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Coordinador:
ORTIZ DE URBINA OIMENO, ll'iIlOO
(Profesor de Derecho penal y criminologia, Universitat Pompeu Fabra)
Autores:
- Alcácer Oulrao, Rafael (cap, 28) (Profesor de Derecho penal. Universidad Rey Juan Carlos)
- Arnalz serrano, Amaya (cap, 38) (Profesora de Derecho prooesal. Universidad Carlos III de Madrid)
- Benítez Pérez-FajardO, Fernando (caps, 7, 19 Y 31) (Fiscal)
- Bonilla Pella, José (cap, 12) (Abogado)
- Castro Moreno, Abraham (cap, 13) (Catedrático de Derecho penal. Universidad Carlos III de Madrid)
- cerezo Domínguez, Ana Isabel (cap, 33) (Profesora de Derecho penal. Universidad de Málaga)
- Doplco Oómez-Aller, Jacobo (caps, 1 y 29) (Profesor de Derecho penal. Universidad Carlos 111 de Madrid)
- Fakhouri Oómez, Yamlla (cap, 201 (Profesora de Derecho penal. Universitat Pompeu Fabra)
- Fellp i saboñt, David (cap, 2) (Profesor de Derecho penal. Universitat Pompeu Fabra)
- Fernández Teruelo, Javier (cap, 14) (Profesor de Derecho penal. Universidad de Oviedo)
- Fuentes Osoño, Juan Luis (cap, 35) (Profesor de Derecho penal. Universidad de Jaén)
- Oarcía del Blanco, Victoria (caps, 3 y 25) (Profesora de Derecho penal. Universidad Rey Juan Carlos)
- Oómez Martín, Víctor (caps, 11 y 22) (Profesor de Derecho penal. Universitat de Barcelona)
- Hernández Oarcía, Javier (cap, 34) (Magistrada)
- Llobet Anglí, Mariona (caps, 7 y 26) (Profesora de Derecho penal. Universitat Pompeu Fabra)
- Maraver oómez, Mario (cap, 15) (Profesor de Derecho penal. Universidad Autónoma de Madrid)
- Martín Lorenzo, Maña (caps, 5 y 1SI (Profesora de Derecho penal. Universidad Complutense de Madrid)
- Martínez EscamUla, Margañta (cap, 101 (Catedrática de Derecho penal. Universidad Complutense de Madrid)
- Miró Lllnares, Fernando (cap, 6) (Profesor de Derecho penal. Universidad Miguel Hernández)
- Montaner Fernández, Raquel (cap, 17) (Profesora de Derecho penal. Universitat Pompeu Fabra)
- Nieto Martín, Adán (cap, 24) (Catedrático de Derecho penal. Universidad de Castilla-La Mancha)
- Núñez Sánchez, Angel (caps, 16, 21 Y36) (Fiscal)
- pastor Munoz, Nuria (caps, 8 y 9) (Profesora de Derecho penal. Universitat Pompeu Fabra)
- peyró Llopis, Ana (cap, 27) (Profesora de Derecho internacional público, Universidad de Cergy-Pontoise)
- pozuelo Pérez, Laura (cap, 23) (Profesora de Derecho penal. Universidad Autónoma de Madrid)
- Ragués i Valles, Ramon (cap, 5) (Catedrático de Derecho penal. Universitat Pompeu Fabra)
- Rodríguez Fernández, IgnaCio (caps, 4 y 39) (Fiscal)
- Urruela Mora, Asler (cap, 301 (Profesor de Derecho penal. Universidad de Zaragoza)
- Velázquez Vloque, David (caps, 32 y 37) (Magistrado)
A. Cuestiones previas
La introducción de un régimen de responsabilidad penal de las personas jurídicas 110
supone la ampliación de los sujetos cuya conducta puede desencadenar para ellos
una sanción penal. Lógicamente, para hablar de una conducta de una persona jurí-
dica siempre habrá de atenderse, en mayor o menor medida, a las conductas de
personas físicas.
La Jurisprudencia Constitucional ha analizado la responsabilidad de las personas
jurídicas en el plano del Derecho administrativo sancionador, declarándola compati-
ble con el principio de culpabílídad y las exigencias de responsabilidad por la pro-
pia conducta y personalidad de la sanción (TCo 246/1991): las consideraciones allí
formuladas pueden ser trasladadas al ámbito del Derecho penal, aunque con las
lógicas cautelas. Y ello, porque a pesar de que en el Derecho administrativo sancio-
nador rijan los mismos principios y garantías que en el Derecho penal, no lo hacen
con el mismo nivel de intensidad (TCo 56/1998). Por ello, no es posible trasladar
automáticamente al ámbito penal las elaboraciones doctrinales existentes a día de
hoy en el ámbito de la responsabilidad administrativa de las personas jurídicas.
