Historia de España 2º de Bachillerato.

Profesor Antonio Luis Díaz García

IES Luis de Morales. Arroyo de la Luz (Cáceres)

TEMA 10.- LA GUERRA CIVIL (1936-39)

TEXTO 11.- LEY RESPONSABILIDADES POLÍTICAS 1939.

1.- EL INICIO DE LA GUERRA CIVIL

1.1.- El Golpe de Estado
Desde que las elecciones de febrero de 1936 dieron la victoria a los partidos de izquierda
agrupados en el Frente Popular, comenzó la preparación de un golpe de Estado contra la
República. En la preparación del golpe participaban grupos de extrema derecha y algunos
militares, todos ellos descontentos con las reformas republicanas. Por esa razón, el gobierno
del Frente Popular cambió de destino a algunos militares sospechosos. Entre los más
significativos estaban: Mola, que fue destinado a Navarra desde donde siguió preparando el
levantamiento, Sanjurjo, exiliado en Portugal que era el jefe supremo, y Franco, aún en
segundo plano, y que fue destinado a Canarias.
La tarde del 17 de Julio comienza la sublevación contra la República en el Marruecos
español: tropas de la Legión y los regulares (marroquíes) ocupan Melilla, ejecutando a los
militares que no se unen a la sublevación; Yagüe hacia lo mismo en Ceuta y Franco viaja
desde Canarias al Marruecos español para tomar el mando del ejército de África. La rebelión se
extiende rápidamente a la Península los días 18 y 19.
En Madrid, Azaña nombra nuevo jefe de gobierno a José Giral, que acepta armar a la
población para hacer frente al golpe de Estado. Mientras Azaña intenta sin éxito pactar con los
sublevados, socialistas, comunistas y anarquistas movilizaron a sus militantes para combatir la
rebelión.
En Sevilla, el general golpista Queipo de Llano consigue dominar la ciudad después de
vencer la resistencia de las fuerzas leales a la República. Desde ahí, la sublevación se extendió
por Andalucía occidental.
El día 20, en Madrid, las fuerzas leales al Gobierno y las milicias de partidos obreros y
sindicatos sofocan el levantamiento tomando el Cuartel de la Montaña, donde se habían
atrincherado los rebeldes. Sin embargo, en Toledo, el coronel Moscardó se hizo fuerte en el
Alcázar con un grupo de cadetes, guardias civiles y falangistas, mientras la ciudad era tomada
por las milicias de izquierda.
En Barcelona y Cataluña fracasa el levantamiento, pero en Castilla y León, parte de Aragón
y otros lugares aislados triunfan los sublevados, quienes declaran el estado de guerra y llevan
a cabo diversas medidas represivas, incluyendo múltiples detenciones y ejecuciones.
1.2.- Los dos bandos
Los sublevados, ahora llamados
nacionales, mas tarde también llamados
franquistas, comienzan controlando las
provincias con la economía menos
desarrollada, de base agrícola y condicionada
por el caciquismo. También dominan la
frontera portuguesa, por donde recibían
ayuda.
La zona controlada por la República era la
más productiva y poblada, más politizada y

