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Miguel 
Hernández

En la primera etapa de Miguel Hernández, en pleno éxtasis de expresión religiosa ³El


trabajo es la escala para ver a Dios´, la primera obra teatral es una obra religiosa. Se
trata del ›  ›› ›
Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras
(1933-1934). En él condena los actos revolucionarios de los campesinos; critica con
acritud las posiciones políticas de los anarquistas y los comunistas y de los sindicatos
obreros.

La situación social y política de la época de Miguel Hernández era la misma que la de


fines del fin de siglo XIX: una oligarquía territorial que había impedido cualquier
reforma agraria, una clase militar autoritaria, una Guardia Civil represora. Los cambios
que quisieron realizar algunos Gobiernos de la II República española, desde 1931,
provocaron la Guerra Civil.

Cuando los poetas del grupo del 27 recogen el romancero y la poesía popular
tradicional, rara vez acometen los problemas del pueblo desvalido. Quizás, con el
tiempo, Alberti y, antes de la guerra civil, García Lorca sean los únicos que se ocupen
de presentar la poesía del pueblo para el pueblo.

Esta posición socialmente alienada procedía de la Generación del 98. Como acusaba el
maestro Azorín: se sentían derrotados por no saber resolver los problemas sociales y los
problemas políticos que les acuciaron. Se olvidan de la España viva y se enfundan en
una España soñada y recreada. No obstante, A. Machado sí se preocupó del hombre de
España, del campesino de las tierras de Soria ³que incendia los pinares/ y su despojo
aguardaba como batín de guerra´. Pero no da soluciones. Miguel Hernández sí aporta
propuestas en sus escritos: propugna una reforma agrícola de mejor reparto de tierras y
de cultivo racional. VER POEMA 28

El gran compromiso de Hernández radica en que puso sus fuerzas para defender la
tierra, para dignificar al hombre del campo y para concienciarlo de sus posibles
derechos y de las posibilidades de conseguirlos. POEMA 28

La nueva vida de Miguel Hernández en la capital española, los avatares de la política y


las nuevas amistades termina provocando que Miguel abandone el lastre ideológico
oriolano. Neruda se mofaba del ³tufo satánico´ de la revista ³El gallo crisis´



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Miguel 
Hernández

de R. Sijé. Paulatinamente Miguel Hernández se decanta hacia el lado del más débil, del
desvalido obrero. Comienza una nueva clase social: la del pueblo trabajador.

Inicia en la segunda mitad de 1935 una poesía impura ³manchada por su ímpetu social y
su afinidad con la inmensa compañía, con la libertad y la defensa de los valores
humanos más comprometidos popularmente. Es la antítesis de la época anterior: la
poesía dirigida a la inmensa minoría.

Miguel Hernández comienza por liberarse él mismo: son los poemas de euforia al negar
su pasado reaccionario e iniciar un camino de resistencia a lo establecido; se trata de las
primeras muestras de poesía social:

Amanecen las hachas en bandadas

como ganaderías voladoras

de laboriosas grullas combatientes.

(³Alba de hachas´, 1935)

Se libera de las cargas y los prejuicios religiosos, ya antes de la guerra civil: poema 20

En su drama social èos hijos de la piedra (1935), de atmósfera minera y rural,


Hernández ha defendido el tiranicidio, en contra de la idea confesa de Sijé, para quien
³aceptar al tirano es el sacrificio político del cristiano´. Y en El labrador de más aire
(1936), el protagonista impreca a los campesinos para que esgriman los símbolos
comunistas y protesten con amenazas al cacique despiadado y abusador:

¿Por qué no lleváis dispuesta

contra cada villanía

una hoz de rebeldía

y un martillo de protesta?



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Miguel 
Hernández

La introspección amorosa de El rayo que no cesa y su inconformismo con una sociedad


inicua devienen en canto y proclama rebeldes. Hernández fundamentará su compromiso
político en experiencias cotidianas, vividas y sufridas por él y por los suyos:

Viendo a mi hermana helarse mientras lava la ropa,

viendo a mi madre siempre en ayuno forzoso,

viéndoos en este estado capaz de impacientar

a los mismos corderos que jamás se impacientan.

El poeta se considera ya pueblo ³pueblo de mi misma leche´. No se trata de una


literatura circunstancial: el poeta encuentra una voz sumamente personal apostando por
el versolibrismo (y el versículo) y renunciando al clasicismo métrico.

