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PROYECTO DE LEY
Art. 4º: Las fichas de catalogación Nº 3-58-2, 2-69-6b, 8-45-21a, 22-36-6a, 16-83A-
2, 28-62-8, 13-47-15, 98-001W-00, 98-005K-002, 99-01-0, 99-02-0, 6-90-
1a, 6-91-27b, 18-127-12b, 44-109-11a, 7-28-25, 21-27-35a, 23-17-38, 19-
141-24d, 23-17-38, 23-111-26a, 149-76-24b, 19-76-24a, 23-74-24d, 33-78-
14a, 57-16b-14b, 48-114A-7, 77-115-15, 17-63-24, 6-44-7a, 14-35-18, 8-
47-15b, 38-23-28b, 57-44-14d, 83-143,10f, 9-31-24a, 2-48-19, forman parte
de la presente ley como Anexo I. El Poder Ejecutivo elaborará la ficha Nº
44-136A-3a que formará parte del referido Anexo I.
Señora Presienta:
El uso de energía eléctrica en la ciudad se remonta a la segunda mitad del siglo XIX
cuando comenzaron a hacerse en Buenos Aires las primeras experimentaciones en busca de
una nueva fuente de iluminación, que hasta entonces era a gas, y entre 1880 y 1907 se
instalaron las primeras empresas. En el año 1887 se crea en Buenos Aires la Compañía de
Electricidad de Buenos Aires y en 1901 se instala la Compañía Alemana Transatlántica de
Electricidad (CATE), que luego de la Segunda Guerra Mundial se transforma en la
“Compañía Hispano Americana de Electricidad” (CHADE).
Muchos de estos inmuebles fueron construidos entre 1910 y 1920 por el arquitecto
italiano J. J. Chiogna, quien les otorgó características arquitectónicas particulares al
adoptar el estilo “románico lombardo”, considerado estilo nacional de Italia en ese
momento, posiblemente buscando un acercamiento con la vasta comunidad italiana de la
ciudad.
La mayor parte de los edificios componentes de la red, que son propiedad del
Estado Nacional Argentino, continúan en funcionamiento como estaciones generadoras y
distribuidoras de energía eléctrica y están en poder de las empresas EDESUR y EDENOR,
actuales concesionarias del servicio, sin embargo, algunos de ellos fueron desafectados de
sus funciones originales y refuncionalizados para usos diversos.
Se destacan en este sentido la usina “San Antonio”, sita en San Antonio 1075/79
hoy convertida en industria gastronómica, la usina “Pedro de Mendoza”, próxima a ser
convertida por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en “Usina de la Música”, la usina
de Montevideo 919, en la que actualmente funciona el Museo de la SHOA, y la de Costa
Rica 4550 que fue adaptada para la localización de viviendas. Estas refuncionalizaciones,
no obstante, no alteraron de manera alguna la fuerte impronta de estos particulares edificios
que se conservan como hitos referenciales dentro de los barrios.