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TATUAJE

Se cree que el proceso del tatuaje era mucho más elaborado que en la actualidad, era un ritual que por
ejemplo en Egipto era realizado casi exclusivamente por mujeres, un proceso doloroso que la mayoría de las
veces se usaba para demostrar valentía o confirmar la madurez, en la misma forma que todavía se puede
observar en los rituales de tribus de Nueva Zelanda.

Borneo es uno de los pocos lugares donde se practica actualmente la forma tradicional del tatuaje tribal. El
tatuaje y el piercing recuerdan el arte de Bali y Java, y los instrumentos de tatuaje son similares a los usados
en la Polinesia. El tatuaje de la Polinesia fue el más artístico en el mundo antiguo, estaba caracterizado por
diseños geométricos elaborados, que eran embellecidos y renovados durante toda la vida del individuo hasta
que cubrían su cuerpo entero. Según Marco Polo en su "Travels" el respeto a una persona se medía por la
cantidad de tatuajes que tuviera.

El tatuaje se usaba también como castigo, y los individuos acusados de sacrilegio debían ser tatuados. Debido
a esto, los médicos griegos y romanos empezaron a practicar la remoción de tatuajes. Lentamente se
abandonó el tatuaje de esclavos y criminales al extenderse el cristianismo en el Imperio Romano. El
emperador Constantino, primer emperador cristiano de Roma, emitió un decreto en contra de esta actividad.
Se cree que la actitud negativa contra el tatuaje tuvo su origen en este decreto.

En Norte América, se asoció el tatuaje con prácticas religiosas y mágicas, era un rito simbólico y una marca
única que permitiría que el alma superara los obstáculos en su camino a la muerte. El tatuaje era una práctica
común entre los nativos de América Central, los nativos tatuaban en sus cuerpos imágenes de dioses.
El arte del tatuaje fue redescubierto por los exploradores. Banks, artista científico que navegó junto al
Capitán Cook, describió en 1769 el proceso del tatuaje de la Polinesia. Los marineros de Cook iniciaron la
tradición de los hombres de mar tatuados y extendieron rápidamente esta aficción entre los marineros,
quienes aprendieron el arte y lo practicaron a bordo.También fueron los viajes de Cook los que describieron
el arte Moko entre los maoríes, un doloroso y elaborado proceso que duraba meses y que daba por resultado
diseños negros en espiral y a rayas.

Alrededor del 1000 A.C el tatuaje logró la entrada por medio de las rutas comerciales a la India, China y
Japón. A pesar de un glorioso inicio en Japón, el tatuaje estaba reservado para aquellos que habían cometido
crímenes serios, y los individuos tatuados eran aislados por sus familias, ésto constituía el peor de los
castigos. El emperador Matsuhito, ante la apertura de Japón al occidente decidió prohibir los tatuajes para no
dar la impresión de salvajismo ante los extranjeros.

En América donde había existido desde siglos atrás, sólo tuvo eco masivo durante la Guerra Civil. Uno de los
primeros tatuadores profesionales fue C.H.Fellows. Se considera que el primer estudio tatuajes fue el abierto
en 1870 en Nueva York por Martin Hildebrant, inmigrante alemán. Su mayor competencia fue Samuel O'
Reilly inventor de la máquina de tatuar en 1891, esta máquina estaba inspirada en una maquinaria inventada
por Thomas Edison.
Alrededor de 1900 existían estudios de tatuaje en casi todas las ciudades importantes. Hoy en día, es famoso
en el mundo entero del tatuaje el nombre de Sailor Jerry Collins (1911-1973).

