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41) EL ROMANTICISMO ESPAÑOL.

FUENTES Y CARACTERÍSTICAS

Aparece en España en la primera mitad del siglo XIX bajo la influencia


del romanticismo europeo y como la reacción al neoclasicismo. Un poco más
tarde aparece en Inglaterra, Alemania, Francia e Italia, pero desde el
principio tenía muchos partidarios.
Se afirma lo subjetivo e imaginativo del “yo” del hombre contra el
objetivismo y racionalismo característicos para neoclasicismo.
Se notan las influencias también de:
• Cervantes, Calderón;
• romances;
• Bocaccio, Dante Aligieri, Tetrarca.
Las nuevas ideas llegaron a España por diversos caminos:
• los viajeros románticos;
• los exiliados fernandistas;
• libros y noticias sobre lo que pasaba fuera;
• traducciones al castellano de obras románticas importantes de
escritores europeos: Chateubriand, Voltaire, Víctor Hugo, Alexander
Dumas, Lord Byron, Walter Scott, Shakespeare, Goethe.

El romanticismo acabó con las reglas clasicistas y el afrancesamiento.


Impuso la libertad expresiva. Reaccionó contra la rígida separación de
géneros clasicistas. Se proclamó el derecho a mezclar los géneros. En el
teatro se puso de moda el drama en el que se mezclaron:
• elementos trágicos y cómicos;
• prosa y verso;
• sólo se respetaba la unidad de acción.
Las características de la poesía en el romanticismo:
• mezcla del tono serio con el festivo;
• se introduce ironía para expresar el desengaño romántico;
• se experimentó con la métrica;
• se aceptaron todos tipos de palabras.
Dentro del romanticismo existen dos tendencias fundamentales:
• el romanticismo histórico (Cataluña): orientado a restaurar los antiguos
valores tradicionales que exaltan lo nacional y enfoca su mirada hacia
la Edad media - Zorilla.
• el romanticismo de tipo liberal o revolucionario (Andalucía): en lugar de
echar una mirada hacia el pasado, aspira a crear una nueva cultura,
abandonando la idea de la jerarquía, religiosidad, tradición -
Espronceda.
Características del romanticismo español:
• libertad: caracteriza el temperamento de la mayoría de los románticos
más característicos y geniales: Larra, Espronceda, Zorilla.

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Manifestación particular de este amor a la libertad es el predominio del
tema de la pasión;
• patriotismo: una de las razones por las que la literatura española del
siglo XIX había de ser nacionalista es la invasión napoleónica. El
movimiento costumbrista estaba tan inspirado en el patriotismo como
el renacimiento medieval. El renacimiento medieval trataba de empujar
a los españoles a la España del pasado, el patriotismo los retenía en el
presente. Ambos les enseñaron a apreciar más su patria; el primero
alimentaba su orgullo por los héroes y gestas de su historia, el otro
aumentaba su interés por su propio ambiente y generación.
Espronceda en su “ensayo épico” elogiaba la Reconquista. El Duque de
Rivas escribe los Romances históricos, galería de los cuadros de la
historia de España. Zorilla es conocido como recreador de la leyenda y
tragedia española y el dramaturgo por excelencia del patriotismo;
• cristianismo: los románticos, además de profesar la fe con firmeza
inquebrantable, aprovecharon plenamente el ceremonial, la historia y
la leyenda para destacar las glorias de la iglesia;
• medievalismo: caracterizó el movimiento romántico de toda la Europa
occidental. Todo autor romántico trataba temas medievales en forma
narrativa, dramática, a veces presentando versiones más o menos
fieles de la historia o de la leyenda y otras mezclando la historia con la
ficción esforzándose por encontrar temas nuevos en la forma o la
apariencia. Es íntimamente unido al patriotismo y cristianismo;
• subjetivismo: es menos característico de la literatura romántica
española que de la de otros países;
• dominio de la imaginación sobre la razón;
• afirmación de la libertad creativa en el lenguaje y en la elección de los
temas;
• sentimientos, sensibilidad;
• búsqueda de lo original y único;
• presencia del paisaje que proyecta los sentimientos del poeta.

Los años gloriosos del romanticismo español van de 1834 a 1844. Con
la muerte de Fernando VII acaba el absolutismo y madura un depósito de
ideas que han ido introduciéndose en España desde 1800 por lo menos. En
una década el romanticismo transforma el panorama cultural, social y político
español. Se inicia con una obra de teatro La conjuración de Venecia de
Martínez de la Rosa y acaba con Don Juan Tenorio de Zorilla. Entre estas dos
fechas escriben Larra, Espronceda, Zorilla, etc.
El año 1814 es el año que marca el primer paso firme hacia el nuevo
movimiento con la polémica entre Böhl de Faber (alemán, defendía a
Calderón y el romanticismo) y Mora (ilustrado, defendía el arte clásico).
En el período de 1820 a 1823, el Trienio Liberal, aparecen importantes
obras románticas: Mis ratos perdidos de Mesonero Romanos, primera
manifestación el costumbrismo; El Europeo - periódico cultural con

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colaboradores españoles, ingleses e italianos: intento cosmopolita de difusión
de los grandes autores románticos.
En el período de 1824 a 1833 el absolutismo borbónico frenó el
desarrollo del romanticismo.

42) INFLUENCIAS LITERARIAS EXTRANJERAS EN LA LITERATURA ESPAÑOLA


DEL ROMANTICISMO

El Romanticismo aparece en España bajo la influencia del romanticismo


europeo y como reacción fuerte contra el neoclasicismo. El término romantic
aparece por primera vez en Inglaterra como adjetivo que designa algo
parecido a la novela medieval, es decir algo fantástico. Se relaciona con la
primera mitad del siglo XIX y significa la afirmación de lo subjetivo e
imaginativo, del “yo” del hombre contra el objetivismo y racionalismo
característicos para el neoclasicismo.
Los poetas románticos como Larra, por ejemplo, buscan algo que
puede satisfacer su alma, viajan mucho e invitan los lectores a través de sus
obras a estos viajes (en sueños e ilusiones, en la época caballeresca, a los
países orientales llenos del esplendor y misterio) y cuando sus imaginaciones
no resulten posibles, la única solución era – el suicidio.
España fue incorporándose lentamente al romanticismo. Las nuevas
ideas le llegaron por diversos caminos: los viajeros románticos, los exiliados
fernandistas, libros y noticias que se filtraban sobre lo que pasaba fuera. Y
las traducciones al castellano de obras románticas importantes que realizó la
generación anterior. Se tradujeron las obras importantes de Chateaubriand,
Voltaire, Hugo, Dumas, Sand entre otros franceses; Young, Richardson,
Ossian, Byron, Scott, etc. entre los ingleses; y entre alemanes Böhl de Faber,
Goethe (Werther, Fausto), Schiller, Hoffmann.
La influencia extranjera (Goethe, Walter Scott, Charles Dickens,
Balzac) se nota en la, así llamada, “tendencia revolucionaria” del
romanticismo (liberal, rebelde). El año 1830, con la muerte de Fernando VII,
permite el regreso de los emigrantes y entrada de nuevas ideas y
tendencias. Durante la emigración los españoles viven en Francia, Inglaterra
y leen, estudian, adoptan nuevas ideas y después los traen a España.
Los extranjeros siempre consideraron a España como un país
romántico, bien por la pervivencia del espíritu caballeresco, del apogeo de la
tradición, por el sentimiento patriótico, por la actitud apasionada y
aventurera ante la vida simbolizada por Don Quijote o Don Juan o bien por el
Siglo de Oro, por el espíritu religioso y erótico y por las mujeres hermosas y
sensuales. Por todo ello hicieron los extranjeros de España una fuente de
inspiración. España era para ellos un museo real y viviente con notas
exóticas árabes. Muchos escritores románticos europeos viajaron a España y
escribieron sobre sus tierras, hombres, literatura, tradiciones. Y Londres o
París acogieron a gran número de refugiados españoles que huían del
absolutismo fernandino, lo que favoreció sin duda su formación romántica y
posteriormente la difusión de las ideas románticas en España.

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39) LA INFLUENCIA DE LA TRADICIÓN NACIONAL EN EL ROMANTICISMO
ESPAÑOL

La tradición representa actitud que toma el presente hacia lo pasado.


Es el conjunto de costumbres, actitudes y creencias que unen una comunidad
humana con el pasado. El tradicionalismo es la aceptación de unos preceptos
del pasado, la concordancia con esos preceptos.
La tradición literaria, escrita, se funda en muchos aspectos en la
tradición oral o popular. Por eso es difícil separar los elementos que
provienen de ambas, ya que muchas veces se enredan. Estos elementos se
refieren a las formas métricas, temas, motivos y personajes.
I - formas métricas:
La forma métrica tradicional de mayor importancia que vive su
renacimiento en el romanticismo es el romance español. Pertenece tanto a la
tradición literaria como a la popular. Su nueva aparición se atribuye a Agustín
Durán, director de la Biblioteca Nacional de Madrid. Se encargó de revalorizar
este género en el momento cuando España, liberada del dominio francés,
recupera su conciencia nacional.
Duque de Rivas en el prólogo a sus Romances históricos dice que son
nuestra verdadera poesía castiza, original y robusta, es el metro nacional que
guarda las hazañas, los milagros, los amoríos y todo género de tradiciones.
La tarea de hacer renacer el romance es muy importante para el duque. Sus
romances obedecen las leyes de la épica española: son imágenes verosímiles
de la realidad. Los temas abarcan diferentes épocas de la historia de España:
el reino de Pedro el Cruel, Juan II, los reyes católicos y sus seguidores, la
Guerra de la Independencia. No hay alabanza ni poetización del rey como en
la comedia de Lope, pero el patriotismo es evidente a lo largo de toda la
colección.
Se cultivan también, aunque en menor medida, otras formas métricas
que fueron completamente olvidadas en el neoclasicismo: redondilla o las
coplas de Jorge Manrique.
II – temas nacionales:
El renacimiento del romance significaba también la reaparición de
temas tradicionales: los temas de la pérdida de España y último rey godo
Rodrigo, de hazañas del Cid y de Fernán González, los infantes de Lara, la
Reconquista y la España de los reyes católicos, descubrimiento de América,
temas moriscos.
Tanto los personajes que son el producto de la imaginación del poeta
como los históricos, siempre son representados de acuerdo con la nueva
estética – son rebeldes, idealistas, individuos cargados de mala suerte y
envueltos del misterio.
El romanticismo significa buscar en el pasado la explicación del
presente.

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Las noticias de estos acontecimientos históricos, románticos las
encuentran en crónicas e historias, en cancioneros y romanceros, en nuevas
comedias, en leyendas y creencias populares.
Duque de Rivas cultivó temas medievales y moriscos (El moro
expósito); Espronceda escribió un poema narrativo Pelayo; José Zorilla
escribe poemas narrativos llenos de acontecimientos fantásticos. El mismo
los titula Leyendas y los escribe en diferentes metros: La leyenda del Cid; El
Español.
III – temas moriscos:
La religión, costumbres, manera de vida de los moros excitaban con su
exotismo la imaginación de los autores poéticos. Por los romances de Duque
de Rivas pasan muchos moros, y la acción se sitúa a menudo en sus castillos
andaluces: El moro expósito representa la España medieval de los moros con
relaciones entre los nobles castellanos y moros, sus amores y odios. También
Zorilla se siente atraído por el mundo musulmán, por lo que escribe los
poemas narrativos: La sorpresa de Zahara; Granada.
IV – tradición literaria – Don Juan1:
El primer personaje del burlador fue creado por Tirso de Molina, en el
siglo XVII. La historia de don Juan contiene dos elementos fundamentales: el
motivo del joven burlador, seductor sin escrúpulos, y otro, el motivo de la
cena infernal y del convidado de piedra que lleva al pecador al infierno. El
modelo del primer Tirso encontró en muchos nobles contemporáneos, así
como algunos personajes de varias épocas de la literatura española. El otro
proviene directamente del folclor español. Uniendo los dos, Tirso crea al
personaje que simboliza el orgullo, la rebeldía y osadía. Lo que atrae a los
románticos a don Juan es lo diabólico de este personaje, su rebeldía contra el
Dios. Existen varias versiones de este personaje en el romanticismo:
Estudiante de Salamanca (poema de Espronceda) → don Félix de Montemar.
Además de partir del héroe de Tirso, Espronceda utiliza otras fuentes: el
motivo del joven aventurero que asiste a su propio enterramiento, de la obra
de Antonio de Torquemada, Jardín de flores ilustres (1570); y el de la mujer
embozada que es, de hecho, el demonio al que persigue el conquistador para
darse cuenta al fin de que es esqueleto. Este motivo se encuentra en la obra
de Mira de Amescua, El esclavo del demonio y en la obra de Calderón, El
mágico prodigioso.
Alborg compara a don Juan de Tirso y al personaje romántico y destaca
que mientras el Don Juan de Tirso muestra rebeldía sólo como una
característica y no la más importante, es en cambio ésa la esencia de
carácter de don Félix. El donjuanismo se vuelve en satanismo... La mujer deja
de ser puro objeto de satisfacción, sino algo más misterioso... Al fin de su
búsqueda de la solución al enigma de vida, encuentra el hombre otro enigma
– la muerte. Pero no es la muerte paso al otro modo de vivir sino la muerte
del romántico en plena rebeldía, en desesperación, la terrible muerte sin
futuro.

