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EL PODER ESPIRITUAL:
PRINCIPIOS Y OBSERVACIONES*
Charles Kraft†
Traducido por Javier A Reyes

Como occidentales, hemos aprendido a asumir lo que nuestra sociedad asume en lo que respecta a
seres y poderes espirituales. Las presuposiciones de nuestra cosmovisión apenas permiten a la ma-
yoría de nuestra gente que crea en Dios. Cualesquiera que sean otros "seres y poderes espirituales",
son considerados como productos de imaginaciones muy activas y por lo tanto pertenecen a la cate-
goría de cuentos de hadas o de ciencia ficción. Es parte de cuentos bonitos si brujas pueden usar
algún poder sobrenatural para hacerles daño a personas pero son derrotadas por las buenas hadas
para que el héroe se pueda escapar. Pero todos sabemos que tales seres y sus hazañas no son parte
del mundo real.
Influenciados por esta cosmovisión naturalista, incluso nosotros los cristianos tendemos, ya
sea consciente o inconscientemente, a considerar las historias milagrosas tanto bíblicas como con-
temporáneas de la misma manera. Como la mayoría de nosotros no hemos visto los tipos de cosas
sobrenaturales que leemos en la Biblia, tendemos a pensar acerca de estos [32] eventos como cosas
que Jesús podía hacer porque era Dios pero que meros humanos como nosotros no las podríamos
hacer. Creer que los personajes bíblicos que hicieron cosas espectaculares eran simplemente como
nosotros y que Jesús nos dio el poder para hacer esas mismas cosas (Lucas 9:1; Juan 14:12) es
algo que está más allá de nuestros límites.
Tal acondicionamiento está tan profundamente arraigado que es muy difícil para nosotros
cambiar nuestra perspectiva. Todavía preguntamos, "¿Quién sabe si tal sanación no era simplemen-
te psicosomática?" O "¿Por qué recurrir a una explicación sobrenatural cuando hay una buena ex-
plicación natural?"
Entretanto, algunos de nosotros pasamos parte de nuestro tiempo en otras partes del mundo
donde incluso hasta los no cristianos parecen entender el mundo espiritual más como las gentes
bíblicas lo hicieron que como lo hacemos nosotros. "¿Crees en espíritus?", se me preguntó poco
después de haber arribado a Nigeria para servir como misionero. Había acabado mis estudios en un
seminario teológico, y previo a eso, había asistido a una universidad cristiana. Desde la edad de
doce años había sido un dedicado estudiante de la Biblia y había sido miembro de una sólida iglesia
evangélica. Sabía que Jesús había batallado con espíritus malignos en sus días, pero yo nunca me
había encontrado con uno y realmente no sabía cómo contestar la pregunta.
Sabía por medio de mi entrenamiento antropológico que estas personas, como la mayoría de
los pueblos del mundo no occidental, estaban muy enfocadas en el poder espiritual. También sabía
que las percepciones culturales podrían estar equivocadas, tanto las de ellos como las mías. ¿Pero
podría ser que ellos sabían más que yo en esta área?
Sabía que podíamos confiar en las narrativas bíblicas. Pero las experiencias de las gentes bí-

* Traducción del Capitulo 2 de Charles H. Kraft, ed. Behind Enemy Lines (Ann Arbor, Michigan: Servant
Publications,1994) pp. 31-62.
† Charles H Kraft ha servido como misionero en Nigeria, enseñó por 10 años en universidades seculares, y
tiene más de 30 años de enseñar antropología, comunicación y guerra espiritual en la Facultad de Misiones
Mundiales de Fuller Theological Seminary en Pasadena, California, EE.UU.
ex libris eltropical
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blicas parecían tan diferentes a las mías en estas áreas que dudaba de mi habilidad de interpretar-
las correctamente. Sabía lo suficiente acerca de las limitaciones de las interpretaciones occidentales
basadas en una cosmovisión escéptica y naturalista como para no confiar ni en las mías ni en las
de aquellos comentaristas occidentales. ¿Pero podría llegar a aceptar totalmente las percepciones de
los líderes eclesiásticos nigerianos con que estaba trabajando?
Nunca fui capaz de resolver estos problemas durante mi tiempo en Nigeria a finales de los
1950s, pero a principios de los 1980s Dios me guió a tener [33] un número de experiencias que me
capacitaron para entender mejor las narrativas bíblicas acerca de la interacción entre el poder de
Dios y el del enemigo. La reflexión acerca de mis propias experiencias en relación con las Escrituras
y una buena cantidad de libros que leí han producido grandes cambios en mis entendimientos y mi
comportamiento con respecto al ámbito espiritual. Algunos de los frutos de estos cambios son apa-
rentes en el capítulo uno. Otros frutos aparecen más adelante.

PRINCIPIOS ESPIRITUALES Y OBSERVACIONES

ESFERA ESPIRITUAL

ESFERA HUMANA

ESFERA MATERIAL

La Biblia asume que hay poder en las esferas espiritual, humana y material. Pero en las Escrituras
cada una de las tres están estrechamente interconectadas (note las flechas en el diagrama). La Bi-
blia no apoya nuestra tendencia occidental a compartimentalizar la realidad. No nos atrevemos, por
lo tanto, a asumir que hay tres esferas, o ámbitos, totalmente separadas que no tienen ninguna
relación entre sí mismas.
Nosotros los occidentales, por supuesto, estamos realmente enfocados en la esfera material
y, hasta cierto punto, en la esfera humana. Sin embargo, hemos estado prácticamente ciegos a la
influencia de seres y poderes espirituales y del poder espiritual en el mundo material. Pero, a pesar
de nuestra ceguedad occidental a la realidad espiritual, no somos los únicos seres en el universo.
Hay seres angélicos que llevan a cabo los planes de Dios (Hebreos 1:14). Y hay otros, seres espiri-
tuales que sirven a Satanás, que pelean contra Dios y sus propósitos. Las Escrituras son claras
acerca de esto cuando señalan que nosotros los cristianos "no estamos luchando contra poderes
humanos sino contra las malignas fuerzas espirituales en el mundo celestial" (Efesios 6:12 GNB).
Los oyentes y los lectores originales de la Biblia estaban muy [34] conscientes del mundo es-
piritual y de los seres que lo habitan. Estaban tan conscientes de la continua interacción entre los
seres espirituales y los humanos que el apóstol Pablo no vio la necesidad de elaborar acerca de sus
actividades. Él simplemente señala a sus oyentes que "no ignoramos sus artimañas [las de Sata-
nás]" (2 Corintios 2:11 NIV). Pero, desdichadamente, nosotros los euroamericanos del siglo veinte
somos, como regla en general, muy ignorantes tanto de las artimañas del enemigo como de los prin-
cipios que gobiernan las interacciones entre el mundo humano y el mundo espiritual. Con toda se-
guridad hay tanta regularidad allí como la que existe entre las interacciones del mundo humano
con el mundo material. Pero, si bien los occidentales han dedicado siglos de investigación y de es-
tudio para extraer los principios que gobiernan el mundo material y la interacción humana con él,
estamos atrasados cientos de años en nuestros atentados de entender cómo el mundo espiritual y
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el mundo humano interactúan entre sí.


Este capítulo es un atentado muy preliminar de entender algunos de los principios de la in-
teracción entre el mundo espiritual y el humano. Aunque tratar con todos los principios sería impo-
sible aún si los supiéramos, atentaré aquí hacer una lista de las cosas que creemos que hemos
aprendido.
La presuposición general de donde fluye lo que sigue es que Dios ha construido regularidades
en las maneras en que la esfera espiritual y la humana interactúan entre sí. Ya que la ciencia es el
estudio de regularidades, concluyo que una ciencia puede ser erigida que se concentre en esta área.
En tal ciencia, teorías pueden ser propuestas, probadas y modificadas por aquellos que han ido
más allá del ABC en su pensamiento y en su experiencia de la guerra espiritual. Invito tal interac-
ción con los principios y las observaciones que siguen.
Aquí tiene una lista de los principios y observaciones elaborados en las páginas que siguen:

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Principio 1 Existen Dos Proveedores Del Poder Espiritual Suprahumano: Dios Y Satanás.

Observaciones:

1.1 Los dos "proveedores" de poderes espirituales, Dios y Satanás, no son iguales.

1.2 Satanás puede obtener el permiso de Dios para ir más allá de sus límites.

1.3 Satanás puede obstruir las actividades de Dios.

1.4 Los ángeles, incluyendo a Satanás, están debajo de los humanos en el orden creado.

1.5 Satanás obtuvo su autoridad sobre la creación de parte de Adán.

1.6 Existen seres espirituales, ordenados jerárquicamente, que sirven a Dios y a Satanás.

1.7 Las Escrituras son claras en que seres espirituales están muy activos y son muy influyentes
en el ámbito humano.

Principio 2 Existe Una Relación Muy Estrecha Entre El Ámbito Espiritual Y El Ámbito
Humano.

