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Colegio Cristiano Logos

Curriculum de Biblia

PROLOGO

La Biblia en la Escuela Cristiana


Al considerar las características de la enseñanza de Biblia como una
materia en la escuela cristiana debemos hacer dos distinciones. En
primer lugar, la enseñanza de la Biblia como una materia debe ser
diferenciada de la forma amplia en que la Biblia integra la cosmovisión
cristiana que permea todo el curriculum. En segundo lugar, la
enseñanza de la Biblia como una materia debe ser diferenciada del uso
de la Biblia en un devocional.
Aunque ninguno de estas diferencias son absolutas, el no hacer las
distinciones apropiadas puede crear confusión. Consideremos la primera
distinción: la educación cristiana esta fundamentada en la convicción de
que la Escritura del Antiguo y Nuevo Testamento son fundamentales
para todo aprendizaje. La Palabra de Dios arroja luz a todas las materias
que son enseñadas en la escuela cristiana. No podemos entendernos a
nosotros mismos o nuestro mundo correctamente a parte de la
Revelación Bíblica. La palabra cosmovisión bíblica es generalmente
utilizada para describir esta forma amplia y general en que la Biblia se
relaciona con el aprendizaje e informa el curriculum en la escuela
cristiana. Por ende los temas principales de la Biblia como la creación, la
caída, la redención, el hombre siendo imagen de Dios, el pacto y el reino
de Dios son indispensables para alimentar esta perspectiva.
Ahora bien nosotros no debemos hacer del desarrollo y uso de una
perspectiva bíblica en el aprendizaje el foco y uso principal de la Biblia
en la escuela. El rol de la Biblia no debe ser limitado a proveer claves e
ideas que perfilen nuestra cosmovision. La enseñanza de la Biblia en la
escuela cristiana tiene su propio valor y justificación intrínseca. Es
también una materia que necesita ser enseñada con una perspectiva
apropiada.
En segundo lugar, es también importante distinguir la enseñanza de la
Biblia como una materia de su uso devocional. Los devocionales son
importantes en la escuela cristiana pues a través de ellos se expresa
adoración genuina a Dios, reverencia, dependencia de El, confianza,
respeto por Su palabra y preocupación por el prójimo reflejada en
oraciones intercesoras. Los maestros deben modelar y estimular la
participación de los alumnos en los devocionales. Pero la lectura de Las
Escrituras con meditación y oración no debe ser un asunto académico.
La escuela cristiana existe para asistir a los padres en el entrenamiento
de sus hijos para una vida de servicio a Dios en el mundo, como tal la
escuela cristiana juega un rol importante en el desarrollo de la vida
cristiana, piedad, santidad, espiritualidad y celo evangelistico de los
estudiantes y la Biblia es indispensable en este desarrollo. A parte de
esto la escuela también considera las clases de Biblia con un enfoque
académico como las demás materias.
La Biblia es la palabra de Dios a su pueblo. Es la revelación escrita de
Dios y una regla de fe y práctica que es aceptada por la comunidad del
pacto. La mayoría de niños que asisten a la escuela cristiana vienen de
familias donde el estudio de la Biblia es ya parte de su experiencia
personal. Esto debe ser tomado en cuenta pues los maestros de la
escuela cristiana pueden enfrentar dos posibles tentaciones: unos
maestros, llevados por celo evangelístico pueden usar la enseñanza de
la Biblia como una oportunidad misionera, convirtiendo cada lección en
una prédica evangelística. En este caso el enfoque académico se ha
perdido. Otros maestros pueden enfatizar el carácter académico tan
fuertemente que se trate la Biblia como un documento
predominantemente histórico o literario y no como la palabra viva del
Dios vivo a su pueblo. En esta situación el maestro no conecta la Biblia
con las vidas diarias de los estudiantes sino que se concentra mas bien
en impartir hechos.
Al enseñar la Biblia debemos mantener un balance entre el enfoque
académico y la aplicación practica.
Los estudiantes, a todos los niveles deben ser introducidos a la rica
diversidad de la literatura bíblica y a la vez necesitan ver la historia
completa de la Biblia desde el principio de la creación hasta el futuro por
venir. Al presentarles tanto la diversidad literaria como la historia
completa de la Biblia estamos desarrollando en ellos una consciencia
bíblica que puede llevarlos a encontrar su identidad en el pueblo de
Dios.

