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XVI
ANESTESIA Y REANIMACIÓN EN LA
MIASTENIA GRAVIS
I. Moreno Gómez-Limón
Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitario “La Paz”. Madrid.
INTRODUCCIÓN
Hace 20 años, el descubrimiento, del déficit de receptores de acetilcolina en la unión neu-
romuscular en la miastenia gravis (MG), y el desarrollo en animales de modelos de la enfer-
medad, dieron una nueva luz a este desorden que había sido descrito 300 años antes por el fisió-
logo británico Tomas Willlis. En las ultimas dos décadas, se han producido importantes pro-
gresos que han ayudado a conocer la enfermedad, y lograr un acertado diagnóstico y adecua-
do tratamiento incluso en las formas mas graves. La miastenia es de las enfermedades autoin-
munes, la más conocida, y ha servido de modelo para dilucidar mecanismos de otros desór-
denes autoinmunes.
La debilidad y fatigabilidad muscular son los signos mas conocidos de esta enfermedad.
Distintos mecanismos son responsables de la producción de anticuerpos, y el número de recep-
tores libres, son los que contribuyen a la severidad de las manifestaciones clínicas. El antígeno
blanco, los receptores de acetilcolina, son purificados en diversas fuentes, incluyendo el mús-
culo humano y la estructura molecular es actualmente conocida. Genes para todas las subuni-
dades de receptores de acetilcolina han sido clonados, y estas subunidades se han producido
por ingeniería genética. Un modelo experimental, de miastenia gravis, inducido por la inmu-
nización de animales para receptores de acetilcolina, han contribuido a comprender el meca-
nismo de esta enfermedad. Los avances en el diagnóstico y tratamiento de la miastenia gravis
han sido impresionantes. Un diagnóstico de seguridad se puede realizar en casi todos los pacien-
tes. Con el uso de la moderna inmunoterapia, el pronóstico de la enfermedad ha cambiado dra-
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máticamente. Las formas fatales de otros tiempos se pueden tratar actualmente de una forma
efectiva, y casi todos los pacientes pueden desarrollar una vida normal activa. Los factores que
inician y mantienen la respuesta autoinmune no son conocidos. La inmunología celular es actual-
mente sujeto de estudios intensivos: el objetivo es determinar precisamente, cual de las célu-
las “T” o “B” específicas, para receptores de acetilcolina interactúan para producir autoanti-
cuerpos patógenos. La heterogenicidad de la respuesta inmune de las células “T” y “B” en los
receptores de acetilcolina plantean un problema y un reto.
CLASIFICACIÓN
Osserman y Genkins describieron en 1971 una clasificación clínica en el estudio de 1.200
pacientes miasténicos, y que tiene vigencia en la actualidad. Se divide en dos grupos: grupo
pediátrico y grupo adulto.
Grupo pediátrico
a) Grupo neonatal: la miastenia gravis del recién nacido es un modelo natural de miastenia gra-
vis, adquirida, autoinmune, transferida pasivamente, ya que se debe al paso de anticuerpos
antirreceptor durante el embarazo. La clínica de fatigabilidad aparece en las primeras 24 a
72 horas. El 20% de hijos de madres miasténicas padecen una miastenia transitoria. El emba-
razo a la mujer le puede producir una exacerbación o una remisión de la enfermedad. Los
signos están usualmente presentes al nacer, pero como se ha comentado previamente pue-
den retrasarse de 12 a 48 horas. Los signos asociados son hipotonía, llanto débil, mala suc-
ción y en ocasiones fallo respiratorio. No existe correlación entre la gravedad y duración de
la enfermedad de la madre y la gravedad de la enfermedad del niño. Esta miastenia del niño
tiende a remitir espontáneamente en el término de 2 a 4 semanas. En los niños que estén
muy afectados, el tratamiento, debe de comenzar inmediatamente con neostigmina oral
de 1-5 miligramos dependiendo de la severidad de la respuesta. La alimentación del niño
se realizará a los 15 ó 20 minutos de la administración del fármaco por vía parenteral.
