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Octubre 2009
RELATS
Irazusta Marcelo
I.- INTRODUCCIÓN
A fin de desarrollar adecuadamente el presente trabajo no puedo dejar de señalar que se tendrá
en cuenta, como piedras angulares, a la Convención internacional sobre los derechos de los
niños y al Plan de Acción mundial aprobado por las Naciones Unidas durante la Sesión
Especial del año 2002 y plasmado en el documento “Un mundo apropiado para los niños”.
Allí los dirigentes concertaron por unanimidad (fue aprobado por todos los países del planeta,
aún por EE.UU. y Somalia que todavía no adoptaron la Convención Internacional) un nuevo
programa a favor de los niños del mundo y en colaboración con éstos que comprende 21
metas y objetivos concretos de cumplimiento durante los próximos 15, 20 y 30 años, además
de fijar pautas claras acerca de las nuevas formulaciones de políticas públicas sociales.
1
La región de África Oriental y Meridional comprende los países de Angola, Burundi, Eritrea, Etiopía,
Kenya, Madagascar, Malawi, Mozambique, Somalia, Uganda, Zambia, Zimbabwe, Comoras, Namibia,
Rwanda, Sudáfrica, Lesotho, Tanzania, Swazilandia.
3
toda vez que refleja que más de 60% de la mortalidad infantil producida antes de los 5 años
acontece durante el primer mes de vida.
En esta realidad inmoral y consecuente con ella emerge el escabroso índice de desnutrición
infantil alcanzando al 7% de los niños menores de 5 años (peso moderado o grave inferior).
La muerte materna durante el nacimiento en nuestra región es de 130/100.000 (realidad
contrastante con lo ocurrido en países industrializados que es de 8/100.000).En la República
Argentina el 25% de las muertes maternas se produce por enfermedades previas de las
mujeres que se complican durante el embarazo y, el 50% de las muertes se da por infecciones
y hemorragias que no son atendidas en las emergencias. Según Bernardo Chomsky, de
SOGIBA (Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires), entre el 60 y 70% de las
muertes maternas son evitables2.
El derecho a tener una identidad consagrada en la CIDN no se cumple en el 11% de los niños
menores de 5 años dado que no se encuentran debidamente registrados. Son 54.000 niños
menores de 14 años los que padecen HIV.
El trabajo infantil en niños entre 5 y 14 años llega al 11% del total en tanto el 33% de los
niños y el 29% de niñas desertan de la enseñanza secundaria.
Por último, sin pretender realizar un análisis acerca de todas las implicancias atinentes al
aborto, circunstancia de examen extenso que excede este trabajo, si quiero indicar la falta de
planificación familiar y su consecuente, los embarazos no deseados. Se evita anualmente el
nacimiento de más de 4.500.000 niños en toda la región. Ello equivale a decir que en los
últimos 6 años la cantidad de abortos producido en la región latinoamericana y caribeña
superan a la totalidad de la población venezolana.
Como puede apreciarse un alto porcentaje de nuestra niñez latinoamericana esta inserta en un
contexto de pobreza. Basta con observar en la República Argentina donde el 40,9% de los
menores de 17 años viven bajo el nivel de la pobreza, y el 14,3% bajo la línea de indigencia.
Pero resulta esencial resaltar que la pobreza en la niñez es multidimencional, es decir, no se
circunscribe solamente a la carencia o insuficiencia de ingreso monetario. Deviene en la
violación de ciertos derechos. Un punto fundamental a destacar en esta aseveración es que la
violación de esos derechos es en sí misma una condición de pobreza3
2
Bernardo Chomsky. Publicado por diario Clarin el 12/11/09 pag. 34.
3
Instituto Interamericano del Niño. Eje temático Nª 2. Las políticas públicas en los sistemas de
Protección integral, incluyendo los sistemas locales. Documento de referencia. XX Congreso
Panamericano del Niño la Niña y Adolescente. Setiembre de 2009.
4
II.- Nace una esperanza: La Convención Internacional sobre los Derechos de los Niños.
En el año 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas, tremoló un hito jurídico
trascendental: La Convención Internacional sobre los Derechos de los Niños (CIDN). De
aquellos primeros 41 países que lo aprobaron, hoy a casi 20 años, las cifras se han elevado a
191, restando ser adoptado solamente por EEUU y Somalia.
