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1. Escuela Fisiócrata
La fisiocracia, que surge en Francia a mediados del siglo XVIII, puede con justicia ser llamada la
primera escuela sistemática de pensamiento económico. Ellos fueron los primeros en reflexionar
sobre la actividad económica y en explicarla como un todo, es decir como una disciplina sujeta a
determinadas relaciones y leyes.
Esta escuela consideraba a la tierra como la fuente única de riqueza de las naciones. Varios de
sus principales exponentes, como Quesnay y Turgot, opinaban que un pueblo sería más rico y
más poderoso cuanta más tierra y mayor producción agrícola tuviera. El eje de la argumentación
fisiocrática afirmaba que las sociedades están regidas por un orden natural -leyes naturales- y
que entonces el Estado está inhibido de intervenir en ellas. De hecho fisiocracia proviene de una
combinación de palabras griegas que significan “gobierno de la naturaleza”. En consecuencia, a
la pregunta del monarca “¿qué debo hacer con la economía?”, le siguió una respuesta que pasó
a la historia: “laissez faire, laissez passer” -“dejad hacer, dejad pasar”- . En síntesis, no hay que
hacer nada. Cualquier acción que realice el Estado sobre la economía sólo servirá para trabar
ese delicado mecanismo de relojería que es la sociedad, y entonces el remedio será peor que la
enfermedad -a esta altura de la argumentación no nota el lector alguna relación con el
pensamiento del ingeniero devenido en economista Robert Lucas-.
En materia económica, estos pensadores entendían que la única actividad humana capaz de
producir una nueva riqueza, es decir agregar un nuevo valor, era la agricultura -recordemos que
la economía francesa en aquella época era eminentemente agrícola-. Según ellos, la industria, el
comercio, etc. sólo cambiaban las características de los bienes, es decir los transformaban pero
sin agregar nueva riqueza a la sociedad. De allí que, a diferencia de los mercantilistas, no
consideraban que el comercio pudiera favorecer la prosperidad de un país. Por lo tanto, la única
clase productiva era la de aquellos que estaban vinculados al trabajo de la tierra, mientras que
los demás sectores eran considerados “la clase estéril”, ya que no producían riqueza. Por lo
tanto, estaban de acuerdo con que sólo la actividad primaria pagara impuestos, medida que
involuntariamente favoreció el desarrollo industrial. Recordemos que Francia, si bien fue el país
donde nació la fisiocracia, venía de un acérrimo mercantilismo hacia fines del siglo XVII, donde
es famoso el aporte de Colbert -Ministro de Hacienda de Luis XIV- a la implementación política
de dichas ideas.
2. Esc. Clásica
La economía clásica es una escuela de pensamiento económico cuyos principales exponentes son
Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus y John Stuart Mill. Es considerada por muchos
como la primera escuela moderna de economía y en ocasiones se ha expandido para incluir a
autores como William Petty, Johann Heinrich von Thünen o Karl Marx.
Precios flexibles al alza y a la baja, incluidos los salarios, lo que va a permitir que todos los
mercados (de bienes y servicios, de dinero, de trabajo, etc.) estén siempre en equilibrio (si hay
demanda u oferta insatisfecha el ajuste de precios se encargará de que el mercado vuelva a
recuperar el equilibrio).
El mercado de trabajo está siempre en situación de pleno empleo. No hay paro, el desempleo
que pueda existir es de carácter friccional (debido al tiempo que la gente tarda en localizar un
trabajo acorde con su capacitación) o voluntario (gente que no quiere aceptar el salario que le
ofrece el mercado).
La producción ofrecida por las empresas viene determinada por el nivel de pleno empleo (a
través de la función de producción). Por tanto, la oferta domina sobre la demanda. La curva de
oferta es vertical y es la que determina el nivel de producción de equilibrio: variaciones en la
demanda tan sólo producen variaciones en los precios.
La política monetaria es ineficaz (neutralidad del dinero): variaciones en la oferta monetaria sólo
afectan al nivel de precios, sin que tengan ningún efecto sobre las variables reales (cantidad
demandada, producción de equilibrio, salarios, etc., una vez depurado el efecto de los precios).
La política fiscal tampoco sirve ya que la economía se encuentra siempre en una situación de
pleno empleo, por lo que estas medidas al final sólo se traducen en subidas de precios.
El valor de un bien está dado por la cantidad de trabajo empleado en la producción de ese bien.
3. Esc. Mercantilista
El mercantilismo es una teoría económica que sostiene que la prosperidad de una nación
depende de su oferta de capital, y que el volumen global del comercio internacional es
"inmutable". Bienes o capital, están representados por el oro (oro, plata, y el comercio de valor)
en poder del Estado, que es el mejor a través de un aumento de saldo positivo del comercio con
otros países (exportaciones menos importaciones). El mercantilismo sugiere que el gobierno
debería avanzar en estos objetivos, jugando un papel proteccionista de la economía, mediante el
fomento de las exportaciones y desalentar las importaciones, en particular mediante la
utilización de los aranceles y los subsidios.
La mayoría de los economistas europeos que escribió entre 1500 y 1750 se considera en general
mercantilists hoy, sin embargo, este término fue utilizado exclusivamente por los críticos, tales
como Mirabeau y Smith, pero fue rápidamente adoptada por los historiadores. Originalmente el
término era Inglés "sistema mercantil". La palabra "mercantilismo" se introdujo en Inglés del
alemán a principios del siglo 20.
Más allá de Inglaterra, Italia, Francia, y España ha tomado nota de los escritores que habían
mercantilista temas en su trabajo, de hecho, los primeros ejemplos de mercantilismo son de
fuera de Inglaterra: en Italia, Giovanni Botero (1544-1617) y Antonio Serra (1580 -?) , en
Francia, Colbert y otros precursores de los fisiócratas, en España, la Escuela de Salamanca, los
escritores Francisco de Vitoria (1480 o 1483-1546), Domingo de Soto (1494-1560), Martín de
Azpilcueta (1491-1586), y Luis de Molina (1535-1600). Temas también existían en los escritores
de la escuela histórica alemana de la lista, así como los seguidores del "sistema americano" y
británicos "imperialismo de libre comercio", por lo tanto, se extiende el sistema en el siglo XIX.
Sin embargo, muchos escritores británicos, incluidos Mun y Misselden, fueron los comerciantes,
mientras que muchos de los escritores de otros países fueron los funcionarios públicos. Más allá
de mercantilismo, como forma de entender la riqueza y el poder de las naciones, Mun Misselden
y son conocidos por sus puntos de vista sobre una amplia gama de asuntos económicos.
4. Esc. Marginalista
Con el descubrimiento de la noción de incremento de valor marginal fue posible hacer un mayor
uso de las matemáticas (concretamente, del cálculo diferencial) en el análisis de los problemas
económicos, que les permitió a los economistas marginalistas elaborar una teoría de la
formación de los precios de los bienes de consumo y los factores de la producción y las
condiciones de satisfacción o bienestar de los consumidores en un orden económico de mercado
lógicamente consistente.
Como ha señalado Kenneth E. Boulding, el análisis marginal no es otra cosa que una teoría de
la optimización.
Corriente de pensamiento económico cuya característica principal es la utilización del análisis
marginal en los problemas económicos. Marginalism.
Los tres consideraban, al igual que Condillac, que la intensidad de un deseo disminuye con su
satisfacción, y sostenían que, para un bien supuestamente divisible, la última parte de dicho
bien —la menos deseada— determina el valor del conjunto. Walras superó rápidamente las
pautas marginalistas y se interesó por los estudios macroeconómicos que ponían de manifiesto
la interdependencia de los datos económicos. Víctima del oscurantismo de sus colegas franceses,
Walras se instaló en Suiza y desempeñó una cátedra en la universidad de Lausana. En tanto
Jevons intenta aplicar las matemáticas para definir el interés individual, Menger desarrolla en su
enseñanza una poderosa corriente de investigación marginalista que dará nacimiento a la
escuela de Viena. Ésta intenta reconstruir, a partir de la nueva noción de valor, todos los
mecanismos económicos. También propone una explicación del valor de los bienes de
producción, del interés, de la moneda, etc.
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5. Esc. Neoclásica
6. Esc. Keynesiana
Término empleado para describir las teorías macroeconómicas que se han desarrollado usando
los conceptos creados y las técnicas utilizadas por John M. Keynes. A diferencia de los
neoclásicos, Keynes se interesó primordialmente por los grandes agregados económicos
nacionales, en especial por el efecto de la demanda agregada sobre el nivel de los ingresos, y
por la atención que prestó a la proporción del ahorro total destinada a la inversión. Surgida en
una época de grave crisis económica la economía keynesiana se preocupó especialmente por dos
temas centrales: la estabilidad de una economía de mercado -fundamentalmente en cuanto a
mantener el pleno empleo- y el rol del dinero, o de las variables monetarias, en el conjunto del
sistema.
