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Conducción de disputas,
comunicación y técnicas.
Marinés Suares
Paidos 1996
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA DEL NUEVO MODELO
C IR CU LA R - N A R RA TIV
DEO MEDIACIÓN
Varias de ellas se están aplicando desde hace tiempo (las pregun tas circulares),
en tanto que otras (como la externalización) son más recientes.
Quizá sea necesario aclarar, para aquellos lectores que no pro vienen del campo
de la psicología, que en la actualidad no existe un solo tipo de terapia -ya que
comúnmente se asocia a la terapia con el psicoanálisis, que fue el primer abordaje
psicoterapéutico exitoso-.
Desde que Freud realizó sus primeras terapias que tuvieron éxito, a fines del
siglo pasado, y a partir de que produjo la funda mentación teórica a principios de este
siglo (en 1900 publicó el li bro La interpretación de los sueños, que es uno de los pilares
de la teoría psicoanalítica), muchas otras formas de terapia se han ido desarrollando.
Una de ellas es la terapia sistémica, que comenzó trabajando con familias y por lo
tanto se la asocia a la terapia fami liar. Así como las terapias psicoanalíticas se basan en
lo intrapsíqui co, las terapias sistémicas se basan en lo Ínteraccional.
Las terapias sistémicas han crecido en los escasos cuarenta años que llevan de
existencia. Sus orígenes se remontan al Primer Grupo de Palo Alto, California,
conducido por Gregory Bateson, cuyo trabajo sobre el doble vínculo es de 1956, y
posteriormente a los trabajos realizados en el Mental Research Institute de Palo Al to,
California, uno de cuyos directores y figura destacada fue Paul Watzlawick; también
podemos citar a Salvador Minuchin y Carlos Sluzki (ambos argentinos), que entre
otros, han sido, directores de esta prestigiosa organización. Si bien el desarrollo en
Estados Uni dos fue inmenso, también surgieron escuelas de terapia familiar
Sistémica en Europa. Una de las primeras fue la Escuela de Milán, dirigida por Mará
Selvini Palazzoli, quien se había formado en el MRI (Mental Research Institute) de
Palo Alto, California; también se han destacado la Escuela de Roma, de Maurizio
Andolfi; la Es cuela de Estudios de la Familia en Bélgica, con la dirección de Mony
Elkaím, y el equipo de Noruega del Norte, conducido por Tom Andersen. En la
última década ha surgido con fuerza propia, a tal punto que se la llama "la tercera ola
de la terapia", 2 en el pe queño y apartado continente de Oceanía: "la terapia
narrativa" de Michel White y David Epston.
Uno de los abordajes sistémicos terapéuticos que demostraron ser muy exitosos
fueron las llamadas "Terapias Breves" del MRI, que constituyó uno de los programas
de investigación más impor tantes de esta organización. Estas terapias se basaban en
un con cepto netamente sistémico: "No es necesario cambiar a la totalidad del sistema;
la introducción de un cambio, por pequeño que sea, si es mantenido, produce
efectos en la totalidad del sistema". A partir de este presupuestó las terapias breves
o de objetivos limi tados se focalizaban en un aspecto particular, y trabajaban para lo -
grar cambios en ese aspecto, el cual, después, el mismo sistema "amplificará" hacia
otros elementos o relaciones de éste.
Las contribuciones que estas formas de terapia pueden realizar a la mediación son
múltiples, porque se basan en las relaciones en tre las personas, pero haciendo un gran
recorte de todos los apor tes que podrían resultar válidos para los mediadores, vamos a
destacar:
a) Las ideas sobre la construcción de problemas, de Paul Watzlawick, y
análisis de las soluciones intentadas.
b) Alguna de las técnicas de abordaje del MRI: re-for mulación, re-
encuadre (o re-contextualización), connotación posi tiva.
c) Técnicas aportadas por la Escuela de Milán: pregun tas circulares.
d) Los nuevos aportes sobre terapia narrativa de Mi- chael White y
David Epston, y la Técnica o Proceso de externali zación.
e) La técnica del equipo reflexivo, de Tom Andersen.