En España, se puede empezar a hablar de tatuaje y de tatuadores alrededor de los años sesenta y setenta. Esta
actividad comenzó en las zonas portuarias, donde se tatuaban marineros pero también personas adineradas
que disponían de embarcación. A finales de los años setenta y principios de los ochenta, el fenómeno se
difundió todavía más, de manera especial entre las clases medias altas, con el nacimiento de una cultura
alternativa que consideraba este arte como una forma de extravagancia. En los años ochenta, bajo el impulso
de la cultura punk, heavy, rocker y de otras nuevas tendencias los jóvenes empezaron a interesarse por el
tatuaje.
El tatuaje antiguo tiene mucho en común con el tatuaje actual, este arte está aceptado, formando parte de la
vida de muchas personas y podríamos decir que ocupando espacios cada vez mayores en la sociedad
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La mayoría de gente piensa que los tatuajes son un hecho reciente. En realidad, empezó hace miles de años,
pero no se sabe exactamente cuándo y cómo se descubrió el proceso del tatuaje.
El origen de la palabra Tatuaje es incierto se comenta que deriva de la palabra Ta del Polinesio "golpear", o
de la antigua práctica de crear un tatuaje por medio del golpeteo de un hueso contra otro sobre la piel con el
consiguiente sonido "tau-tau". La palabra latina para tatuaje es estigma, y el significado original se refleja en
los diccionarios modernos. Entre las definiciones de estigma están "marca hecha con un instrumento afilado",
"marca para reconocimiento hecha en la piel de un esclavo o criminal" y "marca de culpabilidad".

Los tatuajes más antiguos, son las momias tatuadas. En 1991 se encontró en un glaciar a un cazador de la era
neolítica, tenía la espalda y rodilla tatuadas. Antes que fuera descubierta la momia del cazador, la persona
tatuada más antigua era la sacerdotisa egipcia Amunet adoradora de Hathor, diosa del amor y la fertilidad.
Vivió en Tebas alrededor del 2000 a.C., sus tatuajes eran del estilo de los del cazador lineales y simples, con
diseños de puntos y rayas.

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Tatuajes en la actualidad

“Somos las únicas criaturas sobre el planeta que escogemos y manipulamos nuestro exterior”.

En base a la anterior cita, se han originado diversos tipos de comentarios, ideas y filosofías acerca de lo que
es bárbaro o lo que es arte. Es por ello, que hacia 20 años atrás, ver a una persona tatuada no era de buen
gusto o marginarlo de anticristiano e inculto.

Los tiempos han cambiado vertiginosamente y podemos disfrutar del ejercicio pleno de nuestros derechos y
obligaciones, y con ello, las perforaciones y los tatuajes son vistos como ornamentos de moda, fijación de la
personalidad y atracción sexual. Un tatuaje implica aspectos personales que finalmente la sociedad debe
respetar bajo un ámbito de tolerancia.

El tatuaje egipcio

El tatuaje egipcio estaba relacionado con el lado erótico, emocional y sensual de la vida, el tatuaje en aquel
tiempo estaba caracterizado por diseños gruesos lineales y de color negro, que se asemejan a los diseños
tribales actuales, y en muchas de las culturas los animales son el tema mas frecuente. Están asociados
tradicionalmente con la magia, protección y el deseo de la persona tatuada, de identificarse con el espíritu del
animal.

Se cree que el proceso del tatuaje era mucho mas elaborado que en la actualidad, donde era un ritual, que
llevaba una preparación donde el individuo tenia que prepararse mentalmente y espiritualmente. Donde tenia
que demostrar valentía y madurez. en la misma forma que todavía se puede observar en los rituales de tribus
de Nueva Zelanda

El tatuaje incaico
Estaba caracterizado por diseños gruesos y abstractos que se asemejan a los tribales actuales. En muchas
culturas los animales son el tema más frecuente y están asociados tradicionalmente con la magia, tótems y el
deseo de la persona tatuada de identificarse con el espíritu del animal

BORNEO

Es uno de los pocos lugares donde se practica actualmente la forma tradicional del tatuaje tribal como lo
fuera hace miles de años. El tatuaje y el piercing recuerdan el arte de Bali y Java, y los instrumentos de
tatuaje son similares a los usados en Polinesia. Los hombres se tatuaban a temprana edad principalmente
como medio de ornamentación. El tatuaje de la Polinesia fue el más artístico en el mundo antiguo, estaba
caracterizado por diseños geométricos elaborados, los que usualmente eran embellecidos y renovados durante
toda la vida del individuo hasta que llegaban a cubrir el cuerpo entero. El tatuaje era una parte natural de su
vida y arte y tenía un profundo significado cultural y social, inclusive según Marco Polo en su "Travels" el
respeto a una persona se medía por la cantidad de tatuajes que la misma tuviera. También se usaban en la
antigüedad para impresionar y asustar a los enemigos en el campo de batalla como fuera utilizado por
antiguas poblaciones de las Islas Británicas, cuyos guerreros tatuaban sus caras y cuerpos para estar
preparados para la guerra, no sólo lograban espantar a sus enemigos sino que también consiguieron gracias a
esta costumbre sus nombres, que derivaron de raíces celtas y latinas con significados vinculados al tatuaje.

