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INTRODUCCION
Hace tres mil años, el salmista le pregunta asombrado a Dios: “¿Qué es el hombre,
para que tengas de él memoria?” (Sal. 8:4). Después de todo el tiempo que ha
trascurrido, el hombre todavía sigue haciéndose la misma pregunta. Precisamente
por esta interrogante ha surgido la antropología.
1- Una razón general: El hombre nos revela algo acerca de Dios. Aunque el
hombre y la mujer no adoren ni sirvan a Dios, lo que la naturaleza nos revela sobre
Dios aflora para confundir y condenar al hombre.
2- Una razón especifica: El hombre ha sido creado a imagen de Dios. La
humanidad nos revela aspectos sobre el ser divino que no podemos apreciar en
ninguna otra parte del orden creado, pero que deben ser considerados si hemos de
entender a Dios.
3- Una razón teológica: No es posible tener un conocimiento genuino sobre Dios
si este conocimiento no viene acompañado de un correspondiente conocimiento de
nosotros mismos. Como Calvino dice, existe una dependencia mutua entre nuestro
conocimiento de nosotros mismos y nuestro conocimiento de Dios. Tan pronto
como adquiero un conocimiento de mí como yo, tomo conciencia de que no soy
Dios; soy una criatura.
• Existencialismo
• Estructuralismo
• Neomarxismo
• Reduccionismo biologista
• Antropología cibernética
Esta antropología procura dejar muy en claro la oposición que existe entre sujeto y
objeto, entre hombre y cosa. Dice que la criatura humana es una realidad
consciente capaz de asumir la tarea de escudriñar el mundo que le rodea. Esta
considera la muerte como un problema, ya que se le da un enfoque especial a la
existencia humana, para ellos desde que se nace, ya se es suficientemente viejo
para morir. Heidegger propone correr hacia el encuentro de la muerte en vez de
huir constantemente de ella. El sentido último de la existencia es que el hombre
podría vencer el miedo al fin de sus días aprendiendo a “gustar” de la muerte
El existencialismo inicial que pretendía llevar el sujeto humano por encima de
todos los demás seres, acaba haciendo del hombre un individuo devaluado, del que
la nada constituye la esencia de su mismo ser.
El filósofo alemán Ernst Bloch, hace de la ideología marxista una religión que
salva al hombre. Piensa en el ser humano como Dios en potencia. Utiliza muchos
conceptos prestados de la Biblia y del Evangelio, pero no reconoce la existencia de
Dios, sino que se centra en el ser humano como única.
En esta filosofía, el hombre vuelve a ser considerado como cosa en vez de cómo
un sujeto. Quiere reducir lo humano a lo puramente zoológico, y lo biológico a lo
inorgánico.
ANTROPOLOGIA CRISTIANA
Por otro lado, el hombre también es persona. Ser persona significa tener una
especie de independencia, no absoluta sino relativa. Como diría Anthony
Hoekema, ser persona significa ser “una criatura de opciones”: “Escogeos hoy a
quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando
estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra
habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Jos. 24:15). Vemos entonces
una especia de paradoja: el hombre como criatura depende totalmente de Dios y,
por otro lado, como persona es independiente, aunque de una manera relativa. A
esto Hoekema le ha llamado el misterio central del hombre. Negar cualquiera de
las dos partes seria un irrespeto a lo que la Biblia enseña, pues ella enseña tanto la
condición de criatura como la condición de persona.
Lo que sucede con las antropologías humanistas es que estas niegan uno de los dos
aspectos, específicamente el de la condición de criatura, por lo que ofrecen una
idea distorsionada del mismo, pues no lo ve como relacionado fundamentalmente
con Dios y como responsable ante El. Por otro lado, las antropologías
deterministas se olvidan del hombre como persona, por lo que lo ve como un robot
o marioneta.
El hecho entonces de que el hombre sea una persona creada tiene implicaciones
para otros aspectos de la teología. El hombre pudo caer en pecado precisamente
porque era una persona, capaz de escoger, incluso de escoger algo que seria
contrario a la voluntad de Dios. Pero aun cuando el hombre ha pecado y esta
destituido de la gloria de Dios, sigue dependiendo de Dios para su existencia.
El concepto del hombre como persona creada arroja luz también sobre la forma en
que Dios redime al hombre. Dado que el hombre ha caído en pecado, solo puede
ser redimido del mismo por la intervención soberana de Dios. Pero, el hecho de
que el hombre sea una persona implica que tiene una parte importante que
desempeñar en el proceso de ser redimido. Estos deben escoger con libertad, con
la fortaleza del Espíritu Santo, arrepentirse del pecado y creer en el Señor
Jesucristo.
Dado que el hombre es una criatura, debe entonces ser regenerado; por otro lado,
dado que es persona, también debe creer. Dios debe regenerar y el hombre debe
creer.
Así que, existe una relación estrecha entre el ser humano y su Creador. El hombre
fue creado para glorificar a Dios disfrutando de El para siempre. El tratar entonces
de separar la antropología de la teología trae como resultado confusión. La razón
por la cual, el hombre natural no ha podido dar en el blanco en cuanto a la
respuesta a la pregunta original de que es el hombre, es porque ha creado una
ruptura entre la antropología y la teología. Cuando la historia del hombre se
considera separada de la de Dios, entonces la respuesta a la pregunta nunca será
encontrada.
UNIDAD 1: LA CREACION DEL HOMBRE
Una de las premisas básicas del concepto cristiano del hombre es la fe en Dios
como Creador, lo cual conduce a la idea de que la persona humana no existe en
forma autónoma o independiente, sino como criatura de Dios. : “y Dios creó al ser
humano” (Gn. 1:27).
a) El hombre es creado por un acto voluntario de Dios (v. 26). La parte más
llamativa es el verbo “hagamos”. En el original hebreo, la construcción gramatical
de ese verbo implica una obra voluntaria o deliberada; no se trata de un accidente
ni de un acto obligado o necesario en el Ser Divino. No se trata entonces de que El
nos necesitaba o se sentía solo.
¿Para que entonces no creó? Isaías 43:7 dice: “para gloria mía los he creado, los
formé y los hice”. A pesar de que El no nos necesitaba, sin embargo, nos hizo para
su gloria. Así dice uno de nuestros antiguos catecismos: ¿Cuál es el fin principal
del hombre? La respuesta dice: Glorificar a Dios disfrutando de El para siempre.
El hecho entonces de que la creación del hombre glorifica a Dios garantiza, como
lo ha señalado el teólogo Wayne Grudem, que nuestras vidas tienen un significado
real y son importantes para Dios.
b) El hombre es creado por un acto directo de Dios. Génesis nos dice que Dios
estuvo involucrado en toda la creación. Sobre todo, la participación de Dios es
enfatizada en la creación del hombre. Dios no ordenó el curso de la naturaleza de
modo que se produjera el hombre (evolucionismo), sino que El mismo creó al
hombre a su imagen y a su semejanza (2:7). Dios formó al hombre del polvo de la
tierra y sopló aliento de vida en sus narices. Dios no es un observador distante,
sino que íntimamente está involucrado en el proceso de la creación.
c) El hombre fue creado como un acto exclusivo de Dios. Cuando decimos que
la creación del hombre es un acto exclusivo de Dios, lo que queremos decir es que
solo Dios creó al hombre. Algunos dicen que cuando Dios dijo “hagamos al
hombre” está hablando a los ángeles y que estos tuvieron parte en la creación del
ser humano. Pero esta idea es improbable por tres razones:
Génesis 2 comienza con una descripción del hombre y hace alusión al propósito
para el cual fue creado. La tierra se presentaba como algo incompleto en los versos
2 y 3, pues se necesitaba quien la trabajase. La frase clave esta en el verso 5: “No
había quien labrase la tierra”. Este verso expresa una necesidad. Vemos en esta
expresión cierto paralelismo con Génesis 1:2. En ambos casos se describe un
estado de necesidad, donde se requiere orden. En Génesis 1:2 Dios mismo pone el
orden, mientras que en Génesis 2 Dios crea al hombre para que complete su obra.
Dios usa entonces medios para acabar su creación (Gen. 1:28). Hemos sido
creados para completar la obra que Dios comenzó en la creación. El hecho de que
todo era bueno en gran manera no quita que los planes de Dios eran que la tierra
fuera aun mejor. El trabajo de Adán era hacer del Edén un mejor lugar. Es
consolador saber que Dios creó al hombre y le confió la obra de embellecer más la
creación; pero el hombre falló en esto. Dios quería que hiciéramos del mundo algo
mejor, pero lo hemos convertido un infierno sobre la tierra. Solo la obra de Cristo
puede llevar el mundo al propósito inicial para el cual fue hecho.
Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló aliento de vida en sus narices.
La primera parte tiene que ver con el acto formativo de Dios. Así como los
animales, el hombre fue formado del polvo de la tierra. Por esta razón, el hombre
comparte ciertas características con los animales. De hecho, la ciencia ha
demostrado que la sustancia de nuestros cuerpos comparte los mismos elementos
del suelo. El nombre hebreo “Adam” (hombre) es semejante a “Adama” (suelo).
Cuando la Biblia dice que el hombre fue un ser viviente, usa la misma expresión
que se utiliza para los animales en Gn. 1:21, 24, 30. Esto nos muestra que no
somos pequeños dioses, sino criaturas.
La segunda parte tiene que ver con el acto de animación de Dios. La tercera
parte nos dice el resultado de esa animación: “El hombre fue un ser viviente”. Sólo
del hombre se dice que Dios sopló aliento de vida en sus narices. Esta expresión
resalta un interés especial de Dios por el hombre que no tenía con el resto de la
creación. Entonces el hombre es una criatura, pero una criatura especial.
El hecho de que Dios proveyera ayuda idónea para Adán nos muestra, al menos,
tres cosas importantes:
1- El hecho de que la mujer fue hecha como ayuda idónea para el hombre
implica que era el plan de Dios desde el principio que el hombre fuese
la cabeza de la mujer. Algunos son de la opinión de que la sumisión de
la mujer a su marido como cabeza es resultado de la caída. Pero la
realidad es que este fue el diseño de Dios desde el principio. El hecho de
que el hombre no fue creado por causa de la mujer, sino que la mujer
fue creada por causa del hombre (1 Cor. 11:9), nos muestra que en
cuanto al orden de autoridad, el hombre esta por encima. A esto se
refiere Pablo también en 1 Tim. 2:12-13 cuando dice: “Porque no
permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino
estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva”.
Notemos que la sumisión de la mujer al marido no se basa en la caída ni
en algo cultural, sino en el orden de la creación.
