You are on page 1of 18

EDAD ADULTA

Facultad de Educación: Centro de Formación del Profesorado.


Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación.
Universidad Complutense de Madrid
Introducción

2. DESARROLLO INTELECTUAL.

3. DESARROLLO SOCIAL
4. PERSONALIDAD /1
5. MATRIMONIO E HIJOS
5.1. Matrimonio
5.2. Hijos

6. DIVORCIO Y VIUDEDAD:
SUS REPERCUSIONES
6.1. Divorcio
6.2. Viudedad

7. TRABAJO Y PARO
7.1. Trabajo
7.2. Paro

Referencias bibliográjicas

I
Introducción
La edad adulta no ha interesado a los investigadores hasta bien entrados los
años setenta, por lo que no existe tanta documentación como de etapas ante-
riores. Las tendencias actuales se preocupan de la evolución como un continuo
desde que el sujeto es concebido hasta que muere, analizando los cambios que
se producen durante toda su existencia que vienen determinados por las in-
fluencias ambientales. Por lo tanto, durante esta etapa, el sujeto será el fruto de
todo el bagaje y experiencias vividas, tanto a nivel biológico como psicológico y
social.
Aunque la edad adulta se sitúa entre los 20 y los 65 anos, este período se
puede entender de diversas maneras en función de las opiniones en las que nos
basemos. En este sentido, para la opinión mayoritaria, una persona es adulta
desde el momento en que llega a la mayoría de edad y hasta que se jubila, en
función de la legislación de cada Estado. Por otra parte, a nivel social, se consi-
dera adulta a la persona que es independiente, tiene su propio trabajo y ha for-
mado su propia familia. Todo ello, como podemos suponer, no se puede delimi-
tar a una edad determinada, ya que las características personales hace que
oscile de unos sujetos a otros. &í, para autores como Piaget, adulto es el sujeto
que llega al pensamiento formal.
Como hemos constatado, la edad adulta ocupa un período muy amplio de la
vida del sujeto. Se denomina edad adulta temprana la que abarca desde los 20 a
los 40 años aproximadamente, con la elección de la familia y comienzo del tra-
:bajo profesional. La edad adulta media, de los 40 a los 65, abarca un período de
gran productividad intelectual y artística; momento de realización, el logro de res-
ponsabilidades sociales, estabilidad y satisfacción en el trabajo, ayuda a los hijos
en su integración social, y la aceptación de sus cambios físicos.
En el comienzo de la edad adulta se van a producir cambios y acontecimien-
tos que crean incertidumbre y tensiones hasta que el sujeto los controla. Estos
cambios, base de la responsabilidad que va adquiriendo el sujeto, son el matri-
monio, paternidad, trabajo, y todos aquellos hechos relacionados con la edad,
pero que cambian según el momento histórico, económico y político que a ca-
da uno le toca vivir.
Por lo tanto, comenzaremos a analizar, para el correcto planteamiento de es-
te tema, el desarrollo desde los diferentes planos, físico, intelectual, sociai y per-
sonal, así como los distintos problemas relacionados con todos estos aspectos.
392 ~ ~ i r o ~ odel
g í ciclo
a uital
-
-

--
1. DESARROLLO F~SICO -

Como la edad adulta abarca un ciclo de edades muy amplio con cambios c n su
dcsarrollo fisiológico niuy diferentes, es necesario precisar, concretar y destacar
cada una de estas etapas.
La edad adulta temprana se caracteriza físicamente por una gran resisten-
cia y energía; sil cuerpo está plenamente vigoroso. La estatura se estabiliza alre-
dedor de los 30 años, y la fuerza muscular está en su apogeo sobre los 25. El su-
jeto tiene una gran agilidad en los dedos y movimientos tle sus manos.
En cuanto a 10s sentidos, la agudeza visual y la audición son más perfectos a
los 20 años, igual que el gusto, el olfato y la sensibilidad al dolor y la temperatura.
Aunque en este primer momento d e la edad adulta el sujeto alcanza sus me-
jores facultades físicas, debemos de tener en cuenta que en los distintos depor-
tes, las edades que se consideran claves son diferentes según el tipo d e modali-
dad utilizada.
Durante este período los adultos son muy sanos, no tienen enfermedades y
ellos mismos se valoran muy bien; si se presenta alguna dificultad, puede ser
por causa d e accidentes, pero por lo general no existen problemas d e salud,
siempre sabiendo que existe un pequeño porcentaje d e personas con deternii-
nadas dolencias crónicas y deterioros.
Como define la Organización Mundial d e la Salud (OMS), la salud e s «un es-
tado d e bienestar completo, físico, mental y social, y no solamente ausencia de
enfermedades y achaques». Por lo tanto, el sujeto debe d e cuidarse, y para ello
lo mejor es una vida sana, con una alimentación equilibrada, con ejercicio de
forma regular y la evitación d e todo tipo de excesos para no ser presa del estrés.
Igualmente puede influir d e forma indirecta cn la salud la educación, los fac-
tores socioeconómicos, el estado social y el sexo.
En la edad adulta intermedia, el funcionamiento físico es bueno, aunque
no se encuentra en su máximo esplendor. El sujeto empieza a notar pequeños
cambios, pero que se van aceptando sin ningún problema.
A nivel visual, aparece la presbicia, y el sujeto necesita gafas para la lectura.
Adernás, se pierde nitidez en la visión, necesitándose más luz, aunque la miopía
se nivela.
La audición, también tiene una caída, especialniente en las frecuencias más
altas. Es la presbiacusia que se hace más intensa a partir de los 55 años.
El gusto también disminuye alrededor d e los 50 años, manieniéndose el ol-
fato hasta edadcs más avanzadas.
Se produce una pérdida d e f u e r ~ ay coordinación, pero es casi impercepti-
ble, pero si el sujeto lleva una vida sedentaria, perderá la elasticidad, y esto lo
notará d e forma decisiva a partir d e los 60 años.
Edad adulta 393

