You are on page 1of 7

c

El impacto de los procesos de globalización en América Latina

Introducción

La globalización ha significado la debilidad creciente de la sociedad y de los entes de gobierno para afrontar los
procesos sociales y políticos que mantenían unidas en un mismo país la economía con las instituciones
sociopolíticas, lo que ha generado impotencia para gestionar eficientemente mecanismos de control, regulación,
y orientación de la economía (Touraine, 1990). La globalización no genera una mayor desigualdad, sino que la
refuerza en sus aspectos más relacionados con la modernidad (Ottone & Vergara, 2000).

En las dos últimas décadas, Latinoamérica ha enfrentado los efectos negativos de los ciclos de expansión y
contracción de la macroeconomía característicos de los procesos de globalización, lo que ha generado una
amplia brecha en la distribución de ingresos (Machinea & Hopenhayn, 2005). Asimismo, la inequidad en la región
se ha caracterizado por la diferencia en el acceso a activos como educación, conocimiento y empleos de calidad,
aspectos, que a través de los años se han transmitido de una generación a otra, pese a que los gobiernos de la
región han realizado esfuerzos para dotar con mayores recursos a las clases menos favorecidas.

Por otra parte, desde los años 80 los países desarrollados iniciaban procesos de competitividad internacional y
progreso técnico, mientras que Latinoamérica aún luchaban con una serie de obstáculos para alcanzar la tan
anhelada modernidad, tales como el aumento en la pobreza, la diferencia en la distribución del ingreso y la
creciente desigualdad social (Ottone, 2000). Sin embargo, en este periodo se dieron pasos pequeños pero
importantes mediante sistemas políticos pluralistas, y el arraigo hacia una cultura democrática. En la década
siguiente mejoraron las condiciones producto de una mayor estabilidad macroeconómica, e incremento del gasto
social, no obstante, aún se mantenían problemas latentes como la pobreza, la marginación y los problemas
financieros a lo interno de los gobiernos, además de una baja competitividad para insertarse de manera exitosa
en la economía mundial y asegurar un crecimiento constante.

Este panorama preliminar introduce el análisis de tres aspectos que muestran los efectos de la globalización en
América Latina y que se desarrollarán seguidamente, como la industrialización, el crecimiento de la desigualdad
en los ingresos y el gasto social efectuado por los gobiernos. Para finalizar, se evaluara el caso concreto de
Costa Rica, país que no se aleja de la realidad regional descrita anteriormente, pero con leves mejoras en otras
áreas, como mayor igualdad social, estabilidad política, entre otros.

c
Ê  
  
  
 Ê c
c

La industrialización

La industrialización en América Latina ha disminuido en los últimos 20 años, dado que se ha orientado la
producción básicamente al uso de recursos naturales, energía, minería, agricultura y el sector manufacturero.
Asimismo, este sector ha tenido un déficit comercial creciente (Fajnzylver, 1990) por la imposibilidad de contar
con las herramientas necesarias para abarcar otros mercados mediante exportaciones, además, los pocos
empresarios de la región no han logrado consolidarse en los sectores dinámicos de sus economías.

De la misma forma, este sector ha carecido de liderazgo a nivel internacional producto del poco avance técnico y
los bajos niveles de productividad. Además, a las empresas pequeñas o en proceso de crecimiento se las ha
dado pocas herramientas para surgir, por lo que este sector ha permanecido estancado, con carencia de
oportunidades de inversión e innovación tecnológica etc. Por lo tanto, la industria latinoamericana se ha
caracterizado en los últimos años por alta capacidad ociosa, crecimiento inconsistente, precaria situación
financiera de las empresas, sobreendeudamiento, altas tasas de interés, además de los efectos negativos de las
devaluaciones, y el aumento de la deuda externa (Fajnzylver,1990).

La desigualdad de Ingresos

La baja industrialización nos lleva al análisis de otro elemento característico de la región: la desigualdad de
ingresos, rubro en el que se ocupa el primer lugar a nivel mundial. La desigualdad inicia en la época colonial,
periodo donde la propiedad de los activos siempre fue extremadamente concentrada, acompañada desde siempre
por la influencia social y el poder político de las mismas elites que concentran el poder económico (Ottone &
Vergara, 2000). Igualmente, la discriminación de clases sociales, étnica, y de género ha excluido a gran parte de la
población, fomentando competencia desleal, trato discriminado y escasez de oportunidades.