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32) EL MITO DE DON JUAN EN EL TEATRO BARROCO Y ROMÁNTICO ESPAÑOL

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Otra diferencia importante entre el tradicional y romántico don Juan es
en el realizador de la venganza. En Espronceda es la propia víctima la que
ejecuta la venganza.
V – tradicionalismo en las obras dramáticas:
En dramas románticos se aprecian fuertemente influencias temáticas y
formales del teatro barroco. Se mezclan lo trágico y lo cómico, verso y prosa,
aparece polimetría, se prescinde de las unidades dramáticas. Generalmente
tratan los temas históricos y legendarios, pero recreándolos de acuerdo con
el nuevo sentimiento estético. Ejemplos:
• M. J. de Larra → drama Macías – el fondo temático es el honor y amor
del matrimonio;
• Eugenio Hartzenbusch → La jura en Santa Gadea, Los amantes de
Teruel (1837). Es un drama histórico – legendario inspirado en
acontecimientos reales del año 1217. Trata los amoríos de Isabel de
Segura y Diego de Marsilla.
• Duque de Rivas → Don Álvaro o la fuerza del sino. Son varias las
fuentes: el cuento del indio que el autor ha oído como niño de una
criada que trabajaba en su casa; la leyenda de la mujer penitente que,
en efecto, representa la versión de la leyenda medieval de la Santa
María Egipcíaca; leyenda de un sacerdote endiablado.
• Zorilla: Don Juan Tenorio.
VI – temas y motivos tradicionales en las obras dramáticas:
• amor: el más frecuente;
• honor: visión tradicional (don Álvaro);
• venganza: las razones para venganza pueden ser diferentes, pero en
la mayoría de los casos es el honor manchado;
• invitación de la estatua de piedra a cena;
• visión del propio entierro.

59) ESTÉTICA Y POLÍTICA EN EL ROMANTICISMO ESPAÑOL

Estética romántica. El romanticismo renovó los recursos artísticos del arte


y de la literatura.
I – color local: En su búsqueda del hombre concreto, del individuo, los
románticos conceden gran importancia al entorno. Por eso cuidan los fondos
escenográficos, el lugar de la acción, el ambiente. Esto es el color local. La
naturaleza se prefiere salvaje, agreste. No el jardín sino el bosque peligroso,
que acaba triunfando sobre el hombre y sus obras. Se prefiere la noche, la
primavera y el otoño, porque buscan la correspondencia entre los estados
emocionales y el paisaje. Así, la noche puede presidir el amor con la luna
como confidente, o poblarse de fantasmas, ladridos de perro buscando el
efecto terrorífico y sobrenatural. La primavera simboliza el amor y la gloria,
mientras que el otoño sugiere el desengaño y la derrota. En las ciudades se
revaloriza lo humilde y sencillo y el arte medieval árabe o gótico. Por eso se

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escogen ciudades artísticas cargadas de historia y tradición como Toledo o
Granada o se muestra la ermita abandonada, el campo sencillo…
II – fantasía: Renace la fantasía con los románticos, que tienden a romper
los límites estrechos de la realidad y remontar el vuelo hacia las regiones
inmensas de la imaginación. El desencanto, la angustia existencial se
produce porque la realidad no llega jamás a conformarse con la imaginación.
La fantasía gusta de lo misterioso y sobrenatural. Por eso en las obras del
Romanticismo se pueden encontrar personajes de origen desconocido como
don Álvaro, presentimientos, apariciones del más allá, milagros, sueños (El
estudiante de Salamanca).
III – tipos: Los románticos han creado más tipos que personajes. Los tipos
románticos y costumbristas no retratan al individuo singular, sino un modo
de ser, pues se busca más el símbolo que el sujeto.
IV – lenguaje: El autor romántico eliminó el sistema de referencias
neoclásicas (mitología) y optó por nombre y espacios reales. En nombre de la
libertad rechazó la distinción entre palabras nobles y plebeyas.
Características:
• colorido y expresividad y no precisión lógica;
• estilo fundamentalmente enfático: signos de interrogación y
exclamación, puntos suspensivos;
• ironía;
• estilo castizo frente al afrancesamiento léxico.
V – función del paisaje:
• las ruinas: la ruina no es otra cosa que el predominio lo natural sobre lo
artificial, el triunfo de la Naturaleza sobre el esfuerzo meditado de la
inteligencia → dolor humano.
• la noche: la noche simboliza el dolor humano, excepto cuando la tierra
y los cielos sonríen al poeta porque ella le ha mirado;
Se rechazan las reglas clásicas y se exalta la imaginación y la inspiración.
Política. El nacionalismo de la literatura española del siglo XIX se debe
principalmente a la invasión napoleónica. Napoleón se aprovechó de la crisis
dinástica española y sustituyó los Borbones (Carlos IV, su hijo Fernando VII)
para los Bonaparte. En 1808 entregó la corona española a su hermano José
Bonaparte. Sin embargo, el pueblo español lo rechazaba por considerar la
nueva monarquía como ilegítima, y el resultado de esto fue la Guerra de la
Independencia.
1812 → la promulgación de la primera Constitución española: la
soberanía nacional, la legitimidad de Fernando VII como rey de España, la
división de poderes, la proclamación del catolicismo como la religión oficial
del Estado, la libertad de imprenta y la libertad económica. Y finalmente con
esta Constitución fue liquidada la Inquisición.
En 1813 España se liberó de la invasión francesa, la corona española
era restaurada en la persona de Fernando VII. Al regresar Fernando VII,
regresa también el monarquismo absolutista.

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En 1814 se anula la Constitución y se recupera la sociedad del Antiguo
Régimen imperante antes de los episodios de 1808. La caída de la posición
española en la política europea. Respecto a la política interior, la situación
económica se complicó.
Los primeros movimientos independentistas en América suponían el
inicio del fin de la época colonial española. La represión que puso en marcha
el rey afectó tanto a los antiguos afrancesados como a los liberales... Se
forman tropas destinadas a sofocar los movimientos independentistas en
América. El movimiento liberal se extendió por todo el territorio nacional en
forma de Juntas, lo que provocó la capitulación del monarca.
En 1820 Fernando VII juraba la Constitución de 1812, lo que ponía en
marcha el llamado “Trienio Liberal”. El programa reformista anterior se
radicalizó, pero Fernando empezó a poner las bases que acabarían con el
movimiento.
En 1823 Fernando VII restablecía el absolutismo y se iniciaba la
llamada “Década ominosa” que dura hasta 1833.
En 29. 9. 1833 Fernando VII muere y empieza la Guerra carlista entre
absolutistas y liberales. La Regenta María Cristina de Borbón permite la
vuelta de los liberales exiliados; se impone un gobierno liberal progresista y
se proclama de nuevo la Constitución de 1812.
A causa de todo esto, la literatura romántica es muy comprometida. El
artista considera que tiene una misión social y toma postura ante los
problemas de la sociedad.

83) TEMAS DE LA LITERATURA ROMÁNTICA ESPAÑOLA


78) LOS TEMAS DEL TEATRO ROMÁNTICO ESPAÑOL

Los escritores románticos españoles expresaron su visión del mundo


a través de unos cuantos temas que coinciden con los de romanticismo
europeo.
I – historia: La literatura romántica es en gran parte histórica. Los escritores
románticos mostraban gran interés por la historia nacional como fuente de
inspiración. Algunas obras históricas son mero divertimiento, pero otras
quieren abordar los problemas y sentimientos del tiempo del autor, de modo
que la historia se convierte en espejo reflector de presente: La conjuración
de Venecia de Martínez de la Rosa. También hay que tener en cuenta las
creaciones románticas catalanas, donde el pasado sirve reivindicar una
lengua y una cultura moribundas. Dentro del medievalismo triunfante reviste
importancia el mundo árabe, oriental. El orientalismo de los románticos
europeos cobra en España un matiz patriótico, pues el mundo árabe era
parte de la historia española: Los amantes de Teruel de Hartzenbusch.
II – amor: el tema más frecuente. No se trata de amor racional y sometido al
control, sino de un amor furioso y ciego, que tiene poco que ver con la
realidad. Se trata de amor absoluto, para cual los enamorados van a hacer
todo lo posible e imposible, pero siempre aparece un obstáculo que impide la
realización de este amor. Suele acompañarle la muerte trágica, como en Don

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Álvaro o la fuerza del sino o en Los amantes de Teruel. Si no acaba
trágicamente, sucede el desengaño. Poco frecuente fue un amor erótico. La
mujer es vista como un “ángel de amor”, inocente, hermosa, fuente de
ilusiones para el corazón del hombre, a quien lleva a cimas de felicidad y
virtud, como la Teresa de Espronceda. Pero también puede ser un demonio,
perversa, criminal y vengativa, que arrastra a la muerte y a la destrucción,
Zoraida de Los amantes de Teruel.
III – religión: se presenta a los románticos como sentimiento o como
institución. En el primer caso se trata de un Dios inconcreto y universal,
espíritu del universo. Aparece la rebeldía frente a Dios y, en consecuencia, la
reivindicación de Satanás. El satanismo encontró eco en El diablo mundo de
Espronceda y en Don Álvaro de Duque de Rivas y en Don Juan Tenorio de
Zorilla. Como institución, la Iglesia suscitó el anticlericalismo, por ejemplo en
El diablo mundo. Como lado positivo, se descubrió la belleza del arte
cristiano: templos medievales, tradiciones marianas… Zorilla despertó viejos
milagros, leyendas populares, devotas creencias, etc.
IV – honor: se expresa la visión tradicional del honor, según la cual no lo
pueden poseer las personas con la procedencia dudosa: Don Álvaro → se le
niega el honor porque es sin padre, apellido. Padre es protector del honor de
toda su familia y si muere la obligación pasa a sus hijos. Don Gonzalo de
Ulloa es protector del honor de su hija en Don Juan Tenorio de Zorilla.
V – vida: fue para los románticos un mal. Sus compañeros son alma
atormentada, soledad, inadaptación, desprecio por la vida. Los románticos se
preguntan: Vivir, ¿para qué? El pesimismo lo envuelve todo: angustiosa
melancolía, incontrolable desesperación, perdida la fe en Dios, el “mal del
siglo”, cansancio de vivir. Así, la muerte es la gran amiga de los románticos;
es la liberadora, la que trae la paz al alma atormentada: sobre la tumba
romántica, el ciprés y la luna ponen una nota de serenidad. Por eso se busca
el suicidio como don Álvaro en la literatura y Mariano José de Larra en la vida
real.
VI – conflictos sociales y la libertad: la literatura romántica es muy
comprometida. Los escritores consideran que tienen una misión social y
exigen la libertad en todos los ámbitos: político, sentimental, artístico. Se
prefiere al Yo, al individuo frente a la organización. Se presenta el conflicto
entre el individuo y sus aspiraciones y el mundo con sus prejuicios y
limitaciones: Don Álvaro. Se admire a tipos marginales y rebeldes que no se
integran, como el bandolero, el trovador, o el mendigo. Es importante el
sentimiento humanitario hacia el desgraciado, el pobre, la victima. Se clama
contra la pena de muerte y el estado de las cárceles. Se intenta entender al
criminal. Todo esta actitud es fruto del respeto al individuo, a la persona.

