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Sexo e ideología
Una revisión de
los valores de los
años 60 nos ayuda
a contextualizar
polémicas actuales

MIÉRCOLES 20 DE OCTUBRE DEL 2010


Páginas 2 a 5

Escrituras Nueva serie Pantallas


Clásicos del erotismo chino Medianenas & Milhombres Formatos TDT
‘Sueño en el pabellón rojo’ El escritor y profesor La multiplicación de
y ‘Jin Ping Mei’ son dos Eloy Fernández Porta canales rebaja la calidad
novelas emblemáticas y desarrollará su visión de y la intensidad de la
legendarias sobre el amor la masculinidad. Empieza televisión. Un ejemplo: la
sublime y el amor brutal así: ¿eres hombre? rentabilidad del ‘call-tv’
Página 6 Página 23 Páginas 26 y 27
TEMA

FERRAN SÁEZ MATEU


¿El sexo es de derechas o de izquier-
das? A veces resulta conveniente ini-
ciar una reflexión con una pregunta
manifiestamente estúpida para resaltar
la posterior irrupción de otras que no
lo son tanto y, en consecuencia, pueden
llegar a parecer casi pertinentes e inclu-
so inteligentes. Casi, pero no. Por su-
puesto, el sexo no es de derechas ni de
Miércoles, 20 octubre 2010

izquierdas –a lo sumo, y dada su ubica-


ción, podríamos encuadrarlo tautológi-
camente en el centro del cuerpo–. Sin
embargo, las cosas no son tan sencillas.
El vello, pongamos por caso, tampoco
resulta en sí mismo identificable con
ninguna ideología, pero todos somos ca-
paces de reconocer las visibles connota-
ciones del fino bigotillo fascistoide y las
de la selvática barba marxista o bakuni-
niana. En definitiva: está claro que la
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ideologización del sexo, el pelo, las pier-


nas o la mano (¿en forma de puño, ex-
tendida con la palma hacia abajo?) re-
sulta tan absurda como tentadora. Par-
tiendo de esta acotación, es preciso re-
explorar críticamente, y desde una nue-
va perspectiva, la imbecilidad con la
que hemos iniciado el artículo: ¿el sexo
es de derechas o de izquierdas?
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Entre finales de la década de los se-