7. Esc. Marxista
8. Esc. Monetarista
Al considerar que el dinero es una parte de la riqueza de las personas se está suponiendo que
éstas intentarán eliminar la diferencia entre la cantidad de dinero real (es decir, el dinero
nominal dividido por el nivel general de precios) que tienen y la cantidad que quieren tener
disponible, comprando o vendiendo activos y pasivos —por ejemplo, la adquisición de bonos— o
cambiando el flujo de ingresos y gastos. Los keynesianos tienden a subrayar el primer método
de ajuste, mientras que los primeros monetaristas destacan la importancia del segundo; los
monetaristas actuales tienden a aceptar la validez de ambos métodos.
Si la economía está en una situación de pleno empleo, el aumento del gasto o bien incrementará
los precios de los productos nacionales o bien provocará un déficit de balanza de pagos que hará
que el tipo de cambio se deprecie, aumentando así el precio de los bienes importados. En ambos
casos, esta subida provocará una reducción de la cantidad de dinero real disponible. A medida
que se compran activos financieros como los bonos, el aumento del precio de éstos reduce el
tipo de interés que, a su vez, estimula la inversión, y por tanto el nivel de actividad económica.
El aumento de ésta, y por tanto de los ingresos, incrementa la petición de dinero. Así, la
demanda total de dinero real se igualará con el exceso de oferta gracias al aumento de los
precios (que reduce el dinero real en circulación) y de los ingresos (que potencia la demanda de
saldos monetarios).
Otro principio del monetarismo es que los niveles deseados de saldos monetarios reales tienden
a variar con lentitud, mientras que los cambios de los saldos nominales son instantáneos y
dependen de la actuación de las autoridades monetarias. Esta afirmación implica que las
variaciones de los precios o los ingresos nominales responden, por obligación, a alteraciones en
la oferta de dinero, lo que constituye el punto de partida de la tesis de Friedman según la cual la
inflación es sólo un fenómeno monetario.
9. Los Postkeynesianos
La idea de que las variables monetarias afectan a la economía "real" (producción, ocupación...)
tanto a corto como a largo plazo.
El capitalismo no tiene ninguna tendencia natural a volver a una situación de pleno empleo, y
por tanto consideran deseable un tipo concreto de intervención estatal tendente a restaurar el
pleno empleo.
La inversión fija es el elemento determinante del nivel de demanda agregada en una economía
cerrada (o suficientemente grande).
Los economistas postkeynesianos enfatizan la necesidad de una política fiscal que fomente la
ocupación y las rentas.
10.Esc. Neoliberal
Suele considerarse, erróneamente, como una reaparición del liberalismo decimonónico. Sin
embargo, al contrario de éste, no rechaza totalmente el intervencionismo estatal y además
guarda una ambigüedad ideológica, respondiendo más a su base teórica-técnica neoclásica.
Siendo una propuesta macroeconómica tiende a ser neutral con respecto a las libertades civiles.
Se usa con el fin de agrupar un conjunto de ideologías y teorías económicas que promueven el
fortalecimiento de la economía nacional (macroeconomía) y su entrada en el proceso
globalizador a través de incentivos empresariales que, según sus críticos, es susceptible de
conducirse en beneficio de intereses políticos más que a la economía de mercado propiamente
dicha.
Las políticas macroeconómicas recomendadas por teóricos o ideólogos neoliberales (en principio
recomendaciones a países tanto industrializados como en desarrollo) incluyen:
Políticas monetarias restrictivas: Aumentar tasas de interés o reducir la oferta de dinero. Con
ello disminuye la inflación y se reduce el riesgo de una devaluación. No obstante con ello se
inhibe el crecimiento económico ya que se disminuye el flujo de exportaciones y se perpetúa el
nivel de deuda interna y externa denominada en monedas extranjeras. Así mismo, se evitan los
llamados ciclos del mercado.
Políticas fiscales restrictivas: Aumentar los impuestos sobre el consumo y reducir los impuestos
sobre la producción y la renta; eliminar regímenes especiales; disminuir el gasto público. Con
ello se supone que se incentiva la inversión, se sanean las finanzas públicas y se fortalece la
efectividad del Estado. No obstante no se distingue entre los niveles de ingreso de los
contribuyentes, donde unos puede pagar más impuestos que otros, y se grava a las mayorías
mientras que se exime a las minorías, deprimiéndose así la demanda, si bien se busca apoyar la
oferta, buscando el bienestar de toda la sociedad. Tampoco se reconoce que el gasto público es
necesario, tanto para el crecimiento como para el desarrollo (comparar históricamente ejemplos
de países industrializados); para la protección de sectores vulnerables de la economía y la
población; y para la estabilidad social y económica en general.
Liberalización: Tanto la liberalización para el comercio como para las inversiones se supone que
incentivan tanto el crecimiento como la distribución de la riqueza, al permitir:
el aumento en los niveles de consumo y el bienestar derivado de ello (en general aumento de la
oferta y la demanda en un contexto de «libre» mercado, con situaciones de equilibrio y
utilidades marginales).
Privatización: Se considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes
que los públicos y que el Estado debe adelgazarse para ser más eficiente y permitir que el sector
privado sea el encargado de la generación de riqueza.
Desregulación: Se considera que demasiadas reglas y leyes inhiben la actividad económica y que
su reducción a un mínimo necesario (sobre todo la garantización del régimen de propiedad y de
la seguridad) propician un mayor dinamismo de los agentes económicos.
En todos los casos, los teóricos denominados neoliberales afirman que la mejor manera de
alcanzar la distribución de la riqueza y el bienestar de los individuos es mediante un crecimiento
total del producto, que por su propia dinámica permea al total de los integrantes de la sociedad
(la llamada trickle down policy); como liberales promueven «mediante el beneficio individual,
alcanzar el beneficio de toda la sociedad».
Su origen se halla en el debate metodológico con la Escuela Histórica Alemana, que en un ánimo
historicista intentaba confinar las leyes del mercado a diferentes etapas de la historia.
Esta escuela se ha caracterizado por su fuerte crítica hacia programas de investigación como el
Marxismo, el Socialismo fabiano, el Nazismo, el Fascismo y el Keynesianismo. Se debe a Eugen
von Böhm-Bawerk la conocida monografía La conclusión del sistema marxiano en que refuta,
tanto desde la teoría "objetiva" como la "subjetiva" del valor, la teoría marxista del valor-trabajo
y el concepto de plusvalía, ante una evidente contradicción que se producía en su aplicación
cuando la llamada tasa de ganancia no cumplía la predicción de Karl Marx en su tendencia
decreciente, sino que por el contrario, se incrementaba. Dicha contradicción fue reconocida por
Marx en el tercer volumen de su compleja obra El Capital, respondiendo en consecuencia que si
bien dicha aparente contradicción se registra en casos puntuales, en la economía general luego
se superan manteniendo vigente su sistema, lo que lo llevó a introducir una modificación notable
en este: la ley del valor (que afirma 'las mercancías se intercambian por su valor') ya no ha de
cumplirse en cada caso individual, sino a escala general considerando el sistema económico en
su conjunto. Böhm-Bawerk constató que estos "casos puntuales" eran en realidad prácticamente
todos, y que la explicación de los precios en función de la medida media del valor del trabajo
"socialmente necesario" se remitía nuevamente a los precios mismos volviendo al método
marxista una petición de principio. La obra ha hecho famoso a Böhm-Bawerk, y mostrado los
rasgos deliberadamente críticos de la Escuela Austríaca.
Lo mismo puede decirse de Ludwig von Mises, quien ha dedicado un volumen a dicha empresa,
en su conocido libro El socialismo donde expone su argumento contra las doctrinas socialistas al
tiempo que justifica la propiedad privada en términos economicistas, demostrando que sólo ésta
posibilita la libre formación de precios en un mercado, y esto otorga a quienes intervienen en él
información sobre la escasez y utilidad de un bien económico. Sólo con propiedad privada será
posible minimizar la escasez, que la Escuela Austríaca considera como propiamente humana.
Sin propiedad privada habrá, declara Mises, un irracional manejo de la escasez. Mises afirma que
será imposible en ausencia de precios El cálculo económico en la comunidad socialista,[1]
monografía con la cual introduce su argumento, posteriormente aceptado por el socialista de
mercado Oskar Lange, quien adopta para su análisis la praxeología miseana.