El teatro romántico español. Acerca del año 1831 hubo sólo dos
teatros en Madrid, el del Príncipe y el de la Cruz, que estaban faltos de
adecuados recursos económicos, tenían mala organización y las obras
representadas (en su mayoría traducciones) eran de baja calidad. A partir del
año 1823 fueron prohibidas numerosas obras del antiguo repertorio, ej. El sí

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de las niñas de Moratín. El repertorio teatral fue compuesto casi sólo de las
traducciones (del francés), generalmente malas. Antes del romanticismo se
representaban: comedia moratiniana de costumbres; “alta comedia”; el
melodrama dieciochesco – La conjuración de Venecia; la tragedia neoclásica;
la comedia ligera o vaudeville; comedia de magia; las comedias del siglo de
Oro, arregladas según el gusto clásico. La más importante novedad escénica
era la ópera italiana. Una de las características más importantes del teatro
romántico es la falta de originalidad.
Después de la muerte de Fernando VII (1833) aparecen algunos
cambios en los teatros de Madrid: renacimiento del arte dramático →
abolición de la censura eclesiástica; autorización de las representaciones
durante la Cuaresma, excepto los viernes y la Semana Santa; autorización de
las obras prohibidas antes. En 1834 El moro expósito de Duque de Rivas, con
el prólogo de Alcalá Galiano, representa el manifiesto del romanticismo
español.
Características generales del drama romántico.
Formales:
• rompe con la estructura del drama neoclásico;
• libertad → arte por sí mismo;
• mezcla de los géneros dramáticos, no tanto con el fin de reflejar la
realidad, cuanto de expresar lo grotesco de ella;
• polimetría; mezcla de versos y prosa;
• se rompen las tres unidades dramáticas. Los frecuentes cambios
de lugar responden a la estructura dinámica de la acción;
• escenografía no es un simple marco de la acción, sino que cumple
una función dramática importante;
• número de los actos: 3 – 4 – 5;
• temas: amor, libertad, el sentido de la vida.
En cuanto a los personajes existen:
• héroe romántico → representa misterio y pasión fatal. Atrae la
desgracia sobre aquellos que le aman y a los que ama. Él héroe es
hermoso, ángel y diablo al mismo tiempo. La libertad es el valor
supremo de su existencia. Vive en perpetua tensión. Nunca está
satisfecho, está lleno de oscura melancolía y tristeza;
• heroína romántica → dulzura, inocencia y la intensidad de la pasión.
Heroína romántica es tierna, sensitiva, fiel, pura, capaz de mayor
sacrificio, predestinada al amor y a la muerte.
Se afirma la conciencia del individuo por encima de las leyes escritas.
El público exige conflictos pasionales, intensos, presentados
directamente en su suceder: el choque del individuo con las convenciones
sociales. El teatro ya no es de tipo ético en torno al deber y la voluntad.

82) LA POESÍA NARRATIVA DEL ROMANTICISMO ESPAÑOL

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En el romanticismo floreció la poesía narrativa de acuerdo con la
revitalización del Romancero antiguo y Cancioneros.
Se cultivaron:
1) los poemas largos:
• con temas de la historia medieval → El moro expósito de Rivas;
• con tema simbólico o filosófico → El estudiante de Salamanca, El
diablo mundo de Espronceda – este último contiene el Canto a
Teresa.
2) poemas breves;
3) el romance → Duque de Rivas – Romances históricos; José Zorilla;
José de Espronceda – Estudiante de Salamanca;
4) la leyenda → José Zorilla – Cantos de trovador.
En la poesía narrativa encontramos elementos de la tradición nacional.
Duque de Rivas → Romances históricos 1841.
En el extenso prólogo hace una fervorosa apología del romance.
Expone ideas sobre el origen y desarrollo que carecen de exactitud y sin
embargo es de gran importancia en la historia de la poesía española. Pasa
revista a toda la poesía nacional que se expresó en romance. Dice que es
adecuado para todos los asuntos. Ha compuesto sus romances para atraer
hacia el género la atención de los poetas jóvenes.
Leyendas 1854 → tres largos poemas narrativos La azucena milagrosa,
Maldonado, El aniversario son las leyendas por intervención de lo maravilloso
y sobrenatural.
José Zorilla y Moral – no es fácil separar en sus poemas lo épico de lo lírico.
Para sus leyendas se sirvió de las fuentes diversas: historias, viejas comedias
o tradiciones orales, y también extrajo la leyenda entera de su imaginación.
Se sirvió de diversos metros. Escribió:
• leyendas de fondo histórico;
• leyendas de fondo tradicional;
• leyendas fantásticas o novelescas.
La España que acogió Zorilla en sus Leyendas es la heroica y
legendaria, árabe o cristiana, poblada de galanes audaces, figuras históricas
o héroes fantásticos, pero siempre caballerescos y arriesgados.
José de Espronceda.
El estudiante de Salamanca es el poema que pertenece al género
de leyenda, recoge diversos elementos de la tradición literaria comenzando
por la personalidad del protagonista que se presenta como “segundo Don
Juan Tenorio”, pero Espronceda le da un carácter diferente y le distancia de
la leyenda tradicional. El estudiante de Salamanca es una leyenda fantástica
de contenido simbólico, con la que el autor pretende expresar su propio
concepto romántico del mundo. Consta de 1704 versos distribuidos en 4
partes.
La primera parte nos hace asistir en la oscuridad de la noche a un
desafío en el que cae muerto un hombre. Sigue luego la descripción del
protagonista, don Félix de montemar “alma fiera e insolente”, irreligioso,
temerario, famoso por sus vicios, sólo ocupado en pendencias y conquistas

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de mujeres, alas que abandona después de seducirlas. Después viene la
descripción de doña Elvira, conquistada por él y enamoradísima de él, ángel
puro de amor. En la segunda parte ella enloquece de pesar y muere después
de escribir una apasionada carta a don Félix. La tercera parte es como un
intermedio de forma dramática: una escena de jugadores, en la que participa
don Félix, y donde se juega el relato de la propia doña Elvira. Don Diego,
hermano de doña Elvira está dispuesto a vengar su muerte, pero Félix mata
a don Diego. En la cuarta parte se entra en los dominios de lo fantástico y
sobrenatural. Don Félix avanza por la callejuela y divisa un blanco bulto de la
mujer, que se arrodilla al pie de una imagen colocada en una hornacina. Don
Félix pretende descubrir quién es aquella mujer y comienza entonces una
persecución. La dama le habla al fin para decirle que corre grave riesgo si la
sigue, pero don Félix no quiere parar aunque el diablo le lleve al mismo
infierno. Aparece entonces un entierro y don Félix ve los difuntos: uno don
Diego y otro él mismo. Se repone de momentáneo temor y continúa la
persecución de la dama. Al fin penetran en un edifico, descienden por una
escalera de caracol y llegan hasta algo que se parece a la vez a una tumba y
a un lecho. Entre los esqueletos que danzan, la mujer tiende la mano a don
Félix ofreciéndose como esposa; don Félix alza su vuelo y descubre que no es
sino un esqueleto, pero afirmándose en su temeridad, acepta tomarla por
mujer. El esqueleto lo abraza, y aunque don Félix, atemorizado al fin, intenta
desasirse, lo mata.
Don Félix no cree ni por un instante en las manifestaciones de la cólera
divina. Su espíritu se mantiene libre y erguido. Hasta Espronceda, ningún
escritor español había contado la historia de un hombre que rehúsa hasta el
fin abdicar de su espíritu de rebeldía. En el personaje esproncediano, lo
específico no es el donjuanismo, sino lo satánico, la rebeldía. Don Félix,
persiguiendo a la dama misteriosa, no es movido por un anhelo sensual, sino
por el romántico anhelo del alma ante el mundo y ante su misterio, el anhelo
por descifrar el secreto de la realidad.
Métrica → romances, octavas reales, redondillas, quintillas y décimas.
Influencia de la tradición → la leyenda del Burlador y la del estudiante
Lisardo que asiste a sus propios funerales, el tema de la mujer tapada, que
perseguida por un seductor, resulta ser un esqueleto (Mira de Amescua en El
esclavo del demonio), leyendas, romances, comedias, relatos hagiográficos…
En el año 1840 con el título de Poesías de José de Espronceda se
reunieron por primera vez en un volumen, que prepararon sus amigos: El
Pelayo, dos grupos de poemas Poesías líricas y Canciones y el
Estudiante de Salamanca. Antes de esto publicaba diversas composiciones
poéticas en periódicos y revistas.
Pelayo → un largo poema de 127 octavas que Espronceda no llegó a
terminar. Consta de seis fragmentos inconexos. En Pelayo, poema que se
califica como “banco de pruebas” fue ensayando las diversas innovaciones
con que enriquecía su estilo poético en busca de su lenguaje personal. A lo
largo del poema utiliza sintaxis neoclásica y léxico romántico.

12
Las imitaciones de Ossian. Le interesa mucho Ossian, supuesto bardo
escocés del siglo III, a cuya imitación escribió Oscar y Malvina. Otra muestra
de influjo osiánico es su Himno al sol.
Los poemas políticos. Espronceda compuso poemas políticos, o dedicados
a hombres políticos, a lo largo de toda su vida. El poema El dos de mayo → se
recuerda de los héroes del levantamiento contra Napoleón y ataca a los que
entonces traicionaron su país.
Poemas amorosos. Es evidente un progreso: poesías anteriores tratan
amor como un tema y no un sentimiento, dentro de la tradición neoclásica y
prerromántica. La mayor calidad tienen tres poemas del desengaño,
pesimistas y amargos, inspirados por la desesperación del amor perdido: A
una estrella, A Jarifa en una orgía, A XXX dedicándole estas poesías.
Canto a Teresa – es el canto II de El diablo mundo (dedicado a la
mujer real Teresa Mancha). Es una elegía por la muerte de Teresa y por el
fracaso vital. El poeta ha puesto en el amor el centro de toda su energía. El
amor a la mujer le inspira el amor a todo y el poeta siente vitalidad. Pero, el
amor es un fracaso porque es pura ilusión.
Canciones. Se encuentran 5 canciones:
1) Canción del pirata → el poema está compuesto sólo de verbos y
sustantivos. El pirata es el propio Espronceda. El pirata de espronceda
proclama el goce de vivir, libertad e independencia. Vocabulario es
muy sencillo.
2) El canto del cosaco → es un ataque contra la burguesía liberal.
3) El mendigo;
4) El reo de muerte;
5) El verdugo.
El diablo mundo. La obra más ambiciosa de Espronceda que dejó sin
concluir. Es la síntesis de la poesía social y de la poesía de tono subjetivo.
1) Introducción → el Poeta es el testigo que advierte y denuncia la
tragedia del destino humano;
2) Canto I → se nos presenta la aventura de don Pablo, un viejo que se
dispone morir, pero una visión en forma de mujer le anuncia el
prodigio de su transmutación en hombre joven y fuerte, que va a ser
inmortal y que consigue todos los bienes y la felicidad. En realidad, el
poeta habla de sí con el fin de hacer afirmación de su libertad para
sentir, pensar y componer a su antojo.
3) Canto II → Canto a Teresa;
4) Canto III → Tres planos se intercalan: a) reflexiones personales sobre
sí mismo y sobre la vida, de tono pesimista; b) una sátira política
contra el partido progresista; c) y la presentación del personaje en la
nueva etapa de su vida desde que amanece convertido en Adán,
joven y vigoroso de cuerpo y con la mente incontaminada y nueva
encarnación del hombre natural.
5) Canto IV;
6) Canto V;
7) Canto VI.

13
Su propósito consistía en escribir una especie de Fausto Latino en el
cual se encerrase el destino de una humanidad atormentada por conciencia
del universal sometimiento a la ley del pecado, del dolor y de la muerte.
Espronceda extrajo algunos temas y motivos de los poemas “metafísicos” de
Byron:
• el concepto de la pasión amorosa como un dinamismo trágico que
destruye al ser amado;
• novedad de despedirse del lector al final del cantos de aquellas obras
que vende por entregas, agradeciéndole de antemano que compre las
siguientes;
• Espronceda y Byron se quejan de la vanidad de la vida;
• ambos explican las fuentes de sus poemas;
• ponen a Aristóteles como modelo de su arte.

50) LOS ELEMENTOS ROMÁNTICOS EN LA OBRA DON ÁLVARO O LA FUERZA


DEL SINO DE DUQUE DE RIVAS
71) LOS ELEMENTOS ROMÁNTICOS EN LA OBRA DON ÁLVARO O LA FUERZA
DEL SINO DE DUQUE DE RIVAS
80) CONCEPTO DEL DESTINO FATAL EN DON ÁLVARO LA FUERZA DEL SINO
DE DUQUE DE RIVAS

Primera versión en prosa fue compuesta en Francia en 1832. Al


volver a España, el duque de Rivas, Ángel de Saavedra, escribió una nueva
versión, añadiendo partes en verso. El estreno fue en Madrid en el teatro
del Príncipe en 1835. El estreno de esta obra se considera inicio y triunfo
del Romanticismo en España. La obra tiene cinco jornadas, está escrita en
prosa y verso. El drama sigue los principios que sostenían los románticos
europeos:
• se mezcla lo feo y lo bello;
• se mezcla lo deforme con lo gracioso;
• se mezcla lo grotesco con lo sublime;
• el mal con el bien;
• el verso con la prosa;
• realismo con idealismo;
• se rompe con las unidades;
• se busca el color local y el espíritu del país;
• el protagonista se presenta con todas las características que
definían a los grandes héroes del romanticismo europeo, fuesen de
Hugo o Byron: un superhombre dotado de excepcionales cualidades
y, sobre todo, rodeado de misterio que provoca el temor, la
admiración o la curiosidad. El protagonista termina tragicamente –
se suicida.
Aparece variado número de personajes: don Álvaro → don Fadrique →
padre Rafael; doña Leonor; marqués de Calatrava con sus dos hijos: don
Carlos y don Alfonso. En total desfilan por escena unos 56 además de los

