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kausis

REVISTA DE LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGÓN

noviembre 2005

3
kausis LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGÓN

EDITA 4 SEGUIMOS CRECIENDO


ESCUELA TALLER DE José Manuel López Gómez
RESTAURACIÓN DE
ARAGÓN
8 FASE FORMATIVA DE LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGÓN
Avda. San José, nº 5. Nave 6. Romina Luesma González e Irene Villalba Barrio
50410 Cuarte de Huerva, 10 CURSOS Y CONFERENCIAS REALIZADOS EN LA FASE FORMATIVA DE LA
ZARAGOZA.
ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGÓN
Teléfono: 976 46 38 42
Fax: 976 46 38 43 Romina Luesma González e Irene Villalba Barrio
E-mail: etrestauracion@aragon.es 13 VISITAS FORMATIVAS
Maite González Sariñena
CONSEJO DE REDACCIÓN Y 17 PARTICIPACIÓN DE LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGÓN EN
CORRECCIÓN DE TEXTOS
José Manuel López Gómez EL I SALÓN DE EDUCACIÓN, FORMACIÓN Y EMPLEO
Susana Morales Ramírez Alicia Payueta Martínez
Alicia Payueta Martínez
Carlos Sáenz Preciado
Beatriz Ausejo Gutiérrez
LA CIUDAD ROMANA DE BILBILIS (ZARAGOZA)
Alberto Sevilla Conde
20 TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS DE LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN
EQUIPO DE REDACCIÓN DE ARAGÓN EN BILBILIS (CALATAYUD-ZARAGOZA)
Mónica Arcusa Rubio J. Carlos Sáenz Preciado, José Fabre Murillo, María Lasuén Alegre
Beatriz Ausejo Gutiérrez
Romina Luesma Gónzalez, Alberto Sevilla Conde e Irene Villalba Barrio
Irache Bellosta Ordóñez
José Fabre Murillo 32 COOPERACIÓN ENTRE ARQUEÓLOGOS Y RESTAURADORES
Nuria Ferrer Santolaria Susana Morales Ramírez
Maialen Gallégo-Careaga
Larrañaga
Raúl Godina Barroso LABORATORIO DE LA ESCUELA TALLER
Maite González Sariñena
Raquel Lacasta Arrieta 37 DETERMINACIÓN VARIETAL DE UN CONJUNTO DE SEMILLAS DE OLIVO
María Lasuén Alegre
Romina Luesma Gónzalez
(OLEAEU ROPEA L.) DEL YACIMIENTO ROMANO DE "LA LOMA DEL REGADÍO"
Ana Belén Rodríguez Muñoz- EN URREA DE GAÉN. CONSIDERACIONES ECONÓMICAS Y PRODUCTIVAS
Torrero Jordán Esteso Martínez
Eva Sanmartín Martínez
46 LOS MORTEROS ANTIGUOS
Alberto Sevilla Conde
Irene Villalba Barrio Ramiro Alloza Izquierdo y Paz Marzo Berna
53 IDENTIFICACIÓN DE MATERIALES DE ORIGEN ORGÁNICO EN RESTOS
EQUIPO QUÍMICO Y BIOLÓGICO ARQUEOLÓGICOS Y OBRAS DE ARTE
Ramiro Alloza Izquierdo
Mª Paz Marzo Berna Jorge Gálvez Sánchez
Jordán Esteso Martínez
Nieves Laborda Lobe COLABORACIONES
Jorge Sánchez Gálvez

MAQUETACIÓN
59 UN CASO PRÁCTICO DE PREPARACIÓN PALEONTOLÓGICA: LOS MATERIALES
Beatriz Ausejo Gutiérrez DE LA PUEBLA DE VALVERDE
Alberto Sevilla Conde Mª Dolores Marín Monfort, Estrella Gemma González Santiago, Jorge Ortiz
Robla y Bernardo Añaños Cáncer
PORTADA
Raúl Godina Barroso 66 CAMPAÑAS DE RESTAURACIÓN DE OBJETOS ARQUEOLÓGICOS DE HIERRO
DEL YACIMIENTO “LA CARIDAD” (CAMINREAL, TERUEL)
IMPRIME Pilar Punter Gómez
COMETA, S.A. 73 EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL CONJUNTO ALFARERO DE
Ctra. Castellón, Km. 3,400 "LA NEVERA" (TERUEL). UNA PRIMERA APROXIMACIÓN
50013 Zaragoza
E. Javier Ibáñez González
77 EL ABRIGO DEL ARENAL DE LA FONSECA EN LADRUÑÁN (CASTELLOTE,
DEPÓSITO LEGAL
Z. 3178-05 TERUEL): PROTECCIÓN DE UN CONJUNTO RUPESTRE Y SU YACIMIENTO
ARQUEOLÓGICO
ISSN José Ignacio Royo Guillén
1885-6071

