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TRAUMATIZADOS
Generalidades.
La normalización de la atención inicial hospitalaria del paciente traumatizado tiene
como finalidad servir como herramienta de trabajo que permita resolver rápida y
efectivamente la mayor parte de las situaciones que se pueden presentar.
Esa solución implica la rápida estabilización del paciente traumatizado grave para
salvar la mayor cantidad de vidas en ese primer periodo postraumático, de
aproximadamente 2 hrs, al cual para enfatizar su importancia suele denominarse
hora de oro o periodo de oro. De las muertes que ocurren por traumatismo, 60%
acontecen en la etapa prehospitalaria y 40 % en las primeras 4 hrs de la
hospitalización.
Por ello es necesario llevar al paciente indicado en el tiempo indicado al lugar
indicado
Comienza por la recepción en la sala de admisión del centro de traumatismo y
continua en la áreas del mismo que deben de contar con la complejidad necesaria
que requiere la patología del paciente, teniendo en cuenta que este debe recibir una
atención integral y rehabilitación precoz que asegure la menor morbimortalidad
posible en relación con la gravedad del traumatismo que presenta, y una rápida
reintegración familiar y social con la menor secuela posible.
Si se siguen las normales del curso ATLS la atención inicial hospitalaria del
paciente traumatizado se puede dividir en las siguientes etapas:
• Primer examen
o Vía aérea permeable con protección de columna cervical
o Respiración (ventilación y oxigenación)
o Reposición de volumen con control de hemorragia
o Evaluación del deterioro neurológico
o Exposición completa del paciente.
• Reanimación
• Segundo examen
• Tratamiento definitivo
EQUIPO PROFESIONAL
Primer examen
Evaluación inicial. En esta etapa el examen total del paciente debe de ser rápido
y superficial, fundamentalmente semiológico, sin tratar de realizar un inventario
detallado de las lesiones del paciente.
Evaluación inmediata. Debe centrarse en descubrir las situaciones que ponen en
peligro inmediato la vida del paciente. Se efectúa en uno a dos minutos a si se
clasificara a los pacientes en tres tipos: estables, potencialmente inestables e inestables.
• Traumatismo de columna cervical con lesión del la base de cráneo, sin lesión del
macizo facial. En esos casos esta contraindicado la vía nasal. La indicación por
orden es:
o intubación orotraqueal con fijación manual de la cabeza por un segundo
operador
o En caso de no acceder a la intubación endotraqueal: punción
cricotiroidea, catéter 12 o 14 G conectado a tubo T con oxigeno.
VENTILACION Y OXIGENACION
Ventilar y oxigenar adecuadamente al paciente. Recordar que ventilación y oxigenación
no son sinónimos, si el paciente ventila espontáneamente utilizar mascarillas
multigraduadas de Fio2 0.50 o mayor lo que permitirá efectuar calculos de Pa/Fio2 a/A,
una vez obtenidos los gases en sangre del paciente.
Es muy importante la determinación seriada del estado acido básico del paciente y de
los gases en sangre, recordar que si esta ventilando a un paciente con una bolsa de
reanimación y no se utiliza reservorio la Fio2 es de aproximadamente 0.5, si se utiliza es
de 0.8 a 0.9. para vigilancia es de gran utilidad la capnografia y la oximetria de pulso,
con objeto de evaluar en forma continua la saturación de oxigeno, tanto para el
diagnostico precoz de intubación esofágica como para el seguimiento del paciente con
ventilación mecánica.
Neumotórax abierto. Cerrar cuanto antes la brecha parietal para evitar la competencia de
las vías aéreas superiores. Colocar gasa vaselinaza, fijándola con tela adhesiva, sobre
tres lados del orificio para impedir que un mecanismo valvular lo convierta en
hipotenso. Posteriormente colocar drenaje pleural y cerrar quirúrgicamente la brecha
traumática.
Tórax móvil grave. En general el paciente suele tener mas de tres costillas dobles
fracturadas, desinsercion bilateral condroesternal o fractura esternal asociada a fracturas
costales. Las mas graves son las anteriores y en particular las anterolaterales. El pulmón
contuso subyacente es la principal causa de insuficiencia respiratoria, y la magnitud de
la contusión pulmonar determinara la necesidad o no de ventilación mecánica. En
cambio, la lesión parietal es la causa del dolor y de la hipoventilacion, si no se trata
activamente (analgesia local o regional) puede asociarse a atelectasias y acumulación de
secreciones, lo que incrementa aun mas la insuficiencia respiratoria.