La desigualdad en la región sigue creciendo por el escaso acceso a activos indispensables para el desarrollo
social, como educación, empleos de calidad, salarios competitivos y financiamiento (CEPAL, 2009), pese a que
recientemente las políticas del estado buscan apoyar a los más pobres mediante subsidios, ayudas sociales, etc.
Asimismo, la desigualdad está acompañada de un aumento de la pobreza y la indigencia, dado que para el año
2008 el 33,8% de la población de la región era pobre, con un 12,9% de indigentes (CEPAL, 2009), lo que obedece
en su mayoría al aumento de los precios de los alimentos. No obstante, el balance en este aspecto es levemente
positivo con respecto a las dos décadas anteriores, esto, porque las actuales tasas de pobreza son inferiores a

c
Ê  
  
  
 Ê c
c

las del año 1990, además, el número de personas pobres se sitúa alrededor de 20 millones, por debajo de lo
registrado en ese año (CEPAL, 2009).
Entre los años 2002 y 2008 el índice de Gini disminuyó en un 5%, siendo el caso de Argentina el más notorio con
un 8% (CEPAL, 2009), lo que representa, una leve mejora en la concentración del ingreso generada por el
aumento en el mercado de trabajo, mejoras en la institucionalidad gubernamental dentro del tema social, y una
mayor participación social de los sectores populares. A pesar de estas mejoras, América Latina mantiene el
índice de Gini más alto de todas las regiones del mundo, donde apenas los países desarrollados alcanzaban más
de 30 (BID, 2003).

Otro elemento que merma la igualdad son los ingresos laborales, los cuales se originan de la relación de los
mercados de trabajo con los niveles educacionales, y que actualmente representan el 81% del ingreso familiar en
las zonas urbanas de América Latina (CEPAL, 2009) y dos tercios del ingreso total percibido por los hogares
(Ottone & Vergara, 2000). Estos ingresos mantienen niveles similares a los de una década atrás, con poco
crecimiento, lo que impide el acceso a mejores oportunidades, estabilidad económica, y mayores oportunidades
de inserción social.

La percepción de la ciudadanía con respecto a la inequidad en la distribución del ingreso y el aumento de la


pobreza es que la misma se origina por la carencia de garantías económicas y sociales, además de la alta
desconfianza en las instituciones del estado y la noción de que los gobiernos privilegian más a la elite que a la
mayoría. En este sentido, el gasto social no ha mejorado la calidad de vida en Latinoamérica, dado que los
montos asignados no logran mejorar el bienestar y la equidad. Su comportamiento es pro cíclico evidenciando
contracciones en periodos de crisis (CEPAL, 2009).

La importancia del gasto social

A partir de la década de 1990 la apreciación de los gobiernos con respecto a la necesidad de aumentar el gasto
social ha variado, dado que se le reconoce como un instrumento necesario para mejorar la condición de los más
pobres, dándole mayor relevancia al desarrollo social para potenciar el crecimiento económico. Esto ha permitido
que el rubro de los presupuestos públicos destinado a funciones sociales haya aumentado notoriamente en dicha
década, el cual se duplico en el período 2006-2007 con respecto a 1990-1991 y se incrementó en un 18% respecto
del período 2004-2005(CEPAL, 2009).

c
Ê  
  
  
 Ê c
c

No obstante, el gasto social ha mermando en periodos desfavorables económicamente, situación que ocurrió
inicialmente en 1995 con la crisis mexicana, la cual originó una caída de un 1,2% del producto per cápita.
Posteriormente, se dio otra caída del 1,2% en 1999 (CEPAL, 2009) como consecuencia de la crisis asiática, la cual
afectó a los países sudamericanos entre 1998 y 2000, pero que no afectó a los centroamericanos ni a México. El
PIB per cápita de la región disminuyó entre 2001 y 2002 en 1,1% y 1,8% respectivamente, a raíz de las crisis
puntocom y la crisis turca.
Estas crisis han generado efectos diversos, afectando mayoritariamente a los hogares pobres y vulnerables
mediante una reducción del gasto social, además, cuando aumentó el ingreso de los hogares o mermaron los
efectos de las crisis descritas anteriormente, el de aquellos situados en la parte baja de la distribución lo hizo en
menor proporción. Por otra parte, la crisis que se originó a principios del 2008 por el colapso financiero del sector
inmobiliario de los Estados Unidos afectó a gran parte de los países de la región, pero con efectos menores a las
anteriores crisis. Los mayores efectos se dieron en la merma del PIB por habitante, la caída del desempleo, y la
imposibilidad de crecimiento económico en dicho periodo (CEPAL, 2009).

