You are on page 1of 12

Hacía mucho tiempo que había advertido que, tal como se ha dicho anteriormente, en lo referente a las costumbres, es

preciso seguir a veces opiniones que se sabe son muy inciertas, como si fueran indudables, pero dado que entonces
sólo deseaba entregarme a la investigación de la verdad, pensé que era necesario que hiciese todo lo contrario, y que
rechazase como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, a fin de ver si después de
esto, no me quedaría alguna cosa en mi creencia que fuera enteramente indudable. Asi, puesto que nuestros sentidos
en ocasiones nos engañan, quise suponer que no había nada que fuese tal como ellos nos lo hacen imaginar. Y como
hay hombres que se equivocan al razonar, incluso sobre las cuestiones más simples de geometría, y cometen en ellas
paralogismos, juzgando que estaba expuesto a errar como cualquier otro, rechacé como falsas todas las razones que
antes había aceptado por demostraciones. Y, en fín, considerando que los mismos pensamientos que tenemos estando
despiertos pueden también sobrevenirnos cuando dormimos, sin que entonces haya ninguno que sea verdadero,
resolví fingir que todas las cosas que hasta entoces habían entrado en mi espíritu no eran más verdaderas que las
ilusiones de mis sueños. Pero inmediatamente después advertí que, mientras quería pensar así que todo era falso, era
preciso necesariamente que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa. Y, reparando que esta verdad: pienso, luego soy,
era tan firme y tan segura que todas las suposiciones más extravagantes de los escépticos no eran capaces de
conmoverla, juzgué que podía aceptarla, sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que buscaba.

Luego, al examinar con atención lo que yo era y al ver que podía fingir que no tenía cuerpo alguno, y que no había
mundo ni lugar alguno en el que yo me hallase, pero no podía fingir por eso que no era nada, y que, por el contrario,
de esto mismo que pensaba de dudar la verdad de las demás cosas, se deducía muy evidente y ciertamente que yo
era,......conocí por esto que yo era una sustancia cuya esencia o naturaleza es pensar y que, para ser, no necesita de
lugar alguno ni depende de ninguna cosa material. De modo que este yo, es decir, el alma por la cual soy lo que soy,
es enteramente distinta al cuerpo, e incluso más fácil de conocer que él y que, aunque él no fuese, (el alma) no dejaría
en modo alguno de ser todo lo que es.
Descartes. Discurso del método. 4ª parte

A continuación, reflexionando sobre el hecho de que dudaba y que por consiguiente, mi ser no era del todo perfecto,
pues advertía claramente que era mayor perfección conocer que dudar, traté de indagar de dónde había aprendido a
pensar en algo más perfecto de lo que yo era.....Respecto a los pensamientos que tenía de muchas otras cosas fuera de
mí, como el cielo, la tierra, la luz, el calor y otras mil, no me era tan difícil saber en modo alguno de dónde procedían,
porque, no observando en ellos nada que pareciera hacerlos superiores a mí, podría creer que, si eran verdaderos,
dependían de mi naturaleza en tanto que ella posee la perfección del pensamiento.....Pero no podía ser lo mismo sobre
la idea de un ser más perfecto que el mío;....y puesto que no hay menos repugnancia en que lo más perfecto sea
consecuencia y dependencia de lo menos perfecto que la que hay en que de la nada proceda alguna cosa, tampoco
podía proceder (tal idea) de mísmo. De suerte que sólo restaba el que ésta (idea) hubiese sido puesta en mí por otra
naturaleza que fuera verdaderamente más perfecta que yo lo era, es decir, para decirlo con una palabra que fuese
Dios.
Descartes. Discurso del método. 4ª parte

A lo cual agregaba que, puesto que conocía algunas perfecciones que no tenía en modo alguno, no era yo el único ser
que existía (usaré libremente aquí, si os parece bien, los vocablos de la Escuela), sino que era preciso de necesidad
que existiese algún otro (ser) más perfecto, del cual yo dependiese y de quien hubiese adquirido todo lo que tenía.
Pues si hubiese tenido por mí mismo lo poco que participaba del ser perfecto, por la misma razón hubiera podido
tener por mí mismo todo lo demás que sabía me faltaba, y así, ser yo mismo infinito, eterno, inmutable, omnisciente,
todopoderoso, y, en fín, poseer todas las perfecciones que podía admitir en Dios.
Descartes. Discurso del método. 4ª parte.