En cuanto a los tiempos de reacción, se origina también una disminución, lo


que no implica un bajo rendimiento laboral, ya que los sujetos, debido a su ex-
periencia, compensan las posibles pérdidas de la edad. Es el momento de ma-
yor satisfacción en el trabajo y menor número de accidentes laborales.
El cambio más transcendental de esta época es la disminución de la capaci-
dad reproductora. En la mujer se produce la menopausia, con cambios fisiológi-
cos y síntomas físicos como son el paso del calor al frío por la reducción de es-
trógeno~.Esto también produce osteoporosis, volviéndose los huesos frágiles y
con tendencia a su fragmentación. Para evitar los problemas derivados de la me-
nopausia, se dan hormonas sustitutorias, pero no se tiene resultados precisos
de su repercusión a posteriori. Lo cierto es que si la sociedad admite de forma
natural a la mujer menopáusica, ésta no tiene alteraciones dignas de mención.
Ahora bien, debemos entender que este período es uno más del ciclo vital y
que la mujer lo va a vivir de forma similar a como vivió los anteriores.
También los hombres pasan por un climaterio, en el cual se manifiestan pro-
blemas de fatiga, depresión, insuficiencia sexual, pero si no se encuentran pre-
sionados por el ambiente, no se producen alteraciones ni conflictos serios. Tan-
to los hombres como las mujeres empiezan a perder capacidad física; sus
riñones no filtran igual y su corazón no bombea de la misma forma, pero el esti-
lo de vida puede paliar estas pequeñas alteraciones en la salud.
En cuanto a las enfermedades típicas de esta etapa son: circulatorias, digesti-
vas, artríticas, bronquiales, diabéticas, deterioro de la vista y del oído, así como
hipertensión.
Aunque no se puede hablar de la muerte a estas alturas de la vida, también es
cierto que nos encontramos con más mortalidad que en otras etapas anteriores.
Las causas de este trágico desenlace suelen ser: el cáncer, corazón y carretera. To-
das ellas fácilmente evitables tomándose las pertinentes medidas precautorias.

DESARROLLO INTELECTUAL 2.

El sujeto, a lo largo del ciclo vital, se pregunta qué es lo que debe conocer, có-
mo y para qué; y en la etapa de la vida adulta, le interesa el conocimiento como
forma de resolver los problemas de la responsabilidad que ha adquirido, así el
trabajo y la familia. Podríamos decir, que es el momento de mayor auge de la in-
teligencia práctica, y de cómo resuelva y logre sus objetivos pasará a la edad
adulta intermedia con la posibilidad de adquirir nuevas responsabilidades socia-
les y laborales, así como saber asumir situaciones complejas basándbse en estra-
tegias adecuadas.
En el funcionamiento cognitivo del adulto no se producen siempre procesos
cognitivos que se ajusten al pensamiento hipotético deductivo. Esto es debido a
que no siempre el sujeto adulto es capaz de alcanzar el desarrollo de las opera-
ciones formales. Es cierto que, según la teoría de Piaget, sería así, pero la expe-
394 Psicología del ciclo z~ital

riencia ha demostrado que debido a las características individuales de los pro-


pios sujetos que inciden en la tarea, no son capaces de resolver determinados
problemas a alto nivel cognitivo. En otras ocasiones, dificulta o bien favorece la
resolución de problemas, la concepción que se tiene, errónea o no, sobre cier-
tos datos. También los conocimientos previos que tiene el sujeto, así como la
naturaleza de la tarea, pueden incidir en el rendimiento.
Por otra parte, Piaget considera que cuando la situación experimental del sujeto
no coincide con los intereses del mismo, puede aparecer un razonamiento de esta-
dios anteriores,es decir, nos podemos encontrar con las operaciones concretas.
Luego, el tipo de pensamiento utilizado por el adulto puede venir determi-
nado por las expectativas, la experiencia vivida, errores en las atribuciones, ego-
centrismo y estado emocional. En todos estos casos no será capaz de procesar
adecuadamente la información recibida.
Para una mejor comprensión sobre el proceso de la inteligencia durante la
edad adulta, podemos analizar varios enfoques: por una parte, los psicometris-
tas. Éstos se plantean el problema de si la inteligencia aumenta o disminuye, pa-
ra lo cual se basaron en distintos estudios:
Transversales: se constató que la inteligencia llegaba a su máximo esplendor
sobre los 20 años, y luego, poco a poco decaía. Esto nos puede estar indicando
diferencias en los grupos más que propiamente en la edad, ya que el nivel edu-
cativo de los sujetos puede estar incidiendo en estos resultados.
Longitudinales:se detectaron pérdidas en la inteligencia fluida. Para autores
como Cunninghan y Yamarnoto pueden ser de base neurofisiológica. Sin embar-
go, en estos estudios también se encuentra un incremento en la inteligencia
hasta los 50 años, pero esto puede ser debido a que los sujetos se habitúan a es-
tas pruebas y pueden estar manifestando una habilidad hacia la tarea conocida
que no es propiamente un incremento intelectual.
De todo ello se deduce que no coincidieron ninguno de ellos en sus resulta-
dos. Ahora bien, parece ser que los patrones de inteligencia en la edad interme-
dia se mantienen.
Por otra parte, autores como Cattell y Horn consideran que existen diferen-
cias entre la inteligencia fluida y la cristalizada. Aquélla sería la capacidad para
llegar a abstracciones que dependen del funcionamiento neurológico, y por lo
tanto, no está supeditado ni a la cultura ni al nivel educativo. Por su parte, la in-
teligencia cristalizada supone que el sujeto es capaz de recordar la información
recibida a través de la experiencia y la educación.
Asimismo, uno de los modelos para el estudio de los estadios cognitivos de
la edad adulta sería el auspiciado por K. Warner Schaie. Este autor, en su escala,
utiliza varios estadios, limitándonos únicamente, en este momento, a los de las
edades que nos interesan.
Adquirir el estadio. Este período abarca desde el final de la adolescencia
hasta los 20130 años. Se adquieren los conocimientos para conseguir una
Edad adulta 395

