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¿Estamos solos en el universo?


¡Por supuesto que no!
Eternamente ha existido, existe y existirá la vida dentro y fuera de este planeta, pues
la vida eterna emana del mismo Dios eterno, Él mismo es la vida.
Pero cabe señalar que desde hace miles de años divino, quizás millones, el Creador
creo sus criaturas, que a lo largo del tiempo algunas de ellas se rebelaron contra él y
se produjo un gran caos en el cosmos, la cual afectó a todo el universo visible.
Dicha rebelión fue encabezada y comandada por uno de los seres más poderoso de
todo el universo visible e invisible, quien contrató a millones de seres, también
celestiales quienes se plegaron a la rebelión.
Los rebeldes se han constituido en un ejército, el que desde entonces lucha para
hacer prevalecer el mal, ya que no pueden dañar a su Creador, su plan es dañar y
destruir las otras creaciones de Dios, en primer lugar al hombre.
Por eso nuestro planeta tierra es el principal teatro de operaciones de Shatán.
Como estos ejércitos de maldad se desplazan en medio de un ámbito muy vasto,
como lo es el espacio intergaláctico.

Es que allí, entre las galaxias y las estrellas, es donde en estos momentos se esta
gestando una siniestra conspiración cósmica, la que arrastrará a la humanidad entera a lo
que la Palabra de Dios llama "La gran tribulación", acerca de la cual el Señor Jesús se
refirió, en Mateo 24: 21-22.

La Biblia nos revela que los ejércitos de seres espirituales de carácter maligno, tienen sus
centros de inteligencia en el espacio cósmico, al que el Rabino Saúl de Tarso (Pablo) llama
"regiones celestes", y que el comandante en jefe de esos ejércitos, Shatán, opera desde la
atmósfera terrestre, por lo que Pablo se refiere a él como "príncipe de la potestad del aire"
en Efesios 2: 2.

Uno de los grandes interrogantes de las personas de este tiempo, es lo que se conoce como
el "fenómeno ovni y los seres extraterrestres” que hace miles de años han invadido la
tierra, su actividad entre los humanos desde entonces y cómo van y vienen del espacio
cósmico, afectando la vida cotidiana para mal, cuando se trata de “extraterrestres” malos,
y para bien cuando se trata de los buenos.

Es importante que como hijos de Dios, y cristianos, abordemos estos temas, pues no
podemos negar la existencias y apariciones de ovnis, etc.
Elemento de confusión que utilizará el diablo para engañar y cegar las mentes de los
habitantes de esta tierra que rechacen la gracia salvadora del único que puede salvar al
hombre de la muerte eterna.

Desde niño me ha apasionado la astronomía y el observar los cuerpos celestes, por


eso quiero compartir un resumen de datos científicos que recabé, para tener una idea
aunque al menos básica, para poder entender y darle la gloria a Dios por su
grandeza.

Es necesario conocer, al menos a grandes rasgos, cómo está constituido el universo visible
en el cual estamos inmersos los habitantes del tercer planeta del sistema solar.

¡El planeta nos queda grande!


Casi todas las personas que tienen mucho miedo de subirse a un avión suelen decir que
prefieren "pisar tierra firme".
Lo cierto es que nuestro planeta tierra parece una gran esfera sólida debajo de nuestros pies,
pero comparada en tamaño o volumen con otros cuerpos celestes, la tierra no es mas que
una pequeña bolita que ni siquiera está firme sobre algo, sino que "cuelga sobre nada" (Job
26: 7) en el espacio infinito, con mas de diez movimientos diferentes.
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Los dos movimientos más conocidos son:


1. Rotación diaria sobre su eje. Este movimiento provoca el día y la noche. Por ser el
perímetro de la esfera terrestre de aproximadamente 40.000 km. y cumplir una
rotación completa sobre su eje cada 23 horas, 56 minutos y 0,4 segundos, la
velocidad radial en su superficie es de 1.600 Km. /hs.

2. Su desplazamiento orbital alrededor del sol. La tierra realiza órbita alrededor del sol
cada 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos,

Lo que da origen a nuestro año calendario greco-romano (aunque con algunos errores
de cálculos).
Cada año la tierra recorre alrededor del sol una distancia de 934.400.000 kilómetros a
la velocidad de 29,64 kilómetros por segundo, lo que equivale a un recorrido de
2.560.000 kilómetros por día a la velocidad de 106.704 kilómetros por hora.