I. Filosofía de la Enseñanza de Biblia en la Escuela Cristiana

A. VISION
(Lo que nuestros niños, niñas y jóvenes llegarían a ser si las
clases de Biblia logran su cometido)

Como resultado de las clases de Biblia, los niños, niñas y jóvenes


crecerán en sabiduría (Lucas 2:52), amando a Dios con todo su
corazón, alma, mente y fuerzas (Mateo 23:37), dispuestos a
contribuir con la extensión del Reino y el servicio a su generación.

B. MISIÓN
(Lo que ofreceremos a nuestros estudiantes de tal manera que
cumplamos nuestro cometido)
Equipar niños, niñas y jóvenes con una teología bíblica robustecida
en el contexto de la narrativa histórica, como instrumentos para
un mayor entendimiento de Dios, la naturaleza del hombre, y las
responsabilidades para con Dios, él mismo, el prójimo y su medio.

C. Distintivos de la enseñanza de la Biblia


La Biblia tiene características intrínsecas y distintivas que la hacen
única por lo tanto su enseñanza también debe ser distintiva y
única. Esta enseñanza debe enfocarse desde una perspectiva
apropiada y considerar la Biblia en su integridad, con el propósito
de que los estudiantes conozcan la fuente y medios para crecer en
la piedad.

1. Origen y Estructura de la Biblia


A pesar de que Dios en su naturaleza no necesitaba revelarse
ni comunicarse con el hombre, a través de la Biblia El,
verazmente, se ha dado a conocer a sí mismo y comunica un
conocimiento que no pudo ser obtenido de ningún otro modo.
Es en esta revelación específica, donde Dios nos habla de sus
planes, sus pensamientos, sentimientos y sus estándares
morales para su pueblo.
Originalmente Dios hablaba directamente a su pueblo y no
había ningún registro escrito. Pero en el devenir de los tiempos
El guió sobrenaturalmente el registro y la composición de Su
Verdad revelada de tal manera que permaneciera como
testimonio entre los hombres. El primer registro escrito que
tenemos en la Biblia fue realizado por Dios mismo en las
conocidas Tablas de la Ley. Estas tablas fueron luego
destruidas a causa del pecado de Su pueblo, y las leyes
dictadas nuevamente por Dios a Moisés. Fue de esta manera
que Dios comenzó a inspirar santos hombres para que
escribieran Su palabra, la Biblia que hoy tenemos en nuestras
manos.
La Biblia tiene una estructura unificada que constituye una
evidencia interna de su composición sobrenatural. Pues, a
pesar de que fue compuesta y escrita en un período de 1500
años por 40 hombres diferentes, posee una unidad y progresión
en cuanto a tema, doctrina y personaje central, que prueban su
autoría y preservación divina.
La Biblia que hoy tenemos en nuestras manos tiene un total de
66 libros, divididos en dos bloques o testamentos con un
período de 400 años de silencio entre ellos. El Antiguo
Testamento, en sus 39 libros, está expresamente revelado y
cumplido en los 27 libros del Nuevo Testamento. Estos 66 libros
constituyen todo el consejo de Dios.

2. Naturaleza y propósito
Por su naturaleza la Biblia también es única en su género. Es la
revelación específica y sobrenatural de Dios para fundamentar
todo conocimiento en asunto de religión, fe y doctrina
indispensables para la salvación.
Aunque la revelación general de Dios en la naturaleza y las
obras de la creación (Sal. 19:1-3) y de la providencia
manifiestan de tal manera la bondad, sabiduría y poder de Dios
que dejan a los hombres sin excusa, no son, sin embargo,
suficientes para dar el conocimiento de Dios y de su voluntad
necesarios para la salvación. Por tanto, le agradó a Dios poner
por escrito esa revelación en su totalidad lo cual hace a las
Santas Escrituras muy necesarias. De no haber sido por esta
revelación, el hombre hubiera vivido y muerto en tinieblas,
separado de Dios para siempre. Dios habló de tal manera en la
Biblia, que cualquier persona que se acerque a Ella con fe,
podrá entender la gracia de Dios y la salvación total y libre en
Su hijo Jesucristo. Dios, en la Biblia, le revela al hombre Su
persona, Su propósito y Su plan redentor (Rom 15:4)

A diferencia de cualquier otro escrito, la Biblia es plenaria y


verbalmente inspirada por Dios, inerrante en todo asunto de
historia, fe, doctrina y prácticas cristianas. Su propósito es que
el hombre conozca acerca de Dios, a Dios y SU Verdad, y
responda a Dios y a toda su Verdad (Rom 15:4; 2 Cor 3:18;
Ap. 5:9-10). La Biblia es viva, transformadora y eficaz a fin de
hacer perfecto y equipar al hombre para toda buena obra (2
Tim 3:16-17). La Biblia fue diseñada para ser lámpara a
nuestros pies que ilumina nuestra senda en este mundo de
tinieblas (Sal. 19:7; 119:130). Es sólo a través de Ella, que los
hombres podemos aprender acerca de nuestra profunda
pecaminosidad y la provisión misericordiosa de Dios en Cristo
Jesús, de tal manera que podamos llegar a estar bien con Él y
aprendamos cómo llegar a vivir bien para Él.
A diferencia de cualquier otro libro, la Biblia no está condenada
a perecer. Los cielos y la tierra pasarán pero, la Palabra de Dios
no pasará. Cada uno de sus versículos lleva estampado el
sello de eternidad.

