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Es que allí, entre las galaxias y las estrellas, es donde en estos momentos se esta
gestando una siniestra conspiración cósmica, la que arrastrará a la humanidad entera a lo
que la Palabra de Dios llama "La gran tribulación", acerca de la cual el Señor Jesús se
refirió, en Mateo 24: 21-22.
La Biblia nos revela que los ejércitos de seres espirituales de carácter maligno, tienen sus
centros de inteligencia en el espacio cósmico, al que el Rabino Saúl de Tarso (Pablo) llama
"regiones celestes", y que el comandante en jefe de esos ejércitos, Shatán, opera desde la
atmósfera terrestre, por lo que Pablo se refiere a él como "príncipe de la potestad del aire"
en Efesios 2: 2.
Uno de los grandes interrogantes de las personas de este tiempo, es lo que se conoce como
el "fenómeno ovni y los seres extraterrestres” que hace miles de años han invadido la
tierra, su actividad entre los humanos desde entonces y cómo van y vienen del espacio
cósmico, afectando la vida cotidiana para mal, cuando se trata de “extraterrestres” malos,
y para bien cuando se trata de los buenos.
Es importante que como hijos de Dios, y cristianos, abordemos estos temas, pues no
podemos negar la existencias y apariciones de ovnis, etc.
Elemento de confusión que utilizará el diablo para engañar y cegar las mentes de los
habitantes de esta tierra que rechacen la gracia salvadora del único que puede salvar al
hombre de la muerte eterna.
Es necesario conocer, al menos a grandes rasgos, cómo está constituido el universo visible
en el cual estamos inmersos los habitantes del tercer planeta del sistema solar.
2. Su desplazamiento orbital alrededor del sol. La tierra realiza órbita alrededor del sol
cada 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos,
Lo que da origen a nuestro año calendario greco-romano (aunque con algunos errores
de cálculos).
Cada año la tierra recorre alrededor del sol una distancia de 934.400.000 kilómetros a
la velocidad de 29,64 kilómetros por segundo, lo que equivale a un recorrido de
2.560.000 kilómetros por día a la velocidad de 106.704 kilómetros por hora.
Nuestro planeta tierra tiene varios movimientos más, de los cuales mencionaremos sólo
uno, pero es importante plantearse la siguiente pregunta:
¿Viajó usted alguna vez a más de 1000kms Por hora?
Seguro responderá que no, porque los aviones vuelan a 96º Km. /hs.
Aunque existen aeronaves como el “Concorde”, que se desplaza más rápido.
Pero lo cierto es que desde nueve meses antes de nacer, Ud. está viajando alrededor del eje
terrestre a 1600 kilómetro por hora, velocidad que por algunas horas de cada día se suma a
los 106.704 km. horarios de la trayectoria terrestre alrededor del sol.
No obstante, esto es como un continuo paseo en una gigantesca calecita o carrusel espacial,
en la que Ud. no está solo, porque usted y yo estamos viajando permanentemente alrededor
de nuestra galaxia, la Vía Láctea, juntamente con el sol y todo nuestro sistema planetario, a
la velocidad de 320km. por segundo, o sea a 1.152.000km.
Por hora [un millón ciento cincuenta y dos mil kilómetro por hora].
A tal velocidad sería posible viajar entre Buenos Aires y Miami, ida y vuelta, 80 veces por
hora, o un viaje completo de ida y vuelta cada 44 segundos. A pesar de semejante
velocidad, nuestro sol tarda 225 millones de años en dar una vuelta completa alrededor de
nuestra galaxia.
¡Vaya, vaya, que pensar en estas cosas nos hace sentir pequeñitos!
Cuando leemos la declaración de David en el Salmo 8: 3.
Que vale destacar fueron pronunciada 1000 años antes de Cristo, y nos muestra a un rey
David asombrado por la pequeñez del hombre en relación con la incomprensible grandeza
de la creación de D-s, pues, pese a la insignificancia del hombre, Dios lo tenía en cuenta y
lo visitaba con frecuencia.
Notemos que David se asombra al proyectar la pequeñez del hombre contra el Sol, la Luna
y las estrellas, que es lo único que a simple vista podía observarse en aquella época, hace
unos 3000 años, en que no existían los instrumentos de observación que hay hoy en día.
Hay que tener en cuenta que en una noche oscura y con la atmósfera limpia, difícilmente
puedan verse más de 2.500 estrellas, pues hay apenas unas 6000 que pueden verse sin la
ayuda de un telescopio, de las cuales la mitad están bajo el horizonte, y otras son demasiado
tenues como para detectarlas sin ampliación óptica.
Lo que hoy se conoce acerca de los cuerpos celestes que pueblan el espacio cósmico, deja
perplejos a los mismos astrónomos, ya que el universo visible es tan increíblemente vasto,
que no sólo supera la imaginación mas desarrollada, sino que además se extiende
muchísimo mas allá de toda percepción y comprensión humana.
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Sería muy bueno, que a medida que vayamos descubriendo el increíble tamaño del universo
del que formamos parte, del cual sólo ocupamos una fracción imperceptible, casi
despreciable, paralelamente vayamos tomando conciencia de la inigualable grandeza y el
infinito, infinito, infinito poder de Dios, el Creador.
En Isaías 40: 28 vemos la declaración del Gran Dios Creador incansable e infinitamente
sabio, y que siendo Él tan grande, se interese de nosotros, míseros mortales.
Como dice el pastor Chuy Olivares: “¡se nos saltan los fusibles!”
Los Cielos
1° Cielo
El rabino Saúl de Tarso (Pablo) escribe por revelación de Dios en 2° Corintios 12: 2 sobre
los tres cielos
El Primer Cielo, es el más cercano a nosotros y está constituido por la atmósfera terrestre
que envuelve nuestro planeta. Tiene un espesor de aproximadamente 200 kilómetros y
contiene esencialmente el aire que respiramos.
En realidad, la atmósfera terrestre es bastante compleja, porque además de proveernos el
aire que respiramos, la misma constituye un sofisticado e imprescindible filtro solar.
2° Cielo
Corresponde a dicho espacio cósmico, donde brilla el Sol, con todo su sistema planetario,
del cual somos parte, juntamente con nuestro satélite natural, la luna, así como las estrellas,
galaxias, nebulosas, quasars, pulsars, cometas, etc.
Hay también otros cuerpos celestes, como meteoritos, asteroides, nubes de polvo cósmico y
también los misteriosos agujeros negros, tan invisibles como reales.
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Tal es así que hace apenas cuatro décadas, los límites del universo se ubicaban a unos dos
mil millones de años luz [2.000.000.000], mientras que hasta 1996 se habían detectado
galaxias a una distancia de diez mil millones de años luz [10.000.000.000]. o sea que con el
incremento de la potencia de los telescopios y radiotelescopios modernos, el universo se
nos muestra ocho millones de años luz mas distante que hace cuarenta años.
Es decir que es tan vasto el universo, que los científicos astrónomos han dedicado sus vidas
a sondearlo sin poder llegar a una conclusión definida al respecto.
Próximamente ampliaré desarrollando un estudio sobre el tercer cielo, que es la morada de
Dios.