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T ítulo: El Prop ósito de las Pruebas. Lugar: Iglesia Cristiana


Nezahualc óyotl
Pasaje: Santiago 1:2-12 Fecha: 25 de Abril de 2006
Prop ósito: Edificar y alentar.
Idea Central: Todas las pruebas en la vida del creyente tienen un prop ósito
espec ífico, debemos orar a Dios para descubrir cu ál es.

Sobre las pruebas en la vida del creyente, ¿Quién no ha atravesado o atraviesa


por pruebas? Creo que ninguno podría levantar la mano. ¿Qué cristiano no sufre o
atraviesa por tribulación, quien puede decir que no ha experimentado aflicción en
esta vida?

Todo ser humano atraviesa por dificultades, a veces de una forma u otra,
pero todos atravesamos por momentos de tribulación. No todos con la misma
intensidad o en el mismo sitio, sino que cambia tanto en su naturaleza como en su
intensidad. Pero hay algo que es muy cierto en la tribulación: las pruebas son
ineludibles, no nos podemos escapar de ellas. No se pueden evadir, es parte del ser
humano.

Santiago es esta sección de su epístola nos muestra la experiencia universal


de todo creyente, y la forma en la que se deba afrontar este tipo de pruebas.

Leamos Santiago 1:2-12


2
Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas
pruebas, 3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, 4y
que la paciencia ha de tener su perfecto resultado, para que seáis
perfectos y completos, sin que os falte nada. 5Pero si alguno de vosotros
se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6Pero que pida con fe,
sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada
por el viento y echada de una parte a otra. 7No piense, pues, ese
hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, 8siendo hombre de doble
ánimo, inestable en todos sus caminos. 9Pero que el hermano de
condición humilde se gloríe en su alta posición, 10y el rico en su
humillación, pues él pasará como la flor de la hierba. 11Porque el sol
sale con calor abrasador y seca la hierba, y su flor se cae y la hermosura
de su apariencia perece; así también se marchitará el rico en medio de
sus empresas. 12Bienaventurado el hombre que persevera bajo la
prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la
vida que el Señor ha prometido a los que le aman.

Para comprobar si un diamante es genuino, una de las pruebas que los joyeros
aplican, es la que ellos llaman la prueba del agua. Un diamante falso nunca va a
2:
brillas con la misma intensidad que un diamante genuino. Pero a veces es difícil
distinguir a primera vista. Los que conocen de piedras preciosas, dicen que la prueba
del agua definitivamente permite detectar entre un diamante genuino y uno que no lo
es. Lo que se hace es sumergir ambas piedras en agua limpia y lo que se percibe es que
el diamante genuino resplandece con un brillo singular y la otra piedra pierde su
brillo. Esto es lo que hacen las pruebas en cuanto a la fe del creyente, aquellos que
dicen conocer a Cristo.

Un mero profesante que pasa por la prueba, atraviesa por la prueba y


demuestra una fe sin brillo. Es simplemente imitación. Pero un creyente genuino para
por la prueba y el Señor la usa para que su fe brille de una manera singular.

Este es al propósito de Santiago, presentar una serie de exámenes de nuestra


fe que demuestren o saquen a relucir las características de la fe real, de una fe
genuina, y para comenzar nos habla del primer examen, la tribulación, las pruebas, la
aflicción en la vida del creyente, y las pruebas entonces van a revelar su nuestra fe es
real, genuina i si simplemente es una imitación de los que es real.

Todos para comenzar debemos establecer el hecho de que todo ser humano,
creyentes o no creyentes, pasamos por pruebas, es una experiencia universal.

La Biblia nos enseña que todos somos seres caídos, hemos sido afectados por
el pecado, vivimos en un contexto caído, en un mundo caído, en una sociedad caída y
por lo tanto experimentamos pruebas múltiples, de todo tipo.

Un ejemplo de esto nos lo dice Job 5:6-7


6
Porque la aflicción no viene del polvo, ni brota el infortunio de la tierra;
7
porque el hombre nace para la aflicción, como las chispas vuelan hacia
arriba.

Y aquí no está hablando exclusivamente de creyentes, sino que está hablando de


todo ser humano. La naturaleza de una chispa es saltar, volar. De la misma manera, es
parte del ser humano sufrir tribulación, pasar por pruebas. Este es el punto del pasaje.

