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Ana María Núñez Martínez

REFLEXIÓN METODOLOGÍA SOBRE LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA

REFLEXIÓN METODOLÓGICA SOBRE LA


ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA
Ana María Núñez Martínez

REVISTA ARQUEOMURCIA Nº2 JULIO 2004. ISSN 1696-974X © ArqueoMurcia 2005


CARM. Consejería de Educación y Cultura. Dirección General de Cultura. Servicio de Patrimonio Histórico
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REFLEXIÓN METODOLÓGICA SOBRE LA


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1. Situación de la Arqueología de la
Arquitectura en España:
El desarrollo de la Arqueología de la Arquitectura en nuestro país se ha

caracterizado, como reconoce Lourdes Roldán Gómez por una “tradicional falta

de trabajos monográficos sobre técnicas constructivas en España ha quedado

paliada en parte por las observaciones arqueológicas de las formas de

construcción en algunos trabajos monográficos de análisis arquitectónicos”, es

decir por los análisis hechos puntualmente en algunas excavaciones, por

ejemplo1: García y Bellido2 (1965, 1974, 1972-74; García y Bellido y Menéndez

Pidal3, 1963), etc. y posteriores de Jiménez4 (1989), León5 (1988), Abad y

Arrasa6 (1988), Abad y Bendala7 (1985), Abad8 (1989)”9 y el reactivo que

1 ROLDÁN GÓMEZ,L., Ibid.


2 GARCÍA Y BELLIDO, A. “El puente romano de Villa del Río (Córdoba)”, Oretania 21, 1965, pp.
142-150. “El arco Tetrapylon de Cáparra (Cáceres)”, AEspA 45-47, 1972-74, pp. 45-90.
3 GARCÍA Y BELLIDO, A. y MENENDEZ PIDAL, El dystilo sepulcral romano de Iulipa (Zalamea),
Madrid, 1963.
4 JIMENEZ MARTIN, A., La Puerta de Sevilla en Carmona, Sevilla, 1989.
5 LEON, P., Traianeum de Itálica, Sevilla, 1988.
6 ABAD, L. y ARRASA, F., “El arco romano de Cabanes (Castellón)”, AEspA 61, 1988, pp. 243-
226.
7 ABAD, L. y BENDALA, M., “Los sepulcros turriformes de Daimúz y Villajoyosa: dos
monumentos romanos olvidados”, Lucentum IV, pp. 147-184.
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condujo a su potenciación, según Caballero Zoreda10 han sido las lecturas

críticas sobre arquitectura tardoantigua y altomedieval que evidenciaron

supuestas contradicciones en la teoría consensuada sobre su génesis y

evolución, lo cual obligó a que se planteara un modelo explicativo nuevo, según

el cual la revolución arquitectónica producida por la llamada arquitectura

visigoda se habría dado gracias a la nueva cultura islámica, traspasada la

Antigüedad Tardía y ya en plena Edad Media. Y según este mismo autor tres

son los centros que en España han tenido la virtud de seguir y evolucionar en

esta línea de investigación asociando arqueología y restauración: “El Servei de

Catalogació i Conservació de Monuments, de la Diputació de Barcelona; el

Centro de Estudios Históricos, CSIC, en Madrid, y el Departamento de

Arqueología de la Universidad de Vitoria -País Vasco-, existiendo entre los

equipos de estos dos últimos centros una estrecha colaboración”11 . Es

precisamente en el Área de Arqueología en el Dep. de Geografía, Prehistoria y

Arqueología, bajo impulso de Agustín Azkarate(a quien debemos el proyecto de

8 ABAD, L., “La torre Ciega de Cartagena”, Homenaje al Prof. Blanco Freijeiro, Madrid, 1989,
pp. 243-266.
9 ROLDÁN GÓMEZ, L. Técnicas constructivas romanas en Carteia (San Roque, Cádiz),
Monografías de Arquitectura Romana I, Madrid, 1992, p. 27.
10 CABALLERO ZOREDA, L. “Algunas observaciones sobre arquitectura española de época de
transición: Cabeza de griego o visigoda”, Innovación y continuidad en la España visigótica,
Toledo, 1981.
11 CABALLERO ZOREDA, L. y FERNÁNDEZ MIER, M., “Análisis arqueológico de construcciones
históricas en España. Estado de la cuestión”, Archeologia dell’Architettura II, supplemento ad
Archeologia Medievale XXIII, ed. All’ Insegna del Giglio, Firenze, 1997, p. 147.
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excavación para su restauración de la Catedral de Vitoria12 entendiéndola casi