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habitantes de Sevilla, gente del pueblo, soldados españoles, italianos,
mendigos y frailes. Ellos forman el núcleo de los cuadros de costumbres,
quedando incorporado completamente a la acción.
Técnica y estilo. En el drama se proclama la libertad artística más cruda
frente a las normas neoclásicas de las tres unidades. La única ley romántica
es la de libertad. La obra tiene 25 escenas en verso y 16 en prosa. Aparece
la diversidad métrica del barroco: redondilla, romance, silva, décima.
El problema del sino. El mayor problema surge en la interpretación del
sino que figura en el subtítulo. Don Álvaro es un hombre perseguido por un
destino fatal, que le lleva a sembrar desgracias por donde pasa y a
provocar la ruina de todo lo que ama y de sí mismo. Sin embargo,
analizando la obra es posible ver que el sino que pesa sobre los hechos de
don Álvaro no consiste en ninguna fuerza exterior, sino en las condiciones
de su vida y en la forma con que él y la sociedad que lo rodea, las afronta y
las interpreta.
Don Álvaro es un mestizo y él mismo sabe que si se descubre es
circunstancia, nunca será posible su matrimonio con doña Leonor. Por eso
se niega a revelar su secreto aunque insinúa repetidamente la calidad de su
sangre. Ese secreto es lo que crea un fuerte complejo de inferioridad.
Los actos del protagonista están motivados por razones concretas y por
el modo como él y sus oponentes reaccionan frente a ellas. Se sospecha
que el duque se inspiró para su personaje en un modelo real – Garcilaso de
la Vega, el Inca. Garcilaso, como don Álvaro, era también mestizo; estuvo
muy orgulloso de su origen inca y tuvo que sufrir el desprecio de la
aristocracia española con idéntico complejo; buscó en la milicia una ocasión
para sobresalir, y finalmente recibió órdenes y vivió sus últimos años como
Clérigo en Córdoba. Como don Álvaro, Garcilaso pensaba que la vida le
había tratado mal.
Para el duque, el sino, el hado o sus varios equivalentes, expresaban su
sentido de la existencia como algo caótico y disparatado, como una trampa
absurda, dentro de la cual sucedían las cosas por puro azar, sin razón ni
justicia que las explicara.
Cuando le antoja intolerable, don Álvaro toma el camino que cualquier
otro héroe romántico de su talla hubiera tomado, se suicida. Las fuerzas
que ponen en acción el fatal disparo no son ciertamente las del destino,
sino de la libertad, con la ayuda de mala suerte.
En el soliloquio de la escena III del acto III Rivas coloca la más
importante declaración que hace don Álvaro: forzado por los repetidos
golpes de la adversidad, expone su concepto pesimista de la vida,
aludiendo a ella como a un abismo, una prisión. Esta imagen del abismo y
de la prisión aparece constantemente en la literatura romántica española.
Don Álvaro es desesperado y la pérdida de su amor le hace la vida
intolerable y se le muestra como sin sentido.
Al final de la obra, cuando todos los golpes de una injusticia cósmica
han caído sobre el héroe, a don Álvaro no le queda otra salida que la
autodestrucción, y ejercitando la única libertad que se le ha dejado, se

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precipita, desesperado, en el abismo. El suicidio se nos presenta como un
grito de protesta y rechazo contra lo absurdo de la vida; supone una
afirmación de la libertad individual. Don Álvaro es el símbolo de total
rebeldía frente a una sociedad hostil, frente a un destino ciego,
inmisericordia. Se desafía abiertamente a Dios y a la sociedad.
El diálogo, como técnica novelística, va a servir para presentar
indirectamente al protagonista. Cada uno de los personajes nos va a decir
algo de don Álvaro – su liberalidad, s humano trato con los humildes, su
desconocido origen, su melancolía, sus desgraciados amores. La obra
contiene elementos cómicos y episodios costumbristas. La expresión
dramática deja su lugar a la lírica con mucha frecuencia, como en el
monólogo de la tercera jornada.
Doña Leonor es típica heroína romántica. Le caracterizan dulzura,
inocencia y pasión. Es capaz de cualquier sacrificio y está predestinada al
amor y a la muerte.
Temas que aparecen:
1) destino del hombre;
2) amor absoluto y trágico
3) el individuo y sus aspiraciones y el mundo con sus prejuicios y
limitaciones.
Motivos:
1) vida como prisión – pesimismo;
2) la venganza provocada por el honor manchado (don Carlos y don
Alfonso quieren vengar la muerte de su padre, marques de Calatrava.
El desenlace es típicamente romántico. Aparece el misterio y la pérdida
de la fe.
La tragedia de don Álvaro es de una raíz social. La primera desgracia
es casi esperada (en la casa de Leonor) porque desde el principio se explica
que ese amor será difícil de realizar. Don Álvaro quiso resolverse de la
pistola y de esa manera resolver el problema, y sin embargo el sino quiso
que un disparo matara al padre de doña Leonor.
Ambiente: Sevilla, Italia, convento de los Ángeles en Córdoba. La
acción dura varios años.
La naturaleza se muestra acorde con los sentimientos y estados de
ánimo de los personajes: la noche de la muerte de don Álvaro, los truenos y
el sonido del viento inunda la escena.
Raíces del drama son probablemente folclóricas.
Don Álvaro es un indio de origen oscuro: hijo de una princesa inca y un
noble español. Frente a la vieja aristocracia, representada por los de
Calatrava, el protagonista es un advenedizo cargado de riquezas. El
canónigo y el marqués lo juzgan desde una perspectiva estamental,
mientras el pueblo llano lo juzga por sus actos.
Mensaje burgués: las desdichas de don Álvaro son una metáfora
patética y excesiva de las dificultades de la burguesía para acceder al
poder y desplazar, o mejor, absorber a la vieja nobleza.

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Sino – mala suerte: ni hado invencible ni error moral, lo que
desencadena la materialidad del drama (dejemos a un lado la
infraestructura sociológica) es un azar – la muerte del marqués cuando el
protagonista arroja su arma. Personajes son juguetes de la mala suerte.

68) LOS ROMANCES HISTÓRICOS Y LEYENDAS DE DUQUE DE RIVAS

Duque de Rivas fue director de la RAE. Como escritor es conocido


principalmente por su obra dramática Don Álvaro. También escribió poesía.
Comenzó a escribirla muy temprano. En 1814 publicó su primer volumen de
composiciones breves: églogas, epístolas, letrillas, romances, odas,
sonetos. Pero la más importante en su obra poética es su poesía narrativa.
Entre estas obras se destacan: Los romances históricos y Las leyendas.
Los romances históricos. Fueron publicados por primera vez en 1841.
Representan uno de los más altos logros de Rivas y su mejor y más
característica aportación al romanticismo español. Con esta obra Rivas
restablece en toda su importancia el género del romance. Es una preciosa
colección de dramas, escritas en diálogo en mucha parte.
Los romances de este libro pertenecen a distintas épocas de la historia
de España y en algunos de ellos el autor sigue con absoluta fieldad textos
de crónicas conocidas. A temas de la Edad Media pertenecen romances
dedicados a Pedro el Cruel, donde el autor le describe tal como la historia o
la leyenda lo han descrito. A la corte de Austrias corresponde el romance
Un castellano leal, el más popular de la colección en el que se relata la
caballeresca resolución del conde de Benavente que incendia su palacio de
Toledo después que ha vivido en él unos días el duque de Borbón, traidor
de su rey y su país. Tiene cuatro partes (romances).
Una noche en Madrid en 1578 → trata sobre las pretensiones
amorosas del Felipe II hacia la princesa de Éboli. Tres distintos personajes a
diversas horas iban a conquistar su sonrisa:
1) el rey Felipe II,
2) Antonio Pérez – el secretario del rey,
3) Juan de Escobedo – secretario de don Juan de Austria.
Contiene cinco romances con títulos:
1) Tres galanes,
2) La meditación,
3) El secreto,
4) La cartera verde,
5) El cadáver. El fugitivo. El muerto.
El conde de Villamediana → relata las fiestas cortesanas durante el
reinado de Felipe IV y el misterioso asesinato del conde.
El descubrimiento de América está descrito en dos romances:
1) Recuerdos de un gran hombre → desventuras de Colón hasta el
momento en el que pisa tierra americana;
2) La buenaventura → sobre Cortés y una gitana que le anuncia su
futura grandeza.

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A la Guerra de la Independencia dedicó el duque Bailén → se trata de la
victoria española sobre las armas francesas.
El duque antepuso a su colección un extenso prólogo en el que hace
una fervorosa apología del romance. El duque confiesa que ha compuesto
sus romances con el propósito de atraer hacia el género la atención de los
poetas jóvenes.
Entre las cualidades artísticas de los Romances se incluyen el hábil
empleo del color, de imágenes de luz, de paisajes españoles (sobre todo
andaluces); la preocupación del autor por el detalle histórico y geográfico.
Leyendas. Este libro fue publicado en 1854. Consta de tres largos poemas
narrativos:
1) La azucena milagrosa,
2) Maldonado,
3) El aniversario.
La denominación de leyendas puede explicarse por la intervención de
lo maravilloso y sobrenatural.
Los poemas están escritos con una romántica variedad de metros:
romances, romances históricos, redondillas, quintillas, octavas, silvas.

69) CARACTERISTICAS ROMANTICAS DE LOS AMANTES DE TERUEL DE J. E.


HARTZENBUSCH

Hartzenbusch nació en Madrid en 1806. Desde muy temprano sintió


pasión por el teatro y comenzó a traducir obras francesas y adaptar
comedias de clásicos españoles. Fue admirador de los clásicos, y tan
importante como su obra dramática fue para su tiempo su labor como
erudito y como crítico.
Los amantes de Teruel. Es la obra más famosa de Hartzenbusch. Fue
estrenada en Madrid en 1837.
Argumento: Diego Marcilla, joven de humilde posición, se enamora de la
noble Isabel, pero el padre de ésta, que desea el mejor casamiento para su
hija, se opone al matrimonio. Diego sale de su país, con el propósito de
enriquecerse, prometiendo que si al cabo de seis años no regresa rico,
desistirá de su pretensión. Entretanto el padre de Isabel la promete al noble
don Rodrigo de Azagara, a quien es deudor. El plazo está a punto de
cumplirse sin que se sepa nada de Diego, y se hacen preparativos para la
boda. Marcilla se había enriquecido, pero al regreso es apresado por el rey
moro de Valencia. La sultana Zulima se enamora de él y trata de retenerlo.
Diego consigue salir de Valencia, pero unos bandoleros le detienen en el
camino. Entretanto, Zulima, despechada, llega disfrazada a Teruel y
comunica a Isabel la supuesta inconstancia de Diego, a quien acusa de
haber correspondido a la sultana. Se efectúa el matrimonio de Isabel y
Rodrigo, pero a pocas horas llega Diego, conocedor de la noticia y dispuesto
a arrollar cuanto se oponga a su decisión de hacer suya a Isabel. Hiere a
don Rodrigo, pero Isabel respeta su nuevo estado de mujer casada y hace
salir a Diego de su habitación en casa de su esposo. Marcilla muere de

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desesperación, e Isabel, después de confesar a los presentes su pasión por
Marcilla, cae muerta también junto a su enamorado.
La obra tiene cinco actos en prosa y verso, con gran predominio de
verso.
El autor decidió transformar por entero la estructura de Los amantes y
en 1849 publicó una nueva edición en cuatro actos y fundamentales
variaciones, como la eliminación de escenas y elementos románticos.
Algunos comentaristas sostienen que las correcciones eran tantas que en
realidad se trata de una obra nueva.
La lucha contra el tiempo crea toda la tensión (drama se centra en seis
días). Esta presión del tiempo en la vida es uno de los factores más
notables de la sensibilidad romántica. En este drama el tiempo se convierte
en obsesión, imposibilidad de apresar el presente. El tema del tiempo,
introducido por Larra (Macías) y llevado a su perfección por Hartzenbusch,
es esencial a un gran número de dramas románticos: como plazo, recuerdo
o presentimiento. El tiempo es siempre agobiante, misterioso y fugitivo; se
manifiesta como una fuerza exterior, casi material, hasta el punto de
identificarse materialmente con el sonido de las horas y, metafísicamente,
con la fatalidad.
Situaciones de sabor romántico:
• el lienzo escrito con sangre por el que se descubre la conjuración
contra el rey moro de Valencia;
• las cartas halladas en el pecho del templario muerto, que permiten
a Rodrigo conocer la infidelidad de la madre de Isabel;
• el motivo del cautiverio;
• la aventura de Zulima;
• la violencia del amor de la mora;
• enriquecimiento de Diego;
• Diego lucha por su amor contra obstáculos;
• como perfecto héroe romántico Diego se niega a reconocer cuanto
se oponga a su pasión;
• Diego → rebeldía contra la sociedad;
• Isabel → una verdadera heroína romántica. Sus características:
inocencia, dulzura, pasión, honor, predestinada al final trágico.
• La presencia de los obstáculos para el amor de los protagonistas: el
origen de Diego y el honor de Isabel. También la llegada del
protagonista al Teruel ha sido retrasada unas horas por una serie de
obstáculos. Cuando al fin arriba a la ciudad, es demasiado tarde.
Logra escalar el balcón de Isabel, y se entrevista con ella; le expone
su plan de marcharse juntos, tras haber herido en duelo a Rodrigo.
La dama defiende su honor y, aunque enamorada, se resiste.
Furioso, Diego profiere mil amenazas. Isabel le dirige entonces
duras palabras. Marcilla al oír eso cae como herido de un rayo.
Desesperada, Isabel se arroja sobre el cuerpo de Diego y expira

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quedando de rodillas abrazada con él, después de confesar a voz en
grito su amor por Diego.
• trágico fin de los amantes de Teruel → este amor acaba
trágicamente con la muerte de la pareja enamorada.