2- El hecho de que la mujer fue creada como ayuda idónea para el hombre
implica que hay una igualdad de esencia, personalidad e importancia.
Que el hombre este por encima de la mujer en relación a la autoridad no
significa, sin embargo, que este por encima en relación a la esencia o
naturaleza. Como ella es formada del hombre, también es una
continuación de la creación y parte de la creación especial de Dios.
Ambos son entonces creación especial de Dios; ambos son según
Génesis 1, imagen de Dios.
3- El hecho de que la mujer fue creada como ayuda idónea para el hombre
implica que ella tiene diferencias con el hombre. El hombre fue creado
de la tierra para labrar la tierra, mientras que ella fue hecha del hombre
para ayudar al hombre. Ella posee cualidades que el hombre no posee
para complementar al hombre y viceversa. En este sentido, el hombre y
la mujer son, como diría John Mcarthur, “distintos por diseño”. Esta es
una base sólida para la diferencia de roles.
La Biblia enseña que “creador” implica Señor, por lo que el llamado a obedecer y
a adorar a Dios se basa en que El es el creador (Sal. 100:5). Dios no solo tenía el
derecho de esperar obediencia de Adán y Eva, sino también de todos sus
descendientes. Toda criatura racional le debe adoración a Dios. Eso fue lo que
Pablo dijo a los de Listra y Atenas (Hechos 14:15; 17:24-25).
La Biblia nos da cierta información cronológica que nos permite tener una idea del
tiempo de la raza humana. Por medio de las cronologías, se puede calcular el
tiempo aproximado de la creación del hombre.
Genealogía de Génesis 5
Nombres TM PS LXX
1. Adán 130 130 230
2. Set 105 105 205
3. Enos 90 90 190
4. Cainan 70 70 170
5. Mahalaleel 65 65 165
6. Jared 162 62 162
7. Enoc 65 65 165
8. Matusalén 187 67 167
9. Lamec 182 53 188
10. Noe 500 500 500
11. Diluvio 100 100 100
Total 1656 1307 2242
Nombres TM PS LXX
Sem 2 2 2
Arfaxard 35 135 135
Cainan 130 130 130
Sala 30 130 130
Heber 34 134 134
Peleg 30 130 130
Reu 32 132 132
Serug 30 130 130
Nacor 29 79 179
Taré 70 70 70
Llamado de Abram 75 75 75
Total 367 1017 1247
1- Una vez más, no debemos permitir que la ciencia humana sea la autoridad final
para interpretar la Biblia.
Resulta claro que, según las Escrituras, el hombre fue creado a imagen de Dios.
También se ve con claridad que, a diferencia de otras criaturas, el hombre ha sido
hecho a imagen de Dios. Lo que no esta tan claro, sin embargo, es la respuesta a la
pregunta ¿en que consiste la imagen de Dios? De hecho, esta pregunta nos lleva,
como lo ha expresado Antonhy Hoekema, a tres preguntas mas: ¿Qué efecto tuvo
la caída en la imagen de Dios en e hombre? ¿Cómo afecta a la imagen de Dios la
renovación moral y espiritual del hombre en el proceso de redención? ¿Cuál es el
destino final de la imagen de Dios en el hombre para la vida venidera?
3 puntos de vista:
Según este punto de vista, la imagen de Dios en el hombre debe ser definida en
relación a lo que el hombre es. En otras palabras, la imagen de Dios en el hombre
se refiere a cualidades de Dios dentro del hombre, las cuales lo diferencian de los
animales, aunque no se estaba seguro de lo que lo diferenciaba. Los padres de la
iglesia hacían una distinción entre imagen y semejanza. Ellos entienden que
“imagen” hace referencia al raciocinio y libre voluntad. Por otro lado, ellos
entienden que cuando se habla de
“semejanza”, se refiere a semejanza de inocencia con Dios. Pero cuando el hombre
cayo, perdió la semejanza de Dios.
Los teólogos medievales continuaron con esta distinción, aunque algunos como
Tomas de Aquino comenzaron a definir la razón como una esencia real de lo que
es ser creado a imagen de Dios y que esta, no se vio afectada por la caída. El
problema de su definición de la imagen de Dios radica en que limita la imagen de
Dios a la capacidad intelectual del hombre, echando a un lado las facultades de los
afectos y la voluntad.
Los reformadores como Lutero y Calvino rechazaron esta distinción. Ellos más
bien enfatizaban el aspecto espiritual y moral de la imagen de Dios en el hombre.
Mientras Lutero identificaba la imagen y semejanza de Dios con la justicia
original que fue perdida en la caída, Calvino la identificaba con cualidades
espirituales y morales. Pero la opinión de Lutero parece sugerir que el hombre
perdió la imagen de Dios, pues el la identifica con la justicia original. Por otro
lado, Calvino no incluye las relaciones del hombre y su rol como mayordomo de
la creación dentro de esta imagen, aspectos que si parecen estar incluidos según
Génesis 1.
El problema con este punto de vista es que plantea que el hombre no necesita un
cambio de corazón, sino que necesita relacionarse más con los demás. Otra
problema que tiene este punto de vista cuando analizamos las implicaciones de la
misma es que no importa tanto lo que creamos acerca de Dios, sino de lo que
hagamos.
Según este punto de vista, la imagen de Dios se refiere al rol o función del hombre
en el mundo. Esta también considera que la imagen de Dios en el hombre tiene
que ver mas con lo que el hombre hace más bien que con lo que el hombre es.
Estos apelan a Génesis 1:28 para probar su punto, cuando allí se afirma que el
hombre fue mandado a señorear sobre la creación. Los proponentes de esta verdad
señalan también la literatura del medio oriente, la cual habla frecuentemente de
ciertos gobernadores que se consideraban como imagen de ciertas divinidades. La
idea es que gobernar o reinar es la esencia de la imagen. La imagen de Dios se
relaciona entonces con nuestra función en el mundo. Pero este punto de vista
limita a Dios a algo particular, y por si solo, este punto de vista no nos dice todo lo
que implica ser hechos a imagen y semejanza de Dios.
- Santiago 3:9 donde se afirma que el hombre fue hecho a semejanza de Dios.
b) La Biblia presenta al hombre como una imagen viva de Dios a diferencia de una
imagen muerta o inanimada. Génesis 2:7 nos habla de imágenes vivas, en
contraste a las imágenes presentadas en Salmo 115:3-7. Solo una imagen viva
puede representar la calidad de vida de Dios. Por esta razón es que Dios prohíbe
imágenes muertas, pues ellas no pueden representar la vida de Dios.
d) La imagen de Dios no puede ser limitada a un mero aspecto del hombre, sino
que se refiere a todo el hombre en términos de lo que es y lo que hace; en otras
palabras, la imagen de Dios incluye tanto aspectos estructurales como funcionales.
Como lo diría el teólogo Wayne Grudem, los términos originales para “imagen y
“semejanza” parecen sugerir que la imagen de Dios es el hombre tiene que ver con
todas las maneras en que el hombre es como Dios.
Se ha dicho que la imagen de Dios en el hombre tiene que ver con todas las
maneras en que el hombre es como Dios. La pregunta es entonces, ¿En que
maneras el hombre es como Dios o representa a Dios?
- El hombre, al igual que Dios, es un ser viviente, en contraste con ídolos muertos
(Sal, 115:3-8).
- El hombre, como Dios, es un ser personal (Conciencia propia, comunicación).
- El hombre, al igual que Dios, tiene capacidad intelectual, emocional y de
voluntad (facultades).
- El hombre, al igual que Dios, tiene capacidad estética.
- El hombre, al igual que Dios, tiene habilidad moral. El puede distinguir entre el
bien y el mal.
¿Como es el cuerpo del hombre imagen de Dios cuando Dios mismo es Espíritu?
Muchos por esta razón, no afirman que la imagen de Dios se refiere al cuerpo. Así
es como se limita la imagen de Dios al alma. Sin embargo, hay dos buenas razones
para ver que el cuerpo físico del hombre es parte de la imagen de Dios:
1- Ser un ser humano es estar orientados hacia Dios. El hombre debe su existencia
a Dios, depende de Dios y es responsable ante el mismo. Esta es la primera y más
importante relación del hombre. Ser un ser humano en el sentido más verdadero,
significa amar a Dios por encima de todo, confiar en El y obedecerle. Agustín de
Hipona lo planteó así: “Tu (Dios) nos has creado para Ti, y nuestros corazones
están inquietos hasta que no encuentran descanso en Ti”.
a) El hombre esta incompleto sin la mujer y viceversa. Dios creo al hombre en una
relación varón y hembra. Estos pasajes parecen relacionar el concepto de imagen
de Dios con la relación hombre-mujer. ¿En cuales sentidos el matrimonio refleja a
Dios?
¿Cómo el hombre logra cumplir con esta función de dominio? Esto no significa
que somos los jefes de los animales, pues según Génesis 1:28 incluye llenar y
sojuzgar la tierra por medio de la vocación. El termino sojuzgar es atraer al
gobierno de uno para servir. Dios señaló dos roles distintos para llevar a cabo en la
humanidad.
Aunque el hombre y la mujer tienen el mismo valor en esencia, Dios los creó
distintos para llevar diferentes roles: El hombre es el líder y la mujer es la ayuda.
La Biblia expresa que Dios hizo al hombre para labrar la tierra; por otro lado, Dios
hizo la mujer de la costilla del hombre para ser su ayuda. Esta distinción se refleja
en las funciones. Dios creó primero al hombre y le dio instrucciones sobre el edén
y sobre el árbol del conocimiento del bien y el mal. Luego creó la mujer y la trajo
al hombre. Este orden histórico de la creación es la base que usa Pablo en 1
Corintios y 1 Timoteo. Pablo habla del hombre como un líder y la mujer como una
ayudante que aprende.
Sin embargo, aunque la primera pareja al principio estaba libre de pecado, “el
estado de integridad” todavía no había llegado a su consumación. Todavía Adán y
Eva no se habían desarrollado en forma plena como portadores de la imagen de
Dios; deberían haber progresado hasta una fase más elevada donde su condición
sin pecado no se habría podido perder. Esta condición mas elevada de
inmutabilidad moral hubiese sido el resultado si Adán hubiese permanecido fiel al
pacto.
Es claro entonces que la integridad en la que Adán y Eva vivían antes de la caída
no era un estado de perfección consumada e inmutable. El ser humano necesitaba
crecer y ser puesto a prueba. Por esta razón Dios dio a Adán un mandato de
prueba. Si Adán y Eva hubiesen cumplido este mandato, la historia del hombre
hubiese sido diferente. Pero desobedecieron y se hundieron en un estado
pecaminoso.