competencia e independencia, y especialmente para lograr las metas que


se han propuesto.
Estadio de la responsabilidad. Comprende desde los 30 a los 60 años. Está
relacionado con los problemas de la vida práctica y con los problemas de
la vida familiar.
Estadio ejecutivo. Abarca dos etapas: va desde los 30 a los 40, y desde los
50 a los 60 años. Se interesan por problemas sociales.
Otra postura, sería la de R. Sternberg que, en su teoría triárquica, entiende la
inteligencia como elementos o como subteorías.
La subteoría componencial, que analiza y evalúa los problemas, es el pun-
to crítico de la inteligencia. El sujeto se plantea cómo analizar los proble-
mas y valorar los resultados obtenidos.
La subteoría experiencia1 permite comparar la información novedosa con
la que ya se tiene automatizada.
Por último, la subteoría contextual es la habilidad para juzgar una situa-
ción, resolver qué hacer, y adaptarse al entorno o adaptar el entorno. Esta
última subteoría sería la base de la vida adulta.
Para el procesamiento de la información, la inteligencia fluida consiste en
manejar situaciones nuevas, y que según algunos autores, disminuye en este pe-
ríodo de la vida; mientras que la inteligencia cristalizada, habilidad para resolver
problemas con material almacenado, se mantiene e incluso se incrementa, s o -
bre todo cuando se utilizan las capacidades intelectuales de forma regular.
Baltes, con su teoría del ciclo vital, considera que la práctica y familiaridad
con las tareas son la base del desarrollo y del funcionamiento cognitivo adulto.
En la actualidad, las investigaciones no se basan tanto en el deterioro inte-
lectual de tipo biológico, sino que existe una interacción cognitivo-contextual
en la que influyen diferentes factores, como son la edad cronológica, el momen-
to histórico en que le ha tocado vivir y la experiencia individual de cada sujeto.
Hay autores que se interesan por el desarrollo del sujeto dentro de un contexto
sociocultural, lo que implica una continua evolución según el transcurso de los
cambios históricos.
Es importante tener en cuenta que el desarrollo moral del sujeto se basa en
su desarrollo cognitivo, es decir, el sujeto pasa de un pensamiento egocéntrico
a un pensamiento abstracto, y según las investigaciones se ha comprobado que
muchos sujetos de 20 años no han alcanzado los estadios más altos del pensa-
miento moral de Kohlberg. Por lo tanto, no podríamos hablar de que han alcan-
zado todavía la etapa adulta.
En la edad adulta intermedia, los estudios psicométricos dicen que los adul-
tos que tienen una capacidad intelectual alta ya la poseían en etapas anteriores;
por otra parte, se observa que algunas tareas intelectuales se incrementan en la
edad adulta intermedia, como sucede con la inteligencia cristalizada. También
las habilidades verbales se potencian en esta etapa, sobre todo, en aquellos su-
396 Psicologia del ciclo vital

jetos que de forma continua estimulan su desarrollo intelectual mediante el tra-


bajo y la lectura. Otras veces, los malos resultados de los adultos en tareas de ti-
po intelectual se puede deber a la falta de motivación para realizar el trabajo
que se le ha presentado, o bien que éste no es apropiado para dicho sujeto.
Erikson considera que el sujeto en la edad adulta intermedia utiliza su capa-
cidad intelectual para dirigir a la generación que le precede.

3. DESARROLLO SOCIAL

Es una etapa de la vida en la que la socialización es básica, ya que el sujeto pasa


de una existencia sin responsabilidades a formar una Familia, con todo lo que
ello supone, además d e unas exigencias de horario de trabajo debidas a su nue-
va actividad laboral. Este es un cambio espectacular de obligaciones y deberes,
tanto en la planificación de su futuro, como en la estructura d e una nueva vida.
Todo esto implica un giro en su estatus social y, por supuesto, en sus relacio-
nes sociales y comportamientos. Todos los cambios que se producen en la edad
adulta nos indican que los aspectos sociales son la clave d e la madurez. Ya veía-
mos cómo a nivel cognitivo el sujeto, durante esta etapa, necesita volcarse en la
sociedad, ayudar a sus hijos y poner las bases de la estructura social.
Lo que especialmente marca el cambio d e vida del sujeto, no es tanto la
edad, sino la época y la sociedad en la que le ha tocado vivir. El sujeto irá ac-
tuando en cada momento según las exigencias que determinan los roles y esta-
tus sobre los que va pasando. Además, cada momento socio-histórico tiene sus
normas y tareas.
Bronfenbrenner considera que los adultos tienen más influencias y presio-
nes sociales, econóniicas y culturales que en otras etapas de la vida, lo cual afec-
ta a su evolución. Dicho autor, en su modelo proceso-guión-persona-contexto,
analiza la interacción persona-ambiente. Coincidiendo con algunos de sus pos-
tulados, tenemos el modelo que estudia la adaptación del adulto a su entorno,
representado por Lawton-Nahemow. Este autor considera que existe una inte-
racción entre la competencia y la presión ambiental. En este sentido, entiende
por competencia, la capacidad que tiene el sujeto en todos los aspectos perso-
nales, como son una buena salud biológica, facilidad para desenvolverse en la
vida diaria, pensamiento abstracto y correcto procesamiento de la información,
y sabe utilizar su tiempo libre con actividades, descanso y aficiones. De la mis-
ma forma, en su conducta social desarrolla los roles establecidos a nivel familiar
y d e estructuras.
Todos estos aspectos originan gran variabilidad entre los sujetos. Por otra par-
te, la presión ambiental estana formada por aquellos estímulos que recibe el su-
jeto y ponen en movimiento su conducta. Para que el sujeto se encuentre cómo-
do es necesario que equilibre sus habilidades con las necesidades del entorno.
Edad adulta 397