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con una mayor conciencia de clase, con predominio de clase obrera o jornalera. Mantenía en
su poder la producción industrial, el oro del Banco de España, la flota y la aviación.
A pesar de esas diferencias, hay un cierto equilibrio entre ambos bandos (por varios
motivos), por lo que el golpe militar inicial se convierte en Guerra Civil. El equilibro se romperá
cuando el Ejército de África (los militares forjados en las guerras marroquíes) pase a la
Península y con la ayuda alemana e italiana a los sublevados.
1.3.- Los apoyos de cada bando
Los Republicanos tienen el apoyo de gran parte de la Marina y Aviación, más un
contingente destacado de Tierra y de las Fuerzas de Orden Público ( parte de la Guardia Civil,
Guardias de Asalto y Carabineros), hay que destacar a las milicias que son civiles armados del
algún grupo político o sindicato: de partidos republicanos moderados (como IR y UR), obreros
(PSOE, PCE, POUM, PSUC,…), fuerzas sindicales (CNT y UGT), regionalistas (ORGA, ERC y
PNV -aunque es de derecha-). A estas milicias se unirán después Brigadas Internacionales)
Los Sublevados o también autodenominados nacionales (y posteriormente franquistas):
tienen e el apoyo del resto de las fuerzas militares, más el ejército de África, con la Legión y
Regulares: 70.000 marroquíes; casi la mitad de las Fuerzas de Orden Público y las siguientes
fuerzas sociales o políticas: FE y de la JONS (que había aumentado notablemente sus
efectivos desde 1936, cuyas milicias contribuyeron notablemente al control de la zona nacional,
organizando las represalias en la retaguardia, además de constituir el embrión del partido único
de Franco), Carlistas (Tradicionalistas o Requetés, pensando en la posibilidad de una
restauración monárquica de su línea dinástica), buena parte de la Iglesia (que no considera
este hecho como una guerra, sino como una cruzada liberadora contra el mal: el Vaticano fue
uno de los primeros Estados en reconocer al régimen y gobierno de Franco) y del mundo
empresarial o financiero (como Juan March y otros, que aportan dinero o movilizan las
instituciones de crédito internacionales), la aristocracia, la CEDA, los monárquicos de
Renovación Española, etc.
El resto de ciudadanos civiles españoles (la llamada masa neutra), aunque había quienes
se inclinaban hacia uno u otro bando según sus propios intereses (los más potentados hacia
los sublevados, y viceversa), en general, influyó mucho el lugar de residencia (donde le tocó).
2.- LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA EN EL CONFLICTO
La Guerra Civil española tuvo un fuerte impacto internacional. Fue vivida como un
enfrentamiento entre la democracia (la República) y el fascismo (los sublevados). También
fue vista como el preludio de la II Guerra Mundial.
Las grandes potencias europeas, Francia y Gran Bretaña, crearon al comenzar la Guerra un
Comité de No Intervención para evitar la intervención internacional en la Guerra Civil
Española y evitar la extensión e internacionalización del conflicto. Sin embargo, a pesar de
que todos los países europeos firmaron el acuerdo de No Intervención, éste fracasó
rotundamente y la intervención extranjera en la guerra fue muy importante, prolongó la guerra y
fue fundamental para la victoria del bando sublevado (tabla página 301).
2.1.- La ayuda extranjera a la España republicana
Una vez que la dos principales potencias democráticas europeas, Francia y Gran Bretaña,
se comprometieron a no intervenir en la Guerra Civil española, la República recibió ayuda
principalmente de la Unión Soviética en forma de material, técnicos y aviones. Esta ayuda se
pagó con el oro del Banco de España, lo que alcanzó para envíos intermitentes.
La más importante ayuda humana le llegó a la República a través de las Brigadas
Internacionales: unos 60.000 hombres de 30 países, sin demasiada experiencia militar, pero
disciplinados que vinieron bajo el lema: “España será la tumba del fascismo”. Canalizados por
los partidos comunistas europeos, estos jóvenes eran de ideología comunista, socialista o

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liberal. Vinieron a España para luchar contra la propagación del fascismo en el continente
europeo y para salvar la democracia republicana. Su base de entrenamiento fue Albacete.
Fueron distribuidos en seis Brigadas que estaban formadas por batallones que solían agrupar a
los soldados de cada país (Telemann a los alemanes, Lincoln a los norteamericanos, Garibaldi
a los italianos, etc). Su intervención ayudó a detener al ejército rebelde a las puertas de Madrid
en el otoño de 1936. Fueron retirados de España a finales de 1938 por las presiones del
Comité de No Intervención y unos 18.000 de ellos quedaron enterrados aquí.
El gobierno mexicano de Lázaro Cárdenas envió ayuda humanitaria y acogió a miles de
exiliados españoles tras la derrota republicana. Francia aportó ayuda de manera esporádica.
Importante fue también el apoyo moral de intelectuales como Hemingway, Pablo Neruda,
Beltorch Brecht, Albert Einstein...
2.2.- La ayuda extranjera a la España sublevada
El bando sublevado recibió ayuda de la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler de forma
masiva y pagadera en materias primas, especialmente en minerales. A Alemania, a cambio de
su ayuda, se le dio la concesión de 73 yacimientos de minerales estratégicos de los que
andaba necesitada la industria de guerra alemana (especialmente wolframio).
Alemania envió su Legión Cóndor con 17.000 hombres, asesores militares, tanques y
aviones. Italia envió a 73.000 soldados del Corpo di Truppe Volontarie (CTV) y armamento.
Portugal, con un régimen de dictadura, apoyó a los rebeldes proporcionando unos10.000
combatientes (los Viriatos), deportando a los republicanos que cruzaban la frontera y
facilitando la ayuda a los sublevados a través de la frontera.
Estados Unidos se declaró neutral, sin embargo algunas compañías norteamericanas
(General Motors, Texaco, Ford) enviaron motores y combustibles a los sublevados.
Puede decirse que los sublevados contaron con más y mejor ayuda (especialmente de
Alemania e Italia) y que ésta fue fundamental para que este bando ganara la guerra.