Observaciones:

2.1 Cualquier análisis de la causa de un evento dado en la esfera humana necesita tomar en
cuenta tanto la dimensión humana como la dimensión espiritual.

2.2 Los principios que gobiernan las relaciones en el mundo espiritual y el humano parecen ser
esencialmente los mismos en ambos reinos.

2.3 Todo compromiso, dedicación, maldición o bendición hecho por una persona en una genera-
ción puede ser transmitido por generaciones a los descendientes de esa persona.

2.4 Los derechos que personas dan a poderes espirituales se extienden a su propiedad y su te-
rritorio.
Principio 3 Existen Ciertas Diferencias Mayores Entre Cómo Dios Y Satanás Operan.

Observaciones:

3.1 Dios trabaja abiertamente; Satanás trabaja mediante el engaño.

3.2 Dios da a sus seguidores la libertad; Satanás da a sus seguidores la esclavitud.

3.3 Dios inhabita a su gente con su Espíritu Santo.

3.4 Aquellos comprometidos con Dios adoptan el carácter de Dios; aquellos comprometidos con
Satanás adoptan su carácter.

[36]

3.5 Se puede confiar en Dios pero no en Satanás.

3.6 Dios ofrece la genuino; Satanás sólo lo puede falsificar.

Principio 4 La Obtención y el Ejercicio del Poder Y La Autoridad Espirituales Por Los


Humanos Fluyen De La Lealtad, Relación Y Obediencia A Dios O A Satanás.

Observaciones:

4.1 Dios y Satanás pueden revestir con poder a personas, lugares y cosas.

4.2 Existen ciertas limitaciones a lo que Dios y Satanás pueden hacer en el ámbito humano re-
lacionado con la cooperación que reciben de los humanos.

4.3 Por medio de la lealtad y la obediencia, Dios y Satanás obtienen mayores derechos que de lo
contrario, para trabajar en los asuntos humanos.

4.4 Ritos tales como los sacrificios, el culto y la oración parecen que especialmente habilitan a
Dios o a Satanás.

4.5 El mundo espiritual funciona dentro del mundo humano de acuerdo a la autoridad entre las
relaciones humanas.

4.6 Los humanos pueden ser inhabitados por el Espíritu de Dios o por demonios.

4.7 Tanto Dios como Satanás son capaces de proveer protección para sus seguidores.

4.8 Frecuentemente existe una relación entre la cantidad de apoyo humano que Dios o Satanás
reciben y la habilidad de ellos de atacar el reino opuesto y ganar.

4.9 Aquellos relacionados con Dios o con Satanás pueden usar una variedad de métodos para
transmitir el poder espiritual.

4.10 La gente tiene derecho a cambiar de una lealtad a otra. [37]

Principio 5 Las Formas Culturales Pueden Ser Empoderadas.


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Observaciones:

5.1 Objetos materiales pueden ser dedicados a seres espirituales.

5.2 Las palabras usadas con la autoridad de Dios o de Satanás son empoderadas.

5.3 Otras formas culturales inmateriales pueden ser empoderadas.

5.4 De la misma manera, edificios pueden ser revestidos con poder espiritual.

Principio 6 Territorios Y Organizaciones Pueden Estar Sujetos Al Poder De Espíritus.

Observaciones:

6.1 Espíritus de nivel cósmico parecen ejercer lo que podría referirse como una influencia de
"campo de fuerza" sobre territorios, edificios y organizaciones, incluyendo naciones.

6.2 Para que seres espirituales tengan autoridad sobre territorios y organizaciones, tienen que
tener derechos legales.

6.3 Las reglas para quebrantar el poder de dedicaciónes sobre territorios son paralelas a las
usadas para quebrantar al poder sobre individuos.

6.4 Los espíritus de nivel cósmico parecen ejercer su autoridad sobre territorios tal y como son
definidos por los humanos.

6.5 Parece que existen espíritus de nivel cósmico que están encargados de organizaciones, insti-
tuciones y actividades.

6.6 Existen reglas que pueden ser seguidas para lanzar ataques contra espíritus malignos asig-
nados a territorios y organizaciones.

[38]
Principio 1 Existen dos proveedores del poder espiritual suprahumano: Dios y Satanás.

Si bien todo poder y autoridad en el cielo y en la tierra proviene en última instancia de Dios, Sata-
nás tiene su propio reino y dispensa poder dentro de él. Satanás parece haber sido uno de los más
altos arcángeles, quizá el más alto, antes de su rebelión (Isaías 14:12-15). Como tal, Dios le habría
delegado una enorme cantidad de poder y autoridad. Observamos que él todavía posee un gran po-
der y teorizamos que es la misma cantidad que le fue dada antes de que se rebelara.

Observación 1.1 Los dos "proveedores" de poderes espirituales, Dios y Satanás, no son iguales.
El cristianismo no acepta una dualidad de poderes iguales, como sí lo hacen ciertas filosofías y reli-
giones. Aunque hablamos de dos reinos encabezados por dos reyes, no existe ninguna posibilidad
de que el reino satánico saldrá victorioso a la larga -- aunque Satanás sí ganará algunas batallas. El
poder de Dios es infinitamente mayor que el de Satanás. Además, Satanás ha sido miserablemente
derrotado en la cruz y la resurrección. Esta derrota es indicada según Pablo, por el hecho que Sata-
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nás y sus seguidores han sido "hechos un espectáculo público" y han sido conducidos "como cauti-
vos en la procesión de victoria [de Jesús]" (Colosenses 2:15 GNB).
El poder de Satanás continúa solamente hasta cuando Dios lo permita que continúe y es so-
lamente tan grande como Dios lo permita que sea, trabajando en términos de las reglas que Él ha
establecido dentro del universo. Satanás no tiene poder que exista o funcione aparte del permiso de
Dios.

1.2 Satanás puede obtener el permiso de Dios para ir más allá de sus límites. Sabemos por
medio del libro de Job que Satanás puede pedir más autoridad y poder y que, al menos en este ca-
so, Dios respondió a su petición dándole el derecho de causarle adversidades a Job (Job 1:9-12).
Cualquier poder que Satanás haya tenido antes de que su permiso se le fuese concedido, no se ex-
tendía a hacerle daño a Job. Sin embargo, después de recibir permiso, Satanás tenía el [39] poder
para destruir las posesiones de Job, matar a su familia y eventualmente a hacerle daño a su cuerpo
-- cualquier cosa excepto matarlo (Job 1:13-2:7).

1.3 Satanás puede obstruir las actividades de Dios. En Daniel 10, tenemos la sorprendente
historia del Señor contestando la oración de Daniel inmediatamente al mandar a un ángel a entre-
gar la respuesta. El ángel fue, sin embargo, bloqueado por un espíritu demoníaco de alto nivel lla-
mado el "Príncipe de Persia." Miguel, el arcángel, fue enviado a ayudar al ángel, capacitándolo a que
pudiera pasar para entregar su mensaje a Daniel. Aunque la lucha duró tres semanas, el ángel, con
la ayuda de Miguel, prevaleció (Daniel 10:12-13). No sabemos que tan seguido tal obstrucción ocu-
rre, pero sospecho que ocurre a menudo. Si Dios siempre se saliera con las suyas, como algunos
teólogos postulan, todos serían salvos (2 Pedro 3:9) y Jesús no nos habría instruido a que orára-
mos, "que tu Reino venga; que tu voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo" (Mateo 6:10
GNB).

1.4 Los ángeles, incluyendo a Satanás, están debajo de los humanos en el orden creado. En el
Salmo 8:5 (traducido apropiadamente por la GNB) leemos, "Tú hiciste [a los humanos] inferiores
sólo a ti (Elohim)." Es claro en este versículo, y de las características de los humanos, que somos
sólo segundos a Dios mismo en el universo. Sólo los humanos, y ningún otro ser en el universo, son
a imagen de Dios. Sólo los humanos pueden reproducir a otros a imagen de Dios. Para Dios, sólo la
humanidad es adecuada para unirse a ella en Jesús. Cuando Adán cayó, sin embargo, los humanos
descendieron a un lugar más bajo que Satanás y sus ángeles. Consecuentemente, se dice de Jesús
que él vino a vivir "por un rato más bajo que los ángeles" (Hebreos 2:7 GNB). Desde esta posición,
Jesús, como el segundo Adán (1 Corintios 15:45-47), recobró nuestro derecho para estar de nuevo
en segundo lugar.

1.5 Satanás obtuvo su autoridad sobre la creación de parte de Adán. En Lucas 4:6, Satanás
ofreció darle a Jesús todo el poder y las riquezas del mundo, porque, él dijo, "Todo se me ha sido
entregado [40] y se lo puedo dar a quien yo escoja" (GNB). Al principio, Dios le dio a Adán dominio
sobre la tierra y sobre todo lo que había en ella. Cuando Adán cayó, sin embargo, ese dominio pasó
a Satanás. Aunque este dominio ha sido recobrado por el segundo Adán, no hemos visto todavía esa
victoria consumada.

