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U N I V E R S I D A D D E

SAN MARTIN DE PORRES

FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y


RECURSOS HUMANOS

CURSO : LEGISLACION DEL COMERCIO EXTERIOR

PROFESOR : OYARSE CRUZ, JAVIER GUSTAVO

TEMA : TENDENCIAS DE LAS NORMAS INTERNACIONACIONALES


DE CONTROL A LA PROPIEDAD INTELECTUAL –
DESARROLLO DE OTRAS NORMAS
INTERNACIONALES QUE AFECTAN AL COMERCIO
EXTERIOR PERUANO

INTEGRANTES : ALMEYDA JAYO, LAURA


HERNANDEZ MORON, ROCIO
MURGUEYTIO TOVAR, LORENA
VASQUEZ RAMIREZ, ROSALVA

1
2011

Tabla de contenido

INTRODUCCION...........................................................................................................1
FALTA DE COORDINACIÓN DE LOS PAÍSES EN DESARROLLO EN
EL ESTABLECIMIENTO DE NORMAS INTERNACIONALES DE PROPIEDAD
INTELECTUAL
...........................................................................................................................................4
COORDINACIÓN DE LOS PAÍSES EN DESARROLLO EN EL ÁMBITO
NACIONAL RESPECTO DEL ESTABLECIMIENTO DE NORMAS
INTERNACIONALES DE PROPIEDAD INTELECTUAL
...........................................................................................................................................8
FUNCION DE LAS OFICINAS DE PROPIEDAD INTELECTUAL EN LOS PAISES DE
DESARROLLO
..................................................................................................................................10

DESARROLLO DE NORMAS INTERNCIONALES QUE AFECTAN AL COMERCIO


EXTERIOR DEL PERU

………………………………………………………………………………………………….14

CONCLUSIONES

…………………………………………………………………………………………………21

RECOMENDACIONES

…………………………………………………………………………………………………22

BIBLIOGRAFIA

…………………………………………………………………………………………………23

2
I. I.- INTRODUCCCIÓN

El Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de la Propiedad Intelectual


Relacionados con el Comercio (ADPIC) de la Organización Mundial del Comercio
(OMC) en el contexto de la Ronda de Uruguay y los debates posteriores sobre la
relación entre el Acuerdo sobre los ADPIC y la salud pública anunciaron una época
caracterizada por un interés sin precedentes en la protección de la propiedad
intelectual en el ámbito internacional, se han realizado numerosos estudios en los que
se analizan las normas mundiales de propiedad intelectual, tal como el Acuerdo sobre
los ADPIC, así como su impacto sobre los países en desarrollo. Asimismo, se ha
insistido en la integración de la dimensión de desarrollo en el sistema mundial de
propiedad intelectual, recientemente acontecimientos relacionados con el
establecimiento de obligaciones ADPIC plus para los países en desarrollo en los
ámbitos bilaterales, regionales y multilaterales han sido objeto de un escrutinio
creciente.
Sin embargo, se ha prestado menos atención a la dinámica institucional relativa a la
participación de los países en desarrollo en el establecimiento de normas
internacionales de propiedad intelectual.

En uno de los pocos estudios que se ha realizado sobre este tema, se concluye que
los países en desarrollo están sumidos en un proceso de establecimiento de normas
dominado por países desarrollados y empresas internacionales y que sólo pueden
buscar ayuda en sí mismos en lo que a estos temas respecta.
Si bien es cierto que el predominio de países industrializados en el establecimiento
internacional de normas de propiedad intelectual es un reflejo general de la estructura
mundial de poder en el comercio internacional y en las relaciones económicas, varias
limitaciones institucionales de los países en desarrollo mismos obstruyen su
participación efectiva en el establecimiento de normas internacionales de propiedad
intelectual entre esas limitaciones puede mencionarse el bajo nivel de prioridad que se
asigna a los temas de propiedad intelectual en comparación con otras cuestiones
normativas así como capacidades institucionales deficientes y competencia y recursos
limitados en la esfera de la propiedad intelectual, con frecuencia se señala la falta de
coordinación como uno de los factores importantes que obstaculizan la participación
efectiva de los países en desarrollo en el establecimiento de normas internacionales,
todavía no se la ha examinado en detalle.

La falta de coordinación no es exclusiva de los países en desarrollo; predomina


también en los países desarrollados, sin embargo estos últimos tienen una larga
tradición en la elaboración conjunta de políticas y en la cooperación en el ámbito de la
propiedad intelectual además las consecuencias perjudiciales de la falta de
coordinación son mucho más significativas para los países en desarrollo dado que son
los que se han visto más afectados por la reciente expansión de las normas mundiales
de propiedad intelectual.
La falta de coordinación reduce de manera considerable la participación de los países
en desarrollo en las negociaciones sobre propiedad intelectual y limita su capacidad
para influenciar las negociaciones de forma tal que se tomen en consideración sus
preocupaciones y se preserve su espacio normativo.

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Por lo tanto, los países en desarrollo necesitan con urgencia participar de manera
coherente y coordinada en el establecimiento de normas internacionales de propiedad
intelectual a fin de asegurarse de que dichas normas sean equilibradas, apoyen
importantes objetivos en materia de políticas públicas y contemplen sus
preocupaciones y prioridades de desarrollo.
La coordinación de los países en desarrollo incluye tanto la coordinación interna de
esos países, es decir, en el ámbito nacional y la coordinación entre ellos, es decir a
nivel internacional. Ambos aspectos de la coordinación están íntimamente ligados.

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II. FALTA DE COORDINACIÓN DE LOS PAÍSES EN DESARROLLO EN
EL ESTABLECIMIENTO DE NORMAS INTERNACIONALES DE PROPIEDAD
INTELECTUAL

La gobernanza mundial de la propiedad intelectual se ha vuelto cada vez más


compleja como resultado de la proliferación de foros y procesos en esta esfera. La
complejidad se ve reflejada en la diversificación que existe en la establecimiento de
normas internacionales de propiedad intelectual.

