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¡No Te Arriesgues!

¿Nacer otra vez con Forma Animal?


La costumbre de la vida común y corriente de afán por lo material,
ocasiona un descuido grave y desafortunado de las cosas importantes,
además del desprecio por las consecuencias. A tal punto se llega en esto
que, por ejemplo, la inmensa mayoría no logra ver el movimiento de las
entidades vivientes, manifiesto en la toma de nacimientos en las distintas
especies de vida.

Para rescatar la visión debes reflexionar y, aunque sea por instantes,


pensar que tu alma es la que se encarga, con la continua acción, de
escoger la forma física que tendrás en el próximo nacimiento. Que es a
través de tu cuerpo astral, tus deseos, tus karmas o reacciones
acumuladas en esta vida, que vas a alcanzar una forma determinada, ya
sea como persona, animal o vegetal.

Es necesario saber que quien nace como ser humano puede provenir de
alguna especie superior, de otra similar o de una especie inferior. Por lo
general, los nacimientos previos no se recuerdan, pero esto no impide
que desciendas de tu posición en cuerpo humano, por negligencia con
tus propios deberes actuales, para nacer nuevamente como un animal.

¡Ésta es una razón suficiente para cambiar tu forma de vivir y de


relacionarte con los animales! Pero con visión más amplia, no se trata
sólo de la matanza de los animales, sino de los tipos de conducta
equivocada, como llevar una vida carnal, ignorante y apasionada. Una
vida sin buscar la Causa Superior y Espiritual lleva, por el contrario, a la
vida animal enfocada sólo a comer, dormir, aparearse y defenderse, hasta
llegar a ignorar que los animales también hacen esto, y por cierto, mejor
que muchos seres humanos.

Un elefante come más que tú; un oso duerme más que tú; un mono o un
gallo tienen más sexo que tú y un tigre es más eficiente en defenderse
que tú mismo. Entonces, ¿qué tan grandiosos somos con nuestras
armas, con nuestros métodos e invenciones?

Así, los químicos, pesticidas y tantas invenciones, sólo causan daño. Por
otro lado, la vida moderna es de derroche, placeres, etc., y aunque, de
antemano, sabemos de la insatisfacción que causan, que degradan, aún
así se busca satisfacción en la vida sexual, tener una vida familiar con
una hermosa compañera, es un noble ideal de protección de la sociedad,
sin embargo cuando la vida sexual se descarría y se practica solamente
para el placer del cuerpo mental, bajo el dominio de la seducción y la
promiscuidad, entonces vienen las enfermedades, el desánimo, la falta de
aliento e insatisfacción, que generan la búsqueda de otros placeres
nocivos.

En otras palabras, el que se degrada, lo hace porque ya no encuentra


satisfacción y así, con esa mentalidad, ¿qué necesidad hay de un cuerpo
que se utiliza para afectar a su propia familia? ¡Hasta abusar sexualmente
de sus propios hijos!

La vida animal es inferior a la vida humana. Nacer como ser humano es


un privilegio muy grande, pues incluye las ‘herramientas’ destinadas a la
autorrealización, para conocerse a sí mismo, para entender que no somos
la mente, ni la inteligencia, ni el ego falso; que no somos ni el cuerpo
astral ni el sutil con la subconsciencia, mucho menos el cuerpo burdo
hecho de tierra, fuego, agua, aire, éter. Y en esa privilegiada posición para
la autorrealización, se debe entender el poder del deseo. Dios dice en la
sagrada escritura llamada Bhagavad Gita, que lo que tú añores en el
momento de la muerte, eso es lo que te va a llevar a tu próxima
existencia.

De esta manera, deseos burdos te llevarán a un cuerpo burdo; deseos


sutiles y astrales, te llevan a un cuerpo astral y deseos espirituales a un
Cuerpo Espiritual con el cual ocuparse de la conciencia trascendental. Si
en el momento de la muerte, se piensa en Dios, en Su cuerpo
trascendental y en el servicio a Él, no se tiene que nacer más en este
mundo material. Se habrá cumplido el propósito de las reencarnaciones,
habiendo superado todos los deseos, agotado todos los recursos de
diferentes cuerpos, formas, variedades de placeres y dolores.

Finalmente, éste debe ser el sublime deseo: Querer vivir en el Mundo


Espiritual; tener Propia Identidad con Cuerpo Espiritual al servicio de
Dios; estar en Su compañía, y para lograrlo debemos empezar a actuar
con conciencia espiritual y prepararnos, aprovechando bien este cuerpo
humano, con prácticas de vida y dieta sana, meditando en los Nombres
de Dios, estudiando los Libros Sagrados, haciendo ofrendas y comiendo
sólo prasadam, que es alimento vegetariano ofrecido a Él; siendo
amables, bondadosos, agradecidos, compasivos con los demás; dejando
la intoxicación del cuerpo y, en fin, trascendiendo variadas influencias
materialistas.
Ésta es nuestra tarea y único interés. Somos los beneficiarios y
evolucionaremos saliendo de los repetidos nacimientos y muertes. Pero
sobre todo complaciendo a Dios, siendo mejores ejemplos humanos y
servidores, como lo enseña la Escritura Védica. De otra manera, si no
queremos servir a Dios, entonces tendremos que servir ilusiones, servir
nuestros valores materiales, a los militares, pero de todas maneras como
servidores, hasta llegar a reconocer que no somos amos de nadie.

Para llegar a esto realmente, concluiremos que es a través del Amor que
podemos servir, crecer felizmente y descubrir la ternura y la belleza de
nuestro ser. Siendo servidores nos protegemos del riesgo de afrontar
nacimientos inferiores para pagar karmas en el futuro.

Como seres humanos responsables, lo que nos atañe es evolucionar


constantemente, siguiendo los hermosos principios de la
autorrealización, que nos llevarán a vivir, en algún momento no muy
lejano, allá en el mundo espiritual, allá donde Dios nos está invitando, ese
hermoso y añorado ‘Sitio de Amor Espiritual”.

Swami B.A. Paramadvaiti

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