como un ser vivo que va creciendo y cambiando de personalidad), donde ha

surgido la revista Arqueología de la Arquitectura, de reciente publicación, el

primer número es del año 2002, que junto a la serie de Monografías de

Arquitectura Romana publicada por la Universidad Autónoma de Madrid desde

1992, son obras de referencia para los investigadores españoles en arqueología

de las construcciones.

Por último Caballero Zoreda y Fernández Mier recogen las contribuciones

de “dos investigadores españoles que realizan su trabajo en el extranjero como

es el caso de Ignacio Arce arquitecto formado en Roma y dedicado a la

microlectura de enfoscados y pinturas, y el de Juan Antonio Quirós con

importantes aportaciones sobre cronotipología y mensiocronología”13. Para

concluir que en España el interés por estos estudios está en auge en clara

relación con la conservación y recuperación, ya sea con fines privados o

estatales, del Patrimonio Histórico no limitándonos a los edificios sino a

cualquier tipo de yacimiento arqueológico que cuente con estructuras

susceptibles de estos análisis constructivos tan enriquecedores de la

información recopilada.

12 http://www.catedraldevitoria.com
13 CABALLERO ZOREDA, L. y FERNÁNDEZ MIER, M., Ibid, p. 155.
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2. El Método Harris y las Unidades


Constructivas:
Hecha esta breve introducción sobre el panorama español, lo que me ha

llevado a plantear este artículo, y soy consciente de que por ello es una visión

muy particular, es la insatisfacción que me producía el método de registro

Harris en su plasmación gráfica de las relaciones entre estratos (Matrix Harris) a

resultas de su aplicación a las estructuras arquitectónicas durante la

excavación arqueológica, que no restauración de edificios históricos, aunque la

revisión venga de la mano de la “arqueología de la arquitectura” desarrollada

sobretodo en este último campo al servicio del análisis de la edilicia histórica

sobre conjuntos íntegros.

Como exponía Harris:


“los estratos verticales, como podrían ser los muros y

otros depósitos similares, constituyen formas propias y exclusivas

de la estratificación antrópica. No son directamente asimilables a

ningún estrato geológico. Estos estratos, al ser sólidos al menos

durante un periodo de tiempo, dan lugar a nuevas formas de

deposición en un yacimiento. A modo de ejemplo, cuando se

construye una casa, la estratificación, tanto dentro como fuera de

la casa, se desarrollará en secuencias separadas hasta que el

muro se desmorone. Como vemos, los estratos verticales

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complican el modelo de estratificación arqueológica y su proceso

de excavación e interpretación”14 .

Si leemos detenidamente el texto notaremos cómo Harris se percataba

de la problemática inherente a las construcciones: son estratos que, hasta su

abandono, son creados y manipulados por el hombre, mientras que todo su

planteamiento y conceptualización de las relaciones estratigráficas se basa en el

estudio de los estratos geológicos, adaptados a los estratos arqueológicos, de

ahí que se haga necesario distinguir entre U. E. –Unidad Estratigráfica y U. C. –

Unidad Constructiva-. Cuando Harris formula las “leyes de la estratigrafía

arqueológica”: ley de superposición, ley de horizontalidad original, ley de

continuidad original y ley de sucesión estratigráfica (los principios de su

metodología) lo hace teniendo en mente las estratigrafías geológicas y sus

normas. De su aplicación y representación se obtiene una secuencia temporal

tendente a desarrollarse de arriba abajo, porque simplificado al máximo todo

estrato cubre o es cubierto por otro, pero a nuestro modo de ver esta

representación es engañosa en cuanto a su simplicidad, loable para estratos de

“carácter” geológico, aunque la formación sea antrópica, pero con un error de

base para las construcciones arquitectónicas: temporalmente partimos de una

secuencia que se extiende de lado a lado, no de arriba abajo, porque en un

14 HARRIS, E. C., Principios de estratigrafía arqueológica, ed. Crítica, Barcelona, 1991, p. 77.
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edificio estamos ante un conjunto de muros, pavimentos, techumbres, etc.

