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Las pasturas, principal y más barato alimento de los rodeos lecheros de Argentina, constituye un
65% de las dietas. La primavera y el verano son épocas de alimentación preponderamentemte
pastoril, no sólo por la abundancia de este recurso sino también por el menor precio por la leche.
Pero sólo el pasto, no alcanza.
El pastoreo directo como único medio de alimentación, tiene una serie de ventajas:
• Las pasturas representan recursos de bajo costo (e.i. perennes, a secano, siembra directa)
• Alta calidad y disponibilidad de materia seca/ha en las etapas de crecimiento
• Bajo riesgo de contaminación ambiental con niveles bajos a medios de fertilización
• Fuente importante de minerales y vitaminas de alta biodisponibilidad y de sustancias
nitrogenadas proteicas
• Alto nivel de selectividad de pastoreo en pasturas "pasadas"
También hay algunas limitaciones que el pastoreo directo tiene como único medio de alimentación:
• Estacionalidad en la producción
• Cambios importantes en la calidad con los estados fenológicos
• Frecuentes desbalances entre la energía y la proteína (Baja energía/alta proteína
degradable)
• Elevadas concentraciones de agua intra y extracelular (otoño/invierno)
• Escaso nivel de fibra "efectiva" (crecimiento de primavera/otoño)
• Acidosis ruminal subclínica?
• Cambios en la composición química de leche (menos grasa butirosa)
• Riesgo de meteorismo espumoso con leguminosas
• Falta de piso en días de lluvia que impide el normal pastoreo
Si bien sobre pasturas de alta digestibilidad como alfalfa y praderas bien logradas de raigrás y
trébol blanco ofrecidas ad libitum, como único alimento, se pueden obtener altos niveles de
producción individual de leche sin embargo, los fuertes desequilibrios entre la energía y la
proteína conducirán inevitablemente a menores desempeños reproductivos como consecuencia de
la pérdida de estado corporal que las vacas experimentarán durante lactancia temprana (balance
energético negativo).
La selectividad incide sobre la calidad de la pastura que los animales recolectan y por consiguiente
sobre la dieta total.
Cuanto menor es la carga instantánea mayor será la presión de selección de hojas y tallos tiernos y
con ello, habrá una dieta más desbalanceada, con más contenido de agua y proteínas degradables
y déficit de fibra "efectiva".
La fibra "efectiva" estimula la masticación, rumia e insalivación y que tiene efectos directos sobre el
ambiente ruminal (acidosis/menor degradación de la fibra) e indirectos sobre la síntesis de grasa
de leche (menor concentración). Tanto en pasturas "pasadas" como en las muy "aguachentas" la
selectividad sigue operando, aún con bajas disponibilidades de forraje.
Paradójicamente, en las mejores condiciones de calidad de las pasturas, principalmente sobre
rebrotes de cambio de estación, es frecuente encontrar leches de muy bajas concentraciones de
grasa y proteína, incluso con inversión en los valores de estos sólidos (más proteína que grasa).
Los niveles de urea en leche suelen también ser elevados, desmejorando la calidad industrial de la
misma.
Estos cambios estarían estrechamente relacionados al ambiente ruminal, que debido a la falta de
"fibra efectiva" conduciría a las denominadas "acidosis subclínicas" (pH menores a 6). Sumado a
esto, y a diferencia del sistema neozelandés, tampoco es posible lograr altos rindes de sólidos de
leche por hectárea ya que las características de los suelos (y su interacción con la cubierta vegetal)
no permiten sostener anualmente una elevada y sostenida carga animal, como ocurre típicamente
en alfalfa.
Consideraciones finales
Bajo condiciones de pastoreo el advenimiento de una nueva estación implica cambios en el manejo
nutricional del rodeo, sin embargo si estos cambios se planifican con suficiente anticipación,
respetando los períodos de acostumbramiento a nuevas dietas, se evitarán las grandes
fluctuaciones en la producción y en la composición química de la leche, además de una mejora
sustancial en el desempeño reproductivo de las vacas.
Rafaela, 4 de setiembre de 2001