kausis 3 3
Kausis 3, diciembre 2005

TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS DE LA ESCUELA


TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGON EN BILBILIS
(CALATAYUD-ZARAGOZA)

J. Carlos Sáenz Preciado


Profesor arqueólogo de la Escuela Taller de Restauración de Aragón
José Fabre Murillo, María Lasuén Alegre, Romina Luesma Gónzalez, Alberto Sevilla Conde, Irene Villalba Barrio
Arqueólogos de la Escuela Taller de Restauración de Aragón

l fin principal de la presente Escue- pequeña altitud (622-632 m) conformada

E
1
La bibliografía referi-
da al yacimiento de la Taller de Restauración de Aragón, por la unión de las laderas de los cerros
Bilbilis es muy extensa, como ya ha sido expuesto en otros de San Paterno y Bámbola, se domina no
tanto la que se des- artículos de esta revista, es la de formar sólo el centro cívico de la ciudad, ya que
prende directamente a sus alumnos/as, profesionales proce- a sus pies discurre el Kardo maximus que
de los trabajos ar- dentes de la arqueología y la restauración, unía las termas y el foro, sino también las
queológicos efectua- en el principio de la necesidad de formar barriadas orientales de Bilbilis conforma-
dos en las campañas equipos multidisciplinares. Por ello, en el das en torno al denominado Barranco de
arqueológicas iniciadas
trabajo arqueológico desarrollado, ya sea los Sillares 2.
en 1971, como de los
estudios históricos e directamente en campo, o en laboratorio,
historiográficos reali- están participando conjuntamente con los Las excavaciones efectuadas en cam-
zados sobre ella. Ante arqueólogos, restauradores, químicos y pañas anteriores habían puesto al descu-
la imposibilidad de biólogos. bierto un conjunto de estructuras aterra-
presentar, por falta de zadas pertenecientes a una serie de edifi-
espacio, una selección La selección del lugar de actuación de caciones que pensamos pudieron
de obras, nos remiti- la Escuela Taller en el yacimiento de Bil- conformar un único edificio que hasta el
mos al artículo publi- bilis 1, sectores C.III y C.IV (Fig. 1), res- momento está sin determinar su función.
cado en el nº 1 de ponde a que estos espacios reúnen una Por un lado, nos encontramos con el de-
esta misma revista
serie de condiciones ideales para desarro- nominado sector C.III3 identificado como
(Martín-Bueno y
Sáenz Preciado, 2004,
llar el programa formativo y de actuación un Nifeo que se situaría al exterior de di-
44-47), en el que jun- de los alumnos/as. Por un lado, la presen- cha estructura, al que hay que relacionar
to a una selección bi- cia de pintura mural, tanto in situ como una serie de estancias que en el momento
bliográfica se encuen- en caídas, posibilita la labor restauradora, de su excavación (1981 y 1982) se identi-
tra una breve aproxi- mientras la arqueológica queda asegurada ficaron como pertenecientes a una vivien-
mación y visión por la existencia de una serie de estructu- da adosada4 y por otro lado el sector C.IV5
general de lo que fue ras arquitectónicas con una estratigrafía lo que corresponde a un edificio público de
el Municipium Augusta suficientemente potente como para poder función indeterminada, si bien parece co-
Bilbilis, un asentamien- establecer un programa completo de es- rresponder, en su última fase, a una zona
to celtibérico promo-
tudio analítico de morteros, tierras y ma- industrial posiblemente vinculada a la
vido al rango munici-
pal que sufrió una
teriales, paralelo al tradicional proceso de transformación del vino.
amplia y costosa re- excavación y registro (Fig. 2).
forma urbana en épo- El proyecto de excavación planteado
ca augustea que la En cuanto a la selección del sector de por la Escuela Taller pretende unir ambos
dotó de un monu- actuación lo primero que hay que resaltar sectores. Para ello se realizarán cuatro cam-
mental conjunto foral, es su situación topográfica, en pleno cen- pañas arqueológicas, primavera y otoño de
teatro, termas, etc., tro del yacimiento, o lo que es lo mismo, los dos años de duración de la Escuela,
acorde a las necesida- de la ciudad romana. Desde esta zona, una que se alternarán con los trabajos de la-