3.- EL DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL

3.1.- El fracaso del golpe de Estado
El Golpe de Estado organizado por algunos
militares contra la República fracasa pero
consigue dominar algunas zonas de España:
se inicia así una Guerra Civil entre dos bandos
(sublevados contra republicanos). Los
sublevados (nacionales o franquistas)
cuentan, como se ha dicho, con el control de
las zonas de agricultura más atrasada, el
control de la frontera portuguesa y el apoyo de
gran parte del ejército, especialmente el
Ejército de África, gran parte de la Guardia
Civil, y los grupos de extrema derecha: FE de las JONS, Carlistas o Tradicionalistas,
monárquicos, la Iglesia Católica y grandes empresarios, financieros y terratenientes. Los
republicanos controlan las zonas de mayor población y productividad agrícola y tienen el
apoyo de una parte del ejército y de la Guardia Civil, la Marina y aviación, las milicias armadas
que han formado los grupos de izquierda y sindicatos (PSOE, UGT, CNT, PCE). Más tarde
recibieron el apoyo de las Brigadas Internacionales.

En el curso de la guerra se pueden distinguir cuatro fases:

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3 .2.- 1ª Fase: julio de 1936-marzo de 1937: Avances del Ejército de África

En esta fase destacan cuatro actuaciones, realizadas por el
Ejército de África en su avance sobre la capital, Madrid:
1.- El paso del Estrecho de Gibraltar: Como la Armada y la
Aviación permanecieron fieles a la República Franco organizó un
puente aéreo, con aviones cedidos por Alemania e Italia, para que el
ejército de África (13.000 hombres entre legionarios y marroquíes)
pudiese cruzar el estrecho y llegar a Andalucía.
2.- Avance franquista desde Andalucía: desde esta región el
Ejército de África se dirige hacia Extremadura (que tenía una gran
importancia estratégica, pues ayudaría a conectar con la zona Norte
en poder de los nacionales) y Toledo (donde resistía Moscardó en el
Alcázar), lo que logra con facilidad debido a la preparación de las
tropas de África, su mayor fiereza, sus expeditivos métodos de
guerra y a la falta de organización aún de las fuerzas obreras y
ejército de la República.

3.- Ofensiva franquista sobre Madrid: de

máxima prioridad, al ser la capital de España. Pero
Madrid resiste, con el esfuerzo de sus vecinos, y el
refuerzo de las Brigadas Internacionales y aviones
soviéticos. Tras el fracaso en la conquista de Madrid,
Franco decide una serie de maniobras envolventes
para aislarla (batalla de la carretera de La Coruña,
Jarama, Guadalajara, etc.).
4.- La caída de Málaga: fue debida a su defensa
desorganizada, por lo que fue una presa fácil para
las tropas italianas, marroquíes y franquistas, con
apoyo de la marina y aviación italiana (desde donde
bombardean y ametrallan a los que huyen por la
carretera de la costa).
3.3.- 2ª Fase: de abril a noviembre de 1937: conquista del Frente Norte por los
sublevados
En esta etapa destacan las siguientes acciones
Los nacionales, ante la incapacidad de
tomar Madrid, liquidan el Frente Norte: las
ciudades más importantes del Cantábrico fueron
cayendo en manos de Franco, hasta liquidar los
últimos reductos republicanos. Estas ciudades no
sólo eran importantes estratégicamente, sino que
su industria y minas ayudarían a Franco a pagar
una parte de su deuda a Alemania y disponer de más fuerzas. Destacan el bombardeo de
Guernica por parte de la aviación alemana.
Por parte republicana, se organizan dos batallas (ambas tenían como objetivo aliviar el
frente Norte y las ciudades cercanas): la de Brunete, en las cercanías de Madrid; y la de
Belchite, cerca de Zaragoza.
3.4.- 3ª Fase: 1938: Avance del ejército franquista hacia Levante
Etapa clave, pues los nacionales cortan a los republicanos en dos. Destacan dos hechos:

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La ofensiva franquista hacia el Levante, tomando Teruel y Castellón: cortando el frente

de Guerra y dejando a Cataluña aislada del resto
de la República.
La Batalla del Ebro: el ejército republicano lanzó
la última gran batalla, para intentar salvar la situación
que ya había dado un vuelco fundamental a favor de
los sublevados. Cruzan el Ebro el 25 de julio y
mantienen las posiciones entre el fuego intenso de
las tropas de Franco. Pero la destrucción de los
puentes, la riada desatada por la rotura de todos los
embalses de la cuenca del Ebro, sucesivos
contraataques nacionales, la retirada de los
voluntarios brigadistas internacionales y la
claudicación de Francia y Gran Bretaña ante Hitler
(Pacto de Munich), con el consiguiente cierre de la frontera francesa., las fuerzas republicanas
se retiran y dan por perdida la Batalla del Ebro.

3.5.- 4º Fase: de diciembre de 1938 hasta el 1 de abril de 1939: el ejército franquista

conquista Cataluña y Madrid
Fase definitiva, pues los nacionales ocupan Cataluña y cae Madrid.
Tras la batalla del Ebro las tropas
franquistas avanzan por Cataluña sin excesiva
oposición, entrando el 26 de enero de 1939 en
Barcelona. Ya sólo quedaba bajo control
republicano parte del Centro y Sureste.
En Madrid, la República se derrumba con la
división y enfrentamientos entre comunistas
(partidarios de la resistencia hasta el final) y las
fuerzas del coronel Casado (socialistas,
anarquistas, etc., que deseaban la rendición,
creyendo que Franco negociaría con los
militares). Sin apenas resistencia Madrid es
ocupada por el ejército franquistael 28 de marzo. La
flota republicana se rinde, y termina la Guerra oficialmente el 1 de abril de 1939.

4.- LA VIDA POLÍTICA EN LAS DOS ZONAS.

4.1.- Evolución política de la España republicana.
Ante la sublevación militar en la zona republicana se produce un proceso de revolución
popular. Proliferan los comités locales controlados por los sindicatos UGT y CNT y los
partidos políticos de izquierda, que organizan también sus propias milicias armadas que actúan
de manera autónoma. En numerosos lugares los sindicatos CNT y UGT asumen el control de la
gestión económica controlando así los obreros numerosas empresas, bien porque habían sido
abandonadas por sus dueños o bien por que habían sido ocupadas por los trabajadores de
manera espontánea. Los sindicatos y trabajadores creían que, una vez que el pueblo había
hecho fracasar el golpe militar, era posible llevar a cabo la revolución socialista o anarquista.
En Cataluña, la CNT impuso la colectivización y el control obrero de industrias y comercios. Los
servicios públicos pasaron a control sindical. En las regiones del centro y sur de la República se