2.1.- Proliferación de foros y procesos de propiedad intelectual

La década desde la conclusión del Acuerdo sobre los ADPIC “ha sido testigo de
una explosión de interés en cuestiones de propiedad intelectual en una gran
variedad de foros internacionales.”
En realidad, la proliferación de foros y procesos se ha convertido en una
característica integral de la gobernanza mundial de la propiedad intelectual, si
bien el establecimiento de normas internacionales en esta esfera aún tiene lugar
predominantemente en la OMC y en la OMPI, la elaboración de normas
relacionadas de forma directa o indirecta con cuestiones de propiedad intelectual
también ocurre en varios órganos y organismos especializados de las Naciones
Unidas y en otras organizaciones internacional que producen lo que se ha
denominado “redes de conocimientos que compiten en búsqueda de la
gobernanza mundial de la propiedad intelectual”.
Las disposiciones sobre propiedad intelectual se han convertido en una
característica fundamental de los tratados regionales y bilaterales de libre
comercio y de inversión que han celebrado los Estados Unidos y la Unión
Europea con países en desarrollo desde 1990.

Se considera que la búsqueda de un foro de conveniencia es una de las causas


importantes de la proliferación de foros implicados en el establecimiento de
normas de propiedad intelectual. No obstante, existen opiniones divergentes
sobre los objetivos y las motivaciones que subyacen a las estrategias de
búsqueda de foros de conveniencia y a sus consecuencias, y en particular sobre
la relación entre los distintos foros internacionales implicados.
Si bien la búsqueda de un foro de conveniencia no es una estrategia
completamente nueva, ha sido instigada con éxito principalmente por los países
industrializados quienes han dominado el establecimiento de normas
internacionales de propiedad intelectual en detrimento, de los países en
desarrollo. El ejemplo más evidente de esta búsqueda de foros de conveniencia
es la incorporación de normas de propiedad intelectual en el sistema multilateral
de comercio en el contexto de la Ronda de Uruguay, lo que puso fin a la
supremacía casi exclusiva de la que se había beneficiado la OMPI hasta el
momento en esa esfera, haciendo una reflexión sobre este acontecimiento, el
primer Director General de la OMC observó lo siguiente:
Si esta duplicación se vuelve una realidad, la pregunta será en cuál de las dos
organizaciones, la OMPI o el GATT, continuarán elaborándose las normas
internacionales de protección de la propiedad intelectual. El autor cree que las
normas se elaborarán probablemente en ambas organizaciones y, por ende, se

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prolongará la duplicación. A propósito de ello, la duplicación es un fenómeno que
la mayoría de los gobiernos condena con rigor pero este fenómeno es una
realidad y no son las secretarías las responsables de generarlo sino son los
gobiernos quienes deciden esta duplicación, usualmente como resultado de la
persuasión que ejercen algunos de ellos con la convicción de que una segunda o
tercera organización será un foro más favorable que dará mayor alcance a sus
poderes de negociación.
Pese a un enérgico debate político sobre los costos y los beneficios que
representan para los países en desarrollo las normas mundiales de propiedad
intelectual, el Acuerdo sobre los ADPIC, las estrategias de búsqueda de foros de
conveniencia continúan generando una presión continua a favor de niveles más
elevados de protección de la propiedad intelectual. Parece que “el Acuerdo sobre
los ADPIC es el final de la historia”. En muchos sentidos, es sólo el principio los
arquitectos de este acuerdo han adoptado un curso de acción agresivo para
subsanar toda laguna existente, para denunciar la no observancia y para
fomentar acuerdos ADPIC plus fuera del contexto de la OMC mediante acuerdos
bilaterales, regionales y multilaterales.

En la actualidad, la complejidad de las cuestiones que se debaten, la


multiplicidad de partes interesadas y la frecuencia de los debates en materia de
políticas han hecho de la duplicación y la dinámica de búsqueda de foros de
conveniencia fenómenos aún más difíciles de entender. Por lo tanto, la
proliferación de foros y procesos que abarcan deliberaciones internacionales
sobre propiedad intelectual plantea desafíos extraordinarios respecto de las
capacidades institucionales de los países para que participen de forma efectiva,
coherente y coordinada en el establecimiento de normas internacionales de
propiedad intelectual.

2.2.- Diversificación del proceso de establecimiento de normas internacionales de


propiedad intelectual

El establecimiento de normas puede definirse como la creación de reglas,


estándares o directrices cuyo propósito es reglamentar la conducta de
determinados actores en un ámbito de actividad especifico, si bien la elaboración
de normas internacionales de propiedad intelectual ha tenido lugar
principalmente en la OMPI y en la OMC, es importante destacar las diferencias
entre los procesos de establecimiento de normas de las dos organizaciones. Las
propuestas que presentan los Estados miembros al Consejo de los ADPIC de la
OMC tienen por objeto modificar las normas sustantivas mínimas que están
previstas en el Acuerdo sobre los ADPIC, interpretarlas o añadir nuevas normas
a las ya existentes.
Éste es el caso en áreas tales como el Acuerdo sobre los ADPIC y la salud
pública, las indicaciones geográficas, etc.
La Declaración de Doha relativa al Acuerdo sobre los ADPIC y la Salud Pública y
la decisión del 30 de agosto de 2003 relacionada con el párrafo 6 de la
Declaración de Doha son ejemplos de elaboración de normas en el marco del
Consejo de los ADPIC de la OMC.

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La elaboración de normas en la OMPI apunta a crear reglas en el ámbito de la
protección de la propiedad intelectual. Dicha elaboración se lleva a cabo
principalmente en tres órganos de la organización:

 El Comité Permanente sobre el Derecho de Patentes (SPC),


 El Comité Permanente sobre el Derecho de Marcas, Dibujos y Modelos
Industriales e Indicaciones Geográficas.
 El Comité Permanente de Derecho de Autor y Derechos Conexos.

Existen otros foros y procesos que, conforme a sus propias normas y


procedimientos, están implicados en la elaboración de normas relacionadas
directa o indirectamente con la protección de la propiedad intelectual. Esas
normas adoptan también diferentes formas jurídicas, que van desde
disposiciones de tratados a normas indicativas, tales como las resoluciones,
declaraciones, directrices y recomendaciones.
Negociar nuevas normas de propiedad intelectual, entender sus consecuencias
con frecuencia de amplio alcance, así como apreciar su interrelación requieren
un cierto nivel de competencia técnica, jurídica y diplomática de la que por lo
general carecen muchos países en desarrollo.
Este problema se ve exacerbado por el hecho de que el establecimiento de
normas internacionales de propiedad intelectual es un proceso de naturaleza
dinámica, característica necesaria para adaptarse a una esfera del derecho que
avanza a ritmo rápido e impulsado por la tecnología.

