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#LIFE

CRÓNICA DE LA VIDA MODERNA


#LIFE
CRÓNICA DE LA VIDA MODERNA

Fotografía de la portada:
#MUSEUMS, 2011 de C-KOMITE
Diseño:S·K

c Los copyrights del catálogo pertenecen


a PHOTOARTEKOMITE S.L.
c Los copyrights de todas las fotografías
y los textos reproducidos en el catálogo
pertenecen a sus dueños.
UNA EXPOSICIÓN DE

CATÁLOGO DE LA EXPOSICIÓN
#LIFE
CRÓNICA DE LA VIDA MODERNA

10 hashtag, 10 tweets extraídos de la red, 10 fotografías


que iluminan esos tweets y que componen
una crónica de la vida moderna en 140 caracteres
El colectivo se crea en 2008 por iniciativa de S·K e
Igor Calvo. Es una plataforma de intercambio para
que fotógrafos con inquietudes distintas puedan
poner en común metodologías, puntos de vista,
conocimientos... El colectivo se plantea como un
espacio de colaboración abierto en el que los
fotógrafos entran, hablan, participan, proponen
proyectos, exponen sus dudas o sus inquietudes. El
objetivo es crear obra en la que se haya involucrado
más de un fotógrafo.
El colectivo no tiene calendarios de trabajo, se
desarrolla a su ritmo y las colaboraciones surgen de
modo espontáneo.
En esta ocasión S·K y Damiano Chanabel han puesto
en marcha:
#LIFE. Crónica de la Vida Moderna.
#LIFE. Crónica de la Vida Moderna
La revelación del yo en las redes sociales.
“La fisis, ella misma y en sí misma, es realidad.
No parece ser, sino que es real y efectivamente lo que parece.”
Jaime Echarri

El desarrollo de la cultura occidental ha quedado aherrojado por la luz, lo


apolíneo, lo diestro, el nomos, el logo. Pero, como todo fotógrafo sabe, un
exceso de luminosidad provoca unas sombras desmesuradas. Y bajo esas
sombras se ha escondido la oscuridad, lo dionisiaco, la siniestra, la moira, el
caos.
Este binomio luz-oscuridad, acomodado en nuestro imaginario colectivo,
dictaba una normativización de la conducta. Lo visible y luminoso era
sinónimo de bondad, aquello que fuese oscuro supuraba maldad.
Basándose en esta dicotomía, las estructuras de poder han generado topo tipo
de dispositivos y mecanismos de visibilidad para articular realidades y
generar conocimiento. Su uso y abuso acaba por suplantar la realidad y por
convertir esta re-creación de verdades en un magnífico y deleznable
espectáculo debordiano.
Hasta aquí, la gestión de lo que se hace visible y lo que no corresponde
únicamente a los nódulos de poder.

Ya estábamos convencidos de que sólo es real lo que es visible, y que lo visible


es lo verdadero. Pero, esta evidencia de pensamiento quedaba eliminada
cuando de lo que se trataba era de construir el yo. Una ampliamente aceptada
tecnología del yo afirmaba que aquello que veíamos del sujeto (su actuación)
no era más que una sombra de lo que subyacía en su interior, de su verdadera
esencia. Esencia que venía insuflada directamente de la más alta escatología:
la trascendencia. Por lo tanto, en el sujeto su “verdad” se encontraba en aquello
que quedaba oscuro, no-visibilizado: Lo que aparece no es, lo oculto constituye
la verdad de lo que se muestra. De tal modo, la intimidad y el recogimiento eran
el ambiente propicio para construir un sujeto auténtico.
Pero la sociedad se va paganizando y retornando a otros dioses más
asequibles y más…“Chicago boys”, cuyas enseñanzas nos hacen anhelar
convertirnos en “aristós” (etimológicamente: el mejor), lo que nos permitirá
ingresar en esa categoría que te permite acceder a la creación de realidad, y de
saber, y de espectáculo.
Y en esto, llegan las estúpidas redes sociales.
Las redes sociales no son más que dispositivos de visibilización que son
utilizados por ciudadanos comunes, sin especial vinculación con los
organismos de poder. Y, desde que han aterrizado en nuestras vidas, hemos
asistido a una compulsiva generación de realidades. Hay quien ha definido este
magma confuso de intimidades como “Digital Trash”, despreciando el
consumo de acciones triviales y acentuando la idea de que la vida se compone
de “momentos mágicos”.
Sin embargo, el sujeto no ha hecho más que reinstaurar la vieja práctica
estoica de “revelación del yo” en la que los pequeños detalles domésticos
(como, duermo, me he comprado un libro o me siento solo) adquieren una gran
importancia por lo que suponen de preocupación por uno mismo y que son
fundamentales para profundizar en la identidad individual.
Y en esta técnica de construcción del sí mismo el sujeto puede integrar
plataformas infinitas en las que interactúa con un número, hasta ahora
impensable, de Otros con los que confronta una cotidianidad compartida.
La mala o buena noticia es que parece del todo abolida la idea de la dualidad
esencia-existencia; lo que ves es lo que hay. No hay una identidad oculta que
sea mejor (o peor). El sujeto admite su modo de declinarse y, en general, se
siente orgulloso. Y este “orgullo de ser” lo demuestra volcando su vida en la
red.
La recreación espectacular de la vida cotidiana en las redes sociales se
denomina extimidad. Esta publicidad de la vida privada ha sido objeto de crítica
constante; sin embargo, el sujeto se ha limitado a mimetizar el modo en el que el
poder racionaliza la realidad: mediante el espectáculo.
La novedad radical es que tal confluencia de sujetos (situados al margen de la
jerarquía de poder tradicional) producen mucha realidad y mucho poder. Por
primera vez, la contemplación del espectáculo se sitúa en la virtualidad y se
reproduce en la realidad off.
Que el espectáculo sea banal es consecuencia de la banalidad de la vida. Las
miradas acostumbradas a los espectáculos grandes, coloridos y con finalidad y
mensaje que organiza el poder, miran el espectáculo de las redes y dicen que es
feo, soso y reiterativo. La hiperrealidad también es cuestión de presupuesto.
El individuo del siglo XXI perfila su identidad en un espacio doble (virtual y real),
aumentando su carga experiencial al multiplicar los in-put´s que recibe. El
resultado es un sujeto “in progress”, no con identidad inestable sino en
transformación. Algo poco atractivo para el poder, que prefiere individuos a los
que definir y etiquetar de manera fija y permanente, y que estaba acostumbrado
a seleccionar y canalizar las influencias que penetran en la masa social que
controla.
Los nuevos medios nos permiten crear nuestros propios espectáculos
privados y esta capacidad de hacer visible parcelas concretas de realidad
hasta ahora consideradas como “fuera de lo real” también confieren poder y
también dan lugar a conocimiento.
Bienvenidos a la realidad, bienvenidos a #LIFE.

Susana Martínez Ximénez

#LIFE
UNA EXPOSICIÓN DE

CRÓNICA DE LA VIDA MODERNA


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#LOVE
#LIFE
CRÓNICA DE LA VIDA MODERNA

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