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desarrolló una colectivización agraria impulsada por los sindicatos agrícolas. El gobierno
republicano tuvo que reconocer estas colectivizaciones (ilustración y texto, 203).
Evolución política
Al comenzar la sublevación militar el jefe de gobierno republicano Casares Quiroga dimite
y se forma un nuevo gobierno republicano dirigido por Martínez Barrios que intenta negociar
con Mola, “el Director” de la sublevación, pero éste se opone. Se forma un nuevo gobierno
republicano dirigido por José Giral, que reparte armas entre las milicias de sindicatos y
partidos de izquierda para hacer frente a la sublevación militar
En septiembre de 1936 forma un nuevo gobierno el socialista Largo Caballero, en el
que participan todas las fuerzas del Frente Popular (republicanos, socialistas, comunistas…),
incluyendo a cuatro ministros anarquistas. Este gobierno recupera el control del Estado y la
obediencia de las fuerzas políticas republicanas, acabando con la proliferación de comités y
milicias autónomas.
Dentro del bando republicano existe una división que acabará dando lugar a
enfrentamientos: Republicanos, socialistas y comunistas creen que es necesario defender las
instituciones republicanas para ganar la guerra y construir un Estado social y
democráticamente progresista. Anarquistas de CNT-FAI y trotskistas de POUM creen que al
mismo tiempo que se hace la guerra hay que destruir el Estado burgués y organizar la
revolución proletaria. A primeros de mayo de 1937 en Barcelona hay un enfrentamiento entre
ambos sectores con luchas callejeras. El día 8 el gobierno republicano controla la situación.
Tras estos sucesos se forma un nuevo gobierno dirigido por el socialista Juan Negrín,
que tiene como objetivo objetivos: ganar la guerra, disolución de organismos anarquistas y
resistir hasta el comienzo de la próxima guerra mundial, que parecía inminente. Sin embargo se
produce una división entre los partidarios de la resistencia a ultranza esperando el comienzo de
la guerra en Europa y los partidarios de una negociación de la paz con Franco, aunque éste se
niega.
El 5 de marzo de 1939 se produce en Madrid un golpe de Estado del general Casado
(jefe del ejército republicano del Centro) que pretende un acuerdo con Franco creyendo que
pueden llegar a una rendición honorable, pero Franco exige una rendición incondicional. Este
intento de golpe llevó a combates internos en Madrid, una vez conocida la caída de Barcelona,
y al hundimiento de la resistencia republicana en el centro.
4.2.- Evolución política de la España sublevada
En la zona sublevada se impone desde el comienzo una dictadura militar pero en un
principio existe una descoordinación entre las distintas fuerzas políticas y militares que apoyan
la sublevación, descoordinación que se agudiza con la muerte de Sanjurjo, que era el líder de
la sublevación y la diversidad de proyectos políticos. Pronto surge la necesidad de crear un
mando único para los distintos ejércitos que participan en la sublevación y una jefatura política
para el Estado que se estaba gestando en la zona controlada por los sublevados. El máximo
candidato para el mando único es Franco, que tiene a su favor las conquistas del ejército de
África, la liberación del Alcázar de Toledo y los contactos con Hitler y Mussolini. El 1 de
octubre de 1936 los generales sublevados nombran a Franco “generalísimo de los
ejércitos” y jefe del nuevo Estado.
En abril de 1937, Franco con el Decreto de Unificación crea un partido único: Falange
Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensivas Nacional Sindicalistas (FET de las
JONS) en el que se unifican de manera obligatoria a todas las fuerzas políticas que apoyan la
sublevación: falangistas, carlistas, monárquicos y católicos. Franco utilizó el partido y la figura
de J.A Primo de Rivera para dar consistencia ideológica al nuevo régimen que estaba creando
imitando al fascismo italiano.

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En enero de 1938 Franco nombra su primer gobierno, con su cuñado Serrano Suñer,
admirador de Mussolini como ministro de Gobernación y hombre fuerte.
La labor de este gobierno hasta el final de la guerra puede resumirse en:
• Se consagra la dictadura militar con todo el poder concentrado en las manos de Franco
• Se suprimen todas las reformas republicanas y se promulgan decretos de
“contrarreforma agraria” que devuelven a los grandes propietarios las tierras expropiadas
por la República.
• Se otorgan amplias prerrogativas a la Iglesia: control de la educación y la censura,
salario para los sacerdotes. A cambio la Iglesia apoya y legitima la sublevación a la que
considera una “cruzada”.
• Se aprueba la Ley de Responsabilidades Políticas por la que se persigue a todos los que
habían colaborado con la República.

