suscripción preferente de obligaciones convertibles en acciones.
• Derecho a la paridad de trato ante la exclusión del derecho de suscripción preferente,
si bien con distintas intensidad según se trate de sociedad cotizada o no cotizada:
• Derecho de asignación gratuita de acciones derivadas de aumentos nominales del
capital.
• Derecho de separación según causas tasadas por la Ley.
• Derecho de solicitud vinculante de auditoria de las cuentas anuales con gastos a
cargo de la sociedad.
• Derecho a solicitar la disolución judicial de la sociedad por las causas establecidas en
la Ley.

3.- Derechos al dividendo

Todo accionista es titular, con el carácter de derecho individual, del derecho a participar en
el reparto de las ganancias sociales. Pero derecho de participación en el reparto de las ganancias
sociales y derecho al dividendo, no son conceptos equivalentes.
El derecho al dividendo es, un derecho de crédito del accionista contra la sociedad cuya
prestación debida es la cantidad de dinero derivada de “ganancias sociales” que le correspondan
de acuerdo con el valor nominal desembolsado y la clase de sus acciones. Este derecho nace por
virtud de acuerdo social válido de reparto de ganancias o por virtud de normal legal o, en su
caso, estatutaria, que así lo disponga. Los presupuestos de nacimiento del derecho del
accionista al dividendo son:
• Existencia de beneficios repartibles. Se cumplirá este requisito cuando el valor del
patrimonio neto contable no sea inferior a la cifra del capital social a consecuencia del

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reparto, siempre que, con carácter previo, hayan sido cubiertas las asignaciones legales
y, en su caso, estatutarias, del beneficio.
• Inexistencia de pérdidas de ejercicios anteriores pendientes de absorción. En caso de
existir tales pérdidas, el beneficio deberá destinarse necesariamente a su absorción (es
una de las asignaciones legales del beneficio).
• Amortización íntegra de las partidas correspondientes a gastos de establecimiento y a
gastos de investigación y desarrollo susceptibles de ser recogidos como activos, así
como, en su caso, el fondo de comercio.
• Existencia de una fuente válida de nacimiento del derecho al dividendo como derecho
de crédito, que puede ser:
a).- La Ley.
b).- El acuerdo de la junta general de accionistas favorables a aplicar la totalidad o parte
del resultado o del patrimonio neto a ser repartido entre los accionistas como dividendo.
c).- La disposición estatutaria que regule y determine el nacimiento de ese derecho,
disposición que no debe excluir, de forma directa o indirecta, la competencia de la junta
general de accionistas en tal sentido.

El acuerdo de distribución del dividendo debe determinar las circunstancias de su pago,


esto es, el tiempo, el lugar y la forma de pago. Con carácter supletorio, se dispone como lugar
de pago el domicilio social y como tiempo del pago el día siguiente al del acuerdo de
distribución. El derecho de crédito del socio contra la sociedad en concepto de dividendo
prescribe a los cinco años contados desde el día señalado para su cobro.
La sociedad anónima puede repartir dividendos a cuenta previo acuerdo de su junta
general de accionistas o por acuerdo o decisión del órgano de administración. Los dividendos a
cuenta son cantidades de dinero que la sociedad entrega a sus accionistas como pago anticipado
(“a cuenta”) de dividendos futuros pero de fundada expectativa.
La sociedad debe respetar los siguientes presupuestos ante la distribución de dividendos
a cuenta, además de los generales ya expuestos:
• Existencia de liquidez suficiente para la distribución.
• La cantidad total a distribuir no deberá exceder del beneficio obtenido desde el fin del
último ejercicio, deducidas pérdidas de ejercicios anteriores y cantidades que deban
destinarse a reservas obligatorias e impuestos estimados sobre tal beneficio.

4.- Derecho a la cuota de liquidación.

Es el derecho del accionista a la entrega de la cantidad de dinero que le corresponda, de


acuerdo con el valor nominal desembolsado y la clase de sus acciones, en concepto de cuota de
participación en el patrimonio social resultante tras las operaciones de liquidación relativas al
pago o garantía de los derechos de los acreedores y cobro de los créditos de la sociedad contra
terceros; la LSA se refiere a él como derecho al reparto o división del haber social. Es el
derecho del accionista a participar en las ganancias sociales no repartidas durante la vida de la
sociedad que se materializan una vez liquidado el patrimonio social.

5.- Derecho de asistencia a la junta de accionistas

El derecho de asistencia es el derecho del accionista a ser reconocido y admitido por la


sociedad como miembro de la junta general de accionistas por virtud de su condición de socio.
Es un derecho presupuesto de ejercicio de los demás derechos políticos cuyo ejercicio deba
darse en el seno de la junta general de accionistas (debate, información, voto). El derecho de
asistencia puede ser ejercitado bajo dos modalidades: de presencia o representación física o bien
los accionistas pueden asistir (y votar) a distancia, esto es, sin necesidad de estar presentes o
representados físicamente en la junta, mediante correspondencia postal, electrónica o cualquier
otro medio de comunicación a distancia.

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El derecho de asistencia puede ser ejercitada mediante representante. Es un derecho del
accionista ad personam, por lo que no es lícita la representación de simples “acciones”. Este
derecho del accionista es limitable, pero no excluible, por virtud de cláusula estatutaria. El
poder de representación es esencialmente revocable. El poder de representación ha de tener
forma escrita. El poder tiene carácter especial para cada junta.

6.- Derechos de voz y debate

El derecho de voz es la facultad del accionista a usar la palabra para informar e influir sobre
el sentido del voto de los miembros de la junta ante la formación de un acuerdo social, o bien
para expresar oposiciones expresas a los acuerdos alcanzados que hayan de constar en acta. El
presidente de la junta tiene facultades de dirección, moderación y cierre de los debates,
proponiendo los términos de las propuestas a someter a votación.

7.- Derecho de información.

Es el derecho del accionista a obtener conocimiento suficiente y veraz sobre el


desarrollo en general de la vida social y sobre determinadas vicisitudes y operaciones
societarias en particular, en los términos establecidos por la Ley.
El derecho de información no puede ser ejercitada en cualquier momento o de forma
permanente. Es un derecho cuyo ejercicio queda restringido al ámbito colegial, esto es, en el
marco de la junta general de accionistas, y cuyo ámbito objetivo se circunscribe a los concretos
puntos del orden del día de una concreta junta general de accionistas convocada, salvo si se trata
de sociedad cotizada, caso en el cual sus accionistas pueden solicitar información sobre
aspectos de la información accesibles al público facilitada por la sociedad a la CNMV desde la
celebración de la última junta general.
Su circunstancias temporal de ejercicio y, en su caso, de atención por los administradores,
queda delimitada, con carácter general, por las circunstancias temporales de la junta de
accionistas convocada, esto es, durante el período previo a su celebración o en el seno de la
misma. Así, antes de la junta, el derecho de información puede ser ejercitado (verbalmente, por
escrito y por cualquier medio de comunicación apto) hasta el séptimo día anterior al previsto
para su celebración, caso en el cual los administradores tienen el deber de facilitar la
información solicitada, por escrito, hasta el mismo día de la celebración de la respectiva junta
general. Durante la celebración de la junta general, los accionistas pueden ejercer
verbalmente su derecho de información. En este caso, los administradores deben satisfacerlo
bajo esa misma modalidad salvo que no fuera posible en ese momento; entonces, éstos deben
procurarla por escrito dentro de los sietes días siguientes a la terminación de la junta. Los
administradores están obligados a proporcional la información solicitada en ambos casos salvo
que, a juicio del presidente (de la junta), la publicidad de la información de la información
perjudique los intereses sociales. Sin embargo, la jurisprudencia ha templado este margen
discrecional declarando la nulidad de los acuerdos en los que ha sido vulnerado el derecho de
información cuando éste ha sido ejercitado en condiciones de normalidad y buena fe (STS de
18 de diciembre de 1.998).
Los accionistas titulares de, al menos, la cuarta parte del capital social disponen de un
verdadero derecho de información en cuanto la Ley obliga inexcusablemente a los
administradores a comunicar la información requerida.
Se establecen contenidos objetivos y obligatorios del derecho de información del accionista
durante la fase previa a la celebración de las juntas. Desde la convocatoria de las juntas y
siempre que alguno de tales asuntos se halle comprendido en su respectivo orden del día, los
accionistas tienen derecho de información sobre:
• Los documentos que, con carácter típico, han de ser sometidos a la aprobación de la
junta ordinaria cuentas anuales, propuesta de aplicación del resultado y, en su caso, el
informe de gestión, las cuentas y el informe de gestión consolidados, así como el
informe de los auditores de cuentas, entre otras, STS de 8 de marzo de 1984, 14 de
julio de 1984, 26 de junio de 1995 y 15 de diciembre de 1998.

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• En caso de modificación de estatutos, el texto íntegro de la modificación propuesta y el
informe de los administradores sobre la misma.
• En caso de fusión o de escisión, los documentos exigidos por los Art. 238 y 255.
El derecho de información sobre estos concretos aspectos de la vida social puede ser
ejercitado, a elección del accionista, mediante consulta directa de la documentación en el
domicilio social o mediante retirada o solicitud de envío gratuito de copia de la misma. La Ley
refuerza este derecho exigiendo información sobre el mismo en el propio anuncio de
convocatoria de las juntas; el incumplimiento de este requisito es causa de nulidad de los
acuerdos alcanzados.
Todo accionista, así como los asistentes en representación de éstos, tiene derecho a obtener
certificado de los acuerdos sociales y de las actas de las juntas generales; este derecho puede ser
ejercitado en cualquier momento.
Conductas impeditivas del ejercicio del derecho de información pueden ser constitutivas de
delito.

8.- Derecho voto

Es el principal de los derechos políticos del accionista (y de su representante en el seno


de la junta) ya que supone su medio de influencia más directo en la vida de la sociedad y de
intervención en la gestión y administración de su propiedad invertida en ella. Tiene como
contenido la emisión de una declaración de voluntad unilateral no respectiva dirigida a la
formación de un acuerdo social por virtud del principio de mayoría de capital. El concreto
poder de influencia del accionista se determina en relación a su participación en el capital social
(fuerza o potencia de voto), sin que (a salvo los casos legales de acciones sin voto, acciones en
mora en el pago de dividendos pasivos, acciones en participación recíproca no comunicada y
acciones propias o de la sociedad dominante, así como el previsto por el Art., 105.2) quepa su
exclusión, limitación o acrecentamiento por virtud de disposición estatutaria.

9.- Derecho de solicitud de acta notarial

Se trata de un aspecto específico del derecho de información del accionista, cuyo


fundamento es obtener la máxima garantía de fiabilidad del acta y, por tanto, del contenido y
circunstancias de los acuerdos adoptados por la junta general de accionistas. Tiene como base
la fe pública reportada por el Notario autos del acta, así como la competencia, profesionalidad e
independencia que del mismo cabe presumir. Accionistas titulares de, al menos, el 1% del
capital tienen derecho a obtener, previo requerimiento al órgano de administración, la presencia
de notario en la junta de accionistas a fin de que levante acta notarial de la misma con los
administradores y, al menos, pueda ser una omisión fuente de responsabilidad sin incumplen su
deber, el ejercicio del derecho ha se serles comunicado con, al menos, cinco días de antelación a
la fecha prevista para la celebración de la junta (el RDGRN de 26 de agosto de 1993, que exige
requerimiento notarial.

V. LA ACCION COMO TÍTULO-VALOR.


La estructura y contenido de la acción como título-valor ha de ajustarse a lo dispuesto
por los arts. 53 LSA y 122 y 136-137 RRM. Los títulos han de estar numerados
correlativamente (general o por clases y/o series) y extenderse en libros talonarios.
Las acciones al portador se transmiten mediante su simple tradición o entrega por parte del
transmitente al adquirente. La validez de la suscripción y transmisión de acciones al portador
requiere la intervención de fedatario público o la participación o mediación de una sociedad o
agencia de valores, de una entidad de servicios de inversión, o de una entidad de crédito, en el
caso de que las acciones no se hallen admitidas a negociación en un mercado secundario oficial.
Las acciones nominativas pueden revestir dos modalidades: directas y endosables. Son
directas si incorporan la cláusula “no a la orden” o equivalente, caso en el cual serán

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transmisibles según los efectos propios de la cesión de créditos. Las nominativas simples podrán
ser transmitidas por endoso. No es fácil discriminar entre los efectos de la transmisión de
acciones por cesión y por endoso ya que la acción es siempre un valor causal, esto es,
permanece conectado a la Ley, los estatutos sociales y los acuerdos de los órganos sociales, la
legitimación del adquirente para el ejercicio de los derechos de socio se reconoce por virtud de
su inscripción en el libro registro de acciones nominativas cuya llevanza corresponde al órgano
de administración y a la cual tiene derecho inmediato todo adquirente que cumpla las
condiciones previstas por la Ley y los estatutos.

VI. RESTRICCIONES A LA LIBRE TRANSMISIBILIDAD DE LAS


ACCIONES.
La identidad del socio en la S.A. es típicamente irrelevante, principio informador de la S.A.
que, entre otros aspectos, se manifiesta en la libertad de transmisión de las acciones ínsita a su
carácter legal de valores mobiliarios (art. 51 LSA). Ese principio, aunque típico, carece de
carácter imperativo; ya que esa inicial libertad admite limitaciones o restricciones, aunque no su
exclusión. Según su fuente, tales restricciones pueden ser de tres clases:
• Legales, cuando vienen imperativamente impuestas por una norma de carácter legal, de
Sociedades Laborales; sobre S.A. deportivas;
• Estatutarias, cuya fuente son los estatutos sociales de la concreta sociedad que las
incluya, son “válidas frente a la sociedad”; ello significa que la sociedad puede
rechazar la admisión como socio del adquirente de acciones por virtud de actos o
negocios traslativos realizados sin respecto a las normas estatutarias reguladoras de las
transmisiones de acciones. La función de tales restricciones es “personalizar” la S.A.,
esto es, dotar de relevancia contractual a la identidad y/o las cualidades de las personas
de los socios actuales y futuros.
• Convencionales, cuya fuente es un contrato (pacto parasocial) entre todos o algunos de
los socios de la misma S.A. por cuya virtud quienes sean partes del mismo se obligan a
respetar ciertas reglas ante la realización de negocios traslativos sobre sus respectivas
acciones (prohibición de transmitir, respecto a ciertas preferencias o condiciones, etc.).
En ellas no es parte la sociedad, por la que su vulneración por quienes sí son parte no
es óbice para la validez de la transmisión ante la sociedad y consiguiente adquisición
de la condición de socio por parte de su adquirente. La S.A. cotizadas tienen obligación
de dar publicidad a esta clase de pactos.
Las restricciones estatutarias deben ajustarse a los siguientes requisitos, que actúan como
presupuestos de oponibilidad ante y por la sociedad:
• Deben ser relativas a acciones representadas mediante título nominativo o, en su caso.
• No deben convertir las acciones en intransmisibles, ya sea de hecho o de derecho.
• Ha de ser respetado el derecho del socio a decidir libremente sobre el concreto número
de sus acciones que desee transmitir en cada concreto negocio traslativo.
• Ha de ser respetado el principio de obtención del valor real (o razonable) de sus
acciones por parte del socio transmitente que haya de soportar la aplicación de una
cláusula restrictiva.
Los estatutos pueden establecer que el valor real o razonable pueda ser concretado por el
auditor de cuentas de la sociedad o, si ésta no lo tuviera, por el que nombre el Registrador
Mercantil del domicilio social a solicitud de cualquier interesado. El valor real o razonable no
es, necesariamente, el valor contable de las acciones y, normalmente, no lo será.
Las restricciones estatutarias a la libre transmisibilidad de las acciones pueden revestir tres
modalidades básicas a) derechos de adquisición preferente; b) cláusulas de consentimiento o
autorización; c) cláusulas de exigencia de condiciones o cualidades personales, profesionales o
de otra clase en la persona del adquirente.

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La restricción en forma de derecho de adquisición preferente supone la obligación del
transmitente de ofrecer la adquisición de las acciones que desee transmitir a los titulares
estatutarios de tal derecho, que pueden ser todos o algunos socios, la propia sociedad, o terceros.
Los titulares de tal derecho pueden quedar determinados por virtud del cargo que puedan ocupar
en el momento de efectividad de la cláusula. Los estatutos deben establecer con precisión las
transmisiones ante las que se reconozca la preferencia. Las restricciones en forma de derechos
de adquisición preferente pueden revestir la forma de derechos de tanteo y retracto aislada o
conjuntamente.
La restricción en forma de cláusula de consentimiento o autorización por la sociedad
impone la aquiescencia de la sociedad a los proyectos traslativos sobre acciones. La sociedad
puede autorizar la transmisión comunicada o bien puede denegarla con base en las concretas y
precisas causas que han de establecer los estatutos. Esta modalidad debe ajustarse a los
siguientes requisitos:
• La autorización debe ser emitida necesariamente por la sociedad a través de su órgano
de administración o, si así se dispone, por la junta general; no cabe, pues, atribuir esa
facultad a un tercero.
• Deben constar en los estatutos las causas concretas y precisas por cuya virtud la
sociedad podrá denegar la autorización solicitada.
• El transcurso de dos meses desde la solicitud de autorización determina la presunción
iuris et de iure de autorización o, lo que es lo mismo: el silencio de la sociedad se
interpreta en forma positiva.
La restricción en forma de exigencia de cumplimiento de determinados requisitos o
condiciones por parte del adquirente supone restringir el círculo de potenciales socios a favor de
quienes acrediten cumplir las condiciones o requisitos preestablecidos, que deben ser concreta y
precisamente determinados por los estatutos (ser miembro de determinada familia según
parentesco). Ante este modelo de restricción la sociedad sólo controlará el cumplimiento por el
adquirente de las condiciones exigidas, no debiendo denegar su inscripción en el libro registro
de acciones nominativas.
Las restricciones estatutarias son aplicables a las adquisiciones forzosas o producidas a
consecuencia de la adjudicación de las acciones como consecuencia de la ejecución de su previo
embargo. También pueden ser aplicables a las adquisiciones mortis causa si así lo disponen
expresamente los estatutos. En tal supuesto, las acciones habrán de ser adquiridas del heredero
o legatario por la misma sociedad o por quien ésta presente, debiendo satisfacer por ellas su
valor razonable, que será determinado por un auditor de cuentas distinto al de la sociedad
designado por los administradores a instancia del cualquier interesado.
Las restricciones a la libre transmisibilidad de las acciones (estatutarias y legales, pero no
las convencionales) son aplicables a los actos y negocios que tengan por objeto derechos de
suscripción de acciones o bien del derecho a la asignación gratuita de acciones derivadas de
ulteriores aumentos del capital social.

VII. COPROPIEDAD, USUFRUCTO, PRENDA Y EMBARGO DE


ACCIONES.
Copropiedad de acciones, que supone la participación de dos o más personas sobre la
propiedad de una misma acción. Ante ello, se disponen las siguientes normas de organización:
• Los copropietarios han de nombrar una sola persona que ejercerá ante la sociedad los
derechos de socio derivados de las acciones en situación de copropiedad.
• Todos los copropietarios responden solidariamente frente a la sociedad de cuantas
obligaciones se deriven de la condición de accionistas.
El usufructo de acciones es la única situación o régimen legal bajo el que se admite la
disgregación o reparto entre dos sujetos de las facultades que integran la posición de accionistas.
La predisposición legal es indicativa de la atribución de los derechos económicos a favor del
usufructuario mientras los derechos políticos permanecen en el nudo propietario, que es quien
conserva la condición de socio. De este modo resulta que:

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• El nudo propietario es el accionista, por lo que es el legitimado para ejercitar los
derechos políticos propios de esa condición; además, como nudo propietario, conserva
el poder de disposición sobre la acción.
• El usufructuario (y sus causahabientes) tiene derecho a percibir los dividendos cuyo
reparto haya sido acordado por la sociedad durante el usufructo. Esta predisposición
legal tiene carácter dispositivo, por lo que puede ser modificada por el título
constitutivo del usufructo.
• Ante el pago de los dividendos pasivos, se dispone como obligado a su pago al nudo
propietario, que podrá exigir del usufructuario el interés legal de lo pagado, con el
límite del interés legal de la cantidad invertida; en caso de impago por el nudo
propietario, podrá hacerlo el usufructuario, caso en el cual podrá repetir contra el
usufructuario al término del usufructo.
• El derecho de suscripción preferente sobre nuevas acciones u obligaciones convertibles
en acciones se atribuye al nudo propietario, quien puede ejercitarlo o enajenarlo. Ante la
pasividad de éste en su ejercicio, corresponde al usufructuario la facultad de ejercitarlo
o de enajenarlo. Si el derecho es enajenado por cualquiera de ellos, el importe obtenido
se atribuye ex lege al usufructuario. Si el derecho es ejercitado por cualquiera de ellos,
el usufructo se extiende ex lege al número de nuevas acciones cuyo desembolso hubiera
podido efectuarse con el valor total de los derechos de suscripción.
• Ante la asignación gratuita de nuevas acciones durante el usufructo, se dispone la
extensión automática de éste a las mismas, mientras su nuda propiedad se atribuye al
nudo propietario.
La prenda es un derecho real de garantía constituido sobre las acciones en garantía del pago
de una deuda cuyo deudor es el accionista pignorante (o también un tercero a cuyo favor sea
constituida). El accionista es, salvo disposición contraria de los estatutos, el legitimado para
ejercitar los derechos de socio, ejercicio que ha de facilitar el acreedor pignoraticio.
Las acciones son susceptibles de embargo. Si se produce se aplicarán las mismas
disposiciones que en materia de prenda siempre que resulten compatibles con el régimen
específico del embargo.

VIII. NEGOCIOS DE LA SOCIEDAD SOBRE LAS ACCIONES DE


SUS SOCIOS Y/O LAS DE SU SOCIEDAD DOMINANTE.
Los arts. 74 a 89 LSA (“negocios de la sociedad sobre las propias acciones”) son
manifestación del principio de realidad del capital social. Establecen, según cada supuesto,
prohibiciones, restricciones, limitaciones y sanciones a la conclusión de ciertos negocios sobre
las acciones de la propia sociedad o las de su sociedad o sociedades dominantes en protección
de los intereses objetivos de la misma sociedad, sus socios y los terceros relacionados
patrimonialmente con ella. Este grupo de negocios se caracteriza por la concurrencia en ellos de
dos características; a) una, de orden subjetivo: partes de los mismos son la sociedad y sus
socios, ocupando la primera la posición de adquirente y el socio la de transmitente, o una
sociedad dominante con su sociedad dominada, ocupando la primera la posición transmitente y
la segunda de adquirente; b) otra, de orden objetivo: objeto de tales negocios, de forma directa o
indirecta, es la transmisión de acciones a título oneroso por parte del socio a favor de su
sociedad o por parte de la sociedad dominante a favor de la dominada. Los negocios objeto de
regulación son los siguientes:
a) La adquisición originaria (autosuscripción) por la sociedad de acciones propias o de su
sociedad dominante.
b) La adquisición derivativa por la sociedad de acciones de sus socios o de acciones de su
sociedad dominante,
c) La aceptación en garantía por la sociedad de las acciones de sus socios o de acciones
emitidas por su sociedad dominante.
d) Los que supongan asistencia financiera por la sociedad para la adquisición de acciones
emitidas por ella misma o por su sociedad dominante

21
e) Los que deriven en situación de participación recíproca entre sociedades.

El concepto de sociedad dominante, dada su importancia en este ámbito, queda legalmente


establecido. Es tal aquella sociedad que, directa o indirectamente, disponga de la mayoría de los
derechos de voto de otra sociedad o que, por cualesquiera otros medios, puedan ejercer una
influencia dominante sobre su actuación

La adquisición originaria de acciones propias (autosuscripción) o de la sociedad dominante


(Art. 74 y 88) es objeto de prohibición absoluta. Caso que la prohibición sea vulnerada, la
propiedad de las acciones se atribuye legalmente a la sociedad suscriptora y se impone la
obligación personal y solidaria de su total desembolso sobre fundadores, promotores (si se trata
del acto fundacional) o bien sobre los administradores (cuando las acciones deriven de un
aumento del capital).

La adquisición derivativa de las acciones de sus socios o de acciones emitidas por su


sociedad dominante se halla admitida en el respecto a las limitaciones y requisitos establecidos:
a) La adquisición debe ser autorizada por acuerdo de la junta general de accionistas según
los requisitos mínimos ex Art. 75-1º; esta autorización caduca en el plazo de dieciocho
meses.
b) El valor nominal de las acciones adquiridas más el de las ya poseídas por la sociedad
adquirente y sus filiales y, en su caso, la sociedad dominante y sus filiales, no podrá
exceder del 10% del capital social o del 5% si la sociedad cotiza en Bolsa.
c) La adquisición debe permitir a la sociedad dotar la denominada “reserva de capital” sin
necesidad de que, a tal efecto, tenga que disminuir el capital ni las reservas legal o
estatutariamente indisponibles.
d) Las acciones adquiridas han de estar íntegramente desembolsadas.

La sociedad adquirente de acciones emitidas por sí misma o por su sociedad dominante


debe cumplir dos grupos de normas. Su incumplimiento constituye infracción administrativa
cuya responsabilidad se imputa legalmente a los administradores y los directivos o personas con
poder de representación de la sociedad infractora.
• El primero, dirigido a establecer el carácter provisional de la situación y la consiguiente
obligación de enajenación pronta o, en su defecto, de amortización de las acciones
adquiridas. Las acciones habrán de ser enajenadas o, en su caso, amortizadas con
reducción del capital, en el plazo máximo de un año (si la adquisición fue irregular) o,
en su caso, de tres años contados desde la fecha de adquisición (si la misma fue
regular).
• El segundo establece un estado jurídico especial para las acciones propias o de la
sociedad dominante en tanto se hallan bajo titularidad de la sociedad que las posee, así
como obligaciones específicas de los administradores de carácter contable y de
información en relación con ellas a) suspensión de todos sus derechos políticos; b)
atribución proporcional a favor de las restantes acciones de los derechos económicos,
excepto el de asignación gratuita de acciones; c) las acciones propias deben ser
computada en el capital ante el cálculo de las cuotas necesarias para la constitución y
adopción de acuerdos por la junta; d) debe constituirse la “reserva de capital”; e) el
informe de gestión debe proporcional las informaciones específicas exigidas por el Art.
79-4º
La asistencia financiera para la adquisición de acciones propias o de la sociedad dominante
es una categoría genérica que incluye todo negocio por cuya virtud la sociedad emisora o su
dominante faciliten crédito o su obtención por un tercero en función de la adquisición por éste
de acciones de éstas. Tales negocios son objeto de prohibición con dos excepciones; a) si
suponen facilitar el acceso de los trabajadores a la adquisición de acciones de la sociedad o de
otras del mismo grupo; b) si se trata de entidades de crédito en el ámbito de su actividad
ordinaria.

22
Hay situación de participación recíproca cuando una sociedad de capital participa en el
capital de otra sociedad de capital y viceversa (A es accionista de B y B es accionista de A).
Esta situación puede nacer a consecuencia de la recíproca suscripción de acciones en sede de
constitución o en sede aumento de capital o por la adquisición derivativa de acciones en el
mercado.
TEMA 4

I.- PRELIMINAR: ESTRUCTURAS ORGANICAS DE LA SOCIEDAD


ANONIMA.
La S.A. ha de desarrollar necesariamente su actividad interna y externa a través de dos
órganos sociales indispensables por estructurales: la junta general de accionistas y el órgano
de administración.
La Junta General De Accionistas es el órgano supremo de la S. A. al residir en él la
representación del derecho de propiedad de los socios, sobre el patrimonio y la empresa social.
Le corresponden, por ello, las competencias más trascendentes sobre la vida social: tiene
encomendada la formación de la voluntad social sobre los asuntos que, objetivamente, pueden
ser considerados como la máxima trascendencia para la sociedad y sus socios.
El Órgano De Administración es, por su parte, titular exclusivo de las facultades de
representación de la sociedad ante socios y terceros; es el órgano a través del cual la
sociedad/persona jurídica desarrolla y explota la actividad o actividades constitutivas de su
objetivo social; por ello, el órgano de administración tiene legalmente encomendada la gestión y
administración de la empresa social, función que se condensa en su obligación de llevanza y de
rendición anual de cuentas ante la junta general de accionistas a través de la formulación de
cuentas anuales; asimismo, corresponden al órgano de administración las competencias precisas
para el adecuado impulso de la junta general de accionistas..

2.- Principios informadores del régimen de los órganos sociales.