I PReCISIONES I Una de las diferencias prácticas más importantes entre el régimen de responsabili-
dad administrativa y el de responsabilidad penal de personas jurídicas reside en las diferentes
12 - RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURIDICAS © Ed. Francis Lefebvre
estructuras dogmáticas que se manejan en uno y otro ámbito: en el ámbito del Derecho
Administrativo sancionador rige una concepción de la infracción de corte «causalista» (donde
dolo e imprudencia son formas de la culpabilidad), mientras que en el sistema penal español
predomina una concepción <<finalista» o de «injusto personal», para la que dolo e imprudencia
son elementos tipicos. Por ello, en el ámbito administrativo, una vez demostrada la culpa de la
persona juridica, a efectos prácticos dilucidar si concurre dolo o no es una mera cuestión de
determinación de la pena, mientras que en el ámbito penal es determinante para saber qué
tipo procede aplicar o, incluso, si debe declararse la atipicidad de la conducta por no existir
modalidad imprudente en esa concreta figura.
112 Son muchos los países de la UE que admiten la responsabilidad penal de personas
jurídicas, sin que se considere que ninguno atente contra los derechos fundamen-
tales y las garantías que integran el acervo del Derecho europeo, incluidas la inter-
dicción de la responsabilidad objetiva y la personalidad de la sanción.
Dejando aparte cuestiones sobre qué concreto modelo de sanciones a personas
jurídicas puede ser más útil, razonable o funcional, no parece que quepa alzar
objeciones fundamentales de constitucionalidad a este respecto. Si se admite que
cabe imponer a una persona jurídica sanciones como multas o interdicciones en
sede administrativa, no parece que quepa objetar nada a imponer esas mismas san-
ciones no ya por un órgano administrativo, sino por un juez o tribunal imparcial,
tras un procedimiento contradictorio con todas las garantías. Parece incompatible
afirmar a la vez que este sistema de sanción a personas jurídicas vulnera alguna
garantía constitucional, pero que estas mismas sanciones serían plenamente cons-
titucionales de ser impuestas por un mero órgano administrativo y sin la vigilancia
de un juez imparcial.
114 ccSocietas delinquere et puniri potest)) Dando cumplimiento a diversas nor-
mas europeas, el legislador español finalmente ha introducido un régimen de res-
ponsabilidad penal de personas jurídicas en el Código Penal. Con ello resulta dero-
gado el principio «societas dellnQuere non potest., y sustituido por un nuevo «socle-
tas dellnQuere et puniri potest•.
I PRECISIONES I La normativa europea aludida (Segundo Protocolo del Convenio relativo a la pro-
tección de los intereses financieros de las Comunidades Europeas; Decisiones marco
2001/413/JAI, 2002/629/JAI, 2003/BO/JAI, 20041757/JAI, 20051222/JAI, 2005/667/JAI,
2004/6B/JAI; Directivas 200B/99/CE y 2009/123/CE, así como también otros instrumentos,
como el Convenío de Derecho Penal del Consejo de Europa contra la Corrupción o el Convenio
OCDE de Lucha contra la Corrupción de Agentes Públicos Extranjeros en las Transacciones
Comerciales Internacionales) obligaba a la introducción de sanciones a las personas jurídi-
cas en relación con ciertos delitos, sanciones que pueden ser penales o administrativas. De
hecho, en Europa coexisten sistemas de responsabilidad de las personasjuridicas de corte
penal (Francia) con otros de tipo administrativo (Alemania) o hibrido (Italia, donde a pesar de la
denominación «amministrativa», existe amplia coincidencia en señalar que una sanción impues-
ta por un juez, en relación con un proceso donde se enjuician delitos, es «penal» independien-
temente de su denominación). Probablemente la estructura territorial del poder sancionador
administrativo en España y su no siempre pacífica distribución competencial ha sido un incen-
tivo para que el legislador optase por el modelo penal, quiZá más punitivo pero desde luego
más fácíl de desarrollar de modo unitario sobre todo el territorio nacional.