Asi pues, siguiendo los razonamientos que acabo de hacer, para conocer la naturaleza de Dios, en tanto que la mía
era capaz de ello, me bastaba sólo considerar, de todas las cosas que encontraba en mí alguna idea, si era perfección o
no el poseerlas, y estaba seguro de que ninguna de las que manifiestan cierta imperfección estaba en Él....Así advertí
que la duda, la inconstancia, la tristeza y cosas semejantes no podían estar en Él, puesto que yo mismo me hubiera
alegrado mucho de verme exento de ellas.....Además, dado que había conocido en mí muy claramente que la
naturaleza inteligente es distinta de la corporal, considerando que toda composición denota dependencia, y que la
dependencia es un defecto, de aquí deduje que el estar compuesto de estas dos naturalezas no podía ser una perfección
de Dios y que, por consiguiente, no lo estaba; pero que, si había algunos cuerpos en el mundo, o algunas
inteligencias, u otras naturalezas que no fuesen del todo perfectas, su ser debía depender de su poder (divino), de tal
modo que no podrían subsistir ni un solo momento sin Él.
Descartes. Discurso sobre el método. 4ª parte

Despues de esto quise indagar otras verdades y, habiéndome propuesto el objeto de los geómetras, que concebía como
un cuerpo continuo, o un espacio indefinidamente extenso....recorrí algunas de sus proposiciones simples. Y, al
advertir que esa gran certeza que todo el mundo le atribuye sólo se fundamenta en que se las concibe con evidencia,
según la regla que he dicho antes, tambien advertí que no había nada en ellas que me asegurase la existencia de su
objeto. Pues, por ejemplo, veía bien que, suponiendo un triángulo, era necesario que sus tres ángulos fuesen iguales a
dos rectos: pero no por eso veía nada que me asegurase que hubiese en el mundo triángulo alguno. Por el contrario,
volviendo a examinar la idea que tenía de un ser perfecto, encontraba que la existencia estaba incluida en ella, del
mismo modo que en la de triángulo está comprendido que sus tres ángulos son iguales a dos rectos......; y que, por
consiguiente, es por lo menos tan cierto que Dios, que es este ser perfecto, es o existe, como lo pueda ser cualquier
demostración de la geometría.
Descartes. Discurso del método.4ª parte

Pero lo que hace que haya muchos que estén persuadidos de que hay dificultad en conocerle, e incluso tambien en
conocer lo que es su alma, es que no elevan nunca su espíritu por encima de las cosas sensibles y que están de tal
modo acostumbrados a no considerar nada que no puedan imaginar, lo cual es un modo particular de pensar en las
cosas materiales, que todo lo que no es imaginable le parece se ininteligible. Incluso es bastante manifiesto aquello
que los filósofos tienen por máxima, en las escuelas, que nada hay en el entendimiento que no haya estado primero en
los sentidos, cuando, sin embargo, es ciertos que las ideas de Dios y del alma jamás lo estuvieron. Y me parece que los
que quieren usar de su imaginación para comprenderlas, obran exactamente lo mismo que si, para oir los sonidos o
sentir los olores, quisieran servirse de sus ojos, aunque con esta diferencia, que el sentido de la vista no nos asegura la
verdad de sus objetos menos que lo hacen los del olfato o del oido; mientras que ni nuestra imaginación ni nuestros
sentidos jamás podrían asegurarnos nada si no intervinieran en ella nuestro entendimiento.

