You are on page 1of 9

FAMILIA: Filiación

1. Aspectos generales

La filiación se define como la relación jurídica que existe entre el hijo y


cualquiera de sus padres. Se fundamenta en el vínculo de consanguinidad
existente entre padres e hijos. Sin embargo, también existe este vínculo
entre adoptante y adoptado, que se rige por la ley de adopción.

La ley se ocupa de dos cuestiones fundamentales en esta materia:

· La determinación de la filiación

· La regulación de sus efectos, es decir, de los deberes y derechos que


se derivan de esa relación.

La ley 19.585, que entró en vigencia el 26 de octubre de 1999, estableció


importantes modificaciones en este ámbito. El cambio legislativo implicó
mejorar notablemente la posición de los hijos nacidos fuera del
matrimonio, y con ello, indirectamente también se benefició a la madre de
ellos, que es la que generalmente los toma a su cuidado.

Los aspectos centrales de la reforma dicen relación con:

· Igualdad de los hijos nacidos dentro y fuera del matrimonio. Se


terminó así con la distinción entre hijos legítimos, naturales y
simplemente ilegítimos, que tenían diferentes derechos.

· Facilitar la investigación de la paternidad. Así, se consagró


expresamente la prueba de carácter biológico para acreditar la
paternidad. Esta era aceptable según la ley anterior pero dada su
importancia por la certeza que entrega para acreditar la paternidad, se
reguló especialmente, lo cual permitió además, derogar una serie de
disposiciones dirigidas a probar la paternidad.

De acuerdo con la ley señalada, la filiación puede ser matrimonial


y no matrimonial. Es matrimonial cuando existe matrimonio de los
padres al tiempo de la concepción o el nacimiento del hijo. Se considera
también matrimonial la filiación del hijo cuyos padres contraen
matrimonio con posterioridad a su nacimiento, siempre que la paternidad
y maternidad hayan estado previamente determinadas o bien se
determinen por reconocimiento realizado por ambos padres en el acto del
matrimonio o durante su vigencia.

En los demás casos la filiación es no matrimonial.

2. Determinación de la paternidad

a) Filiación matrimonial: La paternidad, en este caso, se determina


mediante la presunción de que son hijos del marido los nacidos después
de celebrado el matrimonio y dentro de los trescientos días siguientes a su
disolución o al divorcio de los cónyuges. Es decir, se da por establecido
que son hijos del marido los que nacen en el período indicado.

Sin embargo, no se aplica esta presunción respecto del que nace dentro
los 180 días siguientes al matrimonio, si el marido no tuvo conocimiento
del embarazo al tiempo de casarse y desconoce judicialmente su
paternidad. Para estos efectos, el marido está facultado para recurrir a los
tribunales, a menos que por actos positivos haya reconocido al hijo
después de nacido.

Esta presunción para determinar la paternidad es lo que distingue a la


filiación matrimonial, pues no se aplica en caso que no haya matrimonio,
por lo que deberá determinarse por otros medios.

b) Filiación no matrimonial: En este caso la paternidad se determina por


reconocimiento del padre mediante alguno de los instrumentos señalados
en la ley o por sentencia judicial en juicio de filiación.

El reconocimiento puede efectuarse por alguna de las formas siguientes:


· Ante el Oficial del Registro Civil, al momento de inscribirse el
nacimiento del hijo o en el acto de matrimonio de los padres. Basta como
reconocimiento, consignar el nombre del padre, a su petición, al inscribir
el nacimiento.

· En acta extendida, en cualquier tiempo, ante cualquier Oficial del


Registro.

· En escritura pública.

· En acto testamentario.

· Confesión de paternidad, prestada bajo juramento por el supuesto


padre, cuando sea citado a la presencia judicial con tal objeto por el hijo o,
si este es incapaz, por su representante legal.

No surte efecto el reconocimiento del hijo que tiene determinada una


filiación distinta, pero el interesado podrá impugnar la paternidad y
reclamar que determinada persona es hijo suyo.

En caso que el padre se niegue a reconocer voluntariamente al hijo, éste,


su madre o quien lo represente, legalmente podrá recurrir a los tribunales
para que se determine la filiación judicialmente.