senta y principios de la de los setenta,
con el vistoso decorado de la guerra
fría de fondo, el sexo se ideologizó has-
ta extremos nunca vistos. Las ideas de
Freud ya se habían digerido, y las rei-
vindicaciones de ciertas feministas de
la época eran inseparables de una espe-
cie de revisionismo biológico en el que
el clítoris constituía un órgano emanci-
pador, mientras que el útero compen-
diaba la opresión del patriarcado. Por
otra parte, los homosexuales empeza-
ban a ganar la dura batalla de la visibili-
dad, que es el primer peldaño para al-
canzar la dignidad del reconocimiento
social. En Estados Unidos, muchos ne-
gros dejaron de alisarse el pelo (¡otra
vez el pelo!) y lucían con orgullo apara-
tosos peinados afro. Bob Dylan repetía
que los tiempos estaban cambiando, y Imagen de la película ‘La tormenta de hielo’ (1997) del director Ang Lee
tenía razón. Luego supimos que la te-
nía sólo por definición –el matiz es im-
portante– y entendimos porqué se aca- canos de origen asiático: el ensayista volución sexual, así como en la de sus ción más honesta de la condición ho-
bó convirtiendo al catolicismo, por Francis Fukuyama y el cineasta Ang variopintos aledaños y múltiples conse- mosexual que se haya hecho nunca.
ejemplo. Efectivamente, los tiempos Lee. La tormenta de hielo (1997) es qui- cuencias. Obviamente, en aquel mo- Por razones obvias, uno de los aspec-
cambian... siempre. Ese es el contexto zá la película más deprimente y a la mento existían docenas de filípicas ul- tos más controvertidos del proceso de
de la mal llamada revolución sexual. En vez más lúcida del director de origen traconservadoras relacionadas con es- ideologización que acabó denominán-
realidad, constituyó una mera ideologi- taiwanés, y está basada en la novela ho- tos asuntos, que se planteaban casi dose impropiamente revolución sexual
zación coyuntural y desconcertante- mónima del escritor norteamericano siempre desde el integrismo religioso, radica en las variadas legitimaciones
mente ingenua de determinadas con- Rick Moody (The ice storm, 1994). Por la cerrazón moral u otras ideas de tono y/o apologías de la pederastia que se
ductas y actitudes, no siempre relacio- su parte, La gran ruptura (1999) consti- rupestre y primario. Lee o Fukuyama, produjeron en ese momento. Convie-
nadas con la sexualidad. La mayoría tuye sin duda uno de los textos más ela- en cambio, no moralizaban, sino que ne aclarar que ese tipo de ideas ya es-
de esos cambios revolucionarios fue- borados y conceptualmente sólidos de justamente se dedicaban a denunciar tán presentes en la tradición grecolati-
ron efímeros. Pasaron a mejor vida ha- Fukuyama. Desde dos lenguajes dife- el denso y confuso tufillo moralizante na, aunque aquí no vamos a referirnos
cia finales de los años ochenta, como rentes, ambos autores bucean en las de esa supuesta revolución. Lo que irri- a la Atenas del siglo IV a.C. sino a cosas
consecuencia de la pandemia del sida. contradicciones de aquella supuesta re- tó entonces a una cierta izquierda es que se decían con toda normalidad ha-
Lo que hacía sólo quince años se deno- que La tormenta de hielo no constituye ce tan solo tres décadas. Ya hemos ad-
minaba amor libre, pasó a llamarse sim- En los años 60 y 70, con un libelo visual reaccionario, sino una vertido al principio que conviene ser
plemente promiscuidad. Todo un abis- denuncia claramente progresista de la muy cautos con la pesada carga de es-
mo semántico...
el vistoso decorado de la viscosa hipocresía que reinaba en aque- tupidez de ciertas preguntas: ¿la pede-
Curiosamente –o no– las dos gran- guerra fría de fondo, el llos tiempos del todo vale. Para evitar rastia es de izquierdas o de derechas,
des relecturas críticas de aquellos tiem- suspicacias, no olvidemos que Ang Lee religiosa o laica, clásica o vanguardis-
pos convulsos vinieron de la mano, ca-
sexo se ideologizó hasta rodó posteriormente Brokeback moun- ta? No, no, no. Lo que debemos averi-
si al mismo tiempo, de dos norteameri- extremos nunca vistos tain (2005), que es quizás la dignifica- guar es de dónde proviene exactamen-
TEMA
La revisión de valores de los años 60 y 70
puso en suspenso muchas nociones. Entre
ellas, la de la identidad sexual y la de
pederastia. Cuando el debate sobre estas
cuestiones vuelve a plantearse, vale la pena
reconstruir legitimaciones y apologías que

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ahora nos parecen incomprensibles