según Roberto Parenti:

“(…) l’edificio è un oggetto tridimensionale e con una

consistenza notevole, di conseguenza si comporta in maniera

leggermente diversa dagli strati prevalentemente orizzontali; in più

una muratura, un edificio, crea un particolare bacino di

sedimentazione. La legge di sovrapposizione va vista,

probabilmente, non soltando dal basso verso l’alto ma anche in

senso orizzontale, dall’esterno all’interno o viceversa, e quinde,

non avremo soltando stratificazioni prevalentemente orizontali, ma

anche secondo gli altri due piani (verticali e nel senso dello

spessore)”15.

Este cuerpo arquitectónico se está utilizando, en su conjunto, en un


mismo momento (un nivel de uso), aunque físicamente la techumbre sea lo que
lo cubre todo (si es que la conservamos) y conforme descendamos en la
excavación y nos encontremos con niveles anteriores observaremos cómo
muros maestros han sido reaprovechados y recrecidos en el nivel superior y
cómo por debajo del nivel más moderno aparecen otras plantas de otro edifico
anterior… es decir, los muros tienen una vida y en cada momento una técnica

15 PARENTI, R., “Le tecniche di documentazione per una lectura stratigrafica dell’elevato”,
Archeologia e Restauro dei Monumento (FRANCOVICH, R. y PARENTI, R., eds.), ed. All’insegna
del Giglio, Firenze, 1988, p. 269.
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constructiva que les vincula a una etapa histórica, cambian de personalidad


puesto que pueden ser reutilizados por edificaciones de características y
funcionalidad muy diferentes posteriormente, pero son el mismo muro, el
mismo paño en el que se lee (en clave de técnicas constructivas) la evolución
del yacimiento: un mismo muro en diferentes fases y niveles de uso.

En la representación de una Matrix un estrato jamás se apoya en un

muro, aunque lo cubra por el lateral, sino que como es posterior en el tiempo lo

cubre (se representa sobre la U.C. del muro), aunque físicamente no esté por

encima del muro. Este hecho a mí me conducía a error porque no dilucidaba a

través de una matrix, cuándo un estrato sellaba un conjunto (como es la fábrica

de un muro y los estratos que lo cubren lateralmente) o cuando no, máxime si

tenemos en cuenta que normalmente estos estratos que cubren por el lateral, a

pesar de generarse como derrumbes o aportaciones antrópicas, suelen o

pueden acabar sirviendo como suelos de paso utilizados con el o los muros, es

decir son un nivel de uso e incluso, en el caso de aportaciones de plantas

anteriores, son nivelaciones, aunque se trate del mismo derrumbe de la casa

anterior a la que estudiamos, manipulado por el hombre como preparado, es

decir con una intencionalidad y mente constructora, para el suelo de la casa

posterior, con lo que ese “paquete de derrumbe y abandono” del nivel anterior

ha pasado a integrar un elemento constructivo como parte del preparado del

suelo posterior.

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Reconozco que la representación de la matriz es particular y es lo más

parecido a una sección traducida en números, a medio camino entre la matrix

(geoantrópica) normal y el dibujo, aunque responde a los planteamientos ya

expresados. Pero la idea de largar los cuadros de las U.U.C.C. para poder

representar cómo varios estratos o suelos se le apoyan o adosan en el lateral no es

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originalmente mía, sino que me vino sugerida a raíz de la lectura de la siguiente

ilustración del artículo de Parenti16

Sin duda es muy diferente realizar una arqueología de la arquitectura


sobre un edificio que se mantiene en pie cuya complejidad deriva de los
innumerables elementos de estudio y cadencias temporales a través de
decoraciones y obrajes (pensemos en una catedral) y cuyo método va
invariablemente asociado a recopilar información de cara a una restauración,
normalmente; que aplicar las pautas que nos brinda la arqueología de la

16 PARENTI, R., Ibid, p. 278.


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arquitectura a estructuras arrasadas o muy deterioradas que nos solemos


encontrar en el día a día de la excavación urbana, donde la problemática surge
precisamente de la falta de elementos contextualizadores (obviando la
cronología absoluta que nos brindan las cerámicas, inherentes al estudio
arqueológico en su mayoría) y nos condiciona, fundamentalmente, a la
observación de la fábrica y de la planta del complejo para ubicar la estructura y
su historia, a este particular Parenti nos remite a dos formas de actuación, una
por espacios y otra por muros:

“Dalle nostre esperienze si sono evinte almeno due possibili

vie da adottare per semplificare la redazione. Entrambe

suddividono l’intero complexo in insiemi più limitati: l’ambiente

(Unità Funzionale) o la parete (Prospetto Particolare).

