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T ítulo: El Origen de la Tentación 3 ªPte. Lugar: Iglesia Cristiana Netzahualc óyotl


Pasaje: Santiago 1:18 Fecha: 10 de Junio de 2007
Prop ósito: Alentar a confiar y creerle a Dios.
Idea Central: Debido a que de Dios solo proviene lo bueno, la redención es una obra
que solamente Dios puede realizar, independiente de lo que el hombre haga.

Hemos visto 4 evidencias de que Dios no es ni el autor ni el responsable de


nuestro pecado, las cuales son:
1. La Naturaleza del Mal
2. La Naturaleza del Hombre
3. La Naturaleza de la Concupiscencia
4. La Naturaleza de Dios

El día de hoy vamos a estudiar una evidencia más de que cada uno de
nosotros tenemos la culpa de nuestro pecado, y no Dios. La quinta evidencia es La
Naturaleza de la Regeneración.

Leamos lo que dice Santiago 1:18


18
El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que
seamos primicias de sus criaturas.

Al leer este texto, Santiago responda a 3 preguntas que surgen en relación a la


regeneración. Y precisamente, el texto está dividido de tal manera que responda a esas
3 preguntas. La división es la siguiente:
1. ¿Quién regenera?
2. ¿Cómo regenera?
3. ¿Para qué regenera?

Pero, entes de comenzar a estudiar el texto en sí, vamos a ver que es la


regeneración. Por ejemplo, el Dr. Louis Berkhof en su famosa obra Teología
Sistemática, la define como:
“Aquel acto de Dios por medio del cual el principio de la vida nueva queda
implantado en el hombre, y se hace santa la disposición regente del alma, quedando
asegurado el primer ejercicio santo de esta nueva disposición”.

Por otro lado, Wayne Grudem en su libro Doctrina Bíblica, dice lo siguiente:
“Es un acto secreto de Dios en el que Él nos imparte nueva vida espiritual”.

Me parece que Grudem es muy claro al expresar esta definición del término
regeneración. Además, la misma estructura de la expresión “regenerar” nos señala el
significado que tiene: generar de nuevo.
2:
Este nuevo “generar” se refiere a la vida interna del hombre, la vida
espiritual. El libro de Efesio nos dice cuál era nuestra condición antes de que
conociéramos a Dios, por ejemplo en Efesio 2:1-3 leemos
1
Y El os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y
pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de
este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que
ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también
todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra
carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por
naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

La vida de cada uno de nosotros estaba apartada totalmente de Dios. No


existía en nosotros la mínima voluntad para acercarnos a Él. Todo hombre que está
alejado de Dios esta incapacitado para hacerse nacer.

El pecado, tal como lo dice el texto, era nuestro amo. No podíamos hacer
otra cosa que pecar. En nosotros no había posibilidades de hacer algo bueno, debido
a que estábamos habituados a hacer el mal.

Sin embargo, ahora en Cristo, ya no somos esclavos de ese pecado, ahora


somos esclavos de Dios, tal como lo dijo Santiago en 1:1. Ya no vivimos para
satisfacer los deseos de la carne, sino ahora vivimos para glorificar a Dios.

Ahora, vamos a observar la respuesta que Santiago nos da a nuestra primera


pregunta:
1. ¿QUIÉN REGENERA?
El texto dice lo siguiente: “Él, de su voluntad…”. El autor de la regeneración
es Dios mismo.

Recordemos brevemente el v. 17: toda “buena dádiva” y todo “don


prefecto”. La palabra dádiva hace referencia al acto de dar algo, mientras que la
palabra don se refiere al objeto regalado. Y en este versículo 18 se juntan estos
dos elementos.

Cuando Santiago responde a la pregunta ¿Quién regenera?, también esta


explicando el acto de Dios, o la acción que Dios lleva a cabo para regenerar.

Además, hay un atributo de Dios que podemos observar de inmediato al


leer esta primera parte del texto: Su Soberanía.