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TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS DE LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGON EN BILBILIS
(CALATAYUD-ZARAGOZA)

Fig. 1. Vista general de la zona de excavación

boratorio y proceso de formación de los LOS TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS des de una ciudad que
alumnos/as desarrollados, tanto en pleno se había convertido en
yacimiento, como en las instalaciones de En el momento de entrega de este ar- el centro neurálgico,
la Escuela Taller. político, social y eco-
tículo acaba de comenzar la campaña de
nómico de una amplia
otoño de excavaciones, de ahí que deba- comarca.
La importancia de este edificio de dis- mos considerar las siguientes líneas como
posición aterrazada adaptada a la orogra- un mero avance de los trabajos que se es- 2
Tal denominación
fía del terreno, radica, aparte de su mo- tán realizando. La intervención arqueoló- procede de la tradi-
numentalidad, al conservarse paramentos gica en primavera de 2005 se inició con ción local, si bien el
que presentan alzados de 2,35 m de altu- una reexcavación de las estancias ubicadas primero en recogerla
ra, en que pertenecen al momento de mo- en la zona sur del Nifeo (espacios 4, 5 y fue López Landa
numentalidad de la ciudad, iniciada en 6) que habían sido cubierto una vez fina- (1934). El actual ba-
época de Augusto y continuada durante lizada la excavación en 1982, comprobán- rranco surgió de los
el reinado de Tiberio, si bien la presencia dose el aceptable estado de conservación efectos erosivos del
del Nifeo corresponde a las reformas ur- de los pavimentos de mortero blanco, así arrastre de lluvia tras
banas de la ciudad efectuadas en época el abandono de la ciu-
como de los muros aparecidos y sus reves-
dad. En su momento,
flavia (Martín-Bueno y Sáenz Preciado, timientos, apreciándose en éstos últimos la por él discurrió uno
2004, 268). Por otra parte, la recuperación necesidad de proceder a su consolidación. de los principales via-
de este edificio mediante su excavación- les de comunicación
exhumación y posterior consolidación de La excavación de estas estancias per- de la ciudad, emplea-
sus revestimientos, paramentos y elemen- mitió en su momento la recuperación de do posteriormente,
tos estructurales (Fig. 3), revalorizará no- una serie de conjuntos pictóricos (Guiral desde la Edad Media
tablemente la puesta en valor del yaci- y Martín-Bueno, 1996, 364-372) pertene- y especialmente du-
miento, ya que la monumentalidad de las cientes a una serie de paredes de adobe rante el Renacimiento,
estructuras conservadas así lo permite. desplomadas sobre el nivel de abandono por los extractores y

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J. Carlos SÁENZ PRECIADO, José FABRE MURILLO, María LASUÉN ALEGRE, Romina LUESMA GÓNZALEZ,
Alberto SEVILLA CONDE, Irene VILLALBA BARRIO

se había quebrado por el centro aparecien-


do fracturado en dos grandes planchas so-
bre el pavimento, que como en el resto de
las estancias descubiertas de este edificio
era de terrazo de mortero blanco. Hay que
señalar que la caída de este muro arras-
tró, o supuso, el hundimiento también del
muro occidental del espacio 5. Ello fue
debido a la extrema fragilidad que se des-
prendía de mala construcción de éste, ape-
nas una hilada de piedra a modo de basa-
mento con un recrecimiento de adobe.