5.- LA REPRESIÓN
En ambos bandos se desarrolló una fuerte represión sobre el adversario. El método
represivo más común en ambos bandos fue el llamado “paseo”. Consistía en sacar a
determinadas personas de sus domicilios y llevarlas a las a las cunetas, a tapias de
cementerios o a puentes donde eran fusiladas. Una simple denuncia, un registro e incluso los
odios personales eran suficientes para el “paseo”. Las “sacas· se aplicaban de forma masiva
contra los presos que eran extraídos de las prisiones y fusilados.
En la zona franquista esa represión tuvo un carácter institucional, esto es, fue alentada
por las autoridades sublevadas (franquistas) y fue ejercida por el ejército, los falangistas o
las nuevas autoridades políticas para vencer la resistencia de la población prorrepublicana,
recurrendo al terror y la aniquilación de los vencidos. Así sucedió en la ocupación de Badajoz,
Málaga y Granada y en multitud de pueblos y ciudades ocupados por los sublevados, donde
fueron fusiladas cientos de personas. La represión franquistase dirigió contra los militares
que no apoyaron la sublevación, las autoridades republicanas (alcaldes, concejales,
gobernadores, etc), dirigentes y militantes de los partidos republicanos y de izquierda y los
sindicatos, así como contra maestros, médicos, obreros o campesinos. Muchos fueron
fusilados como forma de escarmiento, para aterrorizar a la población y desmoralizar a la
resistencia. En ocasiones, personas relevantes fueron asesinadas más que por su acción
política, por lo que significaban como símbolos de la República. Fue el caso del poeta Federico
García Lorca, asesinado en Granada al comienzo de la guerra. En la zona franquista se aplicó
la ficción jurídica de considerar como rebeldes a los que defendían la legalidad republicana y,
así, Consejos de Guerra sumarísimos, sin ninguna garantía procesal, condenaron a militares y
civiles por delitos de rebelión militar o auxilio a la rebelión. Los que no fueron fusilados,
perdieron sus empleos (fueron depurados) o propiedades o fueron desterrados.
En la zona republicana la represión tuvo un carácter espontáneo y fue realizada,
generalmente, por grupos incontrolados que aprovecharon el vacío de poder que se generó
tras la sublevación. La represión se dirigió contra la aristocracia, los grandes propietarios, los
políticos de los partidos de derechas y los eclesiásticos. El bombardeo de alguna ciudad por
parte del ejército franquista o el miedo a ser conquistados de forma inminente por ese ejército
provocaban graves acciones represivas (ejecución de presos políticos en Paracuellos,
noviembre 36) Las autoridades republicanas intentaron limitar esa represión y encauzarla con
la creación de Tribunales Populares compuestos por jueces y jurados populares.
En cuanto a las cifras no existe unanimidad pero los últimos estudios cifran en torno a
50.000 los muertos por represión política en la zona republicana. En la zona franquista se
calcula que hubo de 90.000 a 120.000 ejecutados, a los que hay que sumar unos 50.000

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fusilados más después de la guerra. Muchos de ellos aún permanecen desaparecidos en fosas
comunes.

