Professional Documents
Culture Documents
Red:
la noción de traducción o de red (es) más moldeable que la noción de
sistema, más histórica que la noción de estructura, más empírica que la
noción de complejidad, la idea de red es el hilo de Ariadna de estas
historias entretejidas. Pág. 14
Ahora bien, no podemos jugar con dos barajas. O bien las redes que con
mis colegas de los Sciences Studies hemos diseñado en verdad no
existen y los críticos tienen razón les marginan o les segmentan en tres
conjuntos bien distintos hechos, poder y discurso; o bien las redes son
tales como las hemos descrito y ciertamente cruzan las fronteras de los
grandes señoríos de la crítica: no son ni objetivas ni sociales, ni son
efectos de discurso a pesar de que son reales y colectivas y
discursivas.(...)Si, en efecto, los hechos científicos son construcciones,
pero no pueden reducirse a una dimensión social porque esta dimensión
también está poblada de objetos movilizados para su fabricación. (...)El
agente de esta doble construcción ciencia con sociedad y sociedad con
ciencia, surge de una serie de prácticas que la noción de deconstrucción
capta de la peor manera posible. El agujero de ozono es demasiado
social y demasiado narrado como para ser algo auténticamente natural;
las estrategias de las empresas y de los jefes de estado están
demasiado llenas de reacciones químicas como para que puedan ser
reducidas a poder y al interés; el discurso de la ecosfera es demasiado
real y demasiado social como para poder rebajarlo a simples efectos de
significado. ¿Es acaso nuestra culpa que las redes sean a la vez
reales, como la naturaleza, y narradas, como los discursos, y
colectivas como la sociedad? Pág. 19
1)Garantía “natural” (Boyle): “no son los hombres los que hacen la naturaleza,
ésta ha existido desde siempre y también desde siempre ha estado allí,
nosostros nos limitamos a descubrirla”
2) Garantía “política” (Hobbes): son los hombres y únicamente los hombres
quienes construyen la sociedad y quienes libremente deciden su destino.
Figura 5 página 84
A)
a.1) La gente común cree que las cosas tienen propiedades en si,
suponen una “naturaleza” independiente completamente de nuestro
forma de conocerla. Los sociólogos críticos (Bourdieu) bautizan a esta
creencia “naturalismo”.
a.2) La “realidad” es muy distinta a la figurada por el sentido común: los
objetos son pantallas para las proyecciones humanas (nosotros
podemos bautizar esta postura como sociologismo)
B)
B.1) La gente común cree que es libre de pensamiento y acción.
B. 2) La “realidad” es muy distinta a la figurada por el sentido común: los
hombres no son libres sino que estan sujetos a leyes y constricciones
sociales, biológicas, etc.
C)
Para salir del atolladero creado en A y B se recurre al dualismo que
“simplemente” duplica la apuesta dividiendo los polos naturaleza y
sociedad en “hard” y “soft” y nuevamente procede a la oposición entre
“creencia” y “ciencia” (denuncia). La solución esquizofrénica lleva a
maravillas como: “Los dioses son meros ídolos configurados por la
sociedad, al mismo tiempo que la sociedad está biológicamente
determinada”.
D)
Los Science Studies hacen saltar la paradoja al “equivocar” el target de
su investigación. La Escuela de Edimburgo (Bloor, Barnes, Shapin.
-producciones del 70 en adelante-) ha utilizado el repertorio crítico, hasta
el momento reservado para las partes “blandas” de la naturaleza, para
desmontar las partes “duras” ¡las propias ciencias! En una palabra, han
pretendido hacer respecto a la ciencia lo que Durkheim hizo respecto a
la religión, o Bordieu respecto a la moda y el gusto, y han pensado
ingenuamente que las ciencias sociales permanecerían intanctas
tragándose la ciencia con la misma faciliadad con que se habían
engullido la religión y las artes. Sin embargo, había una gran diferencia
que no se había hecho visible hasta el momento. Los ciencitíficos
sociales, en relaidad, no creían en la religión o en el consumo. Creían,
sin embargo, en la ciencia desde lo más profundo de sus corazones
científicos.(86)
Los objetos no son el receptáculo informe de categorías sociales, ni de
las duras ni de las blandas. Al trastocar la baraja dualista, los sociólogos
del a ciencia pusieron en descubierto la ocmpleta asimetría de la primera
y la segunda crítica, y revelaron (al menos negativamente) lo
pobremente que estaban construidas tanto la teoría social como la
epistemología que acompañaba esas denuncias. La sociedad ni estan
fuerte ni tan débil, los objetos ni son tan débiles ni tan fuertes. La doble
posición debe ser repensada por completo.
E)
El recurso dialéctico no es una salida al dualismo (...) bien al contrario,
hace más profunda que el paradigma dualista la ignorancia el locus, ya
que finge superarlo por medio de lazos y espirales y otras figuras
acrobáticas complejas.
Los cuasi-objetos están entre medias y debajo de los dos polos,
justamente en el sitio alrededor del cual el dualismo y la dialéctica giran
incesantemente sin jamás llegar a acoplarse con ellos.
26. El principio del pasado.
Como rechazamos ir “despues” de los posmos, no podemos proponer l
avuelta a un mundo no moderno que nunca hemos abandonado sin
modificar el propio transcurrir del tiempo.(105)
Al explicar que las revoluciones tratan de abolir el pasado pero que no pueden
hacerlo, corro el riego una vez más de pasar por reaccionario. Porque para los
modernos, como para sus enemigos antimodernos, así como sus falsos
enemigos posmodernos, la flecha del tiempo carece de ambigüedad, se puede
ir hacia delante, pero enontces es preciso romper con el pasado, se puede
escoger volver hacia atrás, pero en ese caso es preciso romper con las
vanguardias modernizadoras que ha roto radicalemnte con su propio pasado.
Este diktat venía organizando el pensamiento moderno hasta estos últimos
años, sin que por supuesto, tuviese efecto sobre la práctica de la mediación,
una práctica que siempre ha mezclado épocas, géneros, e ideas heterogéneas
como los de los premodernos. Si hay algo que somos incapaces de hacer es
una revolución, ya sea en la ciencia, en la tecnología, en la política o en la
filosofía. Pero seguimos siendo modernos cuando interpretamos este hecho
como una decepción, como si el arcaísmo lo hubiese invadido todo, como si ya
no existiera ningún vertedero público en el que amontonar y dejar atrás todo lo
reprimido. Seguimos siendo posmodernos cuando tratamos de sobreponernos
a esta decepción yuxtaponiendo en un collage los elementos de todas las
épocas, elemntos que está todos ellos por igual anticuados y demodés.