116 Este nuevo modelo incentiva la autoorganización de las personas jurídicas para evi-
tar que en su seno se adopten modos delictivos de conseguir sus objetivos sociales.
c> Ed. Francis Lefebvre RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURIDICAS -13
El art.31 bis.l recoge una doble vía de imputación de responsabilidad penal a la 120
persona jurídica:
• Los casos de delito cometido por el administrador o representante de la persona
jurídica, en su nombre o por su cuenta, y en su provecho.
• Los casos de delito cometido por un empleado sometido a la autoridad del admi-
nistrador o representante, cuando haya podido cometerlo debido a la falta de la
debida vigilancia sobre él.
A continuación se analizarán algunos de los conceptos básicos de esta regulación.
1_4_ _R_ES_P_O_N~S_AB~I_Ll_D_A_D_D-=E_P~E~R_SO~N_A_S_J,--,U~R_rD_I_CA_S_ _ _ _ _ _ _ _©_Ed_._Fra,,-ncis Lefebvre
!Vat.ias. Precisamente por ello, para considerar a la persona jurídica excluida del
r4@imen penal no basta con que nos encontremos con una sociedad mercantil
estatal (i.e., una sociedad mercantil con participación mayoritaria estatal, a las que
se refiere la Ley de Organización y Funcionamiento de la Administración General
del Estado -L 6/1997 disp.adic.duodécima-). Es necesario que la referencia a «que
ejecuten políticas públicas o presten servicios de interés económico general» se
interprete en sentido estricto.
La referencia a las entidades públicas empresariales debe ser entendida en sentido
estricto, como las personas jurídicas definidas en la citada L 6/1997 (art.53 s.). Son
entidades públicas empresariales, por ejemplo, entes públicos como ADIF, AENA,
Loterías y Apuestas del Estado o red.es (en relación con las agencias públicas
empresariales, ver la L 9/2007 art.68 s., de la Administración de la Junta de Andalu-
cía).
Finalmente, resulta polémica la exclusión del tercer grupo (partidos políticos y sin- 138
dicatos). Se trata de entidades que forman parte fundamental del sistema político
español (Const art.6 y 7) que, sin duda, dan cauce al ejercicio de derechos funda-
mentales y libertades públicas; y por ello, deben ser objeto de una especial protec-
ción y no pueden ser tratadas como cualesquiera otras personas jurídicas. Sin
embargo, también es conocido un historial de graves irregularidades en materia
electoral y de financiación de los partidos políticos que requieren que se adopten
medidas san.cionadoras más serias que las que hoy se aplican. Todo esto resulta lla-
mativo, máxime cuando ya existe un gravoso sistema «de facto» represivo en la Ley
Orgánica de Partidos Políticos, aunque su aplicación sea muy limitada. Por ello,
también en este caso habría sido más razonable la adopción de un régimen híbrido
como el ya mencionado al hablar de las Cámaras de Comercio y los Colegios profe-
sionales (ver n° 136), que permitiese la imposición de multas pero no otras como la
suspensión de actividades o la disolución, que en un ámbito como este plantean
no pocos problemas de adecuación y legitimidad.
Las organizaciones empresariales, que están previstas en la Const art.7 junto con los
sindicatos, no están expresamente excluidas del régimen de responsabilidad penal
de las personas jurídicas.
Responsabilidad penal de las personas jurídicas de pantalla No obstante, las 140
entidades excluidas de la responsabilidad penal de personas jurídicas pueden ser
penadas si «se trata de una mera forma jurídica creada por sus promotores, funda-
dores, administradores o representantes con el propósito de eludir una eventual
responsabilidad penal». Esta fórmula no es aplicable al caso de las administraciones
ni los organismos reguladores. A este respecto deben hacerse las siguientes consi-
deraciones:
Por una parte, estas «formas jurídicas» en realidad serían personas jurídicas de pan-
talla. Se ha dicho que esta clase de personas jurídicas (o apariencia de personas
jurídicas) no deben ser sujeto de responsabilidad penal, sino simplemente ser obje-
to de las necesarias medidas de disolución. No tiene mucho sentido citar a declarar
a una persona jurídica de pantalla o reconocerle derechos de defensa. Sin embar-
go, dado lo delicado de los intereses en juego cuando hablamos de sindicatos o
partidos políticos sospechosos de ser puras estructuras-pantalla, parece razonable
acompañar cualquier posible medida del máximo de garantías, tratándoles proce-
salmente como personas jurídicas con todos sus derechos.