Los principios básicos que informan el régimen de los órganos sociales en la S. A. son los
siguientes:
Principio de reparto y reserva recíproca de funciones y competencias entre ambos
órganos. Las funciones y competencias resultan atribuidas legalmente a cada órgano
social con carácter exclusivo y excluyente. a) Ello significa por un lado, que la
predisposición legal no puede ser válidamente alterada sino dentro de los límites
expresos señalados por la Ley, b) que es presupuesto de validez frente a la sociedad que
el acto jurídico de que en cada caso se trate haya sido realizado por el órgano social
legalmente competente para ello.
Principio de funcionamiento colegial. La junta general de accionistas es un órgano
colegiado. El método colegial impone como presupuesto para la válida formación de la
voluntad del órgano de que se trate que sus acuerdos sean resultado de la observancia
de una serie de reglas procedimentales cuyo sentido básico es garantizar la
comunicación entre sus miembros y el respeto a los derechos políticos de éstos.
Principio mayoritario. Junta general de accionistas y consejo de administración adoptan sus
acuerdos según el principio mayoritario. La mayoría precisa para la válida adopción de
acuerdos es de capital social (según número de acciones en relación a su valor nominal)
en la junta general de accionistas, el principio mayoritario se determina sobre personas
o miembros en el caso del consejo de administración.

II.- CONCEPTO DE JUNTA GENERAL DE ACCIONISTAS.


ELEMENTOS ESTRUCTURALES Y ELEMENTOS DE
ORGANIZACIÓN.

23
Junta general es toda reunión de accionistas válidamente convocada y constituida para
formar la voluntad de la sociedad, sobre asuntos propios de su competencia previamente
especificados en su orden del día. La existencia de junta general de accionistas implica
entonces la confluencia en una reunión de accionistas en sus dos elementos conceptuales.
Convocatoria válida como tal junta de accionistas, lo que implica la existencia de previo
orden del día ya que la convocatoria no es solamente llamamiento a los socios para
que se constituyan en junta sino para que deliberen y, acaso, adopten acuerdos sobre
lo previamente dispuesto o comunicado a través del orden del día.
Constitución válida, según el quórum legal o estatutario exigible y en el respeto a las
circunstancias de tiempo y lugar previstas por la Ley y por el anuncio de su
convocatoria.

III.- MIEMBROS DE LA JUNTA GENERAL.


Miembros natos de la junta general son todos y cada uno de los accionistas quienes, en
línea de principio, tienen derecho de asistencia, de voz, de información y de voto en la misma.
También son miembros natos los administradores de la sociedad, a quienes se impone el deber
de asistencia a la junta, si bien como tales administradores carecen de derecho de voto ya que
éste sólo corresponde a los socios.
Los estatutos sociales pueden autorizar e, incluso, ordenar la asistencia de directores,
gerentes, técnicos y demás interesados en la buena marcha de los asuntos sociales. Asimismo, el
presidente de la junta tiene la facultad de autorizar la asistencia de otras personas si bien la junta
puede revocar esa autorización una vez constituida mediante el oportuno acuerdo de la mayoría,
que tendrá efectos ipso facto.

IV.- COMPETENCIAS.
1.- COMPETENCIAS EX LEGE.

La junta general de accionistas tiene atribuidas con carácter exclusivo y excluyente las
competencias de máxima trascendencia, al menos desde un punto de vista objetivo, sobre la
vida de la sociedad, su empresa y sobre la posición jurídica de los accionistas.
a).- Decide sobre la estructura económica y jurídica de la sociedad y sobre las
operaciones de incidencia relevante sobre la propiedad y la empresa. Tiene atribuida la
competencia en materia de aprobación de las cuentas anuales de cada ejercicio y sobre la
aplicación de su respectivo resultado económico, la junta tiene la competencia exclusiva para
modificar los estatutos sociales, la forma y estructura de la sociedad, y es el único órgano
competente para decidir sobre la disolución y liquidación de la sociedad.
b).- Control del órgano de administración, de los auditores de cuentas y de los
liquidadores. La junta nombra y separa libremente a los administradores, censura su gestión,
intervienen de forma esencial en la determinación de su sistema de retribución y decide el
ejercicio contra ellos de la acción social de responsabilidad civil. Asimismo, nombra y separa a
los auditores de cuentas y decide el ejercicio contra ellos de la acción social de responsabilidad.
c).- Intervención selectiva en materia de gestión. La junta no puede asumir por acuerdo de
sí misma, o por disposición estatutaria, competencias directas en materia de gestión de la
empresa social y de representación de la sociedad ante socios y terceros. Tal clase de
competencias sólo le corresponden en los específicos casos dispuestos por la Ley.

2.- LÍMITES A LA COMPETENCIA DE LA JUNTA.

La delimitación de las competencias de la junta general de accionistas es precisada por


los siguientes grupos de límites de imperativa observancia ante la atribución y, en su caso,
ejercicio de aquellas:

24
a).- Los acuerdos sociales no pueden excluir ni modificar los derechos de los
accionistas más allá de las limitaciones legales según cada supuesto.
b).- Los acuerdos sociales deben respetar la Ley.
c).- Los acuerdos sociales deben respetar los estatutos sociales.
d).- Los acuerdos sociales no pueden lesionar el interés social para beneficiar
correlativamente a determinados socios o a terceros o a grupos determinables de unos y otros.

V.- CLASES DE JUNTAS (articulo 94 LSA)


1.- Por su régimen de periodicidad y asuntos que necesariamente haya de contener
su orden del día.
En atención a tales criterios, la Ley distingue entre junta ordinaria y junta extraordinaria.
A) Junta Ordinaria.- (articulo 95 LSA) Es la que responde a estos dos caracteres: a) ser
celebrada dentro de los seis primeros meses de cada ejercicio; b) Con el objeto de deliberar y,
en su caso, adoptar acuerdos sobre, al menos, los siguientes asuntos: censura de la gestión
social, cuentas anuales del ejercicio anterior, y resolver sobre la aplicación del resultado a la
vista de la propuesta presentada por los administradores junto con las cuentas anuales.
B) Junta extraordinaria.- (articulo 96 LSA) Es cualesquiera otra distinta a la junta
ordinaria.

2.- Por su modalidad de convocatoria.

Según su régimen de convocatoria se distingue entre juntas formalmente convocadas y


juntas informalmente convocadas. Las primeras son las convocadas por los administradores o,
en su caso, por el juez de primera instancia del domicilio social. Informalmente convocada es la
junta universal.

VI.- CONVOCATORIA DE LA JUNTA (Art. 97 LSA)


1.- Concepto

La convocatoria es el primero de los elementos constitutivos de la junta general de


accionistas. El fundamento de la convocatoria reside en la garantía del derecho de asistencia a
toda junta en cuanto derecho individual del accionista. Por ello, no hay junta general válida sin
su previa y válida convocatoria. La convocatoria tiene dos aspectos:
Es el llamamiento dirigido a los accionistas para que se constituyan en junta.
Ha de ser debidamente anunciado con arreglo a las circunstancias formales y de tiempo
exigidas por la Ley y, en su caso, por los estatutos sociales.
Ambos aspectos se unifican y manifiestan en el anuncio de convocatoria, anuncio que
puede revestir dos modalidades: la formalista o la universal. El anuncio de convocatoria
formalista no es legalmente necesario sin la junta se convoca y es constituida como junta
universal.

2.- Fuentes de regulación

A) La Ley

La convocatoria está regida por la LSA cuyo contenido es el mínimo imperativo en función de
garantizar el ejercicio de derecho de asistencia a las juntas, como derecho individual de cada
accionista.
B) Los Estatutos Sociales Y Reglamentos.

25
Por su parte, los estatutos sociales pueden desarrollar el régimen legal y, en el respecto a éste,
que tiene carácter de mínimos, exigir condiciones o requisitos dirigidos al reforzamiento de los
derechos de asistencia y de información del accionista.

3.- Competencia para convocar

a) Supuesto básico y casos problemáticos


La convocatoria de la junta ha de ser realizada por el órgano de administración, titular
ordinario de esta facultad y que puede ejercerla cuando lo considere conveniente para los
intereses de la sociedad. Los administradores tienen obligación de convocar la junta ordinaria.
En los casos de administrador único y de administradores solidarios cada administrador es
titular autónomo de la facultad de convocar. No así en el caso de administradores
mancomunados, supuesto en el que la convocatoria ha de ser realizada por todos ellos.
En el caso de consejo de administración, la facultad corresponde al propio consejo, que
habrá de adoptar el acuerdo correspondiente y encargar su ejecución.

b) Convocatoria a instancia de la minoría.


Los administradores deben convocar la junta cuando así les sea formalmente solicitado por
accionistas que representen, al menos, el 5% del capital social.
• Requerir notarialmente la convocatoria a los administradores
• Expresar en el requerimiento los puntos del orden del día a tratar, los cuales deben ser
necesariamente incluidos por los administradores.
Los administradores deben convocar la junta dentro de los treinta días siguientes a la fecha
del requerimiento. El incumplimiento de esta obligación puede ser constitutivo de delito
societario, en especial si la convocatoria es instada por un porcentaje de capital relevante y
ciertamente lo será si es apoyada por la mayoría del capital.

c) Competencia extraordinaria: Juez De Primera Instancia.


La junta puede ser judicialmente convocada por el Juez de Primera Instancia del domicilio
social. Caso que el Juez estime la solicitud deberá ajustarse a los requisitos legales y, en su caso,
estatutarios, de la convocatoria, así como designar al Presidente de la junta.

5.- Anuncio de convocatoria.

A) Función y contenido mínimo del anuncio de convocatoria. (artículos 97 y 98 LSA)


La convocatoria de la junta ha de ser expresada y comunicada a través del anuncio de
convocatoria. El anuncio de convocatoria ha respetar ciertos requisitos legales, tales son:
• Identificación suficiente de la sociedad.
• Expresión del “orden del día” o detalle conciso, pero preciso, de “todos los asuntos que
han de tratarse”. El componente orden del día tiene doble importancia:
a) subjetiva o aspecto del derecho de información de cada accionista.
b) Objetiva, porque representa al límite implícito a las competencias de la concreta
junta convocada y constituida ya que ésta no puede adoptar acuerdos válidos
sobre puntos no comprendidos en él, a excepción de la destitución de
administradores.
El orden del día de las juntas de accionistas es, pues, un orden cerrado y no abierto o a
discreción del propio órgano.
• Indicación de la fecha o precisas circunstancias de tiempo y lugar de la reunión. La
adecuada garantía del ejercicio del derecho de asistencia, exige que el orden del día
deba contener la fecha de la reunión en primera convocatoria y, acaso, de la segunda,
fecha que incluye la indicación del concreto lugar de reunión de la junta, determinado

26
por sus concretas señas de identidad y la precisa hora prevista para su celebración. En
efecto, ambas circunstancias (de tiempo y lugar) forman la fecha de la reunión en
sentido propio.
• Identificación del administrador o del cargo convocante.
• El derecho de información: Articulo 112 LSA:
“Sólo se pueden adoptar acuerdos en la Junta sin necesidad de que este
previamente en el orden del día los siguientes a instancia de cualquier accionista
presente o representado, a saber:
1º.- El cese y nombramiento de administradores.
2º.- El ejercicio de la acción social de responsabilidad prevista en el artículo 134
de la LSA (Ley de Sociedades Anónimas)”

B) Contenido opcional: llamamiento en segunda convocatoria.


El anuncio de convocatoria puede incluir un llamamiento en segunda convocatoria. En este
caso, la fecha de ésta habrá de respetar un plazo mínimo de veinticuatro horas respecto de la
primera.

C) Difusión mínima del anuncio de convocatoria.


El anuncio de convocatoria ha de recibir una difusión mínima. Debe aparecer, al menos, en
el BORME y en uno de los diarios de mayor circulación en la provincia del domicilio social.

6. Junta universal (Art. 99 LSA)

La Junta universal es válida por ser la esencia del concepto de junta general: tiene
convocatoria válida y constitución válida, si en la misma se cumplen los rigurosos requisitos de
asistencia de accionistas exigidos por la Ley. Se trata, pues, de una modalidad de junta general
de accionistas perfectamente válida a pesar de no cumplir los requisitos formales de
convocatoria ex art.97 siempre que la misma se haya constituido con arreglo al cumplimiento de
ciertos requisitos, que son los siguientes:

• Presencia en la reunión de la totalidad del capital social con y sin derecho de voto. Los
accionistas pueden asistir a la junta universal personalmente o por medio de
representante.
• Unanimidad de los accionistas presentes respecto a los siguientes aspectos de orden
previo: a) en el aspecto esencial relativo a considerar su, en principio, simple reunión,
como junta general de accionistas. b) así como en la aceptación expresa de su orden del
día con carácter previo a su tratamiento y deliberación. La prueba de que ambos
aspectos son admitidos por los asistentes tiene lugar mediante la suscripción por todos
y cada uno del documento en el que consta el orden del día y demás circunstancias de la
junta con carácter previo a su deliberación. La junta universal puede reunirse
válidamente fuera de la localidad del domicilio social.

VII.- CONSTITUCION (Art. 102 LSA)


1. Concepto
La junta de accionistas está válidamente constituida si se dan en ella las dos siguientes
circunstancias:
La reunión tiene lugar según las circunstancias de tiempo y lugar previsto por la Ley y, en
su caso, los estatutos sociales.
Asiste a la junta uno o más accionistas titulares (personalmente o como representantes)
del porcentaje de capital mínimo previsto en cada caso por la Ley y, en su caso, por
los estatutos sociales.

2. Presidencia de la junta. (articulo 110 LSA)

27
La junta, una vez constituida, puede decidir sobre la composición de la presidencia e,
incluso, sobre la separación del presidente y de todos o algunos de sus miembros.
La presidencia ha de estar compuesta por, al menos, un Presidente (que podrá ser designado
por los estatutos según criterios no personales o bien puede ser un accionista elegido por los
asistentes) y un Secretario (también designado por los estatutos o elegido por los asistentes).
Las funciones del Presidente son: a) ejercer el control sobre los aspectos relativos a la
regular constitución de la junta (legitimación de los asistentes, lo sean personalmente o
mediante representante y control, en este último caso, de sus poderes de representación,
determinación del quórum de asistencia, en su caso, redacción y propuesta de aprobación de la
lista de asistentes, puede autorizar la asistencia de otras personas interesadas en la buena marcha
de los asuntos sociales; b) conducción de las deliberaciones (ordenar el ejercicio de los
derechos de voz, debate, información) y, en su caso, proponer los términos de las votaciones; c)
constatar la adopción de los acuerdos, si bien esta constatación carece del carácter de requisito
formal o constitutivo de los mismos ya que los acuerdos se adoptan por virtud del principio
mayoritario a favor de la respectiva propuesta (cf., no obstante, R. 13 de febrero de 1998).
El presidente no puede tener voto dirimente (RDGRN de 5 de noviembre de 1990) ni tiene,
por simple condición de tal, facultades de certificación de los acuerdos alcanzados (RDGRN de
9 de marzo de 1996).
El secretario es el encargado de redactar el acta de la junta y de auxiliar al presidente en el
ejercicio de sus funciones.

3. Lugar de reunión (Art. 109 LSA)

La junta general, salvo que sea universal ha de reunirse necesariamente en la localidad


donde la sociedad tenga su domicilio. Este domicilio es el registral. La Junta debe reunirse en la
localidad del domicilio social. La convocatoria fuera de la misma determina la nulidad de la
junta.

4. Tiempo de constitución y prórroga de junta constituida. (Art. 109 LSA)

La junta general debe ser constituida justamente en el día y hora señalados en el anuncio de
convocatoria.
La junta ya constituida puede ser prorrogada en días consecutivos y naturales, si así lo
acuerda la propia junta a instancia de los administradores o de socios representantes de, al
menos, el 25% del capital presente en la junta.

5. Quórum de constitución. (articulo 102 LSA)

La válida constitución de la junta de accionistas presupone la presencia de un interés


mínimo ante el tratamiento de los asuntos de su orden del día, interés que se determina de forma
objetiva en función del porcentaje de capital bajo la titularidad o representación de los asistentes
o quórum de constitución.
La LSA adopta un sistema de quórum directo para la válida constitución de la junta general
de accionistas. Esto es, es precisa su concurrencia como requisito para la válida formación de la
junta y, por tanto, se exige un mínimo ejercicio del derecho de asistencia como requisito previo
para que aquélla pueda entrar a deliberar y adoptar acuerdos válidos sobre los puntos del orden
del día (quórum de presencia o de asistencia.)
El alcance del quórum de constitución según los puntos del orden del día habrá de ser
controlado y proclamado por la presidencia de la junta como presupuesto de validez de los
eventuales acuerdos. En atención a la importancia de los asuntos previstos como puntos del
orden del día, la Ley exige distintos niveles de quórum de constitución:
• a) Quórum ordinario. En primera convocatoria, la junta quedará válidamente
constituida cuando los accionistas presentes o representados represente, al menos, el
25% capital suscrito con derecho de voto en primera convocatoria. En segunda

28
convocatoria, la junta quedará válidamente constituida cualquiera que sea el capital
concurrente
• b) Quórum reforzado: a) modificación de los estatutos; b) transformación, fusión o
escisión de la sociedad; c) emisión de obligaciones; d) disolución de la sociedad por la
causa ex art.260.1.1ª. Se precisa entonces la asistencia de accionistas representantes, al
menos, del 50% capital suscrito con derecho de voto en primera convocatoria, y del
25% de dicho capital en segunda convocatoria. Si la junta se constituye en segunda
convocatoria, la validez de los acuerdos requerirá se adopción por mayoría de, al
menos, los 2/3 del capital presente o representado en la junta si éste es inferior al 50%
del capital social suscrito con derecho de voto (aspecto objeto de crítica doctrinal). En
uno y otro caso, los estatutos sociales pueden disponer el reforzamiento del quórum.

6. Representación.- (art. 106 y 108 LSA)

Los socios no están obligados a asistir personalmente a la Junta y tienen derecho a


hacerse representar por otra persona, sea o no accionista, para el ejercicio de su derecho de voz
y voto.
La representación se otorgará por escrito y con carácter especial para cada Junta
concreta y determinada.
La representación es siempre revocable. La asistencia personal de representado tendrá
carácter revocatorio de la representación concedida a tercero.
No necesitarán poder de representación cuando el representante sea el cónyuge o un
ascendiente o descendiente del representado ni tampoco cuando aquel ostente poder general
conferido con facultades para administrar todo su patrimonio en territorio nacional.

7. Lista de asistentes (Art. 111 LSA)

La lista de asistentes es el documento que, respecto de cada junta, ha de contener la


identificación de los presentes, la cualidad en la que asisten a la misma (personalmente o como
representantes) y el capital representado por cada uno, expresión del total capital presente. Por
ello, la lista de asistentes ha de ser formada y aprobada con carácter previo a la discusión del
orden del día.
Las funciones de la lista de asistentes son las siguientes:
Servir de instrumento de control del quórum de constitución; y, por tanto, del control sobre
la licitud de los eventuales acuerdos con relación a este aspecto;
Es instrumento de control de la legitimación de los presentes en la junta y sobre el número
de votos que cada uno de ellos puede emitir;
Puede servir para determinar la legitimación para impugnar los acuerdos de la junta (en
especial, de quienes estuvieron ausentes, si bien éstos pueden probar esa condición por
otros medios).

VIII.- ADOPCIÓN DE ACUERDOS Y PRINCIPIO MAYORITARIO.


La adopción de los acuerdos puede ir precedida del ejercicio de los derechos de voz, debate
e información que asisten a los accionistas (art.112). Pero los acuerdos sociales sólo se adoptan
válidamente por virtud del principio de mayoría de capital, presupuesto del cual es el ejercicio
del derecho de voto por parte de los asistentes.
Los estatutos sociales pueden exigir mayorías reforzadas para la válida adopción de
acuerdos, bien con carácter general, bien con carácter selectivo según la clase o contenido del
acuerdo.

IX.- DOCUMENTACION DE LOS ACUERDOS SOCIALES. (Art. 113


LSA)

29
1.- Obligación y significado de la documentación de los acuerdos
Los acuerdos de la junta deben ser debidamente documentados en acta. Esta exigencia
encuentra su fundamento en el derecho de información a posteriori del accionista, así como en
que constituye el medio de prueba primordial del contenido de los acuerdos y, en su caso, de las
circunstancias que hayan podido rodear su adopción. Las actas no son elemento constitutivo de
los acuerdos sociales; los acuerdos, con carácter general, existen y producen sus efectos desde el
mismo momento de su adopción válida. El acta es un documento de formalización ad
probationem de los acuerdos y las circunstancias de su adopción por lo que carecen del carácter
de declaraciones de voluntad de la sociedad para tener la condición de declaraciones de ciencia
o conocimiento. Ello no significa que las actas carezcan de obligatoriedad. La existencia de
acta debidamente aprobada es presupuesto necesario para emitir certificaciones de los acuerdos
en el caso de que sean inscribibles.
2.- Acta ordinaria
Es la redactada y propuesta por la propia mesa de la concreta junta general que adopta los
acuerdos que suponen su contenido, y que resulta debidamente aprobada por ésta. Tiene fuerza
ejecutiva desde su aprobación. El acta ordinaria puede ser aprobada por la propia junta al final
de la misma o bien por virtud de interventores nombrados por la propia junta, uno en
representación de la mayoría y otro de la minoría. Las actas deben constar en el libro de actas
que, debidamente legalizado, ha de llevar el órgano de administración.
3.- Acta notarial (articulo 114 LSA)
Es la levantada por notario presente en la junta. Su presencia a tal efecto debe ser requerida
por el órgano de administración bien a iniciativa de los propios administradores o bien a
instancia de un número de socios que represente, al menos, el 1% del capital social. Es un
derecho de minoría porque los administradores quedan obligados a requerir la presencia de
notario en la junta.
El notario compareciente al efecto de levantar acta de la junta no actúa como presidente ni
como asesor o conductor de la misma. Es mero fedatario de lo acontecido en su desarrollo. El
acta notarial no precisa ser expresamente aprobada por la junta y los honorarios notariales son a
cargo de la sociedad en cualquier caso.

X.- CONTROL DE LEGALIDAD DE LOS ACUERDOS SOCIALES.


Los acuerdos de la junta de accionistas son válidos y eficaces desde su misma adopción en
condiciones de regularidad respecto de la sociedad, sus socios y administradores (cf. Art. 93.2).
Su inscripción registral, en el caso de que el acuerdo la precise, es presupuesto de oponibilidad
y, en caso, elemento constitutivo de la operación sobre la que verse el acuerdo (por ejemplo, el
aumento del capital, la transformación, la fusión o la escisión), pero no sobre el acuerdo mismo
de llevarla a cabo (una cosa es el acuerdo social y otra cosa es la operación societaria en su
conjunto de la cual el acuerdo social y otra cosa es la operación societaria en su conjunto de la
cual el acuerdo social es solamente un aspecto o elemento. Aunque sea esencial). Existen hasta
tres expedientes de control de legalidad de los acuerdos de la junta: a) el control de legalidad
registral a través de la calificación del Registrador mercantil si los acuerdos son inscribibles
(jurisprudencia cautelar); b) el control judicial de legalidad a cargo del poder judicial, abierto
con carácter general siempre que se acredite la legitimación activa precisa; c) el control de
legalidad por medio de árbitros si los estatutos sociales así lo previenen y regulan.
El primero es un control de legitimación y sobre el contenido de los documentos relativos al
acuerdo y su ejecución. El segundo y tercero son controles de fondo y de acuerdo con el
principio de contradicción.

XI.- IMPUGNACION DE LOS ACUERDOS SOCIALES (Art. 115 a 122


LSA)

El carácter soberano de la Junta General y el postulado de la sumisión de los socios al


voto mayoritario no es incompatible con la posibilidad de impugnar los acuerdos de la Junta al

30
garantizarse así un control judicial de éstos desde la perspectiva de su adecuación al régimen
legal estatutario y de su conformidad con el interés social.
Dentro de los acuerdos impugnables existen dos categorías:
a) Acuerdos Nulos: Aquellos que son contrarios a la ley.
b) Acuerdos Anulables: Son aquellos que infringen los Estatutos Sociales o que
lesionen los intereses sociales en beneficio de uno o varios accionistas o terceros.
La distinción entre acuerdos nulos y acuerdos anulables se traduce en un régimen
distinto en materia de plazos y personas legitimadas para la impugnación
La legitimación activa para impugnar los acuerdos nulos la ostentan todos los
accionistas, los administradores y los terceros que acrediten intereses legítimos en el acuerdo
lesivo. El plazo para impugnar es de un año desde que se adoptarán o desde que se tuvo
conocimiento de ello.
La legitimación activa para impugnar los acuerdos anulables se atribuye solamente a los
socios asistentes a la Junta que hubieran hecho constar su oposición al acuerdo impugnado, a los
socios ausentes y a aquellos que le hubieran sido privados de su derecho de voto y a los
administradores. El plazo para impugnar es de 40 días.
Desde el punto de vista procesal las demandas sobre impugnación de acuerdos sociales
se tramitan a través del procedimiento ordinario siendo competente para conocer sobre el mismo
el Juzgado de lo Mercantil de cada Provincia donde la sociedad tenga su domicilio social. La
legitimación pasiva la tiene la propia sociedad y aquellos accionistas que consideren que con la
impugnación se perjudiquen los derechos de la sociedad.
Como hemos referido los acuerdos adoptados por la Junta General son ejecutivos desde
el momento de su adopción y habida cuenta de la lentitud del sistema judicial español la Ley de
Enjuiciamiento Civil regula para este supuesto dos medidas cautelares:
la anotación preventiva de la demanda en el Registro Mercantil.
La suspensión de los acuerdos cuando los demandantes representen el 1 o el 5%, según
la si la sociedad cotiza o no en bolsa.

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TEMA 5

ESTRUCTURA ORGÁNICA: EL ÓRGANO DE


ADMINISTRACIÓN

I.- CARACTERIZACIÓN GENERAL.


El órgano de administración es aquel al que se confía, ministerio legis, la administración
de la SA. La administración presupone ejercicio de funciones y facultades:

Las de dirección y gestión permanente de los asuntos sociales y de explotación, con lealtad y
diligencia cualificadas o de profesional, de la actividad constitutiva del objeto social.
En función de ello, el órgano de administración tiene legalmente atribuido el poder de
representación de la sociedad en juicio y fuera de él, en la forma determinada por los
estatutos.

II.- MODALIDADES DE ORGANIZACIÓN.


La determinación del modelo de organización y régimen de actuación del órgano de
administración ha de venir establecida por los estatutos sociales de forma necesaria. Las
posibles modalidades son objeto de lista tasada, en los estatutos se ha de optar necesariamente
por uno de los modelos regulados.

1.- Administración unipersonal.

La administración y representación de la SA se confía a un administrador único,


persona física o jurídica.

2.- Administración pluripersonal.

El órgano de administración se compone de dos o más miembros titulares. Caben dos


modalidades:
Fórmulas no colegiadas, que son:

Administración solidaria. La solidaridad implica que todos y cada uno de los


administradores son titulares de la totalidad de competencias, facultades y funciones
propias del órgano de administración.
Administración mancomunada. Esta modalidad sólo admite en la SA un número mínimo
y máximo de dos administradores. La mancomunidad implica que las facultades y
funciones propias del órgano de administración sólo puede ser ejercida válidamente si
concurren los dos administradores miembros del órgano.

Fórmulas colegiada, que es el Consejo de Administración.

Las facultades y funciones propias del órgano de administración residen en el Consejo


como grupo organizado formado por 3 o más administradores que ha de funcionar según los
principios de colegialidad y adopción de acuerdos por mayoría de sus miembros (cada
consejero es siempre titular de un voto máximo y mínimo).

III.- ESTATUTO JURÍDICO DEL ADMINISTRADOR.

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Todo administrador es destinatario de un conjunto de normas, que constituyen su
estatuto jurídico personal, como titular del cargo, en cuanto define sus derechos, facultades,
obligaciones y responsabilidades como tal. Este estatuto jurídico comprende los siguientes
aspectos:

1.- NOMBRAMIENTO.

Los administradores han de ser nombrados por la junta general de accionistas. Para ser
nombrado no es precisa la condición de accionista; puede ser nombrado administrador una
persona jurídica, pero ésta habrá a su vez, de nombrar un representante permanente (persona
física cuya identidad habrá de constar en el RM).
La junta general puede nombrar administradores suplentes si no existe previsión
estatutaria en contra. El acuerdo social de nombramiento no produce efecto alguno a falta de la
necesaria aceptación expresa del cargo por parte del designado.

2.- SEPARACIÓN.

El cargo de administrador está informado por el principio de libre destitución por


acuerdo de la junta general de accionistas: la separación de los administradores podrá ser
acordada en cualquier momento por la junta. Este régimen tiene como fundamento el carácter de
cargo basado en la confianza de los accionistas; por tanto, todo administrador es separable “ad
nutum” por acuerdo de la junta adoptado por mayoría ordinaria, sin que sea necesario que la
previsible destitución se halle contenida como concreto punto del orden del día de la respectiva
junta.

3.- DIMISIÓN.

El administrador puede dimitir de su cargo en cualquier momento. La inscripción


registral de la dimisión de administradores requiere su constancia fehaciente y la fecha en que se
haya producido.

4.- RÉGIMEN DE LA TEMPORALIDAD DEL CARGO.

