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Nombre del alumno:

Nicanor Méndez José Juan

Materia: Fundamentos del currículum


Grado: 1°

Reporte de lectura:
La evaluación curricular

Autores:
Metodología para diseño curricular para educación superior
Díaz Barriga, Lule G. Pacheco P., Saad D. y Rojas-Drunmond
Ensayos sobre la problemática curricular
Ángel Díaz Barriga
Teoría y Diseño Curricular
Casarini Ratto

Asunto o tema:
Antecedentes de la evaluación, los modelos curriculares, clasificación y métodos para realizar
un evaluación curricular
• La evaluación tiene sus antecedentes en los exámenes aplicados a los ministros de la
corte en China, por los profesores griegos y más recientemente los tests fueron
aplicados a la producción industrial en los Estados Unidos,
• En la Edad Media ya se aplicaban los exámenes a los estudiantes que querían ingresar a
las universidades escolásticas o para acreditar a los que profesaban la enseñanza.
• Los primeros exámenes tenían como intención medir el rendimiento y no el aprendizaje.
• A finales del siglo XIX y principios del siglo XX se comienzan a aplicar los primeros test
de inteligencia.
• Los test fueron aplicados en el terreno de la psicología con el fin de medir el nivel de
inteligencia de los soldados (que querían ingresar a las fuerzas armadas), de los presos,
de los dementes, etc.
• Para algunos estudiosos los tests surgen como una idea de progreso, pero representan
estar bajo control.
• Los tests se trasladan al terreno educativo con el fin de medir el rendimiento y la
selección, lo que demuestra su carácter administrativo.
• Para algunos teóricos la evaluación sirve para deshacerse de lo innecesario y sustituirlo
por lo apropiado o eficiente.
• Diversos teóricos como: Taylor, Stufflebeam y Shinkfield, Cronbach, Stake, Stenhouse,
entre otros, abordaron la evaluación desde su perspectiva muy personal, enfocándose,
unos a los resultados, otros al proceso, en algunos casos al contexto, cultura y sociedad,
y hay quienes centraron sus estudios en el profesor y los alumnos.
• La evaluación curricular permite analizar los diferentes componentes del currículum en
relación con la realidad de la institución y del entorno social en que se desarrolla el plan.
• Los alcances y limitaciones de la evaluación curricular.
• Las razones para llevar a cabo una evaluación curricular.
• La complejidad de llevar a cabo una evaluación curricular.
• Tipos de evaluación según Stufflebeam: de contexto, de entrada o de insumo, de
proceso y de producto.
• Evaluación interna está referida a la evaluación del proceso, el cual se mide a través de
eficiencia y eficacia.
• Evaluación externa tiene estrecha relación con la evaluación del producto como proceso
final del contexto educativo.
• Operaciones para llevar a cabo la evaluación curricular.
El término evaluación se ha relacionado con examen y test, sin embargo, el primero puede
arrojar un resultado pero que es parcial y sirve como componente para la evaluación. En el
caso de los tests pueden otorgar información de un individuo, grupo o actividad, pero de
manera muy delimitada y con cierto grado de duda.
Al parecer los antecedentes de la evaluación están en los test y los exámenes, los primeros
se remontan a los últimos años del siglo XIX y principios del siglo XX, en la etapa del
desarrollo industrial y servían para medir la eficiencia y velocidad en la productividad. A
diferencia de éstos, los exámenes eran utilizados durante la Edad Media para determinar la
capacidad de los que deseaban ingresar como alumnos o docentes en las universidades de
la iglesia, incluso se aplicaban exámenes orales ante tribunales. A los ministros de la corte
china en el siglo III d.C. se les aplicaba un examen para medir su rendimiento y desempeño,
y ya desde el año 2000 a.C. se aplicaba a los servicios civiles. Los mismos griegos ya
utilizaban los cuestionarios evaluativos en el quehacer didáctico.
El impulso de las primeras evaluaciones o tests, tenían como intención conocer los
resultados sobre programas socioeconómicos, la preocupación por el gasto público, el