16 - RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURIDICAS © Ed. Francis Lefebvre
Por otra parte, no se entiende que se exija que haya sido creada para estos fines. Si
un sindicato, un partido político o una empresa pública fundados legalmente
hubiesen degenerado hasta convertirse en una estructura criminal organizada, no
se entiende por qué debería ser tratado de modo diverso que a aquél o aquéllos
que hubiesen sido creados «ad hoc» (ver en este sentido el polémico JCI núm 5
auto 26-8. 02, ARP 479, respecto de la medida cautelar de suspensión de actividades
de un partido político considerado integrante de una estructura criminal, pero que
había sido fundado décadas antes como partido legal y sin conexión alguna con
dicha estructura).
y ello es así porque para que pueda hablarse de responsabilidad penal de la perso- 156
na jurídica es necesario que hablemos de conductas controlables por sus órganos de
gObierno. Del mismo modo que no cabe calificar los actos reflejos como acciones
de una persona física a los efectos penales, porque no son controlables por su
voluntad, los actos no controlables por los órganos de gobierno de la entidad no
son conductas de la persona jurídica a efectos penales.
I PRECISIONES I Este es el sentido de la fórmula empleada en los antecedentes normativos euro-
peos ya citados, que atiende al poder fáctico de dirección de la empresa, y no sólo de ejecu-
ción de la gestión: persona que ejerza un «cargo directivo» (o «posición directiva», o «posición
de mando») en la persona jurídica «basada en un poder de representación de la personajurídi·
ca, una autoridad para tomar decisiones en nombre de la persona jurídica, o una autoridad
para ejercer control dentro de la persona juridica». Es decir: que lo relevante es el poder de
dirección, y el concreto motivo por el que se ostente (poder de representación, capacidad de
tomar decisiones en nombre de la empresa, poder «de facto») es irrelevante.
Del mismo modo, y por los mismos motivos, el término representante debe inter- 157
pretarse del modo más estricto (en el sentido de la LSA art.l28 y 129 o de la LSRL
art.62 y 63 -a partir del 1-9-10, RDLeg 1/2010 art.233 y 234-). Representante, a los
efectos del CP art.31 bis, no es cualquier sujeto con limitados poderes, sino sólo
quien ejerce la representación de la sociedad extendida a la generalidad de los
actos comprendidos en su Objeto social. Los apoderados, que estaban contemplados
en una versión anterior del CP art.31 bis en el Anteproyecto del Gobierno (que
hablaba de los «empleados con facultades de obligar a dicha persona jurídica»),
fueron excluidos específicamente del precepto.
En nombre o por cuenta de la persona jurídica y en su provecho 160
Según establece el CP art.31 bis.1, los delitos que cabe imputar a la persona jurídica
son aquellos que se ejecutan en su provecho y mediante una actuación en nombre
o por cuenta de la entidad.
El elemento del provechO de la persona jurídica ha sido objeto de críticas en la fase
prelegislativa, pues no es necesario para poder atribuir un acto a un ente colectivo,
18 - RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURIDICAS © Ed. Francis Lefebvre
de las personas jurídicas por los delitos que específicamente indique el Código
Penal.
Estos delitos son los siguientes:
D. Penas imponibles
(CP art.33.7)
210 El CP dispone un catálogo de penas aplicables a las personas jurídicas, que tienen
todas ellas la consideración de graves, y son las siguientes.
1. Multa
(CP art.33.7.a)
les contempladas en el CP art.66 bis (ver n° 264 s.), reveladoras de una especial peli-
grosidad subjetiva en la persona jurídica, procede aplicar las penas interdictivas del
art.33.7 c) a g) o, en casos extremos, la disolución del art.33. 7. b).
Modalidades La pena de multa tiene una finalidad esencialmente preventi- 217
vo-general yes contemplada en sus dos modalidades: la multa por cuotas diarias y
la multa proporcional.
a) La multa por cuotas se establece atendiendo a dos baremos:
- el número de cuotas diarias -nunca inferior a 10 (CP art.50.3)- se establece, den-
tro del marco penal establecido para cada delito, atendiendo a las caracteñsticas
del hecho y la culpabilidad del autor; y
- el Importe de cada cuota se establece atendiendo a la capacidad económica de
la persona jurídica: su importe mínimo es de 30 euros y el máximo de 5.000 euros
por cuota diaria (CP art.50.4). Cuando la duración se establezca por meses o años,
se entenderá que los meses son de treinta días y los años de trescientos sesenta.
b) La multa proporcional, según establece el CP art.52, se calcula en atención al
daño causado, al valor del objeto del delito o al beneficio reportado por el mismo.