53) LA OBRA EN PROSA DE MARIANO JOSÉ DE LARRA

Larra nació en Madrid en 1809.en plena Guerra de la Independencia.


Tuvo una tormentosa relación con Dolores Armijo, mujer de gran
belleza y sensibilidad, casada con un alto empleado del Gobierno... Larra
buscó reconciliarse con Dolores, con la que había roto meses antes. En
1837 Dolores le envió una nota pidiéndole visitarlo en su casa, en realidad
con el propósito de recuperar las cartas de amor que le había escrito. Tras
una larga y dramática entrevista, durante la cual Dolores recuperó las
cartas, salieron ésta y su compañera, pero estaban todavía en la escalera
cuando sonó el disparo con que Larra ponía fin a su vida. El entierro fue un
ruidoso acontecimiento, no tanto por la popularidad del periodista, como
por las circunstancias de su muerte; era la primera vez que autoridades
eclesiásticas permitían el entierro “en sagrado” de un suicida.
Lo más significativo y característico de la obra de Larra es su
producción periodística. Escribió poesía, artículos, novela, obras dramáticas,
traducciones y adaptaciones.
La obra poética de Larra no ha merecido gran atención por parte de la
crítica.
La primera obra que estrenó Larra fue No más mostrador, farsa
cómica que intenta ridiculizar a toda persona que intenta escapar de su
clase social. Escribió también el drama Macías donde elabora el tema del
tiempo.
Larra comienza su labor periodística en El duende Satírico del Día,
donde se refleja un agudo sentido crítico por las costumbres de la época. El
Pobrecito Hablador figura como segundo periódico de las publicaciones de
Larra. Más tarde colabora en La Revista Española como crítico teatral.
También colabora en El observador, periódico en el que sus artículos van
desde la crítica teatral hasta el artículo costumbrista. En la Revista
Mensajero utiliza el recurso epistolar para poner de manifiesto los males
que afligen a España. También trabaja para el periódico El Español. Algunos
artículos suyos son: El café, El casarse pronto y mal, Vuelva usted mañana,
El sí de las niñas.
Para la adecuada comprensión de Larra es muy importante la
ordenación de sus escritos en serie cronológica.
Los tormentosos amores de Larra y su suicidio dan cómoda base para
definirlo como el romántico más genuino.
Toda la obra de Larra se mueve hacia un solo objetivo: libertad. En uno
de sus artículos dice: Libertad en la literatura, como en las artes, como en
la industria, como en el comercio, como en la conciencia; he aquí la divisa

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de la época, he aquí la nuestra. Larra precisa a continuación su criterio: En
nuestros juicios críticos preguntaremos un libro: ¿Nos enseñas algo? ¿Nos
eres la expresión del progreso humano? ¿Nos eres útil? Pues eres bueno. La
apelación a la utilidad social y al carácter razonador y práctico que exige de
la literatura, aleja radicalmente a Larra del romanticismo, soñador y
anárquico que hacen suponer sus anécdotas amorosas.
Larra tiene estima negativa de lo popular. Amaba al pueblo en
abstracto, pero se defendía del pueblo real desde la torre de su inteligencia
aristocrática, razonadora, fría y distante.
Con el romanticismo de Larra puede relacionarse su pesimismo, como
resultado del desacuerdo entre la desmedida ambición y la mezquina
realidad que la apresionaba. A Larra, pesimista también por temperamento,
se lo proporcionaron sus problemas amorosos y la objetiva contemplación
de los males de su país.
Larra contrapone una y otra vez al español que se siente
absolutamente satisfecho de las condiciones de su patria o por vulgar
rutina, o por ignorancia, o por orgullo o por el bajo egoísmo de no querer
modificar la situación de que se aprovecha, y al español insatisfecho
precisamente porque conoce el desnivel que hay que remontar para lograr
la patria a la que aspira. En El castellano viejo el protagonista don Braulio
es el ejemplo de este primer tipo de español: defiende que no hay vinos
como los españoles,… no hay educación como la española,… que el cielo
de Madrid es purísimo... Frente a esos españoles que aman a su patria
como es, se yergue la insatisfacción de Larra que la ama
desesperadamente por todo lo contrario – desea para ella toda la perfección
y plenitud que cree encontrar en otras partes. En esta misma obra Larra da
su opinión crítica de la tradición nacional. Busca la solución para la reforma
de España e intenta mejorar lo español con influencias extranjeras, sobre
todo de Francia (lo mismo que escritores ilustrados Cadalso y Jovellanos).
En el artículo En este país denuncia a los que hablan mal de su país
sin esforzarse en mejorarlo.
El día de los difuntos de 1836 → critica la vida sin paz y sin libertad
de los españoles, compara Madrid con el Cementerio y dice que los muertos
viven y los vivos son los muertos, porque éstos no tienen paz ni libertad,
mientras aquéllos sí.
Larra no es un costumbrista a la manera de los contemporáneos que
cultivaron este género. Para él, las costumbres, acontecimientos y
fenómenos no tienen interés en sí mismos – de aquí la casi total ausencia
de descripciones pintorescas en su obra – sino como exponente de una
realidad humana, histórica, social y psicológica mucho más profunda.
En sus mejores artículos el punto de partida es una simple frase o
concepto feliz, muchas veces el título, que desarrolla luego con divertida
agilidad.
Larra funde lo analítico y lo subjetivo, la lógica y la pasión, y en esta
mutua interacción reside lo más característico de su espíritu y de su arte.

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Al concluir la Guerra de la Independencia, España era carente de
industria poderosa, de comercio activo, de navegación importante. El
pueblo vivía en su mayoría de la agricultura y el pastoreo; el pueblo seguía
apegado a sus tradiciones, bajo la guía y protección seculares de la Iglesia.
La clase media apenas existía... Mientras tanto, el mundo marchaba
rápidamente, movido por transformación económica. Había que optar entre
incorporarse a este movimiento reformador o quedarse al margen. Larra
observa, analiza y satiriza las costumbres de sus compatriotas, fustiga su
pereza, sus malos modos, su vanidad satisfecha que les inhibe el esfuerzo
por mejorar, su pasividad ante toda exigencia de vida nacional.
Valor esencial de la obra de Larra está precisamente en el contenido y
en su espíritu crítico con que observa la realidad nacional del momento. Se
nota su obsesión por el porvenir de la patria, por el problema nacional, por
lo que será muy apreciado por parte de la generación 98.
El artículo es para Espronceda un instrumento funcional cuya meta es
la clarificación ideológica; sus escritos tienen intención práctica. En cambio,
Larra es esclavo de la ironía; espera un público deseoso de sarcasmo. Está
en contra de los privilegios de nobleza, creencias religiosas tradicionales,
viejo régimen, la censura, y a favor de la igualdad política y clases
productoras.
Artículos de crítica literaria. Escribió sesenta artículos de crítica literaria.
Los escribió bajo el seudónimo Fígaro. Cincuenta son sobre el teatro
(Representación de El sí de las niñas), y otros son sobre obras históricas,
satíricas, doctrinales, artículos de costumbres y colecciones de poesía. No
criticaba novelas.
Lo mismo que neoclásicos, opina que el escritor debe reflejar la verdad
y contribuir al progreso de la sociedad con una obra literaria que sea útil.
Tema: las costumbres de la sociedad española analizadas desde la
perspectiva crítica. Cada artículo se ocupa de un aspecto en particular:
pereza, hipocresía, vulgaridad, irresponsabilidad. El tema se desarrolla a
través de la presentación de distintas situaciones, en las que intervienen
personajes ficticios.
Estructura → tiene tres partes:
1) introducción, donde el narrador reflexiona sobre sí mismo o sobre
algún tema de carácter social;
2) núcleo central, donde se presenta la anécdota costumbrista;
3) reflexión final, donde narrador extrae las consecuencias.
Técnicas → con ironía consigue dos objetivos:
1) burlarse de todos los que pueden decir en serio lo que él está
diciendo en tono irónico;
2) expresar de forma indirecta su verdadera opinión.
Su misión como escritor consistía en “enseñar verdades a aquellos a
quienes interesa saberlas, mostrando al hombre no como debe ser, sino
como es, para conocerse”.

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73) EL TEATRO ROMÁNTICO DE JOSÉ ZORILLA Y MORAL (DON JUAN
TENORIO)
81) LO RELIGIOSO Y LO FANTÁSTICO EN DON JUAN TENORIO DE ZORILLA
46) CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DE DON JUAN TENORIO DE ZORILLA
32) EL MITO DE DON JUAN EN EL TEATRO BARROCO Y ROMÁNTICO
ESPAÑOL

Llevó al teatro más de 30 obras. No acogió en su teatro ni una vez


siquiera asuntos que, aun siendo históricos, pudieran relacionarse con
problemas contemporáneos. En su modo de entender el teatro y en su
empleo de la técnica dramática fue sumamente romántico.
Sus obras deben a influencias extranjeras, especialmente francesas. A
menudo recurre a la Edad Media: El rey loco nos remonta al siglo VII y al
palacio del rey godo Wamba; El puñal del Godo habla de la leyenda de don
Rodrigo; en El Alcalde Ronguillo pinta el Valladolid de Felipe II. Muchas
veces, por ignorancia o indiferencia, siguió versiones que se apartaban de
la historia o la leyenda. Raras veces toma material deliberadamente de un
dramático del Siglo de Oro. Sus verdaderas deudas con Siglo de Oro
consisten en lo que de sus autores aprendió en punto a presentación,
versificación, técnica dramática y modos y maneras de atraerse el aplauso
del público. Con la fecundidad de un Lope, es capaz de escribir un drama en
un solo día.
Su obra dramática pertenece al romanticismo histórico orientado a
restaurar los antiguos valores tradicionales que exaltan lo nacional.
Don Juan Tenorio. Fue estrenado en el Teatro de la Cruz en 1844. Tuvo un
éxito inmediato y notable en momentos en el que el movimiento romántico
iba decayendo.
Don Juan es el héroe romántico. La audacia y desenfado de don Juan de
Zorilla y su extremado cinismo, contrapuestos a su tardío remordimiento y
arrepentimiento, lo distinguen de todas su demás encarnaciones. Todos los
demás rasgos de la obra proyectan luz sobre la figura central: a) motivo
religioso, b) empleo de lo sobrenatural, c) el contraste entre las escenas
mundanas, realistas de la parte primera con las sombrías y fantásticas de la
parte segunda.
Inspiración: El burlador de Sevilla de Tirso y No hay plazo que no se cumpla
o el convidado de piedra de Zamora.
El Don Juan Tenorio que se subtitula “drama religioso-fantástico”
consta de dos partes: la primera tiene 4 actos y la segunda tres (4+3);
ambas suceden en una sola noche, pero están separadas por un lapso de
cinco años.
Zorilla mantuvo el carácter del Burlador, tal como había sido creado
por Tirso, y conservó, más de algunos nombres, toda la trama referente al
convidado de piedra, pero ideó numerosas situaciones nuevas, creó un
protagonista de don Luis Mejía e introdujo la redención por el amor, que
anulaba románticamente la finalidad moralizante y ejemplar deseada por
Tirso. Su división del drama y acción en dos partes supone una doble