En Job 14:1-2 nos dice:


1
El hombre, nacido de mujer, corto de días y lleno de turbaciones, 2como
una flor brota y se marchita, y como una sombra huye y no permanece.

Creo que todos nos identificamos con ese común denominador. ¿Quién no
es nacido de mujer? Todos, absolutamente. Nuestra vida es corta, 75 años como
promedio de acuerdo a la OMS, y en esos años hemos nacido y vivimos para ser
turbados, para ser probados.
3:
Eclesiastés nos presenta un análisis desde la perspectiva humana de la
condición humana en 2:22-23:
22
Pues, ¿qué recibe el hombre de todo su trabajo y del esfuerzo de su
corazón con que se afana bajo el sol? 23Porque durante todos sus días su
tarea es dolorosa y penosa; ni aun de noche descansa su corazón.
También esto es vanidad.

Lo que nos está diciendo el rey Salomón es que todos nuestros días están
afectados, teñidos por tribulación o aflicción de algún tipo. Aún el Señor Jesús
experimentó y vivió esto.

La Biblia nos dice en Isaías 53:3 que Él fue…


3
Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y
experimentado en aflicción; y como uno de quien los hombres esconden el
rostro, fue despreciado, y no le estimamos.

Su vida se distinguió por una vida de quebranto, una vida de pruebas, y asís
como el Señor pasó por aflicción, también nos advierte en Juan 16:33
33
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo
tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Eso es garantizado, la aflicción en la vida del hombre es garantizada, y el creyente


también sufrirá como el resto de la gente.

Pablo nos dice en 2 Corintios 4:8


8
Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados;
9
perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos;
10
llevando siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús, para
que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.

Qué esperanza nos da el apóstol. Hay aflicción pero también hay victoria. Las
pruebas son un hecho inevitable en nuestra vida, y Santiago nos enseña que la fe
genuina de un creyente no se va a demostrar por la ausencia de aflicciones o pruebas
en nuestra vida, sino en cómo el responde ante la aflicción.

Dios no promete una vida fácil, un colchón de rosas. Él nos prometa


pruebas, pero en medio de las pruebas también nos promete socorro, y el Hijo de
Dios va a responder a la luz de la protección y la ayuda divina. Todo hijo de Dios va a
atravesar por diferentes pruebas.

Alguien dijo lo siguiente:


“Dios tuvo un Hijo sin pecado, pero ningún hijo sin una cruz”. (Cf. Lc. 9:23)
4:
Cómo reaccionamos a la prueba determina la clase de fe que tenemos. Si
nuestra fe no se demuestra en la aflicción, es una fe que no sirve. Si mi fe se
demuestra únicamente cuando las cosas van bien, puedo decir que confío en Dios, o
que confío en las circunstancias.

La Biblia está repleta de hijos de Dios, héroes de la fe que pasaron por


pruebas increíble. Seguramente el más conocido es Job, un hombre justo, fiel que
perdió todo lo que poseía; hijos, siervos, posesiones, la misma salud. Y para agregar a
su sufrimiento, tuvo que tolerar el consejo de su esposa “Porqué no maldices a Dios y
te mueres”. Esto fue parte de su aflicción. Sus amigos le dijeron que seguramente
tenía pecado en su corazón y por eso estaba sufriendo.

Job seguramente sufrió como la mayoría de nosotros jamás hemos sufrido.


Observe la reacción de Job ante esta gran prueba en 1:21-22:
21
y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El
SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; bendito sea el nombre del SEÑOR. 22En
todo esto Job no pecó ni culpó a Dios.

Veamos 8 propósitos por los cuales la prueba viene a nuestra vida.

1. Para Fortalecer nuestra Fe


2 Crónicas 32:31
31
Aun en el asunto de los enviados de los gobernantes de
Babilonia, que mandaron a él para investigar la maravilla que
había acontecido en la tierra, Dios lo dejó solo para probarle, a
fin de saber El todo lo que había en su corazón.

Este versículo muestra que Dios dejó solo al rey para probarlo, para
hacerle conocer lo que había en su corazón. Dios sabe todo lo que hay en
nuestro corazón, pero nosotros no.

