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kausis LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGÓN II

1 NUEVAS INSTALACIONES, NUEVOS PROYECTOS


EDITA
ESCUELA TALLER DE José Manuel López Gómez
RESTAURACIÓN DE ARAGÓN II 5 VISITAS FORMATIVAS
C/ Castillo de Capua, naves 31-33
Polígono PLAZA Aida Tejero Oliván y Raquel Crespo Vergara
50197 Zaragoza 9 CURSOS Y CONFERENCIAS
Teléfono: 976 46 38 42
Fax: 976 46 38 43 Diana Requejo Sueiro
E-mail: etrestauracion@aragon.es 12 COLABORACIÓN DE LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGÓN II
CON EL PINTOR ARAGONÉS, JORGE GAY MOLINS
CONSEJO DE REDACCIÓN Y
CORRECCIÓN DE TEXTOS M.ª Angustias Macías Guzmán
José Manuel López Gómez
Susana Morales Ramírez
RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN
Alicia Payueta Martínez 16 INTERVENCIÓN SOBRE LAS PINTURAS MURALES PROCEDENTES DEL LARARIO
Carlos Sáenz Preciado
Francisco Lasarte Orna DE LA CASA DEL NINFEO DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE BILBILIS. PARTE I
M.ª Angustias Macías Guzmán Alicia Payueta Martínez
EQUIPO DE REDACCIÓN 24 INTERVENCIÓN DE RESTAURACIÓN DEL MATERIAL CERÁMICO PROCEDENTE
Sara Benito Hidalgo DEL YACIMIENTO DE BILBILIS (CALATAYUD)
Raquel Crespo Vergara
Estefanía Fenoy Cambero
Sara Benito Hidalgo
Esther Fernández Bueno 30 RESTAURACIÓN DE MATERIAL ÓSEO PROCEDENTE DEL YACIMIENTO DE
Oliver García Chocano BILBILIS (CALATAYUD)
Sonia García García
Vanesa Gil Pérez Estefanía Fenoy Cambero
Cristina Godoy Expósito 36 RESTAURACIÓN DE DOS FRAGMENTOS DE MOSAICO PROCEDENTE DE LAS
Nora Guinda Larraza
Francisco Lasarte Orna TERMAS EN BILBILIS (CALATAYUD)
Soraya Lascorz Garcés Sonia García García
M.ª Angustias Macías Guzmán
Diana Requejo Sueiro 42 RESTAURACIÓN DE MATERIAL ARQUEOLÓGICO DE HIERRO Y BRONCE PROCEDEN
M.ª Pilar Salas Meléndez TES DE LOS YACIMIENTOS ROMANOS DE LA LOMA DEL REGADÍO Y BILBILIS
Aida Tejero Oliván
Vanesa Gil Pérez
EQUIPO QUÍMICO Y BIOLÓGICO ARQUEOLOGÍA
Ramiro Alloza Izquierdo
M.ª Paz Marzo Berna 48 TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS REALIZADOS POR LA ESCUELA TALLER DE
Jordán Esteso Martínez RESTAURACIÓN DE ARAGÓN II EN EL YACIMIENTO DE BILBILIS (CALATAYUD-
Nieves Laborda Lobe
Jorge Sánchez Gálvez ZARAGOZA) CAMPAÑA 2008
J. Carlos Sáenz Preciado, Oliver García Chocano, Cristina Godoy Expósito, Nora Guinda
MAQUETACIÓN
Francisco Lasarte Orna Larraza, Francisco Lasarte Orna, M.ª Pilar Salas Meléndez y Susana Morales Ramírez
Mª Angustias Macías Guzmán
Susana Morales Ramírez
LABORATORIO
61 LA PROBLEMÁTICA DE LA SISTEMATIZACIÓN DE LOS ANÁLISIS APLICADOS A
PORTADA
Alicia Payueta Martínez MUESTRAS DE ORÍGENES DIVERSOS
Jorge Sánchez Gálvez
FOTOGRAFÍAS DE LA ESCUELA 65 ESPECIES ALÓCTONAS Y POCO FRECUENTES DEL YACIMIENTO DE BILBILIS
TALLER
Sara Benito Hidalgo REFLEXIONES SOBRE SU PRESENCIA
Cristina Godoy Expósito Jordán Esteso Martínez
IMPRIME COLABORACIONES
COMETA S. A.
Ctra. Castellón, Km 3,400 71 PREPARACIÓN DE UN FÉMUR DE DINOSAURIO (COLORADO, EE UU)
50013 Zaragoza
Ainara Aberasturi, Raquel Ferrer y Alberto Cobos Periáñez
DEPÓSITO LEGAL 79 CONSERVACIÓN–RESTAURACIÓN DE UNA RASTRA DE BAUTIZAR PROCEDENTE
Z. 1315-04 DE LA CASA CEBOLLERO DE BASTARÁS, HUESCA
ISSN Carmen Masdeu Costa y Luz Morata García
1885-6071 87 TALLERES DE EMPLEO Y REHABILITACIÓN DEL PATRIMONIO: EL CASO DE LAS
FOTO PORTADA MURALLAS DE DAROCA
Montaje del larario procedente de José M.ª Sanz Zaragoza y Javier Sopeséns Mainar
Bilbilis una vez restaurado 95 DOCUMENTACIÓN GEOMÉTRICA DE LA MURALLA ROMANA EN EL Nº 2-4 DE
Kausis: protección de cera en las LA CALLE MÁRTIRES DE ZARAGOZA MEDIANTE ESCANEADO LÁSER 3D
pinturas murales de época griega Francisco Javier Gutiérrez González y Jorge Angás Pajas

kausis 6 1
Kausis 6, junio 2009

TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS REALIZADOS POR LA


ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGÓN II
EN EL YACIMIENTO DE BILBILIS (CALATAYUD-ZARAGOZA)
CAMPAÑA 2008
En este artículo exponemos los resultados alcanzados por el equipo de arqueólogos y restauradores de la Escuela Taller de Restaura-
ción de Aragón II en el transcurso de la excavación realizada durante las campañas de primavera y otoño de 2008 en el sector C.
III del yacimiento de Bilbilis, concretamente en la denominada domus del Ninfeo y en el edificio público C. IV, separados entre sí
por una misma calle1.