cambio ideológico, político y social, por lo regular se llevaba a cabo con grupos pequeños y
sin una base teórica, lo que daba como resultado que fueran poco confiables.
Entre 1920 y 1930 se aplicaron los primeros tests estandarizados con el fin de medir la
inteligencia de grandes colectivos estudiantiles.
Ante la demanda de resultados contundentes comienzan los primeros estudios de manera
formal. Entre los primeros autores está Tyler, quien es considerado el padre de la
evaluación, él creó un modelo curricular sistemático, su propuesta resultó bastante lineal, ya
que sólo tomaba en cuenta los resultados pero no el proceso, no obstante su modelo se
adaptaba a lo que requería la producción estadounidense a principios del siglo XX e,
influenció en los siguientes años en el desarrollo de los currículums y en el ámbito educativo
militar. Antes de él, otro autor, J. M. Rice había realizado la primera evaluación considerada
formal sobre la instrucción en ortografía, donde demostraba la baja calidad en el
aprendizaje.
La propuesta de McCall es que sean los profesores los que creen sus propias pruebas y no
dejárselo todo a los especialistas. No está de más su observación, siendo que el profesor
puede tener una noción más clara sobre las necesidades del alumno.
La época de la inocencia se ubica después del modelo Tayleriano, llamada así por dos
estudiosos Stufflebeam y Shinkfield, quienes hicieron notar el descuido del Estado por
plantear objetivos en la educación y en la inversión en este, lo que llevó a un detrimento de
la evaluación. Hasta este momento los métodos de evaluación no habían estado
funcionando, de manera que se genera con ello la llamada “época del realismo”, durante
este tiempo Cronbach es uno de los que más aporta, otorgando mayor importancia al
proceso y la ejecución, así como a la recopilación de información clara y concisa para
apoyar la elaboración del currículum. Por su parte Goba y Lyncoln hablan del juicio y la
valoración y se generan nuevos conceptos sobre la evaluación. Tanto Eisner como Stake
señalan la necesidad de valorar el objeto de evaluación y, aunado a esto, para finales de los
años 60 se empezó a criticar el papel social y cultural de la escuela, lo que lleva a que
surjan nuevos métodos o modelos alternativos para evaluar las metas y programas, así
como la utilidad de estos. A partir de los setenta se comienza una nueva forma de
evaluación. Entre estos modelos alternativos está la época del profesionalismo, que se
caracteriza por tratar de dar resultados empleando los menos recursos posibles, situación
que descuida la calidad de las evaluaciones, sin embargo la extensión en el estudio de los
mismas se hace evidente y se hace presente en diversos países. Por otro lado, se confirma
a la evaluación como una norma, tomando en cuenta los juicios de valor y a los involucrados
en el programa.
Otro más de los modelos evaluativos es el C.C.I.P. (Contexto, Input, Proceso y Producto), el
cual trata de proporcionar información relevante y racional sobre la evaluación para la
especificación de objetivos del programa, sin embargo, no toma en cuenta todos los factores
políticos, sociales, económicos, etc., que pueden influir en la toma de decisiones a la hora
de realizar un currículum. Scriven por su parte opta por analizar también las metas y no
limitarse a trazar objetivos, tomar en cuenta a los consumidores y la valoración de los
programas. Delimita la definición de evaluación y realiza distinciones de conceptos
(diferencia los objetivos de las funciones de la evaluación: evaluación formativa y sumativa,
evaluación y estimación de la consecución de objetivos), que hoy en día se siguen
utilizando. Para él, el objetivo se refiere al valor del producto, de un proceso o una actividad,
en cuanto a la función, pueden ser muchas y están encaminadas al uso que se les de por
los evaluadores. La evaluación formativa contribuye a la mejora del programa, la sumativa,
tiene que ver con la eficacia de la misma. Concordando en sus observaciones, creo que se