Sin embargo, cuando no sea posible determinar esos elementos, el CP art.52.4 esta-
blece que el juez o tribunal, tras motivar dicha imposibilidad, deberá calcular la mul-
ta siguiendo los siguientes criterios alternativos:
- Multa de dos a cinco años, si el delito cometido por la persona física tiene previs-
ta una pena de prisión de más de cinco años.
- Multa de uno a tres años, si el delito cometido por la persona física tiene prevista
una pena de prisión de más de dos años no incluida en el inciso anterior.
- Multa de seis meses a dos años, en el resto de los casos.
I PRECISIONES I 1) Se prevé pena de multa por cuotas diarias para los siguientes delitos: 219
• Delitos oontra la intimidad y allanamiento informático (CP art.197l.
• Insolvencias punibles (CP art.261 bis).
• Delito contra la propiedad intelectual del art.277 (ver CP art.288)'
• Delitos contra el mercado y los consumidores de los art.278, 282 bis y 286 bis (ver CP art.288)'
• Blanqueo de capitales (CP art.302)'
• Delito contable tributario del art.310 (CP art.310 bis).
• Delito de vertidos o emisiones ilegales (CP art.327).
• Delitos relativos a la energía nuclear y a las radiaciones ionizantes (CP art.343)'
• Falsedad en medios de pago (CP art.399 bis).
• Tráfico de influencias (CP art.43m.
• Financiación del terrorismo (CP art.576 bis).
2) Se prevé pena de multa proporcional para los siguientes delitos:
• Tráfico ilegal de órganos (CP art.156 bis).
• Trata de seres humanos (CP art.177 bis).
• Delitos relativos a la prostitución y corrupción de menores (CP art.189 bis).
• Estafas y otros fraudes (CP art.251 bis).
• Daños informáticos (CP art.264).
• Delitos contra la propiedad intelectual de los art.270 a 272 (ver CP art.288)'
• Delitos contra la propiedad industrial de los art.273-276 (ver CP art.288)'
• Delitos oontra el mercado y los consumidores de los art.283, 285 Y 286 (ver CP art.288).
• Delitos contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social de los art.305 a 309 (CP art.310 bis).
26 - RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURIDICAS © Ed. Francis Lefebvre
220 3) Para los siguientes delitos se establece un sistema híbrido: se establecen dos modos de
cómputo de la multa (uno por cuotas diarias V otro proporcionaD para Que el juez escoja la Que
füe un Importe más alto:
• Delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros (CP art.318 bis).
• Delito de construcción ilegal (CP art.319).
• Delitos relativos a residuos tóxicos Vafines (CP art.328).
• Delitos de riesgo provocado por explosivos (CP art.348).
• Delitos relativos al consumo ilegal de drogas tóxicas (CP art.369 bis).
• Cohecho (CP art.427).
• Corrupción de funcionario extranjero (CP art.445).
230 Este tipo de penas, además de su función preventivo-general, tienen una clara voca-
ción preventiv~special: buscan controlar o inocuizar, de modo temporal o inclu-
so definitivo, a una persona jurídica que ha revelado una especial peligrosidad.
Según el CP art.66 bis.l, estas penas sólo se impondrán cuando sea necesario pre-
venir la continuidad de una actividad delictiva o sus efectos. Así, como se establece
en el n° 264 s., estas penas no exigen sólo la prueba de un hecho delictivo imputa-
ble a la persona jurídica sino, además, un juiCio de peligrosidad criminal de la perso-
na jurídica, que indique si es necesaria su imposición.
Que su función sea preponderantemente preventiv~special no las convierte en
medidas de seguridad: también las interdicciones impuestas a personas físicas tie-
nen una finalidad preventivo-especial preponderante. Sí es cierto, no obstante, que
para la imposición de estas penas a personas jurídicas es necesario un juicio de
peligrosidad subjetiva.
I PRECISIONES I Estejuicio es la gran novedad Que se introduce respecto de la versión del Ante-
proyecto. Dicha versión, sumamente problemática, establecla de modo obligatorio para el
órgano jurisdiccional la imposición de penas como la suspensión de actividades o la clausura de
locales en el caso de Que fuese imputable a la empresa un solo acto de cohecho o tráfico de
Influencias, por ejemplo. Lo Irrazonable de aquel modelo inicialmente planteado, Que obligaba
al órgano jurisdiccional a clausurar una gran empresa por un solo acto de cohecho, arrojando
sin motivo a la calle a todos sus trabajadores Vcausando innecesariamente un grave daño eco-
nómico, es lo Que parece estar en el origen del razonable giro copernicano al Que da lugar la
introducción el CP art.66 bis.