J. Carlos Sáenz Preciado


Profesor arqueólogo de la Escuela Taller de Restauración de Aragón II
Oliver García Chocano, Cristina Godoy Expósito, Nora Guinda Larraza, Francisco Lasarte Orna y M.ª Pilar Salas
Meléndez
Arqueólogos de la Escuela Taller de Restauración de Aragón II
Susana Morales Ramírez
Restauradora de la Escuela Taller de Restauración de Aragón II

1 En el momento de en- os trabajos arqueológicos se centra- ellos a la categoría de la domus, construida


trega y publicación de
este artículo se ha inicia-
do la campaña de exca-
L ron en la conclusión de la excava-
ción de la domus del Ninfeo, cuyo
descubrimiento se realizó en 1981, si bien
en las primeras décadas del s. I en plena
época augustea, paralela a la gran reforma
urbana y de actividad edilicia que sufre la
vación de primavera de en aquel momento tan sólo se realizaron ciudad (Martín-Bueno y Sáenz Preciado
2009. Si bien éste artícu- una serie de catas que permitieron descu- 2004: 257-274). Desde el atrio también se
lo básicamente es el re- brir un Ninfeo o fuente monumental que accedía a una pequeña capilla-larario rica-
sultado de los trabajos apoyaba en una cisterna doble (Martín- mente decorada cuyas pinturas actualmen-
realizados durante el
Bueno 1991: 165-180) junto a la que apa- te han sido restauradas por la ETRA II y
2008, hemos querido
recían asociadas una serie de estancias de recientemente publicadas (Sáenz Preciado
añadir algunas notas de-
rivadas de los trabajos
difícil identificación en las que se recupe- y Martín-Bueno 2008: e. p.).
actuales que permiten raron diversos conjuntos pictóricos co-
completar y aclarar as- rrespondientes al III Estilo Pompeyano, Los trabajos de excavación más recien-
pectos concretos o co- estudiadas en su momento por Guiral y tes se han centrado en las zonas de servi-
rroborar hipótesis plan- que fueron completados con los trabajos cios y almacenes, en donde se aprecia una
teadas en campañas an- posteriores de excavación en este conjun- serie de modificaciones y transformacio-
teriores. to (Guiral y Martín-Bueno 1996: 347-422). nes estructurales en varios momentos del
Los trabajos se retomaron en el año 2005 s. II, eliminándose muros y levantándose
2 Estos trabajos han ge-
por parte de la Escuela Taller de Restau- otros, así como tapiándose puertas, al igual
nerado una amplia bi- ración de Aragón, continuando hasta la ac- que se abrió un nuevo acceso. La casa se
bliografía que recoge- tualidad2. encontraba ya abandonada a inicios del s.
mos al final de este tra- III, aunque la presencia de elementos me-
bajo y a la cual nos
Fruto de estos trabajos ha sido el des- dievales y posteriores hay que relacionar-
remitimos a la hora de
cubrimiento de una gran domus de planta lo más con las labores de expolio de ma-
ampliar aspectos sobre
esta domus. De esta ma- itálica con un gran atrio testudinado a la terial constructivo que de una ocupación3.
nera evitamos largas que se abría el resto de estancias, destacan-
descripciones y repeti- do el tablinium y el triclinium, que al igual que Las últimas excavaciones efectuadas
ciones, aligerándose de el atrio presentan ricas composiciones pic- durante las campañas de 2008 se han cen-
esta manera el texto. tóricas pertenecientes al III y IV Estilo trado en el sector norte y oriental de la
Pompeyano, así como pavimentos de mor- casa. De la misma manera, se han termi-
3 Sobre la ocupación tero blanco de gran calidad, acordes todos nado de recuperar dos potentes caídas de

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TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS REALIZADOS POR LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGÓN II EN EL YACIMIENTO
DE BILBILIS (CALATAYUD-ZARAGOZA). CAMPAÑA 2008

pintura mural romana pertenecientes al medieval de Bilbilis nos


1. LA DOMUS DEL NINFEO remitimos a Martín-
III Estilo Pompeyano4, documentadas en
Bueno, Sáenz Preciado,
el espacio denominado H. 20, uno de los 1.1. Espacio H. 20 y Uribe Agudo 2005:
más interesantes de cuantos se han loca- 346, Figs. 11 y 12.
lizado y que identificamos como un se- Este espacio ha sido identificado co-
misótano dedicado a una función indus- mo un semisótano de grandes dimensio- 4 Para la extracción de
trial al haberse instalado en él prensas de nes: 10,45 m de longitud, 4,17 m de an- estos conjuntos pictóri-
vino. Finalmente, se delimitó el cierre chura y de 2,45 m de altura máxima, según cos ricamente decora-
norte de esta gran casa mediante la do- se desprende de las improntas de la vigue- dos con figuración y
cumentación de una calle realizada a ba- ría de sustentación de la planta superior. escenas de tipo mitoló-
se de guijarros, fragmentos de cerámica y gico, se aplicaron los
Sobre un potente nivel de relleno (u.e.
tejas machacadas mezcladas con tierra protocolos de trabajo
252) se localizó un muro (u.e. 290) de des- desarrollados por la Es-
apelmazada. igual anchura y mala fábrica para el que cuela Taller de Restaura-
se habían reutilizado mampuestos proce- ción de Aragón II en los
Al otro lado de esta calle, y pertene- dentes de los mismos muros de la domus que de manera interdis-
ciente ya a otro edificio denominado C. (uu. ee. 287 y 208). Este muro comparti- ciplinar trabajaron ar-
IV, se excavó también un frente comercial mentó H. 20 en un momento cronológi- queólogos y restaura-
de cuatro tabernas, unidas a finales del s. co de difícil ubicación por la ausencia de dores durante todo el
II en un único conjunto o negocio. Si bien elementos asociados a él. proceso, desde su exca-
el edifico está por excavar, debido a la po- vación y recuperación,
tencia de sus muros y aparejos, no descar- hasta su limpieza y tras-
El nivel superior del relleno de este
lado al taller. Sobre es-
tamos que se trate de un edifico de carác- semisótano presentaba una gran bolsada
tos aspectos consultar:
ter público, tal vez el macellum o mercado de material que había sido arrojado con- Morales Ramírez 2006:
de la ciudad. Así, se ha terminado de ex- tra el muro u.e. 2085, estando el resto de 17-22.
cavar los espacios E. 1, E. 4, E. 5, E. 6, la estancia ocupada por dos caídas de pin-
ya conocidos de fases anteriores, y otros turas. Una de ellas (u.e. 306), la podemos 5 La bolsada estaba
nuevos, E. 7, E. 8, E. 9, E. 10 y E. 11. identificar como procedente de la deco- constituida por un am-
plio lote de cuencos H.
37, lucernas de las for-
mas Dress. 9, 10 y Loes-
chcke X, abundante pre-
sencia de hueso trabaja-
do, principalmente acus
crinalis, agujas de coser y
varios stilos; al que hay
que añadir vidrio y ele-
mentos óseos, destacan-
do la abundante presen-
cia de valvas de ostiones.
La cronología del mate-
rial es bastante homogé-
nea, segunda mitad del s.
I, con momentos de fa-
bricación de las produc-
ciones de sigillata en épo-
ca flavia. También desta-
ca la aparición del torso
de una pequeña figura
femenina realizada en
mármol de difícil identi-
ficación por su desgaste
(Sáenz et al. 2008: 36)