La teoría austríaca del ciclo económico, desarrollada inicialmente por Mises, ha sido una de las
principales aportaciones de esta escuela a la comprensión del desarrollo económico y el por qué
de las crisis.
12.Esc. Institucional
Hacia finales del siglo XIX se desarrolló en Estados Unidos una corriente de pensamiento que es
conocida como la Escuela Institucionalista Americana. No tiene todas las características de una
escuela de pensamiento propiamente dicha, ya que no existió una conciencia entre sus
miembros de pertenencia a la escuela ni un maestro reconocido. Sin embargo hay un líder
destacado, Thorstein Veblen, y unos miembros cuya adscripción a la escuela es unánime, John
Commons y Wesley Mitchell.
Utilizan las matemáticas pero para ellos, la matemática y la estadística son instrumentos al
servicio de la teoría, y no al revés, como ha sido habitual en la segunda mitad del siglo XX. No
elaboran modelos matemáticos sino que utilizan las matemáticas para medir la realidad
histórica. Su teoría no está basada en modelos formales abstractos sino en datos extraídos de
la realidad.
Consideran que la realidad económica es dinámica y su evolución puede ser descrita
frecuentemente con los términos de el evolucionismo darwinista.
En los primeros decenios del siglo XX, los institucionalistas se expandieron ocupando
departamentos de universidades americanas en abierta competencia con los marginalistas.
Durante la Gran Depresión, fueron consultados por el gobierno USA llegando a decirse que el
presidente F.D. Roosevelt era su "padre político". Thorstein Veblen, fue elegido presidente
American Economic Association (AEA). Wesley Mitchell destacó en su análisis de los ciclos y
fundó la National Bureau of Economic Research (NBER) siendo considerado por ello hoy como
uno de los precursores de la econometría. John Commons investigó en economía del trabajo;
analiza el papel del Estado y propone el desarrollo de una "Economía Institucional" como síntesis
de la Economía Política, el Derecho y la Ética.
A pesar de esos éxitos, los institucionalistas americanos fueron pronto arrinconados por la vieja
corriente neoclásica y la emergente keynesiana. Durante la segunda mitad del siglo XX fueron
considerados un episodio efímero en la evolución del pensamiento económico. Sin embargo su
legado permaneció y su influencia sobre muchos prestigiosos economistas americanos es muy
notable, destacando John Kenneth Galbraith y Robert L. Heilbroner.
13.Estructuralismo latinoamericano
Los Estructuralistas
Se llama estructuralistas principalmente a los economistas latinoamericanos que piensan que los
problemas de los países de América Latina son estructurales, es decir, se derivan del propio
funcionamiento del sistema económico.
Aunque hay muchas concepciones diferentes entre los economistas estructuralistas, todos ellos
están de acuerdo en que hay varias esferas en que la economía necesita cambios estructurales.
Estos cambios son:
la distribución de las tierras, de tal manera que no existan latifundios ni minifundios, sino
explotaciones de tamaño medio que permita un buen funcionamiento de la agricultura y por
tanto, de toda la economía.
La distribución del ingreso que beneficie a la mayor parte de la población, tratando de acabar
con la concentración del ingreso y con la injusta distribución del mismo, que obstaculiza el
proceso de acumulación de capital y la formación de un mercado interno fuerte.
Tres motivos convergen para explicar el renovado interés en los fundadores del estructuralismo
latinoamericano vinculado --hay que precisar-- al desarrollo económico y social. Uno es una más
amplia perspectiva, que nos aleja de los ajetreos menores de la década de los cincuenta y
sesenta y nos facilita, por consiguiente, la distinción entre lo importante y lo olvidable, entre lo
fortuito y lo persistente. El segundo alude al surgimiento de nuevos paradigmas, que
simultáneamente procuran explicar y proponer rumbos a la política pública en materia de
crecimiento y desarrollo en las contingencias regionales que toman cuerpo desde los setenta. El
prefijo "neo" los caracteriza: neoestructuralismo, neoliberalismo, neocepalismo. El imperativo de
compararlos con la corriente anterior adquiere entonces valor histórico y didáctico. Considérese,
en fin, la configuración de situaciones internas y externas inéditas, como la privatización de los
mercados, los descalabros de la gobernabilidad, el ascenso de las exportaciones manufactureras,
el flujo irrestricto de las inversiones foráneas y la absorción irregular de la revolución
informática. En este perturbador contexto, es lícito preguntar si el estructuralismo aún puede o
no ofrecer señalamientos útiles, y si los actores sociales (economistas políticos, sociólogos,
historiadores, periodistas, intelectuales) que lo esbozaron tienen hoy paralela gravitación o tal
vez se ven marginados por agentes alternativos dotados de prendas profesionales y de posturas
ideológicas dispares.
El libro compilado por Jorge Lora y Carlos Mallorquín contiene nueve ensayos y un hilo
conductor. Todos refieren los aportes de Raúl Prebisch y de Celso Furtado a la formación de un
"estructuralismo" singular, pues este estructuralismo difiere absolutamente de las posturas
"estructuralistas" en otras materias, como la lingüística, el psicoanálisis y la antropología, y se
opone radicalmente a las " reformas estructurales" que el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional auspician en los marcos de los "consensos de Washington" (1990) expuestos por J.
Williamson. Como bien aclara Cristóbal Kay, el estructuralismo hace referencia a la posición
(más que "escuela") de algunos economistas latinoamericanos en los cincuenta respecto de las
formulaciones neoclásicas en materia de crecimiento, comercio, asignación de recursos y papel
del Estado.
Joseph Love abre el volumen con un breve ensayo de carácter histórico. Después de recordar las
celebradas nociones de Raúl Prebisch en torno a un "centro" industrial y hegemónico (la
diplomacia del lenguaje dominante en las Naciones Unidas no le permitía indicar explícitamente
a los Estados Unidos que entabla transacciones desiguales con una periferia agrícola y
subordinada, Love se remonta al alemán Werner Sombart y al rumano Mihail Manoilescu como
antecedentes intelectuales de Prebisch. Aparte de ellos, al chileno-alemán Ernest Wagemann,
que acuñó los términos "ciclo céntrico" y "ciclo periférico" para describir los movimientos de
capital en marcos nacionales e internacionales. Estos autores coincidieron en subrayar la
superioridad económica (cabe agregar, tecnológica y cultural) de la industria respecto de la
agricultura. Los países especializados en la primera exhibirán en el largo plazo un dinamismo
mayor, que se traducirá, inexorablemente, en ponderable poder en las relaciones
internacionales. Las naciones atascadas en las actividades primarias (agricultura, ganadería,
minería) son desfavorecidas debido a la ausencia de una cultura económica adversa al riesgo, a
la competencia y a la racionalidad tecnológica. Marcharán, por consiguiente, a remolque de las
otras, también en cuestiones de influencia y poder. Love pone énfasis en el ascendiente de
François Perroux, quien desde los treinta profesó que la economía internacional se regía
primordialmente por factores políticos; las variables económicas --precios relativos, monopolios,
tasas de interés, flujos financieros, transmisión o bloqueo de innovaciones tecnológicas--
dependen de los primeros. Se trata del "efecto de dominio" que, según Perroux, condiciona las
conductas de los mercados.
En cualquier caso, la genealogía del estructuralismo aparece en estos autores con claridad al
indicar que los precios emiten con frecuencia señales equivocadas; que los factores de
producción reaccionan perversamente en condiciones monopólicas y que la inmovilidad (o mejor,
la rigidez) de los agentes productivos es una realidad periférica que los neoclásicos han
subestimado consistentemente. Joseph Love trata la importancia determinante de Charles
Kindleberger, quien, en los cuarenta, indicó acertadamente las disparidades en la elasticidad de
la demanda entre los Estados Unidos y el resto del mundo.
Sigue a Love un texto extenso de Carlos Mallorquín, sociólogo mexicano que profundizó en la
obra de Celso Furtado. A su juicio, el brasileño habría gestado la teoría de la dependencia al
impregnar con un pormenorizado relato historicista las nociones históricas de Prebisch. Pero en
contraste con el economista argentino, quien desde 1949, como Secretario Ejecutivo de la
CEPAL, demostrara interés por toda la economía latinoamericana, Furtado elaboró los recursos
explicativos y los propósitos del estructuralismo para aplicarlos a la realidad brasileña. De aquí la
consideración, por ejemplo, de los latifundistas no sólo como grupo económico, sino como factor
de poder en el parlamento carioca. Y de aquí --también-- el "colonialismo interno" practicado
desde el centro del país contra el Nordeste, pobre y marginado. La preeminencia de la política
respecto de la economía se explicaría por la ausencia de una genuina conciencia de clase, tal
como la entienden los marxistas. O más exactamente, por la proliferación de "falsas conciencias"
que facilitan la aparición de los populismos.
