You are on page 1of 3

23/02/2011 El poder de la confesión - Enseñanza …

El poder de la confesión

“Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”
Rom anos 10:10 (VRV 60).

Las primeras cosas primero.

Antes que nos movamos para aprender cómo se utiliza la confesión, descubramos qué es la
confesión. Para definirla de manera simple, la confesión es utilizar la boca para producir. Es
más que solamente decir algo. Significa declarar una cosa con el fin de establecerlo o
confirmarlo. La verdadera confesión es una proclamación espiritual autorizada.

Una buena manera de pensar acerca de la confesión efectiva es en términos de disparar un


arma. Un arma que dispara sin balas suena de la misma manera que disparar balas reales.
Las dos hacen “BUM”. Pero una es efectiva; la otra sólo hace ruido. Si usted tiene una
serpiente en su patio, le puede disparar sin balas durante todo el día y nunca la matará. Sin
embargo, una bala real se encargará de esa viscosa serpiente enseguida.

Este es el motivo por el que tantos cristianos han caído frustrados con la confesión. El diablo
(la serpiente) está suelta en sus finanzas, salud, o familia. Ellos están disparando el arma de
la confesión, están diciendo las palabras correctas, aunque nada está pasando. ¿Por qué?
Están disparando sin balas. El arma de la confesión no ha sido aún cargada con la munición
correcta.

Esto explica por qué una persona dice, “Ese auto es mío, en el nombre de Jesús” y lo
consigue, mientras que otra dice exactamente la misma cosa pero aún sigue tomando el
colectivo para ir a trabajar.

Confesión efectiva.

No cometa errores acerca de esto, las palabras son poderosas. Hebreos 11:3 nos dice “Por la
fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios”. Lea los dos primeros
capítulos de Génesis y usted verá que esto es verdad, por ejemplo, Génesis 1:3 dice:

“Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.”

Usted verá esa frase, “Y Dios dijo…” repetida otras veces en los versículos 6, 9, 11, 14, 20, 24,
26, 28 y 29. Cada vez que Dios quería crear algo nuevo, Él decía algo. ¡No intente decirme que
las palabras no son importantes! ¡Yo sé por la Palabra de Dios que ellas son creativas y
poderosas!

Pero las palabras deben estar basadas en una fe como fundamento. Mire en Romanos 10:10:

“Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para
salvación.”

Considere cuidadosamente el orden de este versículo: es con su corazón que usted cree,
luego es con su boca que usted confiesa. Nosotros confesamos lo que ya es verdad en
nuestros corazones. Si la confesión es el arma, las palabras, basadas en una realidad interior
ya presente, son las balas. Usted habla lo que es real en su corazón, lo que su corazón
realmente posee. ¡Y la pólvora que llena e impulsa aquellas balas es la sustancia de la fe, por
supuesto! Usted sabe en su corazón que lo que está confesando ya es una realidad.

Las palabras son creativ as y poderosas.

Así es como todas estas fuerzas y vehículos interactúan para producir resultados, y esta es la
razón por qué es tan importante tener las cosas en el orden correcto antes de “salir a disparar
palabras de su boca”. Demasiado a menudo nos hemos apurado para disparar el arma de la
f ó h l l l (l b l )
cristolasolucion.com/confesion.html 1/3
23/02/2011 El poder de la confesión - Enseñanza …
confesión sin hacer lo que es necesario para cargarla con una clara imagen interior (la bala) y
llenar esa imagen con fe (la pólvora). Otras veces hemos tenido un arma ya cargada (una
clara imagen interior y fe) pero nos hemos negado a pulsar el disparador a través del ejercicio
de la confesión.
Unir todos estos elementos no es tan difícil como puede parecer. De hecho, si usted sigue los
pasos que hemos bosquejado hasta aquí, usted ya ha apuntado y disparado.

Edificando una clara imagen interior.

Si usted alguna vez quiere comenzar a ver lo que dice, tendrá que aprender a crearlo primero
en su corazón. ¿Cómo se hace esto? Haciendo diligentemente lo que hemos aprendido en el
paso previo: meditando las partes apropiadas de la Palabra de Dios.

Si usted alguna v ez quiere com enzar a ver lo que dice,


tendrá que aprender a crearlo prim ero en su corazón.

Meditar en la Palabra de Dios edifica una clara imagen en su corazón de aquello por la cual
usted está creyendo. Diga, por ejemplo, que usted necesita sanidad. Si usted comenzara a
meditar en la Palabra de Dios tiene que hablar sobre sanidad, murmurarlo en voz baja,
hablarlo y reflexionarlo. “Por sus llagas fuimos sanados, yo soy sanado”, con el tiempo una
imagen de usted sanado comenzará a tomar forma en su corazón. Una vez que esto ocurra,
entonces y sólo entonces usted podrá extraer sanidad de su corazón y llevarla al reino físico
de su cuerpo a través del instrumento de la confesión.