El reconocimiento puede ser repudiado por el hijo mayor de edad o, si no


lo es, hasta que sea mayor de edad y hasta un año después de que tuvo
noticia del reconocimiento.

3. Determinación de la maternidad

La determinación de la maternidad, por su propia naturaleza, no presenta


las dificultades que si tiene la determinación de la paternidad.
La maternidad queda determinada legalmente por el parto, cuando el
nacimiento y las identidades del hijo y de la mujer que lo ha dado a luz
constan en las partidas del Registro Civil. Esta es la situación que ocurre
en la gran mayoría de los casos.

Si los datos señalados no constan en las partidas indicadas, se determina


por reconocimiento o sentencia judicial, del mismo modo que la
paternidad.

4. Acciones de filiación

Este punto se refiere al caso en que no se ha determinado la maternidad o


paternidad, por el parto, presunciones o reconocimiento, según
corresponda, o se ha determinado una que no corresponde.

La ley confiere a ciertas personas el derecho a recurrir a los tribunales


para que se deje sin efecto la paternidad o maternidad determinada, o
bien para reclamar que se determine la filiación. Es lo que la ley
denomina acciones de filiación. Estas pueden ser de dos tipos:
impugnación y reclamación.

El derecho a reclamar la filiación no prescribe, es decir, no se extingue por


el transcurso del tiempo, ni puede renunciarse.

Para demandar es necesario contar con antecedentes suficientes que


hagan plausibles los hechos en que se funda. La ley, coloca esta exigencia,
para resguardar a los involucrados de demandas infundadas.

La ley establece que aquel que ejerza una acción de filiación de mala fe o
con el propósito de dañar la honra de una persona, debe indemnizar los
perjuicios.

El proceso es secreto, sólo pueden tener acceso a él las partes y quienes


las representen en juicio.
La ley admite toda clase de pruebas para determinar la filiación, por
ejemplo, presunciones, informes periciales, testigos. Pero la prueba de
testigos por sí sola es insuficiente. Establece expresamente las pruebas de
carácter biológico, como por ejemplo, exámenes de sangre, test de ADN.
Esta prueba ya era admisible en ley anterior, pero la actual la señaló
claramente. Esto es importante por la gran exactitud del examen de ADN.
Además, la negativa injustificada de alguna de las partes a someterse a
peritaje biológico configura una presunción grave, por lo que el juez
puede dar por acreditada la filiación por esta sola circunstancia.

La filiación también puede determinarse por la posesión notoria de la


calidad de hijo. Esta consiste en que su padre, madre o ambos le hayan
tratado como hijo, proveyendo a su educación y establecimiento de un
modo competente, y presentándolo en ese carácter a sus deudos y
amigos; y que éstos y el vecindario de su domicilio, en general, le hayan
reputado y conocido como tal. Esta situación debe tener una duración no
menor a 5 años y debe probarse categóricamente.

Esta posesión notoria es importante pues la ley la considera de mayor


valor que la prueba pericial de carácter biológico, por lo que el juez puede
determinar la filiación según lo acreditado por ella, en caso que haya
contradicción entre ambas. Sin embargo, por razones graves, pueden
prevalecer las pruebas de carácter biológico.

El concubinato, esto es, la relación estable entre la madre y el supuesto


padre, durante la época en que haya podido producirse legalmente la
concepción, servirá como medio de prueba de la paternidad.

La ley reglamenta algunas materias específicas referentes a las acciones


que concede, por lo que conviene tratarlas separadamente.

a) Acciones de reclamación: La ley se ocupa de señalar en forma taxativa


quienes y en que casos, tienen derecho interponer una demanda para
reclamar la paternidad y maternidad. Lo cual quiere decir que para iniciar
un proceso, el demandante debe tener alguna de las calidades que la ley
señala. Es lo que se describe en los siguientes.
La acción para reclamar la filiación matrimonial sólo puede iniciarla alguno
de los siguientes interesados:

· el hijo,

· el padre, o

· la madre.

Esto es, puede iniciar un proceso para que se declare que determinada
persona es hijo de un matrimonio sólo quien pretenda tener alguna de
las calidades anteriores. Si la acción la ejerce el hijo, debe hacerlo contra
ambos padres. Si la ejerce alguno de los padres, el otro debe intervenir
en el juicio, de lo contrario el juicio será nulo.