Joseph Love apunta las deudas de Furtado con el estructuralismo francés (Bye, Perroux) y su
afición a la historia económica y al lenguaje académico, que lo separa distintivamente de Raúl
Prebisch. El economista brasileño prefiere con frecuencia el término "colonial" al "periférico";
ciertamente, es más fértil y preciso. Además, al abordar las penurias del nordeste del Brasil,
Furtado se inclina por un análisis sistémico triangular: las regiones rezagadas de esta zona, el
capital extranjero y los factores nacionales radicados en las capitales del centro y sur
constituirían una interrelación que causa y explica la marginalidad de esta región. En manos de
Furtado, el estructuralismo se hace --y a veces inventa-- una historiografía necesaria.
Los aportes de Ron Sprout, Di Filippo y Cristóbal Kay aluden a facetas particulares del
estructuralismo, como el deterioro secular de los precios del intercambio (noción prebischiana
válida a corto plazo para algunos países como la Argentina, pero equívoca a largo plazo y para
economías agrícolas --como la australiana-- que han encarado reformas de propiedad y
revoluciones técnicas en el campo); la percepción del "excedente" como mecanismo amplificador
de la heterogeneidad estructural; los elementos neomarxistas que gravitaron en Prebisch al
formular una utopía socialdemócrata hacia el final de sus días y las potencialidades del
"Neoestructuralismo" para corregir tanto los defectos de la doctrina precedente como los abusos
del neoliberalismo.
Pueden distinguirse, a lo largo de la historia de los países desarrollados en los últimos 150 años,
dos regímenes de acumulación sucesivos:
15.El Desarrollo Sostenible
El ámbito del desarrollo sostenible puede dividirse conceptualmente en tres partes: ambiental,
económica y social. Se considera el aspecto social por la relación entre el bienestar social con el
medio ambiente y la bonanza económica. El Triple Resultado es un conjunto de indicadores de
desempeño de una organización en las tres áreas.
Deben satisfacerse las necesidades de la sociedad como alimentación, ropa, vivienda y trabajo,
pues si la pobreza es habitual, el mundo estará encaminado a catástrofes de varios tipos,
incluidas las ecológicas. Asimismo, el desarrollo y el bienestar social, están limitados por el nivel
tecnológico, los recursos del medio ambiente y la capacidad del medio ambiente para absorber
los efectos de la actividad humana.
Los límites de los recursos naturales sugieren tres reglas básicas en relación con los ritmos de
desarrollo sostenibles.
Ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado,
neutralizado o absorbido por el medio ambiente.
Según algunos autores, estas tres reglas están forzosamente supeditadas a la inexistencia de un
crecimiento demográfico
16.La Pobreza y sus enfoques
En esta perspectiva, la pobreza constituye un fenómeno social que esta asociada al grado de
bienestar alcanzado por una sociedad determinada. La percepción de la pobreza evoluciona en el
tiempo e incluso entre sociedades, en razón de su desarrollo diferenciado.
Sin embargo, en términos operacionales, la pobreza puede definirse como una condición de
privación para acceder a una canasta de bienes y servicios básicos con los cuales se pueda vivir
adecuadamente en términos de los andares prevalecientes de necesidades y satisfactores,
determinados por una sociedad de acuerdo a su nivel de desarrollo.
En un sentido amplio, existen dos concepciones de pobreza: una concepción subjetiva y otra
objetiva.
Dentro de esta concepción, existen dos enfoques de pobreza : pobreza relativa y pobreza
absoluta.
Es de señalar, que este punto de vista absoluto, no este exento de la definición que maneje el
investigador en la formulación de los mínimos. El enfoque de pobreza absoluta, es reconocido
por diversos investigadores sociales como el m s adecuado, sobre todo en países en donde la
pobreza es un fenómeno extensivo.
La economía feminista entra en la ciencia económica iluminando cómo los sesgos sobre el
género influyen en la economía como ciencia. Así, se parte desde el hecho que la economía es
una ciencia "masculina". Las siguientes diferencias pueden aclarar un poco esto:
Entre los economistas, las características mas valoradas son las primeras, es decir, aquellas que
están asociadas al género masculino. Nelson (1995), afirma que ante el reconocimiento de este
hecho hay básicamente tres reacciones:
1- Continuar así: La economía es masculina y así debe ser.
2- El caso opuesto: Reemplazar las características masculinas (dureza, objetividad, etc.), con
características femeninas (análisis cualitativo, explicaciones verbales, etc.).
3- Afirmar que la distinción entre femenino y masculino refleja una realidad no lingüística.
18.Economía Ecológica
Características
El trabajo transdisciplinar, el pluralismo y la visión holistica del mundo son fundamentales para
enfrentar los problemas ambientales, ninguna disciplina aislada proporciona una perspectiva
suficiente ante la magnitud y complejidad de la problemática ambiental planetaria.
Uso de la teoría de sistemas, proveniente de las ciencias naturales, para comprender la dinámica
y evolución de los problemas.
La economía está integrada en sistemas culturales y sociales más amplios de tal manera que
naturaleza, economía y sociedad coevolucionan. Los aspectos sociales y culturales adquieren
mucha importancia.
La economía del bienestar analiza las condiciones en las cuales la solución de un modelo de
equilibrio general puede ser la óptima. Esto requiere, entre otras condiciones, una asignación
óptima de los factores entre los bienes y una asignación óptima de los bienes entre los bienes.
Se dice que una asignación de factores productivos alcanza el óptimo de Pareto cuando la
producción no se puede reorganizar para aumentar la producción de uno o más bienes sin
disminuir la producción de otro. Por tanto, en una economía de dos bienes, la curva de contrato
de la producción es el lugar geométrico del óptimo de Pareto de los factores productivos de esos
dos bienes. Análogamente, una asignación de bienes corresponde al óptimo de Pareto si no se
puede reorganizar la distribución para aumentar la utilidad de uno o más individuos sin disminuir
la utilidad de algún otro individuo. Por tanto, en una economía de dos individuos, la curva de
contrato de consumo es el lugar geométrico del óptimo de Pareto de los bienes de los individuos.
Al tomar otro punto sobre la curva de transformación se pueden elaborar un diagrama de la caja
de Edgeworth y una curva de contrato de consumo diferentes. Con esta base puede derivarse
una nueva curva de las posibilidades de la utilidad, y otro punto del óptimo de Pareto en la
producción y el consumo. Este proceso puede repetirse indefinidamente. Al unir los puntos
resultantes del óptimo de Pareto en la producción y el intercambio puede derivarse la curva de
posibilidad de la gran utilidad .
LA FUNCIÓN DEL BIENESTAR SOCIAL
La única manera de establecer el punto del óptimo de Pareto sobre la curva de posibilidad de la
gran utilidad que maximiza el bienestar social es aceptar el concepto de la comparación
interpersonal de la utilidad para trazar las funciones de bienestar social. Una función de
bienestar social muestra las diferentes combinaciones de u A y u B que le proporcionan a la
sociedad el mismo grado de satisfacción o bienestar.
EXTERNALIDADES
Una externalidad es una divergencia entre los costos privados y los costos sociales, o entre la
ganancia privada y la ganancia social. En los casos de fallas del mercado, la búsqueda de
ganancias privadas no contribuye al bienestar social máximo, incluso si existe competencia
perfecta en todos los mercados.
Este concepto fue popularizado por el economista Michael Porter el año 1990, en su libro The
Competitiva Advantage of Nations ("Ventaja Competitiva de las Naciones").
Ejemplos de clusters son Silicon Valley en California (Estados Unidos) donde, se concentra un
gran número de empresas de tecnología (microelectrónica, tecnologías de la información y
biotecnología) y Kista, su contraparte sueca. En Detroit (conocida también como Motor City) se
concentra la fabricación de automóviles.
Tras el desarrollo del concepto de redes interorganizacionales en Alemania y en el desarrollo
práctico de Clústers en el Reino Unido; muchos perciben que haya cuatro métodos con los que
se puede identificar un Clúster:
Clústers Sectoriales (Clústers de empresas que operan en conjunto con el mismo sector
comercial, por ejemplo marina (SE Inglaterra; Cowes y ahora Solent) y fotónica (Aston,
Birmingham))
Clúster Horizontales (interconexiones entre las empresas en un nivel de compartir los recursos.