1.6 Existen seres espirituales, ordenados jerárquicamente, sirviendo a Dios y sirviendo a Sata-
nás. Estos seres tienen diferentes rangos y, por lo tanto, diferentes poderes y funciones. Tienen
nombres que se relacionan con sus rangos tales como arcángeles, príncipes (Daniel 10:13), princi-
pados (gobernadores), poderes (autoridades), gobernadores (poderes cósmicos) (Efesios 6:12), y de-
monios.
Entre las características de ángeles (ya sea de Dios o de Satanás) está el hecho que simple-
mente reciben órdenes de sus señores. No son creativos como Dios y los humanos, y no se pueden
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reproducir (Mateo 22:30). Aunque conocen el pasado, su conocimiento del futuro y de los planes de
Dios es limitado (1 Pedro 1:12). Sin embargo, están muy interesados en lo que los humanos están
haciendo (ver Mateo 24:36; Lucas 15:10; 1 Timoteo 5:21).

1.7 Las Escrituras son claras que existen seres espirituales que están muy activos y que son
muy influyentes en el ámbito humano. La regla primaria es que tanto los ángeles de Dios como los
ángeles de Satanás actúan en favor del señor que sirvan. Para hacer esto, necesitan el permiso de
Dios y, frecuentemente, una invitación consciente o inconsciente de los seres humanos. Para que
los demonios vivan en una persona, por ejemplo, necesitan un derecho legal concedido por esa per-
sona o por alguien en autoridad sobre esa persona.
Los ángeles de Satanás son asignados a tentar, interrumpir, hostigar, destruir y matar (Juan
10:10). Los ángeles de Dios, por otra parte, son asignados a tales cosas como proteger (Mateo
18:10), quizás gobernar (Apocalipsis 1-3) y transmitir mensajes (Génesis 22:11-12; Números 22:31-
25; Daniel 10:13).

Principio 2 Existe una relación muy estrecha entre el ámbito espiritual y el ámbito humano.

A lo largo de las Escrituras vemos [41] claras indicaciones de este hecho. Cuando Adán pecó, su
acción afectó su relación tanto con el ámbito espiritual como con la tierra. Cuando Caín mató a su
hermano, la sangre de Abel "exclamó a [Dios] desde el suelo, como una voz clamando por venganza"
(Génesis 4:10 GNB). Las guerras de Israel fueron peleadas tanto a nivel humano como entre Yahvé
y los dioses de los enemigos de Israel. Y los israelitas las ganaban cuando obedecían a Yahvé pero
perdían cuando le desobedecían.
Un ejemplo de esta estrecha relación al nivel humano es el hecho que cuando el rey Saúl ce-
dió ante la celosía humana, él fue demonizado (1 Reyes 18:6-10). Los ángeles oscuros siempre están
listos y dispuestos a aprovecharse de cualquier oportunidad para invadir a aquellos que les dan
derechos. Al nivel nacional, la historia de la guerra entre Israel y Moab registrada en 2 Reyes 3 vie-
ne a la mente. Israel estaba derrotando Moab de una manera espectacular, hasta el grado que
había forzado al ejército moabita a que se regresara a su amurallada ciudad capital. Después de un
atentado infructuoso del rey de Moab de escapar con setecientos soldados, "él tomó a su hijo mayor,
que lo iba a suceder como rey, y lo ofreció sobre la muralla de la ciudad como sacrificio al dios de
Moab (2 Reyes 3:27 GNB). Este acto produjo tanto poder espiritual contra los israelitas que fueron
vencidos y se "regresaron a su propio territorio," sin consultar con Dios y sin ejercer el superior po-
der espiritual que su buena relación con Dios les habría dado.
Un tipo de ejemplo diferente de esta estrecha relación se ve en los nombres de los príncipes
satánicos mencionados en Daniel 10. Su autoridad era sobre Persia y Grecia, entidades geográficas
humanas. Ya sea en el lado de Dios o en el de Satanás, lo que los humanos hacen parece afectar lo
que ocurre en el mundo espiritual y viceversa.

2.1 Cualquier análisis de la causa de un dado evento en la esfera humana necesita tomar en
cuenta tanto la dimensión humana como la dimensión espiritual. Cuando cosas negativas tales como
argumentos, accidentes y guerras son sólo analizadas desde el nivel humano, el [42] análisis es in-
completo. Lo mismo es verdad de las cosas buenas que ocurren: los avivamientos, las sanidades y
las relaciones sólidas. Si bien un entendimiento de las motivaciones, decisiones y acciones huma-
nas es crucial para analizar el evento, así también lo es un entendimiento de las actividades de se-
res espirituales que se relacionan con él. Ningún análisis es completo que no trata con ambos con-
juntos de factores.

2.2 Los principios que gobiernan las relaciones en el mundo espiritual y el humano parecen ser
esencialmente los mismos en ambos reinos. Dios ha creado reglas para la interacción entre el ámbito
espiritual con el ámbito humano, reglas que tanto Él como Satanás obedecen. Estas reglas están
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generalmente basadas en la lealtad y la obediencia. Véase el Principio 4 para más detalles de cómo
algunas de ellas funcionan. Sin embargo, existen diferencias significantes en las maneras en que
Dios y Satanás llevan a cabo sus interacciones con los humanos. Véase el Principio 3 para una ela-
boración de algunos de estos.

2.3 Todo compromiso, dedicación, maldición o bendición hecho por una persona en una genera-
ción puede ser transmitido por generaciones a los descendientes de esa persona. En el lado satánico,
muchas personas en religiones no cristianas o en organizaciones del ocultismo conscientemente se
dedican a sí mismas a dioses o espíritus falsos. Muchos otros que pertenecen a organizaciones tales
como los masones o la cienciología inconscientemente se dedican al enemigo. El poder satánico que
entra por medio de estas dedicaciones o por medio de maldiciones entra así en el linaje de la familia
y, si no es quebrantado, se pasa a las generaciones siguientes. De esta manera muchos niños vie-
nen al mundo ya demonizados.
Frecuentemente he encontrado demonios que afirman haber estado en una familia por varias
generaciones, como resultado de tales dedicaciones o maldiciones. Hay una relación mística entre
los miembros de la misma familia que significa que los hijos participan en los compromisos hechos
por sus padres.
En el Reino de Dios, vemos a Dios cumplir sus compromisos con Abraham por muchas gene-
raciones aún después que Israel había dejado de ser fiel a Dios. En un caso específico, vemos la
bendición [43] de Dios sobre David extendiéndose a Salomón y a uno tras otro de sus descendientes
(1 Reyes 11:34-36), a pesar del hecho que primero Salomón, y después muchos de sus descendien-
tes fueron infieles al Señor. En 2 Reyes 8:19 leemos que "el Señor no estaba dispuesto a destruir a
Judá porque él le había prometido a su siervo David que sus descendientes continuarían siempre
gobernando." Esto ellos lo hicieron hasta la caída de Jerusalén (2 Reyes 25). Cuando Dios maldice,
entonces, como lo hizo en el jardín del Edén, los efectos también continúan de generación en gene-
ración.

2.4 Los derechos que personas dan a poderes espirituales se extienden a su propiedad y su te-
rritorio. Cuando Adán pecó, el cedió su derecho a la tierra y a su productividad (Génesis 3:7-19).
Satanás entonces podía declararse ser el dueño del mundo entero (Lucas 4:6). Templos paganos, los
lugares de reuniones de religiones falsas y seudocristianas, salones, librerías del ocultismo e inclu-
so los hogares de aquellos comprometidos con Satanás a menudo muestran evidencia tangible de
los derechos de propiedad del enemigo. Aquellos sensitivos a las cosas espirituales a menudo sien-
ten la presencia del enemigo en dichos lugares.
En ocasiones se me ha pedido que "limpie" espiritualmente hogares y recámaras que habían
sido dedicados a Satanás o que habían estado bajo su poder debido al pecado y la rebeldía de la
gente contra Dios. Una vez expulsé un demonio de una mujer que declaró tener el derecho de in-
habitarla porque ella vivía en una casa en la que el ocupante anterior había cometido adulterio. So-
lamente hasta que reclamamos la autoridad de ella como la nueva dueña de la propiedad para po-
der quebrantar el poder concedido al demonio por el dueño anterior es que fuimos capaces de ex-
pulsarlo. He lidiado con otros demonios que parecían tener derechos a hogares por medio de activi-
dades en el ocultismo, una muerte que ocurrió en el hogar y, en una ocasión, el derecho a una igle-
sia por medio de un adulterio que había sido cometido en la iglesia.
En el lado positivo, cuando las personas sirven a Dios, sus posesiones son bendecidas y las
casas y las tierras en las que viven participan de esa bendición. En 2 Crónicas 7:14, una de las
bendiciones especificadas, si el pueblo de Dios se arrepiente, es que sus tierras serán hechas [44]
prósperas de nuevo. Dios, por supuesto, tiene derechos a iglesias que son dedicadas a él y usadas
regularmente en obediencia a él.