Construcción de problemas
Existirían tres formas fundamentales de enfocar mal los pro blemas (dificultades
o crisis):
I - Re-formulación
Como su nombre lo indica, implica dar una nueva formula ción, diferente
de la dada por una o ambas partes.
La nueva formulación no es más correcta o verdadera que la que traen las
partes, sino que posibilita continuar el diálogo.
Los aportes realizados por la teoría del observador, de Hum berto
Maturana y Heinz von Foerster, que más adelante cito, nos han mostrado
cómo el sujeto observador construye a los objetos de la realidad, y nos habla
de una "realidad entre paréntesis", ya que la realidad en sí, sin paréntesis, no
puede ser aprendida.
Morin nos dice que esta construcción realizada por el observa dor no puede
ser cualquier construcción, sino que depende tam bién del objeto de la
observación. Introduce el concepto de complejidad, por eso habla de una co-
construcción realizada entre el sujeto y el objeto.
Estos instrumentos actúan como una reja que interponemos entre nosotros y
los objetos de observación; esta idea deriva de un concepto foucaultiano, que ha
sido traducido como "rejilla". Prefiero utilizar la palabra "reja", porque a lo que
apunto no es exactamente a lo mismo a lo que apunta Foucault, y porque en
nuestro medio, "rejilla" alude más a "trapo para limpiar". Quizás hubiera podido
utilizar la palabra "grilla", pero la metáfora de re ja me trae, también, la imagen de
encierro. Y creo que muchas ve ces quedamos prisioneros de nuestras propias
rejas, de nuestras propias formas de pensar, de nuestras propias formas de
apropiar nos de la realidad. Y esto se observa más en los casos de conflictos y/o
disputas, en los cuales las partes están como prisioneras, sin po der ver los hechos
de otra forma que como son vistos por ellos.
Esta es una de las formas como el lenguaje nos con funde, porque parecería
que la cosa "es" y lo que hacemos es siem pre ejecutar interacciones entre las
cosas, pero luego nos olvidamos de que la idea era producto de una interacción
y cons truimos nuestro pensamiento como si las cosas fueran en sí.
No tendríamos que decir que este objeto es un cuadrado sino que, en virtud
de que este objeto puede "atravesar" sin mayores dificultades la forma a la cual en
nuestra reja hemos denominado "cuadrado", podemos decir que este objeto tiene
la forma de un cuadrado.
Pero si nos encontramos con un cartel que dice "Walk", y en nuestra reja no
tenemos nin guna casilla que diga esto, no sabemos qué hacer, si cruzar o no.
Entonces generalmente tratamos de pensar y de ubicar cuál de nuestras rejas
puede sernos útil, y casi seguro que tomamos la re ja "señales organizadoras de
tránsito", y por la ubicación del cartel pensamos que puede tener que ver con los
peatones.
Asimismo, cuanto más rígida sea la reja, menores serán las po sibilidades que
tendremos para amoldarla a los cambios que van sucediendo en nosotros, en los
objetos, en nuestro contexto; o sea que cuanto más remachada esté, cuanto más
fijos y fuertes sean los remaches, menos posibilidades tendremos de modificarla.
Podría mos llamarla reja rígida.
Quizá la traducción más correcta del término inglés "refra- ming" no sea
"re-encuadre" sino "re-enmarque", porque el térmi no "frame" alude a "marco".
El mar co indicaría: "Lo que está acá adentro no debe entenderse como parte
de la pared, sino como una pintura". El marco crea una se paración y un
contexto. Hemos visto en "Comunicación" cómo el contexto interviene en la
atribución de significaciones. O sea que el efecto de re-encuadre sería el efecto
de re-contextualizar. Por es to prefiero utilizar una terminología más
batesoniana y en lugar de hablar de re-encuadre hablar de "re-
contextualización".