Por ejemplo: la gestión de los conocimientos)
La respuesta se relaciona directamente con el factor “toma de decisiones”. Estas pueden ser
para inversiones, alternativas no estructurales o políticas relativas al recurso hídrico. Tomar
decisiones implica evaluación y realizar la misma significa la aplicación de técnicas de valoración.
El valor y costo del agua. El agua en sus condiciones naturales tiene un valor económico. El
mismo se expresa como Valor Económico Total, derivado de su valor de uso directo (riego,
industria, recreación, etc.), valor de uso indirecto (hábitat, depurador de contaminantes, etc.),
valor de no uso de existencia y legado (bellezas escénicas, sitios culturales, sitios históricos) y
valor de opción (hábitat de biodiversidad, potencial uso y no uso). El costo del agua se compone
de los costos de capital, operación, mantenimiento, confiabilidad del abastecimiento, costo de
oportunidad y los costos de las externalidades impuestas a la sociedad por su aprovechamiento.
Un uso sustentable del agua debe buscar equiparar el costo total con el valor total. En tal
sentido, estimar el costo de agua puede servir como una aproximación, lo más seguro de orden
inferior del valor del agua.
Lo anterior puede resultar incomprensible si no se relaciona con aspectos como el papel del agua
como bien intermedio (agua de riego), como bien privado (uso doméstico) y bien público
(recreación, calidad, papel en las inundaciones, hábitat, belleza escénica, entre otros). Entender
el papel del agua para la sociedad, y por ende su valor económico, ayuda a descifrar la
importancia de su valoración.
El valor del agua y la eficiencia económica Tomar decisiones respecto al recurso hídrico debe
signarse bajo el precepto de eficiencia económica. El mismo indica que el beneficio marginal
debe equipararse con el costo marginal de aprovechamiento del recurso.
Esto proporciona la asignación óptima. Sin embargo, estudiar los beneficios y costos, aunque no
conducen a una solución óptima, si puede llevar a un cambio deseable y se puede suponer que
va hacia la solución óptima. En la ponencia se tratan elementos teóricos de ambos paradigmas
(eficiencia económica y análisis beneficio-costo). Asimismo, se discute la importancia de la
valoración en la conservación del recurso y se hace una exposición teórica del excedente del
consumidor comocriterio de valor del agua.
La crisis de la concepción funcional del espacio (patente desde principios de los 80 por su
inadecuación para explicar las cada vez más complejas estructuras productivas en el territorio)
como consecuencia del fracaso en los esquemas de política interregional, la reestructuración del
sistema económico (como los cambios sectoriales, la cada vez más débil movilidad de la mano
de obra y del capital -elementos claves en los que se basaba los enfoques tradicionales-, la
relativa inmovilidad de otros factores de producción como la capacitación técnica, los
conocimientos organizativos y la información, y la mayor importancia dada al lado de la oferta)
provocado por la crisis de los años 70, la modificación de las jerarquías espaciales con la
emergencia de nuevas regiones industriales y la nueva noción del desarrollo como un proceso de
transformación social, ha dado paso a una nueva aproximación al desarrollo regional conocido
como “enfoque endógeno” . Ahora bien, el desarrollo endógeno surge, no tanto como una teoría
del desarrollo o del crecimiento, sino como un nuevo paradigma del desarrollo o una
aproximación territorial al desarrollo (Aydalot, 1985, págs. 144-145; Furió Blasco, 1996a, pág.
103; Caramés, 1990; Bal y Nijkamp, 1998).
Esta nueva concepción del desarrollo tuvo su mayor auge en aquellos países en los que las
pequeñas empresas, sobre todo, parecían ser las protagonistas del buen comportamiento
regional. Argumentan sobre la superioridad estratégica de las pequeñas empresas en los
procesos de desarrollo, siendo determinante para el crecimiento económico no la dimensión, sino
la formación de sistemas de empresas, de redes de empresas, que permitan obtener economías
de escala y de alcance y reducir los costes de transacción . Entre los factores que se
consideraron relevantes en el éxito de ciertas economías locales fueron: el talento empresarial,
un sistema productivo flexible, las economías generadas en los distritos industriales, y la
existencia de algún “agente individual o colectivo” capaz de actuar como catalizador para
movilizar el “potencial” autóctono como un banco local, los mayoristas, las asociaciones
industriales de carácter local, etc. (Cuadrado Roura, 1992, pág. 543).
Las teorías del crecimiento endógeno, ya que como hemos dicho anteriormente no existe un
cuerpo doctrinal unificado sobre este fenómeno, parten de supuestos como la existencia de un
fuerte contraste entre la creciente movilidad de los bienes y la estabilidad de los entornos
regionales, caracterizados por factores tales como la cualificación de la mano de obra, las
técnicas de producción y de organización, así como las estructuras sociales e institucionales. En
este caso, es preferible que la política regional actúe no tanto sobre la movilidad de los factores
productivos (tal como proponían los enfoques neoclásicos y keynesianos) sino sobre la plena
utilización y la productividad de los recursos propios de cada región. En este modelo, el
desarrollo regional viene interpretado, no como el resultado de la decisión óptima de localización
industrial por parte de las grandes empresas interregionales, sino como la actuación de las
empresas locales eligiendo producciones más apropiadas. Desde este punto de vista, la
especialización sectorial de una región vendrá determinada por un proceso de selección natural:
las empresas que se adapten al medio ambiente local sobrevivirán y prosperarán, mientras que
las que no lo consigan, se debilitarán y morirán.
Lo que se observa realmente -vuélvase a leer las tres ideas para comprobarlo- es que
todo esto está ya en los clásicos, en Adam Smith y en otros pensadores anteriores a Marx
(estudiados algunos de ellos en el capítulo 1), de modo que presentar estas ideas como la
esencia del pensamiento de Marx sólo puede conducir a una tergiversación completa de su
pensamiento2[9], y, de hecho, esto es lo que ocurre en la práctica. Por eso, no puede sorprender
la conclusión epistemológica que extraen de todo ello: "En los próximos capítulos no
identificaremos cada una de las ideas como marxiana, schumpeteriana o keynesiana, en parte
porque la economía política moderna se basa en muchas de las ideas de estos economistas
pioneros, integrándolas y alterándolas a la luz de las realidades actuales" (ibid., p. 33).
1
2
26.El papel de la agricultura en el Desarrollo Económico
De hecho, mientras cambia la fuerza laboral hacia actividades no agrícolas, algunos tipos de
presiones ambientales sobre la biodiversidad pueden ser reducidos, siempre que la producción
local y la disponibilidad de alimento no bajen. Pero esto no sólo contradice la importancia
central del desarrollo agrícola para los agricultores pobres, sino también para las economías
nacionales en los países en vías de desarrollo de bajo ingreso. La economía es altamente
dependiente de la agricultura por la generación de ingreso, empleo y desarrollo en la mayoría
de las regiones donde la pérdida de biodiversidad es muy severa.
¡La porción de agricultura en el producto interno bruto (PIB) es sólo un 2 por ciento en los
países de altos ingresos, y un 11 por ciento en países de ingresos intermedios, pero en la
agricultura de los países de bajos ingresos contribuye al 28 por ciento del PIB! En cinco países
asiáticos y once países africanos, más del 40 por ciento del PIB viene del sector agrícola; en
Africa subsahariana la porción del PIB en la agricultura subió entre 1980 y 1997 (World
Resources Institute 2001). En los países más pobres, la agricultura mantiene los modos de vida
de un 69 por ciento de la mano de obra, y de 76 por ciento de las mujeres económicamente
activas, y contribuye en promedio a la mitad del PIB (Banco Mundial 2000).
Es más, en los países pobres, la prosperidad agrícola es central para el crecimiento de sectores
no agrícolas. En Africa Oriental, por ejemplo, el resultado es un aumento total de ingreso
finquero que va desde 1,96 en Níger a 2,88 dólares estadounidenses en Burkina Faso, debido al
patrón de gastos de consumo por finca y agregando un nuevo dólar de ingreso finquero a la
economía (Delgado et al. 1998). Estos impactos son mayores que los de cualquier otro sector.
A pesar del predominio de la agricultura en las economías de la mayor parte de los países en
vías de desarrollo, actualmente los trópicos están claramente en una desventaja en el comercio
agrícola internacional, debido a los límites geográficos de suelos más pobres, mayores
problemas con plagas, y climas más dificiles (Gallup, Sachs, y Mellinger 1999).