A pesar de los efectos negativos de estas crisis, para el año 2009 las tasas de inflación de la mayoría de países
latinoamericanos descendieron levemente, además, se cuenta con un mejor contexto fiscal, programas sociales
más estructurados y dirigidos a satisfacer necesidades sociales, lo cual alivia el impacto de las crisis en gran
parte de la población de la región.

El caso de Costa Rica

A diferencia de la gran mayoría de países latinoamericanos, Costa Rica se ha mantenido en paz desde la
abolición del ejército en 1948, estableciendo un sistema democrático, y realizando inversiones en educación,
salud e infraestructura social. Además, absorbió flujos de migración importantes, y su mercado laboral ha
operado de manera eficiente, disminuyendo el empleo y el subempleo aún en momentos de desaceleración
cíclica (Rodríguez y Sáenz, 2003).

Desde la década de 1980 comenzó a realizar reformas estructurales, destacando la marcada apertura de la
economía que condujo a un crecimiento acelerado de las exportaciones hasta convertirse en el primer exportador
per cápita de América Latina (BID, 2003). Asimismo, ha mantenido una creciente inversión extranjera, y mayor
diversificación del aparato productivo. Pese a estos aspectos, el país no ha crecido al ritmo de épocas anteriores,
con una tasa de crecimiento del PIB per cápita de tan solo 2,4% durante el periodo 1950-2000, la cual es mayor al
promedio de la región, pero menor a las tasas alcanzadas por los países desarrollados y del este asiático.

c
Ê  
  
  
 Ê c
c

Los niveles de pobreza para el año 1990 eran de 28,30% y para el 2006 llegaban al 20,20%, una disminución de
8,10 puntos porcentuales (INEC, 2009) producto del leve crecimiento en la economía y de novedosas políticas
públicas aplicadas por los gobiernos de turno. Por otra parte, se observa de forma clara y consistente que la
escolaridad de los individuos ocupados (trabajadores) ha venido en aumento para el año 2004, significando esto
un aumento en el nivel de ingreso en los hogares (Céspedes & Jiménez, 2006).

Por otra parte, el desempleo bajó de 6% en el 2005 a 4,6% en 2007, el mejor resultado desde 1994, además, la
producción interna crecerá 6% o más, lo que genera una mayor demanda de empleo y aumento de los salarios de
los que ya trabajan, con un crecimiento esperado de 9,3%(Nación, 2007).

Para el año 2006, Costa Rica junto a Uruguay eran de los países con los índices más bajos de coeficiente de Gini,
alcanzado un 0,45 y 0,47 respectivamente (Medina & Galván, 2008), siendo los únicos países que conforman el
estrato de menor desigualdad a nivel regional (CEPAL, 2008). En este sentido, el crecimiento económico, la
reducción de la inflación y las ayudas estatales permitieron bajar la pobreza de 20,2% de los hogares en el 2006 a
16,7%, siendo el menor nivel alcanzado en los últimos 30 años.

Para finalizar, los aspectos que aún deben mejorarse son las finanzas públicas, que siguen siendo el punto más
débil de la economía. El déficit fiscal actual es de un nivel cercano al 4 por ciento del producto interno,
condicionando de manera importante el comportamiento del resto de la economía. Asimismo, deben mejorarse
las condiciones de pobreza de sectores vulnerables del país, disminuir la balanza comercial negativa con los
principales socios comerciales, y reducir la inflación que alcanza el 8,98%, ocupando el quinto lugar en América
Latina, superado solamente por Venezuela, Paraguay, Bolivia y Nicaragua.

Conclusiones

Las condiciones sociales de países en otras latitudes con una industrialización reciente y altos índices de
crecimiento se caracterizan por condiciones sociales de base más igualitarias que aquellas que han primado
históricamente en Latinoamérica. De esta manera, la desigualdad de ingresos que ha caracterizado a América
Latina no es producto del impacto de los procesos de globalización o del desarrollo de la región, sino que ha
convivido con todos los modelos de desarrollo latinoamericanos de los últimos 200 años, los cuales no le han
permitido forjar una estructura económica y social sólida que le permita afrontar las crisis o las épocas de
inestabilidad. En este sentido, una solución para mermar los efectos de la desigualdad es la educación,

c
Ê  
  
  
 Ê c
c

específicamente la educación post secundaria, concretamente, la inversión en cobertura y calidad de la


educación que se ofrece.