Nuestro planeta tierra tiene varios movimientos más, de los cuales mencionaremos sólo
uno, pero es importante plantearse la siguiente pregunta:
¿Viajó usted alguna vez a más de 1000kms Por hora?
Seguro responderá que no, porque los aviones vuelan a 96º Km. /hs.
Aunque existen aeronaves como el “Concorde”, que se desplaza más rápido.
Pero lo cierto es que desde nueve meses antes de nacer, Ud. está viajando alrededor del eje
terrestre a 1600 kilómetro por hora, velocidad que por algunas horas de cada día se suma a
los 106.704 km. horarios de la trayectoria terrestre alrededor del sol.
No obstante, esto es como un continuo paseo en una gigantesca calecita o carrusel espacial,
en la que Ud. no está solo, porque usted y yo estamos viajando permanentemente alrededor
de nuestra galaxia, la Vía Láctea, juntamente con el sol y todo nuestro sistema planetario, a
la velocidad de 320km. por segundo, o sea a 1.152.000km.
Por hora [un millón ciento cincuenta y dos mil kilómetro por hora].
A tal velocidad sería posible viajar entre Buenos Aires y Miami, ida y vuelta, 80 veces por
hora, o un viaje completo de ida y vuelta cada 44 segundos. A pesar de semejante
velocidad, nuestro sol tarda 225 millones de años en dar una vuelta completa alrededor de
nuestra galaxia.

¡Vaya, vaya, que pensar en estas cosas nos hace sentir pequeñitos!
Cuando leemos la declaración de David en el Salmo 8: 3.
Que vale destacar fueron pronunciada 1000 años antes de Cristo, y nos muestra a un rey
David asombrado por la pequeñez del hombre en relación con la incomprensible grandeza
de la creación de D-s, pues, pese a la insignificancia del hombre, Dios lo tenía en cuenta y
lo visitaba con frecuencia.
Notemos que David se asombra al proyectar la pequeñez del hombre contra el Sol, la Luna
y las estrellas, que es lo único que a simple vista podía observarse en aquella época, hace
unos 3000 años, en que no existían los instrumentos de observación que hay hoy en día.

Hay que tener en cuenta que en una noche oscura y con la atmósfera limpia, difícilmente
puedan verse más de 2.500 estrellas, pues hay apenas unas 6000 que pueden verse sin la
ayuda de un telescopio, de las cuales la mitad están bajo el horizonte, y otras son demasiado
tenues como para detectarlas sin ampliación óptica.
Lo que hoy se conoce acerca de los cuerpos celestes que pueblan el espacio cósmico, deja
perplejos a los mismos astrónomos, ya que el universo visible es tan increíblemente vasto,
que no sólo supera la imaginación mas desarrollada, sino que además se extiende
muchísimo mas allá de toda percepción y comprensión humana.
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Observar fotografías de galaxias tomadas por grandes telescopios, como el de Monte


Palomar, en California, y ahora con el sofisticado telescopio Hubble, instalado en el
espacio, en órbita terrestre, y enterarse de la cantidad de galaxias descubiertas en los
últimos años, sus magnitudes y distancias, es algo que deja sin aliento y con la boca abierta
a cualquiera, aunque tenga la mínima capacidad de asombro.
Imaginaremos que nos lanzamos a navegar un poco por el espacio sideral interestelar para
adquirir al menos una tenue idea de la realidad cósmica, producto de la creación de Dios.

Sería muy bueno, que a medida que vayamos descubriendo el increíble tamaño del universo
del que formamos parte, del cual sólo ocupamos una fracción imperceptible, casi
despreciable, paralelamente vayamos tomando conciencia de la inigualable grandeza y el
infinito, infinito, infinito poder de Dios, el Creador.
En Isaías 40: 28 vemos la declaración del Gran Dios Creador incansable e infinitamente
sabio, y que siendo Él tan grande, se interese de nosotros, míseros mortales.
Como dice el pastor Chuy Olivares: “¡se nos saltan los fusibles!”