La diversificación que afecta el establecimiento de normas internacionales de


propiedad intelectual representa un desafío más a las limitadas capacidades
institucionales de los países en desarrollo para articular posiciones coherentes y
bien coordinadas en diferentes foros y procesos internacionales que están
implicados en la elaboración de normas de propiedad intelectual.

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III. COORDINACIÓN DE LOS PAÍSES EN DESARROLLO EN EL ÁMBITO
NACIONAL RESPECTO DEL ESTABLECIMIENTO DE NORMAS
INTERNACIONALES DE PROPIEDAD INTELECTUAL

3.1.- Búsqueda de coordinación interna y coherencia de las políticas

La falta de coordinación de los países en desarrollo en el establecimiento de


normas internacionales de propiedad intelectual es un reflejo más general de la
falta de coordinación entre los distintos departamentos y agencias
gubernamentales de esos países a la hora de elaborar políticas en materia de
propiedad intelectual, esto representa un obstáculo importante en la lucha de los
países en desarrollo por elaborar políticas sobre propiedad intelectual más
orientadas al desarrollo tanto en el ámbito nacional como internacional.
En este sentido, la coordinación es una condición como observó la Comisión
sobre Derechos de Propiedad Intelectual, la capacidad de los países en
desarrollo de coordinar políticas dentro de sus gobiernos para llevar a cabo
reformas de la PI es crucial.

Se ha defendido de forma convincente la necesidad de que los países en


desarrollo elaboren de manera integrada políticas de propiedad intelectual, y no
se repetirán aquí los mismos argumentos.
Idealmente la formulación de políticas de PI en un país en desarrollo debería
basarse en los conocimientos sobre cómo se puede utilizar el sistema de PI para
promover los objetivos de desarrollo. Estos conocimientos se derivan del análisis
de la estructura industrial del país, los sistemas de producción agrícola y las
necesidades de cuidado de la salud y educación, cabe observar que se han
realizado pocos estudios sobre la formulación de políticas de propiedad
intelectual en los países en desarrollo, en particular en relación con las
estructuras institucionales y los procesos de adopción de decisiones, esto
representa un vacío importante en la literatura dado que la aplicación del
Acuerdo sobre los ADPIC generó varios cambios significativos en términos
legislativos e institucionales en los países en desarrollo: exigió coordinar las
agencias y los departamentos encargados de los asuntos de propiedad
intelectual (tales como las patentes, los derechos de autor y las marcas).

Con frecuencia, esos asuntos estaban bajo la jurisdicción de distintas agencias


gubernamentales y eran reglamentados por diferentes legislaciones. Además, la
repercusión del Acuerdo sobre los ADPIC en muchas áreas importantes de
política pública, tales como la salud pública y la biodiversidad, llevó a varios
países a participar en procesos de consultas más amplios en relación con la
aplicación de ese acuerdo, implicando con frecuencia a distintos departamentos
y agencias gubernamentales. No obstante, los esfuerzos de los países en
desarrollo a tal respecto se han realizado de forma aislada, sin un grado
apropiado de institucionalización y con una efectividad limitada. Con frecuencia,
se han visto atrapados en luchas burocráticas internas, ya que muchos
departamentos y agencias gubernamentales se muestran reacios a perder

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terreno en el ejercicio de sus responsabilidades mediante la coordinación con
otros departamentos y agencias.

La coordinación en el seno de los gobiernos debe ir acompañada de esfuerzos


por garantizar una coherencia normativa. Si bien el establecimiento de un
mecanismo de coordinación intergubernamental mejoraría sin duda la
coordinación entre los diferentes departamentos y agencias gubernamentales en
relación con el establecimiento de normas internacionales, dicho mecanismo no
sería necesariamente propicio para lograr una mayor coherencia normativa si
existen, entre los departamentos y las agencias gubernamentales en cuestión,
desacuerdos en materia normativa firmemente arraigados. Por ejemplo, es
sabido que, en el contexto del CDB, existen, entre algunos miembros del Grupo
de Países Megadiversos, existen desacuerdos profundos entre los ministros de
medioambiente encargados de cuestiones de biodiversidad y las oficinas de
propiedad intelectual, responsables de la administración de patentes, respecto de
la relación entre los derechos de propiedad intelectual y el acceso a los recursos
genéticos, en particular respecto del establecimiento de una obligación de
divulgación de origen en las solicitudes de derechos de propiedad intelectual.
Esto queda reflejado en el hecho de que los países no han adoptado una
posición común en los debates sobre este tema en los distintos foros, como la
OMC y la OMPI.

Éste es un problema de coherencia normativa, no de coordinación


gubernamental.
Sólo puede abordarse en el contexto de una formulación más amplia de políticas
nacionales en esta esfera.

Es importante resaltar que la propiedad intelectual no es la única área de


reglamentación, de naturaleza transversal, en la que los países en desarrollo
deben afrontar desafíos de coordinación intergubernamental y de participación
en el ámbito internacional. Lo mismo sucede en otras áreas tales como el
medioambiente, las tecnologías de la información y la comunicación y el
comercio. Se ha prestado mucha atención al fortalecimiento de la participación
de los países en desarrollo en la adopción de decisiones internacionales en estos
ámbitos, en particular mediante la mejora de la coordinación intergubernamental,
los esfuerzos que se realicen en estas esferas podrían ofrecer un punto de
referencia útil para aquellos países en desarrollo que deseen mejorar la
coordinación gubernamental en materia de propiedad intelectual dadas las
similitudes de los problemas que experimentan (fragmentación en la adopción de
decisiones, falta de coordinación, participación insuficiente en las actividades de
establecimientos de normas internacionales, etc.).

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IV FUNCION DE LAS OFICINAS DE PROPIEDAD INTELECTUAL EN LOS
PAISES DE DESARROLLO

La necesidad de mecanismos de coordinación intergubernamental más efectivos


en los países en desarrollo se ve acentuada debido a las limitaciones inherentes
de las oficinas de propiedad intelectual de esos países que han dominado, hasta
el momento, la formulación de políticas.

