PROYECTO DE LEY

Artículo 1°.- Desígnase Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al

Padre Joaquín María Arrieta, por sus significativos aportes a la sociedad.

Artículo 2°.- Comuníquese, etc

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 FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

La ley Nº 578 prevé la figura del Ciudadano Ilustre. A nuestro entender, un

Ciudadano Ilustre debe ser alguien que haya desarrollado una destacada carrera de
cualquier tipo, en cualquier ámbito, y bajo cualquier modalidad, que constituya un
ejemplo a seguir y signifique un incentivo -sobre todo moral- para la sociedad porteña
en su conjunto. Además de ello, resulta fundamental que esta trayectoria y logros
personales hayan generado un verdadero beneficio a la sociedad. Vemos entonces que,
según nuestra óptica, la declaración de Ciudadano Ilustre requiere dos elementos
esenciales: 1) logros destacados del homenajeado, y 2) que esos logros generen un
beneficio a la sociedad. De esta manera, a través del reconocimiento de Ciudadano
Ilustre, la Ciudad le está devolviendo -y también reconociendo- al homenajeado lo que
este le dio.
En consecuencia, consideramos que el candidato propuesto en el presente proyecto
reúne aquellos requisitos.

• Antecedentes Personales del Padre Joaquín

Nació en Buenos Aires, el 8 de noviembre de 1949. Se recibió de Perito Mercantil

en 1967. Estudió ingeniería varios años, hasta que interrumpió sus estudios para entrar
en el Seminario de Villa Devoto.
Se ordenó sacerdote el 20 de noviembre de 1981, después de terminar los estudios de
teología. Fue vicario parroquial de San Antonio de Villa Devoto hasta 1984. En ese año
viajó a Roma para estudiar Misionología en la Unviersidad Urbaniana. En 1986 regresó
a Buenos Aires y se desempeñó como vicecanciller del Arzobispado, y después como
director de la Junta Catequística Arquidiocesana. Mientras tanto, colaboró en las
parroquias de Santa Rosa y Nuestra Señora de Caacupé, y en 1993 en la Catedral de
Buenos Aires.
En 1993 terminó la licenciatura en Derecho Canónico en la UCA.
En 1994 fue nombrado párroco de Nuestra Señora de Loreto, donde cumple funciones
hasta el día de hoy.

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En dos ocasiones recibió el reconocimiento como "vecino participativo de Palermo": una
vez por el ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Dr. Anibal Ibarra, y
posteriormente por el actual Jefe de Gobierno Porteño Ing. Mauricio Macri.
En 2010, la jefatura de la Comisaría 53ª le entregó un diploma como colaborador
comunitario.

• Historia de la Parroquia Nuestra Señora de Loreto

El 8 de Julio de 1984, el Cardenal Juan Carlos Aramburu, arzobispo de Buenos

Aires y Primado de la Argentina, decreta el levantamiento canónico de la parroquia de
nuestra Señora de Loreto, con sede provisoria en el Colegio de la Compañía de Santa
Teresa de Jesús, sito en Raúl Scalabrini Ortíz 2999 (esquina Las Heras). Mientras tanto,
se realizaba la construcción del templo y casa parroquial en el predio de la avenida
Coronel Díaz y Juncal, cedido por la Municipalidad de Buenos Aires para esa finalidad.
En marzo de 1993 la comunidad de la Parroquia se instala en su edificio propio, aún en
construcción. De igual modo, el templo y algunas dependencias se utilizaban
diariamente.
El primer Párroco fue el Padre Bruno Gusmeroti, quien presenta su renuncia al cargo en
1994, y a partir de marzo de ese año asume como Párroco el Padre Joaquín María
Arrieta que continua en funciones hasta la fecha. El Padre Bruno Gusmeroti, Párroco
Emérito, colabora aún con la parroquia.

• Actividad del Padre Joaquín en la Parroquia

Además de su actividad religiosa, el Padre Joaquín logró desarrollar importantes

acciones en el ámbito de la caridad. Eso no hubiera sido posible de no ser por su gran
voluntad de cambio, por su constante energía y especialmente por su desinteresado afán
por mejorar la vida de quienes mas lo necesitan. Así, el Padre Arrieta logró instalar en su
parroquia una serie de servicios acordes a aquél objetivo de vida. Entre ellos se pueden
resaltar: 1) asistencia y capacitación junto a Caritas, 2) la Noche de la Caridad que asiste
a los sin techo, y 3) el plan “Loreto Escucha”, que busca contener a los que necesitan ser
escuchados. Conjuntamente, se presta atención pastoral de los adultos mayores, los
grupos de Acción Católica, Legión de María, Apostolado de la Oración, Catequesis
Sacramental de jóvenes, adultos y matrimonios, grupos de oración, escuela de
formación, y Círculos Bíblicos.