- Connotación positiva
Para ellos no son ni las personas ni las relaciones lo que cons tituye el
problema, sino que es el problema lo que es el problema, y por lo tanto la
relación de la persona con él se convierte en pro blema.
La externalización es un proceso muy efectivo que permite la
desestabilización de las narrativas o historias dominantes, o sea que se utiliza
para abrir estas últimas. Podríamos decir que tiene
V - Preguntas circulares
"el conjunto de objetos, así como las relaciones entre los objetos y entre sus atributos, 1'1
en el que los objetos son los componentes o partes del sistema, los atributos son las
propiedades de los objetos y las relaciones mantienen unido al sistema".
En forma muy sintética diré que los objetos (cualquiera que sea
el tipo de objeto al que una persona se refiera) permanecen por
afuera de la persona, es decir por afuera de nosotros mismos. La
presencia de los objetos puede "gatillar" o "desencadenar" reaccio nes
dentro de un ser con sistema nervioso, pero va a depender del
sistema nervioso que posea ese ser el tipo de reacción que va a de -
sencadenar, por ejemplo: Un bebé llorando va a gatillar determi -
nadas respuestas en la mamá o en el papá, que van a ser segura -
mente diferentes de las que ese mismo bebé puede desencadenar
en ese mismo instante en un mosquito. El objeto bebé es uno solo,
pero las repuestas de la mamá o el papá seguramente serán dife -
rentes de la del mosquito. No me veo a una mamá "picando" a un
bebé.
En esta misma línea, Bateson dice:
"los objetos son creación mía, y mi experiencia de ellos es subjetiva,
no objetiva. No es trivial empero advertir que muy pocas personas, al
menos en la cultura occidental, dudan de la objetividad de datos sen-
soriales tales como el dolor o sus imágenes visuales del mundo exte-
rior. Nuestra civilización tiene profundas raíces en esta ilusión".
Es fundamental la importancia que este autor le da al compo nente social, a punto tal
que dice que el estudio del proceso social podría convertirse en genérico para la
comprensión de la natura leza del conocimiento mismo. En este caso la psicología no
sería una disciplina derivada de la psicología general, sino que por el contrario esta última sería
considerada como una forma de proceso social, cuyos principios y resultados deberían ser
elucidados por la investigación social.
Algunas hipótesis
Los personajes de los cuentos, las novelas, etcétera, cuentan la historia desde su
propia perspectiva, con sus propios valores, y or ganizan la secuencia
argumental, cada uno a su modo que puede coincidir o no con los valores, los
temas y las secuencias argumén tales de los otros personajes. Un brillante ejemplo
de esto es la no vela de la autora argentina María Rosa Lojo, Canción perdida en Bue -
nos Aires al Oeste, en la cual los seis personajes de la novela cuentan la historia
familiar de forma diferente, con secuencias diferentes, partiendo de puntos
diferentes, basándose en valores diferentes y aun con estilos diferentes.
En los años '70 comienzan a estudiarse las "narrativas en ac ción". Ya no se
basan en textos que sean producto de la ficción si no que son "textos activos",
"textos vivientes". Se deja de lado el lí mite entre la lingüística (la langue] y la
retórica (la parole). Esto marca el comienzo de las teorías posmodernas de la
narrativa.
El punto de partida de estas teorías podría encontrarse en Wittgenstein,
para quien el lenguaje no es una actividad para des cribir cosas, sino que los seres
humanos
"vivimos en el lenguaje, no es que usemos el lenguaje para hacer cosas, sino que el
lenguaje mismo es el hacer".
Este "hacer" está pautado por normas, reglas y códigos, que dependen de la
cultura a la cual pertenece la persona. El concep to de contexto, en la forma
como es utilizado por Bateson, es apli cable a esta teoría. Y desde esta perspectiva,
para analizar la narra tiva es necesario que miremos más allá de la oración, más
allá del párrafo; es necesario que miremos a las relaciones entre las perso nas, las
normas, los mitos, las historias de la sociedad a la cual per tenece, es decir que
debemos tener en cuenta los contextos en los cuales se da esta narrativa.