La labor de las oficinas de propiedad intelectual de los países en desarrollo se


centra principalmente en asuntos técnicos relacionados con la administración de
patentes, los sistemas de registro de marcas o cuestiones en materia de
derechos de autor. A diferencia de las oficinas de propiedad intelectual} de los
países desarrollados, la mayoría de las oficinas de los países en desarrollo
carecen de recursos materiales suficientes o de recursos humanos con la
capacidad analítica y la experiencia necesarias para seguir de cerca las
dinámicas del establecimiento de normas internacionales de propiedad
intelectual o para entender los complejos asuntos normativos que surgen en ese
contexto.

Además, la mayoría de las oficinas de propiedad intelectual de los países en


desarrollo dependen en gran medida de la asistencia técnica externa. Ese tipo de
asistencia ha sido objeto de críticas debido a su tendencia a promocionar una
visión limitada de la protección de la propiedad intelectual, que refleja mejor las
perspectivas de los titulares de derechos de propiedad intelectual que las del
interés público en general.

Como resultado de los dos factores antes mencionados, los representantes de


las oficinas de propiedad intelectual de los países en desarrollo tienden a adoptar
una actitud pasiva en los debates sobre el establecimiento de normas
internacionales de propiedad intelectual o a centrarse en los aspectos técnicos
de las cuestiones que se examinan, sin tener en cuenta las repercusiones de
mayor alcance en materia de desarrollo y políticas públicas.
En relación con la participación deficiente de los países en desarrollo en las
actividades de establecimiento de normas en la OMPI, se ha observado que:
Esto está íntimamente relacionado con el hecho de que los países en desarrollo
envían a los representantes de sus oficinas de patentes, quienes, si bien tienen
un conocimiento técnico de la administración de patentes y marcas, no
reconocen a la propiedad intelectual como herramienta en el contexto de las
políticas de reglamentación y desarrollo

Sin embargo, los recursos limitados y la dependencia de asistencia técnica


extranjera no son factores suficientes en sí mismos para explicar las posiciones
adoptadas por los representantes de las oficinas de patentes de los países en
desarrollo en los foros internacionales. Los representantes de las oficinas de
patentes, ya sean de países desarrollados o en desarrollo, comparten una
importante afinidad intelectual y profesional como resultado de su pertenencia a
la misma comunidad o la red trans gubernamental funcional, es decir, la
comunidad de la propiedad intelectual.

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Pareciera que pertenecer a esta comunidad de propiedad intelectual trasciende
las diferencias en los niveles de desarrollo y respecto de los intereses
nacionales.
Sin embargo, el funcionamiento actual de esa comunidad redunda, por lo
general, en detrimento de los países en desarrollo, ya que está estructurada
según el discurso hegemónico de propiedad intelectual generado por las oficinas
de propiedad intelectual de los países desarrollados. Este discurso fomenta los
beneficios absolutos de la propiedad intelectual sin tener en cuenta sus costos
potenciales, en particular para los países en desarrollo. Esta comunidad de
propiedad intelectual merece ser analizada a fondo en sí misma (selección de
personal, sistema de valores,
etc.), ya que con frecuencia se la percibe como desvinculada de las
preocupaciones en materia de políticas del público en general. Ésta es por lo
general la crítica que se hace a las redes transgubernamentales.

Desde esta perspectiva, el funcionamiento de la comunidad de propiedad


intelectual plantea cuestiones más amplias sobre la función de dichas redes en la
reglamentación de las relaciones comerciales y económicas a escala
internacional en la era de la globalización.
Sin embargo, deberíamos ser cuidadosos con las generalizaciones amplias, ya
que el fenómeno antes descrito tiende a variar según los países, las cuestiones
que se examinan y los representantes oficiales de las oficinas de propiedad
intelectual. Por ejemplo, parece que algunos representantes de oficinas de
propiedad intelectual de países en desarrollo tienen opiniones más críticas
respecto del discurso al que se hizo referencia anteriormente, en áreas tales
como la relación entre la propiedad intelectual y los recursos genéticos y los
conocimientos tradicionales. Esto se debe, en particular, a la protesta pública, en
muchos países en desarrollo, sobre la apropiación indebida de los recursos
genéticos y los conocimientos tradicionales.

Cabe también mencionar, por ejemplo, que fue un representante de una oficina
nacional de propiedad intelectual de un país en desarrollo, Chile, quien presentó
al Comité
Permanente de Derecho de Autor y Derechos Conexos de la OMPI una
propuesta destinada a armonizar, en el plano internacional, las limitaciones y
excepciones al derecho de autor, en favor, por ejemplo, de las bibliotecas
públicas, las personas discapacitadas y la educación a distancia.
Además, ha habido intentos interesantes por establecer, en los países en
desarrollo, oficinas de propiedad intelectual que no se centren exclusivamente en
la administración de los derechos de propiedad intelectual y que operen en el
contexto más amplio de políticas económicas y sociales. El Instituto
Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad
Intelectual (Indecopi) del Perú es un buen ejemplo de estos esfuerzos. Fue
creado mediante el Decreto Ley N° 25868 en 1992 y comenzó a funcionar en
marzo de 1993.

La originalidad del Indecopi reside en que su mandato no sólo incluye la


protección de la propiedad intelectual, sino también otras varias áreas normativas
afines, que son de importancia clave, tal como la promoción de la competencia y
la protección de los consumidores. Por lo tanto, el Indecopi considera que su
función se centra en “la promoción del mercado, un concepto más amplio que el

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de la reglamentación de los mercados o la exigencia de cumplimiento de las
normas.”

El Indecopi reúne en una única institución áreas que en muchos países son
jurisdicción de distintos departamentos y agencias gubernamentales, por lo tanto
fomenta “una dirección común, un enfoque consecuente” orientado a facilitar la
competencia en el mercado. La originalidad del marco institucional del Indecopi
reside en su objetivo de promover la protección de la propiedad intelectual al
tiempo que se preserva un entorno competitivo saludable. Esto debería, en
teoría, fomentar una mayor coherencia entre las políticas de propiedad intelectual
y las políticas relacionadas con la promoción de la competencia, lo que puede
facilitar el control de los abusos de los derechos de propiedad intelectual.

