El proceso constituyente iniciado a raíz de la llegada de Hugo Chávez a
la Presidencia de la República significó entre otras, un cambio de relaciones entre la sociedad y el Estado, un cambio de la democracia representativa y la democracia participativa y protagónica y un cambio que está en proceso de construcción de nuevas relaciones de producción (Economía Social) Dentro de este nuevo marco de relaciones figura la necesidad de establecer el control social en todas las instancias del poder constituido, como una forma de abrir los espacios de la participación en la función de control de la gestión pública. No se trata de una simple enumeración, sino de todo un complejo sistema de contraloría social, que debidamente articulado, garantice ese derecho constitucional. Por lo tanto esta investigación está orientada a dar un aporte en ese sentido y más específicamente en lo relacionado a las distintas formas organizativas y estructuras que se podrían crear a los fines de cumplir con dicha tarea. Dependerá en todo caso de la incorporación de los ciudadanos y ciudadanas lo que determinará en un futuro el impacto que estas organizaciones tendrán en lo referente a la adecuación de normativas legales que regulen la materia y la disminución de los índices de la corrupción, así como de los incentivos que el propio Estado y la sociedad fijen con el propósito de cumplir tan importante rol en nuestra sociedad. De tal manera que nos fijamos como objetivo fundamental proponer una estructura organizativa que permita el cumplimiento de las tareas que se programen los grupos que se organicen en contralorías sociales, así como fijar algunos lineamientos gerenciales que ayudarán a mantener una buena dirección en los objetivos trazados. El impacto de estas nuevas formas organizativas de contraloría social se verá más específicamente en los espacios que la propia Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública prevee, por ejemplo los Consejos Comunales, Consejos Parroquiales y Consejo Local de Planificación Pública. Los Consejos Comunales son sujetos de descentralización donde las comunidades organizadas asumen el rol protagónico y participativo en la formulación, control y evaluación de las políticas públicas, mediante la realización de propuestas y proyectos que requieran dentro de su comunidad para presentarlos y ejecutarlos ante los organismos competentes. Es todo un sistema que permitirá la participación directa de las comunidades a partir de la sectorización de las mismas, es decir las urbanizaciones, los barrios, las organizaciones sociales, tales como Misiones, U.B.E.S, Lanceros, Cooperativas, juntas de vecinos y todas aquellas organizaciones que integran cada comunidad. Allí, en esas comunidades deben estar presentes los equipos de contraloría social, además de otros equipos que tendrán una importante labor en todo lo referente a la inversión municipal. Por todo ello, esta investigación será una fuente de consulta a todas aquellas personas y grupos organizados que decidan incorporarse a cumplir este nuevo rol, que además de ser Constitucional, significa una nueva relación Estado-Sociedad, basada en valores de justicia, paz, igualdad, transparencia, rendición de cuentas, participación, celeridad, eficiencia y eficacia. CAPITULO I EL PROBLEMA Planteamiento y Formulación del Problema En el marco de los Lineamientos Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, encontramos en el eje de equilibrio social la siguiente premisa: La conquista de la justicia social se fortalece en lo público, donde el interés colectivo en su acción político-social toma progresivamente las decisiones claves para su desarrollo. Se trata pues, de la cultura participativa en todos los órdenes de la vida nacional y en especial, en el control social. Por otro lado, dentro de los objetivos estratégicos definidos por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, los días 12 y 13 de Noviembre 2004, en el Taller de Alto Nivel, se resalta lo siguiente: la instauración de sistemas de contraloría social, diseño del sistema anticorrupción, establecimiento de un sistema de seguimiento de la gestión pública que incluya: información clara y accesible al pueblo, sistemas de rendición de cuentas periódicas. Sistemas de verificación de declaraciones y mecanismo de control del modo de vida de las autoridades y los funcionarios entre otros aspectos. Sobre este particular el Presidente en dicha reunión expresó: Hay muchas maneras de ser corruptos, que si el deposito que me llegó para el presupuesto de un mes, entonces lo colocan en un banco, y entonces el banco da una comisión. Eso es corrupción, compañero, eso es corrupción, y muchas otras