Plano General

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J. Carlos SÁENZ PRECIADO, Oliver GARCÍA CHOCANO, Cristina GODOY EXPÓSITO, Nora GUINDA LARRAZA, Francisco LASAR-
TE ORNA, M.ª Pilar SALAS MELÉNDEZ y Susana MORALES RAMÍREZ

El pavimento de la estancia presenta


dos canales de recogida de líquidos que re-
corren toda la estancia en dirección-pen-
diente E-O hasta desembocar en el extre-
mo oeste del espacio en una balseta de 0,65
m de largo, 0,85 m de ancho y 0,76 m de
profundidad, equivalente a 0,42 m3 de ca-
pacidad que responde a 420 litros, con los
que se podrían rellenar 16 ánforas.
Detalle del posible grifo Entre los dos canales de recogida de
líquidos, y aproximadamente en el centro
ración del tablinum, posiblemente del mu- de la estancia, se encuentra un sillar cua-
ro occidental que estilísticamente queda drangular (0,42 m por 0,52 m) cuyo cen-
integrado dentro del III Estilo Pompeya- tro presenta una impronta circular dejada
por una viga de madera de 0,33 m de diá-
no de candelabros (15 a. C. - 50 d. C.) y
metro. Al sureste de la estancia, adosado
que ya nos era conocida por la excavación
al muro u.e. 287, se localiza una estructu-
realizada anteriormente en este espacio
ra enlosada de piedra, compuesta por una
(Sáenz et al. 2005: 22-27, Figs. 6 y 7; 2006c:
losa rectangular (0,95 m por 0,40 m), otra
412-413). Entre los motivos decorativos
de menor tamaño (0,54 m por 0,27 m), y
que aparecen cabe destacar una posible
restos de una tercera muy perdidos pero
musa, quizás Melpómene, o una cariátide,
de dimensiones similares a los de ésta úl-
a falta de contrastar la iconografía, así co- tima. En distintas zonas de la estancia se
mo diversas máscaras colgadas de elemen- localizaron otros sillares incrustados en el
tos arquitectónicos, elementos figurados y pavimento que debían actuar como sopor-
vegetales. También resaltar la imagen de tes de vigas. Las dimensiones de estos si-
un posible grifo, un posible sacerdote, así llares ha sido imposible determinarlas ya
como otras figuras hasta el momento in- que el pavimento los cubre en su totali-
identificables en sus atributos hasta que dad, a excepción de los huecos dejados
se proceda a su limpieza. por las improntas de las vigas.

El segundo conjunto pictórico (u.e.


272) no se ha podido determinar todavía
su ubicación original y está en proceso de
estudio, si bien no descartamos que hubie-
se decorado el triclinum de la casa que se
encuentra en sus inmediaciones. Junto a es-
tos conjuntos se localizaron diversos frag-
mentos procedentes del techo de la estan-
cia y una serie de molduras que
enmarcaban posiblemente el vano de una
puerta.

La localización de estos conjuntos pic-


tóricos en el espacio H. 20 nos lleva a pen-
sar que nos encontramos con un movi-
miento intencionado de la pintura que a
modo de escombro se empleó para relle-
nar y regularizar el terreno en época muy
posterior. Por ello, hay que considerar es-
te conjunto pictórico más un escombro
de relleno que una caída. Vista general de H. 20

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TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS REALIZADOS POR LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGÓN II EN EL YACIMIENTO
DE BILBILIS (CALATAYUD-ZARAGOZA). CAMPAÑA 2008

Todos los elementos aparecidos en la La realización de un sondeo, posterior-


estancia parecen estar vinculados con algún mente ampliado, permitió hallar dos estruc-
tipo de industria de elaboración de líquidos, turas casi semicirculares (uu. ee. 397 y 400),
como se puede apreciar por la disposición una frente a la otra, conformadas por pie-
del pavimento, la balseta y todos los ele- dras y lajas verticales colocadas sin gran cui-
mentos relacionados con posibles estructu- dado. La estructura u. e. 397 de 0,87 m de
ras de madera, quizás un sistema de pren- largo por 1,49 m de ancho se encontraba
sa vinícola. Todo ello se puede deducir por adosada al muro u.e. 169, mientras que la
la aparición de tres vanos verticales en los estructura u. e. 400 de 0,98 m de largo por
muros, que estarían relacionados con el si- 1,19 m de ancho lo estaba al muro u.e. 412.
llar mencionado anteriormente, por los que En ambas estructuras se tomaron muestras
cruzarían el praelum de cada prensa, situán- para su posterior análisis.
dose en el espacio existente debajo de H.
19 los contrapesos y tornillos de presión,
mientras en H. 20 se ubicarían las prensas
y la zona de recogida de los líquidos una
vez prensados, con una disposición similar
a la que podemos encontrar en las villas de
Sao Cucufate y Estoi de Milreu, ambas en Por-
tugal (Brun 2004: 297 ss.).