Revolución
sexual

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Falsas y

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verdaderas
inocencias
te el discurso legitimatorio que la aca- propia de la época, así como de indiges- abogaba por la idea del continuum por ejemplo, tanto desde un punto de
bó normalizando no hace tanto. Ese, y tos cócteles de Freud, Marx y Lévi- sexual, en la que no había exactamente vista histórico como geográfico, resul-
no otro, era el verdadero núcleo del de- Strauss, agitados por maîtres à penser hombres ni mujeres, ni homosexuales tan indiscutibles. El problema es que
bate que se produjo hace unos meses en las mejores brasseries de París. Co- ni heterosexuales, ni adultos ni niños. en aquel preciso contexto la anterior
en relación a ciertas denuncias contra mo catalizador, un viejo paper elabora- Todo quedaba sujeto a una escala y, en constatación quedaba subordinada a
clérigos católicos por supuestos abu- do en 1948: el Informe Kinsey. Desde consecuencia, todo era relativo. ¿Era un objetivo puramente ideológico que,
sos. Se trata de un debate que se cerró una perspectiva metodológica, el infor- aceptable la sexualidad entre adultos y a su vez, confluía en un proceso de
en falso. El origen del discurso legiti- me Kinsey era un auténtico despropó- niños? Respuesta: “¿Qué es un adulto, cambio social muy profundo. Esas son
matorio que comentamos –no de las sito (para algunos, un fraude científico qué es un niño?”. A todo ello habría precisamente las turbulencias que con-
prácticas, que por desgracia son anti- premeditado) que parecía tener como que añadir que las identidades sexua- dujeron a que una película como La pe-
quísimas– es muy concreto. En el mo- única función la homologación estadís- les son meras construcciones cultura- queña (1978), de Louis Malle, protago-
mento en que el sexo fue conceptuali- tica de determinadas conductas, entre les (Foucault) y que el poder se agaza- nizada por una niña de 12 años (Bro-
zado sólo como un mecanismo libera- ellas la del propio investigador duran- pa en ellas para dominarnos (aquí la lis- oke Shields), que hacía el papel de
dor, sin más, las hormonas quedaron te su adolescencia. Alfred C. Kinsey ta seria larguísima: desde Wilhem prostituta y aparecía completamente
inexorable y severamente ideologiza- Reich hasta Herbert Marcuse, pasan- desnuda, fuera recibida en la época
das. No nos cansaremos de repetir que ‘La pequeña’, película do por el sociólogo valenciano Josep- con toda normalidad. Hoy, por muchí-
todo eso pasó en el periodo más tenso Vicent Marqués, fallecido hace poco). simo menos, Malle tendría serios pro-
de la guerra fría, cuando todo, fuera im-
con una Brooke Shields En sí mismo, abstractamente, ese blemas. En la España de la misma épo-
portante o banal, quedaba connotado y de 12 años haciendo de proceso de relativización no sólo era le- ca las cosas eran muy parecidas. En
formaba parte de una irreductible pola- gítimo, sino también necesario: las 1979, la Orquesta Mondragón publica-
ridad ideológica. El resto fue obra de la
prostituta, fue recibida enormes oscilaciones que ha experi- ba el disco Muñeca hinchable, con le-
estética de la transgresión banal, tan con normalidad mentado la noción de mayoría de edad, tras de Eduardo Haro Ibars, que de- >
TEMA

> cían cosas como esta: “El hombre de


los caramelos (...) a la puerta del cole-
gio / espera para hacerte feliz / Y si de-
seas con él disfrutar / no te debes niño
asustar / El tiene siempre lo que te ha-
rá gozar”. El cantante de esa forma-
ción, Javier Gurruchaga, tenía, por
cierto, un papel secundario en una pelí-
cula que Pedro Almodóvar rodó al ca-
bo de pocos años, ¿Qué he hecho yo pa-
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ra merecer esto? (1984). En una deter-


minada escena, su personaje pedía per-
miso a la madre de un niño de unos
ocho o nueve años, interpretada por
Carmen Maura, para consumar en to-
da regla una especie de matrimonio pe-
dófilo. No hay en esa escena ni un atis-
bo de denuncia, sino todo lo contrario.

Debate por zanjar


Antes hemos apuntado que el debate
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acontecido hace unos meses sobre las


múltiples denuncias de pederastia in-
terpuestas contra determinados cléri-
gos católicos se cerró en falso. Interesa-
damente, se exageraron unas cosas y
se omitieron otras. Además, la Iglesia
católica tuvo una actitud titubeante y
ambigua, que contribuyó a elevar me-
diáticamente determinados rumores a
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la categoría de hechos. El papel de al-