El Indecopi ha sido aclamado por algunos como un modelo para el Perú y para
gran parte del mundo.

Sin embargo, como se comentó anteriormente en el contexto de los mecanismos


de coordinación, las estructuras institucionales, cualesquiera sean sus ventajas,
no son suficientes para garantizar políticas de propiedad intelectual más
favorables al desarrollo. Por ejemplo, un comentador, al resaltar los logros del
Indecopi durante sus primeros años de existencia, elogió dicho instituto por haber
creado una sólida cultura de propiedad intelectual, entre cuyos logros puede
destacarse el hecho de que el Perú se haya convertido en el único país en haber
firmado todos los acuerdos internacionales de propiedad intelectual.
Esto no es necesariamente un indicador de la existencia de políticas favorables
al desarrollo.

La conclusión que puede extraerse de esas limitaciones inherentes relacionadas


con la función de las oficinas de propiedad intelectual de los países en desarrollo
es que si bien sus contribuciones técnicas son útiles e importantes, estas oficinas
no deben ser las únicas en asumir la responsabilidad general de definir las
posiciones de los países en desarrollo o sus intereses en el marco del
establecimiento de normas internacionales de propiedad intelectual.
La coordinación de la participación de los países en desarrollo debería
organizarse tan pronto como sea posible en el proceso de establecimiento de
normas, en particular en la OMPI, cuando se presentan propuestas específicas
con miras a la adopción de decisiones o proyectos de instrumentos jurídicos. En
etapas posteriores de las discusiones o durante la fase de adopción de
decisiones, por ejemplo en el contexto de una conferencia diplomática, puede ser
demasiado tarde para que los países en desarrollo influencien de forma
significativa el resultado.
Dado que el establecimiento de normas internacionales de propiedad intelectual
afectan otras áreas normativas clave en los países en desarrollo que están
relacionadas con el medioambiente, la agricultura, la educación y la protección
de la salud pública, los países en desarrollo deberían prever ampliar su
representación en la OMC y en la OMPI de forma que se incluyan representantes
de departamentos y agencias gubernamentales encargados de esas áreas.

El único país en desarrollo que ha procedido de esta manera en relación con la


OMPI es el Brasil, que incorporó a su delegación un representante del Ministerio
de Salud durante la décima sesión del SCP, en mayo de 2004.

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Los representantes del Ministerio de Salud del Brasil también han participado
activamente en los debates relacionados con los asuntos de propiedad
intelectual en la OMS. Asimismo, es importante recordar que el Ministerio de
Salud de ese país participó en la Cuarta Conferencia Ministerial de la OMC, en
2001, evento en el que se adoptó la Declaración de Doha relativa al Acuerdo
sobre los ADPIC y la Salud Pública. Ésa fue la primera vez en que un ministro de
salud de un país en desarrollo participó en una negociación comercial.

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V DESARROLLO DE NORMAS INTERNCIONALES QUE AFECTAN AL
COMERCIO EXTERIOR DEL PERU

El objetivo que se quiere dar son soluciones a los problemas específicos que se
derivan de la negociación, firma y aprobación de los tratados internacionales; es
decir a las consecuencias perjudiciales del sistema de incorporación de las
normas convencionales que el derecho interno peruano ha adoptado.

Esto plantea dos incógnitas iniciales:

¿Cuáles eran las consecuencias dañinas de nuestro sistema de incorporación? Y


¿Qué podíamos hacer para evitarlas?; la respuesta a la primera pregunta era
obvia, esa consecuencia dañina es la responsabilidad internacional que se deriva
del incumplimiento de los tratados, la segunda sin embargo era mucho más
complicada.

Para hallar una respuesta y encontrar una manera realizar un control eficaz de la
norma convencional sin incurrir en responsabilidad por incumplimiento de los
tratados, se tiene primero que dimensionar el problema de la responsabilidad
internacional, y descubrí que ésta iba mucho más allá del concepto dado por el
Derecho Internacional Público, que se limita a señalar que los estados están
obligados a reparar los daños que causen por la comisión de un ilícito
internacional , las principales consecuencias de la responsabilidad internacional
estaban en el ámbito comercial.

El Perú es un país subdesarrollado, que depende profundamente de la


cooperación internacional, de las inversiones extranjeras, y de una casi recién
nacida y muy frágil estabilidad jurídica, que proporcione un ambiente de
confianza para el desarrollo del comercio y de las actividades productivas, que
son nuestra más confiable (por no decir única) vía fuera del subdesarrollo, de
modo que las inversiones así como la estabilidad y coherencia del sistema
jurídico, son vitales para nuestra nación, en consecuencia, hoy más que nunca el
Perú depende de sus relaciones internacionales.

Entendiendo entonces que como efecto de la globalización, el Perú se ha visto


envuelto en un apresurado proceso de apertura a la economía global, celebrando
un total de 1994 tratados desde la entra en vigor de la constitución de 1993, y
solo en el ultimo año tres tratados de libre comercio y que la estrategia
económica que seguimos nos llevará a continuar con este ritmo en nuestras
relaciones internacionales hasta el fin de la década, resulta innegable que éste
tipo de normas son cada vez más relevantes dentro de nuestro ordenamiento
jurídico.

En éste contexto el Perú no es un país con una tradición jurídica orientada a la


vinculación internacional y que por tanto estos procesos han presentado
problemas como:

• La necesidad de cambiar la legislación vigente en el país, en función a lo


dispuesto por el tratado, alterando las “condiciones de juego” ya aceptadas en

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nuestro medio, e impuestas al empresariado nacional.
• La elusión o la directa contradicción de normas y derechos
constitucionalmente reconocidos, que se manifiestan en el perjuicio causado a la
población en temas delicados como son Salud y Propiedad intelectual, a lo que
se suma la imposibilidad de nuestro sistema jurídico para controlar de forma
eficiente la constitucionalidad de la norma convencional.
• La contradicción de pactos internacionales ya adquiridos, siendo un ejemplo
claro la contradicción entre lo dispuesto en los acuerdos de la CAN y los
compromisos que adquirimos en el convenio de Cooperación Económica entre
Perú y Estados Unidos.
• Por ultimo, el vacío legal y la falta de institucionalidad solo debilitan nuestra
posición al momento de negociar con otras naciones, situación que va a ser muy
común y de vital importancia para nuestro país en los años venideros.