3. El ministerio del Espíritu Santo


El Espíritu Santo es la persona más importante en el proceso de
enseñanza aprendizaje de Las Escrituras. Tanto los maestros como
los estudiantes necesitan la dirección divina para el entendimiento
y la aplicación de la Verdad bíblica. Enseñar la Biblia es una tarea
que requiere de poder espiritual ya que envuelve verdades
espirituales que satisfacen necesidades espirituales. Este poder
sólo puede venir del Espíritu de verdad que nos guiará a toda la
Verdad (Jn 16:13). “Él es el Consolador. . . que nos enseñará
todas las cosas y nos recordará todo lo que el Padre nos ha dicho”
(Jn 14:26). El es Espíritu de toda sabiduría y revelación quien nos
ayudará a entender a Dios (Ef. I:17; 1 Cor 1:18-25). El también
capacita al maestro para discernir y entender las necesidades de
sus estudiantes y así aplicar una metodología apropiada y
efectiva; sobre todo le capacita para vivir una vida cristiana que
modele a Cristo. El Espíritu Santo es también quien opera en la
vida del estudiante convenciéndole de pecado (Jn 16:7) y
regenerándole (Jn 3:3; Tit 3:5)y habitando en su corazon.
Apartados del Espíritu Santo la revelación de las Escrituras no
podrá penetrar en nuestros corazones ni mentes.

D. Principios para la enseñanza efectiva de la Biblia


I
1. Integridad
La Biblia debe ser enseñada como un todo. Ningún
versículo debe ser manipulado o torcido para lograr
nuestro propósito, ni se le debe añadir, ni quitar a lo
dicho en la Escritura. El maestro debe enseñar Todo el
consejo de Dios, haciendo énfasis donde la Biblia hace
énfasis y callando donde la Biblia calla. Las doctrinas de
la ley del pecado deben ser enseñadas mano a mano con
las doctrinas de la gracia y la salvación.
Aunque la Biblia es clara en lo concerniente a la
salvación y vida piadosa (Sal. 19:7; Sal 119:130), sin
embargo, no todo asunto se entiende con la misma
facilidad (1P 3:16). Cuando se hallen dificultades
respecto al significado de algunos pasajes, la Biblia
misma es el instrumento por excelencia para su propia
interpretación. Ella no es de libre interpretación humana
(2 Pedro 1: 20,21).También es necesario considerar que
Dios se ha reservado, en sus derechos de autor, dejar
velados ciertos asuntos (Deut. 28:28).

2. Enseñar al corazón y a la mente (Mateo7:24)


Como la Biblia es la palabra de Dios, al acercarnos a ella
debemos tener un corazón hacia Dios y ser llenos de Su
espíritu. A la vez debemos aplicar nuestras capacidades
intelectuales para profundizar en su estudio pues la
forma escrita en que Dios nos dejó su Palabra requiere
una involucración de la mente humana para su
entendimiento.
La meta de la enseñanza de la Biblia es impartir
conocimiento que encuentre sus frutos en vidas
cambiadas. La sola adquisición de información no es
suficiente para cumplir el propósito de la Biblia de
transformar vidas. Es imprescindible que este
conocimiento intelectual, usado por el espíritu de Dios,
sea impregnado en el corazón y afecte la voluntad
retando al estudiante a pensar y actuar en conformidad
con los absolutos morales de Dios.
Desde el comienzo hasta el final, la verdad Bíblica nunca
es abstracta, siempre la encontramos aplicada. Aunque el
fundamento para el cambio es el entendimiento, lo que
realmente manifestará dicho entendimiento será la
aplicación de esa verdad. Toda verdad esta aplicada en la
Biblia. Esta combinación de la verdad comprendida y
aplicada debe ser una característica de todo estudio y
enseñanza de la Biblia.
Un maestro que enseña la Biblia con integridad debe
estar constantemente entendiendo y aplicando la verdad
de Dios en su propia vida a fin de enseñar con autoridad
y proveer una aplicación fresca que trascienda al corazón
y la mente de sus estudiantes. El modelo de amor y
servicio en el maestro es imprescindible para crear una
atmósfera que sea conducente al amor ferviente a Dios y
al servicio en su reino. Es a través de este ejemplo que
los estudiantes verán una aplicación viva del poder
regenerador de la palabra de Dios.