Declarada la guerra, Hernández se decanta por el bando republicano, en contra del


rebelde, el invasor, el asesino, el rico. El oroliano, considerando que su única arma es la
poesía, cultivara una poesía de propaganda y aliento que paseará por las trincheras.

Los dos libros poéticos de esta etapa, Viento del pueblo, (1937) y El hombre acecha.
Viento de pueblo constituye la faceta optimista, alentadora, entusiasta y combativa por
la esperanza en la victoria: se mueve por la fraternidad, la libertad y la sangre fecunda.
El poeta es viento sobre todo, aire como hálito que da vida a través de la comunicación
y la palabra. Se trata de una poesía profética que exalta la virtud del amor a la patria,
que impreca valores de virilidad como fuente de libertad y heroísmo. POEMA
SENTADO SOBRE LOS MUERTOS

El referente poético ya es externo, ya somos definitivamente ³nosotros´, ya no hay un


³yo´ enajenado. Hemos pasado de la naturaleza externa y del motivo religioso al
mensaje rebelde contra la sociedad inicua y revolucionario contra la sociedad represora.

El estilo se hace claro y transparente, directo, para ser comprendido por el humilde; el
metro es popular, el popularísimo romance, y la metáfora se simplifica. Durante la
situación bélica surge una vertiente del tema de España: la incitación a la lucha por la
lealtad a ideales de solidaridad y de compromiso político. POEMA LLAMO A LA
JUVENTUD


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Miguel 
Hernández

En la mayoría de las composiciones de guerra aparece el tono épico dirigido a un


protagonista colectivo, pero nunca se omite lo lirico, porque Hernández siempre canta
desde dentro, y esa exaltación de hondo calado humano es lo que perdura. POEMA 25

Mas su arenga, además, soporta con grandeza la lima del tiempo: ANTOLOGIA 24

El tono épico y social (sangre, sudor, trabajo) que invade esta etapa se resuelve en lo
lirico, abandonando el fragor de la batalla: las cartas que envía a su amada. Con su
poesía sigue luchando contra la opresión y las cárceles: POEMA 45 ³LAS
CARCELES´

Cuando la derrota republicana es inminente ante el fúnebre balance de odio, lanza


Miguel Hernández un desgarrado grito desalentador, Ê     (1938). Es la
visión pesimista de la guerra en general, ya sin necesidad de tomar partido. Verso
amplio y doloroso, casi prosaico, lento. Sin embargo, el poeta cierra este libro con una
petición de esperanza. Es la magnifica ³canción ultima´, de verso de arte menor,
preludio de rancionero y romancero de ausencias.

Contemplamos la derrota del plano íntimo, la ruptura de la vida cotidiana, íntima, como
secuela y consecuencia primaria de la guerra. Pero el poeta se aferra a la vida y a la
esperanza por medio del amor. Es la victoria épica de lo lírico.

Toda la obra de Miguel Hernández, recoge un profundo contenido de poso social que
brota de la honda fidelidad del poeta a sus propios orígenes humildes: POEMA
SENTADOS SOBRE LOS MUERTOS

Hernández se preocupó mucho por la explotación del asalariado, la pobreza o el


hambre. Su poesía social es una síntesis del dolor compartido y de denuncia contra la
injusticia capitalista, en defensa de las clases explotadas.

Después de su viaje a la URSS (1937) hay poemas dirigidos a ensalzar la política


soviética, de régimen comunista a alabar a los amigos republicanos por su combativa
resistencia a favor de los ideales democráticos de la España progresista, y a vejar a los
enemigos de la España libre (³Ceniciento Mussolini´). Son poemas políticos que menos
interesan estéticamente hoy. Dos prosas nos sirven para captar su pensamiento ³ Al hijo
del rico se le daba a escoger títulos y carreras: al hijo del pobre siempre se le ha



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Miguel 
Hernández

obligado a ser el mulo de carga de todos los oficios. No le han dejado ni tiempo ni
voluntad para elegir un camino en el trabajo. Se le ha empujado contra el barbecho,
contra el yunque, contra el andamio: se le ha obligado a empuñar una herramienta que,
tal vez, no le correspondía. Las universidades no han tenido puertas ni libros para los
hijos pobres («) Hijos de los ricos, por muy dignos de cuidar cerdos que fueran,
gozaban de todo y sólo para ellos se abrían las aulas´ La segunda reflexión fue escrita
avanzando ya el conflicto que conocemos por medio de un manuscrito: ³A los niños de
hoy se les abren todos los horizontes que a los de ayer nos vedaron por pobres´.




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