Las paredes de H. 20 aparecieron re-


vestidas de un manteado de barro de
0,05/0,08 m de grosor que en su momen- Vista general de H. 28
to debió estar encalado. Al no haberse en-
contrado ningún vano de puerta, el único
acceso posible debió de realizarse desde la A falta del estudio definitivo podemos
planta superior a través de una escalera de adelantar que el espacio H. 28, en su pri-
madera de la que no ha quedado resto al- mera fase o diseño original, corresponde-
guno, ni podemos ubicar su situación, aun- ría con el acceso secundario o de servicio
que por la presencia de la balseta y de las de la casa. En un momento indetermina-
losas que condicionan el espacio no se des- do de la segunda mitad del s. I, es tapia-
carta su situación junto al muro u.e. 144, en do, realizándose todas la modificaciones
el extremo este del espacio. ya descritas en otros trabajos en el inte-
rior de los espacios H. 17, 18, 24 y 25
(Sáenz et al. 2006a: 32-38; 2006b: 419-
1.2. LA ZONA DE SERVICIOS DE LA 423). La cronología de estas estructuras
DOMUS DEL NINFEO semicirculares, si bien no hemos podido
datarlas por falta de elementos muebles
1.2.1. Espacio H. 28 asociados, debe ser bastante posterior a
estas reformas, posiblemente en el s. III,
Este espacio se excavó en la campaña ya que se han hecho sobre el nivel de ca-
de 2006 (Sáenz et al. 2006: 37) localizándo- ída y desplome de los muros uu. ee. 169,
se una puerta tapiada (u.e. 227) y una esca- 205 y 412, de donde provienen las piedras
lera de peldaños de yeso (u.e. 222) por la empleadas para su elaboración. En estos
que se accedía a la zona de servicios de la momentos estamos trabajando con la hi-
casa. La prolongación de los trabajos hacia pótesis de que se traten de comederos al
el sur puso al descubierto un muro cuya po- descartar el carácter de abrevaderos, ya
bre factura indicaría que podría correspon- que por su ejecución se filtraría el agua,
der a las reformas y compartimentaciones función similar a otro espacio de caracte-
tardías documentadas en otras partes del rísticas similares aparecido en H. 36, si
edificio, o en su caso, ser fruto de los tra- bien éste último parece tener más bien la
bajos de aterrazamiento contemporáneos. función de un pesebre.

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J. Carlos SÁENZ PRECIADO, Oliver GARCÍA CHOCANO, Cristina GODOY EXPÓSITO, Nora GUINDA LARRAZA, Francisco LASAR-
TE ORNA, M.ª Pilar SALAS MELÉNDEZ y Susana MORALES RAMÍREZ

en el que parece situarse una puerta, ya


que se ha hallado una elevación del pavi-
mento que podría marcar el umbral de una
puerta, aspecto éste a constatar en cam-
pañas posteriores.

El pavimento (u.e. 385) mantenía las


mismas características que el de los espa-
cios H. 18 y 25 (uu. ee. 177 y 240) al con-
formar junto a H. 36 un unicum, si bien en
este caso se halló algo más deteriorado.

Compartimentando este espacio se do-


cumentaron dos pequeños muros de ado-
be. El primero (u.e. 370), paralelo al muro
Vista general de H. 36 u. e. 169, es de 0,32 m de anchura y de una
longitud indeterminada, ya que se pierde al
final, aproximadamente donde desaparece
6 Sobre la presencia de Tras el abandono de esta zona, ésta el pavimento. El espacio resultante es un
pavimentos de este tipo quedaría cubierta con el paso del tiempo estrecho pasillo de 0,94 m de anchura má-
en la casa hay que desta- por la u.e. 411, compuesta de tierra y res- xima de función desconocida. Perpendicu-
car el hecho de que han tos de material constructivo procedente lar a este muro de adobe aparece otro (u.e.
sido varios los fragmen- del desplome de los muros de la última fa- 386) de 0,80 m de altura coronado con una
tos de sectile aparecidos en se, entre cuyos restos se localizó algunos hilada de piedras creándose un espacio ce-
distintos lugares de ésta,
fragmentos de extremidades (tibia y pero- rrado (u.e. 416) de 1,13 m de longitud y
así como en los espacios
né) de un esqueleto infantil, un recién na- 0,83/0,80 m de anchura que identificamos
H. 2 y 3 vinculados al
ninfeo en donde se halla- cido o en su caso un non nato, que pensa- como un pesebre.
ron 89 fragmentos mar- mos pudiera pertenecer a un inhumación
móreos pertenecientes, medieval, similar a la localizada en 2003 El material mueble aparecido ha sido
por lo menos, a un pavi- en la zona sureste de C. IV correspondien- abundante y variado. Así, junto a numero-
mento formado por már- te a una pequeña cista de lajas de otro en- sos restos de fauna, de entre los que des-
mol Luculleum, Lunense terramiento infantil (Martín-Bueno, Sáenz tacan un cráneo de bóvido, hay que desta-
bardiglio, Taenarium, Numi- y Uribe 2005: 356, Figs. 11 y 12). car varios fragmentos de cuencos de
dicum y Chium, con una cerámica indígena, platos y tapaderas de
cronología entre Claudio 1.2.2. Espacio H. 36 e.i.r.p, jarras engobadas, vasos de paredes
y Nerón momento en el
finas, fragmentos de lucernas, destacando
que se produce un gran
La excavación en campañas anteriores las vajillas de sigillata hispánica (H. 8, 10,
programa de marmoriza-
ción de las ciudades his-
de los espacios H. 18 y 25 había documen- 29, 30, 37a y 49). De la misma manera, hay
panas (Cisneros y Martín- tado como el pavimento de tipo hidráuli- que mencionar también la aparición de va-
Bueno 2006: 485-510). co de estos espacios continuaba por deba- rias placas de mármor Lunense bardiglio, Nu-
jo del muro u.e. 169, que se había midicum y Chium, pertenecientes a un pavi-
construido sobre él a raíz de las reformas mento de opus sectile distinto al localizado
documentadas en la zona de servicios de en los espacio 2 y 36.
la casa a la que ya nos hemos referido con
antelación.
2. EL EDIFICIO PÚBLICO C. IV
Una vez eliminado una serie de ban-
cales agrícolas y la retirada mecánica de Se trata de un edificio descubierto en
las terreras situadas en esta zona, la exca- 1999 que por sus características, aparejos
vación pudo demarcar los muros de deli- de los muros, etc. no descartamos que ten-
mitación de esta estancia. Un potente mu- ga una función pública (Martín-Bueno,
ro de 0,60 m de anchura (u.e. 394) lo haría Sáenz y Uribe 2004: 477-479; 2005: 343-
en la zona sur y el muro u.e. 395 al este, 354). En la presente campaña los trabajos

