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PRINCIPIOS FORMATIVOS DE LOS PROCEDIMIENTOS

1.-Principios dispositivo e inquisitivo:

A) dispositivo: regirá este principio cuando sea las partes las encargadas de iniciar el
proceso y sean también estas las que con sus alegaciones fijan y determinan el objeto
procesal. El fundamento del principio dispositivo debe encontrarse en que ciertos
asuntos (por regla general, los asuntos civiles) no existe el compromiso de un interés
de la comunidad o sociedad, sino que el asunto interesa exclusivamente a las partes.

B) inquisitivo: si el tribunal u otro organismo público (por ejemplo el ministerio


público) pueden iniciar el proceso y fijar y determinar el objeto del mismo. Cuando rige
este principio el inicio, contenido y terminación del proceso no depende sólo de la
voluntad de las personas afectadas. Impera en aquellas materias en que se considera
prevaleciente el interés de la comunidad, el interés público.

2.-Principios de aportación de parte y de investigación de oficio:

A) aportación de partes (dispositivo): la iniciativa recae en las partes, el juez carece


de facultad para decretar pruebas de oficio tendientes a acreditar hechos del debate
limitándose a lo que aparezca en las solicitudes realizadas por las partes.

B) investigación de oficio (inquisitivo): el tribunal tiene iniciativa probatoria.

2.-Principios de oralidad y escrituración:

cabe destacar que estos principios configuran verdaderos subsistemas procesales,


acompañado de una serie de principios conexos y asociados. De tal manera que la
opción del legislador en esta materia acarrea importantes consecuencias en la
configuración del procedimiento.

A) principio de oralidad: en sentido estricto implica que la sentencia se dictará en


base al material que se ha producido en forma oral. En la actualidad se ha entendido
la inconveniencia de las fórmulas maniqueas, razón por la cual que se recoge con
predominancia la oralidad no descarta que se pueda recurrir a la escritura para
determinadas actuaciones del proceso que si lo requieren. Hoy en día la oralidad
implica fundamentalmente que la actividad probatoria se rija por este principio,
debiendo fallar el juez conforme a lo visto y oído directamente en la audiencia de
prueba.

A.1 Concentración procesal:

Se busca que la actividad procesal se concentre en una o el mínimo de audiencia


posibles, concentrando en ellas los planteamientos de las cuestiones accesorias o
incidentales evitando de este modo la dispersión de la actividad procesal en una serie
de fases o etapas que atentan contra la duración razonable del enjuiciamiento. El
predominio de este principio posibilita que los jueces dicten sentencia con el recurso
cercano de la práctica probatoria. Vale decir, consiste en reunir toda las cuestiones
debatidas o el mayor número de ellas para ventilarlas y decidirlas en el mínimo de
actuaciones y providencias. Así, se evita que el proceso se distraiga en cuestiones
accesorias que impliquen suspensión de la actuación principal.

A.2 Inmediación judicial:


Este principio no sólo significa que debe existir un contacto directo y frontal entre el
juez y las partes y sus medios de prueba (inmediación en sentido lato), sino también
que debe ser este juez, el que presenció y dirigió la práctica de las pruebas el que
debe finalmente dictar sentencia (inmediación judicial en sentido estricto). La la
vigencia efectiva de este principio impide la delegación de funciones judiciales.

A.3 Publicidad general:

Con su vigencia se busca que las actuaciones generales sean públicas no para las
partes (que ya tienen garantizada esta publicidad por la garantía del debido proceso)
sino para terceros. Se trata de un principio asociado a la oralidad, ya que se estima
con razón, que un procedimiento escrito (en donde el protagonista es el expediente)
dificulta al extremo la real vigencia de la publicidad de los actos del proceso.

B.- principio de escrituración:

escritura en sentido estricto: implica que la sentencia se dictara exclusivamente en


base al material que se recoge en el expediente escrito. Sin perjuicio de que rigen a
este principio con predominancia pueden preverse lesiones orales, sin embargo éstas
tienen un carácter puramente accesorio como ocurre actualmente en, según algunos,
con los alegatos en materia civil. Siempre el juez deberá fallar el caso de acuerdo a lo
que figura en el expediente.

