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Tenemos que aprender a reconocer y definir lo que sentimos para ser dueños
de nuestra salud emocional. Por eso es importante preguntarnos qué emociones
sentimos con mayor frecuencia y cómo nos relacionamos con los demás

DOMINAR LAS
EMOCIONES
Texto Irene Orce, coach

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17 DE JULIO DEL 2010

Alegría, miedo, ira, tristeza... Las emociones son aparece el rencor, que poco a poco va mutando NOSOTROS LA IRA SE
una parte fundamental de la vida de todo ser hu- en resentimiento, el primer paso hacia el odio.
mano. No en vano, se esconden detrás de la ma- Así, pasamos de una emoción primaria a un
NO SOMOS CONVIERTE
yoría de las acciones, decisiones y actitudes que sentimiento tóxico y destructivo, lo que pone de LA EMOCIÓN, EN RABIA,
llenan nuestro día a día. Sin embargo, nadie nos manifiesto nuestra incompetencia emocional. SE TRATA LUEGO
enseña a identificar y canalizar de forma cons- DE UN RENCOR Y
tructiva todo aquello que sentimos. Y no aprender “Tiempo atrás, la ira fue uno de mis peores ene-
a regular nuestras emociones puede ocasionarnos migos”, afirma el realizador audiovisual Santiago
ESTADO POR ÚLTIMO
importantes carencias, que se reflejan en la rela- Vilaseca, de 23 años. “En mi caso, esta emoción PASAJERO ODIO
ción que mantenemos con nosotros mismos y con era consecuencia de mi elevada autoexigencia, mi
nuestro entorno. rígido sentido de la moral y mi incapacidad para
aceptar puntos de vista distintos del mío”, asegu-
Si aspiramos a convertirnos en dueños de nuestra ra. Estas características le predisponían a vivir en
salud emocional, tendremos que aprender a un estado de “extrema susceptibilidad”, en el que
reconocer y definir lo que sentimos, y para eso es cualquier excusa bastaba para dejarse arrastrar
necesario estar conectados con nosotros mismos por el enfado. dejó en segundo plano mi ira, y pude ver con cla-
y contar con el lenguaje apropiado. En este proce- ridad el monstruo en el que me convertía cada vez
so resulta fundamental crear un espacio interno Como a muchas otras personas, la ira invadía a que me enfadaba”, recuerda. No cabe duda de que
que nos permita dar cabida a cualquier emoción, Santiago cuando la realidad no se adaptaba a sus la furia desatada puede llegar a destruir aquello
sea cual sea. Es importante permitirnos sentir, deseos, necesidades y expectativas; es decir, a que tanto enfado nos produce, pero nos destruye
pero eso sí, siendo conscientes de que no somos lo que creía que debería de ser. “En esas ocasio- a nosotros mismos en el proceso. Sin embargo,
la emoción. Más que nada porque se trata de un nes, era incapaz de ver la realidad tal como era: puede prevenirse e incluso trascenderse. “Desde
estado pasajero. inofensiva”, dice. “Era yo quien, con mi forma de aquel día, empecé a respirar para distanciarme de
interpretarla, creaba motivos que justificasen mi la situación que me desagradaba y poder así verla
Aunque solemos catalogarlas como “buenas” o enfado”, relata. con más perspectiva”, revela Santiago. También
“malas”, la realidad es que no existe tal diferencia. utilizó grandes dosis de deporte para canalizar
Las emociones son datos, una fuente de informa- Mediante estos coléricos arrebatos, desahogaba su exceso de energía, algo de autoobservación y
ción útil que determina nuestro grado de compe- todo su malestar. “La ira deterioró gravemente la sentido del humor. “Intentaba verme a mí mismo
tencia en el arte de vivir. De ahí la importancia de relación con mis padres, repercutió en mis amigos en tercera persona, lo que me hacía compren-
preguntarnos qué emociones sentimos con mayor e hizo que hiriese los sentimientos de la persona der lo ridículo que era enfadarme”. Y concluye:
frecuencia, y qué dicen de nosotros y de cómo nos que más amaba”, afirma Vilaseca. Cuando estaba “Entendí que dejarme llevar por la ira no sólo no
relacionamos con los demás. irascible, le era imposible comunicarse con los cambiaba las cosas que me llevaban a encolerizar-
demás, pues en esos momentos era incapaz de me, sino que las empeoraba”.
El veneno de la ira La ira es una emoción que razonar. “Tan sólo sentía una bola de fuego que
acompaña cada día a millones de seres humanos. iba creciendo en mi estómago”, describe. La cárcel del miedo ¿Cuántas veces hemos dejado
Se desencadena como reacción ante un estímulo de hacer algo por miedo? ¿Cuántas decisiones
que escapa a nuestro control, y que creemos que Un día, tras una discusión, golpeó con la mano hemos tomado guiados por el temor? Probable-
podría ser una fuente de peligro o de dolor. Nos una de las paredes de su habitación. El impacto mente, demasiadas. No en vano, el miedo es uno
educan bajo la premisa de que es una emoción rompió el anillo que llevaba, de gran valor sen- de los mayores obstáculos con los que topamos
mala, y por eso tendemos a reprimirla. Pero timental para él. Al observar cómo los pedazos en nuestra vida. La parálisis física y mental
aunque la sepultemos en lo más hondo de nuestro rotos caían al suelo, su enfado se detuvo por un que causa esta emoción nos impide desarrollar
ser, no desaparece, sino que se transforma. La segundo, centrándose en el destrozo que acababa nuestro verdadero potencial. El temor impo-
ira macerada se convierte en rabia. Tras la rabia, de crear. “Ese pequeño espacio de consciencia ne límites a nuestras aspiraciones, a nuestras