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TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS REALIZADOS POR LA ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN DE ARAGÓN II EN EL YACIMIENTO
DE BILBILIS (CALATAYUD-ZARAGOZA). CAMPAÑA 2008

se han centrado en su zona sur, que es


la que está en contacto con la domus del
Ninfeo a través de la calle que separa am-
bos edificios. Fruto de estos trabajos ha
sido la aparición de un frente comercial,
ya conocido en parte, con distintas trans-
formaciones estructurales que alteró no-
tablemente su diseño original.

2.1. Espacio E. 1

Esta estancia ya fue excavada en la


campaña de 2003 (Martín-Bueno, Sáenz
y Uribe 2004: 477) documentándose tan
sólo un relleno homogéneo y compacto
de lascas y desechos de piedras sin nin-
guna evidencia de material arqueológico
(u.e. 073). Se han delimitado los muros Cráneo de bóvido
de cierre de la habitación por el norte
(u.e. 100) y el suroeste (u.e. 102), com- 120), materiales que podemos poner en
pletándose la estructura muraria del es- relación con los aparecidos en E. 5 y E.
pacio con la limpieza del muro u.e. 050 7. Con estos datos se puede afirmar que
en la zona sur del mismo. todos estos espacios estaban cubiertos
por un mismo nivel de relleno de tierra,
Es evidente que la zona de excava- piedras y material arqueológico, quizá
ción de C. IV se extiende en dirección fruto de algún proceso de nivelación o
sur, pasando por debajo del camino que aterrazamiento del lugar.
lleva a la ermita de San Paterno, por lo
que en futuros trabajos se tendrá que te-
ner en cuenta este hecho. A pesar de que
su excavación está por concluir, hay que
destacar la aparición de dos monedas: la
primera, un as partido hispanolatino,
aunque su mal estado de conservación no
ha permitido identificarlo, si bien parece
tratarse de una acuñación de Augusto de
la ceca bilbilitana, y la segunda un as de
imitación de Claudio I.

2.2. Espacio E. 4
Vista general de E. 4
Se trata de una habitación de 3,83 m
de longitud y 2,83 m anchura, siendo la
altura máxima conservada de 1,68 m, di- Fruto de la excavación del nivel su-
mensiones similares a las del resto de las perficial fue el hallazgo de un posible pa-
estancias del frente de tabernas donde se vimento de tierra apisonada (u.e. 118) co-
están realizando los trabajos. rrespondiente a una segunda fase, bajo el
cual se encontraron dos rebancos corri-
El primer nivel (u.e. 001) una vez eli- dos de adobe de 0,80 m de ancho y 0,15
minado el manto vegetal, se caracterizó m de alto (u.e. 132 y 139) pegados cada
por la abundancia de material pictórico uno de ellos a los muros del espacio, sien-
y decorativo, como molduras y revesti- do su longitud la de la anchura de la ha-
mientos de columnas de color rojo (u.e. bitación, debiendo prolongarse hacia los

kausis 6 53
J. Carlos SÁENZ PRECIADO, Oliver GARCÍA CHOCANO, Cristina GODOY EXPÓSITO, Nora GUINDA LARRAZA, Francisco LASAR-
TE ORNA, M.ª Pilar SALAS MELÉNDEZ y Susana MORALES RAMÍREZ

7 Los trabajos se com- espacios colindantes, como así se ha po- existencia de dos muros paralelos entre sí
pletaron con la realiza- dido documentar en E. 7. (uu. ee. 012 y 013) y perpendiculares al
ción de los calcos de las muro u.e. 002, los cuales estaban parcial-
pinturas conservadas in En ambos rebancos se aprecia como mente excavados por trabajos en anterio-
situ para su documenta- éstos han sido rotos y cortados a raíz de res campañas.
ción, y con la colabora-
la construcción de las zanjas de cimenta-
ción del equipo de res-
tauradores de la Escue-
ción de los muros u.e. 012 y u.e. 122. Es- El primer nivel de la estancia está for-
la Taller de Restauración te hecho, unido a la presencia de dos pa- mado por un relleno de piedras proceden-
de Aragón II, que se en- vimentos superpuestos, evidencia por lo te de las labores agrícolas, entremezcladas
cargaron de limpiar, menos dos momentos diferentes. Aparen- con otras procedentes de los derrumbes de
consolidar y restaurar temente, la estancia no tiene ningún tipo los muros, fragmentos de pintura roja, tie-
las paredes pintadas, un de entrada ya que el revestimiento se con- rra, etc. (u.e. 016), consecuencia de la ni-
avance de cuyos trabajos serva en las cuatro paredes sin que encon- velación del terreno. Este hecho dificulta
se expone en esta mis- tremos indicios de vano alguno, de ahí que notablemente los trabajos de excavación ya
ma revista. la única explicación posible sea un acce- que se trata de un nivel revuelto que alte-
so desde la planta superior. ró la estratigrafía del lugar. Bajo este pri-
mer nivel se halló un pavimento de tierra
apelmazada mezclada con cal (u.e. 112) que
cubría la totalidad de la estancia en un es-
tado de deterioro avanzado, lo que se apro-
vechó para practicar un sondeo con el que
documentar, y datar si fuese preciso, es-
tructuras previas. El sondeo permitió apre-
ciar la inexistencia de preparación alguna
para este pavimento y la posible superpo-
sición sobre otros similares.