La vigencia del cargo de administrador está informada por el principio de


temporalidad: el administrador no puede ser nombrado por tiempo indefinido, podrá ser
nombrado por períodos máximos de seis años consecutivos de duración, si bien nada impide la
reelección por sucesivos períodos de seis años. La norma pretende que, al menos cada seis años,
la junta general renueve de forma expresa su confianza en todos y cada uno de los
administradores. El vencimiento del plazo determina la automática caducidad del
nombramiento, lo que no implica el cese automático del administrador con cargo caducado
como ejerciente de las facultades propias del cargo.

5.- RÉGIMEN DE ATRIBUCIÓN Y EJERCICIO DEL PODER DE


REPRESENTACIÓN.

El poder de representación de la SA reside en el órgano de administración en la forma


establecida por la Ley y los estatutos sociales.
El ámbito del poder de representación se halla legalmente delimitado por la cláusula
estatutaria relativa al objeto social. Las facultades de representación de la SA por sus
administradores se extienden a toda clase de acto o negocio jurídico susceptible de ser incluido
en el objeto social delimitado por los estatutos.

6.- RETRIBUCIÓN.

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La LSA (art. 130) parte del principio de gratuidad del cargo de administrador. La
norma, pues, obliga a que los estatutos regulen el sistema de retribución de los administradores
de forma clara e inequívoca en interés de todos los sectores concurrentes.
Los estatutos deben regular el sistema de retribución. Se entiende por tal la precisión de
la modalidad de retribución (cantidades fijas, porcentajes sobre la cifra anual de negocio,
participación en ganancias repartibles del ejercicio, opciones sobre acciones, aportaciones a
planes de pensiones, etc.). El sistema ha de completar las reglas a aplicar para determinar la
cuantía de retribución y salvo disposición estatutaria en contra, se presume igual para todos los
administradores. Se establecen ciertas reglas específicas cuando el sistema de retribución
consista, en todo o en parte en: a) una participación en las ganancias sociales; b) entrega de
acciones, derechos de opción sobre acciones o retribución referenciada al valor de ciertas
acciones (stock-options).
Si el sistema consiste, en todo o en parte, en una participación en las ganancias sociales, se han
de observar las siguientes limitaciones:
La retribución sólo podrá ser detraída de los beneficios líquidos del ejercicio (previa
cobertura de las reservas legales y estatutarias y de la absorción de pérdidas de ejercicios
anteriores);
Con carácter previo ha debido reconocerse a los accionistas un beneficio mínimo del 4%
(sobre el valor nominal de sus acciones) o el tipo más alto establecido por los estatutos;
Asimismo, parece que también con carácter previo, habrá de poder satisfacerse el pago de
dividendos preferentes.
Si el sistema consiste, en todo o en parte, en stock-options (entrega de acciones, derechos de
opción sobre acciones o está referenciado al valor de ciertas acciones), además de la
previsión estatutaria general, la aplicación concreta del sistema exige concreto acuerdo de la
junta general de accionistas, el cual deberá expresar, en su caso, el número de acciones a
entregar, el precio de ejercicio de los derechos de opción y el plazo de duración de este
sistema de retribución. Si la SA es cotizada, el modelo retributivo se ha de comunicar a la
CNMV (circular 4/2000).

7.- MODELO DILIGENTE DE CONDUCTA EN EL EJERCICIO DEL CARGO.

El administrador ha de ajustar el ejercicio de su cargo a un modelo típico de conducta que


se define por virtud de las siguientes pautas de orden general:
Observancia de la diligencia propia de ordenado empresario.
Deber general de fidelidad.
Deber de informarse diligentemente sobre la marcha de la socieda.
Deber de lealtad hacia la sociedad administrada.
Deber de secreto.
Prohibición de competencia.
Deber de desempeño personal del cargo.
Deber de respeto a los códigos de gobierno corporativo asumidos por la sociedad
administrada.

8.- RESPONSABILIDAD.

Todo administrador es, en potencia, civilmente responsable ante la sociedad, sus


accionistas y aquellos terceros con los que haya entablado relaciones jurídicas en nombre de la
SA. El régimen de esta responsabilidad se define por las siguientes características:

1. Es un régimen de responsabilidad civil, esto es, tiene por contenido la regulación de la


obligación de indemnizar los daños y perjuicios producidos a la SA, sus socios o terceros,
causalmente conectados a una conducta culpable y antijurídica del administrador.

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2. Es un régimen de responsabilidad civil imperativo que, por tanto, no es excluible ni
modificable por virtud de pactos ni cláusulas estatutarias.
3. Es un régimen de responsabilidad civil con especialidades (no es un régimen especial
de responsabilidad civil) que, por tanto, debe ser integrado con el régimen general de la
responsabilidad civil contractual y extracontractual del CC y del CCom. (éste, en materia de
prescripción de acciones).
4. Es una responsabilidad contractual anta la sociedad y extracontractual ante socios y
terceros.
5. Es una responsabilidad personal (responde con sus bienes propios), orgánica (surge y
se ciñe a la conducta como administrador) e ilimitada (responde según el art. 1911 CC).
6. Es un régimen de responsabilidad que comprende tanto a los administradores de
derecho como a los de hecho (art. 133.2), entre los cuales debe considerarse comprendidos
los apoderados generales.
7. Es una responsabilidad solidaria de todos los administradores que formen parte del
órgano ante el perjudicado, si bien internamente cada administrador deberá asumir la parte
de indemnización que le corresponda según el criterio de la intervención real (grado de
imputabilidad) que haya podido tener en la producción del daño (Cf. arts. 1147-1148 CC).
8. Es una responsabilidad exonerable según las causas legalmente tasadas que, en
síntesis, se resumen en la falta de intervención del administrador (grado de imputabilidad)
en el acto o negocio causante del daño, acreditado el cumplimiento de los deberes legales
propios del cargo (respeto a las leyes, estatutos y demás deberes inherentes al desempeño
del cargo, Cf. art. 133.1); no es causa de exoneración que el acto o acuerdo lesivo haya sido
adoptado, autorizado o ratificado por la junta general.
9. El régimen de responsabilidad del administrador continúa vigente ante terceros hasta
la inscripción de su cese en el Reg. Mercantil (STS de 30/10/2001; aspecto que no hay que
confundir con el relativo a la prescripción de la acción de responsabilidad).

La obligación de resarcimiento de los daños causados a la sociedad, socios o terceros


tiene como causa la conducta dolosa o negligente del administrador.
La exigencia del cumplimiento de la obligación de indemnizar es objeto de dos
regímenes según el perjudicado sea la sociedad o bien se trate de sus socios o terceros. Se
distingue así entre la ACCIÓN SOCIAL (art. 134) y la ACCIÓN INDIVIDUAL de
responsabilidad (art. 135).
La acción social de responsabilidad procede cuando el perjudicado es la sociedad
administrada. La acción puede ser ejercitada por la sociedad previo acuerdo de la junta general.
También puede ser ejercitada por socios titulares de, al menos, el 5% del capital social, si:
a) Instada la convocatoria de la junta a los administradores para que se pronuncie
sobre el ejercicio de la acción, ésta no es atendida por ellos en el plazo legal;
b) Adoptado por la junta el acuerdo de su ejercicio, la acción no se interpone en el
plazo del mes siguiente a la fecha del mismo;
c) El acuerdo de la junta ha sido contrario al ejercicio de la acción.
Se reconoce legitimación activa subsidiaria a los acreedores sociales para el ejercicio de
esta acción sólo en el caso de que el patrimonio social resulte insuficiente para la satisfacción de
sus créditos.
La acción individual de responsabilidad persigue la declaración judicial de la
obligación de los administradores de resarcir daños causados a concretos accionistas y terceros.
Las acciones de responsabilidad civil prescriben, según el régimen del Art. 949 CCom,
4 años a partir de su cese en el cargo, tanto en supuestos de responsabilidad contractual como
extracontractual. El régimen de responsabilidad del administrador continúa vigente frente a
terceros hasta la inscripción de su cese en el Registro Mercantil.

IV.- CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN.

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1. CARACTERIZACIÓN.
El consejo de administración es la modalidad colegiada de organización del órgano de
administración. Resulta de elección necesaria si la administración se confía conjuntamente a
más de 2 personas. El consejo de administración ha de ajustar necesariamente su
funcionamiento a dos principios básicos:
a) colegialidad;
b) adopción de acuerdos y decisiones por virtud del principio mayoritario, según criterio
de mayoría de personas (un consejero, un voto).

2. NOMBARMIENTO DE CONSEJEROS (especialidades).


A diferencia de otras modalidades pluripersonales de organización del órgano de
administración, el consejo de administración admite el nombramiento de consejeros según el
sistema proporcional, cuyo sentido es procurar la presencia o representación en su seno de
accionistas minoritarios en la medida en que lo permita el número de consejeros a elegir en
relación con la cifra del capital social. A tal efecto, se reconoce el derecho a nombrar un
administrador a cada accionista o grupo de accionistas titulares de la fracción de capital
resultante de su división por el número total de consejeros; las acciones agrupadas a tal efecto
pueden intervenir en la elección del número de consejeros que les corresponden según esa regla
proporcional, debiendo abstenerse en la elección de los restantes. Carecen de este derecho las
acciones sin voto. Los consejeros elegidos por este sistema sólo pueden ser separados
libremente por acuerdo del mismo grupo de accionistas por el que fueron nombrados (aunque
debe admitirse que pueda proceder su separación por acuerdo de la junta si media justa causa,
como incompatibilidad, competencia con la SA, etc.).

3. RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO INTERNO.


Como órgano colegiado, el consejo de administración debe contar con unas reglas de
funcionamiento que pueden ser propias (dotadas por él mismo), aprobadas por la junta general o
bien predispuestas por los estatutos. La Ley dispone un régimen básico imperativo que debe ser
completado, bien a través de los estatutos sociales o, en su defecto, por el propio consejo, que
habrá de aprobar su reglamento de funcionamiento interno. Las sociedades cotizadas tienen
obligación de tal reglamento, que ha de ser comunicado a la CNMV y al RM.

4. CARGOS DEL CONSEJO.


El consejo es competente para, de entre sus miembros, nombrar sus cargos y definir sus
funciones (presidente, vicepresidente, secretario, vicesecretario) salvo que los estatutos remitan
esa competencia a la junta generadle accionistas. No obstante, corresponde al presidente la
facultad de convocatoria del consejo (art. 140.1 LSA), que puede ser ejercitada por el
vicepresidente solamente cuando existan causas justificadas (cf. RDGRN de 6/4/1999). Es
admisible la figura de secretarios o vicesecretarios no consejeros.

5. CONSTITUCIÓN Y FUNCIONAMIENTO.
El consejo de administración sólo tiene capacidad para adoptar acuerdos válidos cuando
ha sido válidamente convocado y constituido. El régimen legal de la convocatoria se caracteriza
por su falta de formalismo, acorde con el carácter permanente y las funciones propias del
órgano de administración.
No obstante, los estatutos o el reglamento interno pueden exigir formalidades y
requisitos específicos. En especial, la convocatoria del consejo no precisa constancia del orden
del día, ni formas especiales en su anuncio (v.g. por teléfono o comunicación telemática), ni
plazos amplios entre el anuncio y la fecha de reunión. La convocatoria es facultad del presidente
o de quien haga sus veces (art. 140.1 y supra).
El consejo se entiende válidamente constituido si concurren en la reunión, presentes o
representados, al menos la mitad mas uno de sus miembros. Los estatutos pueden reforzar, pero
no rebajar, ese quórum legal de constitución. Es lícita la adopción de acuerdos sin reunión

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efectiva o simultánea presencia física de los consejeros (Comunicación telefónica, telemática o
circuito cerrado de televisión) pero este procedimiento sólo será válido si no media la oposición
expresa de alguno de los consejeros.
El consejo adopta sus acuerdos por mayoría de personas. La ley considera que existe
mayoría cuando vote a favor de la propuesta de acuerdo la mayoría absoluta de los consejeros
concurrentes (asistentes a la sesión personalmente). Los estatutos pueden reforzar esta mayoría,
bien con carácter general, bien selectivamente según el contenido de los acuerdos. Cuando el
número de consejeros sea impar, la mayoría absoluta se obtiene por eliminación de la fracción
resultante (lo que equivale a su reducción a la baja: así, en un consejo de 7 asistentes la mayoría
absoluta se forma por el voto a favor de 4 de ellos).
El consejo debe documentar sus acuerdos en actas escritas en el libro de actas
debidamente legalizado cuya custodia corresponde al secretario del consejo. El acta debe
contener las discusiones y, sobre todo, los acuerdos alcanzados y ha de ser firmada por el
presidente y el secretario.

6. IMPUGNACIÓN DE LOS ACUERDOS DEL CONSEJO DE


ADMINISTRACIÓN.
Los acuerdos del consejo pueden ser impugnados por las mismas causas y a través del
mismo procedimiento que los de la junta general de accionistas. Están activamente legitimados
para el ejercicio de la correspondiente acción los administradores (que deben ejercitar su acción
dentro de los 30 días siguientes a su adopción) y aquellos accionistas titulares (aisladamente o
en grupo) de, al menos el 5% del capital social (deben ejercitar la acción dentro de los 30 días
siguientes al de su conocimiento por ellos del acuerdo impugnable si es que no ha transcurrido
más de 1 año desde su adopción).

7. CONSEJEROS DELEGADOS Y COMISIONES EJECUTIVAS.


Por razones de funcionalidad, el consejo suele delegar sus facultades de representación
y ejecución entre sus propios miembros, quedando el grupo como órgano de supervisión de la
actividad de los consejeros o grupos de consejeros con facultades delegadas. Surgen así los
consejeros delegados (administradores delegados a título individual) y las comisiones ejecutivas
(grupo de consejeros delegados que deben actuar colegialmente.
Los consejeros delegados pueden actuar solidaria o conjuntamente, y cabe la
discriminación en la forma de ejercicio según la clase o la naturaleza de las competencias
delegadas. La comisión ejecutiva actúa siempre de forma colegial. La inscripción registral de la
delegación de facultades es obligatoria.
La delimitación del contenido de la delegación y las condiciones del ejercicio de las
facultades delegadas es competencia de la junta general de accionistas. A falta de regulación
estatutaria o de acuerdo de la junta de accionistas, el consejo puede delegar todas sus facultades
a excepción de la obligación de formulación de las cuentas anuales y el informe de gestión a la
junta general. El acuerdo de delegación y el nombramiento de consejeros delegados o de
miembros de la comisión ejecutiva debe ser otorgado en escritura pública e inscrito en el
Registro Mercantil.
Delegación permanente de facultades. El consejo puede acordar la delegación
permanente de todas o algunas de sus facultades delegables. En tales casos, la validez del
acuerdo de delegación permanente de facultades, así como el nombramiento del consejero o
grupos de consejeros delegados exige la observancia de unas reglas más estrictas:
a) requiere el voto a favor de los 2/3 del número total de componentes del consejo (no sólo
los concurrentes a la sesión);
b) la inscripción registral de la delegación permanente tiene carácter constitutivo (no
produce “efecto alguno” hasta su inscripción el RM. Aunque cf. Art. 152 RRM).

37
TEMA 6

I.- MODIFICACION DE LOS ESTATUTOS SOCIALES. ASPECTOS


GENERALES.
1.- Noción

En sentido material o de fondo, modificar los estatutos sociales es modificar el régimen


de organización de la S.A. por virtud de acuerdo del órgano competente sobre el aspecto objeto
de modificación. Formalmente, modificar estatutos es cambiar la redacción de los estatutos
sociales inscritos en el Registro Mercantil.

En la sociedad anónima, los estatutos sociales son esencialmente modificables por


virtud del principio mayoritario en la junta general de accionistas.

2.- Reglas comunes a toda modificación estatutaria

La modificación de los estatutos sociales ha de considerarse un acto extraordinario en la


vida de la sociedad (cf.art.103.1 LSA) pues supone modificar la configuración establecida por
los socios fundadores, o bien supone cambiar el régimen de organización derivado de
posteriores modificaciones de aquélla.

La competencia para modificar los estatutos sociales corresponde a la junta general de


accionistas de forma exclusiva y excluyente (salvo, en las condiciones legales, los casos de
traslado del domicilio dentro del mismo término municipal y de aumento del capital por el
sistema del capital autorizado). La validez de un acuerdo social de modificación de estatutos
requiere el cumplimiento de todos y cada uno de los siguientes requisitos.

• Que su adopción haya sido precedida del alcance del quórum de constitución reforzado
del 50% del capital con derecho a voto para la primera convocatoria y para la segunda
el 25% del capital suscrito., así como la mayoría reforzada de, al menos, los dos tercios
del capital con derecho de voto presente o representado en la junta cuando ésta se haya
constituido en segunda convocatoria.
• Que los administradores o, en su caso, los accionistas autores de la propuesta de
modificación, formulen informe escrito que la justifique debidamente.
• Que en el anuncio de convocatoria de la junta que, en su caso, haya de acordar la
modificación propuesta, se hayan expresado con claridad los extremos cuya
modificación se propone (v.g., indicando la materia objeto de eventual modificación).
• Que en el anuncio de convocatoria se haya hecho constar de forma expresa el derecho
de información de los accionistas a examinar en el domicilio social el texto íntegro de la
modificación propuesta y el informe relativo a ella, o bien a solicitar la entrega o envío
gratuito de copia de tales documentos.

Tales requisitos no se aplican si el acuerdo social de modificación es adoptado en junta


universal.

El acuerdo de modificación ha de ser otorgado en escritura pública, inscrito en el R.M. y


publicado en el BORM. La escritura pública de modificación habrá de ajustarse al contenido
exigido por el art.158 RRM.

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II.- MODIFICACIONES ESTATUTARIAS CON ESPECIALIDADES
EN SU RÉGIMEN JURÍDICO.
1.- Sustitución del objeto social

Debe distinguirse entre sustitución del objeto social y meras modificaciones del objeto
social. Sustituir es acordar un cambio sustancial del objeto social, esto es, cambiar la naturaleza
de la actividad o actividades que, hasta entonces, habían constituido la empresa social, así
como, introducir o eliminar actividades. Modificar el objeto es un cambio accidental como
introducir ampliaciones, reducciones, aclaraciones o matizaciones en el mismo, sin cambiar o
alterar en esencia la actividad o actividades preexistentes.

2.- Simple modificación del objeto social

La simple modificación del objeto social sólo requiere el cumplimiento de los requisitos
generales ex art. 144 y la publicidad del acuerdo en dos diarios de gran circulación en la
provincia del domicilio social y en el BORM, como presupuesto de inscripción en el registro
Mercantil.

3.- Cambio del domicilio social dentro del mismo término municipal.

Esta modificación puede ser válidamente acordada por el órgano de administración sin
necesidad de cumplir los requisitos del Art. 144 LSA, salvo disposición contraria de los
estatutos, caso en el cual la competencia corresponderá a la junta general de accionistas y habrá
de cumplirse. El acuerdo deberá ser publicado en dos diarios de gran circulación en la provincia
del domicilio social y en el BORM, como presupuesto de inscripción del cambio del domicilio
en el Registro Mercantil. El nuevo domicilio debe cumplir los requisitos exigidos por el art.6
LSA.

4.- Cambio del domicilio social fuera del término municipal.

Esta modificación requiere el cumplimento de los requisitos generales exigidos por el Art.
144 LSA y la publicidad del acuerdo en dos diarios de gran circulación en el domicilio social y
en el BORM como presupuesto de inscripción del cambio en el registro Mercantil.

5.- Cambio de la denominación social

Esta modificación requiere el cumplimiento de los requisitos exigidos por el Art. 144 LSA
y la publicidad del acuerdo de modificación en dos diarios de gran circulación en la provincia
del domicilio social y en BORM como presupuesto de inscripción del cambio en el Registro
Mercantil y demás registros. La nueva denominación deberá ir certificada negativamente a
nombre de la propia sociedad y deberá cumplir los requisitos generales exigibles a la
denominación social según su clase.

III.- AUMENTO DEL CAPITAL SOCIAL.


1.- Noción, funciones y clases.

Aumento del capital social es aquella modificación estatutaria por la que resulta elevada la
cifra de capital social que figura en los estatutos sociales, así como las menciones relativas a las

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acciones de acuerdo con el contenido del acuerdo de aumento en lo relativo a éstas. Desde el
punto de vista material o de fondo, el aumento del capital es una operación financiera por cuya
virtud la sociedad pretende captar nuevas aportaciones al capital o bien adscribir al capital
social recursos patrimoniales ya propios de la sociedad. En cualquier caso, el aumento del
capital es una operación compleja que requiere la observancia de diferentes actos jurídicos e
instrumentales aglutinables en torno a dos grandes fases: a) la de adopción del acuerdo de
aumento del capital; b) la de ejecución por el órgano de administración del acuerdo adoptado,
que culmina con su inscripción registral. Sin el cumplimiento de ambas fases no existe aumento
del capital social; la inscripción registral del aumento tiene, pues, carácter constitutivo.

2.- Acuerdo de aumento del capital. Competencia y contenido mínimo. Capital autorizado

La competencia para acordar el aumento del capital corresponde a la junta general de


accionistas, que habrá de adoptar el acuerdo con arreglo a los requisitos generales del Art... 144
LSA. La junta general puede delegar en los administradores la facultad de señalar la fecha en
que el aumento ya acordado por ella deba ser ejecutado, así como de fijar o integrar las
condiciones del mismo en todo lo no previsto en el acuerdo de la junta.

Capital autorizado.- La junta general puede delegar en el órgano de administración la


facultad de acordar, en una o varias veces, aumentos del capital hasta una cifra determinada por
ella, en la cuantía y oportunidad que decida tal órgano, sin previa consulta a la Junta General.

3.- Perfección del aumento del capital

En la sociedad anónima no cotizada rige el principio de inscripción simultánea en el


Registro Mercantil del acuerdo de aumento del capital y de su ejecución se admite que el
acuerdo de aumento y la ejecución del mismo se otorguen en escrituras separadas, pero habrán
de presentarse a inscripción de forma simultánea.

4.- Clases de aumento del capital según su incidencia en el patrimonio social (o valor real del
activo neto) (art.151.2)

Aumentos reales o efectivos.- El aumento del capital implica un correlativo aumento del
patrimonio social, bien porque se incorporan nuevos elementos patrimoniales por parte de los
suscriptores (nuevas aportaciones, primas de emisión), o bien porque mejora el valor del activo
neto (compensación de créditos de terceros contra la sociedad).

Aumentos nominales o contables.- El aumento del capital deja inalterado el valor del
patrimonio social o valor del activo neto. El aumento produce la modificación de la ubicación
contable de ciertos elementos patrimoniales propios de la sociedad tales como la reserva legal
(en la parte que exceda del 10% del capital una vez aumentado), reservas disponibles,
beneficios no distribuidos o primas de emisión de anteriores aumentos, los cuales pasan a
constituir capital nominal por cuya virtud todos los accionistas reciben acciones “gratuitas” o
bien ven aumentado el valor nominal de sus acciones con cargo a tales conceptos.

Aumentos mixtos.- Se trata de aumentos del capital en parte reales, en parte nominales. No
pueden utilizarse para eludir el derecho individual de cada accionista a la asignación gratuita de
acciones en caso de aumento nominal, por la parte de aumento nominal o con cargo a fondos
propios; otra solución que no pasase por el consentimiento individual de cada accionista a
participar en el aumento de forma mixta sería contraria al Art... 145.

5.- Modalidades formales de ejecución del acuerdo de aumento del capital

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Aumento mediante emisión de nuevas acciones cuyo valor nominal total se corresponderá
con la cifra del aumento. Es la modalidad funcionalmente más adecuada en el caso de aumentos
reales del capital.

Aumento mediante elevación del valor nominal de todas las acciones preexistentes en la
cuantía que les corresponda en proporción a su valor nominal en relación con el valor del
aumento. Esta modalidad requiere el consentimiento de todos los accionistas, salvo en caso de
aumento íntegro con cargo a reservas o beneficios, por lo que funcionalmente más indicada en
el caso de aumentos nominales del capital.

6.- Aumentos reales del capital

Aumento del capital contra entrega de nuevas aportaciones dinerarias por los suscriptores.
Esta modalidad de aumento requiere como presupuesto el desembolso previo de la casi totalidad
del valor nominal de las acciones preexistente (se admiten restos de desembolsos pendientes
siempre que no excedan del 3% de la cifra del capital social antes del aumento, salvo el caso de
las sociedades de seguros).

Aumento del capital contra entrega de aportaciones no dinerarias. Se requiere informe de


los administradores (puesto a disposición de los accionistas al tiempo de la convocatoria de la
junta), e informe de expertos independientes (según mismo contenido y requisitos que el
exigido por el art. 38 LSA para las aportaciones no dinerarias en sede de fundación. Las nuevas
acciones emitidas han de quedar liberadas en un plazo máximo de cinco años contados desde la
fecha del acuerdo de aumento del capital. En cualquier caso, deben quedar desembolsadas en, al
menos, el 25% de su valor nominal desde la suscripción.

Aumento por compensación de crédito.- Puede tener como contravalor la conversión de


obligaciones en acciones o bien puede ser con cargo a otros créditos que supongan pasivo
exigible real contra la sociedad. En ambos casos se produce la extinción de los créditos contra
entrega de acciones de la sociedad emitidas con tal finalidad; de este modo los acreedores
quedan transformados en accionistas y la sociedad obtiene la mejora equivalente del valor de su
activo neto al convertir pasivo exigible (los créditos compensados) en pasivo no exigible
(capital social). El segundo de los supuestos precisa especiales requisitos en función de la
adecuada protección de la sociedad, accionistas y terceros ya que, a diferencia de las
obligaciones convertibles en acciones, los créditos a compensar no nacen con esa condición; se
trata de medidas protectoras del principio de realidad del capital social:

• Consentimiento individual del acreedor (es) cuyos créditos van a ser objeto de
compensación en forma de asunción de la obligación de suscribir las acciones ad hoc
derivadas del aumento;
• Acuerdo de la junta general, que debe incluir el de exclusión del derecho de suscripción
preferente de los accionistas a fin de que las acciones derivadas del aumento puedan ser
suscritas por los titulares de los créditos a compensar.
• Al menos un 25% de los créditos a compensar han de ser líquidos, vencidos y exigibles; el
vencimiento de los restantes no debe producirse en un plazo superior a cinco años (contados
desde la fecha del acuerdo de aumento);
• Se precisa informe de administradores según el contenido exigido por el art. 155 LSA:
• Se precisa informe de auditor de cuentas puesto a disposición de los accionistas al tiempo
de la convocatoria de la junta, que ha de ser incorporado a la escritura de aumento; este
informe debe certificar la exactitud de los datos procurados por los administradores y actúa
como medio protector de los siguientes sectores de intereses: a) el de los accionistas
preexistentes en el mantenimiento de su cuota global de participación en el capital; b) el de
terceros en que el valor del aumento se corresponda con una efectiva aportación patrimonial

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a la sociedad representada por el valor de los créditos compensados. (Res ICAC de 5 de
junio de 1992).

7.- Derecho de suscripción preferente del accionista.

El derecho de suscripción preferente tiene como contenido esencial la atribución al


accionista de la facultad de suscribir el mismo porcentaje nominal de la cuantía del aumento
acordado que aquél del que fuera titular al ser adoptado el acuerdo.

Legitimación y plazo de ejercicio.- La legitimación corresponde a quienes fueren


accionistas al adoptarse el acuerdo de aumento, así como titulares de obligaciones convertibles
en acciones amortizadas. El derecho de suscripción preferente podrá ser ejercitado en el plazo
de un mes contado desde la fecha del acuerdo de aumento en el caso de que la sociedad no
cotice en un mercado oficial de valores.

8.- Aumentos nominales del capital social

Aumento con cargo a reservas disponibles. Son utilizables a este fin las reservas
disponibles, las primas de emisión y la reserva legal en la parte que exceda del 10% del capital
ya aumentado. Se precisa balance aprobado en Junta y verificado por auditor.
Aumento con cargo a beneficios. Deben guardarse los mismos requisitos. El balance debe
arrojar beneficios distribuibles y la junta general debe aprobar su aplicación a capital en el
contexto y con los requisitos propios del aumento del capital social.

IV.- REDUCCIÓN DEL CAPITAL SOCIAL


1.- Noción y funciones

Formalmente, reducir capital es rebajar la cifra de capital social que figura en los estatutos.
La reducción del capital como operación societaria puede cumplir las siguientes funciones, que
la Ley establece con carácter cerrado:
Reducir capital sobrante o exuberante. Esta función se realizará: a) mediante entrega a los
accionistas de los recursos patrimoniales liberados del capital (lo que la Ley denomina
impropiamente “devolución de aportaciones a los accionistas” b) mediante extinción de
la obligación del pago de los dividendos pasivos debidos por los accionistas; c)
aplicando los medios liberados del capital a la constitución o incremento de reservas
(legales voluntarias), caso en el cual los recursos patrimoniales liberados del capital
permanecen en la sociedad.
Absorción de pérdida con cargo al capital. Es la función a la que la Ley denomina
“restablecimiento del equilibrio entre el capital y el patrimonio” cuando el valor de éste
resulta inferior al de aquél a consecuencia de pérdidas.