El malhumor se ha instalado en un primer momento nos le propuso que, cada vez que siguientes, el número de
en el corazón de nuestra cueste ver y reconocer, cada discutiera o se peleara con clavos fue disminuyendo.
sociedad. La negatividad vez que nos enfadamos es algún compañero, clavase Finalmente, llegó un día en
EL RETO y el conflicto protagonizan
muchas de nuestras relacio-
como si nos tomáramos una
dosis de cianuro.
un clavo en la puerta de su
habitación.
que no entró en conflicto con
ningún compañero.
DE LA IRA nes con los demás. Así, se
suceden en nuestra vida las
Se cuenta que un niño estaba
siempre malhumorado y
El primer día clavó treinta y
tres. Terminó agotado, y poco
Había logrado apaciguar su
actitud y su conducta. Muy
palabras acaloradas y los cada día se peleaba en el a poco fue descubriendo contento por su hazaña, fue
enfrentamientos encarniza- colegio con sus compañeros. que le era más fácil controlar corriendo a decírselo a su
dos, dosis de adrenalina pura Cuando se enfadaba, se su ira que clavar clavos en padre, quien sabiamente le
a ritmo de taquicardia. Pero abandonaba a la ira y decía y aquella puerta. Cada vez que sugirió que cada día que no
esta necesidad de reafir- hacía cosas que herían a los iba a enfadarse se acordaba se enojase desclavase uno de
marnos e imponer nuestro demás niños. Consciente de de lo mucho que le costaría los clavos de la puerta.
criterio sin atender a razones la situación, un día su padre clavar otro clavo, y en el Meses más tarde, el niño
tiene consecuencias. Aunque le dio una bolsa de clavos y transcurso de las semanas volvió corriendo a los brazos