Sólo unas pocas tierras agrícolas tropicales pueden competir eficazmente en los mercados
internacionales con una monocultura de granos del cereal, intensamente regada por la lluvia.
Pero el potencial de una producción biológica primaria en los trópicos es grande
27.Expectativas Racionales
Dentro de la ciencia económica, la teoría de las expectativas racionales trata de las propiedades
de las expectativas y las preferencias de los agentes económicos, que pueden ser un individuo,
un grupo social, una empresa, u otro agente del mercado con capacidad de invertir. Se
considera que, para que sean válidas las expectativas o preferencias dentro del análisis
económico tradicional, éstas deben contar con algunas características:
Ser transitivas. Si decimos que preferimos B sobre A y C sobre B, si las expectativas son
racionales, C será preferido sobre A.
El conjunto es acotado. Hay una frontera bien definida entre los puntos del conjunto y los puntos
no pertenecientes al conjunto.
Durante el siglo XX, se dieron por lo cuatro grandes movimientos preferenciales del pensamiento
económico de mercado:
Monetarismo, liderado por los múltiples trabajos divulgativos y de asesoría gubernamental del
economista norteamericano Milton Friedman, mentor de tres décadas de las cátedras de
Economía de la Universidad de Chicago, de gran influencia para el neoliberalismo.
Escuela Austríaca, liderada por Ludwig von Mises y Friedrich August von Hayek. Este último ha
recibido el premio Nobel de Economía de 1974 por sus aportes al campo monetario y de los
ciclos económicos.
Teoría de las Expectativas racionales, propuesta por John F. Muth y desarrollada por Robert
Lucas (del mismo recinto de Chicago), junto con Thomas J. Sargent, de Minnesota y Stanford, la
cual señaló los nortes de muchas de las explicaciones macroeconómicas de los años setenta y
ochentas, basadas en la percepción a futuro por los agentes económicos. El supuesto en el que
se base este modelo es que los ciudadanos aprenden de sus propios errores. Las predicciones
del público pueden ser erradas, pero sus errores no son sistemáticos sino aleatorios. El efecto
práctico puede ser demoledor: por ejemplo si esperan un aumento de la inflación, los agentes
económicos tenderán a ajustar los salarios y los precios de manera que se producirá un alza
general de precios, por lo que la política económica debería generar expectativas que en vez de
generar mayores presiones inflacionarias o deflacionarias, induzcan a la estabilidad.
28.Escuela Neoestructuralista
El capital social se refiere a las instituciones, relaciones y normas que conforman la calidad y
cantidad de las interacciones sociales de una sociedad. Numerosos estudios demuestran que la
cohesión social es un factor crítico para que las sociedades prosperen económicamente y para
que el desarrollo sea sostenible. El capital social no es sólo la suma de las instituciones que
configuran una sociedad, sino que es asimismo la materia que las mantiene juntas.
El capital social se ha medido de variadas e innovadoras maneras, aunque, por distintas razones,
no es posible ni deseable lograr una única y “verdadera” medida. Primero, las definiciones más
amplias del capital social son multidimensionales e incorporan distintos niveles y unidades de
análisis. Segundo, cualquier intento de medir las propiedades de conceptos inherentemente
ambiguos, como comunidad, red y organización es problemático. Tercero, se han diseñado
pocas encuestas a largo plazo a fin de medir el capital social, lo que ha llevado a investigadores
contemporáneos a reunir índices con elementos aproximados, como la medida de confianza en el
gobierno, los índices de intención de voto, el índice de participación en organizaciones cívicas y
el número de horas de voluntariado. Las nuevas encuestas que se están realizando producirán
indicadores más directos y ajustados.
La medición del capital social puede ser difícil pero no imposible. Numerosos y excelentes
estudios han identificado útiles variables numéricas de capital social mediante el uso de distintos
tipos y combinaciones de metodologías de investigación cualitativa, comparativa y cuantitativa
El término Nueva economía fue acuñado por el economista Brian Arthur, aunque fue
popularizado principalmente por Kevin Kelly, el editor de la revista "Wired".
La nueva economía es un término que fue acuñado a finales de los años 90 para describir la
evolución, en los Estados Unidos y otros países desarrollados, de una economía basada
principalmente en la fabricación y la industria a una economía basada en el conocimiento, debido
en parte a los nuevos progresos en tecnología y en parte a la globalización económica. En ese
momento, algunos analistas entendieron que este cambio en la estructura económica había
creado un estado de crecimiento constante y permanente, de desempleo bajo e inmune a los
ciclos macroeconómicos de auge y depresión. Además, creyeron que el cambio puso en
obsolescencia antiguas prácticas de negocios.
En los mercados financieros, el término se ha asociado al auge de las empresas punto-com. Esto
incluyó la aparición del Nasdaq como rival a la bolsa de acciones de Nueva York (NYSE), una
gran cantidad de lanzamientos de empresas a Oferta Pública de Venta (OPV), el aumento de
valor de las acciones de las punto-com sobre empresas establecidas, y el uso frecuente de
herramientas tales como las opciones sobre acciones (stock options).
Como muchas cosas que parecen demasiado buenas, la recesión de 2001 desacreditó muchas de
las predicciones más extremas hechas durante los años del auge. Sin embargo, la investigación
subsiguiente sugiere fuertemente que el crecimiento de la productividad fue estimulado por la
fuerte inversión en tecnologías de la información.
Asistimos a un incremento de la productividad superior al de otros ciclos que trae aparejado una
mayor contención de la inflación (principalmente en EEUU), la Nueva Economía alarga el ciclo
económico expansionista gracias a la preponderancia que adquieren el conocimiento y la
innovación dentro del proceso productivo, estos se ven favorecidos por otras características
como el proceso de desregulación económica y el desarrollo de nuevos mercados.
31.El emprendurismo
DEFINICIÓN EMPRENDEDOR
El concepto de emprendedor no tiene una definición establecida, lo cual genera dudas. ¿Cómo
saber si se es un emprendedor? Si bien existen muchas definiciones o concepciones acerca del
término emprendedor, se puede identificar muchas características comunes en todas ellas. Se
puede dar unadefinición básica estableciendo que un emprendedor es aquella persona que
haconvertido una idea en un proyecto concreto, ya sea una empresa con fines de lucro o una
organización social, que esta generando algún tipo de innovación y empleos.
Sin embargo, es importante señalar algunas otras definiciones específicas que se han generado
en torno a la cultura emprendedora, las siguientes fueron citadas por Sérvulo Anzola
•Definición pragmática de emprendedor: es una persona que inicia su propio negocio nuevo y
pequeño.
Las definiciones que el cita son resultado del evento: “El impacto de la cultura emprendedora”
realizadoen la ciudad de La Paz, Bolivia el 2 de diciembre del 2003 por Funda-Pro.
•Definición política de emprendedor: es aquel que se esfuerza por convertir sus sueños en
realidad.
Los conceptos empresa y empresario aparecen siempre unidos, por lo que es difícil disociar uno
del otro en el momento de hacer definiciones y reflexiones tanto teóricas como prácticas.
En una primera concepción, la figura del empresario estuvo unida a la del capitalista, patrón o
maestro, propietario de las medidas de producción, con el surgimiento y exposición del
capitalismo financiero, época en la que se produce una importante ruptura, la separación de la
propiedad y el control, en la empresa de cierta dimensión, se van poniendo las bases de la figura
del empresario como un experto, profesional o grupo decisor que atiende a las funciones básicas
de la innovación y del liderazgo a través de una adecuada toma de decisiones y gracias a
determinada actitud y mentalidad estratégica.
Capacidad no ordinaria que representa la “mano visible” del sistema económico y que puede
definirse con estos atributos:
Organizador de la actividad productiva que coordina, combina, planifica y dirige los factores
para obtener productos que venderá en el mercado.
Agente de acción practico que hace “profecías económicas “ y cuyo último objetivo es ganar
dinero.
Agente “aventurero” y “confiado” que asume el riesgo, asegurando las rentas a los
“indecisos” y “tímidos” que son, los propietarios y suministradores de los recursos económicos.
En este enfoque, el papel principal del empresario reside en que él adquiere o contrata los
factores productivos a unos precios determinados (costes), creando las rentas monetarias de los
otros agentes, sobre la base de una predicción económica respecto al precio a que venderá los
productos obtenidos, soportando, en consecuencia, todo el riesgo de la actividad económica de
la empresa que dirige.
Fijar unos precios o adaptar sus costes al precio de venta estimado, en el momento de la
venta de los productos en el mercado.