A veces Dios envía pruebas para que hagamos un inventario


espiritual. Cuando las cosas van bien, tendemos a no examinarnos con
cuidado, con profundidad, a hacerlo superficialmente, pero cuando Dios
envía una prueba lo hace para que veamos en que condición está nuestra fe,
la utiliza para que nos examinemos, saber que es lo que hay en nuestro
corazón. Las pruebas nos ayudan a encontrar cosas en nuestros corazón que
por lo que por lo general no vemos.

A veces nos creemos muy espirituales, orgullosos por que hemos


logrado en la vida y, cuando viene la prueba, Dios la utiliza para que veamos
lo que hay en nuestro corazón, nuestros objetivos, nuestros deseos. Dios nos
hace ver las cosas que no habíamos notado.
5:
Cuando Dios nos permite observar esto, lo único que podemos
decir es: “Gracias Señor por mostrarme lo que hay en mi corazón, me doy
cuenta que no soy tan espiritual, tan inteligente, no soy tan bueno como me
creía, gracias Señor por esta prueba”.

Dios prueba el corazón de Ezequías, el de usted, el mío para saber


que es lo que hay en ellos. No es que Dios no sepa lo que hay en él, sino que
el problema es que nosotros no sabemos lo que hay. Dios usa las pruebas
para sacar a flote todo lo que debe ser eliminado de nuestra vida, todo
aquello que no sirve.

Si vemos la prueba como un problema, si la recibimos con enojo,


con inconformidad, si hacemos berrinche como cuando a un niño se le
niega un juguete o un dulce, esto quiere decir que nuestra fe aún está muy
débil y que necesitamos crecer.

Por el otro lado, cuando no comprendemos que es lo que estamos


viviendo, está triste, afligido cuando no conocemos la causa aparente, pero
sin embargo está descansando en el Señor, vive con alegría, confiando en
Dios, entonces está demostrando que su fe es fuerte y que a través de es
prueba su fe va a ser fortalecida.

Job era un hombre de fe, justo, intachable, temeroso de Dios y


apartado del mal, tal como lo dice Job 1:1
1
Hubo un hombre en la tierra de Uz llamado Job; y era
aquel hombre intachable, recto, temeroso de Dios y
apartado del mal.
Podríamos decir que no había mejor hombre sobre la tierra que Job.
Y paso la prueba sin desobedecer a Dios, confiando en Él.

Cualquiera que hubiera vivido algo así, se hubiera jactado de la


firmeza con la que soporto la prueba, pero que es lo que Job de si mismo:
5
He sabido de ti sólo de oídas, pero ahora mis ojos te ven.
6
Por eso me retracto, y me arrepiento en polvo y ceniza.

El justo Job, como no había otro en la tierra, a través de la prueba


se da cuente que su fe estaba sucia, que había mugre, cosas feas que
solamente la prueba pudo mostrarle, y Job dice: Señor yo no sabía lo que
hablaba, solo te conocía de oídas, pero ahora te veo, te conozco por que Tú
eres, me arrepiento.
6:
Hasta cierto punto su fe era superficial. Dios quiere que nuestra fe
sea fuerte. Dios nos dice en Jeremías 9:23-24
23
Así dice el SEÑOR: No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni
se gloríe el poderoso de su poder, ni el rico se gloríe de su
riqueza; 24mas el que se gloríe, gloríese de esto: de que me
entiende y me conoce, pues yo soy el SEÑOR que hago
misericordia, derecho y justicia en la tierra, porque en estas
cosas me complazco—declara el SEÑOR.

Jeremías nos dice que Dios quiere que le entendamos más y que le
conozcamos más, y a veces la única forma en la que le podemos y entender
es a través de una prueba intensa, o de cualquier magnitud

Dios desea que le conozcamos.

2. Para Humillarnos
Dios envías las pruebas para humillarnos. Para enseñarnos a
desconfiar de nuestra propia fortaleza y confiar en Él. Para bajarnos del
pedestal en que nos hemos subido.

Es muy común que tengamos un concepto más alto de nosotros


mismo del que debemos de tener, y Dios envía una prueba fuerte a veces
para bajarnos el copete. Hay muchos creyentes que se creen demasiado. Esto
se ve principalmente en personas que tiene cierta autoridad en la iglesia:
pastores, ancianos, diáconos, directores de servicio, líderes en general.

Y a veces Dios toca a estas personas para mostrarnos que debemos


ser humildes, debemos de servir a nuestros hermanos. Un ejemplo claro lo
vemos en 2 Corintios 12:7
7
Y dada la extraordinaria grandeza de las revelaciones, por
esta razón, para impedir que me enalteciera, me fue dada
una espina en la carne, un mensajero de Satanás que me
abofetee, para que no me enaltezca.