La caída afectó a todas las maneras en que el hombre es como Dios. En cuanto a
su constitución, la caída afectó todas las facultades del ser humano: su mente, sus
afectos y su voluntad. Algunos creen que algunas partes y no todas han sido
afectadas por la caída (depravación parcial). Pero la realidad es que la caída ha
afectado toda la constitución humana (Isaías 1:5; Efesios 2:1). El hombre aun tiene
la habilidad de comunicarse, pero su lengua es ahora pervertida; el hombre tiene
emociones y voluntad, pero la Biblia enseña que todas estas cosas han sido
afectadas por el pecado de tal manera, que ahora son usadas contra Dios. La
depravación total no es que el hombre es lo peor que pueda ser, sino que todas sus
facultades han sido afectadas por el pecado y fuera de la intervención de
Dios no tiene la capacidad de hacer bien.
Otros pasajes de la Biblia enseñan que los santos glorificados serán impecables en
la vida venidera. Efe. 5:27 dice que “a fin de presentársela a sí mismo, una
iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que
fuese santa y sin mancha”. Por otro lado, el autor de los hebreos lo dice de la
siguiente manera: “a la congregación de los primogénitos que están inscritos en
los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos”
(Heb. 12:23).
Esta perfección tendrá repercusión en nuestra relación con Dios. El hombre estará
totalmente orientado hacia Dios. Adoraremos sin ninguna imperfección. La
alabanza y adoración a nuestro Dios será tan natural y constante como lo es ahora
el respirar. El libro de Apocalipsis sugiere como serán algunas de esas alabanzas:
En la vida venidera, por lo tanto, la triple relación para la que fue creado el ser
humano se mantendrá, profundizará y enriquecerá de manera infinita.
APLICACIONES PRÁCTICAS
5- La doctrina Bíblica del hombre como imagen de Dios provee un patrón para la
santificación. Nuestra obligación a crecer en santidad esta fundamentada en
nuestra relación con Dios como hechos a su imagen (Levítico 19; Mateo 5:48). Ser
santo es ser lo mas preciso posible como Dios.
6- La doctrina Biblia del hombre como imagen de Dios identifica la meta de la
salvación en Cristo. La meta de la salvación es: restaurarnos a la antigua condición
de perfecta imagen de Dios y ser transformados a la imagen de Cristo (1 Corintios
4:4; Colosenses 1:15; Hebreos 1:3). Es una gran motivación para nosotros saber
que un día, por su gracia, seremos una fiel imagen de aquel que nos creo y salvo (1
Juan 3:1-3; Génesis 5:3). En estos textos, estas palabras son usadas de modo
intercambiable. En santiago solo se dice que el hombre es hecho a semejanza de
Dios como una palabra genérica que cubre todo el significado.
UNIDAD 3: LA CONSTITUCION DEL HOMBRE
La Biblia nos dice que Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Pero es obvio
que el hombre es algo más que polvo. ¿Cómo definir la sustancia de nuestra
humanidad?
Esta posición haya sus raíces en la filosofía griega, la cual planteaba que la mente
y la materia son incompatibles, pues la mente es esencialmente buena y el cuerpo
material es esencialmente malo. Como estas dos eran incompatibles, se necesitaba
otra sustancia que fuera el mediador entre ambas. Ellos enseñaban que el alma y el
cuerpo debían ser unidos por el espíritu.
Quienes sostienen esta posición, argumentan que el alma y el espíritu son usados
de manera intercambiable en la Biblia. Afirman que una interpretación propia de
los pasajes citados anteriormente no apoya la posición tricotomista.
Debe resaltarse que aunque algunos filósofos griegos como Platón plantearon que
el hombre consistía en dos partes, hay una gran diferencia entre su concepto y el
concepto dicotomista adoptado por las iglesias cristianas ortodoxas. Según Platón,
el cuerpo era de materia perecedera, pero que el alma existía en el mundo celestial
en una forma pura o idea antes de su encarnación en el cuerpo humano. Este
obviamente no es el concepto cristiano, el cual enseña que el alma, al igual que el
cuerpo, tuvo un principio.
Aunque algunos dicotomistas llegan a decir que la persona es el alma y que el
cuerpo es la casa del alma, aunque la mayoría de ellos sostienen que hay una
unidad entre el alma y el cuerpo (Luis Berkhoff). Este ha sido probablemente el
punto de vista más común en la historia de la iglesia.
El hombre, como parte importante de su constitución, esta formado por una parte
física a la que se llama cuerpo.
¿Son los términos “alma” y “espíritu” dos términos que hacen referencia a la
misma realidad? ¿Son dos sustancias distintas? El dicotomismo afirma que tanto la
palabra “alma” como la palabra “espíritu” hacen referencia a la misma realidad
espiritual. El argumento básico es que las palabras hebreas y griegas para referirse
tanto al alma como al espíritu a menudo se utilizan de forma intercambiable.
a) Hebreos 4:12. El autor parece separar el alma del espíritu. Pero al ver el
contexto vemos que el escritor no trata de hacer una distinción entre ambas. El
autor no trata de describir una diferencia entre “tuétano y coyunturas”; tampoco
trata de diferenciar entre “pensamiento e intención”. Lo que el autor trata de
resaltar es el termino “penetra”. Lo que se quiere decir es que no hay algo tan duro
o tan profundamente escondido que la eficacia de la palabra no pueda alcanzar.
b) 1Tesalonica 5:23. Aquí Pablo esta uniendo tres palabras para enfatizar la
totalidad del hombre. Lo hace también en el primer versículo cuando dice “Os
santifique por completo”. Este es también es el punto de Jesús en Marcos 12:30. El
énfasis de Jesús es sobre la totalidad del hombre. Debemos entregar la totalidad de
nuestro ser en sacrificio a Dios.
4 Razones Bíblicas:
1- El término “nefesh” es casi siempre usado para describir al hombre como una
unidad. Isa. 53:10 expresa que Dios entregó la nefesh de su Hijo; no solo su alma,
sino también todo su ser. Se trata de todo su ser, incluyendo su cuerpo. A veces el
escritor divino identifica su “nefesh” en el sentido de un pronombre personal
(Génesis 34:3; Números 23:10; Jueces 16:30; Job 30:25).
2- La Biblia muchas veces usa parte del hombre para referirse al hombre completo
(sinécdoque). A veces la palabra carne es usada para referirse al hombre completo.
Jn. 1:14 dice que Jesús se hizo carne, no solo el cuerpo de Cristo, sino la totalidad
de su humanidad. Cuando Moisés manda a los Israelitas a amar a Dios con todo el
corazón, alma y mente, trata de usar parte del hombre para describir al hombre
completo. Proverbios 6:16-18 es otro ejemplo de esto. El pasaje identifica el alma
de Dios con El mismo. La misma idea es encontrada en Rom. 12:2, donde se usa
la palabra “cuerpo” para referirse a todo el ser.
3- La Biblia enfatiza la unidad del hombre cuando identifica a una persona con su
cuerpo aun después de muerto (Mateo 28:6; Juan 5:28-29).
4- La Biblia nos habla de la resurrección como inmortalidad (Fil. 3:21). Cuando
Pablo habla de inmortalidad se refiere a la resurrección (1 cor. 15:54).
No. Las personas que adoptan esta posición ven al hombre como una unidad
indivisible. Pero Cristo mismo dividió al hombre en cuerpo y alma (Mateo 10.28).
En la autoridad de Cristo, debemos dividir al hombre en cuerpo y alma. Quienes
adoptan la visión monotomista, por lo general, niegan la existencia del alma
después de la muerte. Pero Pablo esta en desacuerdo con esto (1 Cor. 5.8; Fil.
1:23). Jesús dijo al ladrón en la cruz que estaría ese día con El en el paraíso (Lucas
23:43). Apocalipsis también nos da seguridad de que estar ausente del cuerpo es
estar presente de Señor (Apocalipsis 6:9-10). Las personas descritas en el texto,
son personas que habían muerto. Vemos que estas personas no gozan de la
redención en su totalidad (estado intermedio). Vemos también que ellos están
completamente conscientes en su estado intermedio, aun separados del cuerpo.
Conclusiones
3- Nos estimula a mostrar respeto por el cuerpo aun después de la muerte, pues es
parte fundamental del hombre (Dieta apropiada, ejercicio, descanso, etc.).
Debemos ser buenos administradores del cuerpo (Éxodo 20:23 Proverbios 23:1-2;
Efesios 5:28-29 1 Timoteo 4:8; 5:23; 3 Juan 2). Como la Biblia identifica el
cuerpo muerto con la persona misma, entonces el proveer un entierro apropiado
por los muertos, debe ser un asunto de preocupación bíblica (Génesis 23:4-20;
47:29-30; 49:29; Mateo 26:12; Marcos14:8; Juan 12.7; 19:40)
4- Nos recuerda que la salvación del hombre es incompleta sin la resurrección del
cuerpo. Aunque estar del cuerpo es estar presentes con Cristo, lo cual es mejor que
estar en la tierra, pero esa no era la esperanza final de pablo (Rom. 8:23). La
Biblia presenta a la resurrección del cuerpo como la esperanza final.
UNIDAD 4: EL ORIGEN DEL ALMA
El punto de vista cristiano sobre el origen del alma ha estado dividido a través de
la historia. La escuela Alejandrina, por ejemplo, adoptó el punto de vista de la
preexistencia, es decir, que las almas de los hombres existían en un estado previo.
Su mayor exponente fue Orígenes de Alejandría. Por otro lado, la escuela de
Oriente se inclinó más a favor del creacionismo, es decir, que el alma es creada
por Dios en un acto directo y espontáneo. Jerónimo e Hilario favorecieron esta
teoría. En la escuela de occidente, la teoría del traducianismo cobró mucha
popularidad, aquella que plantea que el alma se hereda de los padres. Tertuliano
fue el primero en afirmar esta teoría.
En la edad media, tanto los escolásticos como los reformadores expresaron sus
dudas al respecto. No obstante, Lutero adopto la posición del traducianismo, por lo
que esta, predomina en los círculos luteranos. Calvino, por su lado, favoreció la
teoría creacionismo, por lo que, esta predomina en los círculos reformados, con
sus excepciones claro, pues Jonathan Edwards y Hopkins, quienes eran
reformados, favorecieron el traducianismo.
Otros grandes teólogos mantuvieron sus reservas en cuanto es este tema, debido a
que muchas veces se torna más en una discusión filosófica que en una discusión
teológica. En cuanto a las distintas posiciones sobre el origen del alma, como se
ha mencionado, hay 3: Preexistencia, Traducianismo y Creacionismo.