La peculiaridad de este espacio es que


Detalle de una de las estructuras de adobe de
apareció decorado, conservándose in situ
E. 4
gran parte de la pintura de la zona media
y del zócalo. El panel es de fondo blan-
Entre el abundante material mueble co, decorado con finos ribetes de color
recuperado hay que destacar la aparición verde, rojo y negro, mientras el zócalo
de cuatro monedas de bronce: tres de consta de un fondo blanco moteado con
ellas en el interior de la estructura de ado- colores negros y rojos, simulando una de-
be u.e. 139, concretamente un cuadran- coración marmórea7. Se tratan de com-
te, un as y un semis recortado de Sekai- posiciones muy simples y con una gama
za correspondientes a las series de finales cromática muy reducida que cronológi-
del s. II a. C. (Gomis Justo 2001: 49-58, camente se enmarcan en la decoración
117-118); y la cuarta sobre el pavimento, del s. II, similares a las halladas en las ta-
un as de Augusto, procedente de Caesa- bernas del lado oriental del foro (Guiral
raugusta, datado en el año 4 d. C. (Villa- y Martín-Bueno 1996: 457).
ronga 1979: 263, nº 982). También se ha-
lló la hoja de un cuchillo de hierro y Los espacios E. 5 y E. 6 se relacionan
varios fragmentos de columnas y capite- entre sí a través de un pequeño vano o
les jónicos en yeso. puerta (u.e. 108) de 0,47 m de anchura
abierto en el muro (u.e. 013) de separa-
2.3. Espacio E. 5 ción. La conexión entre ambos ambien-
tes, que de alguna manera también lo de-
Nos encontramos con un espacio cu- bieron estar con E. 1, nos permite
yas dimensiones son 3,80 m de longitud hipotetizar sobre una misma instalación o
y 3,07 m de anchura. Antes de nuestra in- negocio, en el que E. 5 actuaría de espa-
tervención presentaba a simple vista la cio principal o de “imagen” del negocio.

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DE BILBILIS (CALATAYUD-ZARAGOZA). CAMPAÑA 2008

Documentación mediante calcos de las pintu-


Fragmento de pintura
ras de E. 5

2.4. Espacio E. 6 des y rojos (u.e. 123), similar a los de la


u.e. 123 de E. 7, la u.e. 120 en E. 4 y a la
Las dimensiones que presenta este es- u.e. 170 en E. 8, al presentar todas ellas
pacio son 3 m de largo por 3,85 m de an- unas similares características, fenómeno
cho. La zona se hallaba cubierta por una parecido al que ocurre con los sucesivos
potente caída de piedras procedentes del pavimentos de tierra apisonada que apa-
desplome del muro (u.e. 002) como era recen a las mismas cotas. Todo ello nos
constante en toda la zona. En el muro u.e. lleva a pensar que los espacios E. 7 y E.
013 se localizó el acceso hacia E. 5. En- 4 en algún momento podrían haber esta-
frentado a él, en el muro u.e. 100, se apre- do conectados o formaban un espacio
cia otro vano similar (u.e. 104), si bien por único, posiblemente antes del relleno de
el momento, al no estar concluida la ex- ambas habitaciones con el nivel de casca-
cavación de E. 6 ni tampoco E. 1, no po- jo y pinturas antes comentado.
demos confirmar esta apreciación.
La ampliación del frente de trabajo
Adosado al muro (u.e. 102) apareció permitió descubrir uno de los muros de
una bancada de adobe (u.e. 103) de 0,30 cierre de E. 7 (u.e. 133) que parece ser
m de ancho y 0,12 m de alto, sobre la que una de las esquinas del complejo monu-
se depositarían objetos, ya que para actuar mental de C. IV al discurrir en dirección
como banco de sentarse es muy baja. NO-SE. Dicho muro presenta una manu-
factura bien trabajada con grandes sillares
Los trabajos realizados han aportado de yeso bandeado de 0,90 m por 0,56 m,
diversos fragmentos de cerámica indíge- si bien la altura no ha podido ser obteni-
na, platos de e.i.r.p, sigillata hispánica co- da al quedar incrustados en el pavimento.
mo platos H. 4 y 18, cuencos H. 29 y 37, En este muro se abre una gran puerta de
un fragmento de fíbula de charnela, un re- dos hojas, 1,69 m de anchura, de la que
mache de bronce y un peine de hueso, po- se ha conservado la impronta de los goz-
siblemente una carda de lana. nes en el pavimento y un tope central.

2.5. Espacios E. 7, E. 8 y E. 9 Si bien como comentábamos con an-


terioridad, este espacio se encuentra en
En el momento de la entrega y publi- plena excavación, no queremos incidir
cación de ese artículo continúan los tra- más en él a pesar de conocer una serie de
bajos en estos espacios que ya habían si- muros y superposiciones de pavimentos
do delimitados en parte en la campaña hasta que los trabajos estén más avanza-
pasada, si bien el muro de cierre en su dos. Sí, en cambio, queremos destacar que
parte noreste no había sido hallado. el material mueble aparecido ha sido muy
abundante y variado. Así, han aparecido
Se halló un nivel compuesto por cas- varios objetos de bronce como plaquitas
cajo, adobe y fragmentos pictóricos ver- de revestimiento de un mueble o caja de

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madera, apliques circulares, arandelas, un y 36 como un único espacio destinado a


botón, etc. A ello hay que añadir dos agu- la recogida y almacenamiento de líquidos.
jas de hueso y abundantes restos de fau- La habitación contaría con un pavimen-
na, destacando una concha perforada en to hidráulico recorrido perimetralmente
el umbo para poder ser colgada. El con- por un ancho bocel que dirigiría el agua
junto se completa con abundantes frag- hacia un aljibe cuya capacidad aproxima-
mentos pictóricos con temas figurados so- da de almacenamiento era de unos 300 l.
bre los que se está trabajando es estos Se puede observar como este pavimento
momentos. se encontraba inclinado en dirección ha-
cia dicho aljibe para favorecer la recogi-
En cuanto al espacio E. 8, el nivel más da de los líquidos.
interesante por el momento es la u.e. 124,
que corresponde a un revuelto de adobes, En una segunda fase se constatan al-
tierra, fragmentos de pintura y molduras gunos cambios tanto estructurales como
de entre los que hay que destacar, a par- funcionales de las estancias. Así, H. 25 y
te de los temas figurados, los fragmentos 36 son separadas mediante un muro de
de capitel jónico en yeso similar a los en- cierta entidad (u.e. 169), a la vez que se
contrados en E. 4, de ahí que deduzca- compartimenta en dos estancias diferen-
mos que E. 4 y E. 8 están colmatadas en tes (H. 18 y 25), cegándose el aljibe. Del
su parte superior por el mismo nivel. mismo modo, observamos como la puer-
ta que conectaba H. 25 con H. 28 es ta-
piada, sin duda como consecuencia de la
3. CONCLUSIONES nueva funcionalidad que adquiere la zona.

