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Cómo iban a hacerlo… si la historia que no olvida ni perdona, ubica a algunos de estos
directorios defendiendo a funcionarios públicos que pertenecieron al personal civil que
colaboró con el genocidio en el Batallón 601 de Inteligencia (según publicación oficial
del Archivo Nacional de la Memoria) y enorgulleciéndose por el paso de los genocidas
Massera y Manrique por sus salones, tal lo muestra un ejemplar de la Revista
Economía Sureña de agosto de 1982 (editada por la CCIyS).
Cómo valorar esta oportunidad… si muchos actores de la política local tejen un manto
interminable de silencio y omisión ante la lucha incesante de las víctimas de la
dictadura por lograr el castigo a los culpables, restando el debido apoyo institucional y
las garantías que cualquier manifestación en tal sentido necesita en un verdadero
Estado de Derecho.
Existen fotos, documentos y tristes recuerdos como fieles testigos de esta etapa
oscura. Te los haremos llegar junto a nuestra carta, porque recordar y difundir este
pasado local nos hace transitar un presente menos hipócrita y construir un futuro más
justo.
Y, como si estos datos no alcanzaran para “mirar toda la película” y no sólo una foto
de esta segmentada movida política-empresarial, muchos de estas autoridades,
directivos y “mentes brillantes” son quienes conducen y gerencian las multinacionales
que; atentando sistemáticamente con el ambiente, apropiándose de bienes comunes
tales como el agua potable y el aire puro, y, sin invertir en métodos de producción
menos agresivos contra su entorno, sin generar ni el enésimo porcentaje de mano de
obra formal que predican… producen millones de dólares por hora que exportan de la
ciudad y la región, secando la vida de la ría local, contaminando el aire, enfermando a
la población, empobreciendo las voluntades libres con vergonzosas migajas de su
dinero manchado con la impunidad del poderoso que goza con todos los “amigos
necesarios” (políticos y funcionarios de turno, profesionales, comunicadores, etc) para
exterminar y vaciar la tierra que cree propia.
León, Bahía… no es tan “blanca” como parece. Las salinas marinas que originaron su
nombre quedaron atrás, también saqueadas por el “progreso”. Alguien dijo alguna vez
que “si la historia la escriben los que ganan, entonces hay otra historia”.
Esta carta busca ser como aquella canción que escribiste: “para cantar unidos y
haciendo frente a la intolerancia ciega, de unos pocos dementes que arrastran en su
discurso la sangre de un pueblo débil. Canción para aclarar las cosas que están
pendientes, justicia que queda chica donde la vida no vale. Por tantos gobiernos
sordos, más fotos y más escraches”.
Por eso sabemos que vas a leernos, a escucharnos y comprendernos. Por eso te
informamos.