232 Estas penas se imponen de modo general por tiempo limitado (en cuyo caso no
pueden superar la duración máxima de la pena privativa de libertad prevista para
la persona física en el concreto tipo penal), aunque alguna de ellas puede ser
@ Ed. Francis Lefebvre RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURrDICAS - 27
3. Medidas cautelares
(CP art.33.7 in finel
E. Determinación de la pena
260 La pena básica es la multa. Sin embargo, si se dan una serie de requisitos adiciona-
les, puede proceder la imposición de penas interdictivas o de la disolución de la
persona jurídica.
Se impone, pues, una interpretación sistemática, que haga compatible este inciso 271
con el resto de la regulación en la que se inserta; y también con las exigencias deri-
vadas del principio de culpabilidad. Ello obliga a entender lo siguiente:
• Marco normativo: Según la regulación del CP art.31 bis, sólo cuando haya una falta
de vigilancia de la persona jurídica, en el sentido de un fallo organizatlvo (ausencia
de una política y unas medidas de control y prevención de ese delito, o existencia
de unas claramente defectuosas); o cuando sea directamente imputable a sus
administradores, cabe deducir responsabilidad penal para ésta .
• Regla adicional del CP art.66 bis.1": Las penas interdictivas y la disolución exigen
además tomar en cuenta qué nivel tenía el órgano que no adoptó esas medidas y
políticas, o que adoptó unas claramente defectuosas. Si en el fallo organizativo está
implicado directamente el Consejo de Administración, por inacción o desidia, por
ejemplo, hablaremos del grado más alto de responsabilidad. Si la política preventi-
va del Consejo ha sido defectuosamente implementada, y el Consejo se ha limitado
a no supervisar esa implementación, hablaremos de una infracción de gravedad
menor.
Todo ello se mantiene dentro de las exigencias de responsabilidad por el hecho
propio y del principio de culpabilidad: una mera ejeCución defectuosa del control
debido por parte de un cuadro medio o cualquier otro empleado, cuando la perso-
na jurídica ha adoptado todas las medidas exigibles para la prevención, la detec-
32 - RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURIDICAS © Ed. Francis Lefebvre
• ¿Quiénes son los sujetos cuya confesión produce un efecto atenuante? ¿Sólo los
representantes y administradores o cualesquiera otros trabajadores? El CP art.31
bis.4 exige que se realice «a través de sus representantes legales». Así, la «confesión»
de un trabajador respecto de un delito de la persona jurídica en la que trabaja en
realidad sería una denuncia de su empresa, igual que lo sería en relación con un
empresario individual. Sin embargo, no es necesario que la confesión sea realizada
directa y personalmente por el representante legal: por supuesto, la ejecución mate-
rial de la confesión puede ser delegada en otra persona. Cabe plantear incluso el
efecto atenuante de una confesión realizada por indicación del servicio de audito-
ría interna o de un director de sección, siguiendo directrices previamente aproba-
das por el Consejo de Administración.
• ¿Cuándo conoce una persona jurídica que el procedimiento se dirige contra ella?
La respuesta más intuitiva es derivarlo del conocimiento que tenga la persona que
debe confesar (es decir: el representante legal), y no de que tenga conocimiento
cualquier trabajador. Surgirán no obstante problemas de prueba a la hora de saber
si la información conocida por un concreto trabajador llegó o no a la administra-
ción de la persona jurídica.
Reparación ICP art.31 bis.4.cl También se trata de la transcripción directa del texto de 288
la atenuante genérica (CP art.21.5), con alguna modificación terminológica. En
este caso plantea menos problemas su adaptación a las personas jurídicas, aunque
también sigue subsistiendo la duda sobre qué papel debe tener el representante
legal. Obviamente, no ha de ser él quien ejecute materialmente el acto de repara-
ción o disminución del daño.
Colaboración en la Investigación con pruebas nuevas y decisivas ICP art.31 bis.4.bl 290
Se debe tratar de pruebas relativas a la comisión del concreto delito por parte de
un trabajador o consejero, o de pruebas relativas a la omisión del debido control.
Esta circunstancia plantea una ampliación de las posibilidades de atenuación por
colaboración con la Justicia.
