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DOBLE VIDA: PERFECCIÓN PARA LOS PADRES, MALDICIÓN

PARA LOS HIJOS

Lena* tiene 20 años, estudia noveno semestre de ingeniería informática en una


reconocida universidad del país, su promedio académico es excelente por lo que
sus padres están muy orgullosos de ella. Se lo han demostrado al obsequiarle un
automóvil hace un par de años. Podría decirse que Lena lleva una vida muy
cómoda, sin embargo, su mundo podría venirse abajo si le mencionara a sus
padres cuatro simples palabras: “me gustan las mujeres”.

Realidad aceptada a medias

En la sociedad venezolana, la homosexualidad no ha sido tan discriminada


como en otras naciones, no obstante, suele aceptarse <de las puertas para
afuera>. Nadie quiere un homosexual en casa. “Prefiero tener una hija p… que
una hija lesbiana” suele ser la frase que muchos padres utilizan para encerrar una
situación que no desean para sí. La pregunta es: ¿prefieren entonces vivir en la
mentira que muchos jóvenes homosexuales se ven obligados a construir?

-Quisiera poder sincerarme con mis papás- Me ha dicho Lena muchas veces,
suspirando. –Pero no puedo, no lo aceptarían… creo que se decepcionarían tanto
de mí que no querría seguir viviendo-.

Mi pregunta siempre ha sido: ¿realmente es tan importante ser heterosexual


para alcanzar esa perfección anhelada por los padres? Es decir, ¿las demás
facetas no cuentan? He conocido a un par de amigos, excelentes personas,
buenos estudiantes, cuyo mundo se ha venido abajo por confesar aquellas
palabras impronunciables.

Confianza en base a mentiras

A partir de las experiencias vividas por otros, Lena ha decidido callar. No es


que ella desee formalizar una relación, simplemente quiere quitarse la máscara.
No tener que mentir cada vez que sale de casa, no necesitar inventarse una
historia absurda para justificar sus demoras en casa de aquella amiga que suele
visitar de vez en cuando.

A Lena no deja de preocuparle el momento en el que a su mamá se le haga


extraño esa carencia de novio, pero ¿cómo explicarle que no siente
absolutamente nada por alguien de género masculino? Sería tan antinatural como
perverso, empero, no sería más que la simple verdad.

Padres decepcionados, hijos frustrados

Que muchos padres se den cuenta que no conocen realmente a sus hijos
suele ser decepcionante. Que muchos de estos jóvenes no encuentren apoyo en
sus padres suele ser frustrante.

Una sociedad como la venezolana, basada en los valores familiares, debería


ser un poco más considerada con quienes atraviesan por estos conflictos
personales. Romper el esquema de “nacer, crecer, reproducirse y morir” no estaría
mal de cuando en cuando.

Pero la realidad suele ser diferente. Aún ahora, en pleno siglo XXI, la visión del
homosexual suele ser tan arcaica como hace veinte años. Si bien es cierto que
muchos llevan una vida frívola y despreocupada, también lo es que está frivolidad
se encuentra por doquier. ¿Por qué estereotipar a quienes simplemente la falta de
oportunidades de expresarse los lleva a exagerar en su vestir y en sus ademanes?

Por otra parte, se encuentran aquellos cuyo gusto sexual es la última faceta de
su vida, la menos importante. Aquellos que no los define el hecho de tener
relaciones con alguien de su mismo sexo. Quienes sólo buscan sincerarse y no
ser rechazados. Aquellos como Lena, que viene a visitarme de vez en cuando.

Dándole otra mirada a la homosexualidad

La visión del homosexual ha ido cambiado a paso de morrocoy. Aún se ve con


malos ojos dos chicos caminando tomados de la mano, dos chicas despidiéndose
de beso. Si todos estuviéramos conscientes que las bases de la sociedad
occidental fueron forjadas por naciones abiertamente bisexuales como Grecia y
Roma (ahora Italia), quizá esta situación sería distinta. Sin embargo, pasará algún
tiempo para que el cambio suceda.

Por ahora, sólo resta decir que la persona homosexual también es padre,
madre, hijo(a), amigo(a), vecino(a), etc. Su orientación sexual no le restará
virtudes ni le añadirá defectos. No debería ser tan importante entonces.

*Se ha cambiado el nombre para proteger su intimidad.

Karen Quintero

V-19.951.826

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