A modo de introducción resulta conveniente señalar que la CIDN trajo consigo una serie
de aportes que deben tenerse en cuenta. Entre los más importantes merecen destacarse los
siguientes:
Los niños son, ante todo, seres humanos con derechos comunes a todos y propios de
acuerdo con su condición.
Esta condición tiene como punto referencia la edad de 18 años. En Argentina se declaró
que “debe interpretarse en sentido que se entiende por niño todo ser humano desde el
momento de su concepción y hasta los 18 años de edad4.
Los Estados Partes deberán adoptar todas medidas administrativas, legislativas y de otra
índole para dar efectividad a los derechos reconocidos en la CIDN.
Se insiste en privilegiar la participación, el acceder a información apropiada para su
desarrollo, y la libertad de creencias, de expresión, de asociación y de celebrar reuniones
pacíficas.
Se adoptarán todas las medidas apropiadas para promover la recuperación física y
psicológica y la reintegración social de todo niño víctima de abandono o cualquier tipo de
maltrato.
El Estado debe ayudar a las familias para que éstas, puedan ayudar a sus hijos.
Se resalta el principio rector del interés superior de los niños en cualquier medida que
deba adoptarse.
4
Ley 23.849 y artículo 75 de la Constitución Nacional Argentina.
5
Se considera que, al menos, son seis los aspectos a tener en consideración, a saber:
Protección especial: En este apartado se tiene en consideración a todos aquellos niños que
se encuentran en situaciones problemas difíciles o en condiciones de vulnerabilidad. Es
válido destacar que, si bien en la Convención se señalan diversas situaciones especiales,
ellas no son limitadas pudiéndose (debiéndose) diseñar distintas acciones para evitarlas.
Los derechos culturales, políticos, económicos y sociales también son considerados por la
CIDN.
A lo largo de este trabajo trataré de desarrollar lo más detalladamente posible los distintos
aspectos del nuevo paradigma social que nutre a la Convención Internacional. A partir de
ellos considero importante analizar como este cambio paradigmático influye en la
intervención del trabajador social y, así también, que aporte puede brindar el trabajo social en
el proceso de cambio que vivimos.
de la desviación. Había que enderezar al que estaba en la mala senda y por ello las mejores
respuestas no eran otras que la de modelar sus conductas, controlar y socializar a los sujetos,
los que eran vistos como carenciados, pasivos con capacidad única para aceptar su propia
situación y recibir así una particular ayuda en forma de limosna.
Este modelo de intervención inspirado en el paradigma de la situación irregular se fortaleció
en gran modo a lo largo de toda la región latinoamericana y caribeña en casi todo el siglo
pasado. El niño/niña y/o adolescente resultan ser objetos de derechos, es decir personas sin
capacidad/posibilidad de poder expresar sus inquietudes y necesidades.
El Estado se transformaba en un gran “pater” protector-corrector fundamentalmente hacia los
niños de familias “carecientes”, teniendo como respuesta asistencialista/caritativa casi
excluyente la fuerte intervención de los Tribunales y los orfanatos. Catalina Wainerman
expresa con absoluta certeza al hacer referencia a este tópico que “frente a los desposeídos o
marginados la confianza en función del progenitor se desvanece y la indiferencia del Estado
se transforma en el espectáculo de niños y adolescentes adueñados por el propio Estado
asume la función “normalizadora” ante los actos de desviación que ponen en riesgo al
sistema” (1).
De esta forma, y bajo la concepción de la situación irregular que aun predomina en varios
países, da cuenta de que los proyectos de acción social hacia los niños y sus familias en
condiciones de vulnerabilidad van a responder básicamente a demandas puntuales. Así en
términos generales, las respuestas se mediatizan en dos aspectos fundamentales: asistencia
directa y atención institucional.
Otra característica importante a tener en cuenta es que, para este esquema de análisis la idea
general en cuanto a la inserción del estado en su responsabilidad descansa en la siguiente idea:
Primer responsable es la familia y, en caso de su ausencia o no conveniencia, surge la
responsabilidad del Estado, encontrándose finalmente la sociedad.