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A más, como colaboración a la comunidad, la Parroquia organiza un espacio para 13
grupos de autoayuda y talleres de inserción y reinserción laboral de la UBA.
Es interesante destacar, en particular, dos de las actividades organizadas por el Padre
Joaquin: la Noche de la Caridad, y el programa "Loreto Escucha"

1. La Noche de la Caridad

La noche de la Caridad es la Iglesia en la calle. Es un emprendimiento joven y

dinámico, impulsado fuertemente por el Padre Joaquín, y llevado a cabo por una
diversidad de personas. Es la noche en que un grupo de voluntarios, mayores de 18 años,
distribuidos en zonas, llevan comida y bebida a quienes viven en la calle. En realidad, el
verdadero sentido de la noche de la caridad es el de acompañar a la gente en situación de
desamparo. El objetivo, precisamente, no es hablarles de Dios, sino generar un vínculo
de confraternidad y entendimiento mediante la interacción y la bondad. Si bien el
propósito primordial es asistir en el día a día a quienes no tienen medios suficientes de
subsistencia, la realidad demostró la existencia casos que por su particularidad,
posibilitaban dar un paso mas allá de los cometidos iniciales y así lograr que algunas
personas que se encontraban viviendo en la calle logren salir adelante y luego participar
activamente en la Noche de la Caridad. El efecto multiplicador fue claro.
El Padre Joaquín, después de mucho esfuerzo, logró unir un grupo de voluntarios que
asciende a 120 personas aproximadamente, pertenecientes a la comunidad de la
parroquia Nuestra Señora de Loreto. El emprendimiento cuenta, además, con
asesoramiento de asistentes sociales, de psiquiatras, de asociaciones que atienden a los
chicos de la calle y de muchas otras asociaciones de bien publico.
La Noche de la Caridad comienza en la Parroquia de Loreto el día lunes a las 18 hs.,
cuando el primer grupo de voluntarios se hace presente en la Parroquia para preparar la
comida y las distintas bebidas. Así, hacia las 21hs se sale a recorrer las diferentes zonas,
algunos a pie y otros en auto, hasta altas horas de la noche. El martes por la mañana, un
grupo de voluntarios lava los termos y los acondiciona para la próxima salida.
En la noche de la caridad se vive un encuentro con quien mucho necesita. Un encuentro
con quien necesita comida y abrigo, necesita hablar y ser escuchado, necesita sentirse
amado y dar amor.
Con este programa, la Parroquia recorre los siguientes puntos: Chacarita, Retiro arriba,
Retiro Estación, Hospital Fernández, Hospital Gutiérrez, Hospital Rivadavia, Plaza
Italia, Paseo Alcorta, Plaza Vicente López, Recoleta, La Redonda, Santa Fe y Callao. Se

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asisten a unas 700 personas, y en algunas casos se supera ese número, que ya de por sí
supera la capacidad de entrega de los alimentos.
Así, se evidencia que la tarea del Padre Joaquín y su parroquia forman parte de una
sociedad que globaliza la humanidad y alienta la solidaridad.

2. Loreto Escucha

El 10 de julio del 2001, el Padre Joaquín y su equipo de trabajo dieron comienzo al

servicio del Ministerio de la Escucha en Ntra. Sra. de Loreto. De ese modo, con
paciencia y ahínco, fueron respondiendo a muchas demandas de la comunidad,
vinculadas especialmente con perturbaciones personales, en su mayoría provenientes de
aquellas personas a las que la sociedad les da la espalda.
Se trata, pues, de voluntarios, consejeros, agentes pastorales y profesionales de varias
especialidades, que junto al Padre Arrieta donan dos horas semanales y reciben
cordialmente, con mucho amor, escuchando y orientando a todo el que lo necesita.
Es todo un desafío, una experiencia nueva, pero gracias al esfuerzo y la capacitación
permanente del grupo de trabajo, el Padre Joaquín y sus compañeros lograron estar
siempre disponibles y acompañar a quienes lo necesitan, supliendo aquel hueco
emocional que padecen los que no tienen nada.
Esta asistencia se desarrolla en un ámbito discreto y acogedor de contención personal y
relación de ayuda.
El método de trabajo se vincula con la integración, recreación y estimulación de la
memoria. Se trata, pues, de recursos fundamentales para vencer la soledad y la tristeza.
Todo ello, gracias a la reproducción y creación de cuentos, relatos, juegos con palabras,
estimulación auditiva, música, juegos de ingenio, mandalas, etc.

Por todo lo expuesto, y admirando la vocación de servicio desinteresada del Padre

Joaquín, sometemos a consideración del Cuerpo el presente proyecto de Ley.

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