Los cristianos eran hostiles al tatuaje ya que creían que si Dios había creado al hombre a su imagen y
semejanza, era pecaminoso que el hombre tratara de alterar su imagen, por esto el emperador Constantino,
primer emperador cristiano de Roma, emitió un decreto en contra de esta actividad. Se cree que la actitud
negativa contra el tatuaje tuvo su origen en este decreto y esta posición fue adoptada por varias religiones
durando hasta nuestros días. A pesar de esto, existen registros de que los guerreros religiosos de las Cruzadas
se hacían tatuar crucifijos para asegurarse un entierro cristiano, también los peregrinos que iban a Jerusalén
se hacían tatuar crucifijos para recordar su viaje y como presencia constante de Dios, y de ahí que todavía
hoy en día los tatuajes no estén bien vistos, ya que la mayoría de la gente se deja influir por la iglesia.

A pesar que Aztecas y Hopis no usaban tatuajes, se asoció el tatuaje en Norteamérica con prácticas religiosas
y mágicas, era un rito simbólico del pasaje a la pubertad y una marca única que permitiría que el alma
superara los obstáculos en su camino a la muerte. Muchas tribus practicaban el tatuaje terapéutico cuya
ceremonia era acompañada por canciones y danzas que se suponía exorcizaba los demonios. El tatuaje era
una práctica común entre los nativos de América Central, los nativos tatuaban en sus cuerpos las imágenes de
sus dioses y los guerreros conmemoraban sus victorias en batalla por medio de los tatuajes. Los únicos
registros precolombinos sobrevivientes se encuentran en esculturas representados por líneas grabadas en los
cuerpos de figuras humanas.

El arte del tatuaje fue redescubierto por los exploradores. Banks, artista científico que navegó junto al
Capitán Cook, describió en detalle en 1769 el proceso del tatuaje de la Polinesia. Los marineros de Cook
iniciaron la tradición de los hombres de mar tatuados y desparramaron rápidamente esta afición entre los
marineros, quienes aprendieron el arte de los tatuadores polinesios, lo practicaron a bordo y luego instalaron
sus estudio de tatuaje en los puertos. También fueron los viajes de Cook los que describieron el arte Moko
entre los maoríes, un elaborado y muy doloroso proceso que duraba meses y que daba por resultado diseños
negros en espiral y a rayas. El tatuaje fue ampliamente practicado entre los marineros, trabajadores y
convictos durante la primer parte del siglo XIX. Los miembros de las clases media y alta lo consideraban por
debajo de su dignidad, y nunca fue popular entre los nobles como lo fuera en Inglaterra.

PRIMER ESTUDIO DEL TATUAJE


En América donde había existido desde siglos atrás, solo tuvo eco masivo durante la Guerra Civil. Las ferias
mostraban sus personajes tatuados y alcanzó al igual que en Europa gran eco entre los personajes de alcurnia.
Uno de los primeros tatuadores profesionales fue C.H.Fellows. Se considera que el primer estudio de tatuajes
fue abierto en 1870 en Nueva York por Martín Hildebrandt, inmigrante alemán. Su mayor competencia fue
Samuel O´Reilly inventor de la máquina de tatuar en 1891; la patentó y ofreció a la venta conjuntamente con
los colores, diseños y otros suministros, esta máquina estaba inspirada en una maquinaria inventada por
Thomas Edison. Alrededor del 1900 existían estudios de tatuaje en casi todas las ciudades importantes. La
mayoría de las imágenes tradicionales de U.S.A. se originaron en los diseños de Lew Alberts, que dominaron
los temas patrióticos, sentimentales y religiosos por más de 50 años. Asimismo, Charles Wagner introdujo
muchas innovaciones, fue el primer tatuador americano que practicó con éxito el tatuaje cosmético, tatuó
perros y caballos como medio de identificación y experimentó con métodos químicos para remover los
tatuajes. El tatuaje antiguo tiene mucho en común con el tatuaje moderno, y podemos considerar que estamos
en presencia de una evolución continua de un arte con orígenes profundos y universales en la humanidad.

