Professional Documents
Culture Documents
la estética y la función1
La construcción de la vivienda fue afrontada como nunca antes en 1930 por los
arquitectos, dando tanta importancia al aspecto social, a la satisfacción de las
necesidades de -como lo menciono refiriéndose a este periodo Fergus (1954)-
habitar, producir y descansar y como años antes lo dijo Le Corbussier, nunca
antes se hizo de la morada de un hombre una maquina para vivir (1921)
Durante las décadas del 30 y del 40 observamos como las ciudades del mundo
crecen desmesuradamente haciéndose cada vez más urbanas: tendencia a la
agrupación de viviendas, prestación de servicios públicos especialmente los
sanitarios y una creciente concentración demográfica. Lo anterior conllevó a una
nutrida y compleja discusión sobre la priorización de las necesidades de quien se
pensaba como habitante de la casa en un contexto masificante.
1
Javier Andrés Muñoz Tique y Adrián Esteban Segura Eslaba, estudiantes de la Facultad de
Educación y del Programa de Psicología y Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional
las ciudades capitales como el modelo en el cual deberían estar empeñados todos
los deseos de desarrollo y las ideas sobre realización en todos los aspectos de la
vida humana, o al menos hacerlo ver así a los ojos de quien la habitaba. Las cifras
son claras: para los años comprendidos entre 1928 y 1938 la ciudad de Bogotá
creció en su población 2.12 veces y en su extensión 5.14 veces (SOP; 1999:65) y
el movimiento migratorio de la zona rural a la urbana hizo que las grandes urbes
para la época (Bogotá, Medellín y Barranquilla) durante 13 años comprendidos
entre 1938 y 1951, aceleraran la saturación del espacio urbano, tanto como lo
había hecho el país por completo a principios de siglo XX. (Viviescas; 1989:59.
2
Que es y quien lo dijo
3
La sociología organicista fue una corriente fundada por Emile Durkheim, que enunciaba la
formación de la estructura social tal como la de un organismo vivo en el cual las funciones de cada
individuo debían responder a una perfecta armonía funcional de la parte y el todo de la agrupación
humana.
funcionamiento de la gran célula: La Ciudad, habitada por miles de personas, con
intereses particulares en el campo de la salud, la educación y la vivienda.
La arquitectura del periodo de 1930 – 1950 se vio en la labor de edificar con visión
de progreso con el fin de superar su dimensión expresiva e individualizada que
hacía lucir cada obra construida como una completa obra de arte. Paso de ser una
manera artística y sensible de abordar el problema de la construcción a una
técnica elaborada sobre las bases científicas de medición del espacio, de
distribución geométrica y sobre todo de la racionalización del uso de los materiales
pues se debió dar respuesta al crecimiento poblacional de un manera económica y
eficiente.
EDITORIAL
Por estos días se debate con entusiasmo si las regalías, o sea las migajas que se caen
del mantel de las transnacionales, deben seguir llegando a las regiones donde se produce
el voraz saqueo de las riquezas colombianas que según la Constitución son del a Nación,
o si por el contario dichas migajas deben llegar al gobierno central para que desde allí se
distribuyan con “criterio nacional”.
Las dos maneras de ver la repartija, tiene enfrentados a los burócratas de las regiones y
al gobierno central, pero el asunto álgido no es precisamente la manera más efectiva de
que dichos fondos lleguen a la población sino en que bolsillos de los corruptos se queda
la tajada.
Recuérdese que el Estado colombiano es uno de los más corruptos del planeta y sin duda
los dineros de las mentadas regalías, los engorda a ellos, sea en las regiones o en los
centros de la burocracia.
Aunque esta es la realidad, no faltará la excepción que confirme la regla con la existencia
de algunos funcionarios y organismo no corruptos.
Este intenso debate no deja de ser un sofisma de distracción, que aleja y olvida el
verdadero problema económico colombiano que no es ni mucho menos el de las regalías,
sino, el robo descarado, continuado y a manos llenas que hacen de nuestras riquezas
nacionales las grandes potencias extranjeras. Por eso aquí cabe aquella frase tan antigua
de que “la fiebre no está en la sábana”.