3. Manejar las Escrituras con manos santas


El maestro de Biblia debe acercarse a la Biblia con la
certeza de que es la palabra de Dios, viva y poderosa. Él
debe verse a sí mismo como recipiente de la misericordia
de Dios: como alguien que ha obtenido gracia y vida por
Su misericordia; como alguien que tiene una actitud de
espíritu de siervo de Cristo, que nunca se da por vencido;
como alguien que maneja la Biblia con la expectativa de
que Dios lo va a llevar de triunfo en triunfo; como alguien
que no tolera el pecado en su vida, que ve la Palabra de
Dios viva en él diariamente. Es este siervo quien vera la
palabra de Dios florecer y fructificar en la vida de sus
estudiantes.
El maestro de Biblia entiende que la verdad, y sólo la
verdad, mueve el corazón, por lo tanto no la manipula ni
corrompe. El maestro debe enseñar en total dependencia
del Espíritu de Dios y con la absoluta autoridad de la
inerrante y toda suficiente Palabra Dios y a la vez hacerlo
de una forma entendible y sencilla.
El maestro, como modelo, es extremadamente
importante en la enseñanza de la Biblia. Los estudiantes
seleccionan la verdad de lo que observan en el maestro y
de lo que experimentan con él. Estas son una fuerza
poderosa en el aprendizaje y la respuesta de los
estudiantes a ese aprendizaje (Lucas 6:40).

4. Cualidades del Maestro de Escuela Bíblica


El maestro que enseña la Biblia debe ser una persona
creyente y capacitada por Dios, con el don de la
enseñanza y que modela en su propia vida la Palabra que
enseña. Es alguien que “cuida de sí mismo y de la
doctrina”(I Tim 4:16), y “que se presenta como ejemplo”
(Tito 2:27).
El maestro debe manejar las Escrituras con manos santas
(2Cor 4:1-6): Todas las acciones del maestro deben estar
permeadas por la misma misericordia que le ha sido
concedida; nunca deberá manejar la Biblia con orgullo,
como superior a otros. La humildad será su primera
cualidad de carácter – un siervo. Él es alguien lleno del
Espíritu Santo (2 Cor.3:3-6), que ha sido “llamado” a
enseñar. Él reconoce que el don que hay en él es
sobrenatural; por lo tanto, no dependerá de sus propias
habilidades, sino del ministerio del Espíritu Santo,
abundando en amor para con sus estudiantes. Cuando el
maestro enseña en esta dependencia, lo hará creyendo
que el Espíritu obrará conforme a sus promesas sin
considerar lo difícil que sea la circunstancia que esté
enfrentando. El también enseñará en gracia, sabiendo
que Dios será glorificado en su debilidad. Este maestro
debe aprender a pelear la batalla del ministerio,
discerniendo los obstáculos que en ocasiones son
abundantes en esta carrera. Este maestro sabe manejar
la vergüenza de pecados pasados y los presentes a la luz
del perdón y gracia divinos (Is. 53, Sal 51). Esta actitud
afirmará su carácter como maestro. Este maestro no
añadirá ni mezclará la Palabra con otras enseñanzas. Las
doctrinas de la ley y el pecado deben ir mano a mano con
las de la gracia salvadora.
Este maestro hace entendible la Palabra (v2): El
manifiesta la Verdad, utilizando un lenguaje que sea
entendible y apropiado a la edad de sus estudiantes. Se
involucra en la enseñanza. Él se encomienda y somete a
la autoridad de la Escritura conjuntamente con sus
estudiantes.
Las anteriores cualificaciones hacen del maestro de la
Biblia una persona digna del llamamiento, que maneja la
Escritura con integridad personal, lo que le imprimirá
autoridad a su enseñanza (1 Tim 4:15-16; 2 Tim 2:1).
Por la trascendencia de esta tarea de enseñar la Biblia, el
maestro deberá apartar un tiempo y lugar para
prepararse espiritual y materialmente para su lección, de
esa manera le proveerá al estudiante el ambiente y
estímulo suficientes para que él descubra y asimile lo que
el maestro desea que aprenda. El maestro debe
responder cuidadosamente a diferentes detalles que
enriquecerán la lección:
• Definir el contenido en términos de propósitos: El
“qué conocerá”; deberá responder lo que quiero que
mis estudiantes sepan de lo que alguien hizo o no, en
cierto tiempo y bajo ciertas circunstancias, y lo que
sucedió como consecuencia.
• Determinar el principio de vida derivado del
pasaje, que es la verdad central que será comunicada.
Dios no cambia, la forma de Él lidiar con el ser humano
es universal y su verdad trasciende el tiempo.
• Especificar la actitud o acción que correspondería
al principio enseñado. Esta podrá bien ser en el plano
vertical en su relación con Dios, o en el plano
horizontal en su relación con demás.
No hay sustituto alguno para una adecuada preparación
para la enseñanza de la lección bíblica. Un estudio fiel y
diligente de la Palabra con una atención especial a los
detalles del plan de la lección podrá producir una lección
que sea vital, interesante y más que todo, que produzca
un fruto que sea para vida eterna, vidas transformadas a
la manera de Dios.
Lo que se espera del Directrices para el maestro
alumno
Apercibirse de la realidad • Enseñar la Biblia como verdad inspirada por Dios.
de Dios y su palabra. • Enseñar las doctrinas básicas de la Biblia,
incluyendo las doctrinas de Dios, Cristo, la salvación
y el hombre.
• Enseñar la verdad acerca del universo natural.
Responder a Dios y a su • Enseñar la verdad acerca del comportamiento del
Verdad ser humano.
• Guiar a los estudiantes a la salvación por fe en el
Señor Jesucristo
• Guiar a los estudiantes a rendir sus vidas a Dios en
absoluta sumisión para amarle y servirle.
• Guiar a los estudiantes para que lleguen a apreciar
la verdad total de Dios tal como está contenida en
las Escrituras y en la creación.
Vivir en armonía con la • Enseñar a los estudiantes a obedecer las
verdad de Dios instrucciones de Dios para vivir rectamente.
• Enseñar a los estudiantes a apreciar el universo
natural y vivir de acuerdo con sus leyes y principios
verdaderos para las relaciones humanas.
• Enseñar a los estudiantes a vivir en conformidad
con las familias, comunidades y naciones de Dios.
Impactar a otros con el • Entrenar a los estudiantes para comunicarse verbal,
conocimiento de Dios y su significativa y efectivamente con otras personas.
Verdad • Entrenar a los estudiantes para participar en la
labor mundial de la iglesia en evangelismo y
discipulado.
• Enseñar a los estudiantes una visión Bíblica y
realista del trabajo.