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PERFORACIONES
Perforaciones en las culturas mexicanas - Herencia ancestral

Nota extraída del libro "Perforaciones Corporales - México"

No hay duda que los humanos se han perforado desde hace siglos. La oreja, nariz o septum son las
perforaciones más comunes que podemos apreciar en textos antropológicos o en revistas como National
Geographic. Pero la historia detallada de las perforaciones no es posible definirla con exactitud, pues muchas
que consideramos como tradicionales quizá nunca existieron. Y en el caso de que hubieran existido, no se
encuentran datos sobre ellas o posiblemente fueron destruidos por los misioneros en su empeño por tratar de
"civilizar" a las culturas nativas, arrancando sus costumbres y despojándolas de sus creencias.Por otro lado,
existe un sinfín de antecedentes sobre las perforaciones que practicaban las tribus de África, las Amazonas,
Nueva Guinea, Canadá, Indonesia, India, Venezuela, Borneo, etc. Pero para no irnos muy lejos vamos a
enfatizar en las que se realizaban en México, en las culturas mayas, aztecas, olmecas, entre otras.
MAYAS
En su búsqueda del perfil perfecto, los antiguos mayas hicieron uso de las modificaciones del cuerpo para
llegar a un grado inimaginable. Las deformaciones de la cabeza eran rutina, ésta era deformada con unos
moldes de madera. El ser bizco era un símbolo de gran belleza, así que desde niños se les aplicaban unas
bolas de cera en medio de los ojos. El vello facial del hombre era arrancado como hoy en día las mujeres
depilan sus cejas. Los cuerpos fueron pintados para indicar el status y la ocupación. Lenguas, labios, narices
y orejas fueron perforadas y decoradas con la joyería más fina que se pudieron permitir. Las perforaciones en
la oreja fueron gradualmente expandidas hasta llegar a un grado asombroso. En algunas excavaciones fueron
encontradas algunas orejeras de jade, superando el diámetro de siete centímetros.
También se han encontrado dibujos y textos sobre lenguas perforadas, en estas perforaciones metían largas
cuerdas, a veces con espinas, y así las jalaban. Los mayas valoraban enormemente el poder mágico de su
sangre.
Entre los instrumentos que utilizaron para perforar destacan objetos como agujas punzantes, a veces
identificadas como espinas, garras o colmillos, aunque también encontraron hojas puntiagudas de obsidianas
y punzantes de huesos de animales y en ocasiones de humanos.
"Quetzalcóatl hizo penitencia, perforó sus piernas, dejó fluir su sangre sobre el maguey. " SAHAGÚN

Los mayas ofrecieron sacrificios de su propia sangre, en algunos rituales se perforaban la lengua en una
dirección inclinada de un lado a otro y pasaban partes de paja a través de las perforaciones. Según algunos
historiadores, los mayas practicaban la circuncisión.
"También se perforaban el propio miembro, lo perforaban oblicuamente de un lado a otro y por los orificios
pasaban gran cantidad de hilo, así que todos los integrantes del rito quedaban atados, ellos untaban a sus
ídolos con la sangre que fluía por todas partes."

DIEGO DE LANDA

El universo de los mayas era relativo, balanceado e influenciado con la interacción entre el hombre y sus
dioses a través de sus sacrificios y su magia.

OLMECAS
Los olmecas son la civilización más antigua de Mesoamérica, proporcionaban los primeros y tal vez los más
ilustrados sacrificios de genitales. En el pasado se encontró un mural, en una cueva del estado de Guerrero,
que muestra un jaguar agachado, símbolo de un Rey-Sacerdote, de las garras del jaguar salía una serpiente
cuyo cuerpo cambia a un miembro alargado de humano. La obligación de los sacrificios era uno de los tantos
ritos que los mayas y otras culturas han heredado de los olmecas.

Como instrumentos para perforar usaban picos de maguey, garras de animales, espinas de pescado, dientes de
tiburón y piedras preciosas finamente detalladas.