Estimación clínica del relleno vascular y del volumen minuto cardiaco. La hemorragia y
la hipovolemia, son consecuentes de muerte hospitalaria. Valorar clínicamente el estado
hemodinamico de la siguiente manera.
CONTROL DE LA HEMORRAGIA
Las hemorragias externas se controlan mediante compresión directa de la herida. Evitar
los torniquetes pues originan metabolismo anaerobio y puede aumentar la hemorragia
por compresión venosa o incrementar el daño del vaso lesionado. La cavidad pleural
puede albergar 2500 ml de sangre. La peritoneal 2000 ml, una fractura grave de pelvis
2500 ml, una de fémur mil a 1500, una fractura de tibia y peroné 500, humero 300, cada
costilla 100ml.
Numero de vías: las suficientes como para restaurar el volumen circulante en pocos
minutos. Recordar que un catéter 14G colocado en la región antebraquial y presurizado
a 300 mmHg tiene un flujo de infusión para la solución salina de casi 500ml/min y un
catéter 8.5 Fr colocado en la vena femoral de aproximadamente 1000ml/min.
Una vez compensada la reposición con cristaloides debe efectuarse lo mas rápidamente
posible la administración de la sangre. Las pruebas de compatibilizacion pueden tardar
hasta 60 min. Decidir si se puede esperar este tiempo para administrar el isogrupo y el
factor correspondiente. Si esto no es posible, utilizar sangre del grupo O negativo
especialmente cuando existe riesgo de sensibilización futura.
Las determinaciones de TPT, TP y plaquetas permitirán efectuar el diagnostico
diferencial de los trastornos de la coagulación vinculados con la reposición de sangre.
Con menos de 10 unidades de sangre transfundida, rara vez esta indicada la
administración de plaquetas y plasma fresco congelado.
Cuando el paciente ha recibido por lo menos 80 ml/kg de líquidos es común que
presente hemodilusion con descenso de los factores de la coagulación y de las plaquetas.
El mejor método de seguimiento para evaluar la reposición de volumen es la
determinación de del déficit de base. Se considera DB leve si es mayor de -6 y
moderado si es de -6 a -10, grave si es menor de -10.
EVALUACION GASTRICA
CABEZA Y CARA
Investigar lesiones externas. Examinar cuidadosamente la caja craneana en busca de
zonas posibles de fractura con depresión, evaluar los ojos investigando tamaño pupilar,
fondo de ojo en busca de hemorragias, dislocación del cristalino, hemorragias
conjuntivales y cualquier herida penetrante.
Traumatismo maxilofacial. Investigar la presencia de asimetrías o deformidades,
realizar la palpación de superficies óseas de los huesos de la cara para detectar
crepitación.
TORAX
ABDOMEN
ABDOMEN Y PERINEO
Evaluar la existencia de fractura pélvica mediante dos maniobras: compresión
transversal centrípeta y hacia el plano posterior de las crestas iliacas y palpación de la
sínfisis del pubis. Solicitar radiografía panorámica de pelvis. El paciente con fractura
pélvica grave no debe ser movilizado innecesariamente, ya que estas maniobras
inapropiadas pueden incrementar el sangrado. Es muy importante la fijación pélvica
precoz, ya sea mediante un pantalón neumático o por fijadores externos que permitirían
la estabilización, no solo mecánica sino también hemodinámica.
Debe recordarse que 60% de los pacientes con fracturas pélvicas fallece de hemorragia,
y que de las hemorragias pélvicas 85% tienen origen venoso y por lo general responden
a la fijación externa, pero el restante 15% tiene origen arterial y es imprescindible
efectuar angiografía con embolizacion de los vasos pélvicos sangrantes lo mas
precozmente posible.
Examen perineal. Se lleva a cabo minuciosamente. La inspección dará a conocer
hematomas y equimosis. Antes de colocar la sonda vesical, realizar siempre tacto rectal.
Sospechar lesiones uretrales en las siguientes situaciones:
o Sangre en el meato uretral.
o Extravasación de sangre u orina perineal, escrotal o peniana
o Próstata alta en el examen rectal
o Retención urinaria
o Traumatismo perineal
o Fractura pélvica
o Caída a horcajadas
Recordar que 40% de las lesiones uretrales son incompletas cuando se presentan
inicialmente. La colocación inadecuada de una sonda vesical puede: 1) Convertir una
lesión incompleta en completa; 2) provocar hemorragia en el lecho prostático; 3)
Contaminar un hematoma pélvico previamente estéril.