En fín, si todavía hay hombres que, por las razones que he expuesto, no estén bastante convencidos de la existencia de
Dios y de su alma, quiero que sepan que todas las demás cosas de las que tal vez se crean más seguros, como tener un
cuerpo, que hay astros y una tierra, y cosas semejantes, son menos ciertas. Pues, aunque tengamos una certeza moral
de estas cosas tan grande que parece no se pueda dudar de ellas, a menos de ser un hombre extravagante, sin
embargo, también a menos de ser poco razonable, cuando es cuestión de una certeza metafísica, no puede negarse que
sea un motivo suficiente para no estar completamente seguro de ellas el haber advertido que se puede del mismo modo
imaginar, estando dormidos, que se tiene otro cuerpo, que se ven otros astros y otra tierra, sin que nada de eso sea.
Porque, ¿cómo se sabe que los pensamientos que vienen en sueño son más falsos que los demás, dado que a menudo
no son menos vivos y precisos? Y aunque los mejores espíritus lo estudien tanto como les plazca, no creo que puedan
dar razón alguna que sea suficiente para desvanecer esta duda si no presuponen la existencia de Dios. Pues, en
primer lugar, eso mismo que he tomado antes como regla, a saber, que las cosas que concebimos muy clara y
distintamente son todas verdaderas, no es seguro más que a causa de que Dios es o existe...... De donde se deduce que
nuestras ideas o nociones sobre cosas reales proceden de Dios en todo cuanto son claras y distintas, y, por ello, no
pueden en eso ser sino verdaderas. De manera que si tenemos (ideas o nociones) que contienen falsedad, esto sólo
puede provenir de aquellas que tienen algo de confuso y obscuro, puesto que en eso participan de la nada, es decir,
que en nosotros son así de confusas porque no somos del todo perfectos.
Ahora bien, despues de que el conocimiento de Dios y del alma nos ha garantizado de este modo la certeza de esta
regla, es muy fácil conocer que las fantasías que imaginamos cuando estamos dormidos no deben de ningún modo
hacernos dudar de la verdad de los pensamientos que tenemos estando despiertos, pues si ocurriera que, incluso
durmiendo, se tuviera alguna idea muy distinta, como, por ejemplo, que un geómetra inventara alguna nueva
demostración, su sueño no le empediría ser verdadera. Y en cuanto al error más frecuente de nuestros sueños, que
consiste en que nos representan diversos objetos de la misma manera como lo hacen nuestros sentidos externos, no
importa que nos dé ocasión de desconfiar de la verdad de tales ideas, puesto que tambien pueden engañarnos con
frecuencia sin que durmamos: como cuando....los astros u otros cuerpos muy lejanos nos parecen más pequeños de lo
que son. Porque, en fín, bien que estemos despiertos bien que durmamos, no debemos nunca dejarnos persuadir más
que por la evidencia de nuestra razón. Y adviértase que digo de nuestra razón y no de nuestra imaginación ni de
nuestros sentidos. Así, aunque veamos el sol muy claramente, no por ello debemos juzgar que sea del tamaño con que
lo vemos..... La razón es quien nos asegura que todas nuestras ideas o nociones deben tener algún fundamento de
verdad, pues no sería posible que Dios, que es totalmente perfecto y verdadero, las hubiese puesto en nosotros sin eso.
Y dado que nuestros razonamientos no son nunca tan evidentes ni tan completos tanto en el sueño como durante la
vigilia...............en nuestros pensamientos, lo que tienen de verdad debe hallarse de modo infalible en los que tenemos
estando despiertos más que en los de nuestros sueños.
Descartes.Discurso del método.4ª parte.
COSTUMBRES En la 3ª parte del Discurso del Método, Descartes, deja claramente
establecido que sobre cuestiones de moral se pueden seguir opiniones dudosas.
Concretamente en la segunda máxima de la moral provisional, Descartes, considera lo
probable como cierto.

INVESTIGACIÓN VERDADSe refiere a la investigación teórica de la verdad. Esta


excluye lo probable y lo verosimil y unicamente acepta la regla de la evidencia y sus
características de claridad y distinción.Texto2

LA MENOR DUDADesde el punto de vista teórico, la la búsqueda de la verdad excluye


de modo absoluto la duda. El conocimiento unicamente puede ser absolutamente
verdadero o absolutamente falso, no existen grados intermedios de veracidad.Texto2

LOS SENTIDOS ENGAÑANDescartes expone aquí brevemente la 1ª de las razones que


le llevan a plantear la duda metódica: tenemos experiencia de que los sentidos nos
engañan, y no es aconsejable confiar en quien nos haya engañado aunque solo fuera
una vez. Una exposición más detallada de esta cuestión se puede en la 1ª meditación
metafísica.

GEOMETRÍADescartes expone aquí, aunque sin hacer una referencia explicita, la


hipótesis del genio maligno como causante de que cometamos errores incluso en el
campo de la matemática y de la geometría. Para una exposición más detallada se
puede consultar la 1ª meditación metafísica.Texto2

PARALOGISMOS El paralogísmo es un razonamiento incorrecto. Se diferencia del


sofisma en que, en los paralogismos, aún siendo incorrectos como los sofismas, no
existe ánimo de engañar.Texto2

DORMIMOS Y SOÑAMOSAdemás de los dos motivos anteriores para dudar, el engaño


de los sentidos y lo errores (paralogísmos) en los razonamientos, Descartes, añade
ahora un tercero que se refiere a las ilusiones de las imágenes y a la dificultad de
diferenciar el mundo de la vigilia del mundo de los sueños. Para una exposición más
detallada consultar la 1ª meditación metafísica.

RESOLVÍ FINGIRExpresiones como resolví fingir, quise suponer, je pourrais imaginer,


etc. nos muestran que Descartes utiliza la duda no como un fín sino como un medio
que le permita alcanzar la verdad. La duda cartesiana - como ya hemos señalado - no
es una duda escéptica, sino metódica y provisional. Ver 1ª meditación metafísica.
Texto2

PIENSO, LUEGO SOY Je pense, donc je sui o cógito, ergo sum, sive existo se le revela a
Descartes como la verdad indubitable que andaba buscando. Conviene notar, sin
embargo, que esta verdad unicamente le da seguridad a Descartes de que tiene
pensamientos, de que es una cosa que piensa. Sobre su cuerpo, y todo lo demás que
no sea su pensamiento, sigue presente la duda.