Ellos poseían una gran variedad de perforaciones en diferentes partes del cuerpo, como las orejas, septum y
labios. También se les conocieron perforaciones en la frente, brazos, piernas y genitales. Los aretes estaban
hechos principalmente con conchas de mar, obsidiana, cuarzo o jade. Las perforaciones eran una de las tantas
formas de modificar el cuerpo en todos los niveles sociales, muchas veces eran un símbolo de acercamiento a
Dios.
Los sacerdotes expandían sus lenguas hasta el diámetro de la muñeca. Las perforaciones de la mejilla eran
reservadas para ritos fúnebres, en los cuales, miembros de la familia del difunto recibían tal perforación por
parte del sacerdote, este tributo era para asegurar un buen recibimiento en la siguiente vida.

AZTECAS
Algunos de los gobernantes siguieron el ejemplo del héroe Quetzalcóatl al derramar sangre de los genitales.
Este acto era entendido como la imitación de la primera mítica penitencia de la Serpiente Emplumada, quien
trajo vida a la humanidad al mezclar su sangre con los huesos encontrados de tiempos ancestrales.
Para los aztecas, las perforaciones eran un acto de purificación para acercarse más a Dios. Las perforaciones
requerían de ritos muy exhaustos de meditación. Los periodos duraban desde cuatro días, para la gente
común, hasta 20 días para reyes y sacerdotes, aunque también se sabe de algunos de hasta 80 días. Las
primeras perforaciones eran en honor a Tonacatecuitli y Tonacacuitl, amos de la carne.
Éstos rituales iban muy ligados con el consumo de hongos alucinógenos y pulque.
Las perforaciones de oreja y lengua fueron muy apreciadas dentro de la cultura azteca, se dice que éstas se
realizaban en los niños en fechas específicas, comparables con nuestro año bisiesto.
Los Xiuhnacochtli (expansores) fueron utilizados por los reyes y gente común, sin embargo, los reyes usaban
piezas de turquesa. Las perforaciones de la lengua fueron hechas como un tributo a la Diosa de la Tierra,
Coatlicue, la perforación en su honor era un acto único en la vida pues otorgaba limpieza espiritual, era una
reflexión para invocar veracidad en el recibidor del arete a través de la cercanía espiritual con los dioses.
Los ancianos, entre los aztecas, tenían grandes tapones de jade en sus lenguas, estas ornamentas iban con
ellos hasta la tumba para mantener la veracidad en la siguiente vida.
La perforación del septum es extensamente documentada dentro de los aztecas, entre los que usaban tal
perforación desfilaban dioses, como Quetzalcóatl, reyes, sacerdotes, grandes guerreros y nobles.
Xiuhyacámitl significa septum perforado en náhuatl. Se dice que los reyes usaban barras de turquesa en tal
perforación para los eventos de gala.
Los dioses aztecas, especialmente los que estaban relacionados con la muerte y lo subterráneo, usaban platos
en el septum con diseños de cráneos. La joyería típica de Tlatoani (el que habla con una lengua pequeña y
veraz) era el labret o bezote, dicha ornamenta era básicamente de turquesa y significaba una alta autoestima y
por lo regular era tallada en forma de lengua. Otras joyas para el bezote eran los tapones de oro con
esculturas de dioses, reyes o animales sagrados.

A pesar de que las perforaciones de la nariz fueron rechazadas por los colonizadores, por considerarlas no
atractivas, existen algunos códigos que describen esta perforación en relación con los dioses Tezcatlipoca
(erradicador del pecado) y Chalchiutlicue (la diosa del agua terrestre), ya que ambos fueron comúnmente
dibujados con largos tapones tubulares en la nariz.

Otra perforación ignorada por los colonizadores fue la de los pezones; por lo que en la mayoría de los dibujos
del pueblo azteca no se plasmaron. Painal, Dios conocido como mensajero de la muerte, usaba argollas de
oro en los pezones, aunque también se sabe que Coatlicue las usaba.

OTOMÍES
Los más antiguos en el Anáhuac, los otomíes, usaban bezotes y orejeras; se distinguían por su valor y finura
las piedras de los señores y guerreros.