Si usted ha estado confesando que todas sus necesidades se encuentran en Cristo Jesús,
pero le han cortado el teléfono y la luz, y se están llevando sus muebles, quizás es porque
nunca se ha tomado el tiempo para edificar una clara imagen de “toda suficiencia” en su
corazón.

La confesión de su boca y la meditación de su corazón deben ir de la mano para que su fe sea


soltada y que el poder de Dios invada su situación. Una no funcionará independientemente de
la otra. Así que antes de comenzar a confesar la Palabra de Dios sobre su problema, esté
seguro de tener una sólida y real imagen de ello en su corazón.

La confesión de su boca y la m editación de su corazón deben ir de la m ano para que su


fe sea soltada y que el poder de Dios invada su situación.

El tiempo lo es todo.

El error más común que cometen los cristianos en el área de la confesión es fallar al esperar
que el arma esté totalmente cargada antes de accionar el disparador. Dios nos da una figura
del poder de esperar en Josué, capítulo 6, en la cual Israel está preparándose para tomar la
ciudad amurallada de Jericó. Si usted está familiarizado con el relato, recordará que Dios
instruyó a Josué que hiciera marchar a Israel alrededor de la ciudad una vez por día durante
seis días, y en el séptimo día, ellos debían marchar alrededor de la ciudad siete veces. Más
aún, Él les ordenó que estuvieran en silencio mientras marchaban:

“Y Josué m andó al pueblo, diciendo: Vosotros no gritaréis, ni se oirá v uestra v oz, ni


saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces gritaréis.”
Jos 6:10 (VRV 60).

¿Por qué piensa usted que Dios tenía a los israelitas marchando silenciosamente durante seis
días previos hasta que les permitiera soltar un grito de victoria? Así ellos meditarían mientras
marchaban. Con cada día que pasaba ellos desarrollaban una imagen interior más clara de
aquellas paredes quedando tiradas en el suelo y esa ciudad bajo el control de ellos. Para el
día séptimo, cuando Josué dio la orden de gritar, la confesión de ellos estaba tan cargada con
la sustancia de la fe que literalmente derribó aquellas paredes macizas.

El siete es un número bíblico de finalización o perfección. Lo que Dios está diciendo aquí es
“No abran su boca hasta que su m editación de m i Palabra esté com pleta”. Una vez que la
realidad de la promesa de Dios es más real en su corazón que las circunstancias externas,
usted no puede sino gritar su victoria. Ahí es cuando las paredes de cualquier cosa que se le
oponga se derrumbará como arena.

He tenido esta experiencia personalmente. Cuando me diagnosticaron meningitis, lo primero


que hice fue poner mis cintas grabadas y extraer las escrituras sobre sanidad. En ése
momento no estaba haciendo ninguna confesión audaz. Sólo mantuve mi boca cerrada y
meditaba. Meditaba y murmuraba esas escrituras de sanidad hasta que estuve tan lleno de la
realidad de la sanidad que me salía por los poros. Entonces, cuando supe que supe que era
real, me paré en el medio de mi cama y grité, “¡Estoy sano!”.

Mis síntomas no desaparecieron en ese mismo instante, pero eso no importaba. Yo sabía que
estaba sano. Y, por supuesto, lo estaba. Mi sanidad se manifestó en mi cuerpo muy
rápidamente. La clave fue hacer el duro trabajo de la meditación antes de moverme hacia el
paso de proclamar mi confesión.

Resumiendo la conexion corazon – boca.

Hijo de Dios, el Señor creó su corazón y su boca para estar casados. Cuando usted intenta
utilizar una independientemente de la otra es como un tipo de adulterio Eso es precisamente
cristolasolucion.com/confesion.html 2/3
23/02/2011 El poder de la confesión - Enseñanza …
utilizar una independientemente de la otra, es como un tipo de adulterio. Eso es precisamente
lo que muchos de nosotros hemos estado haciendo en el área de la confesión.
Volvamos a Romanos 10:9-10, porque esta relación de corazón y boca nunca se la ve más
claramente que en estos versículos (énfasis del autor):

“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y crey eres en tu corazón que Dios
le lev antó de los m uertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero
con la boca se confiesa para salvación.” (VRV 60).

Dios creó la boca y el corazón para que trabajen como en equipo. Ellos son “el dúo dinámico”.
No intente comenzar con la confesión hasta que haya establecido la creencia en el corazón.
Una vez que usted haya realizado ambas recién está preparado para moverse al próximo
peldaño de la escalera de la fe.

Ver otros mensajes de fe

Usted puede recibir diariamente los devocionales del Apóstol Juan Crudo en su casilla de correo
electronico. Pídalos CLICK AQUÍ

cristolasolucion.com/confesion.html 3/3

You might also like