La encarnizada discusión de quien recibe las regalías, es similar a las peleas de la gente
que se da puñetazos por unas cuantas monedas que tiran los asaltantes para hacerle
estorbo a la policía y escapar de la persecución policial.
¿Es justo, equitativo, leal y equilibrado, que los grandes saqueadores, de los recursos
minero-energéticos hayan hecho y sigan haciendo de las suyas con las riquezas de todos
los colombianos, mientras el gobierno genera el gran debate por las migajas que se caen
del mantel de las transnacionales?
Solo los lacayos del imperialismo desde el balcón del poder oligárquico, pueden
satisfacerse con este manejo ridículo de las riquezas del país, porque mientras venden la
patria al capital extranjero, engordan sus capitales personales, sacrifican al pueblo, a la
nación y empeñan el futuro de las grandes mayorías.
Dicha conducta en el caso concreto de Colombia tiene además otro beneficio para la
oligarquía, armarse hasta los dientes y eternizar el conflicto social y armado, con el que
justifican sus criminales conductas contra los humildes, mientras a punta de engaño
intimidación y represión mantienen el poder y le garantizan al capital transnacional la
seguridad y colocan en bandeja de plata nuestras riquezas.
Entre tanto, la potencia imperial utiliza a Colombia para amenazar los vecinos donde
pueblos y gobierno caminan el sendero de la democracia la equidad social y la
autodeterminación.
Pueblo y sectores medios de Colombia, no permitamos que esta clase en el poder que
desgobierna y entrega la patria a las transnacionales, siga poniendo en venta lo que
queda de riquezas, mientras distrae la opinión con el cuento de quien distribuye las
regalías, pongamos al centro la dignidad, defendamos lo que nos pertenece luchemos por
tener futuro digno, pensemos en el bienestar de las futuras generaciones.
------------------------------------------------------------------------------
Se volvió normal equiparar lo que hace Piedad Córdoba con lo que han hecho los
parlamentarios que promovieron el paramilitarismo y se aliaron con él para realizar todo
tipo crímenes y fechorías. En este caso la manipulación mediática no ha sido gratuita, ni
los grandes medios de información han sido imparciales.
Por eso el Uribismo es lo más arrodillado al imperio gringo y las transnacionales, también
es la razón del robo de las tierras de los campesinos para construir proyectos en alianzas
con el capital extranjero, y por ahí derecho regalaban el dinero público a los ricos del
campo. Todo esto se hacía sobre unos terrenos regados en sangre por las miles de
masacres realizadas por militares y paramilitares.
Estos sujetos lo que hicieron fue promover y realizar crímenes de lesa humanidad, jamás
se les ocurrió adelantar alguna acción humanitaria. Pese a lo anterior, al señor Procurador
lo vemos hacer esguinces cuando de ponerle la mano a ellos se trata, y eso que estas
prácticas son abiertamente delictivas.
En cambio cuando la Senadora Piedad Córdoba le mete la mano a la candela para buscar
la paz de Colombia, al intercambio humanitario, a la liberación de personas retenidas o a
cualquier otra acción humanitaria, el Procurador aparece con el hacha del verdugo, como
en los viejos tiempos de la inquisición, y eso que la paz es uno de los mandatos de la
Constitución Nacional.
------------------------------------------------------------------------------
LA IZQUIERDA Y EL DIABLO
Durante su repliegue, en todo el mundo, muchos lo vistieron con ropajes liberales y hasta
neoliberales. Tan replegado se halla aún en Colombia, que la extrema derecha lo
presionó a ser centro y hasta logró convertirlo en centro derecha, en algunos casos.
Lo más grave está en que para no dejarse matar en la cuna, el socialismo ha debido
afirmarse tanto, que algunos lo transfiguraron en otro discurso de poder, de esos que a lo
largo de la historia, la humanidad ha tenido que obedecer sin chistar.