Las mujeres, desde niñas, se rapaban la cabeza; de adolescentes dejaban crecer los cabellos sin peinarlos, y
sólo cuando ya habían sido madres se los arreglaban. También traían orejeras, se pintaban el pecho y brazos
de colores azules, se adornaban con plumas de colores los pies, piernas y brazos, afeitaban el rostro sobre el
cual ponían una sustancia roja en las mejillas, pintaban los dientes de negro. Los señores que gobernaban los
cuitlateca, una rama de los otomíes, traían unas piedras preciosas en el septum.

CUEXTECAPAN
Los cuextecapan, que se extendían entre las costas del Golfo, la parte sur de Tamaulipas, el norte de Veracruz
y la parte oriental de San Luis Potosí, habían llegado por el mar, tenían la cabeza ancha y chata, los cabellos
teñidos de amarillo ó rojo, largos y sueltos sobre la espalda. Ellos se perforaban y limaban los dientes para
hacerlos acabar en punta, también perforaban y expandían la nariz para así colocar un tubo de oro dentro del
cual atravesaban un plumaje colorido. En los pies llevaban cascabeles de palo ó cobre, con los que generaban
música.

ACAXES
Cuando iban a la guerra los acaxes llevaban consigo todos sus adornos y riquezas, uno de ellos consistía en
una cola hecha con gamuza, la que se amarraba en la cintura para semejar una cola de animal. Cuando
volvían como ganadores, en la fiesta que organizaban, se perforaban el labio inferior y pasaban por él un
hueso aproximadamente de cuatro centímetros de largo, y se hacían la misma cantidad de perforaciones
equivalente al número de hombres que habían matado.

Ellos cuidaban mucho su cabello que era largo y lo trenzaban con cintas blancas. En el cuello y en los puños
llevaban grandes sartas de caracoles y conchas. Se agujeraban el tabique de la nariz y colocaban piedras
preciosas como la esmeralda, también en las orejas llevaban muchos zarcillos de plata o cobre, cada uno con
una cuenta blanca.
ZAPOTECAS
Las mujeres zapotecas usaban grandes y anchas arracadas de oro en las orejas y pulseras de piedras finas, así
como collares de estas mismas piedras y de pedazos de oro. Los pendientes que utilizaban eran muy pesados,
por lo que provocaban la deformación de las orejas, muchas veces era por las penitencias pedidas en los
rituales.
Los hombres se perforaban para salir a la guerra o para deformar el labio y así llevar el bezote ó "tentetl", que
significaba ser un guerrero distinguido. Mayas, olmecas, aztecas y muchas otras culturas son quienes nos
marcaron el camino. Quizá no seamos tribus ni nativos pero probablemente somos los modernos primitivos
encargados de no dejar que estas prácticas ancestrales queden en la historia, por el contrario, que sigan siendo
ritos de estética y placer para las generaciones futuras

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«Un arte sin firma».

Tatuaje
Cuando más avanzamos hacia lo moderno, más pronto retrocedemos a lo primitivo. Bajo esa convicción mi
preocupación se volcó hacia la procura del símbolo, como si en él se encerrara el misterio de la vida, el
secreto de la verdad. Fue buscando el símbolo que me sorprendieron selvas profundas, arrecifes dentellados,
mares deslenguados y desiertos sedientos.

Buscando el símbolo me introduje sin querer en la rebeldía del África en su momento libertario, el dolor de la
India, la mansedumbre y pureza de la vida isleña en los mares del sur. Toqué las aristas del sol de los
trópicos, habité la plantación, participé de la cosecha, trabajé en la fábrica a destajo, acompañé la huelga.
Detrás del símbolo, fui dejando toda mi obra a retaguardia, como transformándome en un árbol que se iba
deshojando en el camino.

Con la mochila de mi hacer en la espalda, mis cuadros y murales quedaron esparcidos por el mundo, a
merced del monstruo invisible de la inclemencia y el deterioro.

La búsqueda del tatuaje se transformó en una de las obsesiones de mis viajes. Sabía que cada encuentro con
el nativo o la mujer tatuada, generaba en mí un poderoso motivo de inspiración que inevitablemente me
llevaría de inmediato a enfrentarme al bastidor volcando mis nuevas ideas.

Empecé a ver el tatuaje como un arte sin firma, que se exhibía en la propia piel del hombre.
No dudo que el tatuaje ha sido una puerta abierta para aquellos artistas que supieron encontrar en él la punta
del ovillo para expresarse en simbologías propias.