Puede adivinarse que lo que inspiró la introducción de la atenuante fue incentivar
que las empresas denuncien a quienes cometen delitos en su provecho, en vez de
incentivarles u ocultarles. Sin embargo, la lógica de este incentivo sería la de que
las personas jurídicas colaboradoras no respondiesen penalmente, pues su colabo-
ración demuestra que establecen controles reactivos ante los delitos de sus emplea-
dos. Sin embargo, al configurar la circunstancia como una mera atenuante y no una
eximente, su virtualidad deviene mucho más reducida, pues se refiere a personas
jurídicas que han de ser penadas, pero menos que si no hubiesen colaborado con
la justicia.
En este sentido, y de modo coherente con lo expuesto anteriormente, debe distin- 291
guirse:
• Si una empresa tiene proCedimientos de prevención y de reacción al delito reales y
efectivos que prevén la denuncia de los empleados, y tras detectar el delito lo eje-
cutan, debe entenderse que se prestó el cuidado debido mediante un control reac-
tivo, por lo que no cabe imputarle responsabilidad penal al faltar el requisito del CP
art.31 bis.1 "in fine» (ver n° 176 s.).
34 - RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURIDICAS © Ed. Francis Lefebvre
do control, que fue soslayado. Por ello, no podrá imputarse responsabilidad penal a
la persona jurídica.
I PRECISIONES I Por lo general, un programa estándar de medidas de estas características no eli-
mina la posibilidad de que se cometan delitos en provecho de la entidad, sino que lo reduce
hasta niveles de riesgo residual permitido. Por ello, si pese a la existencia de dichas medidas
se comete un delito, habrá que analizar si el programa cumplla con la diligencia debida en el
control y evitación de delitos o si era gravemente defectuoso (debe subrayarse que el defecto
de organización debe ser de carácter grave pues, como se ha dicho, una falta del «debido con-
trol» del art.31 bis.1 por «culpa levis» o «Ievissima» no puede fundamentar responsabilidad
penaD. Ver n° 180.
F. Responsabilidad civil
(CP art.116.3)
Las circunstancias del CP art.130.1, a excepción, obviamente, de la muerte del reo, 310
extinguen la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Precisamente para
suplir la inaplicabilidad del CP art.130.1.1 a , en el CP art.130.2 se introducen una
serie de consideraciones relativas a la extinción de la responsabilidad penal por la
desaparición de la persona jurídica.
36 - RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURIDICAS © Ed. Francis Lefebvre
312 Se trata de un sencillo mecanismo de levantamiento del velo para impedir que se
pueda soslayar fraudulentamente la responsabilidad penal por el mero trámite de
disolverla y proceder a su refundación a través de una forma jurídica distinta.
Dependiendo de las circunstancias concurrentes, la conducta fraudulenta en este
punto puede ser constitutiva, además, de diversos ilícitos penales como el alza-
miento de bienes específico del CP art.258.
314 Sucesión de empresas El aspecto más problemático del CP art.130.2 reside en
la regulación de las consecuencias de la sucesión de empresas, y en especial en el
empleo de los términos traslado de la responsabilidad penal y traslado de la pena.
a) Empezando por los aspectos menos conflictivos, hablar de «traslado» de respon-
sabilidad penal o de la pena en el caso de la transformación de una persona jurídi-
ca es, en realidad, un modo de referirse a un sencillo mecanismo de levantamiento
del velo. Pese a la «transformación» de una persona jurídica, si su realidad econó-
mica y empresarial sigue siendo la misma, el Código Penal ignora el cambio formal.
b) Algo similar ocurre en relación con la escisión de la persona jurídica. El juez o
tribunal ha de proceder a la punición de una, varias o todas de las entidades resul-
tantes tras la escisión, que no son sino una fragmentación de la realidad económi-
ca de la entidad infractora.
I PRECISIONES I En la selección de cuáles de las entidades resultantes serán penadas, deberá
atenderse a la localización del defecto de organización determinante del delito. Por ejemplo:
una entidad tiene tres objetos sociales: promoción inmobiliaria, una empresa de servicios y una
agencia de valores. Tras la comisión de un fraude inmobiliario del CP art.251 por un grave fallo
organizativo en su sector inmobiliario, se escinde en tres personas jurídicas distintas, una por
cada rama de negocio. En este caso. la pena correspondería únicamente a la persona jurídica
titular de la promotora inmobiliaria. Si la empresa inmobiliaria hubiese sido dividida entre dos
de las personasjurldicas resultantes de la escisión, correspondería penar a ambas.