Los maestros cristianos estamos llamados a impactar vidas a


través de nuestras enseñanzas. Somos modelos, “cartas leídas” y
“fragante aroma” para nuestros estudiantes en el proceso de
pastorear sus almas.

5. Seguir el patrón de la revelación de Dios en el


currículo
El plan curricular es el término usado para la selección y
planificación, a largo y corto plazo, de toda actividad y
material para las lecciones a enseñar. Es la estructura de la
instrucción en la que se lleva a cabo el aprendizaje. Cuando
se desarrolla un currículo se debe decidir cuáles
conocimientos o contenidos son de mayor pertinencia de
acuerdo al tiempo, lugar y edad del grupo.
El contenido del plan curricular debe cumplir el propósito por
el cual Dios nos dio las Escrituras; por lo tanto, ellas deben
enseñarse en forma integral. El currículo debe abarcar toda
las Escrituras para establecer sus doctrinas con relación a la
ley, pecado, justicia, etc.
Las Escrituras son el registro de eventos seleccionados por
Dios que abarcan desde los orígenes de la creación y la
humanidad hasta el final de estos tiempos, bajo el gobierno
soberano de Dios, con un tema central entretejido - Cristo la
redención Divina. La redención de Cristo es revelada
progresivamente y desarrollada en armonía perfecta desde
Génesis hasta Apocalipsis. En el Antiguo Testamento se deja
establecido claramente la necesidad del hombre de un
Redentor y en el Nuevo Testamento se lleva a cabo el
cumplimiento y aplicación de esa Redención.
Los contenidos de las historias y eventos históricos, se deben
contextualizar en su momento histórico, y destacar cómo lidió
Dios con las personas, lo que Él les enseñó en ese entonces, y
determinar principios que sean aplicables en la vida práctica
de hoy (1Cor 10:1-13; Rom 15:4). “Una apropiada
comprensión de las Escrituras determinará la doctrina en la
que se fundamenta todo entendimiento respecto a la familia,
el diario vivir, la ciencia, historia, amistad, emociones,
belleza, trabajo y adoración a Dios, entre otras. Sólo una
robustecida teología dirigirá los pensamientos a las preguntas
correctas: ¿Quién es Dios? ¿Qué requiere Él de mí? ¿Cómo le
puedo conocer a Él? ¿Cómo puedo complacerlo?”.
La metodología de la enseñanza de la Biblia debe realzar la
verdad bíblica a enseñarse, y contribuir al logro del objetivo.
Ésta debe seleccionarse con criterio apropiado y efectivo para
el estudiante, el maestro y el contenido. La Biblia será la
principal fuente de información e ilustración, a cuyos hechos y
verdad se les deberá dar preeminencia.
El método de cátedra usado para enseñar historias y
demostraciones, usualmente requieren de poca involucración
del estudiante y las actividades planificadas serán mayormente
para el maestro. Las actividades que incluyen preguntas y
respuestas, discusiones, soluciones de problemas y proyectos,
demandan mucho más planificación, pero también mucho más
involucración del estudiante. La discusión bien dirigida
incluirá preguntas elaboradas por los mismos estudiantes
demandando un juicio crítico que genera mayor motivación
para el aprendizaje. Estas estrategias permitirán que el
estudiante contextualice los contenidos con sus experiencias,
promoviendo una actitud reflexiva en ellos, retándolos a
participar más profundamente en el proceso de enseñanza
aprendizaje.
Al escoger la metodología, y en dependencia del Espíritu
Santo, es conveniente considerar algunos detalles de la