Principio 3 Existen ciertas diferencias mayores entre cómo Dios y Satanás operan.
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Habiendo elaborado acerca de algunos de los principios espirituales que gobiernan las similaridades
en las maneras en que Dios y Satanás operan, necesitamos reconocer las diferencias. Sin embargo,
note que estas son diferencias de operación dentro del mismo marco de referencia. Los mismos
principios se aplican a ambos, pero son usados diferentemente.

3.1 Dios trabaja abiertamente; Satanás trabaja mediante el engaño. Dios es un Dios de la ver-
dad. Por lo tanto, él presenta su caso a la gente de una manera directa, con amor y preocupación.
Él no atenta engañar con promesas que no planea cumplir. Él ofrece tales cosas como salvación
(Juan 5:24), un lugar en su familia (Juan 1:12), paz y descanso (Mateo 11:28) y cumple sus prome-
sas si cumplimos las condiciones. Pero él también declara sinceramente que seguir su camino re-
sultará en ser desfavorecidos y perseguidos por los no creyentes (Juan 15:18-21).
Satanás, por otro lado, usualmente obtiene la lealtad por medio del engaño. El atrapa a la
gente o por medio de una promesa, como a Eva (Génesis 3:5), o por medio de tales artimañas como
juegos orientados al ocultismo, grupos del ocultismo que se enmascaran como grupos de servicio
(los masones) o como religiones (mormonismo, Islam, budismo), y cosas así. Aunque él puede dis-
frazarse como un ángel de luz (2 Corintios 11:14), su verdadera intención es robar, matar y destruir
(Juan 10:10).
Al confrontarnos con demonios, frecuentemente nos encontramos con aquellos que han ape-
lado a los deseos que la persona tiene de mayor poder, comodidad u otras bendiciones. Ellos enton-
ces usualmente proveen estas cosas por un rato y después proceden a destruir a la persona. En
adición, una de las mayores formas en la que los demonios ejercen su influencia sobre las personas
es a través de hacerles creer [45] mentiras tales como, "Yo soy malo," "Soy horrible," "No podría gus-
tarle a nadie," "Soy demasiado pecador para que incluso Dios me acepte," y cosas así. El poder que
el enemigo tiene sobre las personas mediante tales mentiras es increíble.

3.2 Dios da a sus seguidores la libertad; Satanás da a sus seguidores la esclavitud. Como Pa-
blo señala en Romanos 6:16-18, 22, la obediencia a Satanás es esclavitud al pecado, mientras que
la obediencia a Dios trae libertad del pecado y, con ello, vida eterna (versículo 22). Cada espíritu de
poder sólo puede dar de lo que posee. Así, Satanás sólo puede dar de los frutos del pecado -- tales
como la rebeldía, el engaño, la ira, la lujuria -- perversiones de cualidades potencialmente buenas
que Dios ha colocado dentro de los humanos. Dios, sin embargo, nos puede hacer libres de tales
obstáculos que nos impiden llegar a ser todo lo que él tiene intenciones que lleguemos a ser.

3.3 Dios inhabita a su gente con su Espíritu Santo. Lo mejor que Satanás puede hacer es darle
a su gente un ángel (demonio). Esta es una diferencia increíble. Satanás sólo puede asignar seres a-
nivel-de-siervos para que inhabiten a su gente. Y esto sería verdad aún si, en ocasiones, Satanás
mismo inhabitase a una persona. Dios nos da de sí mismo. Él entra en nosotros con todo el amor,
poder, dones y frutos del Espíritu Santo. Él pone su reino justamente dentro de nosotros (Lucas
17:21) en la Persona del Espíritu Santo, Dios mismo. Esto nos da una ventaja increíble sobre los
siervos de Satanás.

3.4 Aquellos comprometidos con Dios adoptan el carácter de Dios; aquellos comprometidos con
Satanás adoptan su carácter. Las características del rey van con el reino. Los que se comprometen
con Dios entran en la rectitud, paz y amor, en la libertad del reino de Dios. Los que, ya sea inten-
cionalmente o no intencionalmente, se comprometen con el reino de Satanás entran en la clase de
orgullo, envidia, engaño y maldad que caracteriza a su líder.

3.5 Se puede confiar en Dios pero no en Satanás. El carácter recto, verdadero y sincero de
Dios lo hace [46] digno de confianza. El carácter no sincero y engañador de Satanás significa que no
se puede confiar en nada de lo que dice o hace.
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3.6 Dios ofrece lo genuino; Satanás sólo lo puede falsificar. Satanás, al enmascararse como
uno de los ángeles de Dios (2 Corintios 11:14), es capaz de falsificar mucho de lo que sólo Dios
puede dar. Él puede ofrecer tales cosas como la felicidad, la comodidad y el poder pero siempre
temporalmente con el fin de atrapar, engañar y esclavizar. Satanás incluso tiene suficiente poder
delegado para hacer ciertas señales y prodigios (recuerde los magos del faraón). Estos son llamados
señales y prodigios mentirosos (2 Tesalonicenses 2:9-10). Sólo Dios puede dar paz, gozo, poder ge-
nuino y la habilidad de hacer señales y prodigios liberadores.
El reino entero de Satanás es un reino falso, fortalecido por el engaño en vez de la verdad,
por el poder delegado de un arcángel rebelde en vez del poder que viene de la fuente verdadera--
Dios mismo--, por promesas que no puede cumplir, por bendiciones que se convierten en maldicio-
nes, por la oscuridad en lugar de la luz, por la muerte en vez de la vida.

Principio 4 La obtención y el ejercicio del poder y la autoridad espirituales por los humanos
fluyen de su lealtad, relación y obediencia a Dios o a Satanás.

El empoderamiento espiritual en el mundo humano puede ser concedido por Dios o por Satanás.
Jesús dio a sus discípulos autoridad y poder sobre todos los demonios y enfermedades (Lucas 9:1)
mientras estaba en la tierra. Después de su Ascensión, él envió al Espíritu Santo para empoderar a
sus seguidores (Hechos 1:4-8) para hacer las obras que él hizo y aún más (Juan 14:12). Satanás
también puede empoderar a personas para que hagan cosas milagrosas.
Un requisito básico para que los humanos puedan recibir y ejercer legítimamente la autori-
dad y el poder de su líder es una relación con ese líder basada en la lealtad y la obediencia. Aunque
los apóstoles asiduamente expulsaban demonios en el nombre de Jesús, los hijos de Esceva atenta-
ron ejercer esa misma autoridad sin tener la relación apropiada con Jesús y fueron hechos que pa-
garan por ello (Hechos 19:13-16).

[47] 4.1 Dios y Satanás pueden revestir con poder a personas, lugares y cosas. La dedicación
y la obediencia a Dios o a Satanás le da a una persona autoridad delegada bajo el control de ese
poder. Con el Espíritu Santo dentro de nosotros, los cristianos acarreamos la autoridad y el poder
de Dios mismo. La cantidad de autoridad y poder disponible a personas de lado de Satanás depende
del rango de los demonios que los inhabitan. Demonios de rango muy alto pueden dar a una perso-
na el poder para hacer señales que prodigios, como con Elimas (Hechos 13:8-10) y la muchacha
endemoniada de Hechos 16:16, e incluso hasta moverse alrededor fuera del cuerpo como en una
proyección astral.
Lugares y cosas pueden ser espiritualmente empoderados mediante la dedicación o a Dios o
a Satanás, o mediante el uso frecuente en el servicio de ese poder. También pueden ser empodera-
dos al ser bendecidos por el poder de Dios o maldecidos con el poder de Satanás.
Ilustraciones bíblicas del empoderamiento por Dios incluyen el Arca de la Alianza (1 Samuel
4-7), el Templo, el manto de Jesús (Mateo 9:20) y los pañuelos y las prendas de Pablo (Hechos
19:11-12). El poder de Satanás es investido en ídolos, copas y mesas de demonios (1 Corintios
10:21), e incluso en doctrinas (1 Timoteo 4:1).