b) Grupo juvenil: alrededor del 4% de todos los casos de miastenia los síntomas aparecen antes
de los 10 años de edad, y alrededor del 24% antes de cumplir los 10 años. Hay una marca-
da preponderancia de las mujeres. En contraste con las formas infantiles factores genéticos
juegan un pequeño papel. Al igual que en la miastenia del adulto, el mecanismo autoin-
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Grupo adulto
La incidencia es de 1 por cada 20.000 adultos. La hiperplasia tímica está presente en más del
70% de los casos y el 10-15% tienen timomas. La hiperplasia tímica es más frecuente en los
pacientes jóvenes y el timoma es más frecuente en el viejo. Los varones tienden a tener una más
rápida progresión de la enfermedad, y mayor mortalidad y menos frecuencia de remisión que
las mujeres. El curso clínico está marcado por períodos de exacerbación y remisión. Los mús-
culos extraoculares se suelen ver afectados en el primer año de la enfermedad, sin embargo
en las tres cuartas partes de los pacientes, el primer síntoma, suele ser la ptosis o diplopía. Del
primer al tercer año es cuando se da la máxima severidad del cuadro. La debilidad de los mús-
culos faríngeos o laríngeos pueden producir disfagia, disartria con dificultad en la elimina-
ción de restos bucales. Hay afectación muscular general asimétrica. La severidad clínica viene
dada por la clasificación o grados de Osserman.
Tabla I Clasificación miastenia gravis.
GRUPO II: IIa) Miastenia generalizada ligera con afectación bulbar y esquelética, pero no
respiratoria. (40%).
IIb) Miastenia generalizada moderada, los síntomas son más intensos, pero sigue
respetándose la musculatura respiratoria (28%).
GRUPO III: Miastenia aguda fulminante; rápida afectación de la musculatura bulbar, esquelética
y respiratoria (8%).
GRUPO IV: Miastenia severa tardía; los síntomas aparecen como en la III, pero al cabo de dos
años de comienzo de los síntomas.
Síndrome miasténico
El síndrome de Lambert-Eaton es una alteración adquirida del terminal del nervio motor en
el cual hay una reducción en la liberación de acetilcolina. La afectación es presináptica. Se da
en personas mayores a las que se les diagnostica erróneamente una miastenia. Suele estar aso-
ciado a tumores del tipo de células pequeñas del carcinoma de pulmón. El diagnóstico se basa
en la demostración del fenómeno de la facilitación (típico de un proceso presináptico), en la esti-
mulación repetitiva. Dada la dificultad para liberar acetilcolina, el primer estímulo ocasiona un
potencial de bajo voltaje y a frecuencias bajas se produce una caída miasténica del potencial. Si
se estimula a altas frecuencias lo cual hace que se libere más acetilcolina, el voltaje del poten-
cial aumenta. El tratamiento con anticolinesterásicos no suele ser eficaz, da mejor resultado el
tratamiento con guanidina o la administración de 4-aminopiridina. Existe buena respuesta a los
corticoides.
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Figura 1. *Esquema de una unión neuromuscular normal (A) y de un paciente con miastenia gratis (B). El nervio ter-
minal es normal en las dos situaciones. Los cambios se aprecian en la membrana postsináptica. (Tomado de NEJM. 1994.
Vol. 330. Pág. 1797. )
RECEPTORES DE ACETILCOLINA
Los receptores de acetilcolina en el músculo esquelético es el objetivo de la respuesta inmu-
ne en la miastenia gravis. Se trata de una glucoproteína con un peso molecular de 250.000 que
está proyectada a través de la membrana del músculo y compuesta de 5 subunidades que están
agrupadas y presentan un canal central. Cada molécula del receptor de acetilcolina consiste
en dos subunidades alfa, una subunidad beta, una subunidad delta y una subunidad gamma
o epsilon. Cuando los sitios de unión de las subunidades alfa son ocupados por la acetilcoli-
na, los canales iónicos se abren transitoriamente y se produce un rápido paso de cationes.
Los receptores de acetilcolina experimentan un recambio continuo en la unión neuromus-
cular. Los nervios motores tienen un importante papel en este proceso, regulando la síntesis,
composición de las subunidades, distribución y degradación de los receptores. Hay evidencias
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Enfermedades autoinmunes:
Tiroiditis
Enfermedad de Graves
Artritis reumatoide
Lupus eritematoso
Alteraciones de la piel
Pruebas farmacológicas
Los fármacos que son capaces de inhibir la enzima acetilcolinesterasa, y hacer que la nor-
mal liberación de acetilcolina interactúe con los escasos receptores, hace que en el paciente mias-
ténico aumente la potencia muscular. El edrofonio es el que se utiliza en este test, dado que pre-
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senta una respuesta rápida (30 segundos) y una duración corta (5 minutos). En el paciente mias-
ténico hay una mejoría de la debilidad muscular. Se inician con una dosis de 2 mg que puede
llegar hasta los 10 miligramos. La mejoría se puede valorar, además de clínicamente con dina-
mometría, electromiografía, ergometría y estudio de la capacidad vital. Dosis mayores de 10
miligramos pueden llegar a producir un bloqueo despolarizante.