PRIMER PRINCIPIOLa proposición Pienso, luego existo se convierte en el primer


principio de la filosofía que Descartes andaba buscando ya que, desde ahora, se
convertirá en criterio y paradigma de toda verdad. A partir de este principio, todo lo
que se conciba clara y distintamente podrá ser aceptado como verdadero.

LO QUE YO SOYDespues de haber descubierto el cógito, Descartes, investiga acerca


de lo que él mismo es. Y llega a la conclusión de que la existencia del Yo como
pensamiento implica que existe como algo independiente del mundo exterior.Texto2

SOY UNA SUBSTANCIAEn la filosofía escolástica uno de los significados de substancia


es la de aquello que existe por sí mismo independientemente de otro ser. Descartes
utiliza esta concepción de la substancia para definirla como una cosa que existe de
tal modo que no necesita de otra cosa para existir. Al mismo tiempo, la substancia
tiene como atributos el pensamiento, para las substancias espirituales, y la extensión
para las corporales. Por tanto, cuando Descartes, afirma aquí que es una substancia,
habría que añadir que una substancia pensante.Texto2

NATURALEZADescartes utiliza en varias ocasiones esencia y naturaleza como


sinónimos. Esencia es aquello por lo que una cosa es y se distingue de los demás.
Naturaleza es un principio esencial de caracter activo.Texto2

NO DEPENDENCIA DE LO MATERIALLa substancia pensante es independiente de la


substancia extensa. La independencia de la substancia pensante, sin embargo, no es
algo absoluto ya que, en último término, depende de la substancia divina.Texto2

ALMAEn la traducción latina, Descartes, utiliza el término mens en lugar de ánima


para referirese al alma racional como substancia pensante independiente del cuerpo.
Texto2

DISTINTA DEL CUERPOEl alma y el cuerpo son dos substancias diferentes y no una
sola substancia ( compuesta de materia y forma ) tal como mantenía la filosofía
aristotélico-tomista.Texto2

MAS FACIL DE CONOCERSegún Descartes el alma es más facil de conocer que el


cuerpo ya que tenemos un conocimiento intuitivo, claro y distinto, de ella. Además es
condición necesaria para conocer el cuerpo, ya que todo conocimiento presupone la
existencia del cógito.

A CONTINUACIÓNDesde el momento en que Descartes descubre en el cógito, ergo


sum un principio indubitable se encuentra en una encrucijada: o finalizada ahí su
investigación, con lo que su filosofía desembocaba en el solipsismo, o bien intentaba,
a partir de la certeza del cógito, ya que sobre todo los demás sigue la duda,
demostrar la veracidad de todo aquello que no es el pensamiento. Este es el camino
que Descartes tomará a continuación.Texto3

ALGO MÁS PERFECTODescartes se encuentra encerrado en sus ideas o pensamientos


pues es de lo único acerca de lo cual, de momento, tiene una certeza indubitable.
Pues bien, analizando sus ideas, Descartes, observa poseer una que se refiere a un
ser más perfecto que él mismo, es decir, un ser que no duda y que es omnisciente.
Ante este hecho, Descartes, intentará averigüar quien es el causante de que tal idea
se encuentre en él.

FUERA DE MÍAnalizando sus pensamientos, Descartes, dice encontrarse


tambien con ideas que se refieren a cosas que existen fuera de él, y se
pregunta acerca de quien podría ser la causa de las mismas. Concluye que
no sería absurdo pensar que él mismo pudiera ser tal causa y justifica su
posición en dos razones:

1. Esas cosas no parecen ser superiores a mí, afirma Descartes. Por lo tanto,
no sería absurdo suponer que mi propia naturaleza (más perfecta que
las cosas) pudiera ser la causa de la veracidad de tales cosas.
2. Si de las ideas, de las cosas que existen en mí, yo no fuera la causa de su
verdad, entonces estarían en mi debido a mi imperfección, que me
hace dudar de las cosas exteriores, y, entonces, tales ideas
provendrían de la nada o tendrían su base en la idea del ser perfecto
que tengo en mí
3. Nótese que, tanto en un caso como en otro, las ideas podrían provenir del
mismo Descartes.Texto3
SOBRE LAS IDEAS Según Descartes el pensamiento piensa siempre ideas, es
decir, el pensamiento no recae directamente sobre las cosas sino sobre las
ideas. Pensamos no en el mundo sino en la idea de mundo. Por ello,
diferencia en la idea los aspectos siguientes:

4. La idea como acto mental o modo de pensamiento. En este sentido


estaríamos ante una realidad formal y todas las ideas tendrían la
misma realidad.
5. La idea como contenido objetivo. En este sentido estaríamos ante una
realidad objetiva en donde las ideas poseerían una realidad diferente
y diversos grados de perfección entre sí.
Descartes divide tambien las ideas en innatas, adventicias y facticias.{Ver
Meditaciones metafísicas}Texto3

SER MÁS PERFECTO Además de ideas que se refieren a cosas que existen fuera de él
mismo, Descartes, dice poseer tambien una idea que representa a un ser perfecto.
¿De dónde procede tal idea? De uno mismo parece que no, ya que esta idea implica
perfección y yo soy un ser imperfecto. Tampoco tiene sentido afirmar que proceda de
la nada.

REPUGNANCIADescartes describe aquí un axioma que establece que de lo menos


perfecto, no puede surgir lo más perfecto, ya que ello implicaría que de la nada surge
algo y lo cierto es que nada procede de la nada.Texto3

OTRA NATURALEZAEsta otra naturaleza más perfecta, causante de que en Descartes


exista la idea de un ser perfecto, no es otra que Dios. Esto implica, por tanto, que
Dios existe. Estamos ante la denominada prueba gnoseológica cartesiana sobre la
existencia de Dios.Texto3

AGREGACIÓN DE UNA NUEVA PRUEBAA la prueba anterior (gnoseológica) sobre la


existencia de Dios, Descartes, va añadir ahora una segunda. Suele denominarsele
como prueba causal y se diferencia de la anterior en que Descartes incide en la idea
de su imperfección y contingencia para postular la existencia de un ser que, no se
limita a ser causa de que en Descartes exista la idea de lo perfecto, sino que es
tambien la causa de su existencia.Texto3

EXISTENCIAEn esta segunda prueba (Prueba Causal), sobre la existencia de


Dios, la idea central no es tanto el cómo es posible que uno tenga la idea
de un ser perfecto siendo, a su vez, imperfecto, sino como es posible que
uno exista, siendo imperfecto, con la idea de lo perfecto.Texto3

LA ESCUELALa Escuela, a la que Descartes aquí se refiere, es a la filosofía


escolástica.Texto3

INFINITOEs decir, sin límites.

ETERNOEs decir, existiendo por sí mismo y por siempre.Texto3

INMUTABLEEs decir, no estar sometido al cambio.Texto3

OMNISCIENTEEs decir, poseer un completo conocimiento de todo.

TODOPODEROSOEs decir, tener poder total y absoluto.Texto3

DIOS EXISTE Si yo mismo, afirma Descartes, fuera causa de mi existencia con la idea
de Dios en mí, entonces debería poseer las perfecciones atribuidas a Dios. Sin
embargo no las poseo. Por lo tanto, es necesario que mi ser dependa, y deba mi
existencia, a otro ser más perfecto. Ese ser es Dios. Por lo tanto, Dios existe. En las
Meditaciones metafísicas podemos encontrar desarrollada con más detalle esta
prueba.Texto3

NATURALEZA DE DIOSDespues de haber demostrado la existencia de Dios, a través de


las pruebas gnoseológica y causal, Descartes, pasa analizar lo que Dios es, es decir,
su esencia o naturaleza.Texto3

NO PUEDEN ESTAR EN ÉLDescartes utiliza aquí un método propio del tomismo. Según
Tomás de Aquino, entre los mecanismos que nos pueden permitir saber algo sobre lo
que Dios es, existe uno al que denomina via remotionis o vía negativa. Consiste en
negar en Dios aquellos atributos que observamos en la criaturas y así poder saber
algo de como Dios es. Descartes hace aquí algo parecido. Dado que uno mismo duda,
es inconstante o está triste, podríamos decir de Dios que es todo lo contrario, ya que
estas imperfecciones no pueden estar presentes en un ser perfecto.

NATURALEZA INTELIGENTESe refiere a la res cogitans como algo independiente del


cuerpo ( res extensa ). Esta independencia, sin embargo, es algo relativo ya que, al
final, el cógito quedará subordinado a la existencia de Dios, la única realidad
absolutamente independiente.