2.- Reducción voluntaria y reducción obligatoria

La reducción del capital es voluntaria cuando es acordada por la junta general de


accionistas.
La reducción del capital es obligatoria cuando se impone a la sociedad la obligación legal
de reducir capital, previo acuerdo de la junta, a consecuencia de alguna de estas situaciones
previas:
Amortización de las acciones del accionista moroso en el pago e los dividendos
pasivos.
Tenencia de acciones propias no enajenadas dentro del plazo legal.

42
Obligación de amortización de acciones a consecuencia del ejercicio del derecho de
separación del accionista.
Pérdidas que disminuyan el patrimonio por trabajo del 50% de la cifra del capital si ha
transcurrido un ejercicio social sin haberse recuperado el patrimonio.

3.- Acuerdo de reducción del capital. Competencia y contenido mínimo.

La competencia corresponde de forma exclusiva a la junta general de accionistas. El


acuerdo de reducción ha de contener, como mínimo, los requisitos exigidos:
Cifra o importe de la reducción;
Finalidad de la reducción (absorción de pérdidas, “devolución de aportaciones”,
condonación de dividendos pasivos o constitución o incrementos de reservas);
Procedimiento (amortización total o parcial de acciones) y plazo de ejecución del acuerdo
por el órgano de administración;
Suma que, en su caso, haya de ser abonada a los accionistas (obviamente, sólo si se trata de
reducción para “devolver aportaciones”.

4.- Sistema de perfección de la reducción del capital

Rige el principio de inscripción simultánea en el Registro Mercantil del acuerdo de


reducción del capital y de su ejecución; se admite que acuerdo de reducción y ejecución del
mismo se otorguen en escrituras separadas. El acuerdo de reducción ha de ser publicado en el
BORM y en dos periódicos de gran circulación en la provincia del domicilio social. Ejecutado
el acuerdo ha de recibir la publicación en el BORM.

5.- Clases de reducción del capital según su incidencia en el patrimonio social o valor real
del activo neto (art. 163 LSA)

Reducciones reales o efectivas.- Son aquellas reducciones que implican correlativa y


equivalente disminución del patrimonio contable porque los recursos patrimoniales que se
liberan del capital salen de la sociedad:
para ser entregados a los accionistas (devolución de aportaciones); o,
porque se trata de derechos de crédito de los que la sociedad es acreedora en
concepto de dividendos pasivos que son condonados a sus accionistas/deudores.

Reducciones nominales o contables.- La reducción del capital deja inerte el patrimonio


social, que no experimenta variación alguna de valor pues los recursos liberados del capital:

permanecen en la sociedad si bien en otro concepto contable (constitución o


incremento de reservas); en este caso se aplican distintos regímenes según los
recursos liberados del capital se destinen a constituir o incrementar la reserva
legal o bien se trate de constituir o incrementar reservas voluntarias (piénsese
que la reserva legal tiene la misma función de garantía del capital social
mientras que las reservas voluntarias son libremente disponibles por la
sociedad; en este último caso la reducción nominal puede ser eventualmente
real a través de la operación denominada “amortización del capital”);
o los recursos liberados del capital ya habían salido de la sociedad antes de la
reducción misma en forma de pérdidas; de este modo, la reducción funciona
como medio de restablecimiento del equilibrio entre capital y patrimonio
cuando este ha disminuido a consecuencia de pérdidas.

6.- Modalidades formales de ejecución. Privilegios y paridad de trato

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Formalmente, la ejecución del acuerdo de reducción de capital puede realizarse a través
de (art. 163.2 LSA):
amortización de acciones;
reducción del valor nominal de las acciones existentes;
agrupación de acciones para su canje por otras.
Es obligado respetar los privilegios legales o estatutarios (postergación ante reducción
por pérdidas o prelación ante devolución de aportaciones o condonación de dividendos pasivos,
art. 164.4 LSA), así como el principio de paridad de trato entre los accionistas; así, cuando la
devolución de aportaciones o la condonación de dividendos pasivos no afecte por igual a todas
las acciones es obligado el acuerdo de la mayoría de los accionistas “interesados” ex art. 148
(art. 164.3 LSA).

7.- Reducción real del capital. Reducción por amortización de acciones adquiridas para ese
fin

Son aquellas reducciones que persiguen una de las siguientes finalidades:


a) entregar las cantidades liberadas de capital a los accionistas;
b) condonar dividendos pasivos debidos por los accionistas.
Supuesto especial es la reducción por amortización de acciones adquiridas a los
accionistas para su amortización (arts. 170 LSA, 171 RRM). Se establecen en este caso las
siguientes normas protectoras del principio de paridad de trato entre los accionistas:
Obligación de la sociedad de ofrecimiento de la compra a todos los accionistas (si
afectase sólo a una (o varias) clase de acciones, se precisa acuerdo mayoritario de
los accionistas afectados (art. 148 LSA) que, según las circunstancias, pueden ser
los afectados por la reducción o los no afectados, pues habrá que valorar qué resulta
más interesante: si permanecer en la sociedad o salir de ella obteniendo el valor de
las acciones);
Publicación de la oferta de compra en el BORM y en dos diarios (o bien la
comunicación individualizada a los accionistas si se trata de títulos nominativos o
de anotaciones en cuenta, art. 170.2-3 LSA);
Obligación de la sociedad de mantenimiento de la oferta de adquisición durante un mes
desde el anuncio;
Si las aceptaciones de la oferta social de compra de las acciones excede el límite fijado
por la sociedad para la reducción, esta debe ejecutarse a prorrata de las ofrecidas
por cada accionista;
Si las acciones ofrecidas en venta no alcanzan la cuantía total fijada por la sociedad, el
capital quedará reducido en la cantidad correspondiente a las acciones adquiridas en
efecto, salvo que en el acuerdo se haya establecido otra opción;
Las acciones adquiridas han de amortizarse en el mes siguiente a la terminación del
plazo del ofrecimiento de compra.

Derecho de oposición de los acreedores (arts. 166-167 LSA, 170.4 RRM).

Dado que las reducciones reales del capital suponen una función inversa a la función de
garantía del capital social, se establece el derecho de oposición como técnica imperativa
sustitutiva de esa función a favor de ciertos acreedores sociales (determinables según ciertas
circunstancias de sus derechos de crédito). El ejercicio de ese derecho tiene como efecto la
suspensión de la ejecución del acuerdo de reducción mientras el acreedor ejercitante no obtenga
el pago anticipado de sus créditos o la constitución de una garantía específica “a satisfacción del
acreedor” (ello supone su aceptación particular pero, para evitar arbitrariedades, se declara
suficiente garantía la fianza solidaria prestada por entidad de crédito). El derecho de oposición
tiene el siguiente régimen:
la legitimación para su ejercicio corresponde a los acreedores titulares de créditos
nacidos, no vencidos y no especialmente garantizados antes del último anuncio
de reducción del capital;

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el plazo de ejercicio es de un mes contado desde la fecha del último anuncio del
acuerdo de reducción;
la Ley considera garantía suficiente la fianza solidaria prestada por entidad de
crédito vigente hasta la prescripción de la acción para exigir el cumplimiento
del crédito garantizado (cf. art. 170.4 RRM).

8.- Reducción nominal

La reducción del capital implica en este caso la amortización de acciones o la reducción


de su valor nominal sin devolución de aportaciones ni condonación de dividendos pasivos al
accionista pues lo elementos patrimoniales liberados del capital social permanecen en el
patrimonio social, pero ubicados según otros conceptos contables; al permanecer en el
patrimonio social tales elementos patrimoniales liberados del capital, se excluye el derecho de
oposición de los acreedores (art. 167 LSA) pues el patrimonio social no queda disminuido.
Según su finalidad estas reducciones pueden ir dirigidas a:

• Restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio disminuido a


consecuencia de pérdidas. Esta reducción según esta finalidad no puede ser
practicada si existen reservas voluntarias o si la reserva legal, una vez
ejecutada la reducción, excede del 10% del capital social, pues las pérdidas
deben ser compensadas aplicando estas reservas antes que acudir a aplicar el
capital social a tal fin (art. 168.1 LSA). Esta clase de reducción debe afectar por
igual a todas las acciones en proporción a su valor nominal si bien han de ser
respetados los privilegios legales y estatutarios. Esta reducción resulta
obligatoria si el patrimonio disminuye por debajo de las dos terceras partes de la
cifra de capital social y el patrimonio no se recupera en un ejercicio (art. 163.1
LSA).
• Constitución o incremento de la reserva legal. Esta finalidad no es procedente
si existen reservas voluntarias o bien si la reserva legal, ejecutada la reducción,
excede de 10% del capital social (art. 168.1 LSA).

Ambas clases de reducción del capital según su finalidad han de ajustarse a los
siguientes requisitos comunes (art. 168 LSA):
• es necesario un balance especial verificado por auditor y aprobado por la Junta
general de accionistas;
• el acuerdo de reducción y sus anuncios deberán hacer figurar de forma expresa
la finalidad de la reducción;
• el excedente del activo sobre el pasivo que resulte de la reducción se ha de
destinar a la reserva legal (sin que esta pueda superar el 10% de la nueva cifra
de capital social) y sin que el posible excedente pueda ser entregado a los
accionistas o condonarse dividendos pasivos;
• la sociedad no podrá repartir dividendos hasta que la reserva legal no alcance
el 10% de la nueva cifra de capital (esto es: deberán destinarse la totalidad de
los beneficios repartibles a dotar la reserva legal).

9.- La “amortización de capital” como supuesto especial de reducción nominal/real

Se trata de los supuestos de reducción con cargo a beneficios o a reservas libres o por
vía de amortización de acciones propias adquiridas a título gratuito (art. 167.3 LSA). Ante
estos supuestos es preciso adoptar medidas protectoras de los intereses de los acreedores ya que,
aunque en principio se trata de una simple reducción nominal puede, sin embargo, convertirse
en real mediante un sucesivo acuerdo de reparto de la reserva libre creada con los recursos
patrimoniales liberados del capital social (quedarían así eludidas las garantías legales
obligatorias ante reducciones reales del capital social y, en especial, el derecho de oposición de

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los acreedores). Por esta razón, la LSA obliga a la sociedad a constituir una reserva especial: la
reserva de capital por importe igual al de la reducción o al del valor nominal de las acciones
amortizadas. De esta reserva “sólo será posible disponer con los mismos requisitos que los
exigidos para la reducción del capital social” (art. 167 in fine LSA) lo que, sobre todo, supone
reconocer la disponibilidad de esta reserva en el respeto al derecho de oposición de acreedores.

V.- LA LLAMADA “OPERACIÓN ACORDEÓN”


1.- Noción y función

Se trata de un acuerdo que, simultáneamente, incluye una reducción del capital social a cero
euros o bien dejando en cuantía por debajo del mínimo legal o por otra cuantía, acuerdo que va,
al tiempo, acompañando de otro de transformación; o de aumento del capital por igual o por
encima del mínimo legal. Es una operación societaria de carácter financiero. En concreto, su
función es de saneamiento financiero de la sociedad en pérdidas, las cuales son absorbidas por
el capital para ser inmediatamente recompuesto a través de nuevas aportaciones al capital por
parte de los mismos accionistas (o de nuevos).

2.- Requisitos especiales

Además de los propios de la reducción del capital por pérdidas y del aumento del capital
mediante nuevas aportaciones al capital, es precisa la observancia de los siguientes requisitos
especiales:

Respecto al derecho de suscripción preferente de los que resulten “ex accionistas” (pues,
técnicamente, no existirán si el capital se redujo a cero); en especial, son ilícitos los
acuerdos de exclusión total o parcial de ese derecho.
La eficacia del acuerdo de reducción queda condicionada a la efectiva ejecución del
simultáneo acuerdo de aumento o, en su caso, al de transformación.
Es precisa la simultánea inscripción de la reducción y del aumento o, en su caso, de la
transformación.

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TEMAS 7 y 8

I.- CARACTERIZACION Y FUENTES. S. L.


SOCIEDAD CON PERSONALIDAD JURÍDICA PLENA Y DISTINTA DE LA DE SUS
SOCIOS (Artº. 11.1)

Como sociedad plenamente personificada, la SRL participa de los siguientes caracteres


fundamentales:

Patrimonio propio evaluable económicamente.- La SRL es una forma de sociedad con


patrimonio propio formado inicialmente con las aportaciones de sus socios. Las
aportaciones al capital, además de necesarias, han de ser susceptible de valoración
económica y constar en la escritura pública de constitución pues constituyen el
patrimonio inicial mínimo de la S.R.L.
Interposición de la sociedad en las relaciones entre socios y objetivación de la posición de
socio. En la SRL no hay relaciones directas entre los socios sino que éstas tienen lugar
entre los socios y la sociedad. Su capital social debe estar dividido en dos o más “partes
del capital” cuya titularidad atribuye la posición de socio de forma objetiva (no por vía
directa contractual); esas “partes del capital” son las participaciones sociales, las cuales
no son valores mobiliarios o negociables. Este último es, posiblemente, el criterio
fundamental para su diferenciación con la SA.
Sociedad con necesaria estructura corporativa. En la SRL no hay actuación directa de los
socios en la promoción del fin social y, acaso, en la explotación del objeto social, sino
que en sus relaciones con sus socios y con terceros la SRL ha de actuar necesariamente
a través de dos órganos sociales: una junta general de socios y un órgano de
administración.

SOCIEDAD MERCANTIL POR VIRTUD DE SU FORMA Y NO DE SU OBJETO


SOCIAL. (Artº. 3º)

La SRL es destinataria del estatuto jurídico general del empresario con independencia
de la naturaleza civil o mercantil de las actividades constitutivas de su objeto social.

SOCIEDAD DE CAPITAL CUYOS SOCIOS NO RESPONDEN DE LAS DEUDAS


SOCIALES. (Artº. 1º)

La SRL es una sociedad de capital. El capital social representa el valor mínimo e


indisponible de su patrimonio y es cifra de retención de valores en el activo que
compensa, grosso modo, la exclusión de la responsabilidad de los socios por las deudas
sociales; por ello son esenciales ciertas técnicas de conservación del patrimonio a través
del tratamiento jurídico que se aplica al capital social, como las siguientes:

1ª) la responsabilidad de socios y/o administradores ante supuestos de vulneración del


principio de formación y conservación del capital (cf. Arts. 21, 39.2; 80, 103, 105.5,
129; esta responsabilidad es personal pero limitada al valor de las aportaciones).;
2ª) prohibición de adquisición originaria (autosuscripción) de participaciones propias y
aplicación de reglas especiales restrictivas ante la adquisición derivativa y tenencia de
participaciones sociales propias.
3ª) prohibición de que la SRL confiera crédito a socios y administradores, salvo acuerdo
de la junta en cada caso.

47
2.- RASGOS TIPOLÓGICOS DE CARACTERIZACIÓN

La SRL está privada de la facultad de emitir valores mobiliarios, tanto para captación de
recursos propios como ajenos ya que: a) las participaciones no son ni pueden ser valores
mobiliarios; y b) tiene expresamente prohibida la emisión de obligaciones u otros valores
mobiliarios.

A) Sociedad con tipo prevalente

SRL subyace como tipo prevalerte el de la sociedad con escaso número de socios y cuyas
relaciones están impregnadas de un más o menos intenso intuitus personae. La dimensión de la
empresa no es determinante ante la elección de la SRL. Así: a) la SRL se puede constituir y
mantener con una baja cifra de capital mínimo (3005’56 €), lo que facilita su empleo para la
organización de pequeñas empresas; b) no existe limitación del número máximo ni mínimo de
socios, por lo que este aspecto no es óbice para su empleo por cualquier realidad de números de
socios.

B) Sociedad cerrada ante la salida de sus socios.

Esto significa que la identidad de los socios es relevante desde el punto de vista de su
régimen legal ya que : a) rige en ella un principio de prohibición de cláusulas que hagan
prácticamente libre la transmisión ínter vivos de las participaciones sociales; b) es lícita la
cláusula estatutaria que disponga el cierre absoluto de la sociedad mediante prohibición de la
transmisión de las participaciones sociales siempre que vaya acompañada del reconocimiento
estatutario de un derecho de separación ad nutum a favor de todos los socios; c) es una sociedad
prácticamente abierta para salir de ella (no para entrar) ya que así permite afirmarlo el leve
sistema restrictivo supletorio de carácter legal, unido a la posibilidad de dulcificarlo aún más vía
estatutos sociales.

C) Sociedad de bajo coste de mantenimiento.

Con carácter general, no son necesario anuncios en BORME y en diarios para su normal
funcionamiento, pudiendo ser sustituidos por otros sistemas (comunicación escrita individual),
aunque sí se exigen para las modificaciones estructurales. Tampoco tiene obligación de
nombramiento de expertos independientes ante la fundación o aumento del capital con
aportaciones no dinerarias, o ante su fusión o escisión sin participación de sociedades anónimas
o comanditarias por acciones.

3.- PRINCIPALES FUENTES DE REGULACION

La SRL se rige por dos normas, principalmente: a) la Ley 2/1995, de 23 de marzo, de


Sociedades de Responsabilidad Limitada (modificada por la Ley 7/2003, de 1 de abril) y b) el
R.D. 1784/1996 por el que se aprueba el Reglamento del Registro Mercantil (art.175-208, en
especial)

II CONSTITUCION
1.PRESUPUESTOS MATERIALES Y FORMALES.

La constitución de la S.R.L. se realiza a través de un procedimiento articulado en dos fases:


a) la fase contractual, que contiene la formación de los pactos sociales y culmina con el
otorgamiento de la escritura pública de constitución y los estatutos sociales, y que solamente
admite el sistema de fundación simultánea. b) la fase instituyente o de control de legalidad de

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la fase anterior y de publicidad registral, que culmina con la inscripción de la escritura y los
estatutos en el RM del domicilio social, de esta forma la SRL adquiere su personalidad jurídica
o, lo que es lo mismo, la sociedad es instituida y reconocida como SRL y queda dentro del
ámbito exclusivo de aplicación de la LSRL y demás normas relativas a ella.

A) PRESUPUESTOS DE FONDO.

Los presupuestos materiales o de fondo que han de observarse para la regular constitución
de la SRL son: a) dotación de un capital social mínimo de 3005’56 €, que ha de estar
íntegramente suscrito y totalmente desembolsado desde el momento de la fundación, de forma
que no deben existir dividendos pasivos (su existencia es causa de nulidad de la sociedad, cf.
Art. 16.1d.); b) deben ser evitadas las causas de nulidad.

B) REQUISITOS FORMALES

Los requisitos formales que han de observarse son la escritura pública, documento notarial
que contiene el acto fundacional y los estatutos sociales y su publicidad registral mediante
inscripción en el RM del domicilio social.

49
TEMA 8

POSICIÓN JURÍDICA DEL SOCIO

I. LA PARTICIPACIÓN SOCIAL. CARACTERIZACIÓN


La posición de socio en la SRL se configura de forma objetiva como “como parte del
capital social” (no necesariamente alícuota) y recibe el nombre de participación social.
Como partes del capital, las participaciones tienen valor nominal.
Las participaciones sociales tienen los siguientes caracteres legales:
A) Acumulables.- Las participaciones conservan su autonomía aunque pertenezcan al
mismo socio. Han de ser, por ello, identificadas mediante numeración correlativa.
B) Indivisibles.- Las participaciones son indivisibles desde dos facetas: a) material, que
significa la prohibición de la disociación del contenido de la posición de socio objetivada en
cada participación; b) formal, que significa su carácter infraccionable.
C) Eventualmente desiguales.- Las participaciones sociales son, ab initio, iguales en su
contenido de derechos, pero pueden ser desiguales por disposición estatutaria, tanto en su valor
nominal como, en la observancia de las limitaciones imperativas, en su contenido de derechos.
D) Transmisibles mediante cesión societaria de créditos.- Las participaciones sociales
no son ni pueden ser (vía estatutos) valores mobiliarios o negociables.

II. OBLIGACIONES DEL SOCIO


1. Aportación y aportación al capital
La obligación de aportación, como deber de permanente colaboración en la promoción
del fin social, es la obligación primordial del socio, también en la SRL. El valor de las
aportaciones al capital tiene, en la SRL, una relativa importancia respecto a la S.A. ya que el
valor nominal de las participaciones sociales en su aspecto de “partes del capital” no tiene por
qué determinar necesariamente la proporcionalidad de derechos societarios como la existencia e
intensidad del voto, la cuantía del dividendo o el grado de estabilidad en el cargo de
administrador.

2. Deber de fidelidad
El socio de la SRL está obligado al deber de fidelidad o deber de abstenerse de realizar
conductas que supongan obtención de ventajas propias a costa de la lesión directa o indirecta de
la sociedad y del fin común (que es lucrativo por defecto)

3. Régimen de la aportación al capital

a) objeto de la aportación al capital


El objeto de la aportación al capital ha de consistir en bienes o derechos patrimoniales
susceptibles de valoración económica; ello significa que han de ser evaluables según criterios
técnico-contables y con capacidad para formar parte del activo del balance.
b) título de la aportación al capital
A título de propiedad o a título de uso. En este último caso, la aportación ha de ser
idónea para ser usada por la sociedad (no lo es el dinero)
c) aportaciones dinerarias
La aportación de dinero puede realizarse en moneda nacional (€) o extranjera
convertible.

4. Prestaciones accesorias
La prestación accesoria ha de ser regulada por los estatutos sociales. Puede tener por
objeto cualquier clase de prestación (dar, hacer, no hacer). Puede tener carácter gratuito o
retribuido; en éste último caso han de serlo bajo el principio de onerosidad de la

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contraprestación debida por la sociedad. Son posibles dos modalidades de determinación del
socio obligado a su cumplimiento: a) objetivada, esto es, el socio obligado se determina por
virtud de su relación de titularidad con determinadas participaciones sociales según su
numeración; b) subjetivada, esto es, que recae sobre socios personal y concretamente
determinados por los estatutos sociales.

III. DERECHOS DEL SOCIO


1. CLASIFICACIÓN
En la SRL los socios son titulares de un haz de facultades o derechos que forman su
posición jurídica o derecho subjetivo de socio o participación social. Tales derechos son, al
igual que en la S.A., unos de carácter individual y otros de minoría. En cualquier caso, vienen
reconocidos por la ley con carácter imperativo o necesario, de forma que condicionan la validez
de las cláusulas estatutarias o los acuerdos sociales que los vulneren o afecten. Pueden
clasificarse en las siguientes categorías:
a) Derechos administrativos, o facultades de intervención en la vida dinámica de la
sociedad: a) de solicitud vinculante de convocatoria de junta general de socios (que es de
minoría, art. 45.3), b) de asistencia a la Junta General (art. 49.1), c) de voto (art. 53.4), d) de
solicitud de acta notarial (que es de minoría, art. 55), e) derecho de información en sus
vertientes colegial y contable (arts. 51, 86, aunque ver exposición de motivos LSRL), f) derecho
de impugnación de los acuerdos sociales (art. 56), g) derecho a ejercitar la acción social de
responsabilidad contra administradores y liquidadores (art. 69)
b) Derechos patrimoniales o económicos, o facultades de participación en los
resultados de la promoción del fin social típico o por defecto (obtención de beneficios
repartibles): a) derecho de participación en el beneficio (arts. 84-85) y b) derecho a la cuota de
liquidación (art. 119).
c) Derechos mixtos o de doble contenido, porque aúnan una faceta administrativa y otra
patrimonial: a) de asunción preferente de participaciones en aumentos de capital (art. 75.1) y b)
derecho de separación de la sociedad ante determinadas causas, hechos o circunstancias (arts.
95-96).

2. DERECHO DE INFORMACIÓN
Con carácter más especial, se dispone que, disposición contraria de los estatutos, el
socio o socios que representen al menos el cinco por ciento del capital podrán examinar en el
domicilio social, por sí o en unión del experto contable, los documentos que sirvan de soporte y
antecedente de las cuentas anuales (art. 86; cf. exposición de motivos LSRL).
3. DERECHO DE ASISTENCIA A LA JUNTA GENERAL DE SOCIOS
Todo socio tiene este derecho por su condición de tal (arts. 49 LSRL, 186.3-5 RRM).
Los estatutos no pueden limitarlo mediante exigencia de un número mínimo de participaciones.
El socio puede ejercitarlo mediante representante siempre que éste sea socio o bien sea cónyuge,
ascendiente o descendiente del representado o persona con poder general conferido en
documento público con facultades para administrar todo el patrimonio que el representado
tuviere en territorio nacional. Los estatutos pueden admitir otra clase de representantes pero no
pueden restringir el derecho de asistencia en su configuración legal. Se admite un poder de
representación de validez permanente si es otorgado en documento público.
4. DERECHO DE VOTO
5. DERECHO DE SOLICITUD DE ACTA NOTARIAL
Este derecho tiene ciertas diferencias con el régimen previsto en sede de SA (arts. 55.1
LSRL, 194 RRM). Por una parte, la minoría necesaria para su ejercicio se establece en el cinco
por ciento del capital social. Por otra parte, el acta notarial solicitada por los socios se eleva a
requisito de eficacia de los acuerdos sociales.

IV. TRANSMISIÓN DE LAS PARTICIPACIONES SOCIALES

51
1. Principios inspiradores del régimen legal
a) principio de transmisibilidad relativa de las participaciones sociales
Las participaciones sociales no son valores mobiliarios (art. 5º). Esta es la
diferencia esencial entre la SA y la SRL, lo que también determina que ésta sea una forma de
sociedad extrabursátil.
b) la S.R.L. como sociedad prácticamente abierta y clausurable por disposición
estatutaria.
Principio inspirador del régimen de transmisión de las participaciones sociales
es el de configuración de la S.R.L. como sociedad prácticamente abierta para salir pero
estatutariamente clausurable para ingresar en ella (arts. 29 y 30.3). El régimen legal ofrece
amplia flexibilidad o atribución de facultades a los socios fundadores o, en su caso, a la junta
general de socios, para diseñar el régimen traslativo dentro de su carácter restrictivo. Los límites
son (cf. arts. 29-30): a) que la transmisión a favor de no socios o de personas no vinculadas a
ellos por parentesco o de sociedades que no sean del mismo grupo no puede ser libre; b) que en
caso de ser prohibida la transmisión, ha de reconocerse derecho de separación a favor de los
socios afectados. En lo demás, las normas imperativas son escasas (v.gr. art. 30).
2. Exclusión del carácter transmisible de las participaciones sociales
A) Exclusión legal (art. 28): las participaciones no son transmisibles antes de la
inscripción de la SRL o del correspondiente aumento del capital del que deriven.
B) Exclusión por disposición estatutaria: a) es admisible la prohibición temporal sin
derecho de separación si se establece por un plazo no superior a cinco años y por actos ínter
vivos, contados desde la constitución de la SRL o desde el otorgamiento de la escritura pública
de ejecución del aumento del capital del que deriven (hay un solapamiento de plazos con el art.
28); b) es lícita la prohibición permanente de transmitir (sociedad cerrada ex statuta) (art. 30) si
se restringe a negocios ínter vivos y los estatutos reconocen derecho de separación ejercitable ad
nutum; si la prohibición se establece tras la fundación (esto es, por virtud de modificación de
estatutos), es precisa la unanimidad de todos los socios para su validez.
3. Transmisión voluntaria por actos “ínter vivos”
Se trata de un régimen totalmente supletorio (art. 29): los estatutos pueden regular otra
composición en el respeto al art. 30 (cf. art. 188 RRM). La transmisión es libre ínter vivos si las
partes del negocio son socios o personas emparentadas con el socio transmitente (cónyuge,
ascendiente o descendiente del socio transmitente); también es libre entre sociedades del mismo
grupo. La transmisión a favor de terceros no socios se rige por el principio (supletorio, cf. art.
188 RRM) de “sociedad prácticamente abierta” que se resume en la fórmula “si el socio
encuentra comprador, podrá transmitir” (aunque deba hacerlo a favor de otro sujeto distinto a su
comprador inicial que le sea impuesto por la sociedad). En función de ello, el socio transmitente
habrá de observar el siguiente procedimiento: a) comunicar por escrito a la sociedad su proyecto
de transmisión (arts. 29.2.a y 64); b) aceptar, en su caso, la “impropia” autorización de la
sociedad ya que ésta, en rigor, sólo puede cambiar la persona del adquirente propuesto por el
socio en su proyecto traslativo; la junta puede decidir la adquisición de las participaciones por la
sociedad (ver arts. 29.2.c y 40.1.d); b) el precio y demás condiciones del negocio serán
comunicadas a la sociedad por el socio transmitente (se disponen reglas en materia de
aplazamiento del pago y para el caso de que le título traslativo sea distinto de la compraventa,
caso en el cual se garantiza al socio el derecho a obtener el valor real o razonable de sus
participaciones); c) la respuesta de la sociedad al proyecto traslativo del socio debe darse en un
plazo máximo de tres meses desde su comunicación (art. 29.2.f.). Se protegen dos sectores de
interés del socio transmitente: a) su derecho a la decisión autónoma del número de
participaciones que desee transmitir (art.30.2) y b) no cabe la aplicación retroactiva de
modificaciones estatutarias incidentes sobre el régimen de transmisión en vigor en el momento
de la comunicación del proyecto traslativo (art. 33) (de ahí la importancia del carácter
fehaciente de su comunicación a la sociedad).