El estudio que se está realizando en


estos momentos sobre el conjunto pictó-
rico aparecido, nos permite adelantar unas
conclusiones sobre él, siempre provisio-
nales, ya que resto del conjunto está en
vías de excavación y recuperación (Fig. 6
Fig. 2. Proceso del calcado de la caída de pinturas halladas en la estancias y 7). La extensión estudiada corresponde
5 y 6.
a una muestra mural de 203 cm de ancho,
por una altura máxima de 130 cm, estilís-
recuperadores de pie- de las habitaciones. Lo inconcluso y par- ticamente integrada dentro de un II Esti-
dra para trasladar los cial de la excavación de estas estancias nos lo Pompeyano (80 a.C. – Cambio de Era).
materiales arquitectó- llevó a que la primera actuación a realizar De la misma forma, barajamos la hipóte-
nicos que iban a ser fuese la de finalizar la excavación de la es- sis de hallarnos ante una habitación de
reempleados en algu- tancia 4, recuperándose el resto de los pa- 220-230 cm de altura, según cálculos ba-
no de los principales neles que no lo habían sido en campañas sados en las medidas descritas a continua-
edificios de Calatayud anteriores (Fig. 4). ción, sin descartar que ésta corresponda
(San Juan el Real, a un triclinium.
Colegio de los Jesui- Una vez finalizado este trabajo se pro-
tas, Seminario de No- cedió a ampliar la zona de excavación ha- La pintura mural muestra una divi-
bles, etc.).
cia el sur y el este del Ninfeo buscando sión del espacio en tres grandes zonas ho-
3
M. Martín-Bueno:
delimitar los muros de cierre de la estan- rizontales: zócalo, panel central y friso
"Bilbilis: Arquitectura cias, determinándose que la denominada superior sobre el que se ubicaría el epis-
doméstica", La Casa estancia 5 (Guiral y Martín-Bueno, 1996, tilo con sus respectivas molduras y cor-
Urbana Hispanorro- 349) correspondía a un pasillo que actua- nisas.
mana, Institución Fer- ba de distribuidor entre los espacios 4, 6
nando el Católico, Za- y 11, cuya excavación permitió localizar la Nos encontramos con un esquema es-
ragoza, 1991, pp. 177- caída de la techumbre en bóveda de ca- tilístico base, por el cual el panel central
178; C. Guiral ñón cuyo estado de conservación era tan se subdivide en, por lo menos, cuatro pa-
Pelegrín y M. Martín- excepcional que se optó por dejarla in situ neles monocromos de 90 cm de alto por
Bueno: "Bilbilis I. De- (u.e. 030) (Fig. 5). 56 de ancho, enmarcados por una banda
coración pictórica y
negra de 5 cm de ancho, bordeada por un
estucos ornamentales",
Los espacios 4, 5 y 6 ribete blanco hacia el interior. Éstos alter-
Institución Fernando
el Católico, Zaragoza, nan entre sí su decoración monocromáti-
1996, pp. 347-422. La excavación del espacio 5 permitió ca, dando ritmo a la composición pictó-
recuperar la decoración mural que deco- rica. De esta forma, el desarrollo cromá-
4
El sector C.III, tam- raba su muro oriental, si bien, en la cara tico de la pared se basa en la alternancia
bién denominado perteneciente al espacio 11, como el de la de paneles, teniendo constancia de la exis-
como Domus del Nin- mayor parte de la estructura, era de ado- tencia de, al menos, dos de color verde
feo, se sitúa en un la- be apoyado sobre un zócalo en opus vitta- que se intercalan con uno blanco y otro
teral de la zona central tum de aparejo bastante irregular. El muro granate.