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dimensión en la acción: una externa, de movimiento, la clásica de don Juan;
y la interior – la humana, la construida a base de una visión psicológica del
mismo.
Formas métricas: romance, silva, décima, seguidilla, redondilla.
Personajes:
1) Don Juan;
2) Don Luis;
3) Don Diego Tenorio;
4) Avellaneda y el capitán Centellas;
5) Antagonista don Luis Mejía es una personalidad paralela a la de don
Juan;
6) El rígido código de honor está representado en don Gonzalo de Ulloa;
7) Brígida encarna la tercera celestinesca;
8) Ciutti es la “figura de donaire”;
9) Doña Inés.
La gran contribución de Zorilla y del romanticismo al tema donjuanesco
es la bella creación de doña Inés, ángel del amor, que hace posible la
salvación del libertino. La salvación por el amor sitúa de lleno el drama
dentro del gusto romántico.
Estilo y lenguaje → los personajes usan un castellano moderno, si bien
salpicados de ciertas arcaísmos, juramento e interjecciones. Hay también
un breve diálogo en italiano entre don Juan, Buttarelli y Ciutti.
Motivos románticos en la primera parte:
1) misterio inicial del héroe (que aparece con antifaz);
2) elementos carnavalescos como antifaces, máscaras o disfraces;
3) duelos y peleas callejeras;
4) apuestas sobre vicios y crímenes;
5) el tiempo con calidad dramática → la acción se desarrolla en una
increíble concentración de tiempo;
6) la noche de luna y misterio en las calles sevillanas;
7) encarcelamientos;
8) tapias de convento asaltadas;
9) el río Guadalquivir profundo y enigmático;
10) muertes a fuego y espada y huída veloz del héroe.
Motivos románticos en la segunda parte:
1) sepulcros, estatuas de piedra, sauces llorones inclinados sobre las
tumbas y cipreses enhiestos hacia lo alto en una noche de luna;
2) pasos meditabundos y nostálgicos de don Juan entre el misterio de
tumbas;
3) sombras de ultratumba;
4) la estatua animada del Comendador y su invitación a la cena;
5) el paso implacable del tiempo representado en el reloj de arena que
mata el último instante;
6) arrepentimiento y apoteosis final del amor.
Por lo común, la segunda parte del drama, viene siendo estimada como
inferior a la primera, pero la matización del burlador en estos tres actos

24
parece impecable. El don Juan que regresa a los cinco años ya no es el
mismo don Juan: hay un dejo de amargura en sus palabras cuando le
informa el escultor de que todos aquellos panteones de sus víctimas habían
sido pagados por su padre con la fortuna del propio don Juan, a quien había
desheredado. Don Juan regresa a Sevilla lleno de melancolía y nostalgia. Su
monólogo rebosa de un deseo de paz, de una renuncia a la aventura,
arrepentimiento, nacidos por doña Inés. Don Juan no se arrepienta en un
segundo, él viene arrepentido después de una ausencia.
Don Juan representa el alma romántica sedienta de amor puro, a la que
la experiencia real le ha llevado al desengaño. En un mundo en el que la
mujer es una fuerza demoníaca, don Juan se venga de su incapacidad de
felicidad. Mujeres que va conociendo defraudan el ideal que ha concebido.
Sólo de esta manera podemos ver la coherencia de la redención por amor
de doña Inés, el ideal de este amor. Su donjuanismo es una imposición
ideológica y no, como en Tirso, una exigencia caracterológica. Se puede
considerar que el culpable de la perdición de don Juan es el Comendador: la
escena en la que don Juan está de rodillas a los pies del Comendador,
confesando sincero amor a su hija, un amor que le ha regenerado,
ofreciéndose ahora a ser su esclavo y a vivir en su casa vida de matrimonio.
Pero el odio ciega el corazón de este padre orgulloso y egoísta, víctima del
frío código del honor.
Escrito como drama religioso-fantástico, en Don Juan, como en la obra
de Tirso, se halla una específica intención didáctico-moral: hacer triunfar la
infinita misericordia de Dios (en Tirso triunfa la justicia divina). Sus
problemas religiosos son primariamente dudas y no obstinación contra la
fe. Zorilla aplica el concepto humano de la justicia: es imposible borrar 30
años de crímenes y delitos. Pero el milagro se opera cuando la fe ilumina
antes de caer el último grano del reloj de su vida.
Influencias: Zamora y Zorilla, y el don Juan del uno y del otro, son,
efectivamente muy distintos. Hay detalles que permanecen invariables:
1) el escenario italiano para la conquiste amorosa,
2) el Comendador como instrumento divino,
3) la tradición donjuanesca y la notoriedad de don Juan.
Sin embargo, ya en la acentuación de rasgos esenciales de don Juan, como
es satanismo y su temeridad, aunque proceden de Tirso, encuentran en
Zamora un acento prerromántico que los aproxima al Tenorio. El móvil de la
acción en el Convidado (Zamora) es la venganza. Doña Ana no perdona
haber sido burlada, ni perdona ni ama. No hay, pues, redención. Lo
fundamental en Zamora es el castigo, y en Zorilla, la misericordia.
En 1877 sale al público la zarzuela Don Juan Tenorio con el libreto de
Zorilla.
Elementos fantásticos. Se refieren a la sombra de doña Inés y la estatua
del Comendador. En el cementerio la sombra de doña Inés sale de su tumba
y le dice a don Juan que si sigue con su vida pecaminosa, ambos se irán al
infierno. Pero si se arrepiente, ella saldrá del Purgatorio y ambos saldrán
salvados. En la cena, la estatua del Comendador viene y lo avisa que hay

25
vida después de la muerte y que va a morir el día siguiente. Don Juan
regresa al cementerio. La estatua del Comendador le hace ver su propio
entierro (que tiene la fuerza de hacer notar a don Juan el camino erróneo de
su vida y de hacerle cambiarlo y arrepentirse) y le explica que el capitán le
había matado. Con eso, don Juan se convence finalmente de que hay una
vida más allá de la muerte y él entonces cae de rodillas y se arrepiente.
Características psicológicas de don Juan:
1) satanismo: todos los personajes juzgan las actividades de Don Juan y
le emparejan con el Diablo. Doña Inés reconoce su actividad infernal,
al recibir de sus manos un “filtro infernal” y recuerda el testimonio de
dios sobre el carácter diabólico de su amor con Don Juan. En efecto,
se nos presenta que el amor donjuanesco es demoníaco por esencia;
2) temeridad: el valor insolente es el signo evidente de su índole
satánica, porque esa temeridad lo sitúa frente al honor de los otros,
frente a los difuntos y sobre todo frente al mismo Dios;
3) él llega a ser creyente: El amor salva a Don Juan y le convierte a un
creyente y penitente. Inés ofrece su alma para la salvación de Don
Juan, ella reza por él ante Dios. Esto es suficiente para la salvación de
su alma. El Dios le perdona porque le reconoce su amor y su
arrepentimiento. Es decir, Don Juan se salva por la misericordia de
dios.
4) subjetivismo: el mundo es el espacio donde se mueve su “yo”. Él
ama, vive, busca la satisfacción y trata de destacar su personaje –
egoísmo. Es la ley en sí – orgullo;
5) sentimentalismo: no es sólo un burlador, sino también el hombre
capaz de sentimientos elevados;
6) melancolía y pesimismo “nuevo” – don Juan lleva “nuevos”
sentimientos, típicamente románticos. Regresa a Sevilla después de
cinco años porque siente la nostalgia.

77) POESÍA ROMÁNTICA Y POSTROMÁNTICA ESPAÑOLA

Después de la poesía neoclásica y su amaneramiento y superficialidad,


surge la poesía romántica en la que se rechazan los modelos y norma
establecidos y en la que poeta deja volar libremente la fantasía. Lo
importante era ser original y llevarse por la inspiración y no imitar las
formas.
Se busca la expresión auténtica que va a reflejar los estados de ánimo,
los sentimientos más sinceros del poeta. Se mezcla el tono serio con el
festivo y se introduce la ironía para expresar el desengaño romántico.
Poesía lírica. Los poetas escribieron poesía amorosa, moral y social. Es
una poesía subjetiva en la que la intimidad se enfatiza. Le caracteriza una
excesiva retórica. La poesía lírica se sirvió de varios recursos para expresar
misterio, melancolía, amor imposible: a) los símbolos tomados de la

26
naturaleza; b) colorismo descriptivo que exigió un lenguaje sonoro; c)
mitología nórdica.
Poesía de José de Espronceda se puede clasificar como poesía lírica,
donde podemos encontrar la poesía amorosa, política y lírico-moral y,
también, en el libro Ternezas y flores de Campoamor.
Poesía narrativa. Floreció en consonancia con la revitalización del
Romancero antiguo y Cancioneros. Se cultivaron:
1) los poemas largos: a) con temas de la historia medieval → El moro
expósito, Rivas; b) con tema simbólico o filosófico → El estudiante de
Salamanca; El diablo mundo, Espronceda;
2) poemas breves;
3) el romance: Rivas, Romances históricos;
4) la leyenda: José Zorrilla, Cantos de trovador, que se centra en
tradiciones folclóricas o literarias, mezclando historia y fantasía.
Polimetría fue usada con frecuencia. Los poetas utilizaron la
combinación de distintos metros en un mismo poema, y así liberaron la
poesía de las limitaciones preceptistas. De las formas métricas utilizaron:
silva, octava real, terceto, cuarteto, lira, verso endecasílabo.
Representantes del Romanticismo → Espronceda, Duque de Rivas, Zorrilla;
Representantes del Postromanticismo → Bécquer, Campoamor, Rosalía de
Castro Núñez de Arce.
Desde los años ’50 del siglo XIX la poesía lírica española entra en un
período que se llama postromanticismo.
Toda la producción poética de Bécquer se halla en 79 Rimas que
constituyen un solo poema de amor.
Rosalía de Castro escribió poesía sencilla e intimista tanto en gallego
como en castellano.
Campoamor defiende una poesía que plantea ideas más que
sentimientos y un lenguaje poético cercano al lenguaje normal. Sus
composiciones poéticas tienen carácter lírico-narrativo: Doloras, Pequeños
poemas, Humoradas, a los que denominó así por pretensión de novedad. Se
considera como precursor de Bécquer y Machado.

54) LA OBRA LÍRICA DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER


70) LO ROMÁNTICO EN LA POESÍA DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
51) VALOR ESTÉTICO DE LA OBRA POÉTICA DE BÉCQUER

La obra literaria de Bécquer ocupa un lugar muy singular en la


literatura española. Es muy breve y fue publicada en libros después de la
muerte del autor.

27
Bécquer es poeta esencial para los poetas de la generación ’27 por
alejados que estén, en muchos sentidos, del concepto romántico de la
poesía. Muchas cosas les acercan a él:
• la síntesis que intentan entre lo popular y lo culto (Lorca y Alberti);
• la libertad formal;
• las imágenes y visiones como de sueño.
Cernuda piensa que: Bécquer desempeña en nuestra poesía moderna
un papel equivalente al de Garcilaso en nuestra poesía clásica: el de crear
una nueva tradición, que lega a sus descendientes.
Dentro del movimiento romántico, Bécquer ocupa un lugar muy
especial. En efecto, el Romanticismo, en opinión de los entendidos, tiene
plena vigencia en Europa hasta 1850. Sin embargo, Bécquer escribió sus
obras con posterioridad a ese año, al menos en su mayor parte. No
obstante, en sus Rimas y en sus Leyendas se nos revela como un genuino
romántico. Cronológicamente es un postromántico. Hoy día, los críticos lo
consideran el mejor y más vigente de todos los poetas románticos
españoles.
La obra literaria de Bécquer es muy reducida. Esto comprueba que el
valor de un escritor no depende de la cantidad sino de la calidad de su
producción. Escribió 79 rimas; 25 leyendas; 9 cartas literarias con el título
común Desde mi celda escritas en el monasterio de Veruela; y algunos
poemas de breve extensión.
Su obra es sencilla, directa, pero depurada y sincera. Él procura
comunicarse con su lector en forma silenciosa e íntima. En toda su obra,
tanto en verso como en prosa, predomina lo sentimental, melancólico,
hasta trágico, pero también hay notas irónicas o humorísticas.
Prosa. La fama de Bécquer se debe a sus obras en verso pero, en verdad,
también fue un excelente escritor en prosa. Así lo prueban sus leyendas y
sus cartas. En las leyendas nos introduce en un mundo de fantasía. En ellas
está presente en todo momento su personalidad, su sentimentalismo y su
gusto por lo misterioso e irreal.
Los románticos, al revés de los neoclásicos, se dejaban llevar por su
fantasía, sin preocuparse ni de la verosimilitud ni lógica ni de dejar una
lección moral. Para ellos el arte tenía una finalidad en sí.
Otra característica romántica de estas obras es su origen generalmente
popular o folclórico. Por eso Bécquer en sus leyendas a veces cede la
palabra a una persona del pueblo, la cual encarga de contarla.
Rubén Benítez (Bécquer tradicionalista) destaca el interés que tenía
Bécquer por los relatos tradicionales. Procura convencer al lector del fondo
tradicional de su relato. Este comentarista distingue tres tipos de las
Leyendas de Bécquer:
1) la simple tradición transmitida en forma oral o escrita, y no elaborada
por el escritor sino en detalles secundarios;
2) el relato ficticio sobre temas o motivos de la tradición popular
elaborados literariamente;