4. Transmisión forzosa
Ante supuestos de ejecución forzosa sobre participaciones sociales, los socios (siempre)
o la propia sociedad (si los estatutos le reconocen derecho de adquisición preferente) podrán

52
subrogarse en la posición del remanente o, en su caso, del acreedor embargante mediante
aceptación íntegra de las condiciones de la subasta y la consignación íntegra del importe del
remanente y demás gastos causados (art.31).
5. Transmisión por sucesión hereditaria
La transmisión de participaciones por sucesión hereditaria se ajusta a un principio de
libertad: confiere al heredero o legatario la condición de socio (art. 32).
Pero los estatutos pueden atribuir derecho de adquisición preferente sobre las
participaciones del socio fallecido (o de la sociedad extinguida, cf. art. 188.4 RRM) a favor de
los socios y, en su defecto, a favor de la propia sociedad, debiendo satisfacer los ejercientes, al
contado, su valor razonable en el día del fallecimiento del socio. El ejercicio de este derecho por
sus titulares ha de producirse dentro de los tres meses siguientes a la comunicación a la sociedad
de la adquisición hereditaria.
6. Régimen formal
Es precisa escritura pública para la transmisión o constitución de prenda u otros
derechos reales sobre las participaciones sociales (art.26). La legitimación del adquiriente para
ejercitar los derechos de socio ante la sociedad se obtiene por virtud del conocimiento de la
transmisión por la sociedad (no, por tanto, por virtud de la inscripción en el libro-registro de
socios ni por el otorgamiento de la escritura pública de transmisión, cf. art. 26.2). La
transmisión de participaciones no es un acto susceptible de inscripción en el R.M. (salvo que
produzca unipersonalidad sobrevenida de la SRL, art. 126.1)

V. EXCLUSIÓN DE SOCIOS
1. CONCEPTO
Exclusión es la pérdida forzosa de la posición de socio fundada en el incumplimiento de
la obligación de realizar prestaciones accesorias o de los deberes básicos como socio-
administrador, así como por aquellas otras causas establecidas, de forma concreta y precisa, por
los estatutos sociales (arts. 98 ss. LSRL y 207.1 RRM).
2. CAUSAS
Las causas legales de exclusión son: a) incumplimiento (voluntario, salvo disposición
en contra de los estatutos) de la obligación de realizar prestaciones accesorias (cf. art. 25.2); b)
infracción de la prohibición de hacer competencia a la sociedad por parte del socio-
administrador; c) condena del socio-administrador, por sentencia firme, a indemnizar a la
sociedad por perjudicar a la misma mediante actos contrarios a la ley, los estatutos o la
diligencia aplicable en el ejercicio del cargo. Los estatutos pueden incluir otras causas de forma
precisa y determinada (cfr. Art. 207.1 RRM). Su introducción posterior a la fundación exige
unanimidad de todos los socios.
3. RÉGIMEN
La exclusión exige acuerdo de la junta general de socios (debiendo abstenerse el
interesado) y, además, sentencia judicial firme si el socio cuya exclusión se pretende fuere
titular de una participación global en el capital que sea igual o superior al 25% del capital y éste
“no se conforme” con su exclusión. En el primer caso, la exclusión es eficaz desde el acuerdo,
mientras que en el segundo no lo es hasta la sentencia firme que la declare ajustada a Derecho.
Sobre el procedimiento de exclusión, garantías ante la valoración de las participaciones del
socio excluido y otros aspectos, ver arts. 100-103. La exclusión se puede ejecutar, desde el
punto de vista instrumental: a) mediante amortización de la totalidad de las participaciones del
socio excluido con la siguiente reducción de capital automática en la proporción
correspondiente tras el pago o consignación de su valor razonable menos los gastos del informe
de valoración que, proporcionalmente, sean repercutibles al socio excluido, o b) mediante
adquisición por la propia sociedad, con cargo a beneficios o reservas disponibles, de las
participaciones del socio excluido, fórmula que ha de ser expresamente aprobada por la junta
general que haya acordado la exclusión (arts. 40.1.d y 102.3).

53
VII.NEGOCIOS DE LA SOCIEDAD SOBRE LAS PARTICIPACIONES
DE SUS SOCIOS Y LAS DE SU SOCIEDAD DOMINANTE
1. Aspectos generales
Los aspectos generales y presupuestos de este sector del régimen de la SRL son los mismos que
en sede de SA (a excepción de las apreciaciones relativas a la influencia de estos negocios en la
cotización en los mercados de valores). El concepto legal de sociedad dominante es el previsto
por el art. 87 LSA. Las infracciones de este grupo de normas son objeto de un régimen especial
sancionador de carácter administrativo que recae sobre los administradores (art.42).
2. Adquisición originaria por S.R.L. de participaciones propias o de acciones o
participaciones emitidas por su sociedad dominante
Este negocio está prohibido de forma absoluta (art. 39). En caso de ser vulnerada la prohibición
(ya, directamente, ya por medio de persona interpuesta), la propiedad de las participaciones o
acciones se atribuye a la sociedad suscriptora y los fundadores o, en su caso, los administradores
(salvo que prueben no haber incurrido en culpa) responden personal y solidariamente del
desembolso de tales participaciones o acciones.
3. Adquisición derivativa por S.R.L. de participaciones propias o de acciones o
participaciones de su sociedad dominante
Esta clase de negocio sólo se permite en los casos previstos por el art. 40.1: a) cuando formen
parte de un patrimonio adquirido a título universal, o sean adquiridas a título gratuito o como
consecuencia de adjudicación judicial para satisfacer un crédito de la sociedad contra el titular
de las mismas; b) cuando se adquieran en ejecución de un acuerdo de reducción del capital; c)
cuando se trate de un supuesto de ejercicio de derecho de adquisición preferente en sede de un
procedimiento de transmisión forzosa ex art. 31.3; d) cuando la adquisición sea autorizada por
la junta general, se efectúe con cargo a reservas de libre disposición y tenga por objeto alguno
de los siguientes: participaciones de un socio separado excluido o la adquisición de
participaciones a consecuencia de una cláusula restrictiva de su transmisión ínter vivos o mortis
causa.
Las participaciones propias regularmente adquiridas deben ser amortizadas o enajenadas
por la sociedad en el plazo de tres años a contar desde la fecha de su adquisición. La
enajenación no puede efectuarse a precio inferior a su valor razonable fijado conforme al art.
100. Si la adquisición no comporta devolución de aportaciones (art.40.2) (y se opta por la
reducción del capital y consiguiente amortización de participaciones, cabe entender), debe ser
dotada reserva por importe igual al valor nominal de las participaciones amortizadas, que será
indisponible hasta el transcurso de cinco años contados desde la publicación en el BORME de la
reducción del capital o hasta que sean pagadas todas las deudas sociales nacidas antes de la
oponibilidad a terceros de la reducción (art. 40.2)
Las participaciones o acciones de su sociedad dominante adquiridas por la SRL han de
ser enajenadas en el plazo máximo de un año contado desde la adquisición (art. 40.3). Entre
tanto, las participaciones propias y las acciones o participaciones de su sociedad dominante
pasan al estado jurídico regulado en el art. 40 bis (que no se acorde con el art. 40.3 ya que éste
se remite al art. 79 LSA en lo relativo a la adquisición de participaciones o acciones de su
sociedad dominante): a) quedan en suspenso todos los derechos correspondientes a tales
participaciones; b) ha de establecerse una reserva por el valor de las participaciones adquiridas
computado en el activo, que deberá mantenerse en tanto éstas no sean enajenadas o amortizadas.
El art. 40 ter establece una discutible nulidad de las adquisiciones que no respeten el régimen
legal previsto, así como la obligación de enajenar o amortizar las propias participaciones en el
plazo legal establecido. Los administradores deben promover la reducción del capital en los
casos precisos y, en su caso, solicitar judicialmente las medidas necesarias.
4. Otros negocios
La aceptación en garantía de participaciones propias o de acciones o participaciones de
otra sociedad del mismo grupo, y las operaciones que impliquen asistencia financiera para la
adquisición de participaciones propias o de acciones o participaciones de otra sociedad del
mismo grupo, están prohibidas de forma absoluta (art.40.4-5). La situación de participación
recíproca se rige por las mismas reglas que en sede de SA (art. 41 LSRL, 82-88 LSA).

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55
TEMA 9

I.- ESTRUCTURAS ORGANICAS DE LA SOCIEDAD LIMITADA:


SIGNIFICADO
Como sociedad corporativa o con personalidad jurídica plena, la SRL realiza su actuación
jurídica con sus socios y con terceros a través de dos órganos sociales necesarios: la junta
general de socios y el órgano de administración

II.- JUNTA GENERAL DE SOCIOS


1.- Concepto y competencias
No hay diferencias conceptuales con la SA
2.- Clases
La LSRL no distingue, como la LSA, entre junta general ordinaria y extraordinaria en
atención a los criterios de periodicidad y asuntos típicos de so orden del día.
La junta universal está reconocida y tiene el mismo régimen que en sede de SA.
3.- Convocatoria
El anuncio de convocatoria ha de contener las menciones exigidas por el art. 46.4:
denominación de la sociedad, fecha y hora de su reunión y orden del día. En cuanto a su
comunicación a los socios, la convocatoria tiene un régimen general que puede ser sustituido
por un régimen estatutario. El régimen general exige la publicación del anuncio de
convocatoria en el BORME y en uno de los diarios de mayor circulación en el término
municipal del domicilio social; también puede ser sustituido por un sistema de comunicación
individual y escrita si éste permite asegurar su recepción a todos los socios en el domicilio que
conste en el libro registro de socios. En cualquier caso, ha de existir un plazo mínimo de quince
días entre el último de los anuncios, o en su caso, desde la fecha de remisión del último de los
anuncios individuales a cada socio. En la SRL no cabe segunda convocatoria de la junta general
de socios.
4.- Constitución
Los Aspectos conceptuales de la constitución de la junta son iguales a los tratados en sede
de SA.
lugar de celebración de la junta
En caso de falta de regulación estatutaria o de precisión de un lugar de reunión concreto en
el anuncio de convocatoria, la junta general ha de reunirse en el domicilio social. Los estatutos
pueden establecer un lugar de reunión concreto y, en su defecto, la convocatoria puede
precisarlo; en ambos casos, el lugar de celebración, salvo el caso de la junta universal, ha de
estar situado dentro del término municipal del domicilio social.

mesa de la junta
La composición de la mesa puede ser regulada por los estatutos sociales; a falta de ello, el
Presidente y el Secretario de la junta serán quienes, a su vez, lo sean del consejo de
administración; en su defecto, los miembros de la mesa serán los designados al comienzo de la
sesión por los socios concurrentes a la junta.

quórum de constitución
Para adoptar válidamente un acuerdo es preciso que asistan y permanezcan en la junta,
presentes o representados, un número de votos que, al menos, sea igual a la mayoría mínima
necesaria para la válida adopción del acuerdo de que se trate.

5.- Adopción de acuerdos y principios mayoritarios.


Se regulan tres clases de mayorías: ordinaria, reforzadas y especiales. Asimismo, los socios
fundadores o, en su caso, la junta general, pueden, a través de los estatutos, reforzar y
personalizar (no rebajar) las mayorías precisas para la válida adopción de acuerdos. Mayoría

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ordinaria es la exigible para la válida adopción de cualquier clase de acuerdo para el que la Ley
no requiera otra clase de mayoría: se establece en la mayoría simple de votos sin computar
votos en blanco (por tanto, más votos a favor que en contra de la propuesta), siempre que esa
mayoría esté formada por, al menos, un tercio del total de los votos correspondientes a las
participaciones sociales (esto es, el total de los votos posibles en la sociedad). Se exige mayoría
reforzada de más de la mitad de los votos correspondientes a las participaciones sociales para
adoptar válidamente acuerdos de modificación de los estatutos sociales en general. Se exige
mayoría especial de al menos los dos tercios de los votos correspondientes a las participaciones
sociales para acordar válidamente la transformación, fusión o escisión de la sociedad, la
supresión del derecho de preferencia en aumentos del capital, la exclusión de socios y la
autorización a los administradores para hacer competencia a la sociedad.

6.- Documentación de los acuerdos


Los acuerdos deben ser documentados en acta (art.54-55). Existen dos modalidades de acta:
A) Acta ordinaria: es la redactada y propuesta por la presidencia de la junta; obtiene fuerza
ejecutiva desde su aprobación. B) Acta notarial, cuyo régimen ya ha sido expuesto.

III TECNICAS DE TUTELA DE LA MINORÍA.

1.- Preliminar

El régimen de la SRL dispone un catálogo de técnicas de tutela de la minoría más amplio


que la SA. Además del reconocimiento legal de derechos individuales y de derechos de minoría,
intangibles a la competencia de los órganos sociales, se exige o reconoce, según el caso: a)
unanimidad para la validez de ciertos acuerdos sociales; b) consentimiento individual del socio
afectado para quedar vinculado por ciertos acuerdos sociales; c) derecho de separación ante
cierta clase de acuerdos, hechos o situaciones de la sociedad o sus socios.

2.- Derecho de separación

contenido y titulares
Es la facultad del socio de abandonar la sociedad con derecho al pago por la misma del valor
razonable de sus participaciones sociales con cargo al patrimonio social en las condiciones
dispuestas por la Ley y según las causas legales o estatutarias establecidas. Todos los socios son
titulares en abstracto de este derecho; pero en concreto, por virtud de alguna de las causas
legales, solamente puede ser ejercitado por los socios que no hayan votado a favor del acuerdo
cuya adopción sea la causa de su ejercicio; ante causas estatutarias se ha de estar al contenido de
su regulación estatutaria.

causas
Las causas legales de separación son: a) sustitución del objeto social; b) traslado del domicilio
social al extranjero; c) modificación del régimen de transmisión de las participaciones sociales;
d) prórroga o reactivación de la sociedad; e) transformación de la sociedad; f) creación,
modificación o extinción anticipada de la obligación de realizar prestaciones accesorias, salvo
disposición contraria de los estatutos Los estatutos pueden incluir y regular otras causas de
separación (determinados acuerdos de los órganos sociales, situaciones societarias, situaciones o
circunstancias personales o familiares de los socios, incluso su ejercicio ad nutum; el artº. 205
RRM se refiere a acuerdos y “hechos” como posibles causas estatutarias de separación) previo
consentimiento de todos los socios.

ejercicio del derecho de separación

Se protege el contenido del derecho de separación mediante las siguientes: a) cuando exista
causa de derecho de separación, es obligatoria la declaración por los administradores en la

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escritura correspondiente en el sentido de que ningún socio ha ejercitado derecho de separación
o de que, en su caso, han sido adquiridas por la sociedad las participaciones de quienes lo hayan
ejercitado o, en su caso, de que se ha reducido el capital en la cuantía precisa; b) se establecen
reglas en protección de los ejercitantes de este derecho ante la determinación del valor
razonable de sus participaciones; c) se disponen reglas que propician la prontitud en el pago
efectivo por la sociedad de ese valor razonable.

3.- Unanimidad de todos los socios.

La unanimidad de todos los socios (no solo de los asistentes a la junta) es una técnica de
tutela que actúa como especie de derecho de veto a favor de cada socio, pues la validez del
acuerdo social en cuestión requiere el consentimiento o, en su caso, adhesión, de la totalidad de
los socios. Se aplica ante los siguientes acuerdos: a) aumentos reales del capital social, incluidos
aumentos mixtos, mediante elevación del valor nominal de todas las participaciones; b)
reducciones del capital que no afecten por igual a todas las participaciones sociales; c)
introducción de nuevas causas estatutarias de separación o de inclusión, modificación de las
existentes y supresión de causas de separación; d) pago de la cuota de liquidación en bienes
distintos del dinero.

4.- Consentimiento individual de los afectados por un acuerdo de la junta general


adoptado por la mayoría

Esta técnica de protección consta de dos elementos que se han de dar de forma concurrente:
el acuerdo social válido adoptado por mayoría y el consentimiento individual del socio afectado
por el mismo. De esta forma, el acuerdo es válido y eficaz pero solamente vincula a los socios
que hayan votado a favor del mismo o a los que lo acepten o se adhieran a él después de forma
expresa. Este criterio se aplica en los casos siguientes: a) creación, modificación y extinción
anticipada de la obligación de realizar prestaciones accesorias; b) acuerdos que impliquen
nuevas obligaciones para los socios; c) acuerdos que afecten a los derechos individuales
(especiales) del socio.

IV ORGANO DE ADMINISTRACION
Formas de organización

La SRL admite las mismas modalidades de organización del órgano de administración que
la SA (administrador único, dos o más administradores solidarios, dos o más administradores
mancomunados y el consejo de administración) La SRL admite más de dos administradores en
el caso de administración mancomunada y limita a un máximo de doce los miembros del
consejo de administración. Asimismo, admite la previsión estatutaria de dos o más formas de
organización de la administración entre las cuales pueda elegir la junta general mediante
acuerdo que ha de ser inscrito en el R.M. pero que no comporta modificación estatutaria.

2.- Estatuto jurídico del administrador

A) Nombramiento.
Es competencia exclusiva de la junta general de socios, que ha de respetar el sistema legal
de incompatibilidades; los estatutos pueden exigir condiciones o requisitos especiales para ser
nombrado (y, en su caso, permanecer como) administrador (así como mayorías especiales, cf art
191 RRM). Salvo disposición contraria de los estatutos, no es necesaria la condición de socio
para ser administrador; el nombramiento puede recaer en una persona jurídica, cuyo
representante persona física ha de constar en el RM. Los efectos del nombramiento se producen
desde la aceptación del cargo por el nombrado. Pueden nombrarse administradores suplentes,
salvo disposición contraria de los estatutos.

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B) Separación
La separación puede se acordada ad nutum por la junta general en cualquier momento y sin
necesidad de previsión expresa en el orden del día; los estatutos pueden regular una cierta
garantía de estabilidad mediante exigencia de mayoría de hasta los dos tercios de los votos
correspondientes a las participaciones sociales para la validez del acuerdo de separación.
C) Temporalidad
Se parte del carácter indefinido del nombramiento; los estatutos pueden establecer plazos
determinados de duración, caso en el cual el nombramiento caduca cuando, vencido el plazo
estatutario, se haya celebrado Junta general o haya vencido el plazo de celebración de la Junta
que haya de resolver sobre la aprobación de las cuentas del ejercicio anterior.
D) Régimen del poder de representación
a) Reglas de atribución del poder según la forma de organización del órgano de
administración. Se establecen las mismas reglas que en sede de SA excepto en el caso de
administración mancomunada, en el poder de representación se ha de ejercer
mancomunadamente por al menos dos de los administradores en la forma que regulen los
estatutos.
b) Ámbito del poder de representación. Se rige por las mismas reglas que en sede de
SA.
c) Notificaciones a la sociedad. Podrán dirigirse a cualquier administrador excepto en
el caso de consejo de administración que habrán de ser dirigidos a su Presidente.
E) Retribución
Se parte del carácter gratuito del cargo salvo disposición estatutaria en contra que determine
el sistema de retribución; si éste consiste en una participación en los beneficios, los estatutos
deben determinar concretamente la participación en el límite máximo del diez por ciento de los
beneficios repartibles entre los socios; cualquier otro caso o sistema la retribución será fijado
por acuerdo de la junta general para cada ejercicio.
F) Ejercicio del cargo y situaciones especiales
a) El modelo de conducta profesional se rige por las mismas reglas que en sede de SA;
b) se impone una prohibición de competencia expresa que comprende a todos los
administradores: éstos no podrán dedicarse, por cuenta propia o ajena, al mismo, análogo o
complementario género de actividad que el que constituya el objeto social, salvo autorización
expresa por acuerdo de la junta general de socios y se legitima a cualquier socio a instar el cese
judicial del administrador infractor; por otra parte, el establecimiento o la modificación de
cualquier clase de relaciones de prestación de servicios o de obra entre la sociedad y cualquiera
de sus administradores requiere acuerdo expreso de la Junta general.
G) Responsabilidad
La LSRL se remite in toto al régimen de la LSA en la materia; la mayoría para adoptar el
acuerdo de ejercicio de la acción social de responsabilidad es la ordinaria ex art. 53.1 sin que
pueda ser modificada por los estatutos sociales.

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TEMA 10

I. MODIFICACIÓN DE LOS ESTATUTOS


Régimen general de los acuerdos sociales de modificación estatutaria
La competencia para modificar estatutos corresponde, de forma exclusiva y excluyente, a
la junta general de socios (art. 71.1; cf. art. 72.1 respecto al cambio del domicilio dentro del
mismo término municipal y arts. 97.2 y 102.1 respecto a la reducción de capital ante supuestos
de separación y exclusión de socios). El anuncio de convocatoria ha de expresar, con la debida
claridad, los extremos que hayan de ser modificados y todos los socios tienen derecho de
información en el domicilio social sobre el texto íntegro de la modificación propuesta (art.
71.1). Todo acuerdo que suponga modificación de estatutos ha de ser adoptado por la mayoría
reforzada ex art. 53.2.a LSRL (más de la mitad de los votos correspondientes a las
participaciones en que se divida al capital social). En cuanto a los aspectos formales, las
modificaciones de estatutos han de constar en escritura pública, ser objeto de control registral de
legalidad y consiguiente publicidad registral (R.M. y publicidad en el BORM).

Límites a la competencia de la junta


Se impone un límite general a la competencia de la junta: es necesario el consentimiento
de los interesados o afectados por las modificaciones que impliquen nuevas obligaciones para
los socios (nueva aportaciones, prestaciones accesorias) o que afectan a sus derechos
individuales (esto es, derechos especiales); pero el acuerdo es válido y vinculante para los
restantes socios. Se reconoce derecho de separación a favor de los socios que no voten a favor
del acuerdo de modificación en los casos previstos por el art. 95; también puede proceder este
derecho de separación ante otras modificaciones estatutarias por su contenido si se establece
como causa estatutaria (art. 96).

II. AUMENTO DEL CAPITAL SOCIAL


Concepto, clases y funciones
Los aspectos conceptuales, clases y funciones del aumento del capital son iguales a los
estudiados en sede de SA (art. 73-78 LSRL; 198-200 RRM).

Competencia
La competencia corresponde a la Junta general de socios (arts. 44.1.d y 71.1 LSRL), ya
sea ésta universal (art. 48.1 LSRL) o formalmente convocada. No es lítico el aumento del
capital por el sistema del “capital autorizado” ya que no ésta regulado en la LSRL y puede
entenderse que está prohibida su admisión vía estatutos por el carácter taxativo de la ley al
atribuir a la Junta general de socios la competencia para acordar cualquier modificación de los
estatutos sociales (art. 71.1 LSRL). Es lítica la delegación por la junta general en los
administradores de las competencias en materia de integración de aumentos del capital
acordados por ella, como la fijación de la fecha en que el aumento ya arcordado deba llevarse a
efecto (pero debe expresar un término de caducidad) y de fijar las condiciones del mismo en
todo lo no previsto en el acuerdo de la junta (cf. Art. 153.1.a LSA).

Perfección del aumento del capital


Rige el principio de inscripción simultánea en el R.M. del acuerdo de aumento del capital
y de su ejecución (art. 78.2 LSRL; a fin de evitar cifras de capital en el R.M. que no respondan a
efectivos incrementos patrimoniales o, en su caso, reasignaciones del patrimonio). Se admite, no
obstante, que el acuerdo de aumento y su ejecución se otorguen en escrituras separadas (art.
198.5 RRM). En cualquier caso han de constar los requisitos ex arts. 78.1 LSRL y 198 RRM.
Ante la demora de la sociedad en la ejecución del aumento acordado (y suscrito),
mediante su inscripción registral, por más de seis meses desde la apertura del plazo de

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suscripción sin que hayan sido presentados a inscripción los documentos acreditativos de su
ejecución, los suscriptores tienen derecho a exigir la restitución de las aportaciones realizadas
(más el interés legal si el retraso es imputable a la sociedad) (art. 78.3 LSRL). Una vez inscrito,
el aumento ha de ser publicado en el BORME (art. 71.2 LSRL). En caso de aumento del capital
mediante creación de nuevas participaciones, y los efectos de ejercicio del derecho de
preferencia, se exige un anuncio especial, previo a la inscripción, a través del BORME que, no
obstante, puede ser sustituido por una comunicación escrita dirigida a cada socio (art. 75.2
LSRL).

Modalidades de ejecución del aumento sobre las participaciones sociales (art. 73.1 LSRL)
A) Aumento mediante creación de nuevas participaciones. Antes esta modalidad se
reconoce derecho de asunción preferente sobre las mismas a favor de todos los socios si se trata
de aumento real o con nuevas aportaciones (art. 75.1 LSRL), así como el derecho a su entrega o
asignación gratuita si se trata de aumento nominal o con cargo a reservas o beneficios.
B) Aumento mediante elevación del valor nominal de las participaciones ya existentes.
Esta modalidad requiere el consentimiento de todos los socios, salvo en el caso de aumento
íntegro con cargo a reservas o beneficios (art. 74.1 LSRL; pero debe entenderse que sólo es
preciso el consentimiento “de los interesados o afectados” por las eventuales nuevas
obligaciones, cf. art. 71.1 pf. 2º LSRL; aunque nótese también que el término “íntegramente” ex
art. 74.1 protege en este aspecto, ante aumentos mixtos, a los socios que no deseen acudir a los
mismos).

Aumento real del capital


A) Aumento contra entrega de nuevas aportaciones dinerarias al patrimonio social (ver
art. 73.2 LSRL, 199.1 y 189 RRM).
B) Aumento contra entrega de nuevas aportaciones no dinerarias al patrimonio social
(art. 74.3 LSRL y 199.2 RRM). Esta modalidad exige un informe de los administradores que
describa con detalle las aportaciones proyectadas, su valoración y quienes hayan de efectuarlas,
el número de participaciones que hayan de crearse, la cuantía del aumento del capital y las
garantías adoptadas para la efectividad del aumento según la naturaleza de los bienes en que la
aportación consista; este informe ha de ser puesto a disposición de los socios al tiempo de la
convocatoria de la junta; si ha habido valoración pericial ex art. 38 LSA, se observará lo
dispuesto en el art. 133.2-3 RRM (art. 199.2 in fine y art. 190.2 RRM).
C) Aumento por compensación de créditos existentes en el pasivo que sean totalmente
líquidos, vencidos y exigibles (art. 74.2 LSRL). Esta modalidad exige un informe de los
administradores que ha de ser puesto a disposición de los socios, y que se ha incorporar a la
escritura de aumento (art. 199.3 RRM), en el que se describa la naturaleza y características de
los créditos, identidad de los aportantes, número de participaciones sociales que hayan de
crearse y cuantía del aumento del capital y en el que hará constar la concordancia de los datos
relativos a los créditos con la contabilidad social.

Derecho de asunción preferente de nuevas participaciones


Cada socio tiene derecho de preferencia a asumir un número de participaciones
proporcional al valor nominal de las que posea. Este derecho debe ser ejercitado en un plazo no
inferir a un mes contado desde el anuncio de la oferta de asunciòn de las nuevas participaciones
en el BORME o por medio de notificación personal a todos los socios, a opción de los
administradores (art. 75.1-2 LSRL).
Es un derecho transmisible en el respeto a las restricciones legales o estatutarias
aplicables a la transmisión de las participaciones sociales (art. 75.3 LSRL). Las participaciones
no asumidas en “primera vuelta” se han de ofrecer de nuevo a los socios que lo hubieren
ejercitado, quienes podrán ejercitar sobre ellas derecho de asunción preferente durante un plazo
máximo de quince días, siendo distribuidas entre ellos las nuevas participaciones, en caso de
ejercicio, a prorrata de las que ya tuvieren en la sociedad; durante los quince días siguientes a la
finalización de este último plazo, las nuevas participaciones no asumidas por los socios podrán
ser ofrecidas a terceros por el órgano de administración (art. 75.4 LSRL) (obsérvese la falta de

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coordinación con el art. 29 LSRL ya que el acuerdo de aumento puede prever la anulación de
este ofrecimiento a terceros o disponer que el aumento se ejecute por lo efectivamente asumido
por los socios, cf. art. 77).
El derecho de asunción preferente resulta legalmente excluido ante el aumento del capital
de la sociedad absorbente para absorber el capital de la sociedad absorbida en un proceso de
fusión o de escisión (art. 75.1 pf. 2º LSRL). El derecho de asunción preferente puede ser
excluido por acuerdo de la junta general “ al decidir el aumento del capital” (art. 76 LSRL),
excepto en el caso de la “operación acordeón” (art.83.1 pf. 2º LSRL) y ante el aumento del
capital con cargo a reservas: a) pero la LSRL no exige como presupuesto de validez del acuerdo
correspondiente la existencia de interés social ante la exclusión; b) la exclusión puede ser total o
parcial, pero en este último caso debe repercutirse proporcionalmente sobre todas las
participaciones, salvo que conste el consentimiento individual de los socios afectados (que son
los excluidos del ejercicio del derecho); c) se refuerza el derecho de información del socio ante
este acto ya que es obligatoria su expresa indicación en la convocatoria de la junta y el informe
detallado de administradores que justifique la exclusión y contenga la constancia del valor de
emisión (nominal más prima) de las nuevas participaciones y sus destinatarios y la
correspondencia entre el valor real y el valor suscripción de las nuevas participaciones; d) es
necesario que el valor nominal de las nuevas participaciones más, en su caso, el importe de la
prima de emisión, se corresponda con su valor real según el informe de los administradores; e)
el acuerdo de exclusión ha de ser adoptado por la mayoría de, al menos, los dos tercios de los
votos correspondientes a las participaciones sociales (art. 53.2.b).

