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Desde la Psicología Social, vemos que para Montero (1987), “las acusaciones
arrojadas sobre las teorías psicológicas clásicas, de fragmentar y atomizar el
objeto de estudio, presentan aquí un ejemplo de esos inconvenientes: estudiar un
fragmento de conducta, un comportamiento específico, no explicar la totalidad de
un fenómeno complejo. Más aún diversas explicaciones parciales, lejos de
conjugarse en una explicación global, muchas veces llevan a concepciones
erróneas y a ocultar causas más profundas” (p. 40). Desde la originalidad y
contexto de aplicación de las teorías, las críticas son también claras y evidentes.
Como lo menciona Casañas y otros, (1984), y Montero (1989), esta Psicología
tradicional se caracteriza generalmente por su carácter dependiente y reproductor
de teorías, métodos y temas de estudio en boga principalmente en los Estados
Unidos y en Europa.
Sobre esta situación, Blanco (1995) menciona que la Psicología Social Psicológica
y la Sociológica incurrieron en el error de no reconocer – lo suficiente - la
importancia de la interacción entre los acontecimientos psicológicos a los que se
les llama sociales y el contexto histórico en el que estos ocurren. De esta manera,
lo psicológico y lo sociológico desarrollaron dos discursos diferentes entre sí que
no se complementaron (Doise, 1979 citado en Blanco 1995. pag.233), y que no
permitieron dar cuenta de la interacción permanente del ser humano con su
entorno. Es así como Lewin manifiesta que la relación de las cosas y de los
hechos psicológicos no se apoyan en características que los asemejan o los
diferencian de los otros, sino que las personas interactúan y se relacionan de
acuerdo a la experiencia de cada uno, tomando en consideración sus historias y
sus presentes para así poder comprender las situaciones que vivencia el individuo
en un determinado momento.
En este mismo sentido Martín Baró expresó (1987) la manera en que se hace
evidente la interpretación sesgada de una situación personal desde una mirada
tradicional: “Una forma más sutil de atribuir el fatalismo al carácter o a la
personalidad de los individuos se encuentra en quienes lo vinculan con una baja
motivación de logro. Decir, por ejemplo, que el obrero o el campesino
latinoamericanos, a diferencia de los norteamericanos, no progresan porque
carecen de esa ambición y empuje, es una forma aparentemente más “técnica”,
pero no por ello menos psicologista, de cargar a la víctima con la culpa de la
situación.” (p.145).
3. El proceso de la crítica, implica señalar de dónde parte y por qué la hace así;
mostrar sus sesgos y tendencias en lugar de presentar el aspecto defendido como
si fuese el único o fuese la norma a seguir. Se debe poder “criticar a sí misma”.
4. Siempre existirá la crítica, a pesar de lo mal que pueda ser recibida, lo cual le
confiere el carácter de "fatalidad de la vida cotidiana" (Montero & Fernández
Christlieb, 2004), condición que la une a la ciencia y a la esencia de todo
investigador que acepta la no existencia de un principio de autoridad, sino que las
"verdades" de la ciencia lo son sólo hasta prueba en contrario.
Como se observa, la Crítica desencaja los modos de ver habituales y siempre abre
nuevas perspectivas. No se la debe categorizar al interior de una corriente o
tendencia o metodología ya que la crítica está en todas partes, y sería amarrarla
con una mirada parcializada del mundo, con lo cual la crítica se acabaría. Sin
embargo, la posición crítica se puede identificar en la Psicología Social
Comunitaria y en la Psicología de la Liberación, siempre y cuando se puedan
responder las siguientes preguntas propuestas por Prilleltensky y Fox (1997,
citados casi textualmente de Montero, 2004):
1. ¿Se está promoviendo el statu-quo de la sociedad en la cual se está realizando
la investigación o intervención? Ahogar los aspectos críticos es una de las formas
de expresión del autoritarismo y de sus abusos de poder, que comienzan por
eliminar las disensiones en un campo específico y terminan suprimiendo todo
aspecto crítico, inclusive con desaparición física de quienes los plantean. En el
aplanamiento de la opinión pública y en el rechazo a la diversidad se reconocen el
autoritarismo y el ejercicio abusivo del poder.