4.2 Existen ciertas limitaciones a lo que Dios y Satanás pueden hacer en el ámbito humano re-
lacionado con la cooperación que reciben de los humanos. Ni Dios ni Satanás obtienen lo que quieren
todo el tiempo. La actividad de Satanás es frustrada frecuentemente por la actividad de Dios. Pero
incluso Dios no obtiene lo que quiere todo el tiempo. Por ejemplo, Dios no quiere que nadie se vaya
al infierno (2 Pedro 3:9). Pero aparentemente muchos irán allí. Dios desea que grandes cosas sean
hechas en las áreas de evangelismo, salvación, exorcismos y en el establecimiento de nuevas igle-
sias. Sin embargo, mucho de ello no ocurre porque el pueblo de Dios no coopera adecuadamente.
Una de las tácticas primarias de Satanás para obstruir los planes de Dios es lograr que el
pueblo de Dios le desobedezca o que sean negligentes de su relación con Él. El enemigo hace esto
11

muy efectivamente al mantener a la gente en ignorancia de lo que Dios desea (2 Corintios 4:4), o
engañándolos a que desobedezcan (Génesis 3:1-7).
[48]Dios, por supuesto, frecuentemente frustra los planes del enemigo a través de la obten-
ción de la obediencia de personas que se convierten a Cristo y le sirven fielmente en el ministerio.
Me he encontrado con muchos demonios frustrados cuyo mayor problema era que no podían lograr
que las personas en que vivían hicieran su voluntad porque estas personas estaban ocupadas obe-
deciendo a Dios. Aunque la obediencia a Dios no resultó en ser liberadas de los demonios, sí los
debilitó seriamente y les impidió grandemente llevar acabo sus planes.

4.3 Por medio de la lealtad y la obediencia, Dios y Satanás obtienen mayores derechos que de
lo contrario, para trabajar en los asuntos humanos. Dios o Satanás obtienen derechos que no tenían,
por medio de las escogencias hechas por humanos. Cuando la gente obedece el uno o el otro, este
parece obtener más habilidad para hacer lo que quiere en el contexto humano que si lo contrario
fuese verdad. En el lado de Dios, obediencia a sus reglas, incluyendo cosas tales como dedicarnos a
Cristo, la oración, el culto, hacer lo recto, amar a otros, confesar pecados y cosas así capacitan a
Dios para hacer lo que él busca hacer dentro y por medio de nosotros. Por el lado del enemigo, des-
obediencia a Dios por medio de pecar, no perdonar, odiar, dedicarse a Satanás, buscar su ayuda,
adorarle, hacer lo impío y cosas parecidas, capacitan a Satanás a hacer su obra dentro y a través de
nosotros.
En tanto que Adán fuese obediente, Dios podía hacer Su voluntad en la vida de Adán sin
obstáculos. Cuando Adán desobedeció a Dios al obedecer a Satanás, sin embargo, Satanás se ganó
el derecho de infectar a Adán y a todos sus descendientes con el pecado. Satanás también fue capaz
de tomar dominio sobre el mundo que había sido dado a Adán (Lucas 4:6).
La obediencia de Noé capacitó a Dios a descender dentro del mundo humano y rescatar a un
remanente en el tiempo del diluvio. La obediencia de Abraham capacitó al Señor a que levantara a
un pueblo que, se esperaba, le sería fiel a él. Abraham tuvo una escogencia entre seguir a los dioses
de su padre u obedecer al Dios verdadero. Basado en su escogencia [49] de obedecer a Yahvé segui-
do por continuas escogencias de obedecer (incluyendo estar dispuesto a sacrificar a Isaac), enton-
ces, Dios podía hacer grandes cosas a través de él. Cuando los descendientes de Abraham obedecí-
an, Dios era capacitado para hacer cosas poderosas a través de ellos. Sin embargo, cuando desobe-
decían (esto es, obedecían a Satanás), los planes de Dios eran truncados al menos en ese momento.
Este principio afecta las estrategias de Dios y de Satanás. El plan de Dios de que el pueblo
entrara en la Tierra Prometida tuvo que ser revisado cuando el pueblo rehusó obedecerle en Cades
(Números 13-14). En el lado del enemigo, a Satanás le tomó un tiempo para conseguirse un faraón
que le obedeciera para hostigar a Israel. Sin embargo, cuando un faraón vino al trono que no honró
el acuerdo hecho con José (Éxodo 1:8), Satanás fue capaz de hacer que ese rey llevara acabo su
plan. Sin embargo, mediante una familia que fue fiel a Dios, más una princesa egipcia que desobe-
deció tanto al faraón como a los dioses de Egipto y que inconscientemente obedeció a Dios, Dios fue
capaz de levantar y de entrenar a Moisés para que rescatara a su pueblo. Algo similar ocurrió al
poco tiempo después del nacimiento de Jesús cuando Satanás fue capaz de hacer que Herodes tra-
bajara con él para matar a los bebés varones con la esperanza de matar a Jesús (Mateo 2:16). Sin
embargo, José y María, al oír a Dios y obedecerle, fueron capaces de salvar a Jesús (Mateo 2:13-15).
Cuando una persona es tentada pero rehúsa hacerle caso a Satanás, lo que el segundo trata
de llevar acabo, no ocurre. Si una persona es tentada por un demonio a que cometa suicidio pero
no lleva a cabo el acto, este no puede ocurrir. Un espíritu no puede hacer que ocurra el suicidio sin
que la persona esté de acuerdo. Similarmente, cuando Dios busca cómo entrar en la vida de una
persona, esto no ocurrirá hasta que la persona lo invite a que entre. Cuando los creyentes desobe-
decen a Dios al no orar y evangelizar, la gente se pierde, a pesar del hecho que no es la voluntad de
Dios que nadie se pierda (2 Pedro 3:9). Cuando el pueblo de Dios obedece al orar, arrepentirse y
volverse del mal, Dios ha prometido perdonar y traer avivamiento (2 Crónicas 7:14).
Cuando una persona es desobediente a Dios o a Satanás, los derechos son debilitados, aun-
12

que no necesariamente quebrantados. Si un [50] cristiano peca pero obedientemente se arrepiente


rápido, la relación con Dios es mantenida. Cuando aquellos que se han comprometido con Satanás
en organizaciones de ocultismo como la Nueva Era o la masonería, y se convierten a Cristo, su rela-
ción con Satanás es dañada pero no quebrantada. Los demonios que han dejado que entraran
cuando estaban activos en dichas organizaciones todavía viven dentro de ellos y ejercen una in-
fluencia considerable. La completa libertad en Cristo no viene sino hasta que son expulsados.
En el lado positivo, cuanto más los seguidores de Dios o de Satanás practiquen la obedien-
cia, tanto más estrecha se hace la relación con sus señores. Como Jesús dijo, "Si me aman, obede-
cerán mis mandamientos" (Juan 14:15), y, "Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi
amor" (Juan 15:10). La obediencia produce y mantiene la intimidad.

4.4 Ritos tales como los sacrificios, el culto y la oración parecen que especialmente habilitan a
Dios o a Satanás. Cuando Dios es honrado por medio de tales ritos, las fuerzas enemigas tienen que
detenerse y no pueden llevar acabo sus propios propósitos. Cuando Satanás es honrado de estas
mismas maneras las fuerzas de Dios pueden ser repelidas. Para reiterar, la obediencia parece ser el
ingrediente clave. Cuando obedecemos a Dios al orar, adorar, ayunar, al vivir fielmente a sus man-
damientos y cosas así, él es capacitado para hacer lo que quiere hacer en nosotros y por medio de
nosotros. Lo mismo parece ser verdad con el otro lado.
Parece haber una jerarquía de ritos, con el sacrificio de sangre siendo el más poderoso. En
los tiempos del Antiguo Testamento, por supuesto el sistema de sacrificios proveyó para esto. El
sacrificio de Jesús, entonces, siendo el más poderoso de todos los sacrificios, ha tenido consecuen-
cias cósmicas. El ejemplo bíblico más claro del uso de este principio de parte del enemigo es regis-
trado en 2 Reyes 3:21-27 (citado bajo el Principio 3), cuando el rey de Moab sacrificó a su hijo ma-
yor a su dios sobre las murallas de la ciudad.
La importancia y el poder de la oración necesitan ser enfatizado. La oración es el rito más
utilizado y uno de los más frecuentemente practicados a lo largo de las Escrituras. Jesús asidua-
mente [51] oró y le ordenó a sus seguidores que hicieran lo mismo. Los tipos más notables de ora-
ción en el ministerio de Jesús fueron lo que podríamos llamar la "oración de intimidad" y la "oración
de autoridad." Jesús asiduamente pasó tiempo a solas con el Padre en su práctica de intimidad.
Basado en la autoridad y el empoderamiento recibido en esos momentos de quietud, entonces, él
era capaz de enseñar, sanar y expulsar demonios autoritativamente. Cuando Jesús escogió a sus
discípulos, él los comisionó primero a la intimidad y después para el ministerio autoritativo (Marcos
3:14).