Durante la edad adulta temprana, se van a producir en el sujeto cambios


transcendentales. Va a elegir un compañero con el que compartir su vida, lo que
supone un aprendizaje en la convivencia y un cambio en su estado social. Suele
ser el momento de su primer trabajo, con sus incertidumbres y su integración
en un grupo social determinado; con amistades nuevas. Ahora bien, todo gira
en torno a dos pilares fundamentales: la familia y el trabajo.
De la persona adulta se esperan unas actitudes, acciones y comportamientos
propios de su rol: marido, padre, trabajador, que varían en función de los acon-
tecimientos históricos, la industrialización, las fluctuaciones económicas y cultu-
rales. Adquirir los roles familiares puede venir determinado por búsqueda de in-
timidad y el miedo al aislamiento.
Algunos autores consideran que, entre la edad adulta temprana y la media,
se da un período de transición o crisis, en el cual el sujeto se replantea su vida.
Esto coincide con un pequeño declive físico, con la pérdida de los padres, la
adolescencia de los hijos, la crisis matrimonial e, incluso, posibles cambios de
trabajo. Otros autores consideran que estas crisis se producen sólo en aquellos
sujetos con inestabilidad psicológica y con determinadas tendencias neuroticis-
tas desde la adolescencia.
La edad adulta media es una etapa de gran producción intelectual y creativa
y de autorrealización. Durante este momento se educa a los hijos y se les prepara
para la vida adulta. El adulto se encuentra satisfecho de su vida profesional y de su
relación familiar, dado que al tener los hijos mayores, la pareja se puede dedicar
más a sí misma, a la vez que se van aceptando los cambios fisiológicos y se incor-
pora la problemática de los padres ancianos con toda su repercusión.
La persona adulta en su vida social, también se comunica con personas en
forma anecdótica y ocasional; tiene relaciones profesionales, pertenece a aso-
ciaciones culturales, deportivas, intelectuales o religiosas. Es el momento de las
grandes relaciones de amistad. Se potencian las relaciones familiares y, sobre to-
do, las relaciones íntimas entre los esposos.

PERSONALIDAD

Cuando se habla de la vida adulta, se considera que entre los 40 y los 50 años se
origina una crisis, debido a los cambios físicos, psíquicos y sociales, que hacen
que el sujeto tenga que volverse a encontrar a sí mismo.
Huyck y Hoyer manifiestan que se produce una crisis entre los. 35 y los 55
años en la que se dan estados depresivos que suelen coincidir en la mujer, con
la menopausia, y en el hombre con una disminución de la sexualidad.
Aunque existen diferentes teorías que consideran la personalidad de una for-
ma estática, debemos entender que el sujeto adulto es el producto de las expe-
riencias vividas a lo largo de su ciclo vital.
?
398 Psicología del ciclo ziital