Los diferentes trabajos llevados a ca- En relación con este hecho en H. 28,
bo en el sector de la domus del Ninfeo per- transformada o cambiada la función pri-
miten ya obtener algunas conclusiones de mitiva, se realizan una serie de comede-
interés para la interpretación de la zona. ros para animales, si bien no podemos es-
tablecer que sean contemporáneos a dicho
En lo referente a la zona de servicios, tapiado y si por lo menos posteriores a
se puede constatar la existencia de dos fa- ello. De la misma manera en H. 36, tras
ses bien diferenciadas. Una primera fase su separación de la domus, se comparti-
hace referencia a las estancias H. 18, 25 menta mediante muros de adobe de po-

Restos de pinturas en la E. 5

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DE BILBILIS (CALATAYUD-ZARAGOZA). CAMPAÑA 2008

ca entidad, creando espacios que recuer- to, así como un aljibe que confirma el uso
dan a los pesebres para el ganado. De ma- industrial de la estancia. El acceso a ésta se
nera que en esta segunda fase la zona es- producía desde la planta superior, al igual
tudiada sufre unas variaciones dirigidas por que sucede en la habitación situada bajo H.
la nueva función adquirida, posiblemente 19, quedando la comunicación entre am-
corrales, cuadras o establos. bas limitada únicamente a los tres vanos.

Respecto a la zona de tabernas ubica- Los trabajos realizados en el sector co-


das en el ala oriental de la domus y consti- rrespondiente al edificio público de C. IV
tuidas en dos alturas, se puede apreciar han permitido identificar varias fases cons-
también dos fases distintas durante las cua- tructivas, originando cada una modificacio-
les se produce una reestructuración de la nes estructurales. Durante la primera fase
zona. Durante la primera fase, las estan- se sitúan las estructuras de adobe encon-
cias H. 2 y 3 son dos espacios diferencia- tradas bajo los pavimentos en E. 4 y E. 7,
dos, en el cual H. 2 se encuentra relacio- y que probablemente continúen en E. 5.
nada con unas estructuras soterradas bajo Dichas estructuras son semejantes a las que
el ninfeo, teniendo un acceso abierto en se pueden encontrar en las viviendas celti-
dirección a las mismas, mientras que la en- béricas, cuya función, entre otras, respon-
trada a H. 3 tiene lugar por la parte pos- de a la de aislar los recipientes del suelo y
terior mediante una puerta de sillares al- favorecer la recogida de los líquidos en ca-
mohadillados de yeso bandeado y que so de ruptura. Su datación tiene que ser fe-
conduciría hacia el sector C. IV a través de chada a partir del 133 a. C. como conse-
una escalera. cuencia de la aparición en su interior de
tres monedas indígenas perteneciente a las
Posteriormente, en una segunda fase, series acuñadas a finales del s. II a. C. en
se produce la unificación de ambos espa- Sekaiza.
cios mediante la eliminación del muro di-
visorio existente, creando un único am- A la segunda fase corresponde la rees-
biente destinado a la realización de tructuración de la zona en las distintas es-
actividades industriales, a la vez que el ac- tancias, destacando el espacio E. 5, que es
ceso de H. 2 se tapia, quedando como úni- decorado a inicios del s. II d. C., si bien no
ca entrada la de H. 3. Paralelamente a es- podemos asegurar que sea ésta la datación
te tapiado, y junto a éste, se construye una de dicha reestructuración, y sí la del con-
balseta o pequeño aljibe con un volumen junto pictórico.
de almacenaje inferior al de las otras dos
localizadas, ya que mientras la de H. 2 tie- Una tercera fase permite ver la amplia-
ne una capacidad de 0,25 m3, las de H. 20 ción del muro u.e. 013 de E. 5 en direc-
y 25 presentan un volumen de 0,42 m3 y ción al muro de cierre de la estancia y que
0,30 m3 respectivamente. Será en esta mis- cubre parte de la pintura. Pudo deberse a
ma fase cuando se practique una abertura un intento de estrechar la puerta existente
en el muro divisorio entre H. 2 y 19, po- o bien tapiarla.
niendo ambos espacios en comunicación.
Respecto a E. 7, que probablemente
El espacio existente bajo H. 19, al que conforme un único espacio junto a E. 9,
se accedería mediante una posible caja de puede corresponder a un patio, ya se verá
escalera ubicada en la parte sur de la mis- en la excavación si abierto o porticado, pro-
ma, podría estar relacionado con la activi- bablemente relacionado con el edificio
dad industrial desarrollada en H. 20 me- construido detrás de las tabernas (C. IV).
diante los tres estrechos vanos verticales La construcción del muro de cierre de E.
abiertos en el muro divisorio por los que 7, mediante sillares de yeso bandeado, per-
cruzaría el praelum de cada prensa. Junto a mite apreciar la importancia que tuvo este
la presencia de dichos vanos hay que des- edificio dentro del contexto urbanístico de
tacar la existencia de canales en el pavimen- la zona y por consiguiente de la ciudad.