Pablo había tenido un privilegio muy grande: ser escogido por Dios
para servirle a Él. Tenía dones incomparables, habilidades humanas pocas
comunes, revelaciones como ninguna otra persona había tenido.
Previamente en este mismo pasaje leemos:
2
Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (no
sé si en el cuerpo, no sé si fuera del cuerpo, Dios lo sabe) el
tal fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3Y conozco a tal
hombre (si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Dios lo
7:
sabe) 4que fue arrebatado al paraíso, y escuchó palabras
inefables que al hombre no se le permite expresar.

Todo esto podía llevarlo a una conclusión: pensar de sí mismo de


una manera errada. Creer que era una persona especial porque Dios lo había
llamado, pensar que Dios se había sacado la lotería por haberle permitido
escogerlo. Es por ello que Dios le envía una prueba para que no se considera
más de lo que no es.

Este mensajero era para humillarlo, para mantenerlo con la cabeza a


bajo, para evitar que quisiera enaltecerse. La prueba vino en su vida para
mantenerlo en un nivel de humildad.

Un siervo de Dios no debe pretender elevarse, un siervo de Dios


debe ser lo que es: siervo, esclavo de Dios y del Señor Jesucristo; y si dios lo
pone a lavar pisos, ese es su lugar. El exaltar a una persona es cosa de Dios,
no de los hombres y menos cuando una persona pretende exaltarse a sí
mismo. No nos podemos exaltar o adular a nosotros mismo. Si esto va a
suceder, deben otras personas las que te adulen, no tu mismo. Tú no hables
bien de ti, deja que otros lo hagan.

Daniel es un ejemplo de esto. Él no pidió el reconocimiento de los


reyes, ni de Nabucodonosor, ni de Belsasar, ni de Darío, pero Dios permitió
que este hombre fuera reconocido y él le diera toda la gloria a Dios. La
prueba nos ayuda a ser eso.

¿Sabes que tipo de hijo quiere Dios? Isaías 66:2 nos lo dice:
2
Todo esto lo hizo mi mano, y así todas estas cosas llegaron a
ser—declara el SEÑOR. Pero a éste miraré: al que es humilde y
contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra.
Como siervo de Dios siempre debes mantenerte con la cabeza abajo.

3. Nos ayuda a alejarnos de una forma de pensar humana


Colosenses 3:1 dice:
1
Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de
arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

Nuestra tendencia es siempre fijarnos en las cosas de esta tierra, tener


una perspectiva humana, una forma de pensar desde el ángulo secular que
no proviene de Dios, cosas que no nos sirven para resolver los problemas de
la vida.
8:
Es probable que la prueba de Felipe en el evangelio de Juan tuviera
este enfoque. Observe lo que sucede en Juan 6:1-7
1 Después de esto, Jesús se fue al otro lado del mar de Galilea, el
de Tiberias. 2 Y le seguía una gran multitud, pues veían las
señales que realizaba en los enfermos. 3 Jesús subió al monte y
se sentó allí con sus discípulos. 4 Y estaba cerca la Pascua, la
fiesta de los judíos. 5 Entonces Jesús, alzando los ojos y viendo
que una gran multitud venía hacia El, dijo* a Felipe: ¿Dónde
compraremos pan para que coman éstos? 6 Pero decía esto para
probarlo, porque El sabía lo que iba a hacer. 7 Felipe le
respondió: Doscientos denarios de pan no les bastarán para que
cada uno reciba un pedazo.

Esta era probablemente una prueba especial para sus discípulos. La


respuesta de Felipe nos muestra que su mente estaba puesta en las cosas de la
tierra, esta respondiendo desde el punto de vista humano, buscando una
respuesta con recursos humanos únicamente.

El Señor prueba a sus discípulos para mostrarles que su perspectiva


terrenal no sirve de nada en algunos momentos. Y lo mismo nos sucede a
nosotros: hay ciertas pruebas en las no hay una respuesta humana, estamos
totalmente imposibilitados para resolverla. Humanamente no hay solución.
Esta es la prueba, y el propósito es que levantemos la vista, que
comprendamos que los recursos que en ese momento necesitamos no son
terrenales, sino espirituales, eternos.