Para este estudio, analizaremos dos posturas fundamentales: las representa-


das por Erikson y Levinson, teniendo en cuenta las dos etapas de la vida adulta.
En primer lugar, para Erikson, el problema de la edad adulta temprana es
intimidad zlersus aislamiento. Los sujetos adultos buscan la intimidad y el com-
promiso con otras personas, y si no lo consiguen o temen hacerlo, se aíslan. Pa-
ra conseguir una relación íntima es necesario compromiso y sacrificio. Pero en
primer lugar, un sentido de la identidad que se debe de haber fraguado a lo lar-
go de la adolescencia.
Por otra parte, Erikson habla de la edad adulta intermedia como generativi-
dad versus estancamiento. Lo primero, consiste en poner las bases para que la
nueva generación pueda desarrollarse de forma adecuada; a veces, no sólo diri-
gen a los hijos, sino que enseñan o asesoran a otras personas. En otras ocasio-
nes, esta generatividad se manifiesta en una gran productividad o creatividad. El
equilibrio, para este autor, se encuentra entre la generatividad y el estancamien-
to. La virtud que sobresale en esta etapa es la del cuidado de personas, ideas y
productos que están arraigados en el adulto.
Por su parte, Levinson considera que todo adulto tiene una estructura de
la vida, en la que incluye aspectos internos y externos: lugares, gentes, institu-
ciones, casos, valores, causas, sueños, emociones, y todo esto unido en torno al
trabajo y la familia. Pero además pueden existir acontecimientos que hagan
cambiar sus estructuras de vida, como son libros interesantes que lea, situacio-
nes sociales, o cualquier acontecimiento de la vida que pueda influir en su desa-
rrollo personal.
En la edad adulta temprana, el sujeto entra en el mundo adulto, se estable-
cen compromisos de matrimonio y de trabajo. Se plantean metas y expectativas
profesionales. Cuando no se cumplen o el sujeto tiene una pérdida de afirma-
ción, aparece una crisis emocional.
Para este autor, el paso de la edad temprana a la intermedia supone un
aprendizaje de reglas. Asimismo, en este paso el hombre se plantea la dura rea-
lidad de la mortalidad. Este tema le puede provocar una crisis; se siente pertur-
bado e, incluso, llega a actuar de forma irracional; sin embargo, esta reflexión
puede ser saludable dado que puede plantearse la vida de una forma más realis-
ta y adecuada a sus circunstancias.
En la edad adulta intermedia, el sujeto que se ha replanteado su vida empieza
esta nueva etapa con menos exigencias internas y externas. Es reflexivo pero otor-
ga más importancia a los afectos; se vuelve más creativo desarrolla facetas nuevas
de su personalidad, encontrándose más satisfecho con su nueva situ'ación. Algu-
nos, para lograr esto, han realizado pequeños cambios en sus relaciones, mientras
que otros han roto con su trabajo y esposa, y comienzan una vida nueva.
Por otra parte, existen determinados sujetos que nunca se replantean nada,
que no hacen pequeñas ni grandes variaciones y se aferran incluso a los errores
que cometieron en etapas anteriores.
Las mujeres evolucionan de forma diferente. Algunos autores opinan que, al
igual que en los hombres, también sufren determinadas crisis. Lo cierto es que
Edad adulta 399

las mujeres son más flexibles y se van adaptando, rectificando y analizando de


manera continua su situación, nu provocándose un cambio brusco. Esto tam-
bién depende d e las características personales de la mujer, d e su formación y vi-
vencias, así como de su actividad profesional.

MATRIMONIO E HIJOS 5.

Matrimonio 5.1.
Es durante la edad temprana, cuando los sujetos toman la decisión d e casarse,
quedarse solteros, dedicarse a su vocación, o bien, vivir formando pareja con
otra persona Esto implica una gran determinación, ya que una relación íntima
supone un compromiso que está siempre fundamentado en el amor; sobre él
se ha hablado mucho. En este sentido, hay autores que dicen que las personas
sc interesan por aquellas que tienen cualidades muy afines y gustos similares a
los suyos; mientras que otros consideran que los polos distintos son los que
más se atraen. Lo importante es saber los resultados d e las diferentes investiga-
ciones, según las cuales aparecen cuatro aspectos como los más importantes en
toda relación: emocional, cognitivo, físico y de intimidad.
STERNBERG y WHITNEY (1991), en su teoría triangular sobre el amor, establecen
tres ingredientes fundamentales para que una relación sea estable y gratificante:
compromiso, intimidad y pasión.
Asimismo, se ha podido comprobar que los jóvenes y los adultos d e edad in-
termedia son más realistas a la hora de analizar y d e valorar los puntos fuertes y
débiles d e las personas que aman, mientras que los adolescentes y los adultos
de más edad tienden a idealizar a sus parejas. También se encontró que la inti-
midad física era mas importante en la adolescencia y edad temprana, mientras
que en la edad adulta predominaba la intimidad afectiva y romántica, así como
que las parejas eran más felices cuanto más equilibradas estaban.
El matrimoriio existe y existirá y la mayoría d e los adultos se casan en la edad
temprana, aunque en épocas anteriores la gente se casaba más joven y como los
cónyuges morían pronto, daba origen a varios matrimonios. Otros vivían y enve-
jecían juntos, pero lo que destacaba era la gran cantidad de hijos. En el momen-
to presente los jóvenes se casan más tarde y tienen, por término medio, entre
uno o dos hijos.
Actualmente, el acontecimiento más frecuente en el matrimonio son las ruptu-
ras de hecho o de derecho, que en algunos casos pueden alterar el desarrollo nor-
mal d e los hijos e, incluso, crear problemas a alguno de los miembros d e la pareja.
El matrimonio se comprueba, a través d e la historia y de las diferentes cultu-
ras, que satisface las necesidades findamentales. A nivel personal, porque impli-
ca intimidad y, a nivel social, porque asegura la formación y educación d e los hi-
jos mediante un compromiso estable.
400 Psicología del ciclo vital
-