En función de este precio y del volumen de ventas esperadas, adquirirá y contratará los
recursos, ofreciendo unas “rentas ciertas” a los propietarios de la empresa y a los
suministradores, a los proveedores. Si su cálculo económico es correcto y si sus predicciones se
cumplen este empresario riesgo, podrá obtener un beneficio o una retribución económica a su
capacidad de aceptar incertidumbre. En cambio, si se equivoca, tendrá una pérdida ya que habrá
pagado unos precios de costes más elevados que el ingreso obtenido o precios de ventas.
Este es el origen de que el beneficio del empresario se defina como una renta “ incierta”.
El empresario asegura y mide su riesgo a través de la estimación del beneficio esperado, en este
enfoque se considera la existencia de dos tipos de riesgo:
-De carácter técnico, se comprende por la incertidumbre de llevar a cabo efectivamente, la
producción esperada, que los productos se termina y en las condiciones demandadas por el
mercado.
-Carácter económico, se explica por la incertidumbre asumida de que los ingresos recibidos al
final del proceso superan los costes técnicos.
Según esta teoría se habla de dos actividades diferentes, la del empresario o el que asume el
riesgo y elige al que dirige, la del director que da las ordenes y desempeña la función
organizadora.
Este enfoque del empresario se apoya en las diferentes actitudes que ante el riesgo presentan
los agentes o participantes en el sistema económico. En general, se viene asumiendo una
“actitud adversa” al riesgo o comportamiento normal, actitud que sabe combinar una cierta
seguridad frente a un valor esperado de rentabilidad.
ELECCIÓN PÚBLICA
La escuela de la elección pública busca saber cuales son los factores que determinan cuales son
las políticas que elige el Estado de las diferentes opciones que a este se le presentan, en las que
destacan: políticas de Ingreso, Gasto público, Inversión, etc. Esta escuela comparte los
supuestos de Adam Smith y considera que el mercado es el mecanismo más eficiente por lo que
se inscribe en las teorías del Estado mínimo.
Esta escuela supone que se pueden saber las elecciones sociales a partir de las preferencias de
las decisiones de los individuos y parte de los siguiente supuestos:
El Estado influye no solo en las finanzas públicas , sino que además esta relacionado con las
elecciones públicas, corrección de externalidades entre otras, es decir, tiene un papel importante
en la regulación económica.
Las elecciones no sólo conciernen al intercambio económico, sino también incluyen las
decisiones que ocurren en el mercado político.
“La educación de los adultos ya es más que un derecho; es la llave para el siglo 21 … Se trata de
un concepto propio para contribuir poderosamente a la instauración de un desarrollo … científico,
social y económico…”
Por otra parte, desde un punto de vista económico, en esa misma declaración se subrayan “un
financiamiento insuficiente en el pasado, el reconocimiento creciente de las ventajas a largo
plazo de la inversión en la educación de los adultos, la diversificación de los modos de
financiamiento y el número de contribuyentes, el papel de las organizaciones multilaterales, el
impacto de los programas de ajuste estructural y la entrada de la educación de los adultos en los
circuitos comerciales cuentan entre los aspectos económicos cruciales de ese tipo de educación.
El costo de ésta debe ser evaluado con respecto a las ventajas que genera al mejorar la
competencia de los adultos. Los métodos utilizados en los análisis costo-beneficio y costo-
eficiencia deberían hacer justicia a la multiplicidad de sus efectos sobre la sociedad. La
educación de los adultos contribuye a su autosuficiencia y a su autonomía personal, al ejercicio
de los derechos fundamentales y al mejoramiento de la productividad y de la eficacia del
trabajo. Además, tiene externalidades positivas para las generaciones siguientes que serán más
educadas y prósperas.
Asimismo, dada su importancia –sobre todo para el crecimiento económico- en 1967 se creó en
el seno de la OCDE el Centro para la Investigación e Innovación Educativa (CERI). Hoy en día
encontramos que existen en ese organismo cinco programas que tratan el tema de educación:
a) el Comité de la Educación, b) el Programa del CERI, c) el Programa sobre la Gestión de los
Establecimientos de Enseñanza Superior, d) el Programa sobre las Construcciones Escolares, y
e) el Programa de Investigación sobre el Resultado de los Alumnos.
Grosso modo, el estudio del capital humano no solamente esclarece las cuestiones relativas de
orden político, social, humano, sino también las de los factores de crecimiento, de desarrollo y
de la asignación de los recursos a las cuales son confrontados los políticos y los agentes en todos
los países del mundo. El capital humano aparece pues, como un concepto para el estudio del
desarrollo y el crecimiento económico dado que engloba e integra las diferentes esferas políticas,
sociales y económicas de un país y de un grupo de países.
Según los economistas Samuelson y Nordhaus, la competencia imperfecta "se refiere a los
mercados en los que no existe competencia perfecta, porque al menos un vendedor (o un
comprador) es suficientemente grande para influir en el precio de mercado y, por tanto, tiene
una curva de demanda (o de oferta) de pendiente negativa" . Complemendo esta afirmación,
ambos autores señalan que "la competencia imperfecta se refiere a cualquier tipo de
imperfección: el monopolio puro, el oligopolio o la competencia monopolística" .
Los vendedores pueden controlar en alguna medida el precio de su producto . Sin embargo, este
margen de maniobra (del precio) varía de una industria a otra. Por ejemplo, en la venta de
computadoras personales, basta una diferencia de precios de unos pocos puntos porcentuales
para que las ventas de una empresa resulten afectadas significativamente. En cambio, en el
mercado de sistemas operativos, Microsoft tiene un monopolio casi total y una gran discreción
para fijar el precio de su programa informático Windows.
Existe diferenciación del producto. Es decir, que cada empresa ofrece un producto que es al
menos algo diferente al de otras. Por ello, las características (diseño, usos, servicios, etc...) que
tienen los productos que pertenecen a este tipo de mercado, son algo diferentes a las del resto.
Existe información incompleta en el mercado. Por tanto, los compradores no conocen las
características de todos los productos (por ejemplo, de las computadoras personales) que se
encuentran a la venta, ni de los diferentes precios a los que se los ofrece; como consecuencia,
asumen las variaciones existentes.
Las empresas se valen de la promoción para informar, persuadir o recordar a su mercado meta
acerca de las características y beneficios de sus productos. Es decir, que utilizan la venta
personal, la publicidad y/o las relaciones públicas para obtener una determinada respuesta
(como la compra) en su mercado meta.
Existe un patrón de precios altos y niveles de producción bajos. Esto se debe al hecho de que los
vendedores pueden controlar en alguna medida el precio de su producto, lo que trae como
consecuencia una disminución en la demanda (especialmente cuando los vendedores quieren
incrementar sus beneficios incrementando sus precios).
Más tarde se puso de manifiesto que el desarrollo es un proceso en el cual el ser humano no es
solo uno de sus medios, sino sobre todo su fin.
Hoy se suele hablar de desarrollo sustentable, el que tiene su origen más remoto en el debate
internacional iniciado en 1972 en Estocolmo y consolidado 20 años más tarde en Río de Janeiro.
Pese a la variedad de interpretaciones existentes en la literatura y en el discurso político, la gran
mayoría de las concepciones respecto al desarrollo sustentable representan en verdad
variaciones sobre la definición sugerida por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y
Desarrollo, presidida por la entonces primera ministra de Noruega, Gro BRUNDTLAND (1987). El
desarrollo sustentable es aquel que satisface la necesidades de las generaciones presentes, sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.
Se pueden apreciar diferentes enfoques sobre el desarrollo, sin embargo "el desarrollo
económico de un país hay que definirlo como un proceso que lo conduce desde su posición
económica subalterna, hacia esa posición desarrollada. De ahí que suscribamos sin reservas de
palabras de Prebisch según las cuales el desarrollo "no es un mero aumentar de lo que hoy
existe sino un proceso de intensos cambios estructurales" y que "la industrialización es la clave
del crecimiento del nivel de vida latinoamericano...La industrialización y la tecnificación de la
agricultura".
"El desarrollo territorial (amplia expresión que incluye el desarrollo de micro-localidades, tales
como comunas y de mesolocalidades, tales como provincias o regiones) se refiere ahora a
procesos de cambios socio-económicos de carácter estructural, delimitados geográficamente e
insertos en un marco configurado por sistemas económicos de mercado, amplia apertura externa
y descentralización de los sistemas decisionales".
Los mercados financieros desempeñan un papel económico y social trascendental, con una
enorme influencia en la calidad de las decisiones de inversión y, por lo tanto, en la situación
general de la economía.