El texto no dice que haya habido algo en el hombre que convenciera a Dios
de darle nueva vida. La palabra “su voluntad” esta refiriéndose al hecho de que
es una decisión de Dios únicamente.
3:
En relación a este texto, John MacArthur dice lo siguiente:
“Desde el punto de vista teológico y lógico, esa es la única forma en la que
la vida pueda darse a los muertos. Los muertos no tienen conciencia o
compresión de pecado, ni deseos de volverse de él, y no tienen poder o
recursos para cambiar, si lo quisieran hacer. Ni siquiera saben, desde luego,
que están muertos. La regeneración solo puede ocurrir por la soberana
voluntad y el poder de Dios, la Fuente y el Dador de la vida espiritual”. Fin
de la cita

Juan nos lo explica de la siguiente manera en Juan 1:12-13, donde leemos:


12
Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos
de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, 13 que no nacieron de
sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de
Dios.

El nuevo nacimiento solo es una obra exclusiva de Dios. No existe nada ni


nadie más en el mundo que pueda regenerar a las personas. Ni siquiera el más
grande sacrificio que un hombre pueda hacer es suficiente para dar nuevo
nacimiento a otra persona.

Ahora quisiera hacer un ejercicio. Por favor, que levante la mano la persona
que eligió nacer físicamente. Levante la mano la persona que le dijo a sus padres
en que día quería que fuera su parto. Pues así como nadie de nosotros decidió o
tuvo parte en su nacimiento, tampoco lo tenemos en el nuevo nacimiento.

Un comentarista dijo lo siguiente:


“Ningún niño ha venido al mundo por su propia voluntad o plan. Su
concepción, gestación y nacimiento están totalmente fuera de su consciencia y
control es simplemente el receptor pasivo de la voluntad y de la acción de sus
padres” fin de la cita.

Es imposible que el hombre haga algo por si mismo. Jeremías 13:23 dice:
23
¿Puede el etíope mudar su piel, o el leopardo sus manchas? Así vosotros,
¿podréis hacer el bien estando acostumbrados a hacer el mal?

Observe como ni siquiera podemos decidir hacer el bien. Solo Dios puede
hacer que nuestro interior cambie, y ahora esté orientado a hacer el bien, y esto
lo hacer mediante el nuevo nacimiento.

Algo importante que debemos recordar: el hombre no solo es incapaz de


hacer algo por si mismo, sino que, sin la revelación de Dios, ni siquiera sabe que
necesita ese cambio. Pablo explica esto en 1 Corintios 2:6-14, donde leemos:
6
Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado
madurez; pero una sabiduría no de este siglo, ni de los gobernantes de
4:
este siglo, que van desapareciendo, 7 sino que hablamos sabiduría de
Dios en misterio, la sabiduría oculta que, desde antes de los siglos,
Dios predestinó para nuestra gloria; 8 la sabiduría que ninguno de los
gobernantes de este siglo ha entendido, porque si la hubieran
entendido no habrían crucificado al Señor de gloria; 9 sino como está
escrito: Cosas que ojo no vio, ni oido oyo, Ni han entrado al corazon
del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le
aman. 10 Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque el
Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios. 11 Porque
entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre,
sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce
los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros
hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene
de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado
gratuitamente, 13 de lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el
Espíritu, combinando pensamientos espirituales con palabras
espirituales. 14 Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu
de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque
se disciernen espiritualmente.

Solo una persona que ha sido regenerada por Dios puede entender lo que la
Biblia enseña. Por lo tanto, solo los que han sido regenerados, son hijos de Dios.

Después de que Agustín se convirtió, una mujer con la que había vivido en
otro tiempo, lo llamó mientras caminaba por una calle, pero él no respondió.
Ella insistió y finalmente corrió hacia él y le dijo: “Agustín, soy yo”. A lo cual
respondió: “Lo sé, pero ya no soy yo”.

Ese es el resultado que produce la nueva vida en un creyente: ya no ser él


mismo. Nuestro cuerpo ya no es nuestro cuerpo. Cada parte de nosotros no nos
pertenece, ahora es de Dios, porque Él nos ha dado vida nueva.

Veamos nuestra segunda respuesta de Santiago:


2. ¿CÓMO REGENERA?
¿Cómo es que Dios lleva a cabo es acto secreto en nosotros? Santiago
responde:”… nos hizo nacer por la Palabra de Verdad…”

Solo a través de la Palabra de Dios es que una persona puede nacer de


nuevo. Un texto hermoso que nos muestra esto es el Salmo 19:7 que dice:
7
La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del
Señor es seguro, que hace sabio al sencillo.
5:
Solo la Palabra de Dios es la que puede dar nueva vida al creyente. No existe
nada más en el mundo que haga latir el corazón espiritual de una persona.
Debido al estado perdido del hombre, todo lo que él haga para intentar tener
vida, está manchado por el pecado y es inválido para Dios.