En primer lugar, se debe elegir la persona adecuada para el matrimonio, ta-


rea que parece fácil en principio pero que no es así. Desde los primeros mo-
mentos de la adolescencia se empiezan a formar grupos e incluso parejas de su-
jetos más afines. Cuando existen problemas y estas relaciones se rompen, al
sujeto le resulta difícil volver a encontrar nuevos grupos con los que pueda es-
tablecer vínculos afectivos. Sí es verdad que uno conoce a mucha gente, pero
no siempre tiene posibilidades de relacionarse con ellos a niveles diferentes de
los de trabajo, deporte o en el lugar que se establece la relación.
(1986) dicen que existen limitaciones a la hora de ele-
R ~ B I N S y~ BRODZINSKY
N
gir al compañero. Así, entre los factores que consideran importantes están: en-
dogamia, cercanía y atractivo físico. Aunque parezca muy superficial es esta últi-
ma la que hace que dos personas comiencen a hablar, si bien, a posteriori, se
puede potenciar si va unido a la inteligencia, cultura, educación, intereses, afec-
tividad; temas comunes pueden dar estabilidad a esa relación.
Aunque la relación matrimonial pasa por determinadas etapas, cada pareja tie-
ne su propia manera de relacionarse y de vivir los sucesos que se producen a lo
largo de su vida, así como de ir cambiando y adaptándose a las nuevas situaciones.
La primera etapa sería el inicio d e la relación matrimonial. Esto supone
un compromiso, adaptarse a la otra persona, desempeñar un nuevo rol, tener
un proyecto en común, esrablecer nuevas relaciones. Todo ello implica un cam-
bio transcendental en la pareja que tiene que irse adaptando poco a poco.
La segunda etapa sería la aparición del primer hijo. Esto indica que la pa-
reja, sin dejar de ser ella misma, se tiene que volcar en ese nuevo ser indefenso,
que necesita para subsistir la ayuda de los padres; pero, por otra parte, la madre
puede estar e n unas condiciones físicas no favorables y nuevamente se debe de
reestructurar la familia y adaptarse a la nueva situación.
La tercera etapa es el momento en que los hijos desaparecen de casa.
Cuando las madres han tenido una dedicación plena a sus hijos y no tienen uri
trabajo independiente del hogar, esto puede producir problemas, ya que se eri-
cuentran sin saber qué hacer. No obstante, algunas buscan actividades depor-
tivas o culturales como forma de paliar esta situación, mientras que, para otras
que ya trabajaban, puede ser uria forma de intensificar su vida laboral, pero
en todos los casos esto requiere una nueva adecuacióri de la pareja a su nuevo
estado.
La cuarta y última etapa sería la aparición de los nietos. De nuevo se va a
implicar la pareja, y tendrán que replantearse la nueva forma de funcionar en
este rol de abuelos.
Existe mayor satisfacción matrimonial e n aquellas parejas que tienen una
buena comunicación afectiva y también a la hora de resolver problemas, que
son capaces d e contarse las cosas de forma natural y de ponerse en la situación
del otro.
También uno de los aspectos que producen bienestar a la pareja es la ayuda
mutua en todas las dificultades de la vida. Además de sentir cerca, a nivel emo-
cional, al otro, no se deben descartar la intimidad física y los acuerdos económi-
Edad adulta 401
.

cos. Según la investigación, la base fundamental d e la satisfacción se encuentra


en la comunicación.
En la literatura americana nos encontramos que la satisfacción matrimonial
sigue una curva en forma d e U. En los primeros momentos del matrimonio pasa
por una puntuación alta hasta el final d e la edad intermedia, volviéndose a ele-
var al comienzo d e la edad adulta. Es decir, parece que los momentos d e menor
satisfacción son durante el período d e educación d e los hijos, posiblemente
porque tienen menos tiempo para dedicarse a ellos mismos.

Hijos 5.2.
Se supone que éstos llegan a formar parte de la vida del adulto cuando éste ya
es maduro, tiene un estilo d e vida y una organización familiar y social. Además,
las demandas d e los hijos hacen que los adultos desarrollen mejor su rol.
Hoffman establece una serie d e valores de los que son portadores los hijos:
Los niños son la felicidad d e la familia.
La paternidad establece una identidad y un estatus d e adulto.
El sujeto que es padre controla su impulsividad y asume valores.
Los hijos potencian el amor.
Los hijos incrementan los sentimientos de competencia y logro.
El bebé ejerce control en los padres.
Tener un hijo produce satisfacción.
En los hijos se alcanza una mayor edad biológica.
El hijo puede ser ayuda para los padres mayores.
En la edad adulta intermedia, los padres deben aceptar a sus hijos, tal como
son, comprendiendo que, a veces, eligen formas d e actuación muy diferentes a
las suyas, pero lo fundamental es que ellos se sientan contentos consigo mis-
mos y que los padres les ayuden en esa búsqueda de su identidad y realización
personal.

DIVORCIO Y VIUDEDAD: SUS REPERCUSIONES 6.

Divorcio 6.1.
Ia práctica del divorcio ha aumentado espectacularmente debido a los cambios
sociales. En este sentido, las mujeres son más independientes y no mantienen re-
laciones carentes de satisfacción; no existen tantos problemas, religiosos ni lega-
les, que dificulten mantener esta situación. Incluso socialmente está admitido.
Por lo tanto, parejas que antes, por el bien d e los hijos, permanecían unidas,
consideran y deciden no soportar durante más espacio de tiempo una convi-
402 Psicología del ciclo vital