Umberto Eco afirma que los discursos de poder son el único Satanás que ha existido,
porque,
El malo de la historia nos posee mucho, poquito o nada y exorcizarlo demanda revisar de
cuando en cuando nuestras certezas, para poder decirnos nosotros mismos unas cuantas
verdades. Ellas están en la visión alternativa, con que enfrentamos las contradicciones
álgidas de la lucha contra el capitalismo y su imperio.
TIERRA O CAPITALISMO
Desde nuestros Andes se alza el reclamo del socialismo de raíz comunitaria, contenido en
el dilema más importante de los planteados, sobre la supervivencia del planeta y sus
habitantes: “para que viva la tierra debe morir el capitalismo”.
La esencia del capitalismo reside en el énfasis que da al poseer, en detrimento del ser,
por ello transforma todo en mercancía, hasta las relaciones humanas. Así, a la
participación política de los ciudadanos se le coloca un precio, con lo que se torna
costumbre la compra de votos, pagar la asistencia a una movilización o afiliarse a un
partido para obtener beneficios, que el resto de la gente no disfruta.
Luchar por los cambios y la revolución sin esperar retribuciones materiales, es fundar el
buen vivir de las siguientes generaciones, con lo que se aporta al desarrollo de una
contracultura socialista, que reta a la ideología dominante.
Lograr unidad de acción alrededor de puntos comunes, mientras se deja para enseguida
el debate de las diferencias, no solamente es tener sentido de la táctica, es ante todo
implantar una cultura de negociación, en la que cada cual representa unos intereses, que
pactan y saben cumplir acuerdos.
"toda clase de cooperación pacífica entre los hombres está basada, en principio, en la
mutua confianza y sólo en segundo lugar en instituciones tales como los tribunales de
justicia y la policía. Esto vale para las naciones y los individuos. Y el fundamento de la
confianza es la lealtad".
LUCHAR POR LA PAZ Y RESISTIR A LA GUERRA IMPERIALISTA
Si la razón de ser de los imperios está en imponerse por medio de la guerra, la vida de los
pueblos ha estado en defenderse y resistir; para aquellos, la paz equivale a pacificación,
mientras que para el grueso de la humanidad, la paz es justicia y libertad.
Doscientos años de aparente vida republicana en Colombia, han sido sostenidos por la
ininterrumpida agresión de la elite contra el pueblo, hasta llegar a perfeccionar el actual
régimen de terror de Estado, nutrido por múltiples vías desde la contrainsurgencia
imperialista. Ésta, es la única forma como han podido mantener vivo su modelo capitalista
neoliberal.
Luchar por la paz es lograr otro modelo económico social, dentro de un régimen
democrático; la elite y el imperio, son quienes escogen la vía para que el pueblo los
obtenga.
En la izquierda crece la conciencia sobre el valor de la unión, ya que sin ella no habrá
fuerza y sin ésta no se producen cambios, revolución ni paz. Así, ha aprendido, que la
confluencia es un concierto de pluralidad y diversidad, composición de esfuerzos, en que
el liderazgo es compartido.
Es posible lograr un rumbo socialista para este Proyecto de nación en el mediano y largo
plazo, afianzando el Poder Popular, en el que realmente la soberanía resida en el pueblo
y los trabajadores.
Por la fuerza de la costumbre, muchas veces la lucha social de las masas por objetivos
inmediatos transcurre por un carril paralelo, de la lucha de los partidos y movimientos de
izquierda, reducidos a la puja electoral. El reto de hacerlos confluir está requiriendo que
desde la lucha social se abarquen propósitos de poder, más allá de lo puramente gremial
y sectorial; junto al esfuerzo hecho desde los partidos por acompañar, articular y cualificar
la lucha social; además de la indispensable convergencia de ambas vertientes de lucha,
en un común Proyecto de nación, que garantice los intereses de las grandes mayorías.