La acción para reclamar la filiación no matrimonial corresponde sólo a las


siguientes personas y en los casos que se indican:

· Hijo: Deberá ejercerla contra su padre o madre.

· Representante legal: En caso de que el hijo sea incapaz, por menor


edad o por otra causa, puede ejercer la acción su representante legal, en
interés del hijo. La situación más común es aquella en que la madre de un
hijo reconocido por ella ejerce la acción en contra del padre en
representación de su hijo, para obtener la determinación judicial de la
filiación paterna.
· Los padres: Cualquiera de ellos puede ejercer la acción en caso que
el hijo tuviere determinada una filiación diferente, para lo cual deben
impugnar simultáneamente la filiación existente.

· Herederos: Si el hijo fallece siendo incapaz, sus herederos podrán


demandar dentro del plazo de tres años contado desde su muerte.

De acuerdo con lo señalado en los párrafos anteriores, el hijo puede


demandar a uno o ambos padres, según sea el caso. Además, si el hijo es
póstumo o si alguno de los padres fallece dentro de los 180 días siguientes
al parto, puede demandar a los herederos del padre o madre, dentro del
plazo de tres años contado desde su muerte o desde que hubiere llegado
a la mayoría de edad.

b) Acciones de impugnación: Esta se dirige a que el juez declare que una


persona que tiene una filiación determinada, no es hijo de aquel respecto
de quien tiene determinada la paternidad o maternidad.

La ley señala las personas que pueden ejercer una acción de impugnación,
cuando el hijo haya nacido o haya sido concebido durante el matrimonio:

· El marido: Debe demandar dentro de los 180 días siguientes al día


que tuvo conocimiento del parto. El plazo se extiende a un año, si prueba
que a la época del parto se encontraba separado de hecho de la mujer.

· Herederos del marido: Pueden demandar si el marido muere sin


conocer el parto, o antes de los plazos indicados en el punto anterior, que
habilitan para impugnar. Pueden ejercer su derecho durante el mismo
plazo o el tiempo que faltare para completarlo.
· Toda persona a quien la paternidad irrogare perjuicio actual. Es
decir, cualquier persona puede impugnar una determinada paternidad,
siempre que ésta le cause perjuicio actual. Pero se aplican las
limitaciones señaladas para los herederos.

· Representante legal del hijo incapaz: El plazo es un año contado


desde el nacimiento.

· Hijo: El plazo es de un año, contado desde que alcance la plena


capacidad.

La paternidad determinada por reconocimiento puede ser impugnada por:

· El hijo: Debe demandar dentro del plazo de dos años contado desde
que supo de ese reconocimiento.

· Representante legal del hijo incapaz.

· Herederos del hijo: En caso de que el hijo muera desconociendo el


acto de reconocimiento o antes de vencido el plazo para impugnar la
paternidad. El plazo para los herederos es de dos años contado desde la
muerte del hijo, o el tiempo que faltare para completarlo, si el hijo ya
conocía el acto, por el tiempo que faltare para completar el plazo de dos
años.

· Toda persona que pruebe tener un interés actual, en el plazo de un


año contado desde que tuvo ese interés y pudo hacerlo valer su derecho.
La maternidad también puede ser impugnada, probándose falso parto o
suplantación del pretendido hijo al verdadero.

Tienen derecho a impugnarla:

· El marido de la supuesta madre.

· La supuesta madre.

· El padre

· La madre

· El hijo

· Cualquier persona a quien la maternidad aparente perjudique


actualmente en sus derechos hereditarios. El plazo en este caso es de
un año contado desde el fallecimiento del padre o madre cuya filiación se
impugna.

Los supuestos padres tienen sólo un año de plazo, contado desde el


nacimiento, para impugnar su paternidad. Los padres verdaderos pueden
ejercerla en cualquier tiempo, para lo cual deberán impugnar la
paternidad de los supuestos padres y reclamar la propia.

Es importante agregar que la ley dispuso que el padre y la madre del hijo
concebido mediante técnicas de reproducción humana asistida son el
hombre y la mujer que se sometieron a ellas. La filiación así determinada
no podrá impugnarse ni podrá reclamarse una distinta.

You might also like