B.1 Desconcentración y dispersión procesal (preclusión):

Quiere decir que el proceso se desenvuelve o desarrolla en una serie de fases o


etapas. La actividad procesal no está concentrada en una o pocas audiencias. Como
consecuencia de esta dispersión y como una forma de asegurar el avance del
proceso, surge ligado el principio de la preclusión, según el cual si la parte no realizar
la punción dentro del plazo legal precluye esta. Esta regla obliga asimismo a que las
partes formulen en sus respectivos escritos peticiones diversas, ya que si la separaren
y la primera de ellas fuere rechazada, la segunda ya no podría formularse por haber
precluido la oportunidad. Consiste en que si en determinada etapa o franco del
proceso una parte puede realizar varios actos, debe llevarlos a cabo de manera
simultánea y no sucesiva, esto es, todos en el mismo lapso y no primero uno y luego
otro. Esto ocurre, por ejemplo, en relación con la resolución que recibe la causa
prueba en materia procesal civil, cuando contra ella puede interponerse el recurso de
reposición y el de apelación. Como el término para interponer dichos recursos es
común, la parte interesada puede optar exclusivamente por cualquiera de ellos, o bien
proponer los dos, caso en el cual debe hacerlo conjuntamente: la reposición como
principal y la apelación como subsidiaria. Esto significa que la apelación sólo se
concede en el supuesto de que la reposición no prospere. Lo que la ley prohibe es que
primero se interponga la reposición, para luego si es negada, proponer la apelación,
pues el término para esta área se encuentra vencido.

B.2 Mediación judicial:

ocurre justamente lo contrario a aquellos procedimientos gobernados por el principio


de la inmediación, vale decir, no existe un contacto directo y frontal entre el juez, las
partes y sus medios de prueba, afectándose en consecuencia la valoración de estos
últimos ya que han sido rendidos o no ante el juez sino ante funcionarios que han
actuado por delegación de este punto el juez termina fallando conforme a lo recogido
en las actas levantadas de dichas actuaciones, en definitiva, termina fallando conforme
al mérito del expediente.
B.3 Secreto:

una consecuencia del carácter predominantemente escrito del procedimiento y del


reinado del expediente es la dificultad que encuentra la publicidad general. Tanto es
así que se suele señalar como principio asociado al principio de la escritura en
secreto, no obstante la existencia de normas legales que expresamente consagren la
publicidad de las actuaciones judiciales como ocurre en nuestro sistema en el artículo
9 del código orgánico de tribunales.

3.- Principio de economía procesal:

es en la obtención del máximo resultado posible con el mínimo de esfuerzo. Este


principio se refiere no sólo a los actos procesales sino a las expensas o gastos que
ellos impliquen.

El proceso (al igual que el derecho procesal) no es un fin en sí mismo, es un medio,1


instrumento. Por esta razón no puede resultar más oneroso que la cuantía del asunto
que se debe resolver. De allí que de acuerdo a este principio el legislador deba regular
los procedimientos con razonabilidad estableciendo algunos para los asuntos de
cuantía mayor y otros para los de cuantía menor.

4.- Principio de la buena fe o probidad:

se refiere a la conducta de las partes y con el fin de obtener la recta administración de


justicia. El principio se refiere a que las partes no utilicen el proceso con las
actuaciones de este para lograr fines fraudulentos o dolosos, o alegar hechos
contrarios a la realidad, o emplear medios que tiendan a entorpecer la buena marcha
del procedimiento.

Manifestaciones de este principio:

1.-Sanciones al litigante temerario a través de la condena en costas.


2.-Impedimentos para transformar los incidentes en instrumentos meramente
dilatorios, a través de la consignación previa.
3.-El juramento y la tasa de testigos.
4.-Las implicancias y las recusaciones.

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