Desembolso incompleto del aumento


Ante de desembolso incompleto (que no de su suscripción, cf. art. 161 LSA) del aumento
del capital en el plazo establecido se establece que el capital queda aumentado en la cuantía
desembolsada, salvo que el acuerdo de aumento hubiere previsto que el aumento quede sin
efecto en caso de desembolso incompleto (art. 77 LSRL).

Aumento nominal del capital


Se trata de los aumento del capital con cargo a reservas o a beneficios (art. 74.4 LSRL).
Pueden ser utilizadas todas las reservas disponibles, las primas de asunción de participaciones y
la totalidad de la reserva legal, así como los beneficios del ejercicio; se exige balance aprobado
por la Junta General, que se ha de incorporar a la escritura de ejecución del aumento, referido a
una fecha comprendida dentro de los seis meses inmediatamente anteriores a la fecha del
acuerdo de aumento (art. 199.4 RRM).

III. REDUCCIÓN DEL CAPITAL SOCIAL


Concepto y funciones
No hay diferencias conceptuales con la SA (arts. 79-82 LSRL). Las funciones sólo pueden
ser (art. 79.1): a) la restitución de aportaciones a los socios (es reducción real o efectiva porque
se liberan recursos del capital para ser entregados a los socios) y b) la absorción de pérdidas (es
reducción nominal o contable porque se disminuyen el capital pero los recursos liberados ya
habían salido del patrimonio). La “amortización del capital” o reducción para dotar reservas de
libre disposición no se regula en la LSRL ni en el RRM, pero quizá quepa según régimen de los
arts. 40.2, 79.2 y 80.4 LSRL (cf. RDGRN de 24 de mayo de 2003).

Reducción voluntaria y reducción necesaria


La reducción del capital es una modificación estatutaria que ha de ser acordada por la
Junta general (arts. 44.1.d y 71.1 LSRL), ya sea universal (art. 48.1 LSRL) o formalmente
convocada.
El acuerdo ha de ser adoptado por mayoría de más de la mitad de los votos
correspondientes a las participaciones en que se divida el capital social (art. 53.2.a LSRL); pero
existen ciertas especialidades: a) si la reducción no afecta por igual a todas las participaciones es
preciso el consentimiento o adhesión de todos los socios (arts. 79.2 LSRL, 201.1 RRM);b) se

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exige unanimidad para devolver el capital a los socios en proporción distinta al valor nominal de
sus respectivas participaciones sociales (cf. arts. 81.4 LSRL, 201.1 RRM).
La reducción del capital es necesaria (porque no exige acuerdo expreso de la junta
general pero sí ciertos acuerdos previos) en caso de amortización de participaciones para pago
de su valor razonable por alguna de las siguientes causas: a) ejercicio del derecho de separación
por causas legales (art. 95) o estatutarias (art. 96); b) exclusión de socios (arts. 98 ss.); el órgano
de administración es competente para formalizar estas clases de reducción (arts. 97.2 y 102
LSRL).

Ejecución formal de la reducción del capital


Rige el principio de inscripción simultánea en el R.M. del acuerdo de aumento del capital
y de su ejecución (art. 165 RRM, por analogía). Se admite, no obstante, que el acuerdo de
reducción y su ejecución se otorguen en escrituras separadas (art. 201.6 RRM).

Reducción del capital y participaciones sociales


La reducción del capital se manifestará sobre las participaciones mediante amortización
de las mismas en el número que corresponda o mediante reducción del valor nominal de las
existentes. Pero es necesaria la unanimidad de todos los socios cuando la reducción no afecte
por igual (en proporción a su valor nominal) a todas las participaciones (arts. 79.2, 81.4 LSRL,
201.1 RRM).

Reducción del capital para la restitución parcial o total de aportaciones a los socios
Esta clase de reducción (arts. 80-81 LSRL) puede realizarse mediante compra de las
propias participaciones a los socios designados en el acuerdo (art. 40.1.b LSRL), pero es precisa
la unanimidad para tal procedimiento de ejecución (art. 79.2 LSRL).
Se establece un régimen de responsabilidad de los socios a quienes se hubiere restituido
la totalidad o parte de sus aportaciones, que tiene los siguientes caracteres: a) es solidaria entre
sí y con la sociedad por las deudas anteriores a la fecha en que la reducción fue oponible a
terceros (art. 80.1 LSRL); b) es limitada al importe de lo restituido (art. 80.2 LSRL); c) es
obligación que prescribe a los cinco años contados desde la fecha en que la reducción fue
oponible a terceros (art. 80.3 LSRL). Este sistema legal de responsabilidad es excluible (art.
80.4 LSRL) si al acordarse la reducción se dota una reserva en el pasivo: a) con cargo a
beneficios o reservas libres; b) por importe igual al percibido por los socios; c) indisponible por
cinco años a contar desde la publicación de la reducción en el BORME, salvo que antes se
satisfagan las deudas sociales anteriores a la fecha en que la reducción fue oponible a terceros
(arts. 80.4 LSRL y 201.3.2º RRM); d) se ha hacer constar en el RM la identidad de las personas
a quienes se hubieran realizado restituciones (art. 80.5 LSRL).
Cabe una garantía estatutaria adicional a está (adicional porque no excluye el sistema
legal ya que sólo lo excluye el sistema del art. 80.4) que es la atribución estatutaria de derecho
de oposición a favor de los acreedores sociales; en caso de que ello sea previsto por los estatutos
se han de respetar las siguientes reglas: a) la reducción queda en suspenso durante tres meses
contados desde la fecha de notificación a los acreedores –personalmente si se conoce su
domicilio o, en otro caso, a través del BORM y un diario de los de mayor circulación en la
localidad del domicilio social- (art. 81.1-2 LSRL); b) en ese plazo los acreedores pueden
ejercitar derecho de oposición (art. 81.3 LSRL) para obtener al pago de sus créditos o la
prestación de garantías; c) se establece la nulidad de las restituciones efectuadas antes del
transcurso del plazo de ejercicio de su derecho de oposición por los acreedores, o ante la
existencia de oposición de los acreedores (art. 81.3 LSRL).

Reducción para restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio disminuido por


pérdidas
Esta reducción (art. 82) es necesaria si se quiere evitar la causa de disolución ex art.
104.1.e) LSRL: pérdidas que dejen reducido el patrimonio contable a menos de la mitad del
capital social. Como presupuesto a la misma debe constar el agotamiento de cualquier clase de
reserva de forma que todas ellas han de aplicarse necesariamente a la absorción de las pérdidas

63
antes de reducir el capital (art. 82. 1 LSRL). Deben guardase los siguientes requisitos: a) la
reducción ha de afectar por igual a todas las participaciones en proporción a su valor nominal,
salvo consentimiento de todos los socios (art. 79.2 LSRL); b) ha de acompañar a la escritura un
balance verificado por auditor de cuentas (el de la sociedad si ésta está obligada o, en su caso, el
designado por los administradores), aprobado por la Junta general y referido a una fecha
comprendida dentro de los seis meses inmediatamente anteriores al acuerdo de reducción por
pérdidas (art. 82.2 LSRL y 201.4 RRM).

Reducción por amortización de participaciones propias


Si la reducción no comporta devolución de aportaciones a los socios, el importe del valor
nominal de las participaciones amortizadas debe destinarse a una reserva indisponible hasta que
transcurran cinco años a contar desde la publicación de la reducción en el BORM, salvo que
antes se satisfagan las deudas sociales contraídas con anterioridad a la fecha en que la reducción
fuere oponible a terceros (art. 40.2 LSRL).

Operación acordeón
No hay diferencias conceptuales ni de régimen jurídico con lo estudiado en sede de SA.

64
TEMA 11

TEMA 14

SOCIEDAD DE CAPITAL UNIPERSONAL


Antecedentes
La SRL unipersonal se regula en los arts. 125-129, D.A. Quinta, D. T. Octava LSRL. El
antecedente directo de la constitución de la SRL unipersonal es la Directiva 89/667/CE, que
admite y regula la sociedad unipersonal de responsabilidad limitada originaria o desde su misma
fundación, como una “técnica de organización de empresa” sin que, por tanto, se precise más de
un socio para su válida constitución. Así pues, la SRL puede ser instituida válidamente por
virtud de declaración unilateral de un “socio” único instituyente, sin que exista, con carácter
general, limitación alguna en cuanto al número de sociedades unipersonales que puede fundar
un mismo sujeto.

Clases
1. Sociedad unipersonal originaria es la constituida por un único socio, persona física o
jurídica.
2. Sociedad unipersonal sobrevenida es la constituida por dos o más socios fundadores pero
cuyas participaciones han venido a quedar, tras la constitución, bajo la propiedad de uno
solo de los socios o bien entre un socio y la propia sociedad.

Régimen jurídico

a) Principio de transparencia. Publicidad registral obligatoria. Obligación de


información en la documentación social.
Rige un principio de transparencia de la situación de unipersonalidad (originaria o
sobrevenida) y de su cambio o pérdida, que se manifiesta a través de la obligación de publicidad
registral obligatoria de la unipersonalidad, de la identidad del socio único, así como la pérdida
de tal situación o del cambio del socio único. A cualquiera de tales efectos se ha de otorgar
escritura pública que ha de ser inscrita en el R. M. dentro de los seis meses siguientes a la
adquisición del carácter unipersonal; esta escritura ha de contener las menciones exigidas por el
Art. 203 RRM (o por el Art. 174 RRM se trata de SA): testimonio notarial del libro registro de
socios o certificación de su contenido, identidad del socio único, fecha y naturaleza del acto o
negocio por el que se hubiese producido la adquisición o la pérdida del carácter unipersonal o,
en su caso, el cambio de socio único.
El incumplimiento de la obligación de publicidad registral del carácter unipersonal de la
sociedad determina la responsabilidad del socio único, de forma personal, ilimitada y solidaria
(con la sociedad) por las deudas sociales contraídas durante el período de unipersonalidad; el
cumplimiento tardío de la obligación de publicidad registral tiene por efecto la exclusión de tal
responsabilidad pero solamente alcanza a las deudas sociales contraídas con posterioridad a la
inscripción; las situaciones de unipersonalidad de facto quedan fuera de esta regulación.
La SRL unipersonal tiene obligación de informar expresamente de su condición de tal en
toda su documentación, correspondencia, facturas y notas de pedidos y anuncios que haya de
publicar por disposición legal o estatutaria; el incumplimiento de esta obligación puede ser
sancionada a través del Art. 24.2 C. Com. Pero se ha de hacer notar la dificultad para obtener
conocimiento de la situación y la fecha de la unipersonalidad sobrevenida.

b) Estructuras orgánicas. Decisiones del socio único.

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La Junta general de socios se mantiene en la sociedad unipersonal con carácter puramente
formal ya que su funcionamiento y competencias son sustituidos por la voluntad del socio único
cuyas decisiones serán equivalentes a los acuerdos de aquélla y serán consignadas en acta bajo
su firma o la de su representante.
El órgano de administración también se mantienen si bien las decisiones del socio único
pueden “ser ejecutadas y formalizadas por el propio socio o por los administradores de la
sociedad”; el socio único puede ser administrador único o miembro del órgano de
administración según una modalidad pluripersonal.

c) Contratación entre la sociedad y el socio único.


Esta actuación es lícita y no se considera como autocontratación pero ha de ajustarse a
los principios de transparencia, responsabilidad del socio único y protección de la sociedad y
terceros. En virtud de ello, los contratos entre la sociedad y su socio único han de ajustarse a las
siguientes reglas: a) tener forma escrita; b) han de ser transcritos en un libro-registro especial,
debidamente legalizado, de contratos entre la sociedad unipersonal y su socio único; c) en la
memoria anual se ha de hacer obligatoria referencia expresa e individualizada de tales contratos,
con indicación de su naturaleza y condiciones; d) se impone la responsabilidad del socio único
ante la sociedad de las ventajas que directa o indirectamente haya obtenido en perjuicio de ésta
como consecuencia de tales contratos, durante el plazo de los dos años siguientes a sus
respectivas fechas de celebración; e) en caso de insolvencia de la sociedad o del socio único,
esta clase de contratos no serán oponibles a la masa si no se han cumplido los anteriores
requisitos o no constan en la memoria anual depositada con arreglo a la Ley, o ésta no ha sido
depositada.

II SOCIEDAD LIMITADA-NUEVA EMPRESA SLNE


SIGNIFICADO
La Ley 7/2003, de 1 de Abril, regula la Sociedad Limitada-Nueva Empresa (SLNE) no
como nueva forma social sino como especialidad de la SRL; ello significa que el régimen de la
SRL, como régimen general, es aplicable a la SLNE en lo no previsto expresamente como
norma especial propia de ésta. La SLNE es, pues, una SRL especial al servicio de una política
estatal de fomento de la creación de pequeñas empresas que acometan personas físicas
individual o aisladamente o bien en grupos reducidos.

TÉCNICAS DE FOMENTO
La fundación de la SLNE se rige por un principio de simplificación y agilización. Es de
fundación instantánea y de organización simultánea de su empresa en su vertiente jurídico-
administrativa. Puede ser instituida y su empresa formalizada desde la propia oficina notarial.
La predeterminación del régimen de organización estatutaria de la sociedad instituida a
través de tales estatutos (que son optativos) propicia que la negociación entre los socios
fundadores quede reducida a las variables indispensables para la formación de la persona
jurídica y la posición jurídica de sus socios: a) la denominación social /dentro del régimen
legal), b) el lugar del domicilio social, c) la elección de la modalidad de organización de la
administración y el nombramiento de los administradores, d) la determinación de la cifra del
capital y su reparto entre los socios en forma de participaciones sociales y su respectivo valor
nominal.
Se establece un sistema que trata de reducir los costes de constitución y funcionamiento
mediante un sistema estatal de asistencia y asesoramiento gratuitos previo y posterior a la
fundación a través del Centro de Información y Red de Creación de Empresas.

3. ESPECIALIDADES
Sociedad cuyos socios han de ser personas físicas. Las personas jurídicas no pueden ser
miembros fundadores de la SLNE ni ulteriores socios. La adquisición de participaciones
de SLNE por personas jurídicas la obliga a abandonar su régimen especial si en un plazo

66
de tres meses desde su adquisición tales participaciones no han sido enajenadas a favor de
personas físicas o bien han sido adquiridas por la propia SLNE.
Sociedad con limitación máxima del número de socios en el acto fundacional. La SLNE
puede ser unipersonal y pluripersonal. En este último caso se establece un máximo de
cinco socios en el acto fundacional.
Sociedad cuya denominación ha de ajustarse a la modalidad de razón social con carácter
necesario. La denominación de la SLNE ha de responder a la forma de razón social y,
además, bajo una configuración reglada: solamente cabe su formación mediante los dos
apellidos seguidos del nombre de uno de los socios fundadores, apellidos y nombre al que
deberá seguir un código alfanumérico asignado por el RMC.
Sociedad con objeto genérico que puede comprender el desempeño de actividades
profesionales.
Sociedad con capital máximo. La SLNE debe constituirse y mantener un capital mínimo de
3.012 € y se le impone un capital máximo de 120.202 €.
Sociedad que sólo admite aportaciones dinerarias para la formación del capital social
mínimo.
Sociedad de gestión y funcionamiento societario y contable simplificado. La contabilidad se
ajusta a un sistema simplificado.
Sociedad con leves especialidades en el régimen de convocatoria de la junta general de
socios.
Sociedad con especialidades en el régimen de su órgano de administración. Se excluye el
consejo de administración como forma de organización de la administración de la SLNE.
Sociedad con capacidad limitada de modificación de sus estatutos sociales. La Libertad de
modificación de los estatutos propia de la SRL se limita a los siguientes aspectos en la
SLNE (artº. 140): denominación social, domicilio social y capital social y siempre dentro
de los límites que impone la especialidad del régimen. La salida de la SLNE del socio
cuyo nombre constituye la razón social exige el cambio de su denominación de forma
obligatoria.
Sociedad cuyo régimen especial es de libre abandono pero de imposible regreso.

67
TEMAS 12.
LAS CUENTAS ANUALES DE LAS SOCIEDADES DE CAPITAL

LAS CUENTAS ANUALES EN LAS SOCIEDADES DE CAPITAL.


Significado jurídico de las cuentas anuales.

Las sociedades de capital, como empresarios por su forma, están obligadas a la llevanza de
contabilidad. En su aspecto formal, este deber ha de ser cumplido. Plan General de
Contabilidad. En su aspecto material, la contabilidad ha de ajustarse a los principios contables
según C.Com., así como a las normas y técnicas contables generalmente admitidas en función
de que la contabilidad refleje fielmente la situación patrimonial y financiera de la empresa.

En el cumplimiento de ese deber legal intervienen los dos órganos sociales. Al órgano de
administración corresponde la preparación y formulación de las cuentas anuales; a la junta
general corresponde la competencia para su aprobación o rechazo en bloque sin facultades, por
tanto, para introducir modificaciones a las cuentas formuladas.

La llevanza de la contabilidad de la sociedad y formulación de cuentas anuales es


obligación legal específica del órgano de administración. Esta obligación se descompone en dos
elementos de aplicación del resultado y, en su caso, las cuentas y el informe de gestión
consolidados. De este modo, los administradores deben procurar periódicamente a socios y
terceros una información clara y veraz sobre la situación económica y perspectivas de la
sociedad. Esa obligación de información y rendición anual de cuentas se anuda a la obligación
de someter su gestión al control de la junta general; por eso, es cometido típico de la junta
ordinaria que, junto a la aprobación (o rechazo de las cuentas anuales), sea censurada la
actuación de los administradores, aspecto esencialmente asociado a la posibilidad de su
separación sin previa constancia de ello en el orden del día y a la posibilidad de acuerdo de
ejercicio contra ellos de la acción social de responsabilidad, también sin previa constancia en el
orden del día y si que la mayoría precisa para adoptar tales acuerdos pueda ser reforzada y sin
que su adopción pueda ser entorpecida.

Desde el punto de vista formal, la formulación de cuentas anuales presupone el


cumplimiento por el órgano de administración de su deber de llevanza de contabilidad y de su
presentación y aprobación previa por él mismo, con conocimiento de todos sus miembros de
cuantas anuales es una obligación orgánica que se extiende a todos los administradores con
abstracción de la modalidad de organización del órgano de administración pluripersonal.
Manifestación de ello es la exigencia legal de que las cuentas anuales deban ser firmadas por
todos ellos y de que, en su caso, la omisión de la firma de alguno haya de ser indicada en cada
uno de los documentos con expresa mención de la causa de la omisión, norma que ha de
entenderse como vehículo para posibilitar la expresión por los administradores de “voto
particulares” sobre el contenido de las cuentas aprobadas por el órgano de administración a lo
cual les obliga su deber de diligencia.

Objeto de la obligación de formulación y aprobación de cuentas anuales.

El objeto de esta obligación está constituido por las cuentas anuales. Estas son una unidad
integrada por tres documentos: el balance, la cuenta de pérdidas y ganancias y la memoria, cuya
conjunción debe mostrar con claridad la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y
de los resultados de la sociedad con arreglo a las normas de la LSA, el C. Com., y el PGC. A
ellas hay que unir el informe de gestión y el informe de auditoria, caso que la sociedad no pueda
presentar balance abreviado, o bien si ambos o uno sólo de estos dos documentos son obligados
por disposición estatutaria, por acuerdo de la junta, por decisión de propio órgano de

68
administración o a solicitud de quienes se hallan facultados (accionistas que representen, al
menos, el 5% del capital social).

A partir del 2008, las cuentas anuales comprenderán los siguientes documentos:

Balance (ya obligatorio antes)


Cuentas de perdidas y ganancias (ya obligatorio antes)
Memoria /ya obligatoria antes)
Estado que reflejen los cambios del patrimonio neto (ECPN) (aplicables a partir del 2008)
Estado de flujos de efectivos (EFE) (aplicables a partir del 2008)

A) El balance. Balance abreviado


El balance es el documento contable del que debe resultar, con claridad y precisión, la
situación patrimonial de la sociedad al final de cada ejercicio. El balance informa sobre el
estado del patrimonio de la sociedad y supone la declaración de conocimiento de los
administradores ante los accionistas reunidos en junta general sobre la situación patrimonial de
la sociedad al cierre del ejercicio, según los criterios formales dispuestos por la LSA. Esta
declaración e información es relevante para los socios, ya que les permite conocerle valor
actualizado de sus acciones, y para los acreedores sociales, quienes pueden conocer la
consistencia patrimonial de la sociedad y, en general, para quien pretenda entrar en relaciones
con ella. Por ello, la sociedad de capital (así como las personalistas que cumplan los requisitos
del artº. 41.2 C, Com.) tiene obligación de depositar y dar publicidad a sus cuentas anuales a
través del RM.
Puede formularse balance abreviado. Éste se caracteriza porque solamente comprende las
partidas del esquema básico establecido por el artº. 175 LSA, con mención separada de los
créditos y de las deudas cuya duración residual sea superior a un año, en las formas establecidas
en dicho artículo, pero globalmente para cada una de esas partidas.
Pueden formular este balance las sociedades de capital en las que, durante dos años
consecutivos, en la fecha cierre del ejercicio concurran, al menos, dos de las siguientes
circunstancias: a) que el total de las partidas del Activo no supere los 2.850.000 €; b) que el
importe neto de si cifra anual de negocios –definida por el artº. 191 LSA- sea inferior a
5.700.000. €); c) que el número medio de trabajadores empleados durante el ejercicio no sea
superior a 50.

B) Cuenta de pérdidas y ganancias.


Comprende los ingresos y gastos del ejercicio y, por diferencia, el resultado del mismo.
Pueden formular cuenta abreviada de pérdidas y ganancias las sociedades que, durante dos
años consecutivos y en la fecha de cierre del ejercicio, reúnan dos de las circunstancias
siguientes: a) que el total de las partidas del activo del balance no supere l11.400.000. €); b) que
el importe neto de su cifra anual de negocios sea inferior a 22.800.000 €; c) que el número
medio de trabajadores empleados el ejercicio no sea superior a 250.

3. Reglas de valoración
Los criterios de valoración son los siguientes:
1º.- principio de empresa en funcionamiento.
2º.- Uniformidad.
3º.- principio de prudencia valorativa
4º.- principio de devengo;
5º.- Separación de partidas.
6º.- principio de precio de adquisición.
7º.- Importancia relativa..

4. Memoria

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Es expresivo del deber los administradores comentar, completar y ampliar la rendición
anual de cuentas contenida en el balance y la cuenta de pérdidas y ganancias.

5. Informe de Gestión

El informe de gestión no forma parte de las cuentas anuales pero ha de ser presentado junto
con ellas si la sociedad no reúne las condiciones para poder presentar balance abreviado. El
informe de gestión tiene carácter complementario de la memoria. Debe contener la exposición
fiel de la evolución de los negocios y la situación de la sociedad, descripción de los principales
riesgos e incertidumbres con los que se enfrenta, los acontecimientos importantes para ella
ocurridos tras el cierre del ejercicio, su evolución previsible, las actividades en materia de
investigación y desarrollo y, en los términos establecidos por la LSA, información sobre las
adquisiciones de acciones propias o de la sociedad dominante. Contiene en suma, una
exposición del pasado con valoración prospectiva o de futuro.

APROBACION Y PUBLICACION DE LAS CUENTAS ANUALES


La formulación de las cuentas anuales es, al tiempo, obligación y competencia exclusiva del
órgano de administración. Su aprobación es competencia exclusiva de la junta general. Las
cuentas han de ser formuladas y presentadas por los administradores ante la junta ordinaria en el
plazo máximo de tres meses contados desde el cierre del ejercicio social. Han de ir
acompañadas del informe de los auditores de cuentas si la sociedad resulta obligada a ello y que
la junta que ha de considerarlas ha de reunirse durante los seis primeros meses siguientes al
cierre del ejercicio. Elemento del deber de formulación de cuentas por los administradores es la
obligación de poner a disposición de los socios, a partir de la convocatoria de la junta general,
los documentos que han de ser sometidos a la aprobación de la misma y, en su caso, el informe
de los auditores de cuentas y el informe de gestión. Cualquier socio tiene derecho a obtener de
la sociedad, de forma inmediata y gratuita, tal documentación y es obligado hacer mención de
este derecho en la convocatoria.
La competencia de la junta de socios en materia de aprobación de las cuentas anuales queda
restringida a la adopción de acuerdo social de aprobación o de rechazo o devolución al órgano
de administración. La junta, aunque puede indicar al órgano de administración las
observaciones que considere, no puede adoptar acuerdos modificativos de las cuentas anuales
formuladas por los administradores (si puede modificar la propuesta de aplicación del resultado
dentro de los límites legales.
Dentro del mes siguiente a su aprobación, las cuentas anuales han de ser presentadas a
depósito en el RM junto con la certificación de los correspondientes acuerdos de la junta general
y, en su caso, los informes de los auditores y el informe de gestión.

III. PROPUESTA DE APLICACIÓN DEL RESULTADO. RESERVAS.


DISTRIBUCIÓN DEL BENEFICIO.
La propuesta de aplicación del resultado ha de ser presentada por los administradores junto
con las cuentas anuales. Por resultado hay que entender el beneficio o, en su caso, las pérdidas,
que la sociedad experimente al final de cada ejercicio. La sociedad habrá experimentado
pérdidas cuando el saldo de la cuenta de pérdidas y ganancias resulte negativo. En tal caso no
existe beneficio que distribuir sino pérdidas a absorber con cargo a reservas, remanentes de
ejercicios anteriores o, en su caso, al capital social; también es lícito su reflejo en el balance a la
espera de beneficios futuros si no sobrepasan los límites legales.

El beneficio supone el valor del patrimonio neto contable excedente sobre el valor de la
cifra de capital social más la cuantía de la reserva legal.
La validez del acuerdo de distribución del beneficio presupone dos condiciones: a)
inexistencia de pérdidas procedentes ejercicios anteriores; si existieran pérdidas de ejercicios

70
anteriores por cuya virtud el valor del patrimonio neto contable de la sociedad fuere inferior a la
cifra de capital social, el beneficio se ha de destinar obligatoriamente a su compensación; b)
amortización previa de los gastos de establecimiento, de los de investigación y desarrollo
susceptibles de ser recogidos como activos y del fondo de comercio, a menos que el importe de
las reservas disponibles sea, como mínimo, igual al importe de los gastos no amortizados.
La primera asignación del beneficio es la dotación de la reserva legal. Es obligado destinar,
al menos, el 10% del beneficio de cada ejercicio a la dotación de esta reserva hasta que la
misma alcance, al menos, el 20% de la cifra del capital social. La reserva legal tiene un destino
predeterminado y exclusivo: la compensación de pérdidas previo agotamiento de otras reservas
disponibles y suficientes a ese fin. La reserva legal es, pues, una especie de acantonamiento
contable de beneficios impuesto por la Ley en salvaguardia de la integridad del capital social a
fin de evitar que eventuales pérdidas incidan directamente sobre el mismo y determinen su
reducción. Junto a la reserva legal es obligatoria la constitución de reserva por tenencia de
acciones propias o de la sociedad dominante y cabe la existencia de reservas voluntarias, que
pueden ser estatutarias y facultativas. Las primeras son impuestas por los estatutos sociales; las
segundas son discrecionalmente decididas por la junta general que aprueba las cuentas anuales.
La última de las asignaciones del beneficio es la distribución de dividendos. Una vez la
junta general acuerda el reparto de dividendos, los socios resultan titulares de un derecho de
crédito contra la sociedad para exigir el pago de la parte que les corresponde. La junta general
acuerda la cuantía global a distribuir pero no es libre para fijar la parte que corresponde a cada
acción ya que ello viene determinado por la Ley o, en su caso, por los estatutos sociales. La
distribución de los dividendos entre los accionistas titulares de acciones ordinarias se realiza en
proporción al valor nominal desembolsado por cada acción. Si se trata de acciones privilegiadas
sin voto, según dispone la ley y si son ex statuta, según las normas legales y estatutarias
reguladoras del privilegio. La junta ha de determinar el tiempo y la forma de pago de los
dividendos; a falta de ello, “el dividendo será pagadero en el domicilio social a partir del día
siguiente al del acuerdo”.