6.- LAS CONSECUENCIAS POLÍTICAS, ECONÓMICAS, SOCIALES Y DEMOGRÁFICAS

DE LA GUERRA CIVIL.
6.1.- Consecuencias demográficas
Se calcula en torno a los 500.000 muertos por la Guerra Civil incluyendo a las víctimas de
bombardeos y batallas pero también de la represión en ambos bandos.
Además hay que tener en cuenta que unas 300.000 personas se exiliaron al terminar la
guerra, especialmente militares y funcionarios republicanos, militantes de sindicatos y partidos
republicanos, médicos, profesores, intelectuales, obreros y campesinos. En Francia, son
recibidos en campos de concentración. Muchos emigrarán a países hispanoamericanos,
especialmente a Méjico, invitados por su presidente Lázaro Cárdenas. Otros permanecerán en
Francia y se unirán a la resistencia o al ejército francés para luchar contra a las tropas de Hitler.
Algunos terminarán en los campos de concentración nazis en los que murieron unos 10.000
españoles.
6.2.- Consecuencias culturales
Las consecuencias en la cultura española fueron importantísimas. Quedó destruido todo el
esfuerzo de regeneración cultural y educativa de la Edad de Plata de la cultura española (1898-
1936). Fueron ejecutados o destituidos por el franquismo un gran número de maestros y
profesores. Prácticamente la totalidad de los intelectuales de la generación del 27 y los más
notables científicos y artistas murieron o marcharon al exilio: figuras señeras como García
Lorca, Buñuel, Antonio Machado, Alberti, Cernuda, Picasso, Américo Castro son buen ejemplo
de esta desertificación cultural. La cultura oficial volvió a una etapa de represión y censura,
propia de la época de la Inquisición.
6.3.- Consecuencias económicas
Las consecuencias en el terreno económico fueron desastrosas para el país: la pérdida de
reservas, la disminución de la población activa, la destrucción de infraestructuras viarias y
fabriles, así como de viviendas -todo lo cual provocó una disminución de la producción- y la
caída del nivel de renta. La mayoría de la población española hubo de sufrir a lo largo de las
décadas de 1940 y 1950 los efectos del racionamiento de productos de primera necesidad y la
privación de bienes de consumo. Eso tuvo como consecuencia el descenso brutal de la renta
per cápita, y el empobrecimiento del país, y sólo hasta los años cincuenta no se recuperarían
los niveles de antes de la guerra.
6.4.- Consecuencias políticas
La guerra truncó el experimento democrático de la Segunda República y la evolución hacia
una sociedad más moderna y solidaria e igualitaria. Fue el final de la más importante
experiencia modernizadora y democratizadora que había tenido la España contemporánea y el
inicio de un larguísimo período de represión, de falta de libertad política y la supresión
de derechos fundamentales de las personas. Con el triunfo de la derecha se aniquiló
sistemáticamente a toda la izquierda, con un régimen personal basado no en la voluntad
popular, sino en la victoria militar: Dictadura personal de Franco, ideología militarista y católica,
represora de toda disidencia política o ideológica. Al terminar la guerra el nuevo régimen
franquista tiene unos 270.000 encarcelados en 1939 por sus ideas políticas, en condiciones
miserables, en plazas de toros, campos de fútbol... con numerosos muertos por enfermedades:
como Miguel Hernández... Durante los primeros años del franquismo se fusiló a unas 50.000
personas.

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En el ámbito internacional, España inició veinte años de aislamiento político, con excepción
del reconocimiento que obtuvo de algunos Estados, como el Vaticano y Argentina. España
quedó fuera del fuerte impulso de progreso que se inició en Europa después de 1945.

7.- LA GUERRA CIVIL EN EXTREMADURA

7.1.- La sublevación militar en Extremadura
El levantamiento contó con apoyos desiguales en las dos provincias extremeñas, al igual
que ocurrió en el resto del territorio nacional.
En Cáceres, las noticias anteriores al alzamiento fueron escasas. El 17 de julio, los
seguidores del Frente Popular pidieron armas al Gobernador Civil, que sin embargo se negó a
entregarlas siguiendo las instrucciones enviadas por el Gobierno.
Por su parte, los conspiradores en la capital cacereña no se sublevaron hasta el día 19 de
julio, tras recibir las órdenes oportunas desde Valladolid. La sublevación comienza en la
única guarnición de la capital, el Regimiento de Argel en conexión con las fuerzas de la
Guardia Civil y los falangistas. El jefe del regimiento declaraba en la mañana del 19, el
estado de guerra para toda la provincia. Al terminar el día, la ciudad estaba bajo control de los
sublevados prácticamente sin enfrentamientos, siendo fusiladas las autoridades republicanas y
personas afines a los partidos y sindicatos prorrepublicanos.
Una vez finalizada la ocupación de la capital comienza a controlarse la provincia, para lo
cual resultó fundamental el apoyo de las fuerzas de la Guardia Civil y grupos armados de la
Falange. Apenas encontraron una oposición organizada, con la excepción de la zona del
Campo Arañuelo y los Ibores. En esta zona, la oposición de las organizaciones obreras al
levantamiento (sobre todo la CNT) provocó enfrentamientos con los rebeldes y solo con la
llegada de las tropas de Yagüe, en agosto fueron vencidas.
En Badajoz, la preparación del golpe comienza en primavera y fue dirigida por un enviado
del general Mola, que contactó y movilizó a un grupo de militares, a la Falange y a la Guardia
Civil.
Las autoridades republicanas entregaron armas, que se sacaron de los propios
cuarteles, a la población el día 19, con lo que consiguen dejar a los militares más proclives al
levantamiento sin posibilidades. Probablemente este aspecto influyó en el fracaso de la
sublevación en Badajozl. Posteriormente fue enviado hacia Madrid un batallón para participar
en la defensa de la capital.
En cuanto a la provincia, la sublevación alcanzó importancia únicamente en la zona de
Villanueva de la Serena, que quedó en poder de los rebeldes. El resto de la provincia, gracias
al apoyo popular, permaneció bajo el mando de la República.
7.2.- Las columnas y los avances sublevados
Una vez en la Península, el ejército sublevado de África se lanzó a la ocupación de
Extremadura, paso importante para el desarrollo de la guerra, porque permitiría unir las dos
zonas en su poder, Andalucía con Castilla y León, y, así, avanzar sobre la capital de España.
La ocupación se llevó a cabo en dos etapas consecutivas.
Primera etapa: ocupación del valle del Guadiana
El avance de las tropas del ejército de África desde Andalucía comienza en el mes de
agosto. Franco envía tropas del Tercio y la Legión, dirigidas por el general Yagüe, que toman
Llerena, Fuente de Cantos y Monesterio, el 5 de agosto; Zafra y Los Santos de Maimona, el
día 6; a continuación Jerez y Almendralejo. En todos estos lugares el ejército de África solo
encuentra la oposición de campesinos mal armados incapaces de hacerle frente. En las
localidades tomadas el ejército y las personalidades y grupos de derechas locales efectúan una
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dura represión contra las personas ligadas a la República y