gunos intelectuales fue también decep-
cionante: en cuestión de semanas, mu-
chos pasaron de relativizar jocosamen-
te el caso Polanski a rasgarse la túnica
por otros casos similares que se atri-
buían a curas. He aquí, justamente, el
motivo básico por el que el menciona-
do debate se zanjó en falso: nadie qui-
so reconocer el trasfondo ideológico
del asunto, que conducía por fuerza a
una severa revisión de lo que en su mo-
mento dio en llamarse revolución Una mirada ucrónica
sexual. La pederastia está documenta-
da desde hace muchos siglos, pero su
legitimación data de hace bien poco, al
menos en un sentido moderno. No es
casual que la primera gran reprimenda
que recibió el icono generacional de
Si el KGB lo hubiese sabido
Mayo del 68, Daniel Cohn-Bendit, estu-
viera relacionada con sus fantasías
sexuales con niñas de cinco años. ENRIC JULIANA cesis del orbe católico y la Santa Se- convertido en su día de penitencia.
Cerremos el artículo con la misma Si el KGB lo hubiera sabido, quizá de tenía noticia de ellos, ni que fue- Yuri Andropov probablemente
pregunta estúpida con la que lo hemos no habría planteado a los servicios ra de manera fragmentaria o par- nunca lo supo. En 1978, el enjuto
iniciado: ¿el sexo es de derechas o de secretos búlgaros la eliminación fí- cial. En los años ochenta, el carde- presidente del Comité para la Segu-
izquierdas? Ideologizar determinadas sica del cardenal polaco Karol Woj- nal alemán Joseph Ratzinger, pre- ridad del Estado (KGB) estaba en-
pulsiones humanas, sean del tipo que tyla, empeñado en derribar el te- fecto de la Congregación para la furecido con sus hombres en Polo-
sean, resulta, como mínimo, absurdo. lón de acero con la cruz y la espada Doctrina de la Fe, el más importan- nia e Italia. Nadie le había adverti-
Pero olvidar la realidad de esa ideologi- (nuclear) de Estados Unidos. De te de los dicasterios romanos –el do que un cardenal del Este podía
zación, que en el caso que comenta- haberlo sabido, en vez de reclutar ser elegido jefe de la Iglesia católi-
mos se produjo hace poco más de una a un sicario turco que pudiese apa- Una campaña soviética ca. Una investigación posterior del
generación, es directamente deshones- rentar un acto de venganza del is- Kremlin concluyó que la imprevis-
to. El sexo, en todas sus versiones, no lam contra el Papa de Roma, el
sobre los abusos ta entronización del cardenal Woj-
es ni de derechas ni de izquierdas, ni servicio secreto soviético habría sexuales en la Iglesia tyla había sido propiciada por una
religioso ni laico, ni antiguo ni moder- podido urdir una monumental entente entre norteamericanos y
no, ni progresista ni conservador. Y la campaña de prensa divulgando ur-
podría haber sido un alemanes, alentada por Zbigniew
pederastia es un tema incómodo, pero bi et orbi los casos de abuso sexual arma muy peligrosa Brzezinski, consejero de Seguri-
real, y por eso no conviene enterrarlo protagonizados por sacerdotes y dad Nacional del presidente Car-
ahora precipitadamente con excusas religiosos. Había material a su al- ministerio encargado de velar por ter, nacido en Polonia. El cónclave
de derechas o de izquierdas, con sub- cance. la rectitud doctrinal–, empezó a re- es secreto. Y alrededor de ese se-
terfugios religiosos o bien laicos, con La estrategia podía haber sido servar los viernes para la lectura creto siempre hay voces. Las voces
viejas falacias o con sutilezas posmo- otra. Escabrosos episodios de abu- de los escabrosos expedientes que de 1978 decían que los cardenales
dernas recién pintadas. Ya que, por so sexual a menores y jóvenes se- llegaban a Roma. Ratzinger comen- alemanes tuvieron un papel rele-
desgracia, el tema está sobre la mesa, minaristas ya se hallaban secreta- tó más de una vez a sus colaborado- vante en la sesión secreta que eli-
tratémoslo honestamente. | mente inventariados en varias dió- res que los viernes se habían gió al sucesor del efímero Juan Pa-
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Dos imágenes de ‘La tormenta de hielo’, protagonizada, entre otros, por Sigourney Weaver y Kevin Kline