IV. AUDITORIA DE CUENTAS


A) SOCIEDADES OBLIGADAS A AUDITAR SUS CUENTAS ANUALES
Están obligadas a auditar sus cuentas anuales:
1º.- Todas las sociedades, cualquiera que sea su forma social, que se dediquen a temas
de banca y entidades financieras, actividad aseguradora o actividad de mercado de valores.
2º.- Sociedades que obtengan subvenciones o contraten con el estado por importe
superior a 600.000 €, aunque no lleguen a los parámetros generales de la LSA.
3º.- Sociedades que no cumplan dos de los tres requisitos para que no puedan hacer
cuentas abreviadas.
4º.- A la hora de computar los parámetros para pasar de estar obligado o dejar de estarlo
es necesario que las circunstancias pasen o dejen de cumplirse durante de dos años
consecutivos.

B) NOMBRAMIENTO DEL AUDITOR Y PLAZO DE EJERCICIO.


Corresponde a la Junta General de Accionistas o de Socios, si se trata de SA o SL, el
nombramiento del Auditor de Cuentas de la Sociedad.
En caso de sociedades obligadas a auditarse el plazo inicial de nombramiento debe de
estar entre un plazo mínimo de 3 años y un máximo de 9 años. En caso de renovación del
auditor una vez llegado el plazo máximo, su renovación puede llegar hasta 3 años como
máximo.
TEMA 13

TRANSFORMACION

1. CONCEPTO Y SIGNIFICADO

71
En virtud de la transformación, una sociedad cambia de forma o tipo legal (v.gr., una
sociedad colectiva se transforma en anónima, una sociedad anónima se transforma en limitada,
etc.), aunque conservando su misma identidad o personalidad jurídica (art. 1 LEY DE
MODIFICACIONES ESTRUCTURALES, en adelante, LME). Supone el abandono por una
sociedad de su anterior forma jurídica para adoptar un tipo social distinto, que a partir de
entonces será el que se rija su estructura y funcionamiento. Y aunque formalmente la
transformación se circunscriba a un simple cambio de forma, ésta determina en muchos
extremos la organización de poderes de la sociedad, la naturaleza de sus relaciones con los
socios y con los terceros, lo que justifica su consideración normativa como modificación
estructural.
Así entendida, la transformación se justifica normalmente por el ánimo de acogerse a
un marco societario que resulte más ventajoso para los socios o que se ajuste mejor a las
exigencias de la actividad o de la vida social. En atención a las disparidades estructurales
existentes entre los diversos tipos societarios y a las diferencias que de ello resultan en
cuestiones como la organización o de las reglas internas de funcionamiento, una sociedad puede
optar voluntariamente por cambiar de forma para adaptarse a nuevas circunstancias de la
empresa o para adoptar una estructura organizativa que satisfaga más adecuadamente los
intereses de los socios. En algunas ocasiones, sin embargo, la transformación viene impuesta
por el legislador –aunque ello no exima de la necesidad de adoptar el correspondiente acuerdo
social de transformación-, con el fin de evitar que puedan mantener una determinada forma
social las sociedades que pierdan algunos de sus elementos definitorios (v. gr., sociedad
anónima o limitada que reduce su capital a cero o por debajo del mínimo legal sin realizar un
aumento simultáneo- arts. 169 LSA y 83.1 LSRL-.

2. SUPUESTOS DE TRANSFORMACIÓN
Históricamente, la transformación sólo se permitía cuando el tránsito se producía
entre sociedades de una misma naturaleza (civiles o mercantiles); a éste modelo respondía por
ejemplo la Ley de Sociedades Anónimas, que limitaba las posibilidades de transformación de
esta forma social a las otras formas clásicas de sociedades mercantiles (colectiva, comanditaria
y de responsabilidad limitada). Pero la Ley de Modificaciones Estructurales, de acuerdo con la
tendencia ya marcada por la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada, amplía
notablemente los distintos supuestos de transformación, en el sentido de permitirla incluso
cuando se vean involucrados tipos de distinta naturaleza. De esta forma, las sociedades
mercantiles pueden transformarse en cualquier otro tipo de sociedad mercantil (art. 4.1 LME),
así como en agrupación de interés económico (art. 4.2 LME, que prevé también la
transformación de signo inverso). Pero además, se permiten también los procesos de
transformación en ambos sentidos entre las sociedades mercantiles y las sociedades
cooperativas (arts. 4.5 y 7 LME), de la misma forma que se reconoce la posible transformación
de las sociedades civiles en cualquier tipo de sociedad mercantil (art. 4.3 LME, que parece
excluir en cambio –al no contemplarlo- el proceso contrario de transformación de sociedades
mercantiles en sociedades civiles). Y a estos supuestos se añaden los de transformación de
sociedad anónima en sociedad anónima europea y viceversa, que en todo caso quedan
sometidos a su normativa específica (art. 6 LME).
Bajo esta admisión de las transformaciones heterogéneas o mixtas subyace la
tendencia a desdibujar los elementos causales que tradicionalmente han informado el sistema de
ordenación de los tipos societarios y a convertir a éstos en técnicas neutras de organización
predispuestas por el legislador para el ejercicio de actividades económicas, que prácticamente
pueden escogerse y descartarse por motivos de oportunidad o conveniencia.

3. PROCEDIMIENTO Y REQUISITOS DE LA TRANSFORMACIÓN


Con carácter general, la transformación exige seguir un procedimiento corporativo
que combina las reglas del tipo social que se abandona, que son las que determinan el proceso
de aprobación del acuerdo de transformación, con las del nuevo tipo social que se adopta, por la
necesidad de garantizar el cumplimiento de los requisitos de constitución de este último. La Ley
de Modificaciones Estructurales establece a estos efectos un procedimiento que se aplica con

72
carácter general a todas las sociedades mercantiles, aunque el mismo habrá de completarse con
lo que resulte del régimen específico de cada tipo social.
A) La transformación exige antes que nada el acuerdo de la junta de socios (art. 8
LME), que deberá adoptarse con los requisitos y formalidades del tipo de sociedad que se
transforma (art. 10.1 LME). Por ejemplo, en la sociedad anónima el acuerdo de transformación
debe adoptarse por la Junta General con los requisitos –y de quórum o mayorías- de la
modificación de estatutos (art. 103 LSA), mientras que en la sociedad de responsabilidad
limitada se exige una mayoría reforzada –más elevada que la exigida para las modificaciones
estatutarias- de dos tercios del total de los votos (art. 53.2.2º LSRL).
Los socios disfrutan de un derecho de información reforzado en relación con la
adopción del acuerdo, con el fin de que puedan formarse un juicio fundado sobre la oportunidad
y conveniencia de la transformación. Se exige así que los administradores elaboren un informe
explicando y justificando los aspectos jurídicos y económicos de la transformación ; y este
informe, junto a un balance de la sociedad a transformar y al proyecto de estatutos de la nueva
sociedad, deben ponerse a disposición de los socios a partir de la convocatoria de la junta (art.
9.1 LME). Estos requisitos sólo decaen cuando el acuerdo de transformación se adopte en junta
universal y por unanimidad (art. 9.3 LME), pues esta doble exigencia garantiza mejor que
cualquier otra la corrección del proceso de formación de la voluntad social.
El acuerdo de transformación deberá incluir –entre otros extremos- las menciones
exigidas para la constitución de la sociedad cuyo tipo se adopte (art. 10.2 LME). Además,
cuando en conexión con la transformación se adopten otras modificaciones estatutarias que no
vengan propiamente exigidas por ésta (v. gr., sustitución del objeto, cambio de domicilio o
modificación del capital), deberán cumplirse por igual también los requisitos específicos de la s
mismas conforme a la normativa aplicable al nuevo tipo social (art. 17.2 LME).
B) El hecho de que la transformación se apruebe por acuerdo mayoritario y no
requiera el consentimiento individual de los socios se compensa con la atribución a éstos de un
derecho de separación (art. 15.1 LME). Este derecho se reconoce en cualquier hipótesis de
transformación, con independencia de cuales sean los tipos sociales involucrados y, por tanto,
de su mayor o menor afinidad estructural. Aunque no todos los supuestos de transformación
inciden por igual sobre la posición de los socios (no es lo mismo por ejemplo que una sociedad
anónima se transforme en limitada o en colectiva, por el distinto régimen de responsabilidad de
los socios por las deudas sociales), el legislador ha considerado sin duda que la modificación de
la forma jurídica de la sociedad ofrece la suficiente relevancia estructural como para justificar
en todo caso la atribución del derecho de separación a los socios que no lo aprueben.
El derecho de separación se atribuye a los “socios que no hubieran votado a favor del
acuerdo” (art. 15.1 LME), quienes deberán ejercitarlo de acuerdo con lo previsto en la Ley de
Sociedades de Responsabilidad Limitada (art. 97 y sigs.). Es necesario por tanto que el derecho
de separación sea ejercitado activamente por los socios, que hubieran de asumir una
responsabilidad personal por las deudas sociales por efecto de la transformación (v. gr., en caso
de transformación de una sociedad anónima o limitada en colectiva); y es que en este supuesto
el derecho de separación se activa de forma pasiva, pues los socios que no hayan votado a favor
del acuerdo quedarán automáticamente separados a menos que se adhieran expresamente al
mismo (art. 15.2 LME). En cualquiera de estos casos, la sociedad deberá por regla –como
vimos- liquidar la participación de los socios que se separen y reducir el capital en la medida
correspondiente.

C) Una vez adoptado, el acuerdo de transformación queda sometido a un régimen


específico de publicidad (art. 14 LME), con el fin de que los socios y demás interesados puedan
ejercitar las medidas de tutela que le corresponden. Posteriormente la transformación debe
hacerse constar en escritura pública, que habrá de contener la relación de socios que hubieran
hecho uso del derecho de separación y el capital que representen, las acciones o participaciones
que se atribuyan a cada socio en la sociedad transformada, así como las menciones exigidas
para la constitución de la sociedad resultante, con el evidente propósito de evitar que a través de
la transformación puedan infringirse los requisitos de esta última (art. 18.2 LME). Esta misma
finalidad explica que se exija incorporar a la escritura de transformación el informe de los

73
expertos independientes sobre el patrimonio social no dinerario, cuando así lo exijan las normas
de constitución del nuevo tipo social (v. gr., sociedad limitada que se transforma en sociedad
anónima). Y una vez otorgada, la escritura pública debe presentarse a inscripción en el Registro
Mercantil, momento en que concluye el proceso de transformación. En clara analogía con el
régimen de constitución de la sociedad, la inscripción tiene efectos constitutivos (art. 19 LME),
por lo que sólo a partir de ese momento adquirirá plena eficacia el cambio de forma jurídica.

4. LOS EFECTOS DE LA TRANSFORMACIÓN

Los principales efectos jurídicos de la transformación pueden sintetizarse como sigue:


A) Continuidad de la personalidad jurídica. La transformación no supone la
extinción de una sociedad y la subsiguiente constitución de otra, sino un simple cambio de
forma jurídica que no afecta –como vimos- ni a la identidad ni a la personalidad jurídica de la
sociedad transformada (art. 3 LME). En consecuencia, al seguir subsistiendo la misma sociedad
aunque una nueva forma, la transformación no implica ningún tipo de cambio en las relaciones
jurídicas de aquélla, por lo que no se exige el consentimiento de los acreedores por sustitución
del deudor.
Evidentemente, esta continuidad de la personalidad no se produce si una sociedad
acuerda, no la transformación, sino la disolución y la posterior constitución de una nueva
sociedad de distinta forma. Pero en esta hipótesis no hay propiamente transformación ni cambio
de forma, sino dos operaciones sucesivas de disolución y de constitución de nueva sociedad que
habrían de regirse, es claro, por su normativa específica.
B) Invariabilidad de la participación social. Para evitar que el cambio de forma
pueda alterar la posición jurídica de los socios dentro de la sociedad, la transformación exige
preservar la equivalencia o invarilbilidad de la respectiva proporción con que cada uno de ellos
participe en el capital. De ahí que el acuerdo de transformación no pueda modificar la
participación social de los socios, salvo que sea con el consentimiento de todos los que
permanezcan en la sociedad (art.12.1 LME). Los socios, pues, deberán recibir en la nueva forma
social acciones, participaciones o cuotas de forma rigurosamente proporcional a las que poseían
con anterioridad a la transformación. Es éste un principio consustancial al significado mismo de
la transformación, que rige cualquiera que sea la amplitud de la transformación y las
modificaciones que comporte en el contrato social.
C) Responsabilidad de los socios por las deudas sociales. La Ley se ocupa también
de los efectos de la transformación sobre la responsabilidad de los socios por las deudas
sociales, cuando aquélla involucre a formas sociales que tengan regímenes diversos en este
terreno. Así, cuando en virtud de la transformación los socios pasen a responder de forma
personal e ilimitada por las deudas sociales (si por una sociedad anónima o limitada se
transforma en colectiva o en agrupación de interés económico), la regla es que esta
responsabilidad alcanza no sólo a las deudas que surjan con posterioridad a la transformación,
sino también a las anteriores (art. 21.1 LME); de esta forma se busca proteger a los acreedores
sociales anteriores a la transformación, que pierden las garantías ofrecidas por la disciplina del
capital que es propia de las sociedades capitalistas, pero que a cambio se benefician del nuevo
régimen de responsabilidad de los socios. Y en los procesos de transformación de signo inverso
(por ejemplo, sociedad colectiva o comanditaria que se transforma en anónima o limitada), los
socios que respondían personalmente de las deudas sociales siguen respondiendo por aquéllas
que sean anteriores a la transformación, salvo que ésta sea consentida expresamente por los
acreedores sociales y durante un plazo de cinco años (art. 21.2 LME); también de este modo se
protege a quienes contrataron con la sociedad antes de la transformación, que pudieron hacerlo
contando con la responsabilidad personal de los socios.

TEMA 14

74
I. FUSIÓN Y ESCISIÓN DE SOCIEDADES. ASPECTOS
GENERALES Y FUNCIÓN ECONÓMICA
Fusión y escisión (aproximación general)
Fusión y escisión representan las principales modificaciones estructurales de las
sociedades. Ambas constituyen operaciones complejas susceptibles de modificar en esencia la
composición patrimonial de las sociedades participantes, de alterar sobremanera del diseño de la
distribución del capital entre los socios y de afectar en extremo las relaciones jurídicas habidas
entre las sociedades participantes y terceros.

Función económica
La FUSIÓN, como técnica de reestructuración, se encamina a la integración de
sociedades con extinción de la personalidad jurídica de las que se fusionan o son absorbidas y
su sucesión universal por una sociedad nueva o por la absorbente. Por virtud de la fusión, pues,
se produce la integración en una sola sociedad de los patrimonios y socios de las sociedades que
participan en ella, así como de la totalidad de las relaciones jurídicas en las que éstas sean parte.
La ESCISIÓN es también un instrumento de modificación estructural de sociedades,
mediante el cual de produce la fragmentación del patrimonio de una sociedad cuyas partes son
traspasadas en bloque a varias sociedades beneficiarias, produciéndose la integración en éstas
de las partes o unidades económicas disgregadas y de los socios de la sociedad escindida

II. FUSIÓN
1. Concepto, caracteres y efectos principales

“En virtud de la fusión, dos o más sociedades mercantiles inscritas se integran en una
única sociedad mediante la transmisión en bloque de sus patrimonios y la atribución a los socios
de las sociedades que se extinguen de acciones, participaciones o cuotas de la sociedad
resultante, que puede ser de nueva creación o una de las sociedades que se fusionan.” (Art. 22
Ley 3/2009 de 3 de abril, sobre modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles)
La fusión, como típica modificación estructural, responde a una concreta estructura que
sólo determina su existencia y la consecuente aplicación de su régimen jurídico propio si
confluyen los siguientes caracteres:

1º) Extinción de todas las sociedades participantes o de todas menos una (la
absorbente). En el primer caso, fusión por constitución de nueva sociedad, se produce en ésta la
integración del patrimonio y socios de todas las sociedades extinguidas. En el segundo,
absorción, esa integración tiene lugar en la sociedad absorbente que, salvo casos especiales,
aumentará su capital para recibir el patrimonio y los socios de las extinguidas (En ocasiones esta
distinción puede tener escasa relevancia ad extra si se considera que es lítica la fusión por
constitución de nueva sociedad que asuma la denominación social y el domicilio de una de las
sociedades extinguidas).

2º) Participación directa de los socios de las sociedades extinguidas en la sociedad


nueva o en la absorbente en términos de equivalencia. Este elemento institucional de la fusión
impone la indispensable y obligada participación de los socios de las sociedades que se
extinguen en la nueva o absorbente habiendo de hacerlo proporcionalmente a su respectiva
participación en aquéllas (art. 24.1 Ley 3/2009). Todo el instituto de la fusión, así como la
sucesión universal que en ella opera, descansa sobre la necesaria y obligada continuidad de las
posiciones de socio de las sociedades extintas en la “sucesora”.

3º) Sucesión universal de las sociedades que se extinguen por la nueva o absorbente
con plena integración en ésta de los patrimonios de cada una de aquéllas. El íntegro
patrimonio de cada una de las sociedades extinguidas es objeto de traspaso en bloque (art. 22

75
Ley 3/2009) a la sociedad nueva o absorbente, sin que resulten aplicables las normas de
Derecho Común en materia de novación de obligaciones y contratos. Los acreedores de las
sociedades participantes serán protegidos según otra clase de técnicas.

2. Clases
El artículo 23 de la Ley 3/2009 de 3 de abril, sobre modificaciones estructurales de las
sociedades mercantiles establece lo siguiente:
“Clases de fusión.
1. La fusión en una nueva sociedad implicará la extinción de cada una de las sociedades
que se fusionan y la transmisión en bloque de los respectivos patrimonios sociales a la nueva
entidad, que adquirirá por sucesión universal los derechos y obligaciones de aquéllas.
2. Si la fusión hubiese de resultar de la absorción de una o más sociedades por otra ya
existente, ésta adquirirá por sucesión universal los patrimonios de las sociedades absorbidas,
que se extinguirán, aumentando, en su caso, el capital social de la sociedad absorbente en la
cuantía que proceda.”
Otras clasificaciones permiten distinguir los siguientes tipos de fusiones:
Fusión heterogénea o mixta: Se concibe como tal la fusión entre sociedades
mercantiles de distinta forma social.
Fusión abreviada: En este caso, dada la íntegra participación de la sociedad absorbida
por la absorbente, ésta viene a sustituir su participación en el capital de la absorbida por los
activos y pasivos que recibe de ella (art. 49 Ley 3/2009).
Fusión invertida: Es la fusión en la que la sociedad absorbente se encuentra
íntegramente participada por la absorbida. El proceso de fusión, en este caso, permitirá
reproducir en la sociedad absorbente la composición social de la absorbida.
Fusión gemelar: Se conoce por tal aquella operación en la que todas las sociedades que
se fusionan tienen la misma composición social, en ocasiones un mismo y único socio, por lo
que no resulta preciso aumentar el capital social de la absorbente ni llevar todo el patrimonio de
la sociedad absorbida a “prima de fusión de la absorbente”.
Venta-Fusión: Consiste en la operación por la cual se transmite globalmente el
patrimonio de una sociedad a otra a cambio de cuotas de capital o partes de socio de la
adquirente y con posterior liquidación de la sociedad transmitente que las entregará a sus socios
en concepto de cuota de liquidación. Dado que el mecanismo se dirige a obtener los mismos
resultados de la fusión, ha recibido por la doctrina la calificación de fusión impropia.
Fusión transfronteriza intracomunitaria: Se consideran fusiones transfronterizas
intracomunitarias las fusiones de sociedades de capital constituidas de conformidad con la
legislación de un Estado parte del Espacio Económico Europeo y cuyo domicilio social,
administración central o centro de actividad principal se encuentre dentro del Espacio
Económico Europeo, cuando, interviniendo al menos dos de ellas sometidas a la legislación de
Estados miembros diferentes, una de las sociedades que se fusionen esté sujeta a la legislación
española (art. 54.1 Ley 3/2009).

III. ESCISIÓN
Concepto, caracteres y efectos principales

Mediante el procedimiento legal se escisión se articula positivamente, bien uno de los


mecanismos de sucesión universal de las personas jurídicas extinctionis causa, bien la
transmisión en bloque de unidades económicas o sectores patrimoniales organizados en
funcionamiento. Tales y distintas finalidades son servidas por este instituto, impedido de un
concepto unitario por la diversidad de fines perseguidos.
El común denominador de lo que sea la escisión viene determinado por la fragmentación
del patrimonio de una sociedad con traspaso en bloque de, al menos, una de las partes o de cada
una de ellas a una o varias sociedades beneficiarias, a cambio de la atribución proporcional a
los socios de la que se escinde de cuotas de capital o partes de socio de las sociedades
beneficiarias.

76
Clases

La principal clasificación consiste en diferenciar entre escisión total y parcial, ya que,


además de su distinción conceptual, son igualmente diferentes algunos de sus efectos (v.gr.
protección de acreedores) y de sus requisitos de realización (v.gr. régimen de transmisión de
deudas):
Escisión total: Se entiende por escisión total la extinción de una sociedad, con división
de todo su patrimonio en dos o más partes, cada una de las cuales se transmite en bloque por
sucesión universal a una sociedad de nueva creación o es absorbida por una sociedad ya
existente, recibiendo los socios un número de acciones, participaciones o cuotas de las
sociedades beneficiarias proporcional a su respectiva participación en la sociedad que se escinde
(art. 69 Ley 3/2009).
Escisión parcial: Se entiende por escisión parcial el traspaso en bloque por sucesión
universal de una o varias partes del patrimonio de una sociedad, cada una de las cuales forme
una unidad económica, a una o varias sociedades de nueva creación o ya existentes, recibiendo
los socios de la sociedad que se escinde un número de acciones, participaciones o cuotas
sociales de las sociedades beneficiarias de la escisión proporcional a su respectiva participación
en la sociedad que se escinde y reduciendo ésta el capital social en la cuantía necesaria (art. 70.1
Ley 3/2009).
En la escisión parcial únicamente se disgrega del patrimonio social una o varias
unidades económicas con idéntico traspaso, quedando subsistente la sociedad que se escinde y
con ella, aunque disminuido, su activa patrimonial y – según el caso – su pasivo. De ahí la
parcialidad que se predica de este orto tipo de escisión que en modo alguno implica la extinción
de la sociedad que se escinde, sino una reducción de su patrimonio y, en su caso, de su capital
social.
La Ley 3/2009 de 3 de abril distingue, además, la segregación, entendiendo por tal el
traspaso en bloque por sucesión universal de una o varias partes del patrimonio de una sociedad,
cada una de las cuales forme una unidad económica, a una o varias sociedades, recibiendo a
cambio la sociedad segregada acciones, participaciones o cuotas de las sociedades beneficiarias
(art. 71 Ley 3/2009), así como la constitución de sociedad íntegramente participada mediante
transmisión del patrimonio, a la que se aplicarán, también, en cuanto procedan, las normas de la
escisión (art. 72 Ley 3/2009).
El polimorfismo que caracteriza al instituto de la escisión permite, asimismo,
diferenciar entre una escisión pura, proyectada a la fundación de nuevas sociedades, una
escisión – absorción, dirigida a la fusión con sociedades preexistentes, así como la combinación
de ambas posibilidades en una escisión mixta.

Al igual que de la fusión, puede hablarse de escisión heterogénea o mixta cuando sea
distinta la forma de las sociedades que participan en ella, si bien han de tener forma de las
sociedades beneficiarias y forma mercantil de anónima o de limitada la sociedad a escindir.
Cabe entender que la cooperativa puede escindirse en favor de sociedades civiles o mercantiles
(cf. art. 68.5 en relación con art. 67 ambos de la LCoop.)

IV. RÉGIMEN DE LOS PROCESOS DE FUSIÓN Y ESCISIÓN


Fusión y escisión como operaciones complejas

El régimen jurídico de las operaciones de Fusión y Escisión se recoge, íntegramente, en la


Ley 3/2009, de 3 de abril, sobre modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles, ley
que incorpora a la legislación española la Directiva 2005/65/CE del Parlamento Europeo y del
Consejo de 26 de octubre de 2005, así como las Directiva 2007/63/CE del Parlamento Europeo
y del Consejo de 13 de noviembre de 2007.

77
Fusión y escisión constituyen operaciones complejas cuyo desarrollo implica la
observancia de un proceso para su regular realización. Tal proceso exige una sucesión de actos
ordenados en un procedimiento ajustado a tiempo, que atravesará una serie de fases de
contenido más o menos complejo de la forma de las sociedades participantes.
Esas fases que integran el procedimiento único y unitario de fusión o de escisión se han
diferenciado tradicionalmente como: fase preparatoria, de decisión y ejecutora. Pasamos a su
estudio conjunto para la fusión y la escisión, toda vez que el artículo 73. 1 de la ley 3/2009
establece que la escisión se regirá por las normas establecidas para la fusión en esta Ley, con
las salvedades contenidas en este Capítulo, entendiendo que las referencias a la sociedad
resultante de la fusión equivalen a referencias a las sociedades beneficiarias de la escisión.

Fase preparatoria: el proyecto de fusión o de escisión

Esta fase comprende el conjunto de actos y negocios precisos para proponer a las juntas
de socios de las sociedades participantes la adopción de los acuerdos de fusión o de escisión.
Revisten una especial relevancia el proyecto de fusión o de escisión y los informes que sobre la
fusión o de escisión proyectada han de ser emitidos, de ahí que el protagonismo corresponda a
los administradores de las sociedades participantes.

A) EL PROYECTO DE FUSIÓN O DE ESCISIÓN (ARTÍCULOS 30, 31, 32, 33 y 74


LEY 3/2009)

En sentido básico, el proyecto es un documento formulado y suscrito por los


administradores de las sociedades interesadas en una fusión o escisión, con cuya presentación a
sus respectivas juntas de socios les proponen la adopción del correspondiente acuerdo según los
términos descritos en él. Esencialmente, el proyecto es una manifestación especial del derecho
de información de los socios de las sociedades afectadas. De ahí que tenga un contenido mínimo
tasado por la Ley, que será el objetivamente indispensable para que los socios de las distintas
sociedades implicadas puedan fundar su juicio sobre la operación propuesta y,
consecuentemente, emitir su voto en condiciones adecuadas. Por ello, una vez aprobado por las
diferentes juntas, el proyecto de fusión o de escisión supone la norma de ajuste para los
administradores en la fase de ejecución, teniendo carácter vinculante para ellos.
La unicidad de la operación, sea fusión o escisión, obliga a que el proyecto sea uno y el
mismo para todas las sociedades que participen en ellas.
El proyecto ha de ir suscrito por todos y cada uno de los administradores de las
sociedades participantes (no solamente por aquellos administradores con poder de
representación o, en su caso, especialmente facultados para ello). La conducta diligente del
administrador disconforme con el proyecto no es la simple negativa de su firma sino la
expresión de las causas por las que la niega (cf. art. 30.1 Ley 3/2009). Sólo así contribuirá
efectivamente a la formación en los socios destinatarios del juicio fundado sobre la operación y
al cumplimiento de la función informativa del proyecto, al tiempo que salvará, en su caso, su
eventual responsabilidad. El Registrador Mercantil debe controlar estos aspectos (cf. art. 226
RRM).
Un ejemplar del proyecto deberá ser depositado por los administradores en el Registro
mercantil correspondiente a cada una de las sociedades participantes. La calificación registral
(que habrá de recaer en el plazo de cinco días a contar desde el depósito) se ceñirá a la
conformidad del proyecto con el modelo legal y a su debida suscripción. Resultando positiva, el
Registrador tendrá el depósito por efectuado y practicará las correspondientes notas marginales
en el diario y en la hoja abierta a la sociedad, habiendo de comunicar tal hecho y su fecha al
Registro Mercantil Central para su inmediata publicación en el BORM. En orto caso, suspenderá
la anotación según lo dispuesto para los títulos defectuosos (art. 226 RRM).

Los administradores de las sociedades participantes soportan un deber de abstención de


actos y negocios susceptibles de alterar las bases de la operación según el proyecto suscrito por

78
ellos. Se trata de una concreción legal de su deber de diligencia, cuyo incumplimiento podrá ser
causa de responsabilidad.

B) CONTENIDO COMÚN Y OBLIGATORIO DEL PROYECTO PARA LA FUSIÓN Y


LA ESCICIÓN (ART. 31 LEY 3/2009)

El proyecto común de fusión contendrá, al menos, las menciones siguientes:

La denominación, el tipo social y el domicilio de las sociedades que se fusionan y de la


sociedad resultante de la fusión, así como los datos identificadores de la inscripción de
aquéllas en el Registro Mercantil.

El tipo de canje de las acciones, participaciones o cuotas, la compensación complementaria


en dinero que se hubiera previsto y, en su caso, el procedimiento de canje.

La incidencia que la fusión haya de tener sobre las aportaciones de industria o en las
prestaciones accesorias en las sociedades que se extinguen y las compensaciones que
vayan a otorgarse, en su caso, a los socios afectados en la sociedad resultante.

Los derechos que vayan a otorgarse en la sociedad resultante a quienes tengan derechos
especiales o a los tenedores de títulos distintos de los representativos de capital o las
opciones que se les ofrezcan.

Las ventajas de cualquier clase que vayan a atribuirse en la sociedad resultante a los
expertos independientes que hayan de intervenir, en su caso, en el proyecto de fusión,
así como a los administradores de las sociedades que se fusionan, de la absorbente o de
la nueva sociedad.