A partir de la concepción de la Convención Internacional sobre los derechos del niño y la
profundización de este proceso con normas internacionales y con planificaciones
consensuadas planetariamente (Cumbre Mundial de la Infancia -1990- y la Sesión Especial de
las Naciones Unidas -2002) comienza a enraizarse en la vida social de los pueblos un nuevo
paradigma social: “La Protección Integral de la Niñez”. Este nuevo posicionamiento
paradigmático situado en el extremo opuesto a la doctrina de la situación irregular coloca al
niño no como un objeto de protección o tutela sino como un verdadero sujeto de derechos
promoviéndose el interés superior del mismo en cualquier medida que se adopte.
Este nuevo paradigma tiene como sostén central tres aspectos importantes, a saber:
La idea de que el Estado debe ayudar a las familias para que éstas puedan ayudar a sus
hijos.
Como puede apreciarse la construcción del nuevo paradigma de la Protección Integral del
niño ha sido un avance notable y significativo que debe instalarse no solo en los debates
teóricos sino también en las distintas planificaciones de políticas sociales.
en Perú que, desde 1992, tiene un Código de los Niños y Adolescentes, que establece el
interés superior de los mismos, sus derechos y libertades, reglamentando un Sistema Nacional
de Atención Integral y la Administración de Justicia especializada en el niño y el adolescente.
Estos ejemplos muy importantes son también encontrados en Chile, Ecuador, Paraguay,
Guatemala.
Los niños, niñas y adolescentes comienzan a tener derechos comunes a todos y específicos
conforme su condición y exigen se respecto y cumplimiento.
No obstante ello la realidad nos indica que mas allá de los cambios normativos el proceso de
cambio de los hechos sociales es lento y complejo. Es factible poder decir sin temor a faltar a
la verdad que hoy aún coexisten los dos modelos paradigmáticos. En efecto, se siguen
llevando a cabo políticas de “castigo a la pobreza” con institucionalizaciones represivas, se
continua promoviendo la protección de los menores en lugar de garantizar sus derechos.
La existencia de dobles normativas vigentes y contradictorias nos hace vivir lo que Emilio
García Méndez llama “esquizofrenia jurídica”. La legislación interviene en innumerables
situaciones sobre la vida privada de los niños y adolescentes, en un marco de tutela donde las
decisiones la toman los adultos sin respetar que los niños y adolescentes son sujetos de
derechos (2).
Todo ello, sin dudas, se constituye en materia de debates cada vez más apasionados de ideas,
conceptos, estrategias, planificaciones, etc. en congresos, Jornadas y Foros internacionales y
nacionales. En los ámbitos académicos universitarios se generan grupos de investigaciones y
estos tienden a aumentar los lazos comunicantes ente si trasfiriendo conocimientos y
experiencias profundizándose la comprensión y los alcances de las intervenciones sociales de
acuerdo al nuevo paradigma.
Por lo general se considera al interés superior como una pauta vaga e indeterminada de donde
se pueden apreciar múltiples interpretaciones no solo desde el campo jurídico sino también en
el entramado psicosocial. Al amparo de esta indeterminación, varios comunicadores sociales
lamentan que la Convención internacional los recogiera toda vez que se permitiría un margen
muy amplio de discrecionalidad a las autoridades de aplicación debilitándose efectivamente la
tutela de derechos que la misma Convención establece.
Sin embargo, y con la intención puesta en procurar una mayor seguridad jurídica trataré de
precisar esta expresión a fin de evitar su indeterminación y sea adecuado con la finalidad de
una más amplia tutela a los derechos de niños y adolescentes.
Una primera aproximación a la temática resulta la de expresar que el interés superior es una
norma fundamental con un rol jurídico. Así el mismo Comité de los Derechos de los Niños,
creado por la misma Convención lo ha considerado como principio “rector-guía” de ella.
De este modo, quien pretenda fundamentar su decisión en el interés superior del niño deberá
tener en consideración una interpretación que se desglose del conjunto de las disposiciones de
la Convención.
El interés superior de los niños en toda decisión que se aplique surge como una piedra angular
fundamental que fundamenta, nutre y da vida al paradigma de la Protección Integral.
La Convención internacional no es solamente una reafirmación de los derechos de los niños
como personas humanas, sino también una especificación de estos derechos para las
particulares circunstancias de sus vidas.