Pruebas neurofisiológicas
- Estimulación repetitiva. Al estimular un nervio a 3 ciclos/s se puede observar en el EMG una
caída del potencial evocado motor del músculo correspondiente a partir de la cuarta o quinta
respuesta. Este descenso es patológico a partir del 8-10%, y puede valorarse más claramente
después de someter el músculo explorado a unos minutos de isquemia. En casos dudosos, se
puede repetir esta estimulación tras la tetanización, observándose, facilitación postetánica segui-
da de agotamiento postfacilitación. Es conveniente realizar este test en varios grupos muscu-
lares, ya que la rentabilidad es distinta según la localización. En la eminencia tenar da 30% de
positividades y en el deltoides llega a ser del 60%.
- Estudio del electromiograma de fibra única o aislada: Dentro de una unidad motora existe un
ligero desfase entre el momento de aparición de un potencial de acción en una fibra u otra. Se
debe a que la longitud del axón que llega a una y otra es diferente. Con un electrodo especial
se pueden obtener estos dos potenciales y se observa que uno sigue al otro con una diferencia
de tiempo. Esta diferencia de tiempo tiene un valor normal según estudios controles. Cuando
existe una miastenia la aparición del segundo potencial se retrasa (Jitter alargado) o puede no
aparecer (bloqueo). Estudiado en el músculo frontal tiene hasta un 94% de positividades. Sigue
siendo patológico a pesar del tratamiento y aunque haya existido mejoría clínica. Esto ultimo
tiene un enorme valor para el diagnóstico.
Estudios inmunológicos: Los anticuerpos antirreceptor postsináptico de acetilcolina tienen un
valor diagnostico, ya que se detectan hasta en un 70-90% de los enfermos. No existe relación
directa entre el titulo de anticuerpos y la gravedad del estado clínico, pero esta relación, si que
puede ser fiable durante la evolución. Aquellos pacientes en los que se ha hecho el diagnósti-
co de miastenia gravis, y tienen anticuerpos negativos, podemos decir que es de aparición recien-
te y con gravedad leve, confinada, por lo general, a los músculos oculares.
A parte de lo ya reseñado en el estudio del paciente con miastenia gravis, hay que realizar
una serie de pruebas adicionales relacionadas o para descartar patología o enfermedades aso-
ciadas. Un tumor mediastínico puede comprimir una serie de estructuras internas y plantear
problemas en la inducción anestésica por dificultades en la intubación; en la tabla IV expone-
mos un listado de otras determinaciones y pruebas a realizar.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Otras condiciones que producen debilidad muscular se tienen que considerar en el diagnósti-
co diferencial de la miastenia gravis. El síndrome miasténico congénito, la enfermedad de Graves,
síndromes miasteniformes, hipertiroidismo, botulismo, oftalmoplejía, tumores intracraneales...
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Resonancia magnética
TAC torácica
Test para lupus eritematoso:
Anticuerpos antinucleares
Factor reumatoide
Anticuerpos antitiroideos
Test de función tiroidea
Test de tuberculina
Radiografía de tórax
Test de función pulmonar
Densitometría en pacientes mayores
Determinaciones de glucemia
Los pacientes con miastenia gravis tienen una incidencia aumentada de enfermedades aso-
ciadas. Los tumores tímicos ocurren aproximadamente en el 12% de los pacientes. El timo tiene
una prevalencia en el adulto medio. En pacientes con miastenia gravis alrededor de los 40 años
con aumento del tamaño tienen la posibilidad de tener un timoma. El hipertiroidismo se da
en el 3-8% de los pacientes con miastenia gravis. Hipertiroidismo e hipotiroidismo pueden agra-
var la miastenia. Es importante a la hora de diseñar el tratamiento ver la terapéutica previa
del paciente, ya que en el caso más sencillo de existencia de un úlcus se podría ver agravado
por la inmunosupresión con corticoides. No es infrecuente el que pueda existir una diabetes
que igualmente necesitaría mejor ajuste insulínico...