COMPOSICIÓNSe refiere al compositum de la res cogitans y de la res extensa


presente en el ser humano. Este compuesto ( contrariamente a la creencia
aristotélico-tomista ) es sinónimo de imperfección. Es evidente que para Descartes
lo mental -del mismo modo que le sucedía a Platón - al estar unido con lo corporal
pierde en perfección. Esto le lleva a concluir que en Dios - como ser perfecto - no
puede haber composición sino que deber simplicidad pura.Texto3

CUERPOS DEL MUNDOEl cuerpo humano es como una máquina acoplada al espíritu.
Esta unión, como ya hemos visto, es solo de composición. Pero la composición
implica dependencia y ésta implica subordinación e imperfección. Por eso no puede
decirse que los cuerpos subsistan por sí mismos.Texto3

INTELIGENCIASLa inteligencia humana se encuentra tambien aclopada a un cuerpo


y, por ello, no es algo absolutamente perfecto al ser, de algún modo, dependiente.
Por ello no puede decirse que la inteligencia humana subsista por sí misma. Texto3

DIOSDios no se encuentra aclopado a ningún tipo de realidad que no sea él mismo.


Por ello no es dependiente ni subordinado. Representa la perfección. Unicamente
Dios es quien subsiste por sí mismo.

DESPUESSe entiende que despues de haber descrito las pruebas gnoseológica y


causal sobre la existencia de Dios, asi como despues de haber llevado a cabo sus
consideraciones sobre la esencia divina.Texto4

CUERPO CONTINUOEs decir, divisible en partes a su vez divisibles. La res extensa o


lo corporeo, la materia tiene como propiedad esencial el ser divisible en partes
divisibles.Texto4

ESPACIOEl espacio, según Descartes, carece de límites, pues es continuo y no


existe el vacío; tambien es divisible indefinidamente, es decir, solo puede estar
limitado por otro espacio. Pero el espacio no es infinito sino indefinido; el concepto
de infinito significa la ausencia total de límites, mientras que lo indefinido carece
de límites en relación con el concepto de extensión del que forma parte.
REGLA Es evidente que se refiere a la regla de la evidencia, 1ª regla del método.

EXISTENCIA DEL OBJETOPara su nueva indagación, Descartes, quiere analizar


aquellas ideas que tiene en si sobre cosas que no parecen existir en el mundo.

TRIANGULODescartes utiliza al triángulo como ejemplo de objeto o cosa, de la que


tiene en sí una idea, y que, si embargo, tal cosa u objeto no parece existir
realmente en el mundo externo.Texto4

SER PERFECTODel mismo modo que tiene una idea de triángulo, como cosa que no
parece existir en el mundo, Descartes, afirma tener tambien una idea que se
refiere a un ser perfecto, algo que tampoco es capaz de de ver como existente en
el mundo exterior.

DIOS EXISTEA pesar de que el ser perfecto no es algo visible a través de los
sentidos, la lógica nos lleva a tener que aceptar necesariamente su existencia. Es
evidente que si aceptamos la idea de un ser perfecto, la existencia tiene que estar
incluida en su esencia, ya que, de lo contrario no sería un ser perfecto. Descartes
desarrolla aquí la prueba, denominada desde Kant, como argumento ontológico.
Esta prueba ya había sido formulada por San Anselmo, el cual vive en los años
( 1033-1109 ), en el capítulo tercero del Proslogium. Descartes la desarrolla más
ampliamente en la 5ª Meditación Metafísica.

GEOMETRÍAUna de las diferencias existentes entre la prueba ontológica de San


Anselmo y la de Descartes, reside en que éste quería darle a la suya una certeza
matemática. Por ello, Descartes, concluye que, del mismo modo que estaría en
contradicción aquel que dijese que tiene en sí la idea de triángulo y concluyése que
sus tres ángulos no son iguales a dos rectos; tambien lo estaría el que afirma tener
en sí la idea de un ser perfecto y concluye que tal ser no existe. En la 5ª
meditación metafísica, Descartes, describe con más detalle el argumento
ontológico.Texto4

CONOCERLESe refiere al conocimiento de Dios.Texto4

ALMADescartes utiliza el concepto de alma como sinónimo de pensamiento o res


cogitans. En este sentido no habría que asimilarlo con el concepto de ánima de la
filosofía escolástica.Texto4

ESPIRITU El término espíritu es utilizado por Descartes de un modo muy amplio ya


que abarca no solo a la razón sino tambien a la memoria, la imaginación y todas
aquellas facultades que nos permiten pensar. Normalmente, Descartes, utiliza el
término sprit en tres sentidos diferentes:

6. Como sinónimo de substancia pensante (res cogitans)


7. Como conjunto de facultades humanas que nos permiten pensar
Como oposición al concepto escolástico de anima.

IMAGINAREs un modo particular de pensar pero que no tiene como objeto al


pensamiento mismo sino a los cuerpos materiales. En el libro VI de las
Meditaciones metafísicas, Descartes, trata con detalle las diferencias entre
imaginación e intelección.