Ya observamos en un principio como en nuestra querida América Latina y el Caribe, existe un
conjunto de derechos insatisfechos y de sujetos vulnerados en sus derechos. La incidencia de
la pobreza en la población infantil y la casi nula participación de los niños en la sociedad
constituyen un claro ejemplo de ello. Frente a ello la Convención va a operar como un
ordenamiento jurídico de las relaciones entre el niño, el estado y la familia, que se estructura a
partir del reconocimiento de sus derechos.
Darle entidad jurídica al “interés superior del niño” implica actuar como un verdadero
principio que permitirá resolver conflictos de derecho en los que se encuentren involucrados
los niños.
Cuando los niños eran considerados meros objetos dependientes de sus padres o de la
arbitrariedad de la autoridad pública el principio fue importante para resaltar la necesidad de
reconocer al niño su calidad de persona; ahora que, al menos en el plano normativo, se ha
reconocido al niño como un sujeto de derechos, el principio debe ser un mecanismo eficaz
11
V. Desafíos:
La Convención Internacional sobre los derechos de los niños no solo nos proporciona una
serie de aportes que los trabajadores sociales deben tener en consideración, sino también, al
propio tiempo, genera una serie de desafíos que, sin excusas, debemos afrontar.
En tal sentido el punto 31 inc. D) del documento “Un mundo apropiado para los niños”
indica “Fomentar la conciencia y la comprensión generalizadas de los derechos de los
niños”.
El análisis de los ejes estratégicos sobre los que se adoptarán decisiones políticas
Los pasos que deben desarrollarse para cumplir con los objetivos propuestos
Los tres aspectos faltantes no van a ser motivos de análisis en esta presentación pero sí quiero
adelantar que ello dependen en gran medida a las características y condiciones presentes en
cada país, en cada localidad, de modo tal que la importancia de tener en consideración la
experiencia propia de cada lugar.
Voy a centralizar el enfoque en los ejes estratégicos que ellos sí, a partir del Plan de acción
mundial aprobado, podría decirse que están universalmente aceptados y dejaré todas las
cuestiones atinentes a los instrumentos políticos surgidos de ellos (llámese estos Consejos
Municipales, Institutos del Niño, etc.), los pasos para su conformación y la forma de gestión
de los mismos para las peguntas o para conversarlos con quienes tengan interés en forma
personalmente a lo largo de estas jornadas.
Ejes estratégicos son aquellos tópicos fundamentales que debemos analizar y sobre los que
vamos a adoptar una decisión política. Cuando hablamos de decisión política me estoy
refiriendo a tener en cuenta que siempre deben estar presentes el compromiso, la voluntad y
la acción. Cuando más acentuado estén estos elementos más fuerte será la decisión política.
En tanto, a contrario sensu, cuando hay ausencia de algunos de estos elementos estaremos
frente a definiciones o meros enunciados políticos pero no verdaderas decisiones políticas que
son aquellas que impulsarán la ejecución de una determinada política pública.
14
A los fines de esta presentación considero importante señalar tres de los siguientes ejes
estratégicos a tener en cuenta:
La integración tiene una implicancia muy superior a la común frase de “trabajar juntos”. Va
más allá dependiendo de un gran consenso, una aceptación mutua expresándose en su
totalidad en la unidad de objetivos y organización.
Es decir que debe ser algo más que reunir a personas con cierta experiencia de diferentes
sectores. Debe ser un proceso muy activo que busque la máxima participación posible de
gente u organizaciones con responsabilidades comunes en los distintos sectores para elaborar
un plan en conjunto
Gloria Edel Mendicoa (3) nos señala cuando habla sobre el nivel de impacto de los estilos de
planificación en el ámbito municipal y su relación con la equidad e integralidad de la política
que “ El rol del Estado y el papel que le competen a Las políticas sociales en los nuevos
paradigmas (la Protección Integral) demandan mayor racionalización de la gestión social,
hacia la integralidad operativa que deberá caracterizar la ejecución de tales Políticas
Sociales”.
Válido es tener en cuenta que cuando tenemos en vista a la integración, nuestra meta no va a
responder en tratar de lograr una integración de sistemas de ejecución o implementación, sino,
fundamentalmente, en responder a las necesidades del niño de una manera integrada.