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8 Mortero Zacol cal® y ban en un estado frágil, por lo que el tra-


Zalcodur®.
4. INTERVENCIÓN DE RESTAURACIÓN
bajo fue de una gran complejidad. En la
medida de lo posible y cuando las condi-
El equipo de restauradoras de la Es-
ciones eran las adecuadas, se trabajó por
cuela Taller de Restauración de Aragón II
zonas para que éstas se fueran secando.
ha trabajado conjuntamente con el de ar-
queología durante las campañas de prima-
Las cajas con el material se traslada-
vera y otoño en los diferentes espacios de
ron a un almacén y se sacaron la mayor
la casa del Ninfeo y del edificio público
parte de los fragmentos, extendiéndolos
C. IV.
en mesas para que se secaran por com-
pleto. Durante este proceso se aprovechó
Las tareas realizadas han tenido como
para realizar una limpieza más completa
fin conservar las estructuras excavadas, la
de los restos de tierra procedente de la ex-
pintura mural y pavimentos descubiertos,
cavación.
así como los distintos objetos muebles en-
contrados. Como en otras ocasiones, y una Tanto en esta habitación como en la
vez terminada cada campaña, las zonas ex- H. 2, 19 y 16, se procedió a la conserva-
cavadas se han protegido con el fin de con- ción de los pavimentos. En la H. 2 se en-
servarlas y protegerlas de las inclemencias contraban restos de un opus signinum y el
del tiempo. resto consistía en sencillos pavimentos hi-
dráulicos debido al uso industrial de estas
En la casa del Ninfeo se actuó en la zonas. Relacionadas con este uso, se en-
H. 2, H. 19, H. 20 y H. 16; mientras que contraron en H. 2 y en H. 20 dos peque-
en el edifico C. IV nuestra actuación se cir- ñas balsetas, así como canales por donde
cunscribió al espacio 5, todavía en proce- circulaba algún líquido, en H. 20 y H. 36.
so de restauración.
Tanto los pavimentos como las balse-
La mayor parte del trabajo realizado en tas presentaban pérdidas, sobre todo en
la campaña de primavera se centró en la las zonas perimetrales, acelerada por la
extracción de una importante cantidad de desaparición del terreno; disgregación de
fragmentos de pintura mural, molduras y los morteros, sobre todo en dichos perí-
restos del alfiz de un arco de entrada, en metros; grietas y fisuras; deformaciones
la H. 20. Los numerosos restos decorati- en los pavimentos, especialmente en H.
vos constituían la mayor parte del relleno 19, que favorecían el encharcamiento y su-
de una habitación, de la que se conserva ciedad superficial.
una gran altura, que se utilizaron en un mo-
mento indeterminado para regularizar el te- La actuación sobre los pavimentos y
rreno con el fin, posiblemente, de la ex- las balsetas consistió en una limpieza de los
plotación agrícola del terreno. restos de tierras y suciedad, y sobre todo,
la consolidación del mortero en los lími-
La extracción de los fragmentos estu- tes, grietas y diversas pérdidas. El morte-
vo supeditada al trabajo de excavación y do- ro8 utilizado es de cal hidráulica ya predo-
cumentación arqueológica. Como en otras sificado, y en nuestro caso, utilizamos una
ocasiones, el proceso se realizó con el mí- mezcla de dos granulometrías, una de gro-
nimo de intervención. Sólo se efectuó la fi- sor medio y otra fina, a partes iguales. En
jación de pulverulencias de la película pic- las zonas perimetrales se aplicó el morte-
tórica en casos muy concretos, y sobre todo, ro en bisel y una ligera inclinación con el
si eran fragmentos que debían ser engasa- fin de evitar posibles acumulaciones de
dos ante la posible fractura de la pieza. agua que terminen acelerando el deterioro
de los pavimentos.
Debido a que la primavera fue muy llu-
viosa y la humedad ambiental era muy al- El espacio 5 del edificio C. IV es el
ta, muchos de los fragmentos se encontra- único que conserva cuatro muros con

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decoración pictórica sobre ellos. La de-


coración es muy sencilla y consiste en
un zócalo blanco con moteado en ver-
de, rojo y negro; filetes de los mismos
colores que marcan la separación entre
el zócalo y la zona media, así como en-
tre los paneles centrales, también con
fondo blanco. La técnica pictórica es
una lechada de cal para el fondo blan-
co y retoques en seco para los detalles
en color, posiblemente con agua de cal
como aglutinante.

La pintura conservada varía de altu-


ra según las zonas, desde un metro en el
muro norte hasta apenas unos centíme-
Proceso de aplicación del mortero en E. 5
tros en el muro sur.

Estructuralmente el muro norte es- junto con el proceso de limpieza realiza-


tá debilitado por el deterioro y pérdida da con agua-alcohol, en proporción 1:2.
de una viga de madera, por lo que de-
bió consolidarse mediante la colocación Este proceso se continuó con la in-
de piedras de pequeño tamaño de la zo- yección de las oquedades internas con
na y mortero de cal. Igualmente, hubo mortero PLM-A. Las oquedades estaban
que recrecer con piedra rejuntada con sobre todo presentes entre el enfoscado
mortero una zona del muro oeste don- y el muro, y en menor medida, entre las
de la erosión dejaba sin soporte a unos capas de mortero.
40 cm de pintura.
Primero se delimitaron en tamaño y
Este mortero también se aplicó a los forma las oquedades mediante el golpeo
bordes de rotura de la pintura, grietas, fi- con nudillo, determinando la susceptibi-
suras y lagunas de diverso tamaño con el lidad de su inyección o no.
fin de consolidarlas. Por ello, la primera
acción fue engasar con paraloid B-72 en Posteriormente, se practicó un orificio
acetona al 15-20 % todos los bordes. o se aprovechó alguna zona de fisuras o
Este engasado de protección se fue grietas ya amorteradas, por el que se fue
eliminando poco a poco según se avan- limpiando de polvo y restos de mortero
zaba en la limpieza de tierras; la conso- mediante peras de goma.
lidación del mortero de los bordes me-
diante Acril 33 al 25% con el fin de El orificio se protegió en su zona cir-
garantizar su cohesión y adhesión; y la cundante con paraloid al 5% en acetona
aplicación del mortero. con el fin de evitar su reblandecimiento du-
rante el proceso de inyección. Éste se re-
Durante el proceso de excavación se alizó mediante jeringuillas con PLM-A por
dejaron testigos de tierra de unos 5-10 presión (con cánula) hasta rellenar.
cm con el objeto de que cuando la hu-
medad de los muros se fuera evaporan- La protección definitiva de las pintu-
do, se depositaran las eflorescencias sa- ras se realizó tanto desde el remate de los
linas en los restos de tierra y no sobre la muros como en las paredes con presencia
superficie de la pintura. La mayor parte de pintura, con el fin de conservarlas y mi-
de los restos pictóricos presentaban una nimizar los cambios de temperatura y hu-
importante capa de concreciones salinas medad, pero sobre todo, evitar la entrada
que se han ido eliminando con bisturíes del agua de lluvia.

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