4.5 El mundo espiritual funciona dentro del mundo humano de acuerdo a la autoridad entre las
relaciones humanas. Por ejemplo, cuando un padre de familia dedica a su hijo a Dios o a Satanás,
ese padre de familia le da autoridad a su señor para trabajar en y por medio de la vida de ese hijo.
De la misma manera, cuando adultos se ponen bajo la autoridad de un demonio, o del líder de un
grupo religioso falso o de una religión falsa, muchas de las limitaciones que Dios impone sobre las
actividades de Satanás son removidas.
Las Escrituras mencionan la autoridad del esposo sobre su esposa (Efesios 5:23; 1 Timoteo
2:11-14), de padres sobre hijos (Efesios 6:1-3; Colosenses 3:20), de pastores y otros líderes sobre la
gente en sus iglesias (Efesios 4:11-12; 1 Timoteo 3), de gobernadores sobre sus pueblos (1 Timoteo
2:2; Romanos 13:1-2) y, yo creo, de gente mayor sobre gente joven. Una autoridad adicional parece
ser implicada, en 1 Corintios 7:14, de un padre de familia creyente que puede hacer al cónyuge no
creyente y a sus hijos aceptables a Dios. En nuestro trato con demonios, hemos encontrado que
toman la autoridad entre relaciones muy en serio.
Aquellos en autoridad sobre otros necesitan ser muy cuidadosos en no tomar su autoridad
con liviandad. Vemos en las Escrituras que la desobediencia de parte de aquellos en autoridad espi-
ritual o civil sobre otros afecta al grupo entero sobre el que tienen autoridad (por ejemplo los reyes
de Israel). En el caso de Acán (Josué 7), el pecado de uno, aparentemente no en liderazgo, afectó la
13

relación de la nación entera con el Señor. Muchas iglesias evangélicas en la actualidad son espiri-
tualmente obstruidas por el hecho que algunos de sus líderes están bajo la autoridad satánica por
medio de la inmoralidad [52] o del envolvimiento en el ocultismo mediante prácticas como los
horóscopos, leer la fortuna, el misticismo oriental, la Nueva Era o la masonería.

4.6 Los humanos pueden ser inhabitados por el Espíritu de Dios o por demonios. Dios y Sata-
nás pueden inhabitar a sus seguidores. Si bien existe, como se señaló anteriormente en 3.3, una
gran diferencia entre cómo Dios y Satanás inhabitan, el hecho de que este principio existe necesita
ser notado porque cuando personas, o aquellos en autoridad sobre ellos, invitan a Dios o a Satanás
a que entre, reciben lo que piden.
Cuando Satanás es invitado a entrar o las personas se indultan en actitudes o comporta-
mientos pecaminosos, seres satánicos son permitidos que toquen tierra (Proverbios 26:2). Sin em-
bargo, la obediencia a Dios, el arrepentimiento y la rectitud traen purificación a aquellos compro-
metidos con Dios de manera que con nosotros, así como Jesús, el enemigo no pueda encontrar na-
da en nosotros (Juan 14:30).

4.7 Tanto Dios como Satanás son capaces de proveer protección para sus seguidores. Aunque
las cantidades de protección proveídas por Dios y Satanás no son iguales, ni con los mismos moti-
vos, el uno y el otro muestran una preocupación por proteger sus intereses. Satanás ciega a las
personas para prevenirlas de que cambien de bando (2 Corintios 4:4). Él también produce fortale-
zas, argumentos y obstáculos "erigidos contra el conocimiento de Dios" (2 Corintios 10:4-5 GNB)
como formas de proveer protección para su gente.
Dios provee una cierta cantidad de protección automáticamente para todos. Si él no nos pro-
tegiera, Satanás destruiría todo ser viviente. Si bien esta protección es automática, parece que más
de ella está disponible a aquellos que la piden o la reclaman. A diferencia de Dios, que protege para
el bien de sus criaturas, los motivos de Satanás son egoístas. El sólo protege mientras sirva sus
propósitos proteger; después él destruye incluso a aquellos que le han servido fielmente.
Sin embargo, por encima de todos los reclamos de protección parece estar la voluntad del
que se sirve. Job y Pablo (2 Corintios 12:7-9), por ejemplo, por escogencia de Dios, tuvieron cierta
cantidad de protección removida de ellos. Sin embargo, en el caso de Gedeón, Dios protegió a toda
la nación de Israel hasta su muerte, aún cuando el mismo se había convertido en un apóstata (Jue-
ces 8:28).

[53]4.8 Frecuentemente existe una relación entre la cantidad de apoyo humano que Dios o Sa-
tanás reciben y la habilidad de ellos de atacar el reino opuesto y ganar. Cuando existen grandes can-
tidades de personas obedeciendo a Dios, el Señor está en una posición de ordenar un ataque con la
posibilidad de ganar. Bajo el liderazgo de Josué, el pueblo de Israel en general, y sus líderes en par-
ticular, usualmente oían y seguían las órdenes de Dios, atacaban y ganaban. Al comienzo de la his-
toria de Israel, Moisés obtuvo una gran autoridad de parte de Dios a través de su obediencia. A pe-
sar del hecho que al comienzo el pueblo no estaba necesariamente con él, él fue usado por Dios pa-
ra atacar y vencer. Los profetas de Baal fueron derrotados cuando Dios usó a Elías en la posición
autoritativa de El Profeta de Israel (1 Reyes 18).
En el lado satánico, mientras el faraón fuese favorable a Israel, Satanás no podía tocarlos.
Pero cuando un faraón vino al poder que no le concedió favores a Israel (Éxodo 1:8), Satanás podía
trabajar con él para atacar el pueblo de Dios. Asimismo, cuando Satanás tenía la cooperación de
Herodes, el podía atentar matar al niño Jesús (Mateo 2:16). Más tarde, cuando tenía la cooperación
de los líderes judíos y romanos, él fue exitoso en su atentado de matar a Jesús como adulto (Mateo
26-27).
Con Moisés y con Gedeón, la obediencia previa preparó el escenario y la continua obediencia
resultó en un ataque efectivo. Por otro lado, observe lo que pasó en el caso del ejército de Josué
cuando atentó tomar la ciudad de Hai (Josué 7). Por medio de la desobediencia de Acán el poder de
14

Dios fue comprometido y la batalla para tomar Hai fue perdida. Cuando Israel obedeció, fue capaz
de tomar la ciudad (Josué 8:1-29).

4.9 Aquellos relacionados con Dios o con Satanás pueden usar una variedad de métodos para
transmitir el poder espiritual. El poder espiritual puede ser transmitido por medio de varias mane-
ras. Algunos de los vehículos más frecuentemente usados son las palabras (tales como oraciones,
bendiciones, maldiciones, dedicaciones), contacto físico (tal como la imposición de manos, 2 Timo-
teo 1:6), estar en lugares sagrados (tales como templos, iglesias, capillas) y estar en posesión de
objetos empoderados (tales como objetos que han sido dedicados, bendecidos o maldecidos). Dios
usualmente usa palabras para transmitir [54] su poder a los humanos y nos empodera a hacer lo
mismo.
El que está trabajando bajo la autoridad de Dios o de Satanás puede bendecir o maldecir con
el poder de su líder. Mediante palabras humanas, el poder espiritual es así transmitido. Además,
personas, edificios u objetos dedicados pueden acarrear el poder del ser espiritual en cuyo nombre
fueron dedicados. Sin embargo, la experiencia de los hijos de Esceva en Hechos 19:13-16 nos ad-
vierte que aquellos que atenten transmitir el poder de Dios sin la autoridad de hacerlo se ponen en
peligro. Por otro lado, incluso las posesiones de Pablo, quien tenía la autoridad de Jesús, eran efec-
tivas en transmitir el poder de Dios (Hechos 19:12).

4.10 La gente tiene derecho a cambiar de una lealtad a otra. Las personas que han jurado
lealtad a Dios o a Satanás, tienen la autoridad de retomarla y dársela al otro. Aquellos que han sido
dedicados a Dios (como en el bautismo) por personas en autoridad sobre ellos pueden, al ser negli-
gentes con ese compromiso y al vivir como miembros del reino de Satanás, cambiar su lealtad. Dios
les permite que se vayan libremente. Aquellos dedicados a Satanás por personas en autoridad pue-
den cambiar su lealtad, pero generalmente necesitan la ayuda de otros para deshacerse de los de-
monios que han estado trabajando dentro de ellos. Aquellos que ellos mismos han hecho un cons-
ciente compromiso con Satanás en algún momento de sus vidas usualmente necesitan ayuda espe-
cial, algunas veces a largo plazo.
Si bien la lealtad a Cristo nos redime, uniendo nuestro espíritu con el Espíritu de Dios, Sata-
nás puede aún así interferir en la vida del cristiano bajo ciertas circunstancias. Cuando pecamos, le
damos permiso a Satanás para que dañe nuestra comunión con Dios hasta que nos arrepintamos.
Si nos indultamos en el pecado, nos abrimos a la demonización y usualmente necesitamos ayuda
para liberarnos otra vez. La mayor parte del resto de este libro da detalles de los pasos específicos
para quebrantar el poder de Satanás.

Principio 5: Las formas culturales pueden ser empoderadas.

Además del empoderamiento de los humanos, tenemos que tratar con el empoderamiento de las
formas culturales tales como palabras, objetos materiales, [55] lugares y edificios. Bendiciones y
maldiciones, talismanes y capillas, rituales y música: todos caben en este principio. El empodera-
miento de palabras es básico a toda esta sección. Las palabras usualmente sirven como vehículos
por medio de los cuales otros objetos son empoderados.