Las lesiones de la uretra pueden ser anteriores o posteriores. Las roturas vesicales
pueden ser intraperitoneales o extraperitoneales. Entre 50% y 80% de las roturas
vesicales secundarias a fracturas pélvicas son extraperitoneales. Sospechar lesión
vesical siempre que exista: 1) Fractura pélvica; 2) traumatismo de hemiabdomen
inferior, ya sea penetrante o cerrado; 3) retención urinaria; 4) hematuria microscópica.
Examen rectal. Investigar: 1) la presencia de sangre en la luz intestinal; 2) elevación de
la próstata a la palpación; 3) la presencia de fracturas pélvicas; 4)la integridad de la
pared rectal; 5) el estado del tono esfinteriano y de la sensibilidad rectal (muy
importante en caso de pacientes con lesiones medulares para saber si se trata de una
lesión completa o incompleta).
Examen ginecológico.
Efectuar el examen ginecológico para descartar la presencia de lesiones vaginales
asociadas, ya que pueden ser la puerta de entrada de infección grave.
Examen neurológico
Llevar a cabo evaluación neurológica completa, que incluya no solo la evaluación
sensitiva y motora de las extremidades, sino también la reevaluación del nivel de
conciencia y del estado pupilar. Para la evaluación del nivel de conciencia se utilizara la
escala de Glasgow. Consignar la “mejor respuesta motora” para dicha escala y la “peor
respuesta motora” como evidencia de foco motor. La evidencia de paresias o parálisis
sugiere la existencia de importantes lesiones encefálicas, medulares o del sistema
nervioso periférico. Inmovilizar correctamente al paciente con tabla larga y con collares
tipo Philadelphia. Solicitar consulta temprana con el neurocirujano, sobre todo si hay
pruebas de progresión del estado neurológico.
Aparato locomotor.
Realizar un cuidadoso examen de los miembros en búsqueda de contusiones o
deformidades. Palpar y girar cuidadosamente los miembros en busca de dolor,
crepitación o movilidad anormal (ayuda a identificar las fracturas que han mantenido su
alineamiento). Investigar cuidadosamente los pulsos de los miembros (antes, durante y
después de cualquier movilización), y tomar nota de cualquier anormalidad de los
mismos, junto con las neurológicas.
Dorso
Realizar revisión adecuada del dorso del paciente, movilizándolo en bloque y
manteniendo la cabeza y el cuello en posición neutra para evitar que pasen inadvertidas
las lesiones.
Clasificación de pacientes traumatizados
Luego de completado el segundo examen, efectuar una nueva clasificación del paciente
mediante un indicador de lesiones, el “ISS” (Índice de Severidad Lesional). La
combinación del TSRe (TSR modificado por los factores de corrección) y el ISS
(denominados metodología TRISS) permite determinar la probabilidad de sobrevida
(Ps) de utilidad para el paciente, y en particular para la evaluación de series de pacientes
y de control de calidad en la atención (detección de errores y muertes prevenibles).
Traslado al servicio de diagnostico por imagen
Una vez que el paciente ha sido estabilizado en el área de admisión donde se han
efectuado las tres radiografías iniciales (lateral de columna cervical, de tórax y de
pelvis) con equipo portátil, y solo si se encuentra estable hemodinamicamente, el sujeto
deberá ser trasladado para efectuar los métodos de diagnostico necesarios como la TAC,
la RMN, la angiografía (de aorta, de pelvis, etc.) y en ocasiones las embolias, en caso de
lesiones pélvicas arteriales sangrantes.
La prioridad de que estudio se efectuara primero dependerá de si el paciente se
encuentra alerta o en coma. Es muy importante que uno o mas miembros del equipo
tratante acompañen al paciente a diagnostico por imagen para optimizar el interés de los
mismos.
Tratamiento definitivo
Se refiere al tratamiento especifico, y en principio definitivo, de cada uno de los
sectores del organismo (sistema nervioso, tórax, abdomen, miembros, etc.), cuyo
manejo estará a cargo de los especialistas respectivos (neurocirujano, cirujano toráxico,
cirujano general, traumatólogo, etc.).
Al llegar a esta etapa, el paciente debe estar estabilizado o con los sistemas vitales
controlados y con una evaluación diagnostica lo mas adecuada y completa posible.
Efectuar, además, profilaxis antitetánica y antibiótica de acuerdo con las
recomendaciones del American College of Súrgenos y de las Trauma Practice
Guidelines de la Eastern Association for the Surgery of Trauma.
El tratamiento adecuado del paciente traumatizado solo puede llevarse a cabo por un
equipo interdisciplinario entrenado, con normatizacion científicamente reconocida y en
un medio adecuado a la gravedad de la patología del paciente.
PROCEDIMIENTO DE INTERCONSULTA