En la tabla V se expone el diagnóstico diferencial de la miastenia gravis con otros procesos
anteriormente comentados, pero con algunas características especiales que nos pueden servir
para el diagnóstico diferencial.
Anticolinesterásicos
Los anticolinesterásicos siguen siendo utilizados en primera línea en la miastenia gravis.
Fueron utilizados por primera vez por Mary-Walker en 1933-1934. Representan tan sólo una
terapia sintomática y en ocasiones en miastenias graves y particularmente en aquéllas con afec-
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Fármacos que inducen miastenia Gatillo miastenia autoinmune Recuperación en semanas tras la
Penicilamina. supresión del fármaco
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tación orofaríngea y respiratoria tienen pocos efectos, experiencias en animales han demostra-
do que la medicación prolongada con anticolinesterásicos producen cambios en la configura-
ción del receptor de acetilcolina similar al paciente que presenta una miastenia.
Los más utilizados son los solubles y suelen utilizarse por vía oral en forma de compues-
tos mono o bicuaternarios. Se dispone de bromuro de neostigmina, bromuro de piridostigmi-
na; cloruro de ambenonio y cloruro de edrofonio.
El más utilizado es la piridostigmina (Mestinon), siendo el principio del tratamiento del
paciente miasténico. Las tabletas de piridostigmina son de 60 miligramos y equivalen a una
dosis de 2 miligramos i.v. Se inicia el tratamiento con dosis de 30-60 miligramos cada 8 horas
hasta llegar a un máximo de 120 miligramos día. Debe de darse 30 minutos antes de las comi-
das con el fín de permitir al paciente una buena ingesta de alimentos. La acción comienza a
los 10-30 minutos, es máxima a las 2 horas y tiene una duración normal de cuatro horas. exis-
ten preparados comerciales de acción prolongada.
El bromuro de neostigmina (prostigmina) se utiliza por vía i.m. si el paciente no puede hacer
ingesta oral o bien por vía i.v. si queremos que actúe con gran rapidez. Las equivalencias son
15 miligramos por vía oral a 0,5 mg por vía i.v..
El cloruro de edrofonio es de acción inmediata por lo que se utiliza de test diagnóstico. Sirve
para realizar el diagnóstico diferencial entre crisis miasténica y crisis colinérgica.
El cloruro de ambenonio es el anticolinesterásico que menos se utiliza, ya que aumenta, de
una forma importante, las secreciones bronquiales y produce una cefalea importante.
El papel fundamental de los anticolinesterásicos es el de favorecer la transmisión neuro-
muscular al aumentar la disponibilidad de la acetilcolina en la placa motora.
Los anticolinesterásicos presentan efectos secundarios colinérgicos por estimulo de los recep-
tores muscarínicos:
Lagrimeo.
Salivación.
Bradicardia.
Hipotensión.
Aumento de las secreciones bronquiales.
Midriasis.
Cefalea.
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TRATAMIENTO INMUNOSUPRESOR
La terapia inmunosupresora está indicada cuando la debilidad no está adecuadamente con-
trolada con los anticolinesterásicos, y el paciente puede tolerar la morbilidad de estos com-
puestos. Prednisona, azatioprina, ciclosporina son los agentes que se utilizan actualmente. En
general, el tratamiento se realiza para un período largo e incluso indefinidamente. Es necesa-
rio en estos casos un riguroso control del paciente y evitar al máximo las interacciones medi-
camentosas.
Corticoides
Los esteroides es el tratamiento inmunosupresor más frecuentemente utilizado en la mias-
tenia gravis. Tienen notables efectos secundarios que deberemos de controlar. Los pacientes que
inician el tratamiento con corticoides deben de ser hospitalizados, ya que en ocasiones se pro-
duce un empeoramiento inicial y puede llegar a tener una miopatía esteroidea y que se dife-
rencia de la miastenia, porque no hay empeoramiento del jitter. El empeoramiento se produce
en las primeras semanas del tratamiento y en el 48% de los pacientes. El riesgo se puede dis-
minuir, introduciendo la medicación, muy lentamente. Se inicia con una dosis diaria de 15 mili-
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Azatioprina
Es metabolizada a un citotóxico derivado que es la 6-mercaptopurina. Utilizado en aquellos
pacientes, en los cuales los corticoides, están contraindicados. Actúa sobre los linfocitos T. El
tratamiento es iniciado con una dosis test de 50 mg día por una semana. Si es bien tolerado la
dosis se aumenta a 2-3 miligramos por kilogramo de peso y día. En los pacientes que toman alo-
purinol se debe de bajar la dosis y realizar control de niveles, ya que este ultimo fármaco
interfiere con la degradación enzimática de la azatioprina.