LOS FILÓSOFOSSe refiere a los filósofos de la escolástica medieval seguidores de la


tradición filosófica aristotelica.Texto4

MAXIMACon esta máxima se está refiriendo, Descartes, al fundamento teórico de la


filosofía aristotélica, recogida por la filosofía escolástica. Tal máxima mantiene que
el conocimiento humano se inicia en los sentidos y acaba en el entendimiento o
razón: Nihil est in intelectu, quod no fuerit prius in sensus.Texto4

LAS ESCUELASSe refiere a la Filosofía Escolástica.Texto4

IDEAS DE DIOS Y ALMADescartes crítica la máxima aristotélico - tomista que piensa


que todo conocimiento comienza por los sentidos. Según Descartes, las ideas de
Dios y del Alma son innatas y no provienen de la experiencia exterior sino de
nuestra facultad de pensar.

IMAGINACIÓNLa imaginación no es facultad que nos permita acceder al


conocimiento de Dios o del Alma. Según Descartes, intentar comprender los
objetos del entendimiento a través de las representaciones de la imaginación o de
los sentidos es un grave error. Sería lo mismo que pretender percibir un color por
el olfato, con la diferencia de que tanto la vista como el olfato, aunque distintos,
están al mismo nivel, mientras que la imaginación y los sentidos son diferentes e
inferiores al entendimiento. Sobre las diferencias existentes entre imaginación e
intelección trata Descartes con más detalle en las Meditaciones Metafísicas.

ENTENDIMIENTONuestra imaginación y nuestros sentidos, por sí mismos, nunca


podrían asegurarnos nada con certeza si no existiera el entendimiento. El
problema, sin embargo, es que al final de sus reflexiones, Descartes, nos dirá que
el entendimiento, por sí mismo, tampoco será nada si prescindimos de Dios.Texto4

LAS COSASSe refiere a las ideas que tenemos tanto de las cosas que proceden del
exterior ( ideas adventicias ) como de las ideas que tenemos de nuestro propio
cuerpo. En las Meditaciones Metafísicas, Descartes, en la duda métodica, analiza
con detalle las razones que le llevan a cuestionar la certeza de las cosas percibidas
por los sentidos, tanto en lo lejano como en el ámbito de lo cercano.

CERTEZA MORALSobre la existencia del mundo corporeo unicamente tenemos una


certeza moral, es decir, una certeza probable y, por tanto, menos cierta que la
existencia de Dios o del alma. No obstante ese tipo de certeza nos llega para
desarrollar nuestra vida práctica.

CERTEZA METAFÍSICA La certeza metafísica es aquella que establece una relación


de necesidad que es totalmente independientemente de todo hecho y, además, es
indubitable, como, por ejemplo, el todo es mayor que la parte o pienso, luego soy.
Descartes acabará sosteniendo que que las certezas físicas, hechos que sólo son
empiricamente verdaderos, como la existencia del mundo exterior, se fundamenta
en la certeza metafísica de la existencia y veracidad divinas.

DORMIDOSLa certeza de las cosas materiales es unicamente una certeza moral


debido a que las mismas cosas que vemos o nos suceden durante el estado de
vigilia tambien las experimentamos cuando dormimos.Texto5

SUEÑOSDescartes repite aquí una de las razones que le llevaron a dudar de la


certeza de los sentidos en relación con lo corporeo. Esa razón hace referencia a la
dicotomía entre el mundo de la vigilia y el mundo de los sueños. Y no debido a que
Descartes confunda ( como si estuviera confuso )el mundo de la vigilia con el de los
sueños, sino debido a la duda que plantea el establecer, con total certeza, que el
mundo de los sueños seas más falso que el mundo de la vigilia. Esta falta de
seguridad es lo que lleva a Descartes a dudar de la veracidad de los sentidos tanto
en lo que se refiere a lo lejano como a lo cercano. En las meditaciones metafísicas
trata Descartes esta cuestión con más detalle.Texto5

LOS MEJORES ESPÍRITUSSe refiere a las mentes más preclaras de su época. Les
sería imposible, según Descartes, poder demostrar por qué es más cierto el mundo
de la vigilia que el mundo de los sueños a no ser que presupongan la existencia de
Dios.Texto5

REGLASe refiere al criterio general de certeza: todas las cosas que concebimos de
modo claro y distinto son todas verdaderas.Texto5

DIOS GARANTÍA DE VERDAD La existencia de Dios se convierte, para Descartes, en


garantía de verdad sobre la existencia de lo corporeo. Lo que sucede es que Dios
no es unicamente garantía de verdad sobre la certeza de las cosas materiales sino
tambien en garantía de todo tipo de verdad. Esto hace que muchos críticos
afirman que Descartes cae en un círculo vicioso: una idea es clara y distinta porque
Dios existe, y Dios existe porque tenemos de Él una idea clara y distinta.Texto5

IDEAS SOBRE LAS COSASLas ideas que tenemos sobre las cosas dejan de ser
dudosas desde el momento en que Dios se convierte en garantía de la verdad. Dios
garantiza la verdad de las ideas claras y distintas, luego las ideas claras y
distintas, las ideas innatas de substancia finita e infinita, provienen de Dios.