blo I (Albino Luciani, 33 días en la a los nuevos poderes rusos. El sue- te de abogados dispuestos al ries- una información precisa sobre la
cátedra de san Pedro, un lema: hu- ño de Juan Pablo II era el de abra- go. Y no lo hizo. creciente debilidad del bloque so-
mildad, y una muerte súbita). zar al patriarca ortodoxo de Mos- ¿Por qué no lo hizo? Porque no viético. Y ambos quisieron rema-
El informe encargado por el se- cú. Nunca pudo cumplirlo. Treinta podía. ¿Y por qué no podía? Por- tarlo. Tras el fallido atentado de
vero Andropov al agente Oleg Bo- años después, el acercamiento a la que el mundo era otro. Aún en el Roma, Juan Pablo II devino un hé-
gomolov concluía que el nuevo Pa- Iglesia ortodoxa sigue siendo una supuesto de haber accedido a la in- roe mundial. Ninguna denuncia so-
pa polaco no tardaría en empren- de las prioridades del Vaticano. Y formación –entonces cerrada bajo bre algún lóbrego asunto podía ha-
der una campaña en favor de la li- en el Kremlin gobierna un ex coro- siete llaves– sobre las conductas cerle daño. El mundo era otro.
bertad religiosa en el bloque sovié- nel del Comité para la Seguridad abusivas de algunos sacerdotes y El fuerte impacto que hoy están
tico, amenaza que requería la adop- del Estado, que en 1981 se hallaba religiosos, ni el KGB ni ningún teniendo esas denuncias nos expli-
ción de medidas preventivas. destacado en Alemania del Este. otro servicio de su órbita estaba en ca hasta qué punto el mundo ha
La implicación del KGB en el fa- Andropov podía haber tenido a condiciones de propiciar un escán- cambiado en los últimos treinta
llido atentado del 13 de mayo de su alcance un arma muchísimo dalo a escala mundial. Porque el años. La Iglesia católica, aún con-
1981 no ha sido nunca del todo con- más peligrosa que la pistola torpe- mundo era otro. servando importantes cotas de in-
firmada. Disidentes del servicio so- mente disparada por Alí Agca. Con El mundo de la guerra fría fue fluencia, es hoy menos temida. La
viético declararon años después un poco de pericia, el KGB podría un cuadro de tensiones organiza- Iglesia se ha alejado del Imperio.
que el asunto fue discutido en los haber tenido en sus manos un ve- do en vertical. Apenas había orde- El primero en hacerlo fue el pro-
órganos superiores de la Lubyanka nadores. La única red era la de la pio Papa Wojtyla cuando se negó a
y se mantiene la sospecha de que Tal campaña era telefonía con hilos. En ambos blo- bendecir la guerra del Golfo en
el sicario turco Mehmet Alí Agca ques imperaba la lógica de la fábri- 1991. Y doce años después, se opu-
pudo contar con apoyo del jefe de
imposible. El mundo ca: las piezas de abajo obedecían a so a la invasión de Iraq. Algunos ca-
la oficina de las aerolíneas búlga- era otro: sin red y más las de arriba. En un mundo aún cla- tólicos creen que la sobreexplota-
ras en Roma. Tras ser detenido en ramente jerarquizado, la Iglesia ca- ción mediática de los casos de abu-
la plaza de San Pedro, Agca adoptó
vertical. Occidente aún tólica tenía un poder de disuasión so sexual en la Iglesia es el precio
pronto la pose del iluminado y aún velaba por su prestigio muy superior al actual. Y desde que paga Roma por haber dicho no
hoy, cumpliendo prisión en su 1980, tras la elección de Ronald a los dos Bush (padre e hijo) y a sus
país, jura que actuó solo. Su fanta- neno mortal para el prestigio de la Reagan como presidente de Esta- amigos de Israel. Quizás sea una
sía tiene un límite: jamás ha señala- Iglesia católica en el mundo. Basta- dos Unidos, quedó clara la novísi- explicación demasiado simple.
do a Rusia. Y el Vaticano nunca ha ba con fisgar en los archivos de al- ma alianza entre Roma y Washing- Más cosas han cambiado. Existe la
querido acusar a Moscú. Desde la gunas diócesis. Bastaba con calen- ton. Reagan y Wojtyla, dos hom- red. Existe una nueva cultura po-
caída del Muro de Berlín y la im- tar algunas denuncias públicas. bres con un gran sentido de la esce- pular de la queja. Y hay más aboga-
plosión del bloque soviético, Roma Bastaba con incentivar la presenta- na, se apreciaron y se admiraron dos dispuestos a presentar quere-
ha hecho lo posible para no enojar ción de algunas demandas por par- mutuamente. Ambos disponían de llas. El mundo es otro. |

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