Operiamo per ambienti quando siamo in presenza di edifici

disposti prevalentemente su un solo piano, senza coperture e con

pochi elemento di contatto fra un ambiente e l’altro (apertura,

elemento passanti, etc.).

Operiamo per intere pareti quando l’edificio è costruito su

più piani. Con l’assemblaggio dei prospetti dei vari piani si obtiene

un prospetto interno, che può essere colegado al Prospetto

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Generale esterno tramite le aperture. Le Strutture Orizzontali

(solai) collegano le quattro colonne dei Prospetti Particolari”17.

Particularmente, pensamos que, ante la precariedad de los restos

constructivos que muchas veces excavamos, la mejor manera de actuación es

aquella que nos lleva de la unidad al todo es decir del estudio del muro y su

cuerpo de fábrica, al espacio y al edificio, ya que un complejo arquitectónico

supone la agregación de varios cuerpos de fábrica y éstos a su vez pueden

estar compuestas por varias unidades constructivas correspondientes a varias

fases y que reflejarán una intervención planificada o un proceso espontáneo de

crecimiento. Parenti18y Brogiolo19 nos hablan de un edificio dividido en unidades

de la mayor a la menor: el C. A.: Complesso Architettonico (complejo

arquitectónico, es decir todo el edificio); C. F.: Corpo di fabbrica (lo que sería

cada “cuerpo” o “nave” del edificio); P. G.: Prospetti generali (fachadas

externas); P. P.: Prospetti particolari (fachadas internas); U. F.: Unità funzionale

(espacio); S.O.: Superfici orizzontali (suelos); E. A.: Elemento architettonico

(elementos estructurales o decorativos) que conforman parte de la U.S.M.:

Unità Stratigrafica Muraria, junto con la fábrica del muro y que se corresponde

17 PARENTI, R., Ibid, p. 279.


18 PARENTI, R., Ibid, p. 276.
19 BROGIOLO, G. P., “Campionatura e obiettivi nell’analisi stratigrafica degli elevati”, ”,
Archeologia e Restauro dei Monumento (FRANCOVICH, R. y PARENTI, R., eds.), ed. All’insegna
del Giglio, Firenze, 1988, p. 336.

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con nuestra Unidad Constructiva, auqne nosotros también englobamos dentro

de esta ficha los suelos puesto que no es específica de muros sino de

elementos constructivos.

Por todo ello hemos de contar con los instrumentos necesarios de

registro de datos a pie de campo, que nos permitan compilar el máximo de

información con economía de tiempo y trabajo, sin obviar que, aprovechando

las nuevas tecnologías estos datos después serán informatizados en bases de

datos con “menús” desplegables, por esto las fichas de campo de U.C. que son

estos instrumentos de registro deberán adaptarse, contando con las variables

dentro de cada campo que igualmente se enumeren ampliadas en la base de

datos, por ejemplo mediante cuadritos en los que marcar las diferentes

posibilidades en técnica constructiva, aglutinante, acabado, disposición en

planta, disposición en alzado, forma, cimentación, orientación; una de nuestras

premisas es contar con una ficha dinámica, abierta, que permita ir añadiendo

posibilidades tanto en la base de datos como en la hoja de campo conforme se

avanza en la excavación, de tal modo que se adapta a las singularidades de la

misma dentro de un mismo esquema general aplicable en cualquier yacimiento,

y que se puede modificar según las necesidades. Por supuesto como toda ficha

debe contar con localizadores del yacimiento (nombre del mismo, municipio,

localidad, provincia); temporales (fecha); los localizadores de corte, área y/o

sección; evidentemente número de U.C. y los elementos descriptores tales

como definición, los anteriormente comentados y aquellos que estén

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relacionados con su secuencia estratigráfica (anterior a y posterior a), junto con

un cuadro donde se explicite la secuencia física tanto relativa a otras U.U.C.C.