El abordaje integral debe ser tenido en cuenta desde tres elementos fundamentales:
15
a) Perspectiva Interdisciplinaria:
Así, podemos observar como se sigue planificando desde distintos organismos, llámese
Secretarías o Ministerios con poco o nula interrelación entre ellas.
No obstante ello cada vez con más frecuencia en los documentos gubernamentales y de
organismos internacionales se hacen llamados para un abordaje integral del niño. Así, por
ejemplo: “El UNICEF debería utilizar sus fuerzas multisectoriales para alentar la colaboración
multisectorial en el desarrollo del niño e incorporar la dimensión estímulo-educación a las
actividades relacionadas con la salud, la nutrición y la custodia, y viceversa; es una cuestión
no solamente de la supervivencia del niño, sino de un desarrollo lo más completo posible, de
acuerdo con los conocimientos existentes y el potencial genético del ser humano” (5)
De igual forma en el documento “Un mundo apropiado para los niños” en el punto I. 5 se
indica que “Hacemos hincapié en nuestra adhesión a la creación de un mundo apropiado
para los niños en el desarrollo humano sostenible, teniendo en cuenta el interés superior del
niño, se funde en los principio de la Democracia, la igualdad, la no discriminación, la paz y
la justicia social y la universalidad, individualidad, interdependencia e interrelación de todos
los derechos humanos, incluido el derecho al desarrollo”
Decir que la formulación de la política de Protección Integral de la Niñez es un tema que debe
ser abordado exclusivamente por un solo estamento estatal (Nación, Provincia o Municipio)
es un pensamiento restrictivo y retrógrado de la política social.
Generalmente y en las grandes urbes más notable aún, convergen organismos dependientes de
distintos niveles políticos.
Porque dentro del territorio geográfico de una ciudad convergen organismos dependientes
de los distintos niveles de gobierno que atienden la problemática de la niñez;
Porque los niños que habitan en el territorio de una ciudad, también lo hacen dentro de la
Provincia y dentro de la Nación.
Finalmente, es válido destacar que el punto 32 inc.3 del documento Un mundo apropiado
para los niños, reafirma esta idea de inter-jurisdiccionalidad cuando nos indica que “Los
gobiernos y autoridades locales, mediante, entre otras cosas, el fortalecimiento de la
colaboración a todos los niveles, pueden lograr que los niños sean el centro de los
programas de desarrollo”
3) Participación.
María Teresa Sirvent (1983) (6) nos dice que “la participación real ocurre cuando los
miembros de una institución o grupo a través de sus acciones ejercen poder en todos los
17
En el mismo sentido que María Teresa Sirvent, Carlos Delgado (1975) (7) cuando hace
referencia al concepto de participación en su artículo sobre la Revolución peruana, él afirma:
“ Participar es el acto de intervenir real y directamente en Las decisiones (...) participar es
participar en el poder o no es nada. En puridad, el poder es función de lo económico y de lo
político (...) cuando se habla de participación es necesario entenderla como la ingerencia
directa de los ciudadanos en Las decisiones que definen los usos de todas Las formas de
riqueza y poder (...).
Tanto uno como otro autor mencionado hacen referencia a una participación real de los
ciudadanos en las decisiones políticas. En tal sentido la participación se consolida como un
elemento fundamental en un proceso estratégico de política pública que tienda a la Protección
Integral de los niños.
Para afianzar una respuesta adecuada al interrogante planteado conviene distinguir dos
aspectos fundamentales: Los principios de la participación y la utilidad de la misma.
Principios de la participación
Para desarrollar este apartado considero oportuno seguir a Juan E. Díaz Bordenave (8) quien
nos anuncia una serie de principios de la participación que considero oportuno enunciar dado
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la importancia del proceso participativo que el modelo de análisis posee. En efecto, propone
Las siguientes ideas esenciales.
Aquí vale la pena hacer una aclaración para que no se crea que se quiere restar importancia a
los procesos participativos que, reitero, es vital. Díaz Bordenave señala en tal sentido que “el
hecho de que un grupo haya adoptado un enfoque participativo no quiere decir que todo el
mundo deba participar en todo, todo el tiempo. Esto puede acarrear ineficiencia y hasta
anarquía. Es claro que es el propio grupo quien debe decidir, participativamente, cuando tales
o cuales miembros han de participar o no, en tal o cual actividad, y cuáles asuntos deben ser
objeto de consulta general o solamente objeto de decisión por un grupo delegado. Pero una
vez que se hayan establecido las reglas de la delegación y la representación, la participación
deja de ser una asamblea permanente y universal.