metodología de Jesús:
a. El aplicó las Escrituras a problemas reales
b. El estimuló y mantuvo el interés de sus discípulos
c. El hizo uso de ilustraciones dramáticas y
“exageraciones”
d. El enseñó con el ejemplo
e. Jesús hizo énfasis en el carácter más que en el
contenido
f. El se enfocó en pequeños grupos
g. El reconoció la dignidad de sus estudiantes
h. El enfatizó la acción más que el conocimiento
i. El procuró resultados a largo plazo

La presentación de las clases.


La importancia de la narrativa histórica
La historia es el proceso de cumplimiento de los propósitos
de Dios. Esto es cierto primordialmente en la historia de la
redención. En su dimensión histórica la redención abarca la
historia de la humanidad, la historia de una nación (Israel),
la historia de una persona (Jesús de Nazaret), y la historia
de un movimiento (el comienzo y los primeros anos de la
iglesia neotestamentaria).
Esta redención tiene sus raíces en las promesas, tipos y
ceremonias del Antiguo Testamento y llega a su
cumplimiento en la vida, muerte y resurrección de
Jesucristo, alcanzando su consumación en los nuevos cielos
y la nueva tierra. Esta historia o historias revelan a Dios,
revelan o descubren su propósito redentor para la
humanidad. Los acontecimientos de esta historia revelaban a
Dios antes de que la Biblia estuviese completa, y ahora
encontramos todos esos acontecimientos históricos narrados
en un libro que preserva para nosotros las palabras de Dios.
La historia de la Biblia es la historia de la humanidad -
Nuestra historia; nosotros no somos observadores
desinteresados de esa historia, ya que en ella nos vemos
retratados. Cuando los estudiantes son sumergidos en esta
historia, comienzan a entender quiénes son ellos, de dónde
han venido y cuál es su propósito aquí en la tierra. Nosotros
también nos hubiéramos rebelado con el pueblo de Israel
contra Moisés porque nos rebelamos diariamente contra
Dios. El Espíritu de Dios llena nuestras vidas con el mismo
poder que llenó a Pedro. Es aquí donde radica la importancia
de dar conocer esta historia a nuestros estudiantes,
derivando de ella principios y aplicaciones para sus vidas
hoy.
Ahora bien, estos sucesos históricos no se explican a sí
mismos, sino que requieren de la Palabra de Dios para ser
interpretados. En la Biblia encontramos tanto el registro de
hechos, como la interpretación inspirada del significado que
Dios ha querido dar a dichos sucesos. En ella encontramos
todo lo que necesitamos saber para creer y hacer lo que
agrada a Dios. Solamente con las Escrituras podemos
sujetar la conciencia de otros y la nuestra a lo que debe o no
creerse, a lo que debe o no practicarse.
Al estudiar la Biblia, ningún otro material debe sustituir el
pasaje de Las Escrituras. La Biblia debe ser siempre la
principal fuente de información e ilustración de la clase de
Biblia. Al preparar nuestros programas de clases debemos
hacerlo con reverencia y en dependencia de Dios en oración.
Los pasajes deben interpretarse a la luz de sus contextos y
luego relacionarlo con nuestras vidas extrayendo principios
generales, recordando que Dios es inmutable y su forma de
tratar con el hombre ha sido, es y será siempre consistente
con su carácter. Las historias no deben ser presentadas
aisladas unas de otras, sino ubicadas cronológicamente
dentro del plan redentor de Dios, relacionándolas unas con
otras en el contexto de la narrativa histórica de la Biblia.