Cuando estamos al borde de no saber que hacer, Dios envía una


prueba que nos hace mirar, enfocarnos en las cosas de Dios, y esto nos
produce confianza en Él, no fijándonos en las cosas que el mundo nos
ofrece, sino en lo que proviene de Dios.

Dios desea que nos enfoquemos en las cosas de arriba, y que nos
alejemos de pensar o enfocarnos en las cosas terrenales y seculares. En Mateo
6:33 leemos:
33
Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas
os serán añadidas.

4. Nos ayudan a poner nuestra esperanza en la Eternidad


A medida que vamos madurando en el Señor, nos damos cuenta de
que las cosas de la tierra son temporales y sin valor. Aún lo que más
queremos en esta vida se va, se desgasta.
9:
La vida se va perdiendo a través del proceso de envejecimiento, a
través de la pérdida de la salud. Notamos que nuestro cuerpo ya no es como
hace 20, 30 o 40 años. Los seres queridos desapareces, se pierden.

El dinero se acaba, las posesiones se van desgastando. Y todo esto es


parte de una ley universal: la 2ª Ley de la Termodinámica.

Según esta ley, todo está destinado a desaparecer, el vigor de la


juventud se esfuma.

Dios envía pruebas para que valoremos aquellos que realmente vale,
lo que es eterno, en las cosas espirituales, las cosas que nunca van a terminar,
donde no habrá muerte, donde no habré enfermedad, donde no habrá
ningún tipo de desgaste.

A medida que vamos creciendo espiritualmente y vamos


madurando en el Señor, añoramos cada vez más y más las cosas espirituales,
anhelamos estar en la presencia del Señor, en Su gloria donde no habrá
sufrimiento, solo felicidad.

Es muy común que nos enfoquemos tanto en las cosas de la tierra y


esto nos provoca que nos olvidemos donde está nuestro verdadero hogar.
Somos peregrinos en esta tierra, solo estamos de paso porque nuestra
morada está en los cielos, y Dios envía pruebas para forzarnos a poner
nuestra atención en eso, que nuestra ciudadanía está en el cielo.

Romanos 8:18 dice:


18 Pues considero que los sufrimientos de este tiempo
presente no son dignos de ser comparados con la gloria que
nos ha de ser revelada.

Fuimos destinados para esto: la gloria; una realidad que cada día
está más cerca. Pablo continúa diciendo en 2 Corintios 4:16-18
16 Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro
hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre
interior se renueva de día en día. 17 Pues esta aflicción leve y
pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa
toda comparación, 18 al no poner nuestra vista en las cosas que
se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven
son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Las pruebas nos ayudan a poner la mira en las cosas que realmente
tienen valor eterno.
10:
5. Nos ayudan a revelar lo que realmente amamos
Un ejemplo muy familiar lo encontramos en Génesis 22:1-17. En
este pasaje se describe la prueba más crítica en la vida de Abraham, donde el
Señor le manda hacer algo inimaginable.

Esta prueba de Abraham nos enseña que a veces somos probados en


cosas que son muy cercanas a nosotros. Cosas que amamos de manera
exagerada, algo a lo cual nos aferramos que no queremos soltar. Dios a veces
nos pone una prueba donde nos fuerza a discernir en que condiciones está
nuestra fe y nos abre la mano, y nos obliga a soltar. Por sobre todas las cosas
Abraham confió en Dios. La fe de un hijo de Dios brilla con mayor
resplandor a través de la prueba.

Abraham fue probado para saber lo que en realidad amaba: o


amaba a Isaac supremamente, o amaba a Dios supremamente.

La prueba demostró que Abraham por sobre todas las cosas amaba
a Dios, y a menudo la prueba tiene ese objetivo: mostrarnos lo que
realmente amamos. ¿Amamos más a nuestro padre, madre, hijo, hija, esposo,
esposa, novio, novia, nosotros mismos? O quizá no es una persona,
probablemente sea una posesión, o una posición, el reconocimiento de la
gente, el dinero, el trabajo, etc.

Quizá haya algo que todavía tiene nuestro primer amor, y que no es
Dios. Dios utiliza la prueba para ayudarnos a entender esto.