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relaciones y a nuestra capacidad de vivir libre y “En mi afán por liberarme de mis miedos, me nosotros mismos”, afirma la psicóloga clínica
auténticamente. dediqué a analizarlos”, explica. “Fui observando Marta Romero, de 53 años. De ahí que tendamos
cómo aparecían en mi mente, modificando mis a compararnos continuamente, con el propósito
Así le sucedió a Víctor Gay Zaragoza, de 28 años, pensamientos y alterando mi estado de ánimo”. de encontrar nuestro sitio, de saber lo que somos
consultor especializado en cambio de cultura Así fue como comprendió que “vivía atrapado en a través de los otros. “Ese querer gustar nos
organizacional. El leitmotiv de su existencia eran la cárcel” de su propia mente. Tras un riguroso aprisiona y nos hace vivir en la tristeza de no ser
sus miedos: “Temor a fracasar en los estudios, te- proceso de autoconocimiento, fue dejando atrás suficiente, de no dar la talla, de no ser más guapo
mor a perder a mis amigos, temor a no contentar a sus inseguridades y temores, lo que le permitió o más inteligente”, sostiene Romero. En estas
mis jefes y no ser reconocido profesionalmente...”. tomar decisiones impulsadas por la valentía y ocasiones, podemos aprender del denominado
Víctor explica que este enfoque le llevó a tomar la confianza. De este modo se atrevió a cambiar efecto espejo: “Lo que nos gustaría que los demás
algunas decisiones que iban en contra de sus su orientación profesional y a especializarse en nos diesen es precisamente lo que no nos estamos
valores, posponiendo aquello que verdaderamen- aquello que le apasiona: la psicología y la filoso- dando a nosotros mismos”.
te sentía que quería hacer. “El miedo a no poder fía. “Ahora, cada vez que me asalta el temor, me
ganarme el pan si estudiaba lo que me gustaba me pregunto: ¿qué haría si no tuviera miedo?”. Así De esta forma, “podremos tomar consciencia de
hizo decantarme por la licenciatura de Comercio es como se dirige al fondo de su corazón, donde que nadie ni nada puede hacernos tanto daño
Internacional”, relata. siempre encuentra la respuesta adecuada para como nuestros propios pensamientos”, reconoce
poder vivir la vida, explica, “instante a instante, esta psicóloga. No en vano, “somos co-creadores y
Cuando vivimos bajo la tiranía del miedo, conectado con lo más profundo de mí mismo y co-responsables de nuestras experiencias”. Nues-
solemos vender nuestra libertad a cambio de guiado por la valentía y la confianza de ser yo tro único problema es que “no sabemos cómo
seguridad. Sin embargo, mientras insistamos en mismo”. funcionamos ni qué necesitamos verdaderamen-
llenar nuestra existencia de certezas, seguiremos te para gestionar nuestras emociones de forma
siendo marionetas en manos de nuestros temo- El abismo de la tristeza Aunque los seres huma- consciente y equilibrada”.
res. Aunque nos cueste reconocerlo, la existencia nos hemos evolucionado mucho las últimas
se asienta sobre la incertidumbre, el cambio dos décadas –tecnológicamente hablando–, las Este proceso requiere grandes dosis de honesti-
constante y la falta de control sobre nuestras estadísticas revelan que la depresión, el estrés y la dad, humildad y coraje. “El secreto está en lograr
circunstancias. Y sólo cuando somos capaces de ansiedad han aumentado exponencialmente en un buen trabajo en equipo entre nuestra mente
aceptar toda esta inseguridad podemos reconec- este mismo periodo de tiempo. La tristeza es el emocional y nuestra mente racional”, apunta Ro-
tar con la verdadera libertad, que va de la mano denominador común de las enfermedades del si- mero. De este modo, dejaremos de luchar contra
de la responsabilidad personal. “Comprender que glo XXI, y aunque tendemos a sepultarla, se trata lo externo y trataremos de aprovechar nuestras
la seguridad es una ilusión psicológica fue una de una emoción que nos aporta una muy valiosa circunstancias para madurar y evolucionar,
tremenda liberación para mí, porque vivía cons- información. dejando de ser víctimas de lo que sentimos. Sólo
tantemente preocupado por lo que podía pasar”, así podremos comenzar a desarrollar nuestra
explica Víctor. Surge ante incontables causas, como las pérdidas competencia emocional, un arte que requiere
materiales y afectivas, la soledad y el abandono, toda una vida de aprendizaje. s
El miedo manipula nuestra mente para proyec- las inseguridades, el dolor… Incluso hay veces que
tarse en el futuro, jugando con la especulación un paisaje o el recuerdo de un perfume pueden
psicológica. Es un maestro utilizando la fórmula despertarnos esta honda emoción. Sin embargo,
del “¿y si…?”, cuyas infinitas posibilidades pueden la tristeza fundamental nos invade cuando vi-
llegar a convertirse en un doloroso tormento vimos desconectados de nuestra realidad inte-
mental. Así, estas ilusiones conceptuales nos rior, buscando continuamente la aprobación, el
alejan del momento presente y nos llevan a vivir respeto y la valoración de los demás. Y no es para
en un escenario imaginario que acaba distorsio- menos. “Nos han enseñado a buscar en el exterior
nando nuestra verdadera realidad. todo aquello que sólo podemos hallar dentro de

de su padre para decirle ser tan dolorosas como las mundo, incluida la que, en ha provocado esta reacción
que ya había sacado todos físicas. No lo olvides nunca: muchas ocasiones, mantene- en nuestro interior? ¿Qué
los clavos. Le había costado la ira deja señales en nuestro mos con nosotros mismos. Y ganamos dejando que la ira
un gran esfuerzo. El padre corazón”. de nada sirve reprimirla, pues tome el control? Si logramos
lo llevó ante la puerta de la Como le sucede al niño del termina siempre por reapare- responder honestamente a
habitación. “Te felicito”, le cuento, tarde o temprano cer con otra de sus mil caras. estas preguntas, estaremos
dijo. “Pero mira los agujeros nos damos cuenta de que la La clave está en comprender un paso más cerca de superar
que han quedado en la ira consume y arrasa todo lo que cada vez que permitimos nuestra cólera y conquistar
puerta. Cuando entras en que encuentra en su camino. que nos invada, estamos nuestra serenidad. Tenemos
conflicto con los demás y te Corrosiva como el ácido, envenenándonos a nosotros la oportunidad de canalizar la
dejas llevar por la ira, las pa- termina por destruir nuestras mismos. En vez de canalizar tremenda energía que produ-
labras dejan cicatrices como relaciones y aniquila nuestra nuestra ira con los demás, po- ce el enfado para crear, en vez
estas. Aunque en un primer capacidad de razonar. No demos darnos espacio para de utilizarla para destruir. Ese
momento no puedas verlas, en vano, nutre las muchas asumir que estamos enfada- es, en realidad, el gran reto
las heridas verbales pueden guerras que se libran en el dos. Y preguntarnos: ¿qué que nos propone la ira.

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