28
3) la leyenda ideal, con remota base en la tradición, pero llena de rasgos
maravillosos y de recursos poéticos.
Bécquer escribió 22 leyendas que fueron publicadas en periódicos.
El caudillo de las manos rojas. Esa leyenda fue subtitulada “Tradición
india”. La leyenda sobresale por su exotismo oriental, por el profundo
sentido religioso, y por su belleza artística.
El monte de las ánimas.
¡Es raro! El autor lleva la acción a su propia época y a las calles de Madrid
real. Algunos críticos señalan la nota autobiográfica del relato. Andrés, el
protagonista principal, vive miserablemente en un cuchitril.
Frecuentemente se decía: Si yo tuviese alguien a quien querer con toda mi
alma! ¡Una mujer, un caballo, un perro siquiera! Y al fin consigue las tres
cosas. Pero una noche encuentra al perro herido, moribundo, y el caballo y
la mujer han desaparecido: un raptor había huido con ella, usando su propio
caballo. Andrés se vuelve loco y muere a los pocos días. Los médicos le
hacen la autopsia pero no encuentran lesión orgánica alguna. Los oyentes
se sorprenden - ¡es raro! – de aquella muerte sin causa. A lo que Bécquer
apostilla – y queda clara la moraleja – con amarga ironía: “¡Es natural!”.
La cruz del diablo. La acción transcurre en el valle pirenaico del Segre. El
tema de la leyenda es el del mal caballero, el señor perverso y blasfemo,
que hace el mal por el mero placer de hacerlo. Sus súbditos lo asesinan,
pero su espíritu regresa, viste su propia armadura y prosigue sus tropelías.
Al fin consiguen aquellos dominarlo con ayuda de la oración de San
Bartolomé.
Maese Pérez, el organista. El autor la localiza en Sevilla, en el sigo XVI.
Es el relato de un organista ciego, de sensibilidad excepcional, cuyo
espíritu, después de su muerte, regresa para tocar el órgano, que nadie
después de él había podido hacer sonar de idéntica manera. En la leyenda
se cruzan dos planos: uno de tipo costumbrista, coloquial, a cargo de una
mujer del pueblo que refiere los sucesos maravillosos, y otro literario que
describe el prodigio musical de Maese Pérez.
El rayo de luna. Una de las más notables leyendas. Manrique, el
protagonista, es la proyección del propio escritor, de Bécquer. Manrique,
como Bécquer, ama la soledad, porque dando rienda suelta a su
imaginación, forjaba un mundo fantástico, habitado por extrañas
creaciones. Creía que en el fondo del río y sobre los vapores del lago vivían
unas mujeres misteriosas, hadas, que exhalaban lamentos y suspiros o
cantaban y se reían en el monótono rumor del agua. Manrique que vive de
ensueños, olvidado del tiempo, que crea y cree en lo que imagina, se
enamora de una figura de mujer que él mismo ha forjado, y que resulta ser
un rayo de luna, un rayo de luna que busca desesperadamente y que, como
todo lo ideal, es inasible.
Los ojos verdes.
El beso. Tiene lugar en el tiempo de la ocupación de Toledo por las tropas
napoleónicas. Un oficial francés alojado en una iglesia, dice enamorarse de

29
estatua de una mujer y pretende darle un beso, pero la mano de mármol de
la estatua de su marido lo derriba de una tremenda bofetada.
Elementos románticos en sus Leyendas:
1) melancolía, pesimismo, tristeza;
2) afición a lo vago e indefinido, incoherente, a la fantasía y ensueño;
3) marcada tendencia a lo sobrenatural y a evadirse del presente y del
pasado inmediato;
4) medievalismo;
5) pasión y subjetivismo;
6) soledad;
7) apego a todo lo que sea del pueblo y de la tierra;
8) amor a la libertad y a la independencia;
9) afición a los cementerios y las ruinas;
10) afición al tema del amor desenfrenado y omnipotente.
Bécquer transportó a la literatura española la mentalidad filosófica
alemana: a) la concepción panteísta de la naturaleza a la que se debe la
íntima relación; b) la mística identificación entre la naturaleza y el hombre.
Rasgos que sitúan a Bécquer como el creador de lo que se ha llamado
el poema en prosa en castellano, y como precursor de una nueva
sensibilidad, lo que el modernismo introducirá en la literatura española:
• la búsqueda de un ritmo conseguido mediante enumeraciones;
• insistencia de la descripción de imágenes plásticas sonoras.
Rimas. Las 79 rimas constituyen en realidad un solo poema de amor,
desde el presentimiento del amor hasta el fracaso, desde el momento en el
que el amor aparece hasta el momento de la soledad en que no habrá más
que la obsesión del recuerdo.
Se ignora la fecha en la que está escrita cada una de las rimas y
también en qué circunstancias concretas se escribieron, a qué mujer o
mujeres se refieren. Los amigos de Bécquer las ordenaron como si se
tratase de una sola historia.
Rimas se dividen en cuatro partes temáticas:
1) la poesía → la creación poética consiste en la lucha por encontrar
lenguaje adecuado para expresar ideas y sentimientos;
2) el amor esperanzado → no se ama a una mujer determinada, sino
una mujer inalcanzable, esa mujer delicada con rasgos nórdicos,
comunicación espiritual;
3) desengaño amoroso → la amada es una mujer concreta, de carne y
hueso – ruptura provoca el desengaño y las causas de la ruptura son
incomunicación, infidelidad, orgullo;
4) angustia, desesperanza y muerte → después del fracaso amoroso
no encuentra el sentido de su vida. Quiere morir. Culpa a la amada, le
reprocha su actitud; ironía alterna con el consuelo del supuesto
sufrimiento de la amada.
Temas y motivos: Bécquer no cultivó un repertorio amplio de temas y
motivos. La poesía se halla en la naturaleza vista con los ojos del corazón;
en el misterio, en lo que la razón no acierta a comprender; en los

30
sentimientos, en las esperanzas y en los recuerdos y en el amor. El poeta
habla del amor, del dolor y de la muerte con todo aquello que en torno a
ellos se mezcla y se enlaza: los celos, las dudas, el desengaño, la nostalgia,
la alegría, el ansia, o lo invisible, el misterio de la belleza y de la carne, el
reino brumoso de los sueños, el tormento de la soledad, el esplendor y
miseria del mundo, la naturaleza como confidente del hombre, la fugacidad
de todo.
El tema dominante es el amor, sin caer nunca en un erotismo crudo y
egoísta. Se trata de un amor real, en sus distintas facetas y circunstancias.
El amor para el poeta significa alegría, gozo de vivir; es lo que ilumina el
camino de la existencia. Cuando el poeta se ve obligado a separarse de ese
amor, porque no ha correspondido a lo que él esperaba, siente un dolor
profundo e infinito. El fracaso amoroso, unido a otras frustraciones, lleva al
poeta al pesimismo total, a la negación del mundo y de la vida. En Rima 53
Bécquer dice: Mi vida es un erial, / flor que toco se deshoja; / que en mi
camino fatal, / alguien va sembrando el mal / para que yo lo recoja.
Bécquer también habla de la apariencia física de la amada. Esa mujer
tan bella llega a confundirse con la belleza de la poesía en “Poesía eres tú”
(Rima 20). Pero en su fantasía, el poeta creado una imagen ideal de mujer
(la dama angelical de los románticos) y justamente por ser ideal es
inalcanzable: beso del aura, onda de luz, / eso eres tú. (Rima 13)
En la Rima 8 tres tipos femeninos se presentan ante el poeta: la
morena y sensual, rubia y tierna, y la imposible.
Otras veces el poeta cree encontrar en el mundo esa mujer ideal.
Entonces su imagen permanece en su memoria y en su corazón: Te vi un
punto, y flotando ante mis ojos / la imagen de tus ojos se quedó. (Rima 11)
Cuando el poeta fracasa, cuando su amor no es comprendido, siente
que en su interior se yergue el orgullo como una fuerza que lo impulsa a
despreciar lo que antes idolatraba: Volverán del amor en tus oídos / las
palabras ardientes a sonar; / tu corazón de su profundo sueño / tal vez
despertará; / Pero mudo y absorto y de rodillas / como se adora a Dios ante
su altar, / como yo te he querido..., desengáñate, / ¡Así no te querrán!
(Rima 50)
Otro tema es el de la naturaleza, el que aparece en múltiples formas,
con distintas connotaciones, en casi todos los poemas. El poeta el paisaje lo
observa en forma subjetiva, a través de sus sentimientos. Los elementos
paisajísticos son medios para expresar sus estados de ánimo. Su fantasía lo
hace percibir que el paisaje vive, siente y actúa como una persona –
personificación.
El motivo del misterio es también abundante en las Rimas y en las
Leyendas. El más terrible de los misterios es el de la vida y de la muerte.
Por eso se pregunta angustiado: ¿De dónde vengo?... ¿Adónde voy? (Rima
51)
Lenguaje y estructura. Características:
• los versos de Bécquer no son vibrantes y sonoros, sino breves,
tersos, delicados;

31
• su léxico es musical;
• predilección por las palabras que sugieren objetos etéreos,
impalpables o movimientos apacibles, lentos o fugaces: onda, agua,
aire, aura, espuma, gemido, lágrima, murmullo, perfume, rumor,
sueño, viento...;
• no utiliza palabras vulgares o prosaicas.
Estilo y composición. Características:
• uso abundante de reiteraciones y anáforas que intensifican o
reafirman un concepto;
• antítesis → contrasta ideas, sentimientos, actitudes: Tú eras el
huracán y yo la alta torre / que desafía su poder…;
• la estructura paralelística → en cada estrofa la disposición de las
ideas y acciones (sustantivos y verbos) es semejante;
• no utiliza demasiado figuras retóricas;
• el estilo es directo, pero fino y elegante.
Métrica. Características:
• la tradición culta y la popular;
• los versos preferidos del poeta son endecasílabos combinados con
heptasílabos;
• muy excepcionalmente recurre a estrofas clásicas;
• prefiere la asonancia y se acerca al verso blanco
Se puede decir que Bécquer es el precursor de la poesía moderna. Su
poesía destaca visión y la imagen simbólica. Funde armoniosamente el
romanticismo alemán y lo popular andaluz (balada, copla...).
Valor estético. Las composiciones líricas Rimas no alcanzaron la
resonancia que merecían en su tiempo. Fue común en los primeros estudios
sobre Bécquer calificar su poesía como desmayada y floja, por contraste
con la sonora y pomposa que habían cultivado los románticos españoles. Su
poesía hubo que esperar mucho tiempo para que la crítica notara su
extraordinaria originalidad. En el siglo XX es cuando empiezan a notar las
calidades de su poesía, especialmente los poetas de la generación de ’27 →
por ejemplo Dámaso Alonso le considera el creador de uno de los mundos
poéticos mas simples, más hondos y mas irreales.
Lo que se estima hoy en la poesía lírica de Bécquer es:
• su sencilla desnudez, su transparencia, su delicado intimismo, su
total ausencia de retórica y de intención ideológica.
Toda la producción literaria de B tanto su prosa como su poesía, es una
literatura sencilla, directa pero depurada y sincera. A través de esta, el
autor procura comunicarse con su lector en forma silenciosa e intima. En
toda su obra predomina lo sentimental con ribetes melancólicos y hasta
trágicos, aunque no faltan las notas irónicas o humorísticas. La poesía de
Bécquer ilumina las zonas hasta entonces inexploradas por la poesía
española. La poesía de Bécquer destaca la visión, la imagen simbólica y el
sueño.

32
127) POÉTICA Y POESÍA DE RAMÓN DE CAMPOAMOR

Nació en Asturias. Estudió medicina, pero la dejó sin concluir por


sugerencia de uno de sus mismos profesores que le aconsejó dedicarse a la
literatura. Participó en la vida política de su país. Era pacífico y tranquilo,
bondadoso y cordial, sencillo y espontáneo, enamorado de su mujer y de la
vida hogareña.
Durante su vida gozó de la más general estimación como poeta, y no
sólo entre los lectores comunes sino hasta los críticos más engentes (Clarín,
Pardo Bazán, Valera). Rubén Darío tuvo en su juventud muy alta estima por
Campoamor y recibió de él profundo influjo. No obstante, fue el mismo
movimiento modernista el que trajo el repudio de la poesía
campoamoriana. Al llegar a la Generación del 27, Campoamor ya es una
figura olvidada. En la década de los ’50 se inicia una valoración más
comprensiva de su significado: Vicente Gaos, La poética de Campoamor,
1955.
La poética de Campoamor. Campoamor reunió en su Poética, publicada
en 1883, sus teorías estéticas, pero se ocupó de ellas en diversos trabajos
anteriores y posteriores.
Suele tenerse a Campoamor por un poeta prosaico, materialista,
burgués, reflejo de la sociedad y la filosofía positivista de su tiempo,
representante inequívoco de la lírica de la época realista. El arte es reflejo
de una situación histórica. Es un poeta de ideas, cultivador de un arte de
tesis, docente o didáctico, ya que el autor parece proponerse la exposición
de ciertas máximas morales, extraídas por añadidura de la experiencia
diaria más vulgar. Su divisa es “el arte por la idea”.
Para Campoamor la filosofía, la ciencia, la cultura toda de una época
alcanzan solamente expresión perfecta transmutadas y como resumidas en
objeto artístico. El arte viene a ser así el fin de todas las cosas, su
justificación plenaria y definitiva. Una cultura alcanza su plenitud cuando
queda plasmada en el arte literario, pero bien entendido que la forma
culminante de éste es la poesía.
No puede tenerse a Campoamor por insensible a la belleza de la forma.
La forma, la perfecta estructura de la composición, eran las condiciones
esenciales para lograr la obra de arte. La originalidad a que puede aspirar
el poeta es la de la forma, no la de las ideas. Las ideas son algo previo a la
obra.
Campoamor dice que hay cuatro factores que constituyen el arte:
1) la invención del asunto;
2) el plan de la composición;
3) el designio filosófico;
4) el estilo.
El problema de la creación literaria es el del conjunto; la obra artística
es una totalidad orgánica. Se propone superar el individualismo romántico,
lo meramente subjetivo y personal. El autor dice que la poesía
verdaderamente lírica debe reflejar los sentimientos personales del autor