A principios de la década de los noventa empieza una nueva etapa de la historia


peruana, la dictadura ultraliberal sumada a una nueva realidad económica en el
mundo, así como la revolución tecnológica y sus consecuencias económicas y
políticas, convirtieron al Perú en una hoja flotando en el mar de la globalización ,
y han creado en los países latinoamericanos la necesidad de integrarse entre
ellos y de unirse al “Modo de Producción Global”

La inexistencia de un poder legislativo institucionalizado en la comunidad


internacional, ha conferido al Tratado internacional una importancia primordial
como medio de creación y de codificación tanto de las normas internacionales no
escritas, como de las que adolecen de falta de precisión por encontrarse
dispersas en varios Tratados.

El desarrollo del Derecho Internacional y su codificación se ha venido realizando


preferentemente por la Comisión de Derecho de la ONU y por las convenciones
que esta realiza; cabe señalar la llevada a cabo en Viena que elaboró una
“Convención sobre el Derecho de los Tratados entre Estados”, firmada en 1969,
que el Perú ratificó por Decreto Supremo Nº 029-2000-RE del 14 de septiembre
de 2000, rigiendo para nuestro país a partir del 14 de octubre del año 2000.

Según el art. 2.1.a) del Convenio de Viena de 1969: “Se entiende por Tratado un
acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el
Derecho Internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o en más
instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular”.

Esta definición limita la aplicación de la Convención a los acuerdos concertados:

• En forma escrita, ya sea en un instrumento único o en varios conexos.

• Entre Estados (los celebrados entre Estados y organizaciones internacionales


o entre éstas, son objeto de la Convención de Viena de 1969).
• Regidos por el Derecho Internacional, pero sin que importe la denominación
que reciban (Acuerdos, Compromisos, Concordatos, Etc.).
Podemos considerar acuerdos internacionales a:
• Los concertados entre Estados y otros sujetos de Derecho Internacional
(organizaciones internacionales) o entre otros sujetos entre sí (entre
organizaciones internacionales). No son acuerdos internacionales los concluidos
entre personas privadas o entre Estados y personas privadas.

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• La práctica internacional confirma que no es necesaria la forma escrita para
que exista un acuerdo obligatorio entre las Partes, ya que el Derecho
Internacional no exige formas rígidas, esto por el principio de respeto a la
soberanía de cada estado para determinar las formas y modos en que estos
expresan su voluntad; sin embargo los acuerdos orales son casi inexistentes en
la época moderna.

El derecho internacional se basa en el principio de no intervención y de respeto a


la norma interna de cada país, por eso la distinción de los tratados y la forma en
que estos son regulados “corresponden al Derecho Constitucional de cada
Estado e interesan solo al Ordenamiento Jurídico Interno ”, analizaremos ahora
la confusión que se genero respecto a esto por el mal empleo de los términos
tratado y convenio en los Art. 102º y 104º de la Constitución Política del Perú de
1979 que llevaba a establecer consecuencias erradas en su tratamiento, y que
lamentablemente persiste hasta ahora en algunos círculos doctrinales.

Una primera aproximación al tema lleva a reconocer que los términos tratado y
convenio no se usaban como sinónimos, pues en el Art. 186° Inc. 3 de la carta
de 1979, al determinar las atribuciones del congreso se establecía que:

“...debe aprobar los tratados o convenios internacionales de conformidad con la


constitución”, de allí que se entendiera que los tratados eran los que caían dentro
del supuesto del Art. 102° (con aprobación del congreso) y los convenios eran
los concluidos por el presidente de la republica.

En el derecho internacional contemporáneo, tras la entrada en vigor de la


Convención de Viena de 1969, esta distinción entre tratados y convenios no esta
reconocida y carece de efectos jurídicos. La revisión de la práctica de nuestro
país, en cuanto al empleo del término tratado o convenio, lleva a afirmar que “la
voz convenio se emplea en el derecho internacional como equivalente de
tratado... ”.

De modo que la distinción entre tratados y convenios hecha en la constitución


política del Perú de 1979 resulta irrelevante para el derecho internacional; esta
situación es corregida en la constitución de 1993, el capitulo pertinente asume
como termino genérico “tratados”, superando las confusiones surgidas a raíz del
empleo de los términos tratados y convenios, por ello es un acierto haber
suprimido esa aparente distinción que generó confusión en la doctrina y practica .
Esta opción del legislador resulta siendo correcta, toda vez que la convención de
Viena de 1969 sobre el Derecho de los Tratados, de conformidad con a doctrina
internacionalista contemporánea más acreditada, se inclina por el empleo del
tratado, sin que se establezcan a priori diferencias ni jerarquías por el empleo de
otras denominaciones.

5.1.- El fundamento de la Obligatoriedad

Los acuerdos internacionales son una fuente del Derecho mediante la cual se
crean derechos y obligaciones que debido a su origen se conocen como
“derecho convencional” y que constituyen el efecto jurídico general del Tratado.
En las relaciones entre entidades de derecho internacional público no existe un

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órgano legislativo superior, menos aun un órgano con capacidad coactiva sobre
los sujetos de Derecho Internacional Público, la existencia de algo así iría en
contra del principio de respeto a la soberanía de cada estado y solamente se da
de forma muy limitada en los países que pasan por procesos de integración.

Por tanto la obligatoriedad de los tratados no puede basarse en el principio de


legalidad, por que al no existir un órgano legislativo ni una jerarquía de leyes
dentro del ordenamiento internacional, no es posible aplicar el principio de
legalidad, ya que este fue ideado para conservar la coherencia legislativa dentro
de un derecho doméstico y necesita para ser funcional, la esquematización
propia de un derecho interno, y al carecer la comunidad internacional de este tipo
de orden, debemos señalar que el principio de legalidad no es aplicable en el
derecho internacional publico.

Así mismo, tampoco es aplicable para fundamentar la obligatoriedad del


cumplimiento de los tratados, el principio de autonomía de la voluntad de las
partes, pues se crearía inestabilidad jurídica, esto debido a que el proceso de
formación de voluntad de los estados esta regido exclusivamente por el derecho
interno de cada uno, y los otros estados asumen la manifestación de esta
voluntad como cierta, basándose en el principio de buena fe, es por eso que en
el derecho internacional público no cabe el cuestionamiento de la nulidad del
tratado por un vicio en la manifestación de la voluntad .