A. Contando las historias efectivamente


Ya que la historia bíblica es el foco central de cada lección,
contarlas bien es crucial para la efectividad del curriculum.
Las lecciones más exitosas son aquellas en que el maestro
cuenta las historias en lugar de leerlas de algún libro de
historias bíblicas. Prepararse para contar bien las historias
toma tiempo pero es un tiempo bien empleado.
Como preparación para contar las historias debemos
inicialmente leer los pasajes de la Biblia directamente, si es
posible en diferentes versiones. Mientras leemos podemos
hacer un bosquejo rápido del pasaje y pensar en los detalles
importantes que queremos que nuestros estudiantes
conozcan. Luego podemos leer la historia de algún libro de
historias bíblicas confiable para ver los enfoques y formas de
otros y finalmente podemos ensayar como vamos a
contarlas en voz alta.
Las lecciones deben constar de un inicio, donde
presentamos el trasfondo y sentamos el tono de la lección;
un bosquejo que identifique las partes importantes y los
detalles a enfatizar de la historia; y un final que provea de
una conclusión dejando que la Biblia hable por si misma.
Mientras contamos la historia podemos usar diferentes
técnicas y recursos. Las figuras en franelógrafos son buenas
para resaltar la secuencia de eventos. De esta forma los
niños pueden ver y oír lo que ocurrió. El uso de objetos
concretos es otra forma efectiva de ayudar a los estudiantes
a experimentar la historia. El uso de escenografía es útil
cuando los movimientos son importantes en la historia
(como la historia de Navidad) y los títeres son especialmente
efectivos para dramatizar conversaciones (entre Eli y
Samuel por ejemplo).
Otras técnicas incluyen el uso de narraciones en primera
persona y dramatizaciones. En los primeros grados es quizás
más recomendable contar la historia antes de dramatizarlas.
Otros recursos pueden ser videos, vistas fijas,
grabaciones...estos deben ser usados para reforzar o
repasar luego de que el maestro haya contado la historia y
siempre deben ser revisados por el maestro de antemano
para comprobar su precisión bíblica. Debemos ser
particularmente cuidadosos al contar historias bíblicas de
libros pues aunque muchos son apropiados otros tienden a
ser moralistas y a reflejar las inclinaciones del autor.
Lo mas importante, sin embargo no es la variedad de
técnicas y recursos sino que estos sirvan para resaltar la
enseñanza del pasaje. En ocasiones la forma más efectiva
de contar la historia es cuando los estudiantes se imaginan
el contexto y los acontecimientos mientras el maestro
cuenta la historia. Si los estudiantes han de desarrollar su
habilidad de imaginar debemos proveerles oportunidades
para ejercitar su imaginación.

B. Entendiendo la historia
El significado es una parte importante de las historias
bíblicas pues nos ayuda a derivar las aplicaciones prácticas.
Una parte importante de conocer la historia de Dios y su
pueblo es saber que significa ser el pueblo de Dios. Es cierto
que en un sentido los niños aprenden el significado de las
historias mientras aprenden las historias mismas pues las
historias de la Biblia contienen intrínseca y poderosamente el
concepto del amor de Dios, su justicia y su cuidado para su
pueblo; sin embargo una forma de transmitir estos
conceptos es a través de nuestra propia perspectiva como
narradores de la historia. Los énfasis y fraseología que
usemos mientras contamos la historia comunican un
mensaje a la par con la narración misma de la historia. En
la medida en que los estudiantes maduran y sus capacidades
de reflexión se agudizan, el significado de las historias
bíblicas puede ser discutido en las clases con el maestro
como moderador haciendo preguntas intencionadas,
diseñadas para resaltar ciertos puntos y también preguntas
abiertas que inviten a la reflexión y al desarrollo de
convicciones propias.
A la hora de transmitir significados y aplicaciones es
importante tener en cuenta que el foco debe estar en Dios y
su relación con las personas y no en los personajes. Los
personajes bíblicos no son héroes o villanos, sino siervos
obedientes o desobediente. También debemos reconocer
nuestras limitaciones como interpretes de la Palabra de Dios.
Es tentador en ocasiones presentar nuestro punto de vista y
no dejar que la Biblia hable por si sola. Finalmente debemos
ser sensibles al tipo de literatura en que se encuentra el
pasaje