2- La doctrina del traducianismo. Esta plantea que las almas de los hombres son
propagadas junto con los cuerpos mediante la generación ordinaria, y por tanto son
transmitidas de los padres a los hijos. Entre aquellos que sostuvieron esta teoría
tenemos a Tertuliano, Rufino, Apolinar y Gregorio Nisa, Lutero, H.B. Smith,
Shedd, Edwards y Strong.
• La obra creadora ex nihilo de Dios cesó después que hizo al hombre (Gen.
2:2).
• Dios solamente sopló una vez en las narices del hombre el aliento de vida,
y luego dejo al hombre la propagación de su especie (Gn. 1:27; 2:7).
• La Biblia no dice nada acerca de la creación del alma de Eva, sino que se
dice que ella “es del hombre” (Gen. 2:23; 1 Cor. 11:8).
• La Biblia dice que los descendientes están en los lomos de sus padres
(identidad seminal). Al comparar Gen. 46:26 con Heb. 7:9,10, notaremos
algo interesante: cuando Abraham pagaba el diezmo a Melquisedec,
también lo hizo Leví, pues este estaba en sus lomos. Según los exponentes
de esta teoría, esto explica la herencia de las peculiaridades mentales y
tendencias familiares que son a menudo tan notables como los caracteres
físicos.
• Hace a Dios el autor directo del mal moral al afirmar que Dios crea almas
pecadoras.
• Considera a los padres terrenales como los que engendran únicamente el
cuerpo, lo que no explica las reapariciones de las tendencias mentales y
morales de los padres en los hijos.
• No esta en armonía con la relación actual de Dios con el mundo y con su
manera de trabajar en el, puesto que enseña una actitud creativa directa de
Dios, y de este modo, ignora el hecho de que Dios actualmente obra por
medio de causas secundarias y que suspendió el trabajo creativo.
En conclusión a todo lo expuesto, hemos de tener en cuenta dos cosas, como lo ha
señalado el teólogo Luís Berkhof:
1- Hemos de mostrar prudencia al hablar sobre este asunto, pues domo se ha dicho
anteriormente, es una discusión más filosófica que teológica. A esto agregamos
que grandes teólogos han adoptado tanto el traducianismo como el creacionismo.
INTRODUCCIÓN
El origen del pecado constituye sin duda alguna uno de los más grandes misterios
de la teología. Se podría decir que la posibilidad de pecar estaba presente en
nuestros primeros padres. El enigma comienza al considerar como una persona
que había sido creada en un estado de rectitud, en un estado de ausencia de
pecado, pudo comenzar a pecar. Alguien podría decir que la causa del pecado fue
la voluntad pecaminosa, pero ¿Cuál fue el origen de esa voluntad? ¿Cómo una
voluntad sin pecado comienza a pecar voluntariamente? La verdad es que al
considerar estas cosas deberíamos concluir como Agustín: “Que nadie una causa
eficiente de la mala voluntad; porque no es eficiente sino deficiente…tratar de
encontrar la causa eficiente es como tratar de ver la oscuridad o escuchar el
silencio”. Como ha dicho Anthony Hoekema, “El pecado es sencillamente
inexplicable y tenemos que dejarlo así”.
Sigue siendo verdad, sin embargo, que la caída en pecado de nuestros primeros
padres no se dio fuera del permiso providencial de Dios; Dios no causó la caída,
simplemente la permitió. El pecado se da contra la voluntad de Dios, pero nunca
fuera de la voluntad de Dios.
El problema del origen del pecado es un problema que nos forza de manera
necesaria a dirigir nuestra atención y continua confundiendo a muchos que aun no
están satisfechos con el recuento bíblico del mismo. Algunos de los más antiguos
teólogos, como Orígenes de Alejandría, simplemente empujaron el problema hacia
más atrás, diciendo que las almas de los hombres pecaron en una especie de
existencia previa, y consecuentemente todos los hombres nacen ahora pecadores.
El teólogo Luís Berkhof ha señalado 3 cosas que la Biblia enseña sobre el origen
del pecado:
a) Dios no puede ser considerado como el autor del pecado. Ciertamente el pecado
entró al mundo porque Dios en su decreto permitió su entrada. De otra manera, el
pecado hubiese frustrado el propósito de Dios, lo que es imposible. Pero como ha
dicho Berkhof, eso no debe interpretarse como que Dios es la causa activa del
pecado. La idea de que Dios es la causa del pecado esta excluida de las Escrituras,
la cual enseña que en Dios no puede haber iniquidad (Job 34:10), pues El es Santo
(Isa. 6:3) y no hay en El ninguna injusticia (Dt. 32:4; Sal. 92:16). Por otro lado, La
Biblia enseña que Dios no puede ser tentado por el mal ni El tienta a nadie (Stgo.
1:13). Dios odia el pecado (Dt. 25:16; Sal. 5:4; 11:5; Zac. 8:17; Luc. 16:15) y
proveyó en Cristo la libertad para ser librados del mismo.
Satanás, bajo la figura de una serpiente (Apoc. 12:9), engañó a Eva, sembrando en
ella la semilla de la desconfianza y la incredulidad. Ante tal tentación, Adán y Eva
sucumbieron y comieron del fruto prohibido de una manera libre y voluntaria: "Y
vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio
también a su marido, el cual comió así como ella" (Gn. 3:6,17). Como resultado
de su rebelión, cayeron de su estado de gracia, convirtiéndose en pecadores. Pero
esta trasgresión no solo tuvo repercusiones sobre Adán y Eva, sino también sobre
toda su descendencia. Adán pecó no sólo como padre de la raza humana, sino
también como cabeza federal o representativa de todos sus descendientes; y por lo
tanto, la culpa y las consecuencias de su pecado también pasa a sus descendientes,
de manera que todos son hijos de ira y merecen ser castigados. Esta es la
enseñanza clara de Pablo en Romanos 5:
Rom 5:18-19: “Así pues, tal como por una trasgresión resultó la condenación de
todos los hombres, así también por un acto de justicia resultó la justificación de
vida para todos los hombres. Porque así como por la desobediencia de un
hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia
de uno los muchos serán constituidos justos”. Notemos que por causa de Adán, la
raza humana es declarada culpable (condenación) y por esto todos mueren. Esto es
lo que afirma el verso 12: “Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un
hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los
hombres, porque todos pecaron”. La razón por la que todos mueren es porque
todos pecaron en Adán. Pero no solo la culpa pasa a los descendientes, sino
también la corrupción. Esto es lo que se expresa en el verso 19 cuando dice:
“muchos fueron constituidos pecadores”.
b) La teoría del pecado como una necesidad. Según esta teoría, las limitaciones del
ser humano hacen al pecado algo inevitable o necesario, por lo que no se necesita
una causa eficiente. El problema de esta teoría es que en su intención de desligar a
Dios del pecado, hace a Dios el autor de la limitación del hombre que lo lleva a
pecar. Además, esta teoría abroga el sentido de responsabilidad del hombre frente
a su mal moral.
c) La teoría del pecado como una ilusión. Para esta teoría, el pecado es
simplemente un defecto o limitación de la que el hombre es conciente debido a un
inadecuado conocimiento del hombre, el cual falla al ver las cosas en unidad con
la esencia eterna e infinita de Dios. Según esta, si el hombre tuviera un adecuado
conocimiento sobre Dios, no tendría la idea del pecado; simplemente no existiera
para el. Pero esta teoría falla al tratar de explicar los efectos universales del
pecado. Si el pecado es solo consecuencia de un conocimiento inadecuado sobre
Dios, ¿Cómo explicar sus terribles efectos en el mundo? Además de esto, va en
contra a la experiencia de la humanidad de que los más grandes intelectos son
frecuentemente los más grandes pecadores, siendo Satanás el más grande de ellos.
a) El pecado como violación de la ley de Dios. El pecado puede ser ilustrado como
un arquero que dispara una flecha y no da en el blanco. La definición Bíblica mas
sencilla para el pecado es “errar el blanco”. En este caso, el blanco o la norma es
la ley de Dios. La ley de Dios expresa su propia justicia y es el estándar supremo
para nuestro comportamiento. Cuando no damos en el blanco de ese estándar,
pecamos. El pecado puede definirse como “el no conformarse o el transgredir
cualquier ley de Dios, otorgada como la norma para las criaturas racionales”. Esta
definición abarca tres dimensiones:
b) El pecado como una mala representación del carácter de Dios. La ley moral de
Dios no es una regla arbitraria que se le ocurrió a Dios. Ella es un reflejo del
carácter santo de Dios mismo (Levítico 19:2). Jesús habló de este mismo principio
en Mateo 5:20-47, donde enfatizó que debemos ser perfectos como el Padre que
esta en el cielo. Esto está en perfecta armonía con la idea del hombre como imagen
de Dios o replica visible. Pero el hombre cayó y la imagen de Dios se ha
distorsionado o fracturado. El hombre es ahora una representación difamadora de
lo que Dios es. Conformarse a la ley de Dios es reflejar el carácter santo de Dios,
mientras que no conformarse a la ley de Dios seria una mala representación del
carácter de Dios (Romanos 3:23). La importancia práctica de ver el pecado de esta
manera es que el pecado es mucho mas que violar las reglas éticas, es una afrenta
personal a su carácter Santo.
c) El pecado como rechazo del bien mayor para el hombre. “El fin principal del
hombre es glorificar a Dios y disfrutar de El para siempre”. Esta afirmación del
catecismo parece referirse a dos cosas diferentes, pero la realidad es que se refiere
a una sola realidad. EL FIN principal del hombre es glorificar a Dios disfrutando
de El para siempre. Las Escrituras nos mandan a disfrutar de Dios y deleitarnos en
El (Salmo 27:4; Salmo 34:8; Salmo 37:4; Salmo 73:25, 26; Salmo 100:1-2). El
punto es que mientras mas lo disfrutamos como nuestro sumo bien y tesoro, El es
más glorificado. Como lo diría el pastor John Piper: “Dios es mas glorificado en
nosotros mientras mas satisfechos estamos en El”. La esencia del pecado es
entonces rechazar a Dios como la fuente de nuestra satisfacción y buscarla en las
cosas creadas. En Romanos 1:18-32, Pablo nos dice que la razón por la cual Dios
ha manifestado su ira desde el cielo es porque los hombres le ha dado la espalda a
la gloria de Dios, buscando su satisfacción personal en las criaturas. Por otro lado,
en Jeremías 2:11-13, vemos a Dios llamando a los cielos como testigos para ver el
gran mal que hizo su pueblo: “me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron
para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”. Si los cielos preguntasen
a Dios donde esta el problema, Dios respondería: mi pueblo ha trocado su gloria
por lo que no aprovecha”. Dios juzgará a todo aquel que no le disfruta
(Deuteronomio 28:47-48), pues el disfrute de Dios como nuestro mayor bien es el
medio por el cual le damos mayor gloria. Pecado es entonces poner los deleites de
este mundo por encima de los deleites de Dios. La relevancia práctica de esta
definición es que resalta la estupidez del pecado. Es una necedad porque se
rechaza un placer superior por la basura del mundo.