vencia difícil y, en algunas ocasiones, después de innumerables tensiones y de-


savenencias, llegan a la separación. Todo lo cual implica una serie de problemas
psicológicos y sociales, a la vez que origina conflictos en terceras personas, co-
mo son los hijos.
El divorcio implica un cambio de vida y de rol. En toda separación o divorcio
existe un sentimiento de fracaso. En la mayoría de divorcios, encontramos que
la pareja no era lo suficientemente libre para elegir la persona adecuada, debido
a que tenía problemas familiares y lo único que buscaba, con el matrimonio, era
salir de ese ambiente, precipitándose en su elección. En otros casos, un emba-
razo no deseado da origen a un matrimonio que, casi siempre, termina en sepa-
ración. Asimismo, en algunas ocasiones, cuando los hijos se hacen mayores y
abandonan el hogar familiar, la pareja se da cuenta de que no tiene nada en co-
mún; empiezan las discrepancias y terminan por separarse.
Aunque lo normal es que las separaciones se produzcan en la edad adulta
temprana, y, sobre todo, alrededor de los siete primeros años de convivencia,
también es cierto que, entre los adultos de edad intermedia, se están produ-
ciendo divorcios debido a una relación insatisfactoria. A esta edades produce
más angustia que en los jóvenes, si bien, a veces, prefieren el estrés del divor-
cian antes que una situación frustrante.
El divorcio tiene muchos aspectos emocionales, económicos, legales, fami-
liares y psicológicos. Los hombres plantean la separación de forma tajante.
Cuando consideran que la situación está rota, no intentan resolverla, sino que se
separan.
Por su parte, la mujer, se da cuenta antes, e intuye y siente la insatisfacción
de la relación, pero pretende vencer las dificultades para intentar resolverla.
Los problemas de separación llevan a la pareja a una situación estresante, lo
cual les hace más frágiles y aumenta su predisposición a todo tipo de enferme-
dades, desde infecciosas hasta psicológicas.
Aunque el divorcio sea necesario y una prueba de madurez en algunos ca-
sos, se pasa por un período doloroso de adaptación a la nueva situación. La per-
sona divorciada se enfrenta a innumerables problemas y, aunque quien ha dado
el primer paso lo hace como alivio, también tiene sentimientos de tristeza, si
bien se encuentra en mejores condiciones que su compañero, dado que el otro
cónyuge siente la angustia del rechazo.
Después del divorcio se dan sentimientos encontrados: tristeza, alivio, de-
presión, posibilidad de otra oportunidad. Aunque la mayoría opta de nuevo por
el matrimonio, con frecuencia se repite la historia.

6.2. Viudedad
La persona viuda tiene que enfrentarse a problemas emocionales y prácticos.
Considera que ya no es importante para otra persona. Cuando una persona,
Edad adulta 403

con un matrimonio satisfactorio, se queda viuda, pierde en un momento al ami-


go, compañero, confidente y amante.
La vida social cambia drásticamente. La familia y los amigos, inicialmente, le
acompañan, pero luego le van dejando solo. Incluso les molesta que hable de
su pena.
Los hombres y mujeres reaccionan de manera muy diferente ante este he-
cho. Aquéllos se relacionan con otras mujeres y frecuentemente llegan a casar-
se, mientras que las mujeres salen con otras viudas y se relacionan menos con
hombres.
Tanto hombres como mujeres tienen mayor tendencia a las enfermedades,
especialmente las psicológicas y, en concreto, a la depresión.
Las personas que se adaptan mejor a la viudez son aquellas que intentan Ile-
var una vida activa, ayudando al prójimo, haciendo actividades que anterior-
mente no desempeñaban, practicando deportes, potenciando su vida cultural e
intelectual. Todo esto les puede, en cierta medida, paliar su situación.

TRABAJO Y PARO

El trabajo es uno de los aspectos de la vida adulta del sujeto, ya que gracias a él,
tiene una independencia y le da la posibilidad de establecer una familia, mar-
cando así su propio estilo de vida. El sujeto, durante etapas anteriores, ha elegi-
do una profesión y es, en su vida adulta, cuando la va a desarrollar como una
forma de autorrealización personal. En primer lugar, deberá tomar una decisión
a cerca del trabajo que quiere desempeñar; posteriormente buscará un trabajo
que estará en función de su educación, formación y factores familiares y socia-
les. Ese trabajo, una vez encontrado, requiere de un proceso de aprendizaje en
las habilidades técnicas, también, a nivel de relaciones personales y, sobre todo,
a la hora de aceptar la autoridad. Este período puede durar algún tiempo en
función del trabajo a realizar, ya que según el tipo de trabajo o profesión, re-
quiere más tiempo.
El sujeto va evolucionando ante su postura frente al trabajo durante la edad
adulta, siendo cada vez más satisfactorio. Esta gratificación puede ser intrínseca,
cuando hablamos de algo interno al sujeto, se decir, está bien, autorrealizado
con la labor que está desarrollando. Y extrínseca, cuando analizamos las condi-
ciones de trabajo o la situación económica del mismo. En algunos casos estas
dos formas de gratificación se pueden dar juntas.
Muchos adultos próximos a los 60 años hablan de su trabajo con base a tres
prismas: necesidad de sentirse útiles, satisfacción personal por la labor a desem-
peñar y por la remuneración que el mismo les aporta.
404 Psicología del ciclo vital
-