Los Cielos
1° Cielo
El rabino Saúl de Tarso (Pablo) escribe por revelación de Dios en 2° Corintios 12: 2 sobre
los tres cielos
El Primer Cielo, es el más cercano a nosotros y está constituido por la atmósfera terrestre
que envuelve nuestro planeta. Tiene un espesor de aproximadamente 200 kilómetros y
contiene esencialmente el aire que respiramos.
En realidad, la atmósfera terrestre es bastante compleja, porque además de proveernos el
aire que respiramos, la misma constituye un sofisticado e imprescindible filtro solar.

La atmósfera o primer cielo es visible únicamente de día, debido a la refracción de la luz


solar sobre las partículas de aire. Lo vemos del color azul celeste porque por ciertas
características físicas de la atmósfera, que tienen que ver con la trama molecular de los
elementos que la componen, ésta refleja únicamente la banda azul celeste de la gama
visible del espectro solar.
La luminosidad del primer cielo no nos permite ver de día el segundo cielo, cuyo fondo es
muy oscuro y da una sensación de abismo y vértigo.
En ausencia de la luz solar, es decir de noche, la atmósfera se torna transparente, lo que nos
permite ver más allá de la misma y penetrar en lo que llamamos el "espacio cósmico", o
"espacio interestelar", o como también lo llama Pablo "regiones celestes".

2° Cielo
Corresponde a dicho espacio cósmico, donde brilla el Sol, con todo su sistema planetario,
del cual somos parte, juntamente con nuestro satélite natural, la luna, así como las estrellas,
galaxias, nebulosas, quasars, pulsars, cometas, etc.
Hay también otros cuerpos celestes, como meteoritos, asteroides, nubes de polvo cósmico y
también los misteriosos agujeros negros, tan invisibles como reales.
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El espacio cósmico, o segundo cielo es tan increíblemente vasto que, como ya


mencionamos, deja estupefacto a los astrónomos más avezado (acostumbrado), y escapa a
toda comprensión humana.
Los astrónomos y científicos no saben hoy si el universo visible es finito o infinito. No
obstante, siempre existió la creencia generalizada en cuanto a que el universo tiene que
tener límites.
Es que la mente humana es finita, y con una mente finita no se puede concebir lo infinito.
Por eso es que los astrónomos y los científicos siempre tuvieron la tendencia a ponerle
límites al universo, hasta que se construyó un telescopio o radiotelescopio más potente y se
descubrieron nuevas galaxias, mas allá de los límites imaginados. De ello se deduce que los
límites son inalcanzables para los telescopios, aunque para el Creador el universo tiene sus
límites.

Tal es así que hace apenas cuatro décadas, los límites del universo se ubicaban a unos dos
mil millones de años luz [2.000.000.000], mientras que hasta 1996 se habían detectado
galaxias a una distancia de diez mil millones de años luz [10.000.000.000]. o sea que con el
incremento de la potencia de los telescopios y radiotelescopios modernos, el universo se
nos muestra ocho millones de años luz mas distante que hace cuarenta años.

Un año luz es la unidad de medición de las distancias en el espacio cósmico.


Se usa el año luz como unidad, porque las distancias son tan enormes que si quisiéramos
expresarlas en kilómetros o millas, nos resultaría muy engorroso el leer y pronunciar las
cifras, y muchas veces hasta imposible.
Un año luz equivale a la distancia que recorre la luz en un año de tiempo, a la velocidad
constante de trescientos mil kilómetros por segundo [300.000 km. /segundo].
Si tuviéramos que expresar la distancia de 1 año luz en kilómetros, obtendríamos esta cifra:
9.460.800.000.000 kilómetros,
Lo que expresado en palabras sería: nueve billones, cuatrocientos sesenta mil ochocientos
millones de kilómetros. Para distancias muy grandes se usa ahora el "pársec" y el "mega
pársec". Un pársec equivale a 3,26 años luz, y un mega pársec equivale a 3,26 millones de
años luz.

Es decir que es tan vasto el universo, que los científicos astrónomos han dedicado sus vidas
a sondearlo sin poder llegar a una conclusión definida al respecto.
Próximamente ampliaré desarrollando un estudio sobre el tercer cielo, que es la morada de
Dios.

Pastor Jorge Cabral – Casa de Oración Banfield

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