Cambiar la cultura del lucro, propia del capitalismo, por una humanista, de justicia y
libertad, exige desde romper con las tradiciones heredadas de la Modernidad capitalista,
hasta confrontar las taras derivadas de la rapacidad especulativa vigente, como son la
compra de conciencias, la adicción a la ‘ganancia fácil’ -que evade todo tipo de controles
sociales y públicos- y el ‘todo vale’ mafioso.
La batalla de ideas por una alternativa de izquierda, que enfrenta a poderosos aparatos
ideológicos del sistema, demanda de esfuerzos colectivos muy grandes desde toda la
sociedad, que trascienden la voluntad de un militante o de un partido revolucionario, para
demostrar una actitud ética en la actividad política.
-------------------------------------------------------------------------
----------------------------
EDITORIAL
De tal manera podemos concluir que son tres golpes de Estado (Venezuela,
Bolivia y Ecuador) frustrados por la valiente y decidida acción del
pueblo y sus fueras armadas y uno, (Honduras) donde un gorila sirvió de
puente para que se impusiera un gobierno ilegitimo surgido de una acción
de facto y elegido en elecciones fraudulentas, amañadas y llevadas a cabo
sobre la punta de las bayonetas.
Colombia fue el país latinoamericano que mejor enfrentó la crisis del 29 puesto
que su recuperación económica en relación con otros países fue considerable. El
PIB mantuvo un crecimiento de 1929 a 1933 de 9,9%, en contraste con países
como Chile en el cual fue de –39.9% como México –10.3%, argentina –9.7%.
Durante los años 30 se puede decir que Colombia sostuvo un crecimiento exitoso
que se vio representado en el aumento del ingreso bruto por habitante y del
numero de habitantes activos trabajando en la industria manufacturera. Durante
los 40 pesó la guerra mundial y representó un descenso en el PIB y el producto
per capita retardando el proceso de recuperación hasta 1944 en donde el
dinamismo industrial acrecentaría de manera no uniforme el crecimiento de la
república. La industria entre 1930 y 1945 fue el sector económico con mayor alza,
representado en un crecimiento de 241.7%. La agricultura en su momento no
representó mayor crecimiento, descendiendo su nivel de importancia en
contribución al PIB de un 71.3% en 1939 a un 47% en 1945. Se creaban industrias
mientras se experimentaba un acelerado cambio en la estructura económica
durante un corto periodo.
El numero de empresas que se crearon entre 1930 y 1939 refirió un aumento del
168.7% mientras que las ya creadas durante la década de los 20 fortalecieron e
intensificaron la utilización de sus capacidades adquiridas antes de la crisis. El
empeño de la industria textil destacó a FABRICATO y COLTEJER en Antioquia
como sector productivo prolífico que contribuyó al crecimiento manufacturero total
desde 1939 hasta 1945 en un 67%.
¿Qué reparos hay en mostrar una plaza de mercado de un pueblito pequeño sin
árboles? ¿Será que los campesinos requieren la sombra de “árboles de abundante
follaje”? ¿Por qué no traer los cultivos más cerca de la plaza para minimizar los
costos del transporte en vez de sitiar la plaza con verde improductivo? Ricardo
Olano, en esto, hace sentir el deber de menguar el daño estético que causa la
mínima y deshonrosa actividad económica agrícola al pueblo, dado el hecho de
que Les Champs-Elysées en Paris estaba rodeado por árboles, no por arracachas.
¿Cuales de estas mejoras van a cambiar la vida de quienes habitan el pueblo: los
árboles para protegerse del clima en el que han vivido siempre, o una vía para
entrar al pueblo que siempre han ocupado y del que probablemente la mayoría no
ha salido? A primera vista parecen mejoras para hacer más agradable la visita de
quienes no están acostumbrados, de quienes en su grandeza no han pasado la
incomodidad e infelicidad “propias” de la vida campesina. Existía como vemos, un
afán por extender las virtudes de lo urbano a todos los lugares a los cuales fuera
posible: “La aldea puede aspirar a ser hermosa en su rusticidad y pequeñez, no
monumentalmente como las grandes urbes” (Olano, 1934) pero habría que hacer
el intento.