FALSEDADSi cometemos errores y tenemos ideas falsas ello se debe a que las ideas
sobre las cosas participan del algún modo de la nada y a que nosotros somos
imperfectos. Para Descartes, el ser fundamenta la verdad. En este sentido, la
verdad no puede proceder de la nada. Por su parte, el error equivale al no-ser y,
por tanto, no puede provenir de Dios. Este principio deriva de la teoría escolástica
en torno a las propiedades del ser, que es uno, verdadero y bueno (trascendental).
La carencia de alguna de estas propiedades implica la ausencia del ser. En el Libro
IV de las Meditaciones Metafísicas, trata Descartes, con más detalle, acerca del
por qué nos equivocamos y cometemos errores.Texto5

CONOCIMIENTO DE DIOS Y DEL ALMAAl llegar a este punto, Descartes, ya sabe con
certeza de la existencia de su alma ( res cogitans ) y de la existencia de Dios. Es,
sin embargo, el conocimiento de Dios el que se convierte en garantía de certeza
sobre la verdad y la existencia de las cosas materiales.

CERTEZA DE LA REGLADescartes se refiere de nuevo al criterio general del certeza.


La existencia de Dios nos garantiza sobre la verdad de todo aquello que la razón
nos muestre como claro y distinto.Texto5

FANTASÍAS DE LOS SUEÑOSCon la demostración de la existencia de Dios, el mundo


de los sueños puede representar un mundo de fantasía. Recordar que el mundo de
los sueños fué una de las razones que llevaron a Descartes a plantear la duda
metódica.Texto5

ERROR MÁS FRECUENTEUno de los errores más frecuentes de los sueños es que
nos llevan, según Descartes, a dudar de la veracidad de los sentidos tanto en lo
referente a lo lejano, como, por ejemplo, cuando veo y me formo una idea del sol,
como a lo cercano, como por ejemplo, cuando contemplo que estas son mis manos
o que estoy sentado junto al fuego. Y es, señala Descartes, que tambien he
soñado que estaba viendo el sol o contemplando mis manos y leyendo un libro
sentado junto al fuego. ¿Por qué afirmar que el sol, las manos y el cuerpo que está
sentado junto al fuego, en estado de vigilia, son los verdaderos y lo que se
presentan en sueños son los falsos? Esta duda desaparece, ahora, al convertirse
Dios en garantía de verdad.

ASTROS LEJANOSEn las Meditaciones metafísicas, Descartes, analiza con detalle la


cuestión siguiente: ¿existe semejanza entre las ideas adventicias y las cosas que
tales ideas representan? Con el objeto de demostrar que no es absoluto evidente,
Descartes, se sirve del ejemplo de un astro, como es el sol.

EVIDENCIA La verdad consiste en la evidencia de la idea clara y distinta. El sueño


no es la causa de la duda o el error; solo debemos persuadirnos por la evidencia de
nuestra razón tanto en el sueño como en la vigilia; así puede ocurrir que tengamos
pensamientos verdaderos en el sueño, e inversamente pensamientos falsos
estando despiertos.Texto5

ADVIERTASELa sede de las ideas claras y distintas no es ni la imaginación ni los


sentidos, sino unicamente la razón. Sobre la diferencia entre la imaginación y la
intelección trata Descartes ampliamente en las Meditaciones Metafísicas. Por su
parte, los sentidos no nos muestran la naturaleza de las cosas, sino sólo aquello
para lo que son útiles o nocivas. Sólo el entendimiento o la razón, a través de los
datos que nos proporcionan los sentidos. puede distinguir la propiedad esencial de
los objetos sin la cual las cosas serían inconcebibles o diferentes.Texto5

DIOSDios se nos muestra aquí, de modo definitivo, como el genio benigno, es decir,
como un ser perfecto y veraz fundamento y origen de toda verdad. En este sentido
no nos puede engañar lo que garantiza la verdad de nuestras ideas claras y
distintas, de la ciencia, y suprime toda duda.

DESPIERTOSNo todos nuestros pensamientos son verdaderos. Por otro lado, el


sueño es un estado cuyas condiciones fisiológicas son menos aptas que las de la
vigilia para ejercitar el pensamiento, de ahi que la evidencia de éste se mostrará
mejor a la razón estando despiertos que estando dormidos.

You might also like