maneras(...) Además de los presupuestos participativos, están las contralorías sociales. He ahí tres instrumentos: diagnóstico participativo, presupuesto participativo y contraloría social. En esta misma dirección, la Convención Interamericana Contra la Corrupción (1996), en su preámbulo, los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos, declararon: Convencidos de que la corrupción socava la legitimidad de las instituciones públicas, atenta contra la sociedad, el orden moral y la justicia, así como contra el desarrollo integral de los pueblos (...). Decididos a hacer todos los esfuerzos para prevenir, detectar, sancionar y erradicar la corrupción en el ejercicio de las funciones públicas y en los actos de corrupción específicamente vinculados con tal ejercicio, han convenido en suscribir la siguiente CONVENCIÓN INTERAMERICANA CONTRA LA CORRUPCIÓN. Todo lo anterior refleja la preocupación por parte de los países de la O.E.A. firmantes y ratificadores de este acuerdo, sobre la corrupción. Sin embargo, en tales países se mantienen índices elevados de corrupción y deterioro político- institucional, sin posibilidad, en muchos casos, de hacer correctivos para superar la crisis. En otro orden de ideas, la Defensoría del Pueblo, en ocasión de hacer entrega ante la Asamblea nacional, del informe de gestión correspondiente del año 2004, sobre la materia de derechos humanos señala; La Defensoría del pueblo recibió y proceso 48.451 casos a escala nacional, entre solicitudes, quejas y denuncias. De esa cantidad, 18.914 casos señalaban situaciones relacionadas con los derechos humanos, 1.641 reflejaban situaciones sobre la prestación de los servicios públicos; y 27.896 se referían a situaciones entre particulares que no involucraban a instituciones públicas ni a empresas prestadoras de servicios públicos. En este sentido, la creación de estructuras de contraloría social, adaptadas a las realidades de cada comunidad o colectivo, sin duda, coadyuvaría a la solución de muchas irregularidades que se presentan dentro de la gestión pública y, al mismo tiempo, donde cada uno de los poderes del Estado converjan en la solución de las diferentes áreas o situaciones planteadas. Al referirse sobre la situación de la administración pública, el ciudadano Contralor General de la República, Clodosbaldo Rusian Uzcátegui, en su informe anual del 2004, informa de manera categórica: Los resultados de la labor contralora demuestran que subsisten en la Administración, deficiencias como carencia de un sistema de control interno eficiente, ausencia de criterios de planificación para la inversión de los recursos, estructuras excesivamente burocráticas, funcionarios con baja capacidad gerencial y actos que atentan contra el patrimonio público y la moral administrativa. Tal situación nos indica claramente que el problema de una sana administración pública requiere, necesariamente, del control social, y la creación de nuevas formas organizativas y asociativas en la sociedad, de mayor voluntad social para combatir la corrupción, así como el reconocimiento por parte de los responsables de dirigir los órganos de la administración burocrática en todos sus niveles, con el fin de darle legalidad a todos los órganos contralores del Estado y la sociedad en su conjunto. Por todo ello, en el 2003, un grupo de ciudadanos y ciudadanas, ejerciendo el derecho a la participación y muy especialmente, en ejercer funciones de control de la gestión pública, decidieron crear la Asociación Civil “Coordinación Nacional de Contralorías sociales, ONG” (CONACOSO); colocando dentro de sus objetivos, propiciar la participación ciudadana en la función contralora de la gestión pública, promover y organizar las contralorías sociales, estableciendo una estructura mínima de organización y funcionamiento. Desde entonces, CONACOSO ha venido promoviendo, organizando y dictando charlas y talleres de Contraloría Social en los estados: Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia, Táchira y Mérida. En la actualidad, esta organización En esta misma dirección, la Convención Interamericana Contra la Corrupción (1996), en su preámbulo, los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos, declararon: Convencidos de que la corrupción socava la legitimidad de las instituciones públicas, atenta contra la sociedad, el orden moral y la justicia, así como contra el desarrollo integral de los pueblos (...). Decididos a hacer todos los esfuerzos para prevenir, detectar, sancionar y erradicar la corrupción en el ejercicio de las funciones públicas y en los actos de corrupción específicamente vinculados con tal ejercicio, han convenido en suscribir la siguiente CONVENCIÓN