Históricamente, los mercados financieros estaban integrados por dos tipos de instituciones:
Bolsas (acciones, bonos y otros títulos) y bancos (o similares). Recientemente han surgido los
mercados de derivados.
Los mercados financieros consiguen un equilibrio entre consumo presente y futuro, ya que, por
ejemplo, los empresarios con buenos proyectos de inversión pueden necesitar recursos
financieros y quienes desean asegurarse su jubilación pueden invertir sus ahorros. Los mercados
ponen en contacto a los inversores con los ahorradores, logrando que ambos se beneficien y
permiten distribuir el riesgo entre los inversores. Los riesgos pueden ser diversificables y no
diversificables. En el primer caso se elimina invirtiendo en activos cuya rentabilidad no este
perfectamente relacionada entre si.
Los mercados financieros ofrecen una gama de instrumentos con diversas relaciones rentabilidad
- riesgo (deuda pública, deuda privada, acciones etc.) y que el inversor elige de acuerdo con sus
preferencias. En los mercados de derivados se puede decidir que riesgos no diversificables se
pueden soportar y cuales eliminar. Los mercados de futuros y opciones permiten transferir el
riesgo de los inversores cautelosos a otros mas audaces.
Se estima que Centroamérica produce menos del 0,5% del carbono del planeta, pero en cambio
es una de las regiones más vulnerables ante los embates del cambio climático. El aumento de la
temperatura atmosférica y del mar, la reducción y la inestabilidad en el régimen de lluvias y la
subida del nivel del mar tienen impactos en la producción, la infraestructura, los medios de vida
y la salud de la población. Además, es posible que gradualmente se debilite la capacidad del
medio ambiente para proveer servicios vitales y que se intensifiquen las sequías y los huracanes.
Si las sociedades centroamericanas no toman acciones para responder a este reto, ¿cuál será el
impacto en términos económicos para la población?, ¿cómo se verán afectados los presupuestos
públicos para atender las consecuencias? ¿Cómo podrá sortear la región las secuelas en materia
de salud producidas por el cambio climático? ¿Cuáles son las opciones que tiene Centroamérica
para adaptarse y cuánto costarán?
Los desastres naturales comenzaron a ser estudiados desde el punto de vista económico a
finales de la década de los 60 y mucho se ha escrito en el campo de la modelización del impacto
económico que estos tienen para las regiones, intentado crear una estructura teórica básica que
permita explicar dichos fenómenos, lo complicado de este análisis es que los desastres naturales
tienen diferentes causas y magnitudes, por otra parte la frecuencia de los mismos hace que su
predicción sea bastante complicada desde el punto de vista económico.
Desde la óptica económica, la información juega un rol crucial en el análisis de los desastres
naturales, pues las catástrofes introducen un factor de incertidumbre que distorsiona las
relaciones económicas. La incertidumbre es máxima inmediatamente después de los
acontecimientos; después diversos factores contribuyen a su reducción. Esta incertidumbre es
clave en el análisis de la toma de decisiones en la etapa inmediatamente posterior al suceso ya
que dependiendo de su manejo se podrán establecer líneas maestras que permitan elaborar
políticas acordes con la situación que se vive en un momento determinado, en el corto plazo es
vital poseer información de calidad ante los eventos ocurridos, por ello es recomendable hacer
fluir la información por una sola vía, en esto los medios de comunicación juega un rol
fundamental
El efecto de largo plazo más visible es un incremento en el stock de capital requerido para las
reconstrucciones necesarias y aquí es donde el Estado si juega un rol protagónico, pues es su
labor velar porque los procesos de adjudicación de las nuevas obras sea transparente y viable
técnicamente, vale decir: NO PERMITIR CONSTRUIR COMPLEJOS HABITACIONALES EN ZONAS
DE ALTO RIESGO O EN LAS MISMAS ZONAS QUE HAN SIDO DEVASTADAS. En caso como estos
el guiso tiene que ser mínimo, cosa que lamentablemente en nuestro país es difícil que deje de
ocurrir.
Los problemas a resolver después de un desastre natural son diversos, entre ellos resolver la
interrupción de la producción y la cobertura de las necesidades de la población y conseguir tras
una catástrofe de estas características que las economías afectadas recuperen su nivel
económico anterior al evento. La recuperación no sólo debe orientarse a los flujos económicos
sino al capital destruido, es decir, ¿cómo llevar a la zona afectada a su nivel anterior en términos
de stock de capital? , en nuestro país ocurre algo muy curioso y es que sin duda alguna existen
zonas que son económicas importantes y han sido destruidas con las catástrofes del 99 y la
semana pasada, sin embargo, cuando se haga un inventario de las familias damnificadas
seguramente nos daremos cuentas que estas vivían en zonas no aptas para ello, con lo cual la
pérdida en términos de capital es menor, pero es que el asunto es mucho peor porque lo que
eso quiere decir es que el crecimiento urbano en nuestro país no ha sido planificado y eso si es
una mala noticia.
La economía de la educación
Una grave distorsión en el desarrollo de las naciones en vías de desarrollo ha surgido como
consecuencia de los estilos de crecimiento aplicados en las últimas décadas. El fenómeno del
crecimiento sin empleo del que da cuenta el Informe sobre el Desarrollo Humano del Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 1993. p. 42) es el indicador evidente de una
progresiva desconexión entre las necesidades sociales y la dinámica de los aparatos productivos.
La cuestión del empleo no sólo constituye una forma para los individuos de participar en los
mercados, como afirma el informe del PNUD. En América Latina el trabajo adquiere particular
relevancia porque es un mecanismo que hace posible participar a las personas en los procesos
de construcción e integración nacional que constituyen el eje articulador de la historia de los
países de la región. En la participación laboral está presente el fundamental ejercicio de la
ciudadanía y la posibilidad de reconocerse como miembro del colectivo social.
Para los antiguos griegos las relaciones entre Estado y Sociedad Civil eran relaciones de
asequibilidad, comunicación y franqueza; los asuntos públicos eran ventilados en foros
ciudadanos. Si surgían discrepancias que desequilibraban la paz era el momento de la actuación
en la esfera de la argumentación pública para asegurar la convivencia pacífica entre los
ciudadanos. En el proceso de configuración del Estado-Nación en Latinoamérica se ha suscitado
una brecha entre ambas esferas. El desarrollo y su soporte institucional fue pensado como un
tema privativo del Estado y sus actores, pero de un Estado incomunicado, autosuficiente,
centralista en la mayoría de los casos.
La educación simboliza el rubicón que permite a los nuevos ciudadanos ubicarse en el universo
social. A través de ella, «las nuevas generaciones pasaron de la dependencia personalizada y
secular a la capacidad de generar un juicio sobre su situación personal y la naturaleza de la
sociedad» (Rama, 1983). El sistema educativo ha sido percibido como el principal canal de
movilidad y ascenso social en los países de la región. Las familias, sobre todo las de los estratos
de bajos recursos, cifran en él las esperanzas de mejores condiciones de vida y de integración a
la modernización. La adquisición del saber, las herramientas del conocimiento, una carrera
profesional, permiten a la familia la posibilidad de elaborar una idea optimista sobre el futuro.
La universidad y la educación superior, en general, son los componentes del sistema educativo
que han recibido el mayor impacto del desfase progresivo entre los requerimientos de la
sociedad y el patrón de modernización del sistema económico. En el transcurso del período
desde la década de los 50 al presente, la enseñanza superior en América Latina se ha masificado
en concordancia con un modelo de modernización del sistema productivo, de tal forma que el
sistema de educación universitario presenta una expansión de las oportunidades educativas.
Durante el proceso de crecimiento económico en América Latina, el surgimiento del sector
moderno en las distintas ramas de la actividad económica trajo aparejado un proceso de
heterogeneidad social que se manifestó en una redefinición de la estructura de los estratos
sociales (Faletto, 1993, p. 170). Tal dinámica de estratificación alude al acceso a bienes sociales
valorados tales como el ingreso, la educación y el prestigio profesional. Las capas medias
habrían sido las principales beneficiarias del crecimiento producido, especialmente gracias a la
expansión educativa que acompañó a tal proceso.
La corriente historiográfica más conservadora nos hace ver la mundialización como consecuencia
de los descubrimientos y las revoluciones tecnológicas como consecuencias de los inventos. Sin
embargo, la tecnología no es una causa, sino un requisito del desarrollo económico y la movilidad
social. La cuestión de fondo está en considerar el papel crucial de las tecnologías en una clave
marxista o, por el contrario, revisionista. Las tecnologías son o bien el socorro de los intereses
materiales de las clases altas o los promotores de dichos intereses.
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