En varios sitios lejanos que visité y donde el hombre dejó las huellas de su pasaje, los grafismos tatuados en
la piel del mundo tribal muchas veces obedecían al mandato invisible y enigmático de una tradición antigua.
En el interior de Argentina sentí admiración por los artesanos criollos, buriladores de mates. Al tatuarles las
panzas a fuego enriquecían con un arte muy peculiar el diálogo de sus humildes ruedas cotidianas, luego de
la yerra o de la siembra.

El tatuaje es un arte que jamás se desprende de su bastidor. Siempre pensé que los ojos del mundo se
asombrarían si se me permitiera exponer en un museo los cuerpos de indígenas tatuados, demostrando que
sus dibujos fueron la raíz o influyeron en la obra de grandes creadores.

Mi primer viaje a Tahití, lo hice sabiendo que la palabra tatuaje provenía del Archipiélago de la Sociedad.
En Tahití, "taatau" significaba algo así como "de acuerdo a las reglas del arte". En el famoso viaje que el
Capitán Cook realizó en 1768 y 1771, ubicó en inglés este oficio como "tattoo", mención que luego se
trasladó deformada a los demás idiomas.

En los pueblos primitivos, pude constatar que al margen de su aspecto decorativo el tatuaje se practica
también obedeciendo a viejas tradiciones, a festejos, ceremonias mortuorias, sesiones de magia o
medicinales. Es, además, parte de alguna superstición.

En la Nueva Guinea he visto hombres cuyos tatuajes cubrían absolutamente sus cuerpos, piernas, brazos y
rostros, como enfundados en un mameluco de neoprene.

Los que más llamaron mi atención y me llevaron de inmediato a experimentar en el campo de una pintura de
textura, fueron los tatuajes congoleños. Estimulados por la reacción queloide, los dibujos sobresalían en
relieve sobre la piel provocando un arte basado en cicatrices.

Fue en la Polinesia que hice mi primera y única experiencia como tatuador. Había conciencia de que un niño
que no se tatuaba, jamás podría aspirar a ser jefe de aldea. El grafismo se introducía en la piel del resignado,
no como un ornamento sino como una inevitable ley secreta proveniente de la oscuridad del ayer.

Cuando pedí que se me permitiera el intento, tuve una extraña sensación de arrepentimiento. Cada pinchazo
me dolía más a mí; veía la sangre que partía de las pequeñas heridas del nativo como mi propia sangre y
quitaba la vista de su expresión para no abandonar mi tarea.

Cuando finalmente el dibujo quedó marcado en el brazo hinchado del voluntario y con un baño de hierbas
fue sellado y desinfectado, supe que jamás volvería a repetir la experiencia.

Comprendí que el tatuaje, por encima de esa excepción de respuesta a una costumbre imperativa, era también
una forma de decorar sus vidas, poniendo en sus cuerpos, un sello que confirmaba su contraseña tribal.
En mi contacto con múltiples poblaciones indígenas, comencé a considerar principalmente el tatuaje como un
acto de amor. El nativo tatua a su mujer para decorar su unión afectiva. Tal cual se decora un botijo para
darle color a la comida y enriquecerla. Tal cual se decora una piragua para que difiera de las típicas color
palmera. Tal cual se decora una choza, quitándole el tono de la tierra y el cuero.

Luego de recorrer parte del universo del tatuaje, puedo concluir que es un arte sin firma integrado a la vida.
Un arte que suda y que tiene dolor de muelas, un arte que no admite arrepentimiento. Que se extiende sobre
la piel, se exhibe en el propio hombre y desaparece con la muerte de quien lo transporta.

En el siglo XVIII, los navegantes europeos introdujeron la práctica del tatuaje en Tahití. En aquel tiempo fue
prohibido por los misioneros, pero aún así no desapareció. Soporte de la identidad cultural Ma’ohi, el tatuaje
polinesio da privilegio al uso del color negro en detrimento de otros colores.
El tatuaje, de inspiración geométrica, vegetal o animal, muchas veces simbólico, es utilizado por los hombres
como un adorno corporal.