Querer vivir con opulencia durante las décadas del 30 y del 40 es la idea principal
para el valor del confort como lo hace ver Villaneda Soto: “No puede desarrollarse
ahí aquella sana ambición de mejoramiento que lleva a las gentes a agregar día a
día una comodidad o un adorno más a sus viviendas” (Villaneda, 1939)
refiriéndose al campo.
Hay que volver con detenimiento acerca de los intereses de una vida citadina llena
de “necesidades” recién creadas. Necesidades que requieren para su satisfacción,
trabajar largas jornadas que serían eludibles si solo se cubrieran algunas básicas
como la alimentación y una vivienda. Ciñéndose al planteamiento de Carlos Adolfo
González: “la sociedad esta formada por el conjunto de individuos que habitan un
territorio dado en el cual están arraigados por las fuentes de producción de
carácter inmueble, por el trabajo y la afectividad” (González, 1932)
Había que adaptar a los campesinos que habían sido “atados” a su casa, a su
trabajo y a su familia en el espacio rural, en el ambiente urbano, aumentando su
tiempo de trabajo pero ofreciéndoles un aliciente en su vivienda: el confort, del
que gozaban con pisos de concreto y no de tierra, pero a costa de un
sobreesfuerzo y de la mitigación de su vida de “pobre” con lujos determinados.
En cuanto al confort en el campo, (que toma importancia cuando la migración a
las ciudades ya ha sido excesiva, en la ultima parte del periodo) tenía como
objetivo lograr que las personas que habitaban zonas rurales no añoraran la vida
“prospera” de sus coterráneos que habían emigrado a alguna zona urbana, como
lo señalaba Mendes Gonçalves “El hombre huye del campo porque no encuentra
en el mundo rural, los adelantos de todo orden que con sólo estirar la mano puede
alcanzar el ciudadano”(Mendes Gonçalves, 1942), o tal como lo expresaba una de
las preocupaciones debatidas en la Conferencia de Expertos en viviendas
tropicales celebrada en Caracas (Venezuela) en Diciembre de 1947 “Otro aspecto
importantísimo que Encontraron (...), fue el relacionado con el arraigo del
campesino a su parcela, mejorándole las condiciones de vida, lo cual permite
resolver en parte el problema de la afluencia a las ciudades (...)” (Ramírez J,
1947).
No eran aislados los intentos, ni las opiniones por proveer de ornato, confort e
higiene a las casas campesinas, hacían parte tanto de leyes como de informes de
los ministerios al congreso y de artículos de arquitectos especializados, era tal la
apropiación de estas necesidades recién “descubiertas” que se llegó a decir que
eran las preocupaciones inherentes de la arquitectura “Salvo en (...) y en otras
contadas poblaciones , las casas son de (...) mal gusto, no tienen proporciones ni
armonía, ni belleza, ni comodidades, ni higiene. Necesita, pues, el Huila una gran
“inyección” de arquitectura” (Olano, 1935)
De esta manera es como un discurso oficial, pasa de ser un simple mandato que
se cumple para bien o para mal, a un legado moral que yace en el interior de las
personas, que le da alegría a su vida o se la quita, claro, no se plantea de manera
explícita una necesidad pero la critica a quien no vive con “decoro” u “ornato” lo
ponen en la categoría de subhumano, de digno de la más misericordiosa ayuda.
Surge la pregunta: Como pudieron cargar con este estilo de vida antes? Que fue
de ellos antes de la llegada de la “alegría” citadina tantas veces enunciada.
La vida durante este periodo se desenvuelve en medio de tantos esfuerzos por
conseguir una casa acorde con las instrucciones tanto arquitectónicas, como
sociológicas que pareciera que la habitación adquiriera identidad y importancia
dentro de la familia como foco principal de una cultura modernizante. Es decir,
todo un aparato de inmensas proporciones esparciendo su influencia en todos los
niveles, esto incluyendo la intimidad del hogar, entendido como una serie de
disposiciones arquitectónicas antes que como alguna relación entre las personas.