5.1 Objetos materiales pueden ser dedicados a seres espirituales. En muchas sociedades es
costumbre de aquellos que hacen implementos usados para el culto, el trabajo, la decoración u
otras funciones, de dedicarlos a sus dioses o espíritus. Muchos grupos de cristianos dedican artícu-
los usados en cultos, incluyendo los muebles en el santuario, el aceite para ungir, los elementos de
la comunión y el agua bendita. Una vez dedicados, tales objetos acarrean el poder de Dios, como lo
hizo el Arca de la Alianza y otros objetos de los tiempos del Antiguo Testamento.
Como con el Arca (1 Samuel 5) y los artículos maldecidos retenidos por los israelitas en los
tiempos de Josué (Josué 7), artículos empoderados, en las manos del otro lado, pueden causar gran
15

interrupción. A menudo se ha encontrado que cuando misioneros o turistas cristianos traen a casa
objetos de otras culturas y las tienen en sus hogares, hay una interrupción de demonios hasta que
los objetos son espiritualmente limpiados o desechados. Mi colega, C. Peter Wagner, tuvo tal inte-
rrupción en su casa hace varios años hasta que se deshizo de un grupo de objetos que él y su espo-
sa habían traído con ellos de Bolivia. Sin que lo supieran, estos artículos habían sido dedicados a
espíritus malignos.
En el Nuevo Testamento, objetos tales como los pañuelos de Pablo y sus prendas impartían
el poder de Dios para sanar y expulsar demonios (Hechos 19:12). Cuando ministramos, a menudo
(pero no siempre) encontramos que el aceite bendito es efectivo para sanar (Santiago 5:14) o para
disminuir el poder de demonios. Algunas personas han encontrado útil bendecir tales cosas como
agua, sal, una cruz, una Biblia o los elementos de la comunión y usarlos para propósitos similares.
Sin embargo, para que no tomemos una actitud mágica hacia tales objetos, necesitamos reconocer
que el poder no está en el objeto en sí. El poder viene de Dios y es meramente impartido mediante el
objeto bendecido.

[56] 5.2 Las palabras usadas con la autoridad de Dios o de Satanás son empoderadas. Las
bendiciones y las maldiciones son ordinariamente empoderadas por el ser con quien el que las
habla está comprometido con la excepción anotada abajo. Las palabras usadas en las dedicaciones,
y para otros propósitos (tales como dar un sermón o dar un testimonio), también pueden ser empo-
deradas por Dios o Satanás, al que sea que el que habla sirve. Los cristianos pueden bendecir a
personas específicamente con tales cosas como paz y gozo. También podemos bendecir tales cosas
como autos, casas, oficinas y otras cosas con la protección de la interferencia del enemigo.
La excepción es cuando un siervo de Dios habla palabras que sirven los propósitos de Sata-
nás en lugar de los de Dios. Palabras negativas habladas contra el pueblo de Dios o sus actividades,
aún por cristianos pueden ser empoderadas por Satanás, ya que estas son en obediencia a sus ten-
taciones. Esto significa que tenemos que tener cuidado cómo usamos nuestras palabras. Por medio
de declaraciones negativas, por ejemplo, encuentro que muchas personas se han maldecidos a sí
mismas o a aquellos cercanos a ellas.
Las bendiciones y las maldiciones son la "propiedad" de aquellos que las expresan. En Lucas
9 y 10, Jesús envió a sus discípulos a dar testimonio, ordenándoles que bendijeran un hogar prime-
ro, después retractar la bendición si no eran acogidos allí. El hecho que los discípulos habían dado
las bendiciones significa que también podían retractarlas; el poder de sus propias palabras estaba
bajo la propia autoridad de ellos. Entonces, si nos hemos maldecidos a nosotros mismos, podemos
renunciar tales maldiciones y ser liberados de ellas. Estas y otras maldiciones empoderadas por
Satanás usualmente pueden ser quebrantadas muy fácilmente por el poder de Jesús una vez que
son descubiertas.

5.3 Otras formas culturales inmateriales pueden ser empoderadas. La música es frecuente-
mente empoderada mediante su dedicación o a Dios o a Satanás. Así también ritos, danzas y otras
actividades de culto. La bendición que sentimos en el culto cristiano es probablemente debido a una
combinación de complacencia sentida al nivel humano y la bendición de Dios fluyendo del nivel es-
piritual.
Hay grupos musicales activos en los EE.UU. y en Europa que abiertamente dedican su músi-
ca a Satanás, y probablemente algunos [57] que lo hacen inconscientemente. Tal música imparte
poder satánico a sus devotos. Música cristiana de adoración también puede ser consciente o in-
conscientemente bendecida y es, yo creo, efectiva en impartir el poder de Dios a aquellos que la es-
cuchan. Música bendecida tocada en nuestros hogares y autos es también efectiva para suprimir la
actividad enemiga y para protegernos contra ataques satánicos en estos lugares.

5.4 De la misma manera, edificios pueden ser revestidos con poder espiritual. Tanto los cris-
tianos como los no cristianos dedican edificios a sus divinidades. Edificios de iglesias, casas, capi-
16

llas y otros lugares pueden ser espiritualmente "limpios" al ser dedicados a Dios. Por otra parte,
edificios también pueden ser dedicados a Satanás. Estos también pueden ser satánicamente empo-
derados mediante uso asiduo para propósitos malignos tales como la prostitución, juegos de azar,
pornografía, actividad homosexual, desfalcos financieros, abortos en demanda y reuniones del ocul-
tismo. Ha sido mi experiencia que logias masónicas, capillas paganas, templos, librerías de ocultis-
mo, algunos establecimientos que venden alimentos saludables (health food), negocios relacionados
con el medio ambiente y las artes marciales, clínicas para abortos, oficinas del ocultismo y de orga-
nizaciones que promueven el pecado y otros edificios usados para propósitos satánicos, pueden ser
peligrosos para los cristianos que los visitan sin pedir la protección de Dios.
Una vez fui consultado por un líder de misiones con respecto a uno de sus colegas que se
ponía contencioso durante las juntas de la misión. Le pregunté a este líder si había limpiado espiri-
tualmente el salón de juntas antes de cada reunión. No lo había hecho, pero empezó a hacerlo des-
pués de nuestra conversación. El comportamiento de la persona contenciosa cambió dramática-
mente cuando estaba en el salón de juntas. Varios maestros me han dicho que han notado que el
comportamiento de sus estudiantes cambia después de que empiezan a bendecir sus salones esco-
lares.

Principio 6: Territorios y organizaciones pueden estar sujetos al poder de espíritus.

A partir de referencias sobre espíritus satánicos de alto nivel llamados el "Príncipe de Persia" y el
"Príncipe de Grecia" (Daniel 10:13, 20), [58] más referencias sobre los arcángeles de Dios, Miguel y
Gabriel, muchos de nosotros concluimos que algunos de los seres espirituales de Dios y de Satanás
sirven en más de un nivel cósmico que otros. Estos parecen ser más poderosos que ordinarios ánge-
les y demonios y tratan con grupos de pueblos en lugar de individuos. A menudo nos referimos a
ellos como "espíritus territoriales," aún cuando son las personas dentro de un territorio, no el área
en sí lo que es el enfoque primordial de ellos.

6.1 Espíritus de nivel cósmico parecen ejercer lo que podría referirse como una influencia de
"campo de fuerza" sobre territorios, edificios y organizaciones, incluyendo naciones. En Daniel 10, se
hace referencia a príncipes satánicos de alto nivel que gobernaban sobre Persia y Grecia. Por el lado
de Dios, cada una de las iglesias de Apocalipsis 1-3 parece haber estado a cargo de un ángel.
Actividades pecaminosas y negocios tales como la prostitución, los juegos al azar, los abortos
en demanda, la pornografía, la homosexualidad y las librerías de ocultismo son a menudo concen-
trados en ciertas secciones de las ciudades, sugiriendo que puede ser que allí exista un espíritu go-
bernador encargado de estas tareas. Aquellos envueltos en investigar las actividades del enemigo
para crear mapas de zonas geográficas y así detectar tales actividades, hablan de patrones discer-
nibles de esta clase (ver C. Peter Wagner, La Destrucción de Fortalezas En Su Ciudad Grupo Nelson,
1995; y John Dawson, La Reconquista de Tu Ciudad Editorial Caribe, 1991). Iglesias y otras organi-
zaciones cristianas y sus propiedades son quizá superintendidas por los mensajeros angélicos de
Dios de la misma manera.
Tal influencia de "campo de fuerza" también se extiende a individuos. Como fue señalado en
2 Corintios 4:4, nuestro enemigo es capaz de mantener las mentes de los incrédulos en la oscuri-
dad, cegándolos a la verdad. En efecto, el versículo prosigue a indicar que Satanás es capaz de con-
trarrestar la actividad del campo de fuerza de Dios, diciendo, "(Satanás) los previene de ver la luz
brillando sobre ellos, la luz que viene de las Buenas Nuevas concerniente a la gloria de Cristo, quien
es la imagen exacta de Dios." (1 Corintios 4:5 GNB).
Es esta actividad cegadora del enemigo que Ed Silvoso (ver capítulo once) y otros están
aprendiendo a neutralizar mediante [59] la guerra espiritual de nivel cósmico, conduciendo a im-
presionantes estadísticas de conversión y de crecimiento en las iglesias.
17