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TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS DE LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGON EN BILBILIS
(CALATAYUD-ZARAGOZA)

del yacimiento conoci-


do como Campo de
los Camafeos, deno-
minado así por el
Conde de Samitier
(Samitier, 1907) ante
el alto número de en-
talles y camafeos que
recogían los agriculto-
res en sus labores
agrícolas y que poste-
riormente le eran ven-
didos o regalados,
yendo a engrosar su
colección particular,
en parte perdida tras
su muerte. Las excava-
ciones pusieron al
descubierto un con-
junto de habitaciones
relacionadas directa-
mente con una fonta-
na o ninfeo monu-
mental que apoyaba
en una cisterna (Mar-
Fig. 3. Detalle de los trabajos de consolidación de la pintura mural aparecida in situ en el espacio tín-Bueno, 1975, 216-
13 (posible larario) 217, denominada
como C-2 en la clasifi-
cación efectuada, si
Como característica común de todos El friso superior basa su desarrollo en bien en el plano gene-
ellos encontramos pequeños ribetes de la alternancia de casetones, centrados con ral del yacimiento que
se presenta en el mis-
encuadre, colocados a 5 cm los períme- respecto a los paneles de la zona central,
mo artículo, Lám. 2,
tros de los interpaneles hacia el interior, e intercalados con los casetones de coro- aparece erróneamente
con la función de señalar la luz de la com- nación de las bandas de separación de los señalada como C-1).
posición mediante la alternancia de ribe- interpaneles anteriormente descritos. Pre- El juego de agua se
tes blancos y negros, característica del II sentan unas medidas de 50 cm de ancho, realizaba mediante tres
Estilo Pompeyano. Así, en la parte supe- por 10 cm de alto, con ribetes blancos pilas semicirculares,
rior e izquierda de los paneles, el ribete es como encuadre y ribetes de sombreado una central y otras dos
blanco, y en la inferior y derecha negro. en el interior, siguiendo los principios ya laterales, de las que
descritos en los paneles. Dichos caseto- tan sólo ha quedado la
A modo de separación entre las ban- nes varían su cromatismo dependiendo cimentación y el nivel
das negras de encuadre de los paneles en- del panel al que se asocien, de esta for- del suelo en donde se
contramos ribetes blancos de menos de ma, los verdes se corresponden con ca- apoyaban, además de
un centímetro de grosor, con pequeñas setones granates, con el blanco se asocia la mencionada cister-
na. En la parte sur del
decoraciones de candelabros. Éstos supe- el casetón verde, y con el granate el blan-
Ninfeo, y vinculado él,
ran en medida la altura media de la zona co (éste con los ribetes de encuadre en
se localizó una serie
central de la composición, adentrándose granate). Del mismo modo, todos los ca- de estancias atribuías a
tanto en el zócalo como en el friso supe- setones se separan de los paneles median- una vivienda. De di-
rior donde se bifurcan hacia los lados, te una banda blanca de un centímetro de chas estancias única-
creando un pequeño casetón de fondo ancho. En la parte superior del friso ob- mente se ha conserva-
negro de 15 cm de ancho sobre las ban- servamos una banda negra horizontal co- do el nivel principal
das negras de separación de los interpa- mún a toda la pared, de dos centímetros que daba a la calle,
neles, y con una decoración de pequeñas de ancho, y en la que se observa el arran- posiblemente el kardo
pinceladas blancas en forma de flor en su que de la moldura que parece pertenecer maximus, de la que se
terminación. al epistilo que corona la pared con un en- habían delimitado tres

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Fig. 4. Plano general de la excavación con los espacios descubiertos vinculados al Ninfeo

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estancias. La estructu-
ra presenta dos fases:
la primera fechada en
la primera mitad del
siglo I y, la segunda,
en época flavia, mo-
mento en el que se
debe construir el
Ninfeo, alterando par-
te de la estructura de
la edificación primiti-
va.

5
M. Martín-Bueno, C.
Sáenz Preciado y
P. Uribe Agudo,
"Excavaciones arqueo-
lógicas en Bilbilis
(Calatayud-Zaragoza):
Informe preliminar de
la campaña de 2003",
Saldvie 4, Dpto. de
Ciencias de la Anti-
güedad, Universidad
de Zaragoza, Zarago-
za, 2004, pp. 477-478;
M. Martín-Bueno y C.
Sáenz Preciado "Exca-
vaciones arqueológicas
en
Bilbilis (Calatayud-
Zaragoza): Informe
preliminar de la cam-
paña de 2004",
Saldvie 5, Dpto. de
Ciencias de la Anti-
güedad, Universidad
de Zaragoza, Zarago-
za, 2005 (e.p.).