7.2. Paro
Este problema no es solamente una cuestión de índole económica, sino espe-
cialmente un problema de naturaleza humana. La persona que está en paro, y
en especial su familia, sufre en lo más hondo de sí misma las consecuencias psi-
cológicas y económicas de esta terrible plaga de nuestra sociedad actual.
El contexto cultural, institucional y económico varía considerablemente de
un país a otro y de una clase social a otra, aparte las diferencias que siempre
existen entre diversas situaciones personal. Sea cual fuere el contexto económi-
co o social, es evidente que el desempleo de larga duración, superior a seis me-
ses, es mucho más grave en sus efectos y consecuencias sobre el individuo y su
familia que el desempleo de corta duración. En este sentido, las personas mayo-
res tienen más difícil el encontrar un puesto d e trabajo. En los países en los que
hay más rigidez de plantillas, el porcentaje de gente en desempleo de larga du-
ración es mayor que en aquellos países en los que hay una rigidez menor.
Una vez analizada brevemente la problemática del paro bajo un prisma eco-
nómico-social, desarrollaremos de forma resumida sus efectos a nivel psíquico.
En este sentido, ante cualquier estudio que nos ofrecen los diferentes me-
dios de comunicación, dada su repercusión social, sobresalen índices o porcen-
tajes referidos a:
Los efectos y consecuencias más destacables del paro según la edad y el
sexo: físicas, psíquicas, económicas, proyectos de futuro, relaciones fami-
liares, amistades.
El perfil del joven o mayor en situación de paro: sexo, edad, clase social,
situación familiar, zona o municipio en el que habita.
Entre los diferentes estudiosos del tema, destacamos a dos autores por su
claridad expositiva a cerca d e este problema:
Pow~i.~.
y DISCOLL (1973) han tratado, a través d e cuatro etapas, la evolución
psicológica que sufre el parado a través d e un largo período de inactividad labo-
ral, y cómo cada etapa va agravando su situación personal.
Inicialmente se está ante una situación de relajación y cierto descanso. Sus
efectos son: angustia ante esta situación y esperanza d e poder encontrar un
próximo trabajo; sensación d e dedicar más tiempo a la familia y a sí mismo.
Se intensifica la búsqueda del nuevb trabajo. Surge la incomodidad ante esta
situación, y lo que inicialmente eran pequeños bosquejos, pasa a convertirse en
una búsqueda desesperada. No se ha perdido, todavía, la esperanza de lograr el
empleo.
En este período surge la indeterminacií~n,el titubeo, la duda y la indecisión,
todo ello fruto de que los meses pasan y los múltiples intentos malogrados co-
mienzan a erosionar psicológicamente al sujeto; nace la frustración y el males-
tar. Se desarrollan encadenados episodios d e ansiedad, depresión, angustia.
Disminuye preocupantemente su grado d e autoestima. Se deterioran sus rela-
ciones familiares.
Edad adulta 405

Junto a esto, fruto de los anteriores episodios, nos encontramos en el nivel


último, caracterizado por el desasosiego, la intranquilidad y el cinismo. El indivi-
duo ha perdido toda esperanza y confianza en encontrar una solución y surge la
desesperación. Esta última prevalece sobre los esfuerzos de encontrar trabajo.
En esta fase la angustia deja paso a la resignación y al cinismo. Se esquivan amis-
tades y familiares ante la sensación de fracaso y el cambio de vida experimenta-
do ante esta situación.
El otro autor anteriormente citado, BERRY~IANy otros (1771),entiende, desde
un plano económico, que la principal consecuencia del paro es la importante
disminución de ingresos que pueden abocar al sujeto y a su familia a ingresar
en las bolsas de pobreza; mientras que, desde otro plano destaca las graves con-
secuencias psicológicas derivadas de la situación de desempleo, tales como dis-
minución acelerada de la autoestima, sensación de desgraciado, insatisfacción
con su vida. Asimismo, cabe destacarse la incidencia que sobre la salud opera la
falta de trabajo, tema que es objeto de numerosos estudios en la actualidad y
que preocupa especialmente a las autoridades públicas y sanitarias.
En sentido positivo, destaca este autor que los sujetos que son capaces de
luchar contra el paro son todos aquellos que se mantienen activos y fomentan
cualquier tipo de relaciones interpersonales.
Como conclusión hay que subrayar lo realmente destacable: el dato aporta-
do por el Estudio sobre Jóvenes Españoles, realizado en 1774, según el cual pa-
ra el 71% de los jóvenes, en una edad comprendida entre los 15-24 años, el pro-
blema que nos ocupa, estaba considerado el de mayor importancia de nuestra
sociedad. En este sentido, las cifras, escalofriantes y preocupantes en la mayona
de los casos, sobre el desempleo deberían hacernos reflexionar sobre la grave-
dad del problema en sí y sobre la falsedad de algunas de las soluciones que teó-
ricos o políticos aportan desde diferentes ópticas. En base a esto, es necesario
que se produzcan una concienciación colectiva, para encontrar soluciones. És-
tas no son sólo individuales; el Estado puede contribuir a solucionar el paro ra-
cionalizando su actuación y, en último término, ayudando al parado. En reali-
dad, la actual crisis económica es básicamente una crisis de convivencia social.
Si los ciudadanos aceptan conjuntamente un cierto nivel de ingresos, inferior al
deseado, la economía puede recuperar su competitividad y el pleno empleo,
iniciando así una nueva etapa de crecimiento.
406 Psicología del ciclo t~ital

Referencias bibliográficas
BALTES, P B.; DITTMAN-KOHLI, F. y DIXON, R. (1984): .New prespectives on the de-
vclopment of intelligence in adulthood. Toward a d u d procces conception and a
model of selective optimization with compensation~.En baltes P .B. y Bnm, O. G.
Jr Eds. Life span development and behaviot: Vol. 6, p p 33-76. New York: Acade-
mic Press.
BERRYMAN, J. C.; HARDGREAVES, D.; HERBERT, M. y TAYLOR, A. (1991): Develop-
mental Psychology and %u. London: Routledge.
CARRETERO, M.; PALACIOS, J. y MARCHESI, A. (1986): Psicología evolutiva 3 Adoles-
cencia, madurez y senectud Madrid: Alianza Psicología.
CLEMENTE, A. (1996) Psicología del desarrollo adulto. Madrid: Narcea.
ENCUESTA DE POBLACIÓNACTlVA (1991): Resultados del primer trimestre Madrid:
I.N.E.
GARCÍA MADRUGA, J A (1992): Psicología evolutiva. Madrid: UNED.
MONEDERO, C. (1986): Psicologia evolutiva del ciclo vital. Madrid: Biblioteca Nueva.
PAPALIA, D. E. y WENDKOSS OLDS, S. (1992): Desarrollo humano. Colombia: Mc-
Graw-Hill.
VEGA,J. L. y BUENO, B. (1336): Desamllo adulto y envejecimiento.Maárid: Síntesis.

You might also like