a los sindicatos y partidos de izquierda,
izquierda fusilando a decenas
de personas.. El día 11 ocupan Mérida, donde se unen a
tropas del regimiento Árgel, provenientes de la capital
cacereña. Badajoz cae en poder de los rebeldes el día 14 de
agosto;; en esta ciudad se asiste a uno de los episodios de
represión más sangrientos de la guerra: los sublevados
después de tomar la ciudad fusilaron a cientos de personas.
Segunda etapa:: ocupación del valle del Tajo
Ocupada la capital pacense, los sublevados avanzan
sobre Trujillo y Navalmoral de la Mata. A partir de ese
momento en Extremadura se pasa de una guerra de
columnas a una guerra de frentes, sin embargo, casi toda
Extremadura está
stá en manos de los rebeldes. Además de
unir las dos zonas nacionales, el ejército de África, formado
por soldados profesionales, se va a convertir en la fuerza de
choque del bando sublevado e su ofensiva contra Madrid.
Franco instala provisionalmente su Cuartel
C General en
Cáceres (Palacio de los Golfines de Arriba).
7.3.- El frente extremeño de 1936 a 1939
En Extremadura desde mediados de 1936 comienza una guerra de frentes que experimenta
pocos cambios hasta el final de la contienda. Mientras tanto, en la retaguardia continuó la
represión por parte de los sublevados (franquistas o nacionales) con numerosos fusilamientos
de republicanos: así destacan los fusilamientos de las Navidades de 1937,
1937 donde fueron
fusilados el alcalde socialista de Cáceres, Antonio Canales, y 200 vecinos de diversas
localidades: Navas del Madroño (68), Cáceres (37), Malpartida de Cáceres (9) Arroyo de la Luz
(5), Estación Arroyo-Malpartida
Malpartida (6).
(6)
El frente extremeño se extendía desde Alía hasta Villanueva y desde Don Benito en el sur,
hasta Higuera, en zona republicana. Era la conocida como “Bolsa de la Serena”.
Tanto republicanos como sublevados reconocían la importancia estratégica de la zona, ya
que desde ella se podía organizar una ofensiva
republicana para recuperar Mérida y Badajoz y
volver a dividir la zona sublevada en dos. Así los
republicanos realizaron planes para desde esa
“Bolsa de la Serena” ocupar Extremadura y aislar
Andalucía del resto de la zona sublevada.
subl Los
sublevados organizaron ofensivas para acabar
con la citada bolsa leal de la Serena, ya que eran
conscientes del peligro de mantener dicho frente
por el posible contraataque republicano hacia la
frontera portuguesa.
Sin embargo no será hasta el desplome
d final
del bando republicano (en febrero y marzo de
1939) cuando los sublevados acaben
controlando esta zona. Muchos de los que
perdieron la guerra volvieron a sus casas donde
sufrieron la represión franquista, otros prefirieron
formar parte del “m
“maquis” o guerrilla
antifranquista, en un intento por mantener la
lucha.

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