Fig. 5. Caída de la bóveda de cubrimiento del espacio 5

lucido sin pigmentación enmarcado por raciones en forma de guirnaldas cuyos en-
dos cornisas. garces se sitúan bajo el ribete blanco de
separación entre interpaneles. Las guirnal-
En cuanto al zócalo de la pared, éste das alternan colores ocres verdosos con
muestra una banda negra que pende a otros granates.
modo de guirnalda bajo cada panel, sien-
do su parte más estrecha de 4 cm de an- De esta forma, observamos un esque-
cho, y la más ancha de 11 cm. Tras esta ma compositivo en el que las mayores va-
banda encontramos un zócalo blanco so- riaciones se dan en la monocromía de los
bre el que se observan una serie de deco- paneles (con la alternancia de verde con

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Fig. 6. Detalles de la caída de pinturas aparecidas en el espacio 5

blanco o granate) y, asociada a éstas, el Barrio de las Termas (Lope Martínez,


mismo efecto observado en los casetones 2005, e.p.). El estudio de todos estos con-
del friso superior. Como detalle, aprecia- juntos llevó a Guiral y Mostalac (1995,
mos en el interpanel verde colocado en- 454) a establecer el origen itálico de los ta-
tre el panel blanco y el granate, pequeñas lleres que las ejecutaron, fenómeno tam-
decoraciones en forma de ondas ocres y bién constado en Glanum y Nimes, lo que
blancas en la banda negra del zócalo, y es- lleva a pensar en la existencia de talleres
trellas blancas pintadas en el casetón del organizados trabajando conjuntamente en
friso superior. algunos yacimientos de la Narbonensis y de
la zona fronteriza de la Hispania Citerior.
La importancia de este conjunto radi-
ca en la escasez de restos pertenecientes a Los elementos muebles aparecidos son
este estilo aparecidos en la P. Ibérica, lo más bien escasos, debiendo destacarse un
que ha hecho que sea difícil establecer fa- as indígena de Bilbilis hallado dentro de
ses o sistematizar estilísticamente estos una bolsada de cenizas (u.e. 045) que cu-
conjuntos. A los restos aparecidos en bría directamente parte del pavimento de
Tarraco, Emporiae y Celsa, junto a otros de la estancia 6, así como abundantes clavos
menor entidad, hay que añadir el presen- de hierro procedentes de los soportes lig-
te, al que hemos de añadir el también apa- neos de la techumbre de las distintas es-
recido en Bilbilis en la denominada habi- tancias en las que se ha trabajado. El ma-
tación H.24 de la Domus 2 de la Insula I o terial cerámico fue escaso, vinculado todo

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TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS DE LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGON EN BILBILIS
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6
La ermita de San Pa-
terno albergó antaño
la imagen del santo
patrón de Huérmeda,
localidad situada al pie
de Bilbilis en cuya igle-
sia parroquial se le
rinde en la actualidad
culto. Esta iglesia tam-
bién alberga la Virgen
de Bámbola, fechada
en la primera mitad
del siglo XIII, y que
durante varios siglos
estuvo en la ermita de
Santa Bárbara, ubicada
en el cerro de dicho
nombre, sobre el que
se construyó el foro
de Bilbilis y cuyo crip-
topórtico se transfor-
mó en los siglos XIII
y XIV en la iglesia de
un pequeño poblado
medieval construido
entre las ruinas de la
Fig. 7. Detalle de la caída de pinturas aparecidas en el espacio 5
ciudad, convirtiéndose
en ermita tras el aban-
dono del poblado. En
el transcurso de las
excavaciones efectua-
él a uu.ee. superiores, sin que en el nivel su momento hubo en esta zona, siendo
das en el foro se loca-
de abandono se hallase material significa- significativo como las raíces de alguno de lizaron varios restos
tivo alguno. En la estancia 6 también se estos almendros discurrían directamente escultóricos pertene-
hallaron los restos de un posible mueble sobre los pavimentos de mortero blanco cientes a la decoración
de madera, sin que descartemos que se de estas estancias. figurada del posible
tratase de la decoración de parte de una tímpano de la portada
puerta, de la que se habían conservado De la misma manera, se pudo obser- de la iglesia, ya aban-
una serie de apliques de bronce, princi- var como parte de los pavimentos de la donada, en ruinas y
palmente clavos de cabeza redonda, y re- zona sur de la edificación, los correspon- convertida en una pa-
maches de hierro (u.e. 021). dientes a las estancias 12, se había perdi- ridera.
do a raíz de la apertura del camino de ac-
Las estancias 7, 8, y 12 ceso a la ermita de San Paterno6, para el
cual se rebajó el terreno, apreciándose
Los trabajos de excavación continua- como éste se encuentra en la actualidad
ron con la apertura de un sondeo de 4 x aproximadamente un metro por debajo de
8 m al sudeste de los espacios 6 y 11 con la cota de los pavimentos que conforman
la intención de delimitar el muro de cie- estas estancias.
rre de la edificación, o en su caso el de
las estancias anteriormente mencionadas, El material mueble recuperado en es-
determinándose la presencia de nuevos tas estancias fue mucho más abundante
espacios que pasaron a denominarse 7, 8 que el correspondiente a las estancias an-
y 11, apreciándose cómo los muros ubi- teriores, destacando el nivel de abandono
cados en la zona sur habían desaparecido (u.e. 015) en el que se recuperó una im-
o se encontraban muy alterados por las portante presencia de elementos de alma-
plantaciones de almendros y viñas que en cenaje, y especialmente de ánforas, desta-