Ciclosporina
Inhibe la producción de interleuquina-2 por las células “T”. Se utilizó primeramente en un
modelo experimental, y actualmente, se está incrementando su uso en esta enfermedad. Su efi-
cacia es similar a la de la azatioprina. Los efectos secundarios son nefrotoxicidad e hiperten-
sión. Se utiliza en dosis repartidas (dos dosis) de 5 mg/kg/día. El ajuste de la dosis se debe
de hacer con niveles plasmáticos. El alto coste del producto limita su utilización.
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Plasmáferesis
La mejoría transitoria de los enfermos miasténicos, con el drenaje de la linfa del conducto
torácico, y su empeoramiento al reinfundírsela, una vez separados los elementos formes, apo-
yaba la intervención de un factor sérico en el bloqueo neuromuscular de la miastenia gravis. Se
introduce en 1976, como una nueva posibilidad terapéutica en aquellos pacientes con miaste-
nia gravis que no habían respondido a otros tratamientos. La plasmaféresis produce un recam-
bio de anticuerpos en la circulación, y produce en muy poco tiempo una mejoría. Es usado pri-
mariamente para estabilizar las condiciones del paciente con miastenia gravis, y en pacientes
que van a ser sometidos en corto espacio de tiempo, de preparación a timectomía. El beneficio
de la plasmaféresis es temporal dura tan sólo unas semanas. El beneficio de la plasmaféresis de
forma repetida es útil en aquellos pacientes que no responden a otras terapias comentadas ante-
riormente. Los problemas de la plasmaféresis son aquellos derivados del acceso venoso, ries-
gos de infecciones, hipotensión, embolismo pulmonar.
La indicación para el uso de la inmunoglobulinas es similar a lo comentado en la plasma-
féresis. Produce una rápida mejoría. Tiene más ventajas en cuanto que no requiere un equipo
especial ni catéteres especiales. La dosis usual de inmunoglobulinas es de 400 mg por kilogra-
mo y día en cinco días sucesivos. La mejoría es de aproximadamente en el 73% de los casos,
según ultimas publicaciones. El efecto es temporal pero más sostenido y puede llegar a ser de
semanas o meses. Se producen reacciones adversas en el 10% de los casos que incluyen dolores
de cabeza, fallo renal en raras ocasiones y sobrecarga de líquidos.
TIMECTOMÍA
Sauerbruch efectuó la primera timectomía en el año 1911, en una enferma con hipertiroi-
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dismo y miastenia gravis, buscando una cura del hipertiroidismo y consiguiendo una mejoría
de la miastenia.
La primera observación de que la timectomía influía en el curso de la miastenia gravis fue
debida a Blalock en 1939. Otras aportaciones históricas importantes en el desarrollo de la ciru-
gía del timo son las de Campbel, Clagett, Viets y Harvey.
Los adelantos en las técnicas anestésicas, y cuidados postoperatorios, han hecho que cam-
bie la situación previa de esta enfermedad.
La realización de una timectomía se basa en la asociación hasta en un 75% de los casos de
alteraciones tímicas (persistencia del timo, hiperplasia, timoma) y miastenia gravis, y en el papel
de que el timo alterado, desempeña en la patogenia de la miastenia gravis.
La timectomía se puede realizar transcervical o trasesternotomía. Es cierto que a nivel qui-
rúrgico y estético es más adecuada la primera, pero casi todos los cirujanos se decantan por la
segunda, por las posibilidades de dejar restos tímicos con la transcervical.
La timectomía es el tratamiento de elección en todos los pacientes con miastenia generali-
zada, con hiperplasia tímica o timoma. No está indicada en la forma ocular y en la congénita.
Algunos autores aconsejan la timectomía en la forma ocular, basándose en una generalización
tardía. En los enfermos de edad avanzada y con miastenia generalizada la timectomía no está
indicada si no existe timoma.
La timectomía no debe de ser nunca un procedimiento de urgencia. Se debe de extremar la pre-
paración del paciente antes de la cirugía con la adecuada preparación ventilatoria y el estudio
de las interacciones medicamentosas y efectos secundarios de la medicación inmunosupresora
si al paciente se le están administrando. En algunas instituciones y según el grado realizan una
plasmaféresis previa. De todos estos acontecimientos previos el anestesiólogo debe de estar
informado, ya que en caso, por ejemplo, de emplear relajantes despolarizantes nos encontra-
mos con tasas de colinesterasa plasmática bajas tras la plasmaféresis y cambiaría la respuesta
de este tipo de relajantes.