Los diferentes contextos presionan, influyen en el tipo de rela ciones que se
crean y por lo tanto se construyen diferentes narrati vas de acuerdo con los
contextos en los cuales éstas son narradas. La misma situación es contada de
forma diferente si el interlocutor es un amigo, el esposo, el juez o el terapeuta.
Los contextos de amistad, conyugales, judiciales, de mediación o terapéuticos
presionan para que se construyan narrativas de forma diferente.
El contexto de mediación es un contexto de adversidad. Cuan do las partes
concurren a la mediación ya se han definido a sí mis mas como adversarias, por lo
tanto esto contribuye a la producción de historias o narraciones de acusación,
reproche, justificación y negación.
Cada persona tiene una forma de narrarse para sí misma las historias, tanto
sea de su vida en general como de cualquier ele mento particular de ella.
Nuestro self es el resultado de las narrativas, de las historias que nos
contamos a nosotros mismos en primera persona y de las historias que
escuchamos y aceptamos (a gusto o a disgusto) de las otras personas sobre
nosotros mismos.
Reglas constitutivas
Reglas regulativas
Narrativas y ética
La constelación "Necesidad - Objetivo - Tarea" citada por Mar ta Manigot quien la propone
como parámetro central del coordi nador puede ser aplicada también al proceso de la
mediación, el que se iniciaría por las necesidades insatisfechas de las partes que han
generado "el problema" y que tienen como objetivo lograr un entendimiento para llegar a
un acuerdo, y en dicho proceso la tarea del mediador, como la del coordinador, sería la de
ayudar a las partes a que ellas alcancen este objetivo, atendiendo tanto a las re laciones que se
dan entre los integrantes del grupo como a la dilu cidación de los obstáculos que impiden el
logro de los objetivos. El concepto de "emergente de apertura" dice que:
"Son aquellas situaciones que si bien acontecen en el momento del inicio, al ser registradas y
puntuadas por la escucha del coordina dor, (mediador) van adquiriendo significación,
retroactivamente, durante el resto de la reunión".
Esto nos habla en otras palabras de la involucración del coor dinador en el proceso
grupal (o, en nuestro caso, del mediador en la mediación), es decir, involucración y
neutralidad, los dos ele mentos inseparables de lo que he llamado De Neutralidad. El
emergente de apertura es "una temática, una pequeña fluctuación
-diría Ilya Prigogine- que es amplificada, y produce a partir de allí una estructura disipativa,
algo nuevo, que se produce en un siste ma que está alejado del equilibrio". Obviamente, estas
conceptua lizaciones acerca del llamado emergente de apertura constituyen una increíble
ayuda para el mediador en el encuentro de media ción.
Los llamados "vectores del cono" (afiliación y pertenencia, pertinencia, telé comunicación,
cooperación y aprendizaje) como parámetros que permiten evaluar fenómenos grupales,
indudablemente pue den ser aplicados para comprender el proceso de la mediación.
Nos resultan aún de mayor utilidad la teoría y la práctica pi- choneanas para la mediación
llamada social, comunitaria o políti ca pública.
El ECRO (Esquema Conceptual Referencial Operativo) nos permite comprender
muchos de los "procesos" que se desarrollan y despliegan en la mediación.
Comentario final
Hacer un resumen de teorías tan novedosas me resul tó un desafío, porque para
quienes las conocen, los temas que he seleccionado para este capítulo pueden resultar muy
elementales, y para aquellos que se acercan por primera vez a estos nuevos pa radigmas
científicos, al estar sintetizados pueden resultar muy confusos. Para unos y otros he citado
la bibliografía correspon diente para que puedan ahondar en los tópicos que cada uno con -
sidere más útiles o más interesantes.
Por último, hay otras teorías que también son parte de la fun-damentación teórica de
este modelo, tales como la cibernética de segundo orden, la teoría de la deconstrucción de
Derrida (que he citado sintéticamente en: "De la neutralidad a la DeNeutralidad") y los
valiosos aportes de Foucault.