como a las demás U.U.E.E. (Unidades Estratigráficas) y un espacio para realizar

una matrix de relaciones inmediatas; así como un apartado para posibles

elementos y criterios seguidos de datación de la estructura; otro apartado para

la posible interpretación; y por el reverso un cuadro para realizar croquis de

situación y/o específico de la unidad, otro cuadro donde se pueda anotar el

módulo constructivo utilizado tanto de la unidad constructiva como de los

elementos utilizados en su construcción, y otro con las dimensiones totales de

la unidad constructiva. Por último y no menos importante debe contar con un

espacio para observaciones-descripción, donde se pueden señalar las

singularidades de la unidad o las tocantes a cada cara de la construcción.

Podría ser algo así:

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Como ya planteábamos al inicio de esta reflexión sobre la problemática

del registro y estudio arqueológico de las unidades constructivas, la

secuenciación estratigráfica física, requiere un lenguaje apropiado desligado de

los estratos no esencialmente y exclusivamente antrópicos, pues aunque

también se señalan las relaciones con las unidades estratigráficas, prevalecen

las relaciones entre unidades constructivas. Efectivamente cuando nosotros

estudiamos una U.C.:

“(…) una muratura, così come uno strato, è caraterizzata da

una superficie, un contorno, un volume, una posizione stratigrafica

(datazione relativa) e una cronología assoluta. Inoltre una

muratura, in cuanto operazione antropica voluntaria, può dare

información sui materiali costruttivi impiegati e sulla loro

circolazione, sul livello tecnologico delle maestranze, sulla cultura

materiale del contesto, etc., in altre parole può definire una

tecnica costruttiva piuttosto di un’ altra”20.

Y básicamente frente al resto de unidades tenemos una relación

temporal de contemporaneidad, anterioridad o posterioridad.

20 PARENTI, R., Ibid, p. 250.


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Respecto a éstas entiendo que: En el momento en el que existen

elementos que rompen o alteran un muro y modifican la funcionalidad de ese

muro y el conjunto edilicio en la matrix se reflejen por encima de él puesto que

estamos en otro nivel de uso aunque luego esos elementos sean rellenados

unificando otra vez la unidad del muro, pero con fábricas posteriores lo cual se

podría señalar bien con diferentes unidades (hay rotura y su relleno), bien con

letras para las fases de reparación de un mismo muro con técnicas diferentes,

ya que el muro no pierde su identidad de único.

Pero cuando los elementos están concebidos al mismo tiempo, es una

única acción arquitectónica, que la muraria (por ejemplo una puerta o una

ventana) deberían de estar al mismo nivel en la matrix que los muros a los que

afectan, para reflejar esta situación, se vienen dando 2 unidades diferentes a

cada parte del lienzo a un lado y otro de la abertura, y se señalan ambas como

“igual a”. Esta opción nos parece correcta pero al dividir un único, como es el

muro –la Unidad Constructiva-, en 2 partes se complica la secuencia

estratigráfica, además de que si es un único lienzo murario (con o sin diferentes

fases que pueden ser señaladas con letras) aunque se abra una puerta en él y

no se conserve el dintel que evidenciaría una continuidad física entre ambas

partes del muro, si observaremos el umbral que al igual que el resto del muro

tiene su cimentación, es decir, normalmente, cuando se tira un muro y se hace

su fosa de cimentación, con la correspondiente cimentación, esta línea se

mantiene, no se interrumpe para plantear una puerta sobre el terreno

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directamente, sino que ésta se cimenta sobre la línea del muro, lo cual nos

demuestra la continuidad física del lienzo murario. Para estas ocasiones y sin

reduplicar en unidades muros que son el mismo, nosotros reflejamos por

encima de la Unidad todos aquellos acontecimientos arquitectónicos que

“rompen” su continuidad, aunque pertenezcan al planteamiento único, a la

acción arquitectónica inicial, del conjunto y esto lo indicamos bien separando en

niveles mediante una línea horizontal que cruce la matriz de la Unidad

Constructiva y/o bien señalando con una letra en subíndice junto al número de

U.C. la fase en la que nos encontramos del muro.