A la luz de las definiciones dadas acerca del pecado, se hace necesario resaltar
algunos aspectos que se derivan de estas definiciones:
3- Los grados de pecado. ¿Enseña la Biblia que hay grados de pecados? Si. Jesús
reprendió a los fariseos por haber omitido cumplir lo mas importante de la ley, y
reconvino a las ciudades de Corazón y Betsaida, diciéndoles que su pecado era
peor que el de Sodoma y Gomorra (Mat. 11:20-24). Cuando Jesús habló con Pilato
afirmó que los que le habían entregado cometieron peor pecado (Juan 19:11). A la
luz de las palabras de Jesús debemos reconocer que hay gados de pecados. Sin
embargo, debemos cuidarnos de no hacer conclusiones que no son Bíblicas.
1- Todos los pecados son serios. Todos los pecados son dignos de condenación
(Deuteronomio 27:26; Gálatas 3:10). Según el apóstol, quebrantar un solo
mandamiento es equivalente a estar maldito y ser culpable de violar la ley. ¿Cuál
fue el pecado de Adán que le llevo a la muerte? Fue simplemente tomar y comer
del fruto prohibido. Todos los pecados contra Dios son serios y por esta razón
debemos rechazar la teoría de separar los pecados veniales y mortales.
2- Algunos pecados son más serios que otros. El hecho de que todos los pecados
son serios ante Dios, no quita de que algunos pecados sean peores que otros. El
mismo Jesús comparó pecados y dijo que algunos pecados son mayores que otros.
Pasajes Bíblicos parecen mostrar la misma idea (Mateo 11:24).
¿Por qué Dios trata algunos pecados peores que otros? Esto depende de dos cosas:
a) Eso dependerá del grado de luz que tenga el pecador (Lucas 12:47-48). Sodoma
y Gomorra tenían menos luz que los contemporáneos de Jesús, por lo que su
castigo seria menor. Cuando Jesús hablo con Pilato, Jesús se refirió a alguien que
tenía más luz que Pilato y por lo tanto, su pecado era mayor.
b) Eso dependerá de la intención que tenia la persona cuando lo cometió (Números
15:27-30; Jeremías 7:20-26). Todos aquellos pecados que tienen la intención de
desafiar a Dios son caracterizados en Isaías.
3- Hay un pecado imperdonable: la blasfemia contra el Espíritu Santo. Ha habido
varios intentos de identificar este crimen específico que es imperdonable. Algunos
lo han atribuido al homicidio y al adulterio. Sin embargo, aunque estos pecados
son serios ante Dios, la Biblia deja bien claro que pueden ser perdonados. David,
por ejemplo, fue culpable de ambos, pero fue restaurado a la gracia. Para poder
entender mejor la naturaleza de dicho pecado, es necesario ver los detalles dados
por lo pasajes que lo describen:
“Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas
la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere
alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable
contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”
(Mat. 12:31-32).
“De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los
hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme
contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno”
(Mr. 3:28-29).
a) Era un argumento tonto, pues eso implicaría que Satanás estaría dividido
contra si mismo.
b) Debido al contexto y como se introduce el tema de la blasfemia contra el
Espíritu Santo, Jesús afirma que ellos habían cometido este pecado. En el
verso 30 de Mateo 12 se confirma dicha acción. El verbo en el griego da a
entender que no era la primera vez que lo hacían.
Algunos detalles sobre este pecado pueden ser observados en los pasajes:
Cuando tomamos todos estos detalles en cuenta, este pecado, como la señalado
Alexander Ross, parece describir mas bien un estado permanente de pecado, en el
que la persona pueda llegar hasta a llamar a lo malo bueno y a lo bueno malo.
Parece describir un estado en el que una persona, después de haber tenido
conocimiento de la verdad, o como dice el autor al libro a los Hebreos, después
que “fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes
del Espíritu Santo”, recae, expresando repudio y difamación conciente, malicioso
y voluntario a la gracia de Dios y a todo testimonio del Espíritu Santo, entrando a
un estado de endurecimiento tan grande, que se les hace imposible volver a la
verdad.
¿Por qué es que Dios no perdonara este pecado? El problema no es que la sangre
de Cristo no puede cubrir este pecado. Lo imperdonable de este pecado es que el
pecador llega a un punto tal de dureza de corazón, que no hay vuelta atrás
(Hebreos 6:4-6). A esto es a lo que se refiere la expresión “crucificar de nuevo”.
En Hebreos 10, el autor habla del mismo pecado y nos dice que si una persona que
conoce del evangelio se aparta con soberbia, ya no habrá mas expiación por el
pecado (Hebreos 10:26). Pedro también habla de estos individuos, los cuales
fueron sacados de la suciedad del mundo y luego apostatan a tal punto, que su
postrer estado viene a ser peor que el primero (2 Pedro 2:20-21). Mejor les hubiese
sido a estas personas no haber nacido. A este pecado es al que se refiere Juan y
que le llama pecado de muerte (1 Juan 5:16).
4- El castigo por el pecado. Aunque el castigo divino sirve como advertencia para
que los hombres no sigan pecado, sin embargo, este no es propósito principal por
el que Dios castiga el pecado. La razón principal es que la justicia de Dios lo
exige, para que El sea glorificado en el universo. Esta es la enseñanza de Pablo en
Romanos 3:25, donde se dice textualmente que la razón por la que el Padre mato
al Hijo en la cruz fue para mostrar a todo el universo la gloria de su justicia.
Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados. Si Cristo
no hubiese venido a ser castigado por esos pecados, Dios no hubiese mostrado su
justicia. Debido a que Dios había pasado por alto los pecados pasados, la gente
podría acusar a Dios con razón de injusticia, presuponiendo que un Dios que n
castiga el pecado es injusto. Por consiguiente, cuando Dios envía a su Hijo para
que muriera y pagara la pena por nuestros pecados, demostró que El podía ser
justo y justificar al impío.
INTRODUCCION
Esto nos lleva a Génesis 3:3-7, donde se nos relata el primer pecado.
1- Un examen interno del relato Bíblico y una comparación del mismo con los
relatos mitológicos de otras culturas acerca del origen del mundo y del pecado nos
muestra que el mismo no presenta mitos ni relatos exagerados, sino que nos
presenta un relato sencillo e inteligible (claro).
2- La caída de Adán es presentada como parte integral del libro de Génesis, el cual
es confesionalmente histórico. Los pasajes precedentes y subsecuentes a Gen 3:1-7
tienen la intención de de una sencilla narración histórica.
3- El relato de la caída de Génesis 3 no solo es parte integral del libro de Génesis,
sino también de toda la historia de la Escritura como un todo, la cual trata sobre el
origen, la apostasía y el desarrollo de la raza humana en conexión con el plan de
redención. Muchas referencias Bíblicas importantes son prueba de esto (Job 31:33;
Ecl. 7:29; Isa. 43:27; Ose. 6:7; Rom. 5:12,18 y 19; 1 Cor. 5:21; 2 Cor. 11:3; 1
Tim. 2:14).
4- Encontramos que tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento los hechos
tratados en Génesis hacen referencia a hechos históricos.
5- Estos hechos están detrás del sistema doctrinal revelado en las Escrituras.
Nuestro Señor y sus apóstoles se refirieron a este hecho histórico no solo como
verdad, sino también como el fundamento para las revelaciones y dispensaciones
subsecuentes. En el Nuevo Testamento se encuentran varias referencias sobre este
hecho histórico (Rom. 5:12-21; 1 Cor. 15:22; 2 Cor. 11:3; 1 Tim. 2:13). Es claro a
la luz de estos pasajes que los escritores del Nuevo testamento interpretaron este
hecho literalmente y basaron su teología en él. Para Pablo Adán fue tan real como
Cristo, y la caída tan real como la redención.
¿Qué de la serpiente? ¿Es algo literal o es un mero símbolo para referirse a una
realidad espiritual? Como lo ha señalado Hodge, todo en el relato de Génesis 3
indica que no se trata de un símbolo para referirse a Satanás, ni es que Satanás
tomo forma de serpiente. Que una serpiente real fue el agente de la tentación es
claro por el hecho de lo que se dice sobre las características naturales de la
serpiente en el primer versículo de esa sección, por la maldición que se pronuncia
sobre la misma y por la enemistad que es proclamada entre la simiente de la mujer
y la serpiente. Pero es obvio que Satanás fue el real autor de la tentación y quien
usó la serpiente simplemente como un instrumento para la misma; esto por dos
razones: la naturaleza de la transacción. Lo que se le atribuye a la serpiente
trasciende al poder de un mero animal. Por otro lado, el Nuevo Testamento
identifica a Satanás como la serpiente antigua (Apoc. 12:9).
1- La integridad moral. La Biblia nos expresa que Dios vio que todo cuanto había
hecho era bueno en gran manera, por lo que no había allí mal moral (Gn. 1:31; Gn.
2:25). En Eclesiastés 7:9, Salomón dice que Dios hizo al hombre “recto”. La
palabra “recto” implica en hebreo integridad moral. Por esta integridad o justicia
original queremos decir que el hombre estaba perfectamente adaptado para el fin
principal para el cual fue creado: “glorificar a Dios disfrutando de El para
siempre”.
La teología Católico Romana niega que esta justicia haya sido parte esencial de la
naturaleza del hombre cuando este fue creado. Su posición es que el hombre fue
dotado de este don sobrenatural, el cual le ayudaría a vencer sus tendencias o
impulsos carnales. Cuando el hombre cayó, perdió este don. Por otro lado, los
Pelagianos y otros grupos son de la opinión de que el hombre fue creado en un
estado de moralidad neutra y que este alcanzaría la justicia o santidad usando la
libre voluntad con la que fue dotado para luchar contra el mal.
2- Inmadurez moral. No se esta negando con esto que el hombre era recto.
Tampoco queremos decir que el hombre haya sido creado sin conciencia ni sin
conocimiento moral, pues Adán no era ignorante sobre lo bueno y lo malo.