La mortalidad operatoria y postoperatoria debe de ser hoy día nula. La mejoría o remisión
aparece entre el año y los cinco años posteriores a su ejecución, con un pico máximo a los dos
años para el 66-86% de los pacientes. En la miastenia gravis sin timoma, hay un 60- 80% de mejo-
rías con la timectomía y remisión completa en el 41% de los casos a los 5-10 años. Los resulta-
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dos no son tan satisfactorios en los pacientes con timoma. La remisión ocurre en el 10% de los
casos si el timoma es benigno. Existe una mejoría en el 25% de los casos y la supervivencia a los
5 años es menor del 50%.
Valoración preoperatoria
Los enfermos miasténicos pueden ser intervenidos para realizar una timectomía, o bien para
corregir una alteración que nada tiene que ver con la miastenia. No hay que olvidar la frecuencia
con la que pacientes miasténicos sufren otras enfermedades de carácter invalidante y con enor-
mes repercusiones anestésicas. Ya hablamos anteriormente en el diagnóstico diferencial, y rese-
ñábamos una serie de enfermedades frecuentes. La valoración preoperatoria incluye:
- Examen clínico y de laboratorio.
- Conocimiento del grado de miastenia.
- Tratamiento previo específico.
- Estudio radiológico.
- Resonancia nuclear magnética; TAC.
- Pruebas de función tiroidea.
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- Electromiograma.
- Pruebas de función respiratoria.
- Estado de nutrición.
- Apoyo psicológico.
Se habló anteriormente que la timectomía de urgencia no tiene ninguna indicación, y el
paciente debe de llegar a la cirugía lo más estable posible. En otros tiempos no era infrecuente
la traqueotomía electiva. Hay que destacar que en un hospital americano como el Mount Sinai
no se ha realizado una traquetomía desde el año 1972.
Una de las discusiones que se ha mantenido hasta nuestros días es la de si se debe o no reti-
rar, previo a la cirugía, la medicación colinesterásica. Esto no sólo se basa en intentar que la
unión neuromuscular recupere su sensibilidad disminuida a la acetilcolina, sino también en
intentar evitar los efectos secundarios de los anticolinesterásicos, como es el aumento del nume-
ro de secreciones que exige una adecuada limpieza. Sabemos que si utilizamos relajantes mus-
culares no despolarizantes los anticolinesterásicos revierten la acción y en este caso, existirá
menor sensibilidad y mayor resistencia a la acción de estos relajantes. En el caso de la succi-
nilcolina si damos anticolinesterásicos previos podemos aumentar el bloqueo o pasar a un blo-
queo de fase II. Hoy día se está de acuerdo en que en miastenias generalizadas o en aquéllas
donde el paciente es muy dependiente de ellos no se deben suspender previo a la intervención
y tan sólo mantendremos una estrategia adecuada de dosificación y control por monitoriza-
ción. En la clase I-IIA se retiran los anticolinesterásicos con el fin de ganar en sensibilidad y dis-
minuir los efectos vagales. Actualmente con nuestras técnicas anestésicas prácticamente se evita
la intubación prolongada de estos pacientes que antes podría ser la norma con las repercusio-
nes en cuanto a infecciones... que se producían en mayor grado, y en individuos que se encon-
traban inmunosuprimidos.
Si el paciente toma habitualmente corticoides, se debe poner una dosis de hidrocortisona de
100 mg antes de la intervención, y posteriormente, continuar por vía i.v. cada 8 horas hasta pasar,
si no existen problemas, a la vía oral habitual.
Premedicación
Es muy importante el realizar la intervención en las primeras horas de la mañana y el que
exista un buen apoyo psicológico. La confianza que se le dé en nuestra consulta de conoci-
miento previa será decisiva. Se debe de premedicar con benzodiazepinas por vía oral antes de
la intervención ajustando la dosis a la graduación que hallamos hecho en clínica. La preme-
dicación por vía parenteral se debe reservar para nuestras unidades de atención previa donde
existe la adecuada vigilancia. La atropina elimina los efectos vagales de aquellos que se encuen-
tran con medicación anticolinesterásica. Es muy necesario analizar la pruebas de función
respiratoria.