Utilidad de la participación.
La participación posee un valor intrínseco para los participantes, lo cual puede ser difícil
de medir, pero en el largo plazo ayuda y evita los sentimientos de alienación e impotencia.
(Comentario: Es un generador de confianza y esperanzas. Potencia la autoestima
comunitaria)
La participación garantiza que la necesidad sentida esté presente: puede considerarse que
la participación y el aporte de una comunidad es suficiente para establecer que Las
necesidades sentidas están presentes en el programa. (Comentario: resulta pues, vital,
impulsar un proceso participativo de todas aquellas instituciones y personas físicas que
atienden directamente a la niñez)
Se lograrán más objetivos, porque Las energías de la comunidad serán canalizadas por sí
solas en la medida en que se emprendan acciones, y conducirán a la confianza de la
comunidad en sí misma. (Comentario: La comunidad con su participación comenzará a
adquirir un alto grado de confianza en sí misma alejando la situación tan común en Las
políticas públicas (especialmente locales) de niñez de total dependencia al funcionario de
turno).
Los servicios pueden prestarse a menor costo debido a la máxima utilización de los
recursos locales de manera eficaz. (Comentario: No debiera buscarse el costo menor sino
un servicio más eficiente con el mismo costo. Por otra parte, con una mayor
sensibilización de la problemática de la niñez, se pueden adquirir mayores financiaciones
de programas)
Ahora bien, ¿quiénes deben ser los actores fundamentales que deben participar en este
proceso?
Se pueden distinguir, al menos, nueve actores sociales importantes, que no podrán estar
ausentes en el análisis del eje estratégico:
2. El ejercicio de tal derecho podrá estar sujeto a ciertas restricciones, que serán únicamente
las que la ley prevea y sean necesarias:
21
2) Los padres, las familias, los tutores legales y las demás personas encargadas del
cuidado de los niños.
Tienen el papel y la responsabilidad primordiales con respecto al bienestar de los niños, por lo
que debe prestárseles apoyo en el desempeño de sus deberes de crianza. Todos nuestros
programas y políticas deberán fomentar la responsabilidad compartida de los padres, las
familias, los tutores legales y las demás personas encargadas de atender a los niños y del
conjunto de la sociedad en tal sentido. (Punto 32 Inc. 2 del Plan de Acción Un mundo
apropiado para los niños).
Podemos señalar que el rol de padres, tutores legales o persona encargada del cuidado de los
niños en el más amplio de los términos está dado por transmitirles a sus niños buenos valores,
una educación de calidad y un mundo mejor donde pueda desarrollarse y ser feliz.
Con la colaboración de todos sus niveles. (Punto 32 Inc. 3 del Plan de Acción Un mundo
apropiado para los niños). Ya analizamos este punto cuando nos referimos a la integración
Inter-jurisdiccional y a aquel nos remitimos.
“...son los elementos claves para la aplicación de este plan de acción, para cuyo éxito
deberán fomentar la toma de conciencia; promulgar las leyes necesarias; facilitar y asignar
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los recursos financieros que se necesitan para este fin; y supervisar su utilización eficaz.
(punto 32 Inc. 4 del Plan de Acción Un mundo apropiado para los niños).
Los concejales o parlamentarios son los que sancionan el presupuesto de gastos y recursos.
Son ellos quienes deben impulsar ordenanzas que dejen atrás las viejas normas inspiradas en
la doctrina de la situación irregular ingresando en el ordenamiento jurídico local una
legislación adecuada con el paradigma de la Protección Integral.
Nadie discute ya sobre la importancia que tiene la iniciativa social en la atención de los niños,
de manera especial en estos 20 años desde la incorporación de la CIDN. Asimismo, vale la
pena destacar, que en esas organizaciones, no solo vamos a encontrarnos con personas que
tienen un gran corazón puesto al servicio de los niños que más lo necesitan, sino que también,
en muchos casos, poseen un alto grado de capacitación y, porque no mencionarlo, una
invalorable experiencia.