La respuesta al dilema sobre el origen de la obligatoriedad de los tratados fue


encontrada en el principio pacta sunt servanda, reconocido repetidamente en la
Jurisprudencia internacional y consagrado como regla general sobre los efectos
del Tratado por la inmensa mayoría de la Comunidad Internacional y por los 103
Estados representados en la Conferencia de Viena, que negoció el Convenio de
Viena de 1969, sobre el Derecho de los Tratados.

El principio pacta sunt servanda que significa literalmente que los pactos deben
cumplirse, implica que la actitud de buena fe ha de prevalecer durante la
ejecución de un Tratado en vigor, esto satisface la necesidad de seguridad
jurídica, y ha sido transmitida a través del tiempo como una verdad evidente y
universalmente aceptada.

El Art. 26 del Convenio de Viena dice: “todo tratado en vigor obliga a las Partes y
debe ser cumplido por ellas de buena fe” esto consagró al principio pacta sunt
servanda como la regla general en lo relativo a los efectos generales del Tratado
(su obligatoriedad entre las Partes), conectándola con el principio de buena fe,
básico en lo relativo a la ejecución de los mismos.

El Art. 27º añade: “Una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho
interno como justificación del incumplimiento de un tratado” por tanto debemos
tener en cuenta que una ves entrado en vigor el tratado es casi ineludible, de
modo que los mecanismos de protección de nuestro sistema legal deben
implementarse a modo de filtro durante las etapas de la negociación y
aprobación.

La Fuerza Normativa de los Tratados: Como ya hemos visto los tratados


internacionales no pueden basar su obligatoriedad ni en el principio de legalidad
(porque no existe un órgano legislativo superior), ni en el de autonomía de la

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voluntad (ya que los vicios de voluntad no pueden ser invocados para determinar
la nulidad del mismo, porque no se trata de la voluntad del negociador o del
firmante, sino la del estado y esta siempre es aceptada de buena fe, de esta
forma se cumplen los artículos 26º y 27º de la Convención de Viena Sobre el
Derecho de los Tratados (1969) según los cuales, una parte no puede invocar las
disposiciones de su derecho interno como justificación de su incumplimiento y
que todo acuerdo internacional en vigor obliga a las partes pacta sunt servanda y
que debe ser cumplido por ellas de buena fe; de modo que el tratado es un
instrumento jurídico que da normas de obligatorio cumplimiento de las que no
podemos escapar

Pero aquí tenemos que hacer una distinción, los tratados dan normas de
obligatorio cumplimiento para el estado que las firma o para los ciudadanos de
este estado, ¿Cuál es la naturaleza de la norma convencional? Podemos decir
que antes del fenómeno de la globalización era mucho más fácil distinguir entre
ambos efectos; las declaraciones internacionales que versaban sobre derechos
humanos se encontraban muy bien distinguidas de los tratados comerciales que
regulaban exclusivamente el ámbito del intercambio comercial; pero hoy ya no es
así, hoy un tratado comercial puede alterar rotundamente la forma en la que un
derecho fundamental se aplica, cuando éste incluye temas como los derechos de
propiedad intelectual o los derechos laborales, y afecta el comercio de productos
sensibles para la población como las medicinas por ejemplo; así podemos decir
que hay tratados que contienen normas que afectarán directamente a la
población y otras que lo hacen indirectamente influenciando más bien el
funcionamiento del estado, y que esto depende del tratado en si y no del tema
que aparentemente sea el principal.

Y si los tratados modernos son complejos, ¿Cómo interactúa nuestro orden legal
con ellos?, la Constitución de 1993 ha establecido en la cuarta disposición final y
transitoria que:

“las normas relativas a los derechos y a las libertades que la constitución


reconoce se interpretan de conformidad con la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y con los acuerdos y tratados internacionales sobre las
mismas materias ratificados por el Perú”

Sin embargo ¿significa esto reconocer a dichos tratados un nivel de norma de


cumplimiento obligatorio, o tan solo son principios generales del derecho que se
aplican supletoriamente ante el vacío o la duda?, se podría partir de que la
constitución peruana no excluye los derechos fundamentales incorporados en los
tratados según lo dispuesto en el artículo 3º; la teoría constitucional le da a los
derechos fundamentales un doble carácter haciéndolos parte tanto del derecho
internacional como del derecho interno.

Entonces ¿Qué podemos decir en cuanto a la fuerza normativa de los tratados?,


recopilemos: 1) los tratados son de obligatorio cumplimiento y no podemos
invocar normas de derecho interno en su contra, 2) los tratados modernos
involucran tanto temas comerciales como afectan la concepción y la aplicación
de derechos fundamentales (D. Humanos), 3) por efecto de nuestro orden
constitucional estos derechos fundamentales pertenecen tanto al derecho interno
como al externo; por tanto la fuerza normativa de los tratados no depende de las
leyes que podamos hacer o deshacer en el Perú sino de aquellos derechos que

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sean de importancia para la comunidad internacional; es decir solo podríamos
incumplir un tratado perjudicial en la medida que éste atente contra derechos
fundamentales amparados por la comunidad internacional; y aun así estaríamos
en un ambiente más político que jurídico, de modo que la forma más eficaz de
controlar la constitucionalidad de un tratado es la revisión preventiva del mismo.

Sistemas de Incorporación de las Normas de Derecho Internacional Contenidas


en Tratados:

Una tema ampliamente debatido por prácticamente todos los estudiosos del
derecho internacional, es la relación entre derecho internacional y derecho
interno, especialmente la cuestión de la existencia de conflictos entre ambos.
Esto se da cuando en el territorio de un solo estado, tienen vigencia tanto las
normas de Derecho Internacional, como Normas de Derecho Interno; cuando hay
coincidencia entre lo ordenado en unas y otras no existe problema alguno pero,
cuando hay discrepancia entre lo dispuesto en la Norma Internacional y lo
prescrito en la Norma Interna, es indispensable considerar cuál de ellas
prevalece.