La sociedad de la región considera que la desigualdad se ha originado en su mayoría por el deficiente ejercicio de
poder político de las élites que va más allá de la concentración económica y que, de no abordarse en su conjunto,
puede obstaculizar las iniciativas para promover la cohesión social.

Por otra parte, la pobreza es un fenómeno que se mantiene vigente en la mayoría de países Latinoamericanos y
que para disminuirla se requiere un crecimiento alto y sostenido de la economía con políticas públicas eficientes
orientadas a la provisión de servicios de calidad para todos y una política fiscal contra-cíclica que garantice la
estabilidad del gasto social cuando el ciclo de la economía viene a la baja.

Las crisis que han afectado a América Latina se han presentado con intensidad variable y muy diferente de un
país a otro, generando efectos tales como aumento del desempleo, incremento de la pobreza, indigencia, altas
tasas de inflación, aumento de la deuda interna, y un mayor riesgo de supervivencia de las micro y pequeñas
empresas.

Fuentes Bibliográficas

CEPAL. (2006). Panorama Social de América Latina 2006. Consultado el 23 de Noviembre de 2010. https://www.u-
cursos.cl/ingenieria/2010/2/IN76E/1/material_docente/bajar?id_material=329036, 20-65.

CEPAL. (2006). La hora de la igualdad, brechas por cerrar, caminos por abrir. Consultado el 23 de Noviembre de
2010.
https://www.u-cursos.cl/ingenieria/2010/2/IN76E/1/material_docente/bajar?id_material=329036, 10-28.

Céspedes, V. & Jiménez, R. (2006). Pobreza en Costa Rica. Consultado el 24 de Noviembre de 2010.
http://www.academiaca.or.cr/archivos-de usuario/Libros/Libros_Completos/Jornada.pdf, 1-9.

Fajnzylver, F. (1990). Industrialización en América Latina: De la µCaja Negra al Casillero Vacío¶, Santiago, Chile.
Consultado el 29 de Noviembre de 2010,
https://www.u-cursos.cl/ingenieria/2010/2/IN76E/1/material_docente/bajar?id_material=329036, 12-24.

INEC (n.d). Índices de pobreza para total hogares pobres con ingreso conocido, según zona y año 1989-2009.
Consultado el 26 de Noviembre de 2010. http://www.inec.go.cr/Web/Home/GeneradorPagina.aspx

Machinea J. & Hopenhayn M. (2005). La esquiva equidad en el desarrollo latinoamericano. CEPAL, Consultado el
23 de Noviembre de 2010. http://www.eclac.org/publicaciones/xml/5/23095/lcl2414e.pdf, 1-15.

c
Ê  
  
  
 Ê c
c

Medina, F. & Galván, M. (2008). Descomposición del coeficiente de Gini por fuentes de ingreso: Evidencia
empírica para América Latina 1999-2005.
http://www.eclac.org/deype/publicaciones/xml/1/33931/LCL2911e.pdf, 1-50.

Ottone, E. (2000). La modernidad problemática: cuatro ensayos sobre el desarrollo latinoamericano. México, DF.
Consultado el 23 de Noviembre de 2010.
https://www.u-cursos.cl/ingenieria/2010/2/IN76E/1/material_docente/bajar?id_material=329039,27-84.

Ottone, E. & Vergara, C. (2007) La Desigualdad Social en América latina y el Caso Chileno. Consultado el 01 de
diciembre de 2010. https://www.u-cursos.cl/ingenieria/2010/2/IN76E/1/historial/, 1-30.

Periódico La nación, San José, Costa Rica (2007, 01 de noviembre). Crecimiento económico bajo pobreza a nivel
histórico. Consultado el 01 de diciembre de 2010.
http://wvw.nacion.com/ln_ee/2007/noviembre/01/economia1298816.html.

Rodriguez, A. Saenz, M.(2003). Análisis del crecimiento económico en Costa Rica, BID. Consultado el 29 de
noviembre de 2010. http://www.iadb.org/regions/re2/crdocumentotrabajol.pdf, 10-30.

Touraine, A. (N.D) Individualidad y globalización. Consultado el 29 de noviembre de 2010. https://www.u-


cursos.cl/ingenieria/2010/2/IN76E/1/material_docente/bajar?id_material=329030, 1-15.

c
Ê  
  
  
 Ê c

You might also like