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Fig. 8. Espacio 7 con el ánfora aparecida in situ

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cando una Dress. 2/4 comple- Finalmente el espacio 13, con re-
ta, y varios tapes de ánfo- servas, lo hemos identificado
ras, algunas de las cuales como un posible larario, es-
todavía conservaban tando sus paredes decora-
restos del yeso con el das mediante una
que se sellaban, así composición a base
como varias ollas re- de pequeños pane-
ductoras, de lo que les rojos que se al-
parece desprenderse ternan con interpa-
la función de estan- neles negros, estando
cia de servicio o al- el fondo de la estan-
macenaje de este es- cia, que se corresponde
pacio (Fig. 8). con su muro norte, de-
corado monocromática-
Los espacios 11, 13 mente de azul egipcio que-
y 14 dando enmarcado por una
serie de moldu-
Sobre estos Fig. 9. Cabeza de medusa perteneciente a un friso ras verticales
espacios quere- decorado. con las que se
mos hacer una consigue sepa-
serie de valora- rar el fondo del
ciones muy generales ya que en todos ellos resto de la habitación. La techumbre (u.e.
se está trabajando en la actualidad. 070), que apareció hundida en este espa-
cio, era blanca presentando una decora-
En el espacio 11 aparece una poten- ción de pequeñas flores granates y ocres
te caída de pintura (u.e. 034) correspon- enmarcadas mediante filetes de color rojo
diente con toda probabilidad a su muro que recreaban casetones. Volvemos a in-
oriental, cuyos adobes (uu.ee. 005 y 037) cidir en el hecho de que en estos momen-
procedentes del hundimiento de éste, la tos, arqueólogos y restauradores, se en-
cubren, rellenando toda la estancia. En las cuentran trabajando en este espacio.
paredes se conserva la decoración in situ
a base de paneles rojos que alternan con Trabajos de topografía y de laboratorio
interpaneles negros, sin que por el mo-
mento se pueda ser más preciso, al estar Paralelamente a los trabajos de exca-
todavía protegidos por una capa de tierra vación y restauración se están efectuan-
en vista de su consolidación y posterior do los estudios analíticos de los morte-
extracción. Hay que señalar la importan- ros y pigmentos, pertenecientes a los
te presencia de molduras de gran tamaño, conjuntos pictóricos aparecidos, así
así como de un aplique en forma de ca- como el biológico sobre las muestras de
beza, también en estuco, que formaría tierra tomadas, y el tafonómico de los
parte de la decoración de un posible fri- restos de fauna recuperados (Fig. 10). En
so moldurado y que hemos identificado ambos casos los análisis están siendo
como medusa (Fig. 9). efectuados por el laboratorio de analíti-
ca de la Escuela Taller.
En cuanto a la estancia 14, cuyas pa-
redes aparecen decoradas con un simple Actualmente se están acometiendo los
mortero blanco, hay que ponerla en rela- correspondientes trabajos topográficos.
ción con los espacios que en su momen- Éstos han permitido obtener unas correc-
to denominamos como 7 y 8, al poder tas planimetrías que ubican en el espacio,
comprobar ahora que forman los tres un tanto las estructuras descubiertas como sus
único espacio, siendo muy voluminoso el respectivas uu.ee., así como los materiales
material anfórico y de almacenaje recupe- integrados en cada una de ellas, tanto en
rado. forma relativa y general, con respecto a la