De igual modo se indica contemporaneidad mediante la expresión

“imbricado con”, efectivamente, los muros de una casa, antes de sufrir

posteriores modificaciones tales como particiones, etc. se imbrican entre sí para

dotarla de una mayor estabilidad. Pero también puede indicar

contemporaneidad (por ejemplo: caso de los tabiques) la expresión “se le

adosa” o “adosado a”. No “se le apoya” o “apoyado en”, puesto que éstas dos

últimas en castellano no son correctas para un empleo arquitectónico, ya que

no indican una intencionalidad constructiva, aunque su uso sí puede servir

respecto a los estratos de componente más bien geológico, si consideramos

que se puede “apoyar” por el lateral sobre una cara, siempre y cuando exista

un nivel superior de uso, que nos permita englobar estos estratos en un

paquete de amortización de un período, frente a la continuidad de las

estructuras en otro período más moderno (recordemos el ejemplo del

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preparado de suelo); En este caso, a nuestro modo de ver, si sería lícito hablar

de “estratos que se apoyan”, es más, cuando se colmata un espacio, por

derrumbes, aportes, etc. y efectivamente esos estratos por efecto de la

gravedad se apoyan contra los muros, inevitablemente tendremos un nivel

superior de uso aunque sólo sea un suelo de paso; y es que realmente yo, al

contemplar una matrix, ya sé que todos esos estratos que se apoyan contra el

lateral son posteriores a ese muro lógicamente, pero si los represento

únicamente cubriendo, es decir, por encima no podré interpretar el suelo de

paso o ese nivel superior que los cubre a todos físicamente, mientras que si los

represento adosados y un último que los cubre sería mucho más sencillo,

además de que podría situar por encima y en relación directa con el muro todo

aquello que le afectara constructivamente, no geológicamente (aunque también

estas U. E. –Unidades Estratigráficas- sean resultado de acciones antrópicas).

Respecto a un revoco se describe en la ficha de campo como una más de

las técnicas constructivas empleadas en un muro, con lo cual no se individualiza

con su propio número de U. C. pero si se tratase de un fresco, de una pintura o

mosaico parietal que requiriese su propia ficha de documentación en campo,

¿se adosaría o cubriría un muro?; partimos de que pueden existir varios suelos

(éstos sí se individualizan y se deben de registrar en una ficha de U. C. puesto

que son construcciones, excepto en las superficies de paso que no son

intencionales) y lo normal es que físicamente uno de ambos cubra al otro, por

esta parte, la relación suelo-revoco sería uno encima de otro, pero de otro lado

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ambos están en relación con el muro actuando sobre una de sus superficies y

tocándolo físicamente, desde mi perspectiva ambos deberían representarse

como adosados, no cubriendo por encima al muro, porque, además de que se

puede llevar a error dando a entender que sella el conjunto, la lógica nos lleva

a pensar que esa posterioridad no es dilatada en el tiempo, sino que, cuando se

construye un edificio, al margen de reparaciones, efectivamente hay un suelo

usándose y un revoco para acondicionarlo y sabemos que éste obviamente es

posterior al muro, pero el tiempo transcurrido en la sucesión de estos

acontecimientos arquitectónicos no es tan amplio, sino que muros, revoco y

suelo están funcionando en un nivel de uso (recordemos que los podemos

separar por líneas horizontales), aunque luego haya una capa posterior que

vaya por encima y que corresponda a otro momento de reparación de la

estructura.

Esta imagen de Parenti21 corresponde a la estratificación de los acontecimientos

arquitectónicos de un edificio y nos da una idea sobre lo que nos referimos, pero no se

trata de una estratificación arquitecto-arqueológica, que es lo que estudiamos en las

excavaciones.

21 PARENTI, R., Ibid, p. 270.


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Con nuestra breve reflexión no hemos querido sino plantear que el

método de estudio en su base siempre es el mismo, pero que quizá debamos

ser más flexibles y adaptarlo a la personalidad del yacimiento que estudiamos

revisando el lenguaje utilizado, los conceptos para con ello aportarle en vez de

mermar sus posibilidades en nuestro inmovilismo científico.

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