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Resumen: M-085

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDEST E


Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2005

Cambios de la tensión arterial


frente a un tratamiento odontológico.

Olivarez, José O.

Hospital Odontológico Universitario Santa Apolonia.


Av. Libertad 5450. Cp. 3400. Corrientes. Argentina
Te. 03783-484691. ojo@espacio.com.ar

Antecedentes:

Una de las condiciones del estado general de los pacientes de especial interés por parte del profesional odontólogo es la
tensión arterial de los mismos. Por lo general existe una cierta aprehensión para la atención del paciente cuando los
registros son altos, fundada en el temor a enfrentar una crisis hipertensiva.
Se ha estudiado en general al paciente hipertenso que debe ser atendido por el odontólogo1,2,3, pero poco se ha estudiado
sobre cuanto de emocional tiene ese registro alto en el momento previo a la consulta. Generalmente las crisis
hipertensivas declaradas luego o durante la práctica odontológica, se debe a la atención de pacientes declaradamente
hipertensos sin los cuidados necesarios4. Pero poco se sabe de aquellos registros altos en pacientes que no son o no se
saben hipertensos, en los que el componente emotivo, es la causa fundamental de dichos valores. Por ello es interesante
evaluar este componente, pues de verificarlo, la indicación médica del anestésico sin vasoconstrictor5, sería innecesario.
El inconveniente de utilizar anestesia local sin vasoconstrictor, es que reduce el tiempo de acción del agente anestésico
e incrementa el riesgo de aparición de dolor en tratamientos de relativa duración en cuanto al tiempo, y que dicha
manifestación dolorosa llevaría el registro de tensión arterial a valores mas altos que si se hubiese utilizado anestésicos
con vasoconstrictor6.
Es de fundamental importancia también conocer las características básicas de la hipertensión arterial en general7,8 y del
paciente hipertenso en particular9,10, puesto que existe una alta prevalencia de pacientes con hipertensión arterial clínica
o subclínica11. Se deberían establecer medidas preventivas de esta dolencia, en todos aquellos pacientes con
tratamientos odontológicos de larga duración, no solo para garantizar una práctica normal, sino para elevar la calidad
del estado general de nuestros pacientes12,13.
Especial cuidado se debe tener en aquellos pacientes sometidos a prácticas quirúrgicas o de microcirugía por el alto
requerimiento de tiempo de trabajo, lo que se traduce en necesidad de mantener la zona anestesiada durante todo ese
tiempo14,15,16. Para esto es importante registrar adecuadamente todos los datos en una historia clínica correctamente
confeccionada y guiando la anamnesis hacia los datos semiológicos de este tipo de patologías17.
Para aquellos pacientes hipertensos o no, es interesante poder disminuir el componente emotivo de los valores altos de
tensión arterial, para ello, es indicada la utilización de técnicas de relajación que en un promedio de tiempo de 30
minutos, estabiliza los registros a valores aceptables para la práctica odontológica.

Materiales y métodos:

Población: Pacientes de consulta espontánea, comprendidos entre los 20 y 60 años de edad, en condiciones
fisiopatológicas de ser atendidos para una práctica odontológica, que acuden al Hospital Odontológico Universitario
Santa Apolonia.
Como rutina a todos los pacientes que ingresan para tratamiento odontológico se les controla la tensión arterial antes y
10 minutos después de una práctica con riesgo de dolor (infiltración anestésica, exploración de lesiones,
instrumentación invasiva). En la historia clínica se detallan aquellos pacientes que se declaran hipertensos
diagnosticados y aquellos que no. Luego de la sesión, se indica al paciente que lleve un registro diario de medición
arterial durante siete días con 3 registros diarios a diferentes horas del día, para ello se establece un servicio especial
apara que el paciente pueda controlarse la tensión arterial con medidor e instrumentos calibrados a tal efecto.
Se seleccionaron cien historias clínicas de manera aleatoria y se evaluaron los registro de tensión arterial medidos.
Se registra una medición inicial en ficha individual, con tensiómetro de mercurio, realizada por un profesional instruido
a tal efecto y en las mismas condiciones en todos los pacientes, luego de eso se efectúa la práctica indicada y se espera
10 minutos. Posteriormente se registra una segunda medición en idénticas condiciones y realizadas por el mismo
profesional.
Se calculó el porcentaje de varones y mujeres que presentaron presión arterial elevada, y las variaciones de los valores
iniciales de tensión, además de la edad media.
Para un registro adecuado de la tensión arterial se utilizó un tensiómetro de mercurio de mesa, manguito y estetoscopio.
El paciente debe estar sentado y con el brazo derecho sobre la mesa, sin que su ropa presione el brazo, y las piernas sin
cruzar. Debe colgarse el manguito del esfingomanómetro a la altura del corazón. El borde natural del mismo debe estar
como mínimo dos centímetros por encima de la flexura del codo y se procede a inflar el maguito hasta una presión de
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180mm de Hg; si la presión sistólica era superior a esta cifra, se infla hasta una presión de 20mm de Hg. Se coloca la
campana de fonendo donde previamente se ha localizado el latido arterial en la flexura del codo y se procede a desinflar
el manguito. El primer latido que se escucha corresponde a la tensión sistólica o máxima, y la desaparición del latido a
la presión diastólica o mínima.
Para la atención odontológica, se sienta al paciente en un sillón odontológico (tipo relax), se le acomoda la cabeza, se le
explica el procedimiento. Se realiza analgesia con benzocaína al 18%, luego se procede a realizar anestesia infiltrativa
submucosa profunda paraperióstica. Para ello se utilizó clorhidrato de carticaína al 4% con l-adrenalina 1:100000
(epicaris), en ninguno de los casos se utilizó mas de 3,6 ml (equivalentes a dos tubos de anestésicos) dosificada por una
jeringa tipo carpule y agujas descartables de 0,3 x 21mm (morita). Comprobada la anestesia, se procedió al tratamiento
habitual para el caso clínico.

Resultados:

De las 100 historias clínicas seleccionadas, 31 correspondieron al sexo masculino y 69 al femenino. La edad media de
presentación fue de 40 años. De las historias clínicas obtenidas, 25 registraban valores considerados como altos, y del
análisis de ellos se desprende que 11 de los pacientes eran hipertensos declarados y en tratamiento médico. Los
restantes 14 no padecían síntomas de hipertensión arterial, ni referían historia de este padecimiento, sin embargo sus
registros fueron elevados. Controlando los valores obtenidos en la sesión, con los obtenidos durante la semana de
registros, se vio que solo se registraban valores altos en dicha sesión, por lo que se estima que la causa tiene un
componente emocional frente a la práctica odontológica.

Gráfico nº 1: Distribuciòn del total de pacientes por sexo.

31%
Varones
Mujeres
69%

Gráfico nº 2: Resultados obtenidos en los registros.

Pacientes con aumento de


tensión arterial por tensión
20% emocional
Pacientes con aumento de
tensión arterial por
5% hipertensión
65% Pacientes sin variación de
tensión arterial

Conclusiones:

Aproximadamente un 20% de los pacientes que se atienden en consulta que requieran una práctica odontológica que
involucre una terapéutica que pueda ocasionar dolor, presenta una alteración en los registros de tensión arterial, que no
experimentan en condiciones normales. Esta alteración es con tendencia a la hipertensión, por lo que es importante tener
en cuenta este factor, para evitar involucrar prácticas asociadas con esta patología sin necesidad, y en su defecto mediar
las acciones para disminuir este componente emocional.
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Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2005

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