Así, el tatuaje, al contrario de la visión occidental intimista, se practica para ser visto.
La palabra tatuaje, como tabú, deriva de una palabra polinesia que quiere decir golpear.
Los primeros tatuajes surgen en las Islas Marquesas, aunque probablemente los inmigrantes que llegaron a
ellas ya los conocían. Desde las Marquesas la costumbre se extendió por toda la Polinesia y más allá de los
mares. De hecho la tradición de los marineros de llevar tatuajes fue introducida por los tripulantes del barco
del Capitán Cook, quienes aprendieron de los nativos polinesios. Lo que es menos conocido es que la moda
hizo furor entre las damas victorianas.
Para los primeros habitantes de estos archipiélagos, el tatuaje tenía carácter de rito sagrado y era considerado
un símbolo de jerarquía, una expresión de belleza o la marca de procedencia de la persona. En muchas
ocasiones, los tatuajes contaban la historia de una familia que pasaba de padres a hijos a través de los años.
Otras veces los tatuajes traían longevidad o fecundidad a quien los portaba.
El tatuaje marcaba también la diferencia entre un niño y un hombre, ya que solo una vez alcanzada la
pubertad uno podía tatuarse
Desde hace algunos años, Tahití y sus islas han producido una serie de talentosos jóvenes, cuyas habilidades
son cada vez mas solicitadas por los turistas de tránsito y ahora exportan su arte, participando en varias
exposiciones extranjeras.

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• Al conglomerado de islas de Samoa se le considera el epicentro el tatuaje


d tribal en elárea
del Océano Pacífico y es ahí donde la tradición continúa... de hecho, la palabra tatuaje o
“tattoo” tiene sus orígenes en Polinesia, y sale de la palabra“tatau”.
Hay dos leyendas de ó cmo llegaron los tatuajes a Samoa; la primera trata de dos mujeres
de las islasFiji que cantaban historias por las islas y en una ocasi
ón se equivocaron en su
canción, diciendo las palabras“tatúen a los hombres y no a las mujeres ” (se supone que
fuera al revés). La otra historia cuenta que originalmente los tatuajes solose pintaban
sobre la piel, pero que un aventurero hombre de Samoa que ó viaj
a la tierra de los
espíritus, aprendió con ellos el arte de tatuar. Cuando volvi
ó a su pueblo, llegó con las
herramientas necesarias para hacer los verdaderos tatuajes. En ealidad
r no se sabe
exactamente cómo comenzaron, porque en las islas polinesias la historia se aba pas por
boca y no tenían documentos escritos hasta que llegaron los europeos.
El tatuaje tradicional de Samoa que se hace en el cuerpo,“pe’a”,
o no es trabajo ácil.
f Las
marcas se hacen durante la pubertad y tarda semanas completar. s un
E proceso doloroso
y antes era un requisito necesario para obtener el ítulo
t de “matai” (jefe). Además, era un
proceso muy costoso, eltatuadorrecibía unas 700“alfombras” como paga. Los óvenes j
se tatuaban en grupos de 12 durante ceremonias en que los observ adores cantaban para
distraerlos del dolor. Todos los diseños y temas tienen gran significado y es “Tafuga”
el
(artista tatuador) quien los explica al que los recibe. Los temas son de origen nimal
a y
tratan de animales que se consideran sagrados en Samoa. En las ujeres
m no se celebra el
ritual al tatuar y los dise
ños son mucho más finos; o sea, tratan m ás de líneas que de
áreas cubiertas completas como en los hombres. Al finalizar el tuaje
ta cubre 65 por ciento
del cuerpo y es todo un solo dise ño. En Samoa, tener un tatuaje tiene mucho significado
para la familia, los amigos y el pueblo de uno. Se lleva el tatu
aje con honor, respeto y
orgullo.
Al llegar los misioneros europeos a Samoa, trataron de prohibir la práctica de los rituales
de tatuajes, ya que les parecía que el tatuadorestaba hechizando al que recib ía el tatuaje.
Fue así como la práctica de tatuarse se volvió algo clandestino, hasta que las personas
tatuadas ya eran tantas que los misioneros no pod ían luchar contra ellos. Hasta el íad de
hoy, la práctica de tatuajes es algo controversial para las iglesias de Sam
oa.

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