No se trata solamente, pues, de que la iniciativa social adopte un rol de gran protagonismo
impuesto por el repliegue del aparato estatal, sino como un verdadero DERECHO sustentado
en una actitud de corresponsabilidad social.
Toda esta nueva realidad se asienta con cierta similitud en la mayor parte de los países de
América Latina en donde la presencia de las ONGs es un fenómeno creciente en un marco de
consolidación de la vida democrática, de políticas caracterizadas por la descentralización, por
la redefinición del papel que desempeña el Estado en la formulación de políticas sociales.
La Convención Internacional sobre los derechos de los niños establece en su artículo 17 que
Los Estados Partes reconocen la importante función que desempeñan los medios de
comunicación y velarán por que el niño tenga acceso a información y material procedentes de
diversas fuentes nacionales e internacionales, en especial la información y el material que
tengan por finalidad promover su bienestar social, espiritual y moral y su salud física y
mental. Con tal objeto, los Estados Partes:
Más recientemente en el punto 32 inc. 9 del Plan de Acción Un mundo apropiado para los
niños los distintos Estados Partes indicaron que “tienen un papel esencial que desempeñar
en la sensibilización cerca de la situación de los niños y de los problemas que estos se
enfrentan; además deben desempeñar un papel más activo en cuanto a informar a los niños,
los padres, las familias y el público en general acerca de las iniciativas para proteger y
fomentar los derechos de los niños; deben además contribuir a los programas educativos
destinados a los niños”
Como puede apreciarse los medios de comunicación tienen un rol fundamental en la difusión,
sensibilización y educación en derechos de los niños. Esta tarea no debe ser menospreciada a
la hora de la planificación de políticas públicas.
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Tienen una gran corresponsabilidad social. Me estoy refiriendo, de especial manera, a todas
aquellas personas que brindan su ayuda fuera de los canales formales de organización. Un
ejemplo concreto de ello lo constituyen la gran cantidad de comedores autogestionados que se
encuentran brindando alimentación a los niños.
II) Descentralización.
Es necesario, por un lado, que la Nación y las Provincias descentralicen más recursos hacia
los Municipios ya que son ellos, los que más conocen sus problemas y, generalmente, son
quienes mejores condiciones tienen para solucionar los mismos.
Así lo afirma Manuel Castells (10) “...el municipio es el nivel descentralizado del Estado con
mayor participación de la sociedad civil, por ser el más accesible a los gobernados y estar
más directamente conectado con la vida diaria de Las masas. Las relaciones entre el Estado
y el nivel municipal constituyen el indicio más claro de Las relaciones generales entre el
Estado y la sociedad civil”.
El mismo Robert Bellah (11) en el mismo sentido que Manuel Castell reafirma la importancia
de lo local al señalar que “Independientemente de lo que nos depare el futuro, una cosa es
cierta, a no ser que se restablezca la vida comunitaria local, la gente no resolverá su
problema mas apremiante: hallar su identidad. Pero si se restablece mostrará una plenitud,
variedad, libertad de posesión y gozo de significados y bienes que no ha experimentado en
las asociaciones contiguas del pasado, porque estará viva y tendrá tanto flexibilidad como
estabilidad, y podrá responder al complejo panorama mundial en la que está inmersa”.
Por otra parte, resulta muy importante que en cada municipio se descentralicen más funciones,
recursos y actividades en los distintos barrios y sectores de la ciudad.
Ahora bien. Sabemos que si bien cada sector o territorio tiene sus particularidades también, y
al mismo tiempo, decimos que tienen intereses comunes con el resto de la comunidad. Como
bien expresa el gran maestro licenciado Alberto Dièguez “El análisis de unidades como la
vecindad o el barrio, que son habitualmente objeto de intervención de los operadores sociales,
descontextualizados de las tramas reales de la interacción social, en el cual están involucrados
los barrios entre sí, entre el barrio y el núcleo central, y entre el núcleo y el área extendida a
su alrededor, puede llevar a implementar acciones que afirmen una mayor marginación; una
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participación acotada o consoliden la cultura y la acción social de gueto”. “La lógica del
barrio como espacio local, no interrelacionado con su núcleo central y con los demás barrios
integrantes del área local y con su entorno rural, puede llegar a ser en consecuencia tan nociva
como la lógica centralista. Esta lógica es la que implementan habitualmente los asistentes
sociales y otros operadores sociales, que desde el ámbito de los municipios o desde los
ministerios realizan consciente o inconscientemente tareas de control social” (12)
De tal forma, y lejos de aspirar a una política sectorial y, si se quiere, excluyente el trabajo
social debe potenciar la participación de la comunidad en el todo.