kausis 3 29
J. Carlos SÁENZ PRECIADO, José FABRE MURILLO, María LASUÉN ALEGRE, Romina LUESMA GÓNZALEZ,
Alberto SEVILLA CONDE, Irene VILLALBA BARRIO

7
Para los trabajos se
ha contado con una
Estación Total Topo-
gráfica Sokkia Set 5
30 perteneciente al
equipo arqueológico
de Bilbilis a quien que-
remos agradecer su
cesión en la persona
del Prof. Martín-Bue-
no, director de las ex-
cavaciones de Bilbilis.
En la actualidad se es-
tán efectuando traba-
jos topográficos en el
yacimiento que están
poniendo al día las
antiguas planimetrías y
vuelos aéreos realiza-
dos. Así, en 2004 se
efectuó su ortofoto-
grafía completa sobre
la que se ha traslada-
do el plano fotogra-
métrico (ya en coor-
denadas U.T.M.) del
yacimiento de Bilbilis
que viene realizándose
en los últimos años.
Los trabajos más re-
cientes han consistido
en la ubicación de la
amplia y extensa red
de cisternas de las que
se dotó el yacimiento
(Martín-Bueno, 1975,
Lám. 2, 221) y en la
ubicación del trazo
del recinto amurallado
de la ciudad, siendo
ambos trabajos reali-
zados por miembros
del equipo arqueológi-
Fig. 10. Trabajos de recuperación de elementos biológicos y tafonómicos mediante el sistema de
co de Bilbilis bajo la
flotación
dirección de Luca
Lanteri del Laborato-
rio Topográfico de la
Universidad de Viter- unidad del yacimiento, así como con su de una Línea Base dirección Este, marca-
bo (Italia). entorno. Las labores topográficas, realiza- da por el antiguo corte estratigráfico su-
das por los alumnos de la Escuela Taller, perviviente a las anteriores intervenciones
pueden dividirse en dos bloques. en este sector, efectuadas en 1981 y 1982.
Esta cuadrícula nos iba a facilitar a prio-
Por un lado, se ha creado un entra- ri la sistematización del trabajo arqueoló-
mado de cuadrículas sobre el sector a ex- gico ordenando el espacio mediante un
cavar que permitiesen una primera ubica- sistema tradicional de ejes y cuadros has-
ción espacial de estructuras, uu.ee. y ma- ta que las estructuras arqueológicas lo ar-
teriales. La orientación del mismo partió ticularan por sí mismas7.

30 kausis 3
TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS DE LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGON EN BILBILIS
(CALATAYUD-ZARAGOZA)

Por otro lado, y haciendo uso de la forma más minuciosa posible, el registro
estación total, se procedió a hacer el le- arqueológico del sector CIII-CIV, viéndo-
vantamiento de puntos y toma de coor- se así complementando el plano fotogra-
denadas relativas de la zona excavada. Se métrico (ya en coordenadas U.T.M.) del
ha dado un tratamiento informático a la yacimiento de Bilbilis que viene realizán-
información obtenida en campo a través dose en los últimos años.
del software AutoCAD©, complementa-
da con el uso de aplicaciones de trata- En estos momentos continúan los
miento de ortofotografía, consiguiéndo- trabajos de excavación, así como los de
se un grado de detalle muy alto en las pla- restauración, tanto in situ, como en las
nimetrías. instalaciones de la Escuela Taller, en la
que se están restaurando los conjuntos
Todo el trabajo topográfico ha teni- pictóricos aparecidos y los elementos
do como objetivo el documentar, de la muebles hallados.

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