La fecha a partir de la cual los titulares de las nuevas acciones, participaciones o cuotas
tendrán derecho a participar en las ganancias sociales y cualesquiera peculiaridades
relativas a este derecho.

La fecha a partir de la cual la fusión tendrá efectos contables de acuerdo con lo dispuesto en
el Plan General de Contabilidad.

Los estatutos de la sociedad resultante de la fusión.

La información sobre la valoración del activo y pasivo del patrimonio de cada sociedad que
se transmita a la sociedad resultante.

Las fechas de las cuentas de las sociedades que se fusionan utilizadas para establecer las
condiciones en que se realiza la fusión.

Las posibles consecuencias de la fusión sobre el empleo, así como su eventual impacto de
género en los órganos de administración y la incidencia, en su caso, en la
responsabilidad social de la empresa.

C) CONTENIDO OBLIGATORIO ADICIONAL PARA LA ESCISIÓN (art. 74 Ley


3/2009)

Dada la peculiaridad de la escisión –que supone división o disgregación del patrimonio de


la sociedad escindida y participación de sus socios en todas las sociedades beneficiarias-, el
proyecto de escisión debe contener dos menciones adicionales:

79
La designación y, en su caso, el reparto preciso de los elementos del activo y del pasivo que
han de transmitirse a las sociedades beneficiarias.

El reparto entre los socios de la sociedad escindida de las acciones, participaciones o cuotas
que les correspondan en el capital de las sociedades beneficiarias, así como el criterio
en que se funda ese reparto. No procederá esta mención en los casos de segregación.

D) INFORMES

Los proyectos de fusión y de escisión, para producir sus efectos propios, deben ir
acompañados de los preceptivos informes de administradores y de expertos independientes.
Son informes comunes para la fusión y la escisión:
1º) El de los administradores de cada sociedad: Los administradores de cada una de
las sociedades que participan en la fusión elaborarán un informe explicando y justificando
detalladamente el proyecto común de fusión en sus aspectos jurídicos y económicos, con
especial referencia al tipo de canje de las acciones, participaciones o cuotas y a las especiales
dificultades de valoración que pudieran existir, así como las implicaciones de la fusión para los
socios, los acreedores y los trabajadores (art. 33 Ley 3/2009).

2º) El de los expertos independientes (art.34 Ley 3/2009):

1. Cuando la sociedad resultante de la fusión sea anónima o comanditaria por acciones, los
administradores de cada una de las sociedades que se fusionan deberán solicitar del Registrador
mercantil correspondiente al domicilio social, el nombramiento de uno o varios expertos independientes
y distintos, para que, por separado, emitan informe sobre el proyecto común de fusión.
No obstante lo anterior, los administradores de todas las sociedades que se fusionan a que se
refiere el apartado anterior podrán pedir al Registrador mercantil que designe uno o varios expertos
para la elaboración de un único informe. La competencia para el nombramiento corresponderá al
Registrador mercantil del domicilio social de la sociedad absorbente o del que figure en el proyecto
común de fusión como domicilio de la nueva sociedad.
2. Los expertos nombrados podrán obtener de las sociedades que participan en la fusión, sin
limitación alguna, todas las informaciones y documentos que crean útiles y proceder a todas las
verificaciones que estimen necesarias.
3. En su informe deberán manifestar, en todo caso, si está o no justificado el tipo de canje de las
acciones, participaciones o cuotas de los socios en las sociedades que se extinguen; cuáles han sido los
métodos seguidos para establecerlo; si tales métodos son adecuados, mencionando los valores a los que
conducen y las dificultades especiales de valoración, si existieren.
Los expertos deberán manifestar, asimismo, si el patrimonio aportado por las sociedades que se
extinguen es igual, por lo menos, al capital de la nueva sociedad o al aumento del capital de la
absorbente, según los casos.
4. La responsabilidad de los expertos se regirá por lo dispuesto para el auditor de cuentas de la
sociedad, y quedará exonerado si acredita que ha aplicado la diligencia y los estándares propios de la
actuación que le haya sido encomendada.
5. No será necesario el informe de expertos independientes sobre el proyecto común de fusión
cuando así lo haya acordado la totalidad de los socios con derecho de voto y, en su caso, de quienes de
acuerdo con la ley o los estatutos pudieran ejercer legítimamente el derecho de voto, de cada una de las
sociedades que intervienen en la fusión o si se tratara de sociedades íntegramente participadas,
conforme al artículo 49.1.2 de esta Ley.

En la escisión es preciso, además, otro informe y la determinación de algún aspecto


adicional:

1º) En el informe sobre el proyecto de escisión que habrán de redactar los


administradores de las sociedades participantes en la escisión se deberá expresar que han sido
emitidos los informes sobre las aportaciones no dinerarias previstos en esta Ley para el caso de
que las sociedades beneficiarias de la escisión sean anónimas o comanditarias por acciones, así

80
como el Registro Mercantil en que esos informes estén depositados o vayan a depositarse (art.
77 Ley 3/2009).

2º) El informe adicional de expertos independientes (art. 78 Ley 3/2009):


1. Cuando las sociedades que participen en la escisión sean anónimas o comanditarias por
acciones, el proyecto de escisión deberá someterse al informe de uno o varios expertos independientes
designados por el Registrador mercantil del domicilio de cada una de esas sociedades. Dicho informe
comprenderá, además, la valoración del patrimonio no dinerario que se transmita a cada sociedad.
2. No obstante lo establecido en el apartado anterior, los administradores de todas las
sociedades que participan en la escisión podrán solicitar al Registrador mercantil del domicilio de
cualquiera de ellas el nombramiento de uno o varios expertos para la elaboración de un único informe.
3. El informe o informes de los expertos no serán necesarios cuando así lo acuerden la totalidad
de los socios con derecho de voto y, en su caso, de quienes de acuerdo con la ley o los estatutos pudieran
ejercer legítimamente el derecho de voto, de cada una de las sociedades que participan en la escisión.

E) BALANCE DE FUSIÓN O DE ESCISIÓN DE CADA UNA DE LAS SOCIEDADES


PARTICIPANTES

En la fase preparatoria de toda fusión tienen un significado propio los “balances de la


fusión o de la escisión”. Éstos pueden consistir en un balance específico elaborado y aprobado
ad hoc o en el último balance anual de cada una de las sociedades participantes, ya que tal
balance cumple unas funciones básicamente informativas, de referencia para la fijación del tipo
de cambio y de cierre de contabilidad.
Según el artículo 36 de la Ley 3/2009:
1. El último balance de ejercicio aprobado podrá considerarse balance de fusión, siempre que
hubiere sido cerrado dentro de los seis meses anteriores a la fecha del proyecto de fusión.
Si el balance anual no cumpliera con ese requisito, será preciso elaborar un balance cerrado
con posterioridad al primer día del tercer mes precedente a la fecha del proyecto de fusión, siguiendo los
mismos métodos y criterios de presentación del último balance anual.
2. En ambos casos podrán modificarse las valoraciones contenidas en el último balance en
atención a las modificaciones importantes del valor razonable que no aparezcan en los asientos
contables.
El balance de fusión y las modificaciones de las valoraciones contenidas en el mismo
deberán ser verificados por el auditor de cuentas de la sociedad, cuando exista obligación de
auditar, y habrán de ser sometidos a la aprobación de la junta de socios que resuelva sobre la
fusión a cuyos efectos deberá mencionarse expresamente en el orden del día de la junta (art. 37
Ley 3/2009).

F) INFORMACIÓN EXTERNA

El proyecto de fusión o de escisión ha de ser objeto de información externa. A tal fin, el


artículo 39 de la Ley 3/2009 establece que:

1. Al publicar o comunicar individualmente, por cualquier medio que asegure la recepción, la


convocatoria de la junta a la que haya de someterse la aprobación del proyecto de fusión, deberán
ponerse a disposición de los socios, obligacionistas y titulares de derechos especiales, así como de los
representantes de los trabajadores para su examen en el domicilio social, los siguientes documentos:

El proyecto común de fusión.

Los informes de los administradores de cada una de las sociedades sobre el proyecto de fusión.

Los informes de los expertos independientes, cuando la sociedad resultante de la fusión sea anónima
o comanditaria por acciones, siempre que sean legalmente necesarios.

81
Las cuentas anuales y los informes de gestión de los tres últimos ejercicios, así como los
correspondientes informes de los auditores de cuentas de las sociedades en las que fueran
legalmente exigibles.

El balance de fusión de cada una de las sociedades, cuando sea distinto del último balance anual
aprobado, acompañado del informe que sobre su verificación debe emitir, en su caso, el auditor
de cuentas de la sociedad.

Los estatutos sociales vigentes incorporados a escritura pública y, en su caso, los pactos relevantes
que vayan a constar en documento público.

El proyecto de escritura de constitución de la nueva sociedad o, si se trata de una absorción, el texto


íntegro de los estatutos de la sociedad absorbente o, a falta de éstos, de la escritura por la que
se rija, incluyendo destacadamente las modificaciones que hayan de introducirse.

La identidad de los administradores de las sociedades que participan en la fusión, la fecha desde la
que desempeñan sus cargos y, en su caso, las mismas indicaciones de quienes vayan a ser
propuestos como administradores como consecuencia de la fusión.

2. Los socios y los representantes de los trabajadores podrán pedir la entrega o envío gratuito de copia
de los documentos por cualquier medio admitido en derecho.

3. Las modificaciones importantes del activo o del pasivo acaecidas en cualquiera de las sociedades que
se fusionan, entre la fecha de redacción del proyecto de fusión y la de la reunión de la junta de socios
que haya de aprobarla, habrán de comunicarse a la junta de todas las sociedades que se fusionan. A tal
efecto, los administradores de la sociedad en que se hubieran producido las modificaciones deberán
ponerlas en conocimiento de los administradores de las restantes sociedades para que puedan informar
a sus respectivas juntas.

Fase de decisión

Esta fase implica, en síntesis, la adopción de los acuerdos de fusión o de escisión por cada
una de las juntas de socios de las sociedades participante. A este fin, los administradores de las
sociedades participantes cuyos acuerdos hayan de adoptarse en Junta General deberán
convocarlas para que, en su caso, aprueben el proyecto de fusión o de de escisión.
La aprobación de la fusión o la escisión es el resultado de la convergencia del acuerdo de
todas y cada una de las juntas de socios de las sociedades implicadas en la operación. Tales
acuerdos deberán ajustarse al proyecto de fusión o, en su caso, de escisión.

Señala el artículo 40 de la Ley 3/2009 sobre el acuerdo de fusión, en su caso, escisión, lo


siguiente:

1. La fusión habrá de ser acordada necesariamente por la junta de socios de cada una de las sociedades
que participen en ella, ajustándose estrictamente al proyecto común de fusión, con los requisitos y
formalidades establecidos en el régimen de las sociedades que se fusionan. Cualquier acuerdo de una
sociedad que modifique el proyecto de fusión equivaldrá al rechazo de la propuesta.

2. La publicación de la convocatoria de la junta o, en su caso, la comunicación del proyecto de fusión a


los socios, habrá de realizarse con un mes de antelación, como mínimo, a la fecha prevista para la
celebración de la junta; deberá incluir las menciones mínimas del proyecto de fusión legalmente
exigidas, y hará constar el derecho que corresponde a todos los socios, obligacionistas y titulares de
derechos especiales a examinar en el domicilio social los documentos indicados en el artículo anterior,
así como el de obtener la entrega o envío gratuitos del texto íntegro de los mismos.

3. Cuando la fusión se realice mediante la creación de una nueva sociedad, el acuerdo de fusión deberá
incluir las menciones legalmente exigidas para la constitución de aquélla.

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El artículo 41 recoge ciertas exigencias especiales del acuerdo de fusión:

1. El acuerdo de fusión exigirá, además, el consentimiento de todos los socios que, por virtud de la
fusión, pasen a responder ilimitadamente de las deudas sociales, así como el de los socios de las
sociedades que se extingan que hayan de asumir obligaciones personales en la sociedad resultante de la
fusión.

2. También será necesario el consentimiento individual de los titulares de derechos especiales distintos
de las acciones o participaciones cuando no disfruten, en la sociedad resultante de la fusión, de derechos
equivalentes a los que les correspondían en la sociedad extinguida, a no ser que la modificación de tales
derechos hubiera sido aprobada, en su caso, por la asamblea de esos titulares.

En el caso de que el acuerdo se adopte de forma unánime, se ha de tener en cuenta lo


dispuesto por el artículo 42 de la Ley 3/2009, según el cual:

Cuando las sociedades participantes o la sociedad resultante de la fusión no sean anónimas o


comanditarias por acciones y el acuerdo de fusión hubiera sido adoptado en junta de socios con la
asistencia o representación de todos ellos y por unanimidad, no serán aplicables las normas generales
que sobre el proyecto y el balance de fusión se establecen en las Secciones II y III de este Capítulo.
Tampoco se aplicarán las normas relativas a la información sobre la fusión previstas en el artículo 39 ni
las relativas a la adopción del acuerdo de fusión, a la publicación de la convocatoria de la junta y a la
comunicación, en su caso, a los socios del proyecto de fusión previstas en los apartados 1 y 2 del artículo
40.

La inaplicación de las normas señaladas en el párrafo anterior no restringirá los derechos de


información que sobre el objeto y el alcance de la fusión, en particular sobre el empleo, corresponden a
los representantes de los trabajadores.

Es decir, que en caso de unanimidad sobre el acuerdo de fusión o escisión, una


sociedad limitada, por ejemplo, no tendrá que cumplir con los requisitos legales previstos
en relación con el proyecto y el balance de fusión o escisión, ni las relativas a la adopción
del acuerdo de fusión o escisión, a la publicación de la convocatoria de la junta y a la
comunicación, en su caso, a los socios del proyecto de fusión o escisión previstas en los
apartados 1 y 2 del artículo 40.

Fase de ejecución

El acuerdo de fusión, una vez adoptado, se publicará en el Boletín Oficial del Registro
Mercantil y en uno de los diarios de gran circulación en las provincias en las que cada una de
las sociedades tenga su domicilio. En el anuncio se hará constar el derecho que asiste a los
socios y acreedores de obtener el texto íntegro del acuerdo adoptado y del balance de la fusión,
así como el derecho de oposición que corresponde a los acreedores.

No será necesaria la publicación a que se refiere el apartado anterior cuando el acuerdo se


comunique individualmente por escrito a todos los socios y acreedores, por un procedimiento
que asegure la recepción de aquél en el domicilio que figure en la documentación de la sociedad
(art. 43 Ley 3/2009).

No podrá ser realizada la fusión o la escisión antes del transcurso de un mes a contar de la
fecha del último anuncio del acuerdo; plazo este durante el cual los acreedores de cada una de
las sociedades participantes podrán oponerse en los términos previstos en el artículo 44 de la
Ley 3/2009 .
En cuanto a la formalización e inscripción de la fusión o escisión, éstas se harán constar
en una única escritura pública otorgada por todas las sociedades participantes, en cuyo nombre
actuarán sus administradores.

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También a efectos de su inscripción, la escritura habrá de acompañarse de los documentos
complementarios a que se refiere el art. 230 RRM (proyecto de fusión o de escisión no
depositado en el mismo Registro, ejemplares de los diarios de publicación de la convocatoria y
acuerdo de la Junta, informes de los administradores de cada sociedad sobre el proyecto y, si se
tratara de escisión, además, sobre el patrimonio no dinerario que se escinde.) En todo caso, la
escritura deberá contener la advertencia del Notario autorizante, de manera específica, acerca de
la obligatoriedad de la inscripción en el Registro Mercantil (art. 82 RRM en relación con los
artículos 22.2 Ccom y 94.1.7ª RRM).
La eficacia de la operación queda supeditada a la inscripción de la nueva sociedad
resultante de la fusión o beneficiaria de la escisión o, en su caso, a la de la absorción.

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TEMA 15
DISOLUCION

1.- Significado y causas de disolución


La disolución fija el final del periodo de vida activa de la sociedad, que abandona la explotación de su
objeto social para proceder a su liquidación, extinguiendo las relaciones jurídicas habidas con terceros y
con los propios socios. La disolución no altera la personalidad jurídica de la sociedad, que permanece
durante la liquidación, aunque sí modifica el fin social, que pasará a ser la extinción de la sociedad.
Tradicionalmente se ha distinguido entre causas de disolución propias e impropias, dependiendo
de que conduzcan o no a la liquidación de la sociedad.

2.- Disolución automática o de pleno derecho.


Las llamadas causas de disolución automática o de pleno derecho se caracterizan porque su
eficacia no se condiciona a un necesario acuerdo de disolución o subsidiaria resolución judicial. La
concurrencia de tales causas, provoca automáticamente la disolución de la sociedad, pudiendo ser
constatadas por el Registrador mercantil de oficio o a instancia de parte interesada. Constituyen
causas de disolución automática o de pleno derecho:
1º) En transcurso del término fijado en los estatutos sociales.
2º) El transcurso de un año desde el acuerdo de reducción del capital por debajo del mínimo legal.
3º) La apertura de la fase de liquidación de la sociedad declarada en concurso.

3.- Disolución previo acuerdo social o resolución judicial. Promoción por los administradores
Es causa de disolución voluntaria de la sociedad anónima el acuerdo de la junta general
adoptado según lo dispuesto en el Art. 103 LSA.
Son causas de disolución necesaria, cuya eficacia requiere acuerdo social o, en su defecto,
resolución judicial, las siguientes:
1ª) La conclusión de la empresa que constituya el objeto social.
2ª) La imposibilidad manifiesta de realizar el fin social.
3ª) La paralización de los órganos sociales.
4ª) La existencia de pérdidas relevantes que hayan reducido el patrimonio por debajo de la
mitad del capital social, salvo que éste se aumente o reduzca en la medida suficiente y no proceda la
solicitud de concurso conforme a lo dispuesto en la Ley Concursal.
5ª) La reducción del capital social por debajo del mínimo legal que sea consecuencia del
cumplimiento de una norma legal sin que haya transcurrido un año desde la adopción del acuerdo y
sin haber sido inscrita la transformación o aumento del capital.
6ª) Las causas objetivas previstas en los estatutos sociales como causas de disolución por
afectar a la sociedad anónima como corporación y no a sus socios.
Tanto si la disolución es voluntaria como si es necesaria, el acuerdo de la Junta General o la
declaración judicial de disolución, en su caso, han de inscribirse en el Registro Mercantil.

II LIQUIDACION

1.- Significado
El primordial efecto de la disolución consiste en abrir el estado o procedimiento de liquidación
dirigido a procurar el pago a los acreedores sociales, el cobro de los créditos pendientes y, en su
caso, el reparto entre los socios del eventual remanente. Presupone la propia liquidación
empresarial o liquidación material de la empresa, de ahí que no proceda en los casos de disolución
por fusión, escisión total o cualquier otro de cesión global de activo y pasivo.
Durante la fase de liquidación subsiste la personalidad jurídica de la sociedad que deberá añadir
a su nombre la frase “en liquidación”. La actividad de los administradores se sustituye por la de los
liquidadores, cuyas facultades básicas se contraen a la conservación y administración del caudal
común, realización de todas las operaciones pendientes, determinación del haber líquido de la
sociedad y división del mismo entre los socios.

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2.- Órganos de la sociedad en liquidación. Estatuto de los liquidadores

a) Órganos
Con la apertura de la liquidación, los órganos sociales experimentan ciertas mutaciones:
Junta General: Sus atribuciones en esta fase se corresponderán con las propias de la
liquidación: nombramiento de liquidadores, en su caso (art. 268 LSA); recibir información sobre la
marcha de la liquidación; y adopción de acuerdos que convengan al interés común (art. 271 LSA),
entre los cuales destaca, en todo caso, el de aprobación del balance final de la sociedad (art. 275
LSA). Aunque no parece que haya una especialización de facultades de la junta, resulta discutible
que pueda decidir sobre aspectos tales como un aumento del capital con nuevas aportaciones o la
transformación de la sociedad, salvo que tales acuerdos formen parte del de reactivación de la
sociedad. En cualquier caso, es indudable su competencia para decidir sobre la fusión o la escisión
de la sociedad en liquidación que no haya comenzado el reparto del haber social entre los
accionistas (art. 251 LSA).
En cuanto a la convocatoria y reunión de la junta se estará a lo dispuesto en los estatutos
sociales (art. 271 LSA).

Administradores: Desde el momento en que la sociedad se declare disuelta, cesa la


representación de los administradores para hacer nuevos contratos y contraer nuevas obligaciones,
asumiendo el órgano de liquidación las funciones que le son propias (art. 267.1 LSA). Ello no
obstante, los administradores permanecerán en el cargo hasta que sean sustituidos por los
liquidadores, cuyo nombramiento puede ser posterior a la disolución (cf. art. 243.1 RRM), al igual
que, obviamente, su aceptación del cargo. En tal caso, y mientras tanto, los administradores tienen
como función conservar el patrimonio social, quedando limitados sus poderes a tal fin.
Compete a los administradores la formulación y firma de las cuentas anuales del ejercicio
inconcluso [balance de disolución] cerrado al tiempo de la disolución (art. 171 LSA), pues fueron
ellos quienes administraron y gestionaron a sociedad hasta ese momento, sirviendo dichas cuentas
de base, además, para la censura de su gestión. Que los liquidadores hayan de suscribirlas, firmando,
obedece al hecho de ser ahora estos quienes habrán de someter las cuentas de ese ejercicio
incompleto a la aprobación de la junta general (art. 212 en relación con el 271 ambos de la LSA).
Los administradores formulan tales cuentas como último acto de su función gestora, los liquidadores
las suscriben como primer acto de su función liquidadora; de ahí que estas cuentas – “balance” –
sean punto de inflexión para fijar eventuales responsabilidades tanto de aquellos como de estos.
No obstante lo anterior, los antiguos administradores, si fuesen requeridos, deberán prestar
su concurso para la práctica de las operaciones de liquidación (art. 267.2 LSA).

Liquidadores: Tras la disolución, dada la automática entrada en liquidación de la sociedad,


son los liquidadores quienes asumen la representación de la sociedad para poder cumplir los fines de
la liquidación (art. 272.h) LSA), atribuyéndoseles las funciones propias para ello. La LSA se limita
a precisar que su número debe ser siempre impar (art. 268.2), sin impedir, en el caso de ser varios,
que sus facultades puedan ejercerse solidaria, conjunta o colegiadamente [cf. art. 243 RRM]. En este
último caso –comisión liquidadora–, la falta de regulación legal ha de ser suplida analógicamente
con las normas rectoras del Consejo de Administración.

b) estatuto de los liquidadores

Para su nombramiento, que podrá ser simultáneo o posterior a la disolución, se estará a lo


dispuesto en los estatutos sociales, que pudieron haber previsto una designación nominal [v. art.
280.b) LSA] o per relationem [supuesto más común es el de conversión automática de los
administradores en liquidadores] de quienes habrían de desempeñar tales funciones. En su defecto o
previa modificación de estatutos, su designación corresponde a la Junta General (cf. artículos 268
LSA y 243 RRM), que puede ser la misma que aprueba la disolución. Tal nombramiento deberá ser
inscrito en el Registro Mercantil en virtud de cualquiera de los títulos previstos para la inscripción

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de los administradores o de testimonio judicial de la sentencia firme que los hubiera nombrado (art.
245 RRM), haciéndose constar su identidad y el modo en que han de ejercer sus facultades (art.
243.1 RRM).
Aunque no existe un sistema legal expreso de incompatibilidades, resultan de aplicación las
mismas que afectan a los administradores. Por tanto, no podrán ser liquidadores: los menores de
edad no emancipados, los judicialmente incapacitados, los inhabilitados conforme a la Ley
Concursal en tanto no concluya el periodo de inhabilitación, los condenados por ciertos delitos
(contra la libertad, el patrimonio o el orden socio-económico o contra la seguridad colectiva, la
Administración de Justicia o por falsedad), los que por razón de su cargo no puedan ejercer el
comercio, los funcionarios al servicio de la Administración Pública con funciones a su cargo
relacionadas con las actividades propias de la sociedad, los jueces o magistrados y las demás
personas afectadas por una incompatibilidad legal (art. 124 LSA según redacción dada por la
disposición final vigésima. 1 de la LC).
En contraste con lo dispuesto para los administradores, los liquidadores responderán, sin
solidaridad entre ellos, frente a los accionistas y a los acreedores de cualquier perjuicio que causen
con fraude o negligencia grave en el desempeño de su cargo (art. 279.1 LSA; cf. art. 133 LSA). Esta
responsabilidad se exigirá en procedimiento ordinario (art. 279.2 LSA).
El supuesto más común de cese de los liquidadores vendrá dado por haber sido realizada la
liquidación. Junto a él, también cesarán los liquidadores cuyos poderes hayan sido revocados por
acuerdo de la junta general o cuyas funciones hayan de terminar por decisión judicial, mediando
justa causa y a petición de accionistas que representen la vigésima parte (5%) del capital social (art.
280 LSA).

3.- Operaciones de liquidación

En síntesis, las funciones de los liquidadores se concretan en las de tipo contable (fijar la
situación patrimonial y financiera de la sociedad e informar periódicamente a los distintos sectores
de interés), material (velar por la integridad del patrimonio social y realizar la liquidación
propiamente dicha mediante el cobro de créditos y pagos de deudas) y extintivo ( formular el
balance final y realizar lo necesario para la cancelación en el Registro mercantil de los asientos
correspondientes a la sociedad).

III.- REACTIVACIÓN DE LA SOCIEDAD EN LIQUIDACIÓN

La reactivación permite que la voluntad de los socios expresada por mayoría restaure la
actividad ordinaria – el objeto social – de la sociedad disuelta, aún no extinguida previa eliminación
de los obstáculos existentes – la causa de disolución –. La reactivación viene a ser la más simple vía
directa de conseguir un resultado que igualmente podría lograrse por la indirecta de constituir una
nueva sociedad y traspasar en bloque a la misma el patrimonio de la sociedad disuelta. Aunque el
artículo 106 LSRL ha dado carta de naturaleza, con ansias generalizadoras, al instituto de la
“reactivación”, ha sido el art. 242 RRM el que propiamente lo ha generalizado, si quiera sea praeter
legem.

La reactivación de la sociedad requiere:


1º) Remoción de la causa de disolución. El art. 106.2 de la LSRL, con vocación de
aplicabilidad general más allá de su propio ámbito objetivo, prohíbe la reactivación de la sociedad
disuelta de pleno derecho.
2º) Acuerdo social de reactivación adoptado conforme a los requisitos y la mayoría precisos
para la modificación de los estatutos sociales.
3º) No haber comenzado el pago de la cuota de liquidación a los socios. El momento
fronterizo en el que una sociedad disuelta no puede ser reactivada viene a ser, pues, el del comienzo
de pago de la cuota de liquidación. Hasta ese momento puede ser paralizada la liquidación de la
sociedad en pro de su reactivación. Ahora bien, si ya hubiera sido aprobado el balance final con la

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correspondiente cuota de liquidación existe ya un derecho subjetivo del socio sobre la misma que
debe resultar indisponible para la voluntad de la mayoría, por ser innovable en su objeto si su
consentimiento (art. 1.166 CC). Esta indisponibilidad colectiva del interés individual del socio
debería quedar garantizada mediante el reconocimiento al disidente de un derecho de separación
que, ante la confusión que suscita el precepto reglamentario (art. 242.2.2ª RRM), debiera preverse
en los estatutos sociales.
4º) Constancia de ser el patrimonio contable (activo neto) igual o superior al capital
social (art. 106.1 LSRL).
5º) No ejercicio de derechos de oposición por los acreedores o, en su caso, pago
anticipado de sus créditos o constitución de las garantías correspondientes. Y es que los
acreedores sociales podrán oponerse al acuerdo de reactivación en las mismas condiciones y con
idénticos efectos que los previstos para el caso de fusión (art. 106.3 LSRL). A este efecto, el
acuerdo de reactivación habrá de publicarse en el BORM y en dos periódicos de gran circulación en
la provincia en la que la sociedad tenga su domicilio, mencionando expresamente en tales anuncios
el citado derecho de oposición (artículos 243.2, 165 y 166 LSA).
6º) Reconstitución del órgano de administración, mediante el nombramiento de
administradores y cese de los liquidadores.
7º) Otorgamiento de escritura pública, inscripción en el Registro Mercantil y publicación
en el BORM. La inscripción de la reactivación se practicará en virtud de escritura pública que
documente el correspondiente acuerdo. En la escritura deberán constar, como mínimo, la
manifestación de los otorgantes sobre el cumplimiento de los requisitos a que se condiciona la
legalidad de la reactivación. En el BORM se habrá de hacer la correspondiente publicación
(artículos 106.1.in fine LSRL y 242 RRM).

IV.- EXTINCION: Significado.

La extinción de la sociedad no tiene que coincidir necesariamente con la cancelación registral


de sus asientos “la total extinción de la sociedad anónima está supeditada a la conclusión de todas
sus relaciones jurídicas aún en vigor, esto es, la satisfacción de las deudas pendientes y el reparto del
remanente entre los socios”.

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