5.2.- Negociación Internacional

La negociación internacional mezcla tanto intereses políticos como intereses


económicos, lo cual la hace sumamente impredecible, principalmente por dos
razones, primero que debido a la complejidad de las relaciones internacionales,
es imposible estar seguro acerca de los intereses y motivaciones de las partes;
en segundo lugar, las personas tienden a conducirse menos racionalmente
cuando lo que está en juego son ideas que cuando lo que está en juego es su
dinero, así que su comportamiento bajo este supuesto no obedecerá a un
análisis lógico formal; por tanto entendemos las negociaciones internacionales
como complejas ya que combinan situaciones de cooperación y situaciones no
cooperativas, que no admiten ninguna discusión (las llamadas líneas rojas).

Siguiendo este concepto veremos que hay dos tipos principales de


negociaciones internacionales entre estados, las destinadas a resolver un
conflicto, y las destinadas a acordar el desarrollo de una actividad (dentro de esta
se encuentran los tratados comerciales) las cuales son el objeto de este estudio
y en ellas se da de forma más clara esta bipolaridad.

Para resolver este tipo de encrucijada es necesario tener en cuenta los factores
que influyen en una negociación internacional. Toda persona que firma un
contrato desea ganar algo, de la misma manera todo estado que negocia un
tratado lo hace para ganar algo, descubrir esa expectativa de ganancia (saber lo
que el otro quiere) es lo que le da a una parte poder sobre la otra. El establecer
un procedimiento formal de negociación tiene como objeto encubrir las propias
expectativas y revelar las de la otra parte, mostrar mucho interés en la
negociación (más allá de lo formal) solo debilita nuestra posición.

Situación Geopolítica del Momento, tal y como la situación personal de un


contratante influiría su posición al momento de negociar cualquier tipo de

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contrato privado, la situación particular en el tiempo espacio histórico, de un país
va a influir sus intereses y va a afectar drásticamente su posición en las
negociaciones. Un conocimiento profundo de las condiciones geopolíticas de los
países partes es imprescindible al momento de negociar un tratado; es debido a
esto, que esta labor es usualmente encargada a un órgano técnico (a una
dependencia del poder ejecutivo) y no a un órgano político.

Los Elementos Culturales Propios de Cada Parte, existe una gran diferencia
entre la manera de negociar del oriental, del americano, de los latinos o de los
europeos, para salir beneficiados de un proceso de negociación es necesario
tener una técnica flexible que nos permita tratar con todas estas culturas
diferentes; sin embargo esta flexibilidad en el modo de plantear una propuesta
debe ir de la mano con ciertos formalismos destinados a brindar confianza tanto
a la otra parte como a la población representada por el estado negociador.

La Negociación Formal en el Derecho Internacional Público, la negociación de un


tratado puede ser muy variada y queda en cada caso dentro de la disposiciones
del derecho interno de cada país; pero en términos teóricos ésta comprende una
serie de fases necesarias para determinar de forma indubitable la representación
del estado y la manifestación de la voluntad , así tenemos que estas “fases”
serían:

El Otorgamiento de Plenos Poderes, el otorgamiento de los plenos poderes para


negociar, autenticar, o adaptar el futuro Tratado constituye una fase previa, que
transcurre dentro de cada estado, durante la cual las autoridades nacionales
competentes designan a sus representantes, tanto para negociar como para
ratificar el tratado; en ambos casos el otorgamiento de plenos poderes significa
entregar a una persona la autoridad para expresar la voluntad del estado.

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VI CONCLUSIONES

En La Ronda Uruguay lo consiguió firmar el Acuerdo de la OMC sobre los ADPIC


constituye un intento de reducir las diferencias en la manera de proteger esos
derechos en los distintos países del mundo y de someterlos a normas
internacionales comunes.

En él se establecen niveles mínimos de protección que cada gobierno ha de


otorgar a la propiedad intelectual de los demás Miembros de la OMC, establece
un equilibrio entre los beneficios a largo plazo y los posibles costos a corto plazo
resultantes para la sociedad.

Las ideas y los conocimientos constituyen una parte cada vez más importante del
comercio, la mayor parte del valor de los medicamentos y otros productos
nuevos de alta tecnología reside en la cantidad de invención, innovación,
investigación, diseño y pruebas que requieren así como las películas, las
grabaciones musicales, los libros, los programas de ordenador y los servicios en
línea se compran y venden por la información y la creatividad que contienen para
poder proteger y dar valor a las personas q crearon dichos instrumentos.

Cuando el titular de los derechos de propiedad intelectual descubre que han sido
infringidos sus derechos, o que están a punto de serlo, entonces comienza a
prestar atención a varias cuestiones pertinentes, para proteger su creación, si
bien es posible que anteriormente se haya dedicado a estudiar la manera de
obtener protección de su Propiedad Intelectual ( marcas, nombres comerciales,
patentes, denominaciones de origen entre otras), y de Derechos de Autor y de
los Derechos Conexos, y a utilizar los derechos pertinentes.

Finalmente siempre las personas deberán centrar su atención en velar por el


respeto de los derechos que se ha obtenido por medio del sistema de protección
en propiedad intelectual, para que se pague lo justo por el uso de su creación y
reciba sus debidas ganancias por el aporte que da al comercio como a las
personas.

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VII RECOMENDACIONES

Una de las razones por las que los países en desarrollo se han centrado
tradicionalmente en la negociación de tratados e instrumentos jurídicos que
generan obligaciones jurídicamente vinculantes más que en la elaboración de
normas indicativas.

La comunicación entre los países acerca de la propiedad intelectual debe ser


clara en todo su contexto para que así se puede realizar un perfecto campo de
obligaciones y derechos que se tendrán con el autor y al país que corresponda.

Se debe poseer una clara designación de poderes en materia de normas que


rigen el comercio peruano puesto que nosotros como todos tenemos los mismos
derechos y obligaciones en el comercio internacional.

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VIII BIBLIOGRAFIA

 http://www.wipo.int/about-ip/es/development_iplaw/index.html
 http://www.wipo.int/portal/es/resources_students.html
 http://www.southcentre.org/index.php?
option=com_content&task=view&id=90&Itemid=67&lang=es
 http://www.gestipolis.com
 http://www.comex.gob.pe

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