INTERAMERICANA CONTRA LA CORRUPCIÓN. Todo lo anterior refleja la preocupación por parte de los países de la O.E.A. firmantes y ratificadores de este acuerdo, sobre la corrupción. Sin embargo, en tales países se mantienen índices elevados de corrupción y deterioro político- institucional, sin posibilidad, en muchos casos, de hacer correctivos para superar la crisis. En otro orden de ideas, la Defensoría del Pueblo, en ocasión de hacer entrega ante la Asamblea nacional, del informe de gestión correspondiente del año 2004, sobre la materia de derechos humanos señala; La Defensoría del pueblo recibió y proceso 48.451 casos a escala nacional, entre solicitudes, quejas y denuncias. De esa cantidad, 18.914 casos señalaban situaciones relacionadas con los derechos humanos, 1.641 reflejaban situaciones sobre la prestación de los servicios públicos; y 27.896 se referían a situaciones entre particulares que no involucraban a instituciones públicas ni a empresas prestadoras de servicios públicos. En este sentido, la creación de estructuras de contraloría social, adaptadas a las realidades de cada comunidad o colectivo, sin duda, coadyuvaría a la solución de muchas irregularidades que se presentan dentro de la gestión pública y, al mismo 5 tiempo, donde cada uno de los poderes del Estado converjan en la solución de las diferentes áreas o situaciones planteadas. Al referirse sobre la situación de la administración pública, el ciudadano Contralor General de la República, Clodosbaldo Rusian Uzcátegui, en su informe anual del 2004, informa de manera categórica: Los resultados de la labor contralora demuestran que subsisten en la Administración, deficiencias como carencia de un sistema de control interno eficiente, ausencia de criterios de planificación para la inversión de los recursos, estructuras excesivamente burocráticas, funcionarios con baja capacidad gerencial y actos que atentan contra el patrimonio público y la moral administrativa. Tal situación nos indica claramente que el problema de una sana administración pública requiere, necesariamente, del control social, y la creación de nuevas formas organizativas y asociativas en la sociedad, de mayor voluntad social para combatir la corrupción, así como el reconocimiento por parte de los responsables de dirigir los órganos de la administración burocrática en todos sus niveles, con el fin de darle legalidad a todos los órganos contralores del Estado y la sociedad en su conjunto. Por todo ello, en el 2003, un grupo de ciudadanos y ciudadanas, ejerciendo el derecho a la participación y muy especialmente, en ejercer funciones de control de la gestión pública, decidieron crear la Asociación Civil “Coordinación Nacional de Contralorías sociales, ONG” (CONACOSO); colocando dentro de sus objetivos, propiciar la participación ciudadana en la función contralora de la gestión pública, promover y organizar las contralorías sociales, estableciendo una estructura mínima de organización y funcionamiento. Desde entonces, CONACOSO ha venido promoviendo, organizando y dictando charlas y talleres de Contraloría Social en los estados: Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia, Táchira y Mérida. En la actualidad, esta organización cuenta con una página web:www.conaconso.galeon.com, donde se puede acceder para obtener mayor información sobre el tema. Con el objeto de viabilizar una investigación-acción concreta, en este trabajo factible decidimos desarrollar la Propuesta de lineamientos Gerenciales para crear una estructura organizativa que implemente la contraloría social, según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pues las denuncias contra funcionarios y funcionarias al servicio de la administración pública y/o sectores privados, hasta ahora con una total impunidad e incertidumbre por falta de respuestas oportunas, requieren de instrumentos para canalizar las mismas y determinar los mecanismos institucionales para entregar las pruebas o soportes de las denuncias, con el fin de lograr aplicar los correctivos necesarios. En virtud de ello, se pretende describir y fundamentar una serie de lineamientos gerenciales, útiles para canalizar y darle viabilidad a todas las diferentes propuestas, sugerencias y denuncias provenientes, tanto de organizaciones sociales, comunitarias o contralorías sociales en las diferentes áreas, así como, de asociaciones vecinales, ciudadanos y ciudadanas en su derecho a participar en la función de control de la gestión pública. Siendo lo novedoso de esta propuesta que, tal como lo establece la Constitución Nacional, en el artículo 62, todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho de participar libremente en los asuntos públicos