6.2 Para que seres espirituales tengan autoridad sobre territorios y organizaciones, tienen que
tener derechos legales. Tales derechos son concedidos a ellos mediante alianzas, dedicaciones y el
comportamiento de los humanos que ahora usan y han usado los territorios y organizaciones en el
pasado. Territorios y organizaciones pueden ser conscientemente dedicados al Reino de Dios o al
reino de Satanás. También parecen ser dedicados por los propósitos para los que son usados, ya
sea para Dios o para Satanás. Tales dedicaciones parecen continuar de generación en generación
hasta que son quebrantadas por los que están en autoridad en el presente. Cuando un lugar o una
organización han sido dedicados, esa dedicación puede ser debilitada, algunas veces quebrantadas,
por el uso subsiguiente opuesto.
En Papúa, Nueva Guinea, me di cuenta que todo un complejo misionero había sido edificado
sobre territorios anteriormente usado para guerras tribales. En una comunidad en los EE.UU. me
dijeron que una iglesia y una escuela de secundaria fueron construidas sobre un antiguo cemente-
rio indio. En ninguno de los dos casos parece ser que el poder ha sido quebrantado simplemente
por el uso opuesto. Hasta que el poder dado al enemigo sobre esos territorios a través de actividades
malignas es quebrantado por el poder de Dios, Satanás continuará teniendo gran habilidad de in-
terferir con las actividades de Dios en esos lugares.

6.3 Las reglas para quebrantar el poder de las dedicaciones sobre territorios son paralelas a
las usadas para quebrantar tal poder sobre individuos. La dedicación de un territorio, ya sea a Dios
o a Satanás, puede ser debilitada, algunas veces quebrantada, por medio de la dedicación opuesta o
por medio del uso para el propósito opuesto. Esto es paralelo a la forma en que dedicaciones o
compromisos de individuos pueden ser quebrantados.
Con individuos comprometidos a Satanás, necesitamos encontrar y limpiar la "basura" que le
da a espíritus satánicos derechos en el individuo. Para territorios, es crucial encontrar y quebrantar
el [60] poder de compromisos, dedicaciones, maldiciones y pecados que han sido cometidos en el
territorio, así como los acuerdos hechos consciente o inconscientemente por aquellos en autoridad
sobre el territorio, que le dieron derechos legales al enemigo.
Ejemplos de tales territorios serían ciudades conocidas por haber sido dedicadas por los ma-
sones (por ejemplo Washington, D.C. y varias ciudades argentinas), lugares donde sangre ha sido
derramada injustamente (por ejemplo Wounded Knee, South Dakota) y secciones de ciudades dadas
a la violencia, la prostitución y la homosexualidad. Así como con individuos, ser limpiado del peca-
do es un paso importante para quebrantar el poder del enemigo y es crucial para lograr una liber-
tad perdurable.
El poder del enemigo sobre áreas infectadas debido al uso pecaminoso puede ser debilitado,
quizá quebrantado, por medio del arrepentimiento de aquellos que están ahora en autoridad sobre
ellas. Nosotros llamamos a esto "arrepentimiento identificacional." Éste consiste en que represen-
tantes contemporáneos de grupos que pecaron contra otros grupos toman responsabilidad por los
pecados de sus antepasados y confiesan arrepentimiento (preferiblemente en público) a represen-
tantes contemporáneos del grupo ofendido. Tal actividad humana a nivel terrenal prepara el camino
para ofensivas más agresivas contra los poderes malignos.

6.4 Espíritus de nivel cósmico parecen ejercer su autoridad sobre territorios tal y como son de-
finidos por los humanos. El hecho que el ángel guardián sobre Persia (Daniel 10:13, 20) y el ángel
sobre Grecia (Daniel 10:21) sean nombrados con nombres territoriales humanos apuntaría en esa
dirección. También apuntaría en esta dirección la impresión obtenida por aquellos que estudian y
lidian con espíritus territoriales, que existen espíritus nacionales, espíritus regionales, espíritus
sobre ciudades y espíritus sobre secciones de ciudades.
Un misionero que distribuía tratados en un pequeño pueblo fronterizo en la calle que divide a
Brasil con Uruguay, encontró que la gente aceptaba los tratados en el lado brasileño pero los rehu-
saban en el lado uruguayo. Además, algunos que los habían rehusado en el lado uruguayo los
aceptaban alegremente después que se habían cruzado al lado brasileño. La interpretación del mi-
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sionero [61] fue que la oración de los cristianos en el lado brasileño era lo que hacía la diferencia.
Había una diferencia en la habilidad del enemigo de controlar la respuesta de la gente en ambos
lados de la frontera política humana entre estos dos países.1

6.5 Parece que existen espíritus de nivel cósmico que están encargados de organizaciones, ins-
tituciones y actividades. Probablemente existen espíritus de nivel cósmico cuyo trabajo es promover
la pornografía, el aborto en demanda, la homosexualidad, la prostitución y las organizaciones del
ocultismo.
En el Reino de Dios sabemos de ángeles que son asignados a niños (Mateo 18:10) y a la igle-
sias (Apocalipsis 1-3). ¿Por qué no también a actividades cristianas tales como organizaciones mi-
sioneras y paraeclesiales? Instituciones tales como iglesias, seminarios y escuelas bíblicas proba-
blemente tienen espíritus angélicos de alto nivel asignados a ellos. Posiblemente también institucio-
nes sociales tales como matrimonios, gobiernos, instituciones de educación y otras así.

6.6 Existen reglas que pueden ser seguidas para lanzar ataques contra espíritus malignos
asignados a territorios y organizaciones. Tanto para los siervos de Dios que atacan seres espirituales
malignos como para los siervos de Satanás que atacan el Reino de Dios, el arma más importante es
la oración (especialmente la intercesión). Tanto los siervos de Dios como los siervos de Satanás asi-
duamente atacan por medio de la oración, el culto y el ayuno, tanto individualmente como en gru-
po. Los siervos de Dios necesitan agregar el arrepentimiento, tanto individualmente como en grupo,
de personas comprometidas con Dios, con unos a otros y comprometidas a batallar al enemigo por
medio del uso de tales armas. Los que están orando necesitan deshacerse de toda la "basura" inter-
na que sea posible para que el enemigo no pueda encontrar nada en ellos de lo que pueda asirse
(Juan 14:30).
En oración, necesitan prestarle atención a quebrantar todos los compromisos, las maldicio-
nes y las dedicaciones históricas y contemporáneas que mantienen al territorio u organización bajo
el control de Satanás. Necesitan arrepentirse de cualquier pecado cometido en ese territorio (ver
observación 6.3). Después, en oración, [62] pueden hablarle con autoridad a "los poderes espiritua-
les en el espacio" (Efesios 2:2), reclamando derechos al territorio u organización en el nombre de
Jesús.
Steve Nicholson, antiguo pastor de Vineyard Christian Fellowship, en Evanston, Illinois, hizo
esto al reclamar cierto territorio para su iglesia. Por un período de tiempo, en oración, él le procla-
mó a los espíritus satánicos que él estaba tomando un territorio específico para Dios. Después de
un tiempo, un poderoso espíritu se le apareció rehusando darle todo el territorio que estaba recla-
mando. Al ocurrir esto, él afirmó de nuevo su reclamo y tuvo éxito en quebrantar el poder de ese
espíritu (un espíritu de brujería). Él vio como su iglesia aumentó el doble en tamaño poco tiempo
después de esto.2 Vea los capítulos por John Robb (capítulo siete) y Tom White (capítulos seis y
ocho) más adelante en este volumen para los detalles de tal aproximación.

CONCLUSIÓN
Hay mucho que no sabemos en el área que he tratado de examinar arriba. En el atentado de descu-
brir los principios que gobiernan el ámbito espiritual, estamos probablemente al nivel donde perso-
nas estaban en sus atentados de entender las leyes físicas hace mil años. Sin embargo, es de valor
notar lo que pensamos que entendemos, si por ninguna otra razón más que otros puedan reaccio-
nar a ello y avancemos en nuestros entendimientos al hacer adiciones y correcciones. En los capítu-
los que siguen, el lector verá muchos, si no todos, estos principios elaborados e ilustrados.

1
C. Peter Wagner, ed., Engaging The Enemy (Ventura, California: Regal:1991), 47-48.
2 Wagner, 31-32.

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