Cuando decimos que el hombre era inmaduro, queremos decir que Dios lo creó
con la habilidad de crecer en madurez moral (sabiduría). En hecho de que el
hombre estaba en un estado de justicia y santidad no implica que ya hubiera
alcanzado el más alto estado de excelencia de que era susceptible. Se considera
que el hombre estaba destinado a un nivel más alto de perfección en el camino de
la obediencia. Si Adán hubiese obedecido perfectamente el mandato, hubiese
llevado a la humanidad a ese estado. Esto será tratado de manera mas completa
cuando tratemos el pacto Adámico.
3- Inmortalidad. El hombre, tal como fue creado por Dios, no llevaba en El las
semillas de la muerte y no hubiera tenido necesariamente que morir en virtud de la
constitución original de su naturaleza. Aunque la posibilidad de que muerte no
estaba excluida, el hombre no quedaba sujeto a la muerte en tanto que no pecara.
Debe resaltarse, que la inmortalidad que gozaba la raza humana en su estado
original no era algo puramente negativo y físico, sino que también era positivo y
espiritual. La inmortalidad de la que hablamos significa vida en comunión con
Dios y goce del favor del Altísimo.
Dios creó al hombre e hizo un pacto o arreglo legal con el mismo. Este es llamado
el “pacto de obras”. Algunos teólogos han sugerido otros nombres: “Pacto de la
creación”, “Pacto adámico”, entre otros.
Dos preguntas:
1- Las partes contratantes. Por un lado tenemos al Dios Trino y por el otro, a Adán
como su criatura dependiente. Dios toma la iniciativa y hace un pacto con Adán,
donde El mismo impuso de manera soberana esta condición sobre el hombre. No
hubo un diálogo entre las dos partes para llegar a una conclusión. Como Señor y
dueño de Adán, Dios tenía todo el derecho de poner las condiciones del mismo.
Debe resaltarse en este punto, que al igual que en todos los pactos de Dios con un
siervo justo, el pacto no solo incluía a Adán, sino también que involucraba a toda
su posteridad. Por lo tanto, como lo ha expresado Charles Hodge, “Adán no actuó
en su capacidad individual sino como la cabeza y representante de su posteridad”.
b) El nombre del árbol implica la meta ética de esta prohibición. Según la Biblia,
la ciencia del bien y el mal se refiere a una madurez ética (Deuteronomio 1:39). El
punto del pasaje es que los niños son inmaduros en cuanto al conocimiento del
bien y el mal. La misma idea la vemos en 1 Reyes 3:9, donde Salomón no está
confesando ignorancia en cuanto a lo bueno o malo, sino que lo que el está
pidiendo es madurez ética. El resto de la Biblia llama a esta madurez espiritual
“jokmah” o “sabiduría”. Al llamarle al árbol como le llamó, Dios esta diciendo
que a través del árbol el hombre podía obtener sabiduría, pero en el tiempo de
Dios y en la manera que El había establecido.
El Nuevo Testamento habla de otro árbol que puede ser usado como instrumento
para obtener sabiduría: “El árbol del calvario” (Hebreos 5:8-9). Fue a través del
sufrimiento que Cristo, como hombre, obtuvo la meta que Adán no pudo alcanzar,
obtuvo el conocimiento del bien y el mal.
4- Una advertencia solemne. Dios advirtió a Adán que este moriría el día que
comiera de este árbol. La muerte que se menciona en esta advertencia es la muerte
en el sentido más inclusivo de la palabra, que abarca desde la muerte física hasta la
vida espiritual. La idea fundamental de la muerte en la Escritura no es la extinción
o aniquilación del ser, sino el quedar separado de la fuente de vida, con la
resultante disolución, o miseria y dolor. Esta sentencia de muerte era para que
Adán no despreciara todo lo que Dios le había dado.
5- Una promesa implicada. Las palabras de Dios a Adán no eran una simple
advertencia, pues también había una promesa implicada. Si Adán obedecía y se
abstenían de comer del árbol, ellos también hubieran alcanzado un nivel de vida y
de comunión con Dios que no se podía perder. Dado que Adán actuó como cabeza
y representante de su posteridad, el nivel de vida que este hubiese alcanzado
hubiese sido disfrutado por la misma.
¿Hay algún soporte bíblico para apoyar que la advertencia a Adán tenia una
promesa implícita? Si
Cuando Dios terminó la creación, vio que todo cuanto había hecho era bueno en
gran manera; es decir, el mal no había entrado todavía. Es probable que Satanás no
hubiera pecado hasta este momento. Al tomar Génesis 2, notamos que también
termina con una declaración similar. Pero al llegar al capitulo 3, notamos que el
escenario cambia. Aparece en este momento Satanás, quien uso la serpiente. Es
claro que Satanás uso la serpiente, pues en el contexto se compara la serpiente con
otros animales. Además, Dios dicta una sentencia sobre ella al final.
El verso 1 del capitulo 3 nos dice que la serpiente era mas astuta que los demás
animales. La palabra “astuta” se usa manera positiva y negativa en las Escrituras.
Desde que la serpiente comienza hablar, vemos que sus intenciones eran malas.
Posiblemente Satanás cayó alrededor de ese momento; es decir, cuando el
comenzó a tentar a Adán. Una de las razones que nos hace pensar esto es que Dios
condena a Satanás en base a este acto.
1- Ella no era la cabeza del pacto, por lo que no tenía la misma responsabilidad
que Adán.
2- Ella no había recibido el mandato de parte de Dios directamente sino de forma
indirecta, por lo que, subsecuentemente seria mas susceptible al argumento y a la
duda.
3- Era el agente más efectivo para llegar al corazón de Adán.
Esto encaja muy bien con la definición que 1 Juan 3:4 nos da sobre el pecado:
“infracción de la ley de Dios”. En el griego, esto significa literalmente “sin ley”; lo
que equivale a “rebelión”.
Se puede apreciar una ironía. El hombre fue creado a imagen de Dios, y sin
embargo, aunque era como Dios conociendo el bien y el mal, era ahora una
imagen distorsionada del mismo.
¿Dónde estaba Dios cuando esto sucedía?
C) La providencia de Dios. Dios mismo ordenó esta tentación original, así como
llevó a Jesús al desierto para ser tentado. Aunque era una tentación de parte de
Satanás, en el diseño de Dios era una prueba para probar su lealtad. La caída del
hombre en pecado fue parte del decreto de Dios. Aunque Dios no tienta a nadie, El
permite que suceda. El permitió la caída de ellos con el propósito de engrandecer
su gloria a lo máximo (Romanos 11:34-36; Efesios 1:11). Dios es mas glorificado
a través del segundo Adán, que es Cristo (Romanos 5:14).
La caída afectó a todas las maneras en que el hombre es como Dios. En cuanto a
su constitución, la caída afectó todas las facultades del ser humano: su mente, sus
afectos y su voluntad. Algunos creen que algunas partes y no todas han sido
afectadas por la caída (depravación parcial). Pero la realidad es que la caída ha
afectado toda la constitución humana (Isaías 1:5; Efesios 2:1). El hombre aun tiene
la habilidad de comunicarse, pero su lengua es ahora pervertida; el hombre tiene
emociones y voluntad, pero la Biblia enseña que todas estas cosas han sido
afectadas por el pecado de tal manera, que ahora son usadas contra Dios. La
depravación total no es que el hombre es lo peor que pueda ser, sino que todas sus
facultades han sido afectadas por el pecado y fuera de la intervención de
Dios no tiene la capacidad de hacer bien.
Ahora el hombre usa sus facultades para rendir culto a ídolos. Todos los hombres,
sin excepción, son adoradores. Debido a la depravación total, el hombre ahora usa
sus facultades para idolatrar otras cosas antes que a Dios.
3- Arruina su relación con el prójimo. Una muerta clara de cómo el pecado afecto
las relaciones es la evasión de la responsabilidad una vez Dios les pide cuentas.
Adán transfiere la culpa a su mujer y ella transfiere la culpa a la serpiente. Al fin y
al cabo, ambos culpaban a Dios.
3- Se nos recuerda que hay ciertos misterios conectados con la caída del hombre
en pecado. Hay tres problemas que no pueden ser resueltos:
• Un problema ontológico: ¿Cómo puede ser bueno y permitir que el pecado entre
al mundo.
• Un problema dispensacional: ¿Por qué Dios escogió permitir la caída para ser
más glorificado?
• Un problema psicogenético: ¿Cómo Adán y Eva escogieron hacer el mal cuando
fueron creados con un buen corazón? En realidad Dios no nos ha dado la respuesta
a estas preguntas. Pero sabemos que su voluntad es buena, agradable y perfecta.
Debemos hacer aquí lo que Adán y Eva no hicieron: Escuchar y obedecer la
palabra de Dios.
Como diría el profesor R.C. Sproul, “como la fruta esta universalmente corrupta,
buscamos la raíz del problema en el árbol”. La Biblia enseña con total claridad que
nuestros padres originales, Adán y Eva, cayeron en el pecado y que este pecado no
solo tuvo efectos sobre ellos mismos, sino también sobre todos sus descendientes,
con excepción de Cristo, claro está. El capitulo 4 de Génesis es un ejemplo vivo de
cómo el pecado se va transmitiendo. Allí vemos a Caín cometiendo el primer
asesinato. Luego, en el capitulo 6, la tierra esta tan llena de maldad que Dios
decide destruirla, a excepción de 8 personas: Noé y su familia. A través de ellos, el
pecado de Adán ha continuado siendo transmitido a toda la raza humana, pues Noé
y su familia también eran descendientes de Adán.
En virtud de su relación con Adán, todos los hombres, después de la caída, nacen
en un estado y condición de pecado. Berkhof comenta que este estado o condición
de pecado, llamado por los teólogos el "pecado original", contiene dos elementos:
la culpa original y la corrupción original.
Evidencia bíblica:
• 1 Corintios 15. Aquí Pablo hace un contraste entre Adán y Cristo. Pablo le
llama a Adán la fuente de la muerte y a Jesús la fuente de la resurrección de
la vida. El contraste entre Adán y Cristo asume una base para comparar
similitudes y diferencias. Pablo ve a Adán y a Jesús como representantes de
la raza humana. Tanto uno como otro son bendición o maldición a cada uno
de los representados.
• Romanos 5: 12-21. Aquí Pablo muestra que la fuente del pecado y de sus
efectos se debe a la trasgresión de Adán. En los siguientes versos Pablo
explica como el pecado de Adán ha afectado toda la raza y como lo
contrasta con Cristo.
Algunos consideran que es injusto que Dios nos trate como culpables por la
trasgresión de Adán. Esto parece contradecir los pasajes que enseñan que Dios no
culpa a una persona por el pecado de otro (Deuteronomio 24:16; 2 Crónicas 25:4;
Jeremías 31:30; Ezequiel 18:4,20).