Se adecuaron a pensar, como aún se hace, que con el gobierno sobre los
factores externos al individuo determinantes se podía tener una vida agradable.
En palabras de Michel Foucault “(...) la penetración del reglamento hasta los más
finos detalles de la existencia y por intermedio de una jerarquia completa que
garantiza el funcionamiento capilar del poder”4
Escapando del dialectismo en el que caen los análisis que determinan problemas
devenidos de relaciones bondad-mezquindad, Estado-Sociedad civil, etc., esta
divulgación defiende un análisis que debe ir mas allá de los escenarios
contextuales y observables para llegar a preguntarse el como se logra un gobierno
invisible de las actividades cotidianas de una persona cualquiera. Los valores que
se han descrito cobran una importancia vital para la elaboración de discursos lo
suficientemente deseables, buenos y útiles como para que los gobernados crean
que no pueden vivir sin lo que se les ofrece de manera caritativa y basada en
supuestos fuertemente teóricos, bien elaborados y convincentes para las personas
de una determinada situación histórica.
Los valores son el instrumento menos visible y mas poderoso del ejercicio de un
gobierno ya que “En el acto moral, cuando elegimos, tenemos que decidir sobre
una acuarela de opciones y la opción a elegir ha de fundamentarse en una
preferencia, vale decir que nuestra elección escogida es preferible a las otras
4
Foucault. Michel, Vigilar y Castigar. 1976.
posibilidades por sus consecuencias o resultados, ya que se nos presenta más
valioso, más digno”5, esto implica un empleo menor de energía en la intención por
hacer que un mandato se disperse como obligatorio y se cumpla, no requiere del
precio político y económico que implica la vigilancia absoluta o el castigo
desmesurado, los valores se constituyen como un poder incorpóreo y sin rostro
que es ejercido por todos y por ninguno y que actúa de la manera más brutal
sobre cada una de las personas sin tener que ser aplicado de una manera directa.
“[…] el valor no lo poseen los objetos de por sí, sino que éstos lo adquieren
gracias a su relación con el hombre como ser social. Pero los objetos, a su vez,
sólo pueden ser valiosos cuando están dotados efectivamente de ciertas
propiedades objetivas” (Sánchez Vásquez, 1999) Pero dichas propiedades que
Sánchez llama “objetivas” son fijadas en últimas por sujetos de carne y hueso, que
actúan según su conveniencia o que están convencidos de haber hallado la
solución a los problemas, sin darse cuenta de estar siendo móviles de algo mucho
más grande.
Volviendo al sustrato de la historia de Colombia tratado aquí, el cual fue regido por
los valores ya mencionados, ornato y confort, se puede decir que fueron
maneras sutiles de impulsar cambios convenientes para cierto sector de la
sociedad haciendo creer al resto que sería lo más útil para todos. Es lo que
Nietzche llamaría moral de señores, esta, según él, es la portadora de lo “bueno”
de lo que es digno de ser imitado y de lo que debe ser el norte de cualquier
decisión. Por otra parte existe la moral de esclavos, que corresponde a lo que
debe ser escondido, rechazado y olvidado.
5
http://lauca.usach.cl/~aremente/etica/etica6.htm, Sin autor. Guía N° 6. Los Valores. UNIVERSIDAD
DE SANTIAGO DE CHILE
En el caso de la vivienda, el estilo europeo y por tanto, de los burgueses
colombianos era el que debía ser llevado a cada rincón de la patria sin importar las
razones por las cuales existía otro, sólo teniendo como objetivos sublimes la
civilización, el progreso y la superación de un atraso que en aquel momento se
daba por hecho, que era propio de los campesinos, como queda claro en la (cita
con la que empieza el texto).
La vida rural comenzó a ser triste, despreciable y poco digna, en cuanto los
anhelos de modernidad se materializaron en posturas ideológicas, practicas
económicas y costumbres sociales.
6
Foucault Michel, op. cit.