Conclusión.
Debemos profundizar los debates y el intercambio de saberes sobre este campo que, a la luz
de las experiencias, está carente de ideas. El trabajo social o societal como gusta llamarlo el
colega César Barrantes (13), debe ingresar de lleno a la par de otras disciplinas sociales en
procura de nuevas formas de planificar una política pública que de respuestas a las demandas
de la sociedad al amparo del nuevo paradigma y las condiciones jurídicas existentes.
Al respecto resulta válido recordar que una rica práctica de los que se puede llevar a cabo
acaeció cuando en el año 2002 y previo a la Sesión Especial que se desarrolló en las Naciones
Unidas, nuestra organización se compenetró en un profundo y minucioso análisis de los
distintos programas preliminares que dieron la base del documento “un mundo apropiado para
los niños” analizado en este trabajo.
Sabemos cual es el camino a seguir. Tenemos los elementos teóricos, jurídicos y políticos. La
sociedad latinoamericana, embarcado en un proceso de profundos cambios en sus estructuras
organizativas y ampliando los canales participativos que en definitiva no hace otra cosa que
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afianzar la democracia como modo de vida, exige a todas las disciplinas sociales en general y
el trabajo social en particular la búsqueda de respuestas que canalicen sus energías y
potencien su desarrollo.
Los niños abandonados o sin hogar, los que padecen malos tratos, los que son explotados
laboral o sexualmente, etc. son ellos verdaderos hijos del silencio ya que, temporal o
definitivamente, han sido privados de sus derechos fundamentales en su condición de niño,
entendiéndose por ello al derecho a ser protegidos y provistos en sus necesidades por su
propia familia, el derecho a tener un desarrollo integral, a consolidar su bienestar, el derecho a
que la escuela junto al juego y la recreación sean sus actividades principales.
QUE LOS HIJOS DEL SILENCIO HAGAN SENTIR LOS GRITOS DE SUS
ALMAS.
Notas Bibliográficas
1. Wainerman, Catalina. “Vivir en familia”. La familia y los modelos empíricos, por Giberti, Eva. Buenos
Aires, Editorial UNICEF Losada Pág. 115
2. Emilio García Méndez “Derechos de la infancia adolescencia en America latina”. Edino 1994.
3. Gloria E. Mendicoa, La planificación de Las Políticas Sociales: Planteo de un caso para su análisis y
evaluación. Ed. Espacio, año 1997
4. Diéguez Alberto y Suarez María Cristina, “Gestión Social de la Comunidad Guía de Estudios y Análisis”
Ed. Espacio Año 1995
5. UNICEF, 1984, p.31 citado por Robert Myers en Los doce que sobreviven Fortalecimiento de los
programas de desarrollo para la primera infancia en los países del tercer mundo. Boletín científico Nº 545
OPS. Año 1993.
6. Sirvent, M. T., “Estilos participativos- ¿Sueños o Realidades, síntesis del artículo en portugués presentado al
Seminario de Evaluación de Programas de Educación de Adultos MEC-MOBRAL, UNESCO, Río de
Janeiro, 22 al 30 de setiembre de 1983, Pág. 2.
7. Delgado C., “En torno al concepto y la realidad de la participación en la revolución peruana”, en la
“Revolución Peruana: autonomía y deslindes”, Ed. Contratiempo, Lima, 1975, Págs. 260, 261 y 262
8. Juan E. Díaz Bordenave: Participación y Sociedad. Ediciones búsqueda. Año 1985)
9. Sharma, A. Community Participation in ICDS, Yojana, vol 31, Nº 6 (abril 1-15, 1987), pp. 12-16
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10. Castells Manuel. 1983. The city and the Grassroots: A cross-Cultural Theory of Urban Social Movements.
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