Monitorización
Salvo en pacientes que padezcan enfermedades asociadas de tipo respiratorio o vascular o
en aquellos que se prevean problemas en el abordaje de la vía aérea, no es necesario utilizar pre-
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sión arterial cruenta. A todos los efectos son pacientes con peculiaridades en cuanto a su enfer-
medad, pero que no presentan grandes prohibiciones cara a la actuación anestésica. Electrocardio-
grama, pulsioximetria, capnografía, medición o control de la transmisión neuromuscular, pre-
sión arterial automática no cruenta son normas para cualquier paciente que es sometido a cual-
quier procedimiento quirúrgico por banal que parezca. Se ha visto que en aquellos pacientes a
los que se realiza timectomía por vía esternal, la colocación previa a la inducción de un catéter
epidural obtiene unos mejores resultados con evidencia de extubación más precoz y más con-
fort postoperatorio. Se coloca un catéter epidural lumbar y se administra cloruro mórfico que
para una persona de unos 70 kg de peso y con talla normal, sería de unos 7 miligramos disuel-
tos en 14 ml de suero salino. Existen estudios donde se ha visto que en las esternotomías no es
más eficaz el catéter epidural torácico que el lumbar, y por ello, se prefiere este último aborda-
je en personas con poca práctica en epidural torácica. Hay que tener presente que en estos pacien-
tes existe la posibilidad, en un porcentaje alto, de apertura pleural bilateral con el consiguien-
te drenaje en el postoperatorio que puede ser especialmente molesto.
Se puede actualmente utilizar relajantes musculares tras la inducción anestésica y tan sólo
tendremos que tener presente las características del propio relajante, la adecuada dosificación
y las interacciones con el elemento inductivo.
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Durante mucho tiempo hemos evitado la utilización de los relajantes musculares en estos
pacientes, y se ha logrado la intubación y el mantenimiento prescindiendo de ello. Se puede uti-
lizar técnicas mixtas como las de infiltración de los laríngeos seguido o no de una administra-
ción transtraqueal de lidocaína (al 2 o al 5%, 2 ml) con cualquier agente inductivo, ya sea pen-
total, propofol con lidocaína i.v. y alfentanilo. Hay estudios (Acta Anaesthesiol Scan 1991: 35: 326-
328) donde esto último comparado en pacientes estables con el uso de succinilcolina a dosis
adecuadas se decantaban por la utilización de los relajantes musculares por las malas condi-
ciones de intubación que presentaban los que se hacia intubación tras administrar pentotal o
propofol. Es cierto que no se apoyaban en técnicas locales de control de la vía aérea. Nosotros
utilizando técnicas transtraqueales de administración de anestésicos locales, seguidos de induc-
ción con propofol, la intubación traqueal es adecuada y predecible.
Otras de las técnicas de inducción preferidas por nosotros para evitar la utilización de los
relajantes musculares, será la de inducción rápida inhalatoria. Es cierto que se pueden tener
mayores trastornos cardiovasculares, pero en la práctica diaria es una técnica segura. Se reali-
za inicialmente con halotano y protoxido previa desnitrogenización del paciente. Se le pide al
paciente que colabore con tres capacidades vitales administrando el halogenado por mascari-
lla. Progresivamente el paciente va profundizando su estado anestésico hasta que podemos rea-
lizar una intubación adecuada. Posteriormente, en el mantenimiento podemos utilizar el iso-
flurano en cuanto a que tiene menos problemas hemodinámicos y mejor despertar. En un artí-
culo reciente, publicado en la revista Canadian Journal Anaesthetic (1994/41: 2/pp 102-106, se
confirman los buenos resultados de esta técnica. Se ha visto que el sevoflurano tiene mejores
resultados que el halotano e isoflurano. La inducción es más rápida y menos irritante que el
halotano. En el caso de que nos veamos obligados a utilizar los relajantes musculares hemos de
tener en cuenta la potenciación que los halogenados hacen de estos agentes y, sobre todo el iso-
flurano con lo que debemos de ajustar más aún las dosis.