¿Qué de los infantes? ¿Son ellos culpables antes de cometer pecados reales? Los
pasajes que hemos examinado con respecto a la culpa heredada muestran que
también los niños son culpables ante la justicia divina y por lo tanto, hijos de ira.
Esta es la clara enseñanza de Romanos 5.
Rom. 8:7: "Porque la mente natural es enemistad contra Dios". La Reina Valera
textual traduce la expresión de la siguiente manera: "La manera de pensar de la
carne"; y la Biblia de las Américas dice: "la mente puesta en la carne".
1) De quien se habla: "el hombre animal (natural o carnal". Se trata del hombre
que no es guiado por el Espíritu, sino que es guiado por su corazón depravado y
viciado en pecados.
- "No percibe las cosas que son del Espíritu". "Percibir" según el diccionario de la
lengua española es sinónimo de "recibir" o "aceptar". La Biblia de las Américas
traduce la expresión: "no acepta". La razón por la cual no las acepta es "porque
para él son locura". La mente natura está tan depravada que la voluntad de Dios le
parece ilógica (1 Cor. 1:18). La cruz de Cristo no atrae al pecador y no puede ver
sus bellezas, porque para él son locura.
- "y no las puede entender". El hombre natural o animal no puede tener una idea
clara, mucho menos conocer las cosas que son del Espíritu. La razón por la cual no
entiende estas cosas es porque no tiene el Espíritu Santo, y estas cosas han de
discernirse espiritualmente.
Salmos 10:4: "El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios: No hay Dios
en todos sus pensamientos".
2) Lo que se dice del malo: "no busca a Dios". La razón de esto es "por la altivez
de su rostro". El hombre natural debido a su soberbia y orgullo quiere
independizarse de Dios y hacer lo que le place.
Proverbios 23:7: "porque cuales son sus pensamientos íntimos, tal es él". La
versión King James agrega: "tal es él en su corazón".
Si leemos el verso 6 nos damos cuenta que se nos está hablando del hombre avaro.
Independientemente de quien se nos habla, el pasaje nos dice claramente que los
pensamientos son afectados por lo que hay en el corazón. La mente controlada por
un corazón corrupto ha de ser corrupta, por lo que “todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.
Pero no solo la mente del hombre fue contaminada por el pecado, también sus
afectos. "Afecto" es sinónimo de "pasión" o "deseo", y se refiere a las
inclinaciones del corazón. Dado que el corazón natural está corrompido, el hombre
siempre desea hacer lo malo.
Juan 8:44 "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre
queréis hacer". El hombre natural, por ser esclavo de Satanás quiere hacer las
obras de su padre.
Ef. 2:3: "entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los
deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos,
y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás". Pablo les hacer
recordar a los hermanos en Efeso, que antes de convertirse a Jesucristo ellos
deseaban hacer las obras de la carne.
2 Ped. 2:14: "Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a
las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de
maldición". Pedro está hablando aquí de los falsos maestros, los cuales tienen su
corazón habituado a la codicia (deseos ilegítimos y desenfrenados).
Juan 3:19: "Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres
amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran". Claramente Jesús nos
dice la condenación consiste básicamente no en que el mundo ignoró la luz, sino
en que Él (la luz) vino al mundo, pero el mundo amó mas las tinieblas que la luz.
¿Por qué? Jesús agrega: “porque sus obras son malas”.
Hasta ahora hemos dicho que la mente y los afectos del hombre fueron afectados
de tal modo por el pecado que este no puede entender ni desear las realidades del
reino de Dios. Pero hay un tercer aspecto: la voluntad.
Sobre este mismo aspecto nos habla el apóstol en Ef. 2:3 cuando dice: "entre los
cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra
carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por
naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás". Pablo está hablando de la vida
pasada pecaminosa de los creyentes, que por la gracia de Dios habían llegado al
conocimiento de la verdad y se habían convertido. Antes de ser alcanzados por
Cristo, ellos deseaban las cosas de nuestra naturaleza viciada y corrompida. El
fruto de desear las cosas pecaminosas y corrompidas es ejecutar o hacer tales
cosas.
Isaías 53:6: "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó
por su camino". Isaías nos dice que el seguir nuestros propios caminos es
sinónimo de descarrío, pues nuestra voluntad natural siempre se inclina a nuestra
naturaleza viciada y corrompida.
Mateo 15:19: "Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios,
los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias".
Jesús nos dice claramente que como consecuencia de un corazón corrompido
saldrán malas acciones.
b) De Satanás
Hch. 26:18: "para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la
luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí,
perdón de pecados y herencia entre los santificados". El hombre natural o no
convertido es puesto aquí como un siervo o esclavo de Satanás.
Efe. 2:2-3: "en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de
este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora
opera en los hijos de desobediencia". Pablo les dice a los hermanos convertidos,
que antes de ellos ser alcanzados por Cristo, no solo eran guiados por su malvado
corazón, sino que también andaban “conforme al príncipe de la potestad del aire".
2 Tim. 2:26: "y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de
él". Según el verso 25, Pablo está hablando de los que se oponen a Dios y dice que
están bajo el "lazo" o esclavitud del maligno.
c) Del pecado
Juan 8:34: "Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que
hace pecado, esclavo es del pecado".
- Significa que debido a la corrupción de todas las facultades del hombre, todo lo
que el hombre hace es pecar. El hombre se ha corrompido de tal manera que es
movido por principios pecaminosos y es inclinado por su propia naturaleza a hacer
el mal. No hay algo que un pecador pueda hacer que le recomiende a Dios, sino
únicamente pecar (Gn. 6:5; Sal. 10:4; Sal. 14:3; Ecl. 7:20; Jer. 17:9; Rom. 3:10-
12). ¿Qué entonces de las buenas obras de un no regenerado? El hombre no
regenerado puede, debido a la gracia común, hacer cosas buenas, tales como amar
a sus familiares y ser buen ciudadano; pero si sus obras no tienen el fin de
glorificar a Dios no son aceptables espiritualmente. Es por esta razón que las
Escrituras nos dicen que "sin fe es imposible agradar a Dios". Las buenas obras de
los hombres no son pecaminosas en sí mismas, sino por defecto, pues carecen del
principio que solo puede hacerlas justas a los ojos de Dios: La fe (Rom. 14:23).
Estas obras son buenas solo desde el punto de vista humano, pues ante Dios son
como trapos de inmundicia (Isaías 64:5; Lc. 16:14). El hombre puede hacer cosas
buenas, pero no puede hacer algo que le recomiende a Dios. El problema está en
que "siendo malo" no tiene capacidad de hacer algo "espiritualmente bueno"(Mat.
12:33-34).
a) Esclavizados
Rom. 6:16-20: "¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para
obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte,
o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais
esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a
la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la
justicia. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para
iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la
iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a
la justicia. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la
justicia".
Juan 8:31-34: "Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si
vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de
Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis
libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace
pecado, esclavo es del pecado".
b) Muertos
Ef. 2:1: "Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados".
Pablo recalca que cada corazón humano natural se encuentra muerto en delitos y
pecados, alejados de Dios y sin esperanza. El estar muerto en pecados es evidencia
clara y positiva de que no hay habilidad ni poder para realizar alguna obra
espiritual. Un cadáver no puede actuar de manera alguna. La muerte espiritual ha
dejado al hombre en un estado totalmente carnal en su corazón e imposibilitado
para llegar a Dios. Su corazón es totalmente carnal. Carnal significa opuesto a
Dios. Es lo que Pablo nos enseña cuando dice: "los designios de la carne son
enemistad contra Dios"; otra versión dice:"La mentalidad de la carne es enemistad
contra Dios"(Rom. 8:7).
c) ciegos
2 Cor. 4:3-4: "Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se
pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento
de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de
Cristo, el cual es la imagen de Dios".
Jesús enseñó esta misma verdad cuando dijo a los fariseos que ellos no podían
escuchar la palabra de Cristo, porque eran de Satanás (Jn. 8:43-44). Los fariseos
no podían entender, ni aún oír sus palabras de manera espiritual. Para ellos era
solo locura. Solo sus discípulos podían conocer la verdad (v.v. 31-31).
Jn. 3:3: "Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios".
Romanos 7:18: "Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque
el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo".
Juan 3:3-5: "Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede
un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre
de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios".
1 Cor. 2:14: "el hombre natural no puede percibir las cosas que son del Espíritu
de Dios, porque para él son locura".
Mateo 7:17-18: "Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da
frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos
buenos".
Mateo 12:33-37: "O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol
malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol. ¡Generación de
víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia
del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca
buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Más yo os digo
que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día
del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás
condenado".
Lucas 6: 43-45: "No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da
buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos
de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas".
Jesús enseñó que un árbol bueno no puede producir malos frutos, ni viceversa.
Esto significa que unos hombres son gobernados por unos principios mientras
otros son gobernados por principios distintos. El hombre es gobernado por uno o
por otro; no puede existir en el hombre el poder de actuar de ambas maneras, por
la sencilla razón de que la virtud y el vicio no pueden surgir de una misma
condición moral. Mientras nuestro corazón permanezca en la esclavitud del
pecado, dará como fruto malas obras.
Ciertamente la Biblia enseña que "el que quiera venga", pero esto no significa que
el hombre tiene poder en sí mismo para venir a Cristo. El hombre no es libre para
hacer cualquier cosa buena hacia Dios, pues es esclavo del pecado. El hombre
natural tiene el poder de rechazar a Cristo, pero no para recibirlo. Esto debido a
que su mente "es enemistad contra Dios" (Rom. 8:7) y tiene un corazón que le
aborrece (Jn. 15:18). Siempre escoge libre y voluntariamente lo que es conforme a
su naturaleza. Antes de que escoja lo que es divino y espiritual necesita una nueva
naturaleza.
El pecador es libre no porque sea libre para elegir lo bueno o lo malo, sino porque
el mal que hace lo hace de manera voluntaria y no por coacción o porque sea
forzado desde afuera. El pecador nunca es forzado a pecar, sino que por su
malvado corazón es inclinado libre y voluntariamente al pecado. Esto se puede
ilustrar con el ejemplo de un libro en la mano. Si el libro se suelta siempre va
hacia abajo y cae, porque por gravedad, su propio peso le hace caer. Para que el
libro suba necesita una fuerza externa que lo levante. Así también la voluntad
humana. Mientras el poder divino lo sustente, es preservado de sumergirse más en
el pecado; pero si el poder sustentador es retirado, cae. Su propio peso (el pecado)
lo precipita hacia abajo. El pecador es libre en una sola dirección: hacia abajo.