Nada puede dar vida al hombre. La fe que tenemos viene a través de


escuchar la predicación de la Palabra de Dios, tal como Pablo lo dijo en
Romanos 10:16-18
16
Sin embargo, no todos hicieron caso al evangelio, porque Isaías
dice: Señor, ¿quien ha creído a nuestro anuncio? 17 Así que la fe viene
del oír, y el oír, por la palabra de Cristo. 18 Pero yo digo, ¿acaso nunca
han oído? Ciertamente que sí: Por toda la tierra ha salido su voz, y
hasta los confines del mundo sus palabras.

Solo una buena predicación de la Palabra de Dios es la que puede provocar


en un individuo el nuevo nacimiento, obviamente por la intervención del
Espíritu Santo.

Es falso lo que muchas persona has argumentado durante años: que el


nuevo nacimiento lo pueden recibir a partir de sueños, visiones, o por
descendencia.

Ninguna de estas afirmaciones es verdad. La Biblia es exclusiva y excluyente.


Ella dice que solo por la predicación de ella es que una persona tiene vida
eterna. Cada uno de nosotros puede creer o no creer lo que ella dice. Pero hay
algo muy cierto: la Biblia es la Palabra de Dios, y si Dios es verdad, como
sabemos que es así, entonces Su Palabra no puede ser algo menor, es decir,
también Su Palabra es Verdad.

El apóstol Juan nos lo dice de una forma tan sencilla en Juan 17:17
17
Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad.

Si usted no cree lo que la Biblia está diciendo, entonces está haciendo de


Dios un mentiroso. Damas y caballeros, no tenemos otra opción: Dios es
nuestra única salida. La única forma en la que un hombre o mujer puede nacer
de nuevo es a través de la Palabra de Dios. No se deje engañar, cualquier
afirmación que contradiga la Biblia no proviene de Dios. Solo Dios es verdad, y
solo Él puede hacer que una persona tenga nueva vida.

Finalmente, veamos el objetivo de la regeneración.


3. ¿PARA QUE REGENERA?
Seguramente Dios tenía algo en mente cuando decidió que la regeneración
formaría parte de su plan.
6:
El texto nos dice lo siguiente: “…para que seamos primicias de sus criaturas”.

Un comentarista dice:
Aunque la salvación es la mayor bendición que un ser humano pueda recibir,
su objetivo fundamental no es beneficiar al hombre, sino cumplir el propósito
soberano de Dios de que los cristianos lleguen a ser primicias de sus criaturas”.
Fin de la cita.

Las primicias eran lo primero y lo mejor de los cultivos que estaban cosechando
y eran por lo general un indicador de cómo sería el resto de la cosecha.

En éxodo 23:14-19 leemos


14
Tres veces al año me celebraréis fiesta. 15 Guardarás la fiesta de los
panes sin levadura. Siete días comerás pan sin levadura, como yo te
mandé, en el tiempo señalado del mes de Abib, pues en él saliste de
Egipto. Y nadie se presentará ante mí con las manos vacías. 16
También guardarás la fiesta de la siega de los primeros frutos de tus
labores, de lo que siembres en el campo; y la fiesta de la cosecha al fin
del año cuando recojas del campo el fruto de tu trabajo. 17 Tres veces
al año se presentarán todos tus varones delante del Señor Dios. 18 No
ofrecerás la sangre de mi sacrificio con pan leudado; ni la grosura de
mi fiesta quedará hasta la mañana. 19 Traerás lo mejor de las primicias de
tu tierra a la casa del Señor tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de
su madre.

Dios solo es digno de recibir lo primero y lo mejor de la cosecha. Nada de lo


que se ofrezca a Dios debe estar contaminado. Por lo tanto, debe ser, en pocas
palabras, santo.

Si un creyente va a ser parte de las primicias de Dios, es con el objetivo de


que sea santo. Observemos por ejemplo la ofrenda de Abel hacia Dios en
Génesis 4:4
Génesis 4:4
4
También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de
la grosura de los mismos. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su
ofrenda,

Para Dios solo debe ser lo mejor y lo primero.

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