o Ed. Francis Lefebvre RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURfDICAS - 37
• No cabe interpretar que puedan trasladarse a la entidad absorbente las penas 318
Interdictlvas o la disolución (CP art.33.7.b) a g). La imposición de esas penas exige
atender a las características preventivo-especiales que tenía la entidad en el
momento de cometer el delito, si subsisten en el momento de la imposición. Al ser
distinta la persona jurídica que cometió el delito y la sucesora a la que se dirige la
pena, la única pena que es posible «trasladan) (en los términos recién señalados)
es la multa. Entenderlo de otro modo, imponiendo a la persona jurídica absorbente
una pena de suspensión de actividades, clausura de locales, etc., además de con-
ducir a una inaceptable vulneración de principios constitucionales básicos, traería
consigo graves consecuencias prácticas. Imagínese la parálisis que se generaría en el
mercado si la absorción de una empresa pudiese implicar para la entidad absor-
bente una «ruleta rusa pena!» imprevisible e incontrolable, que le pudiese obligar a
asumir la responsabilidad por un delito que no ha cometido (con su coste reputa-
cional, la afectación al crédito, los deberes de comunicación a organismos regula-
dores españoles y extranjeros, etc.).
I PRECISIONES I Si lo que se pretendia era, como dice el punto VII del Preámbulo, evitar que la res-
ponsabilidad penal pudiese ser «burlada». entonces deberian haberse arbitrado mecanismos
que permitiesen la retroacción y anulación de la absorción o fUsión, para procesar y san-
cionar a la persona juridica verdaderamente infractora.
38 - RESPONSABILIDAD DE PERSONAS JURfDICAS © Ed. Francis Lefebvre
330 En el caso de que el delito o falta haya sido cometido en el seno, con la colabora-
ción, a través o por medio de una entidad sin personalidad jurídica (empresa, organi-
zación, grupo, etc), el juez o tribunal podrá imponer motivadamente una o varias
«consecuencias accesorias», cuyo contenido será el de las penas previstas en el CP
art.33. 7.c) a g) (es decir: todas las previstas para las personas jurídicas, salvo la mul-
ta y la disolución), más la prohibición definitiva de llevar a cabo cualquier activi-
dad, lícita o ilícita
Esta previsión es aplicable en dos supuestos:
a) Cuando se cometa uno de los delitos para los que el Código prevé responsabili-
dad penal de las personas jurídicas (n° 200), pero desde la estructura de un ente sin
personalidad jurídica.
b) Cuando un específico precepto del CP directamente remita a estas «medidas»
(ver n° 204).
Este régimen es un residuo del viejo sistema de «consecuencias accesorias» para
personas jurídicas, prácticamente inaplicado durante su período de vigencia. Ado-
lece, como él, de una grave Indefinición a la hora de establecer cuáles son los presu-
puestos ante los cuales el juez o tribunal puede imponer una intervención tan gra-
vosa (máxime, cuando se compara con la regulación establecida para las entida-
des con personalidad jurídica).
332 Una interpretación sistemática debe llevarnos a concluir que lo que debe motivar
el juez o tribunal en su resolución es materialmente lo mismo que debe tomar en
cuenta a la hora de aplicar una pena de los apartados c) a g) del CP art.33. 7:
- la necesidad de interrumpir la continuidad de una actividad delictiva o sus efec-
tos (n° 266);
- el impacto social de la medida (n° 268); Y
- la importancia de la posición de los sujetos infractores (n° 270).
El CP art.129.3 extiende aquí la posibilidad de imponer estas «medidas accesorias»
como «medidas cautelares», en los mismos términos que establece el CP art.33.7 «in
fine» (ver n° 250).
I PRECISIONES I La redacción del precepto no es afortunada: establece que esas medidas cautelares
pueden adoptarse «a los efectos establecidos en este artículo» (cuando el artículo no establece
ninguna finalidad: la finalidad será la propia de cualquier medida cautelar, según la Ley de
Enjuiciamiento CriminaD; y «con los límites señalados en el artículo 33.7» (pero, como hemos
señalado, el CP art.33.7Iamentablemente no contiene una regulación de los límites máximos
de duración de estas intervenciones cuando se adOPtan como medidas cautelares, sino sólo su
límite máximo en tanto que penas; esto supondría que la duración máxima de la medida cau-
telar para un ente sin personalidad jurídica equivaldría a la de la máxima pena imponible a una
persona juridica, lo que no parece razonable).