Recientemente (1992. Anesth Analg 1992; 75: 458-460) fue publicado un trabajo de una técni-
ca anestésica para solucionar en un síndrome miasténico una estenosis subglótica. En ella se hace
hincapié del valor que tiene combinar la inducción intravenosa con propofol y apoyada con halo-
genados (isoflurano) con las técnicas de bloqueo laríngeo, que ya se habló anteriormente. Las
conclusiones de este trabajo es que este bloqueo laríngeo : 1. Facilita la introducción de un bron-
coscopio rígido sin utilizar relajantes musculares; 2. Existe una adecuada relajación de la vía aérea
superior; 3. Disminuye los requerimientos anestésicos y es una alternativa cuando se quiera evi-
tar los relajantes musculares. (El bloqueo laríngeo se hace con 3 ml de lidocaína al 2%).
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El mivacurio por sus características en cuanto a la duración del bloqueo parece una buena
alternativa en los pacientes miasténicos. Obviamente, como todos se debe de reducir la dosis
inicial. El mivacurio es hidrolizado rápidamente por la colinesterasa plasmática, por lo que se
puede ver inhibida por los anticolinesterásicos produciéndose un aumento de la duración del
bloqueo neuromuscular. En algunas instituciones que lo utilizan, la dosis de piridostigmina la
dan 10 horas antes como mínimo, para evitar este aumento en el efecto. En pacientes con afec-
tación hepática donde los índices de colinesterasa plasmática puede ser bajo el bloqueo del miva-
curio se prolonga en el tiempo.
El besilato de atracurio es de elección en la miastenia gravis, por su rápida eliminación e
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El control del dolor se ha hecho básicamente con analgésicos narcóticos con reducción de la
dosis. El efecto de la morfina se ha visto que está aumentado por los anticolinesterásicos.
Actualmente han aparecido multitud de estudios realizando el control del dolor de la ester-
notomía con catéteres epidurales lumbares, tanto en el per, como en el postoperatorio. Se ha
visto que tienen igual rentabilidad que los catéteres epidurales torácicos y logran una mejor
calidad de extubación de estos pacientes. Se pueden utilizar los mórficos en sistemas de PCA o
NCA con un control inicial importante por la potenciación de efectos que sufre.
Todos los pacientes deben de ser estrechamente vigilados y evitar todas aquellas circuns-
tancias que pueden aumentar el grado de bloqueo, (cambios iónicos, necesidad de medica-
ción antiarrítmica, antibióticos...). No existe un acuerdo sobre si se debe de continuar en el pos-
toperatorio inmediato con anticolinesterásicos, ya que ha habido autores que han descrito mayor
sensibilidad a estos en los primeros días. Otros, por el contrario, los aconsejan, dado que el efec-
to de la timectomía no es inmediato y se deberían administrar observando la respuesta a la
administración.
RESUMEN
La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune, que resulta de la producción de anti-
cuerpos contra los receptores de acetilcolina sobre la placa motriz. Estos anticuerpos reducen
el número de receptores activos, por un bloqueo funcional de los receptores, por un aumento
de la velocidad de degradación de los receptores o por una lisis provocada por el complemen-
to. Con los músculos miasténicos, la amplitud del potencial miniatura de la placa motriz está
disminuido y una gran proporción de potenciales está bajo el umbral de excitación. Una esti-
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mulación nerviosa repetitiva produce una respuesta que disminuye gradualmente. La enfer-
medad está asociada frecuentemente con anomalías morfológicas del timo. La hiperplasia del
timo es común en los pacientes jóvenes, mientras que el timoma es más frecuente en las per-
sonas de edad. El tratamiento médico de la miastenia busca la mejoría en la transmisión neu-
romuscular con la ayuda de fármacos anticolinesterásicos, la supresión del sistema inmunita-
rio con la ayuda de los corticoides y de inmunosupresores o la disminución de los anticuer-
pos circulantes con la ayuda de la plasmaféresis. Los adultos que presentan una miastenia gene-
ralizada deben sufrir una timectomía transesternal. Una técnica balanceada de anestesia gene-
ralizada puede ser utilizada con seguridad, incluyendo la utilización de los relajantes muscu-
lares en tanto que se monitorice la conducción. Los pacientes miasténicos son más sensibles a
los relajantes no despolarizantes, pero los relajantes de acción intermedia, como vecuronio y
atracurio son eliminados rápidamente y se pueden usar para obtener un bloqueo satisfactorio
y de fácil reversibilidad. El soporte ventilatorio es posible que sea necesario en pacientes de alto
riesgo. El tratamiento médico puede ser mantenido, eliminado o apartado tan solo en el día
de la cirugía. El 96% de los pacientes se benefician de la timectomía, 46% desarrollan una remi-
sión completa el 50% se mantienen asintomáticos o mejoran con el tratamiento.
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