Juan 6:44: "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo
le resucitaré en el día postrero".
Jesús nos enseña que "nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce
alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar (Mat. 11:27). Se dice
claramente que el hombre en su naturaleza no regenerada y entenebrecida no
conoce a Dios como tal, y que el Hijo es soberano al escoger los que han de
alcanzar este conocimiento salvador de Dios (Dt. 29:2-4; Sal. 119:18). Vemos
entonces claramente que la sabiduría y la revelación de la voluntad de Dios es un
don que procede de El mismo.
Juan 6: 44,65: "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere;
y yo le resucitaré en el día postrero"; 65: "Y dijo: Por eso os he dicho que
ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre".
"Venir a Cristo" es una frase muy común en la Biblia, y se usa para explicar el
abandono a nuestra propia justicia y pecados y corremos a Cristo en busca de
auxilio. El venir a Cristo es el primer efecto de la regeneración. Tan pronto como
el alma es vivificada, descubre su condición perdida, se horroriza ante su pecado y
busca refugio. Donde no hay ese "venir a Cristo", tampoco ha habido una nueva
vida; y donde no hay nueva vida, el alma está muerta en delitos y pecados, y como
está muerta no puede entrar en el reino de Dios. El venir a Cristo es algo imposible
para el hombre, a menos que "el Padre le trajere".
Romanos 3:10-12: "Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien
entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron
inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno".
Pablo deja claro que no hay ni un justo ni que entienda; por consiguiente, no hay
quien busque a Dios.
Santiago 1:18: " El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para
que seamos primicias de sus criaturas".
A la luz del contexto, así como toda dádiva y todo don perfecto procede de lo alto,
así, en particular, el que hayamos nacido de nuevo, y todas sus consecuencias son
un regalo de Dios.
Romanos 9:16-18: "Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de
Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo
te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado
por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que
quiere endurecer, endurece".
En el verso 15 Pablo nos muestra que la salvación no tiene que ver con justicia,
sino con misericordia, y Dios tiene misericordia de quien El quiere.
Juan 1:12-13: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de
sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios".
Jesús dice en el verso 11 que la luz vino al mundo y que el mundo no le recibió.
Pero los que le recibieron, lo hicieron porque fueron engendrados por la voluntad
de Dios. A menos que Dios cambie la naturaleza corrupta de un hombre, ese
hombre jamás podrá percibir ni gustar las cosas divinas.
Hechos 5:31: "A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador,
para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados".
2 Timoteo 2:25-26: "que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si
quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del
lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él".
Pablo deja bien claro que el "creer", es decir, "estar persuadido de" o "apoyarse en
Cristo" no es ganado, sino "dado".
Efesios 2:8-9: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios".
* Los que piensan que el hombre no tiene libertad: Esta peligra porque el hombre
puede alejarse de su responsabilidad.
* Los que piensan que el hombre tiene indicios de libertad: Esta peligra porque
atribuye méritos al hombre y despoja a Dios de su honor y gloria.
Antes de la caída, la voluntad era libre en Adán: libre para hacer el bien o el mal.
Pero por causa de la caída, para el pecador, las cosas son diferentes. La Biblia
enseña que la voluntad del hombre no es libre, sino esclava de su corrupción. Por
esta razón el hombre no es libre de elegir entre la salvación y la condenación, sino
que es libre en el sentido de que no es forzado a pecar; el hombre prefiere hacer lo
malo y lo hace libremente impulsado por su corrupta naturaleza (Jn. 5:40). El
hombre caído está tan moralmente ciego, que de manera uniforme prefiere y
escoge el mal en vez del bien. El hombre natural peca libremente y se complace en
ello. Su disposición y sus deseos están inclinados hacia el mal, y peca de manera
voluntaria, siendo movido espontáneamente por su corazón.
¿Cómo puede un hombre tornarse a Dios por su propio libre albedrío si su mente
es enemistad contra El? Jesús dijo claramente que "la luz vino al mundo, pero el
mundo amó más las tinieblas que la luz"(Jn. 3:19).
b) Que si el hombre no puede hacer o elegir lo que es bueno ante Dios, de nada
sirven las reprensiones o amonestaciones, pues de todas maneras el pecador no
tendrá el poder por sí mismo para obedecer.
Cristo dice en Juan 15:5 que sin El nada podemos hacer, y por eso no deja de
castigar a los que obran mal. Las exhortaciones tienen doble utilidad:
9.5 CONCLUSIÓN
A modo de conclusión puede decirse que la caída del hombre da lugar a la más
obstinada ceguera, insensibilidad y oposición a las cosas de Dios. Su voluntad está
bajo el control de un entendimiento entenebrecido. En cuanto a sus relaciones con
Dios, desea solamente lo malo, aunque lo desea libremente.
El arminiano dice que los hombres pueden salvarse si quieren, pero esto
significaría que el hombre natural pueda hacer algo que es contrario a su
naturaleza pecaminosa. Una persona que está ajena a la vida de Dios (Ef. 4:18) y
muerto en delitos y pecados (Ef. 2:1) no puede darse vida a sí mismo y sacarse de
su tumba espiritual. Si pretenden que el hombre natural puede convertirse a sí
mismo, tienen en su contra toda la escritura, quien nos dice que es necesario la
gracia de Dios para la conversión. Afirmamos entonces que nadie puede venir a
Cristo, a menos que sea traído.
Por ser tan grande la corrupción del hombre, está más allá de su poder el
purificarse a sí mismo. Así como es absurdo tratar de sacar el agua en un bote
agrietado sin primero reparar las grietas, así es de absurdo esperar que aquel que
está habituado a hacer lo malo enderece su camino. Ese cambio de muerte
espiritual a vida la Escritura lo llama "regeneración". Otros términos Bíblicos son:
"dar vida", "de las tinieblas a la luz", "vivificar", "renovar", "quitar el corazón de
piedra por uno de carne" y lo presenta como una obra exclusiva del espíritu santo.
Esa regeneración trae como fruto la obediencia. Hasta que dicho cambio no suceda
en el corazón, el individuo no podrá convencerse de la verdad del evangelio. El
primer paso es dejar la rebelión y arrepentirse de sus pecados, tornarse a Dios y
pedir perdón y reconciliación por medio del Salvador. Esto, sin embargo, solo
puede efectuarse por medio del Espíritu Santo. Su única esperanza yace en un
cambio de corazón, el cual solo puede efectuar el poder soberano del Espíritu
Santo, obrando cuando, donde y como le place. Esto es solo otra manera de decir:
"ninguno puede venir a mi si el Padre no le trajere"(Jn. 6:44) y es Dios quien
produce "el querer como el hacer por su buena voluntad"(Fil. 2:13). Si Dios a
través de su Espíritu Santo no nos hubiese traído, nunca hubiésemos llegado a El.
UNIDAD 10: LA GRACIA COMUN
INTRODUCCION
Si las descripciones escriturales acerca del hombre son verdaderas, parecería que
la vida sobre la tierra hoy debería ser imposible. Debido a la caída, todo ser
humano básicamente vive centrado en si mismo y con egoísmo, con odio a Dios,
al prójimo y explotando la naturaleza. Si esto es así, parecería que hoy día tenemos
sobre la tierra nada mejor que un infierno.
Agustín tenía una respuesta a esta pregunta. Llamó a estas virtudes “vicios
esplendidos”, ya que no las practican para la gloria de Dios, sino por amor a si
mismos y por lograr que los alabaran. Calvino, aunque en lo fundamental estuvo
de acuerdo con Agustín, no estuvo satisfecho por completo con su respuesta. La
opinión de Calvino es que no podemos atribuir estas cosas a la capacidad
congénita al ser humano, ya que no puede hacer nada bueno por sus propios
medios. Para Calvino, debemos atribuir estas cosas buenas a la gracia de Dios, una
gracia que debe ser diferenciada de la gracia salvífica, pero que frena el pecado en
el género humano caído aunque no elimina la pecaminosidad del hombre. Es a este
aspecto de la gracia de Dios que se le ha llamado en la teología la gracia común.
Por otro lado, Abraham Kuyper añade: “Este bien común en el hombre, ni se niega
ni se puede negar; por otro lado, la totalidad de la corrupción no puede
disminuirse. Solo hay una solución: que la gracia este actuando incluso en el
hombre caído”.
Rom 1:24-28: “Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios
cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando
culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos.
Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres
cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo
también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su
lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y
recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no
aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para
hacer cosas que no convienen”.
El verso 18 dice de manera clara que la ira de Dios se ha revelado desde el cielo
contra la impiedad de los hombres, porque todos los hombres, de una o de otra
manera, tienen algo de la verdad de Dios, pues Dios les ha revelado su eterno
poder y deidad. Pero muchos han sofocado este conocimiento debido a la
injusticia que hay en ellos. Como consecuencia, Dios los entregó a la impureza
sexual. Pablo dice que Dios los “entregó” o “abandonó” a sus propios pecados.
Esto implica claramente que, antes de “entregarlos”, Dios estuvo frenando la
manifestación del pecado en sus vidas y debido a que decidieron sofocar la verdad
acerca de Dios que ellos poseían, Dios retiró el freno y los entregó al dominio del
pecado.
Pablo no nos dice quien o que esta deteniendo la manifestación del hombre de
pecado, pero es impresionante observar como Pablo habla de este freno tanto en
términos impersonales como personales: “hay algo que detiene” (v.6); “el que
ahora lo detiene” (v.7). Hay un poder o persona deteniéndolo. Detener esta
encarnación del mal equivale a frenar el pecado. A la luz e esto, Hoekema
comenta que “el misericordioso control de Dios esta detrás de este freno que casi
no hace falta mencionarlo”.
El asunto aquí es, ¿De que medios se sirve Dios para refrenar el pecado?
“Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al
malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza
de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme;
porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para
castigar al que hace lo malo” (Rom. 13:3-4).
Según este pasaje, todas las autoridades civiles son en un aspecto siervos de Dios,
pues son la espada utilizada por Dios para castigar el mal en la sociedad. Los
malhechores deben temer, pues ellos son responsables ante Dios de promover la
justicia social e individual. De esta manera Dios también frena el pecado.
Como cualquier otra doctrina Bíblica, esta puede ser mal usada. Muchos pudieran
utilizarla como excusa a un comportamiento cuestionable o mundano. La doctrina
de la gracia común también puede conducir a debilitar la enseñanza Bíblica acerca
de la depravación del ser humano y de la necesidad absoluta de la regeneración.
Sin embargo, a pesar de los abusos que se puedan cometer contra dicha doctrina,
esta tiene gran importancia práctica en nuestras vidas y en nuestra sociedad.