33
en relación con los problemas propios de su época. Lo que el poeta debe
expresar no es aquello que le particulariza y distingue de los demás
hombres, sino lo que tiene en común con ellos, especialmente con los
hombres de su época.
Hacer poesía consiste en transformar las ideas en imágenes: en el arte
se debe manifestar lo infinito por medio de lo finito, lo absoluto por medio
de lo relativo, lo espiritual por medio de lo material. Poeta debe codificar las
ideas, darles corporeidad en la que ideas, emociones y sentimientos se
transforman en objetos y hechos, con el fin de eliminar la abstracción
filosófica o el vago sentimentalismo romántico. Por eso poemas de
Campoamor tienen un carácter dramático – narrativo.
El estilo es todo aquello que individualiza la obra de arte, todo lo que la
define como unidad singular. El estilo no depende solo de las palabras, ni
del asunto, ni de la intención, sino de la particular fusión que logren todas
estas cosas en el poema. Campoamor llegó a conclusiones absolutamente
válidas en nuestros días, y que hubieron de representar en los suyos un
pensamiento audaz: elementos métricos del poema (metro, rima, ritmo) no
son meros adornos musicales para engalanar su contenido, sino que poseen
un valor semántico.
La acusación más común lanzada contra Campoamor es la de su
prosaísmo. Gaos ha subrayado que Campoamor era prosaico
intencionalmente, que su propósito esencial era bajar el tono de la poesía y
acercarla a la prosa, en un constante esfuerzo por expresarse con sencillez
y naturalidad. Acerca el lenguaje del verso al de la prosa y el de la prosa al
del verso, en beneficio del idioma común. El poeta debe usar todas las
palabras y no hay que desterrar tema alguno por considerarlo apoético.
Cernuda destaca que una de las mayores aportaciones de Campoamor fue
precisamente haber desterrado de nuestra poesía el lenguaje
supuestamente poético que utilizaron los neoclásicos y románticos.
A Campoamor se le concede el haber creado el nuevo idioma poético.
Se le declara precursor de los líricos modernos: Bécquer y Machado. Se le
acusa de haber sido prosaico y vulgar y por eso se le niega la condición del
gran poeta.
Sus cualidades:
1) la temperatura pasional de ciertos momentos;
2) los aciertos retóricos de gran complejidad y agudeza;
3) el talento innegable para encontrar situaciones, temas, anécdotas;
4) su penetración en lo más humano y común, lo que solemos acusar de
vulgar.
Carácter humorístico e irónico de su poesía son esenciales según Gaos.
Campoamor toma el mundo a broma; pero lo toma tan de seguido y de
manera tan natural, sin amargura, que el lector no se angustia por el
pesimismo del escritor y acaba por tomarlo todo a broma también.
La obra poética. Escribió siguientes libros de poesía: Ternezas y flores;
Cantares; Fábulas; Ayes del alma; Doloras; Humoradas; y el poema Colón.

34
Las Doloras. Este libro fue publicado en 1846. Hasta el fin de su vida
compuso 223 doloras. Definió una dolora como: una composición poética
en la cual se sabe hallar unida la ligereza con el sentimiento y la concisión
con la importancia filosófica. En su Poética, refiriéndose a las tres
modalidades líricas que suponía haber inventado, dice: ¿Qué es una
humorada? Un rasgo intencionado. ¿Y una dolora? Una humorada
convertida en drama. ¿Y pequeño poema? Una dolora amplificada. Dolora
es el núcleo central de su sistema poético. Estas doloras se rebajan a
aforismos en las humoradas, y se amplían hasta relato circunstanciado y
minucioso en los pequeños poemas.
En esta obra predomina el contenido sobre la forma. La obra tiene
carácter lírico-narrativo. Hay cierto movimiento dramático puesto de
manifiesto en una acción rudimentaria o en un apunte de diálogo. Se trata
de dejar constancia de un amargo descubrimiento de las experiencias de la
vida.
Los personajes se convierten en símbolos, de dónde resulta que
aunque el tema de las Doloras haya sido extraído de la realidad,
desaparece de ellas todo realismo y hasta las apariencias realistas. Este
juicio viene a confirmar la afirmación de Gaos de que Campoamor no es un
realista, sino un idealista que desea trascender la realidad concreta para
alzarse al mundo de las ideas, lo único consistente.
De las formas métricas utiliza: quintillas, octavas, redondillas,
cuartetos. En cuanto a las figuras estilísticas utiliza contraste, anáfora,
repetición.
Algunas de las doloras son: Cosas de la edad, Vanidad de la hermosura,
Todos son unos, El gaitero de Guijón, Amor y celos, Moras y Cristianas.
Los pequeños poemas. Fueron publicados en 1864.
A un pequeño poema el autor lo define como “una dolora amplificada”.
Algunos de los poemas son narrativos y de carácter novelesco y
sentimental como El tren expreso. Otros adoptan la forma de un monólogo
representable como El confesor confesado y Cómo rezan las solteras. La
narración se interrumpe constantemente con reflexiones del autor extraídas
de su propia experiencia, que se enlazan con los acontecimientos del
poema para glosarlos o confirmarlos.
La intención filosófica es mucho más patente en Los pequeños poemas
que en Las Doloras. Hay una originalidad inequívoca.
Casi todos los poemas de este libro están escritos en forma de silva.
Las Humoradas. Fueron publicadas en 1885. Estas composiciones muy
breves las tituló Humoradas también con la pretensión de novedad.
En el Diccionario de la RAE la humorada se define como: breve
composición poética que encierra una advertencia moral o un pensamiento
filosófico en la forma cómico-sentimental propia del humorismo.
Son composiciones de gran diversidad de contenido, que en su mayoría
constan de un pareado, y sólo en unas pocas llegan a los seis versos. Se
reducen a enunciar una antítesis. Elaboran temas diversos. Siempre
contienen una moraleja concisa en pocos versos.

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La supuesta filosofía de Campoamor tiene un fondo de irónico
escepticismo que refleja el ambiente de una época sin grandes inquietudes
espirituales.

72) LO NEORROMÁNTICO EN LOS DRAMAS DE JOSÉ ECHEGARRAY

José Echegarray nació en Madrid en 1832. Durante su vida escribió


numerosas obras de divulgación científica y se ocupó de los estudios
matemáticos. Participó en la vida política y llegó a altos cargos
administrativos: fue ministro de fomento y de hacienda y fundió el banco de
España. Fue miembro y luego el Presidente de la Academia de Ciencias
exactas, físicas y naturales y también el miembro de la RAE de la lengua. A
pesar de esta intensa labor, su fama se debe al teatro. Por su producción
dramática recibió el Premio Nóbel de literatura en 1904. Murió en Madrid en
1916.
La producción dramática de José Echegarray es abundante y consta de
74 obras originales y 2 traducciones. Su trayectoria dramática se inicia en
1874, el zenit se produce en 1881 con El gran galeoto y se finaliza en 1905.
José Echegarray intenta inyectar una dosis de pasión romántica a la
alta comedia y a la comedia sentimental. En el teatro, José Echegarray
busca la energía estética, es decir, la emoción y para lograrla ha de reflejar
en su obra los afectos encontrados, lo bello y lo horrible, lo noble y lo
villano. Las armas de su teatro que se despliegan ante el público son: el
efectismo, las truculencias. En el teatro de José Echegarray no se trata de
persuadir y casi ni de conmover, sino de aterrar al espectador y sacudir sus
nervios a toda costa. Echegarray recibe influencias del teatro del Siglo de
Oro → código de honor y influencias del Romanticismo → lo más efectista y
superficial.
Una de las características de sus obras es dinamismo.
Sus personajes se mueven con movimientos exagerados y gesticulan
violentamente: gritan, sufren, lloran, ríen, se mueren, se vuelven locos, se
suicidan.
En el puño de la espada – código de honor → El hijo del protagonista no
encuentra mejor manera para impedir lectura de un documento que
testifica la deshonra de su madre, que suicidarse y ordenar que se entierre
con él.
El gran galeoto – tiene tres actos. Está escrito en verso y prosa.
Representa el zenit de su producción dramática. Describe una tragedia
provocada por la murmuración del “Gran galeoto” = el mundo.
Temas: muerte, miedo locura, sentido de la vida, Dios, libre albedrío.
Usa ironía y elementos humorísticos. En la obra se ve la visión
pesimista del mundo del autor.
En sus primeras obras está presente melancolía. Hombre no puede
influir en su destino → fuerza oscura (Loco Dios, El hijo de don Juan).

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76) CADALSO Y LAS PRIMERAS MANIFESTACIONES DEL ROMANTICISMO
ESPAÑOL

José Cadalso fue una de las figuras literarias más importantes del siglo
XVIII, heredero del desengaño de Quevedo y Gracián. Nació en Cádiz en
1741 y es conocido como poeta y autor de sátiras. Estudió en el colegio de
los jesuitas en Cádiz y aprendió ingles, francés, alemán e italiano en sus
frecuentes viajes por Europa. Se exilio de España en 1768 por escribir un
manuscrito que ofendía el honor de varias damas de la corte. Durante este
exilio se enamoró de la actriz Maria Ignacia Ibáñez y le amo hasta la
muerte.
En sus obras usó el seudónimo Dalmir, Juan de Valle, José Vázquez.
La historia amorosa de Cadalso, su activo patriotismo, su atrevimiento
crítico frente a las instituciones hipócritas lo hacen una figura
imprescindible del prerromanticismo español. Es considerado uno de los
introductores del espíritu romántico en España por sus Noches lúgubres,
fundamentalmente.
La obra más famosa de Cadalso es las Noches lúgubres que apareció
en los años 1789 - 1790 en el Correo de Madrid. Se trata de una
manifestación española de la corriente, muy nutrida de la época, de los
temas lúgubres de la noche y de los sepulcros como base de una reflexión
desesperanzada y melancólica sobre la condición humana.
La obra conoció numerosas ediciones a pesar de la intervención de la
censura y alguna transitoria prohibición inquisitorial. La Inquisición de
Valladolid prohibió la obra (1815-1819) por contener proposiciones
malsonantes y ofensivas a los oídos piadosos. La Inquisición de Córdoba
denunció la obra por contener muchas expresiones escandalosas,
peligrosas e inductivas al suicidio, al desprecio de los Padres, y al odio
general de todos los hombres. Sin embargo, la obra fue traducida al
francés e imitada por escritores cultos. El influjo más generalmente
admitido sobre esta obra es el de Night Thoughts del inglés Edward Young.
El tono de la obra es de horror y desesperación, con elementos de lo
nocturno y lo didáctico. Es un diálogo filosófico de tendencia estoica, o sea,
una obra de pensamiento más que de sentimiento, aunque algunos críticos
piensan que la obra es de un desbordante sentimentalismo.
Los dos personajes principales de la obra son Tediado, un joven rico, y
Lorenzo, un pobre sepulturero, que reflexionan sobre la naturaleza del
hombre, sobre la fortuna, la justicia, la razón, el amor y el suicidio. Tediado
intenta desenterrar el cuerpo de su amante muerta (Filis), quien murió
como consecuencia de un matrimonio al que había sido forzada contra su
voluntad. La obra termina antes del traslado del cadáver al domicilio del
enamorado (Tediado deseaba acostarse al lado del cadáver en su casa,
incendiar su domicilio y morir entre sus cenizas). Este final inconcluso de la
obra provocó que en once ediciones publicadas entre 1822 y 1879 se le
agregara una Noche cuarta a las tres Noches lúgubres, donde se cumplen
los sucesos prometidos por Tediado al final de la primera Noche original. O

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sea, los románticos españoles no hicieron sino llevar la obra de Cadalso a
su desenlace inevitable. El gusto de la época por lo nocturno y funeral halló
delicioso y apasionante el desenlace que el ilustrado Cadalso no se atrevió
a intentar.
A esta obra la escribió Cadalso después de la muerte de Maria Ignacia y
representa la rebeldía de un romántico contra la muerte. El ambiente
nocturno, el estilo poético, la suspensión y el contraste entre los dos
personajes, suscitaron el interés de los románticos. Las Noches lúgubres
representan una importante aportación al nacimiento del romanticismo
español, y dieron pie, extralimitando lo que pueden tener de autobiográfico
a la leyenda de Cadalso profanador, por enajenación amorosa, del cadáver
de la Ibáñez.

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