C. Aplicando la historia
Una respuesta de corazón y un compromiso de fe son las
respuestas naturales
Con frecuencia las expectativas de Dios para nuestras vidas
son claras y especificas
(como cuando los profetas condenan la idolatría y el
hedonismo) y el maestro no debe tener temor de transmitir
estas verdades. En ocasiones el mandamiento general es
claro pero sus implicaciones practicas y la forma en que
debe ser aplicado a nuestras vidas no esta tan claro. Siendo
fieles al consejo de Dios implica hablar donde la Biblia habla
y callar donde la Biblia calla.

D. Diseñando actividades apropiadas


Con frecuencia los maestros de Biblia hacen un buen trabajo
contando la historia bíblica con precisión pero no le dan
continuidad con actividades. Pero, si las historias han de ser
parte de los niños así como de los maestros, los estudiantes
deberán no solo escuchar la narración de las historias sino
también interactuar con ellas, diciéndoselas unos a otros y
recordándolas ellos mismos. Los estudiantes deben
comprender desde pequeños que la Biblia no es una
colección de cuentos para oír sino historias reales que ellos
pueden experimentar y compartir con otros. El maestro
debe motivar a los estudiantes a involucrarse activamente
con las historias.
Como los niños aprenden a través de todos sus sentidos y
algunos niños aprenden mejor a través de un sentido en
particular las actividades deben estar diseñadas para afectar
tantos sentidos como sea posible.
La siguiente lista ofrece ideas de actividades visuales,
auditivas y kinestesicas:

Visuales
1. Tener carteles en el salón alusivos a la historia y que los
niños puedan usar para repetir las historias
2. Mantener disponibles libros con ilustraciones que
contengan la historia
3. Tener figuras de franelografos a disposición de los niños
de forma que ellos puedan contarse la historia unos a
otros
4. Tener ilustraciones secuenciales de las historias para que
los estudiantes ordenen los eventos cronológicamente

Auditivas
1. Los estudiantes cuentan la historia bíblica en una
grabadora y luego se oyen e ellos mismos diciéndolas.
2. Los estudiantes escuchan grabaciones de las historias
mientras ven un libro ilustrado de la misma historia

Kinestésicas
1. Los estudiantes usan títeres de dedo, figuras o
muñecos para contar la historia a sus amigos
2. Los estudiantes se disfrazan y dramatizan la historia
3. Hacer modelos con masilla que ilustren la historia
4. Diseñar y preparar murales de Biblia

II. FINES Y METAS

Fines
1. Presentar la Biblia como la historia de la redención de Dios que fue
escrita de tal forma que su pueblo pueda conocer a Dios y a ellos
mismos, aceptar el regalo de la salvación y vivir vidas de gozo,
servicio y obediencia.
2. Enseñar la Biblia como la inspirada, infalible y sola suficiente
palabra de Dios.
3. Guiar a los estudiantes a conocer a Cristo como Salvador y Señor,
y vivir a la luz de ese conocimiento alcanzando madurez espiritual.
4. Sumergir a los estudiantes en el estudio de la narrativa bíblica
histórica de forma que puedan crecer en conocimiento, sabiduría,
sensibilidad y creatividad.
5. Enfatizar el desarrollo de cualidades de carácter para impactar y
servir más justamente a su generación.
6. Analizar puntos doctrinales importantes expresados claramente en
la Palabra de Dios.
Metas

K~2 3~5 6~8


1. Recordar historias bíblicas • • •
2. Leer la Biblia • • •
3. Creer que la Biblia es la palabra de Dios • • •
4. Entender los temas centrales de la Biblia • • •
5. Recordar la historia de la Biblia como el plan redentor de • • •
Dios
6. Entender la dimensión literaria, cultural y geográfica de la • •
Biblia
7. Responder a las historias bíblicas • • •
8. Memorizar pasajes de las escrituras • • •
9. Leer historias bíblicas • •
10. Interpretar la Biblia •
11. Amar a Dios a otros y a si mismo • • •
12. Desear servir a Dios • • •
13. Desear estar cerca de Dios • • •
14. Aceptar el llamado de la Biblia al arrepentimiento, fe, • • •
disimulado y alabanza.
15. Usar juicios basados en la Biblia • • •
16. Hacer preguntas sobre la Biblia y el cristianismo • • •
17. Relacionar la Biblia a sus vidas diarias • • •
18. Testificar a otros • • •
19. Explicar principales doctrinas de la Biblia •

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