y más específicamente, en la función Contralora, por lo cual no se pretende excluir a ninguna persona sobre estas estructuras organizativas y sistemas de contraloría social. Sobre este particular, se ha enfatizado, en reuniones con los líderes comunitarios, estudiantes de las distintas misiones y universitarios (UCV, ULA, UBV) de colectivos comunitarios, educadores, representantes del sector salud, de los campesinos, sobre la 7 necesidad de no pretender construir un modelo cerrado de estructura de contraloría social, sino por el contrario, dejar abierta la participación no solo de quienes decidan organizarse en contralorías sociales, sino también de quienes puedan participar en los diferentes sectores sociales y económicos, organizados en cooperativas, redes sociales, culturales, medios de comunicación social, asociaciones civiles, demás formas asociativas y los ciudadanos y ciudadanas que deseen incorporarse a la misma. De esa manera, partiendo de las asambleas de ciudadanos y ciudadanas como forma de organización primaria, serán estos espacios quienes determinarán el tipo de organización a conformar de acuerdo a los fines u objeto de control social. Ello es el principal objeto de la presente investigación-propuesta a desarrollar. Todo lo anteriormente expuesto, evidencia una situación problemática a la cual se pretende abordar a partir de las siguientes interrogantes: §
¿Es posible, a partir de la definición de tales lineamientos gerenciales diseñar
una estructura organizativa de contraloría social, para dar respuestas oportunas y eficaces a la población sobre las denuncias realizadas? §
¿Es factible canalizar debidamente dichas denuncias, quejas y observaciones
realizadas por los ciudadanos y ciudadanas, sobre algunas actuaciones de funcionarios y funcionarias al servicio de la administración pública y/o privada, a partir de la creación de dicha estructura? §
¿A pesar de ser un proceso en construcción, se pudieran describir
algunas actuaciones de estos equipos y estructuras ya creados y organizados? §
¿Es viable proponer lineamientos gerenciales para una estructura organizativa
de Contraloría Social, según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela?
Objetivos General §
Proponer lineamientos gerenciales para crear una estructura organizativa que
implemente la contraloría social según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en todos los órganos de la administración pública. Específicos: §
Describir la situación actual del Control Social en Venezuela.
§
Determinar la necesidad de crear una estructura organizativa que
implemente la Contraloría Social en la República Bolivariana de Venezuela §
Diagnosticar el tipo de estructura organizativa de Contraloría Social,
según las necesidades colectivas y situaciones particulares de los ciudadanos y ciudadanas. §
Diseñar una propuesta de estructura organizativa de Contraloría Social, basada
en los postulados de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y ser aplicada en todos los órganos de la administración pública. Justificación Desde 1990 Once Jefes de Estado Latinoamericanos han sido destituidos u obligados a dimitir antes de finalizar sus mandatos. Según Naim (2005)en todos los casos, la corrupción jugó un papel importante, aunque estas expulsiones a menudo fueron plenamente justificadas, en varios casos la corrupción era solo una excusa para deshacerse de un presidente ya debilitado por otras razones. (p.11) Ello nos podría indicar el grado como los sistemas democráticos latinoamericanos han sido frágiles y presa fácil de intereses extranjeros y/o nacionales, interesados en desestabilizar los regímenes políticos en esta región. Ahora bien, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en el artículo 141 como principios de actuación de la administración pública: la transparencia, la honestidad, la rendición de cuentas, la participación, celeridad, eficiencia, eficacia y responsabilidad en el ejercicio de a función publica. En base a ello, es menester proponer e implementar estructuras de contraloría social, dirigidos por las propias comunidades y personal técnico calificado para dar respuestas a la población y por ende, ayudar a la estabilidad del sistema democrático, haciéndolo más participativo y protagónico. Dicha participación debe corregir las fallas internas del aparato del Estado, con el fin de fortalecer la capacidad del control social sobre la gestión pública, pues como manifestó Pachon (2002) los controles de la administración pública tienen debilidades intrínsecas: Son el sector público del Estado para el mismo sector público del Estado. En ese sentido son autocontroles y por lo tanto débiles por naturaleza.