El Señor Jesús lo dijo de una manera tan clara, que cualquier


persona debería entenderlo. Mateo 10:34-39 dice
34 No penséis que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz,
sino espada. 35 Porque vine a PONER AL HOMBRE CONTRA SU
PADRE, A LA HIJA CONTRA SU MADRE, Y A LA NUERA CONTRA SU
SUEGRA; 36 y LOS ENEMIGOS DEL HOMBRE serán LOS DE SU
MISMA CASA. 37 El que ama al padre o a la madre más que a mí,
no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí,
no es digno de mí. 38 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de
mí, no es digno de mí. 39 El que ha hallado su vida, la perderá;
y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará.

¿Quiere decir esto que literalmente debemos de aborrecer a todo


mundo? Lo que el Señor está enseñando es que el grado de amor que tenga
por Dios debe ser tal que si Él así lo quiere, estaré dispuesto a dejar y
abandonar lo que sea necesario para seguirle.
11:
Esto es lo que hizo Abraham: estuvo dispuesto a sacrificar a su propio
hijo, el hijo por el cual había esperado 20 años. Esto era lo que Dios quería
de Abraham, lo obligó a elegir entre su hijo y Dios.

Cuando pasamos por una prueba, lo que debemos hacer es escudriñar


nuestro corazón y preguntarle a Dios si hay algo que tenga nuestro amor
antes que Él.

6. Nos enseñan a valorar la Bendición de Dios


La razón nos enseña a valorar el mundo. Los sentimientos nos
enseñan a valorar el placer. Pero la fe, nos enseña a valorar la Palabra de
Dios.

Cuando estamos afligidos y vamos a la Palabra de Dios, y vemos lo


que ella nos duce y lo que realmente vale, a través de la obediencia a la
Palabra de Dios encontramos bendición. Dios desea que a través de la
prueba valoremos sus bendiciones, que las encontramos en lo que Él nos
dice en Su Palabra.

En medio de la aflicción y la prueba, un hijo de Dios puede acudir


a la Palabra y obedecerla, a través de esto obtener bendición.

Cuando comparamos la Palabra de Dios con las cosas de este


mundo, nos damos cuenta del valor infinito que tiene y podemos decir: Esto
es mejor que cualquier cosa en este mundo. David dice en al Salmo 63:3
3
Porque tu misericordia es mejor que la vida, mis labios te
alabarán.
Mejor es un día en los atrios de Dios, que mil afuera de ellos.

7. Nos ayuda para prepararnos en ayudar a otros cuando están sufriendo


La prueba no solo nos sirve a nosotros, sino que también nos
prepara para ayudar a otros cuando están sufriendo por una prueba.

Lucas 22:31-32 dice


31
Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para
zarandearos como a trigo; 32pero yo he rogado por ti para que tu
fe no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus
hermanos.

El propósito de la prueba de Pedro fue simplemente para reconocer


sus flaquezas, pero después también para ayudarle a sus hermanos más tarde.
12:
Esto es esperanzador, que aún cuando estamos en medio de la
prueba, el Señor está intercediendo por nosotros. Es algo impresionante
cuando podemos es cuchar la Palabra, percibir una acción de algún hermano
que ha pasado por una prueba similar, y esto nos consuela, nos fortaleza, nos
conforta.

Dios quiere que nuestras pruebas sirvan como medio de bendición


para otros también.

2 Corintios 1:3 dice


3
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre
de misericordias y Dios de toda consolación, 4el cual nos
consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros
podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el
consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.
5
Porque así como los sufrimientos de Cristo son nuestros en
abundancia, así también abunda nuestro consuelo por medio de
Cristo.

Dios quiere que este consuelo sea de bendición a nuestra vida y en


la de nuestros hermanos. Dios nos prueba, nos consuela y después nos usa
en el consuelo de otros.

Que hermoso es saber que las pruebas por las que pasamos también
pueden ser de bendición para nuestros hermanos.

8. Para desarrollar fortaleza perseverante y ser más útiles


Un pastor puritano dijo lo siguiente y cito:
“El valor de un soldado nunca se conoce en tiempos de paz”

La utilidad de un guerrero no se puede medir en tiempos de paz,


sino en el calor de la batalla, es allí donde se prueba quien es.

Dios nos envía pruebas para fortalecernos, para ejercitar nuestros


músculos espirituales y estar listos para la batalla siguiente. Esto es una
garantía. Las pruebas son precisamente para eso

Esto es parte del propósito de Dios para nuestra vida.

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