deben tomar en cuenta situaciones no previstas, así como la ética del evaluador para tomar
decisiones, hacer caso omiso de las necesidades del consumidor puede ocasionar serias
consecuencias; como sucede actualmente, donde se siguen proporcionando diseños de
evaluación sin tomar en cuenta el contexto donde se va a aplicar.
Gimeno Sacristán se basa en las teorías de Tyler, para crear una teoría respondente, que
toma muy en serio el estudio de los resultados, pero también los antecedentes, el proceso,
las normas y los juicios, entre otros, además sugiere la comunicación entre el evaluador y la
audiencia, con el fin de descubrir, investigar y dar solución a los problemas.
Se puede observar así, que a partir de los 60 y 70 el concepto de evaluación cambia para
estudiarlo desde diferentes perspectivas y bajo nuevos parámetros.
Siguiendo con los estudios, surge un nuevo modelo llamado iluminativo, que es
consecuencia de la reunión de varios evaluadores, quienes hacen observaciones bastante
contundentes sobre el modelo de Tyler, aludiendo sobre el descuido de la evaluación del
aprendizaje y el comportamiento de los estudiantes; realizan métodos cuantitativos y
cualitativos y agregan conceptos como sistema de enseñanza y medio del aprendizaje, pese
a sus esfuerzos, ignoraron los problemas escolares, las cuestiones de investigación, la
comunicación deficiente entre ellos, etc., este modelo es poco utilizado, ya que el profesor y
los alumnos los reordenan o los redefinen.
Tal vez por mi formación como diseñador, coincido con la propuesta de Elliot Eisner en el
sentido de que la enseñanza es como el arte, menciona una experiencia directa con el
medio y una preparación teórica bien desarrollada; es importante lo que señala ya que el
medio de aprendizaje se da en la escuela, donde confluyen las redes sociales, psicológicas,
institucionales, entre otras. El evaluador debe preocuparse por el proceso que se lleva a
cabo en el ambiente de aprendizaje, con la interpretación de los contenidos de evaluación
por parte de profesores y alumnos. Para ello se puede valer de la observación, las
entrevistas, los cuestionarios, los tests, las fuentes documentales y el análisis de antecedentes,
se puede notar que su teoría está más enfocada al trabajo del profesor en relación con el
alumno.
Para Stenhouse, quien hace comentarios de la mayoría de los teóricos nombrados, señala
que la evaluación debe guiar el desarrollo curricular e integrarse en él.
Stufflebeam distingue cuatro tipos de evaluaciones durante el proceso, que va desde la
creación hasta la aplicación del diseño: uno sería la evolución del contexto, la de la entrada
de insumos (que pueden ser una especie de diagnóstico) y la evaluación del proceso.
En cuanto al proceso curricular, se pueden hacer una distinción entre evaluación de la
eficiencia y evaluación de la eficacia. En el caso de la primera, se puede evaluar la eficiencia
de un programa o un plan mediante el grado en que los recursos fueron aprovechados en
las actividades realizadas, la eficacia por su parte nos indica si se satisfacen o no las
necesidades seleccionadas.
Para la evaluación interna de la eficiencia y la eficacia del currículum es necesario tomar en
cuenta algunos principios pedagógicos como: congruencia, factibilidad, tener continuidad,
integración y vigencia. No se debe descartar el rendimiento académico, la contrastación de
resultados con otras instituciones educativas, el análisis de las funciones del egresado, el
mercado de trabajo y la solución de problemas en la comunidad
La evaluación externa se refiere al impacto social que tiene el egresado, y que consiste en
hacer un análisis de sus funciones, si realmente está realizando actividades acordes con lo
que estudió, y qué materias funcionales se pueden adaptar al plan, hacer un seguimiento de
las áreas donde se insertó como profesional, obtener un índice de desempleo de los
egresado en comparación con otras escuelas, la relación entre el egresado y los problemas
reales que resuelve, entre otros, Todo ello, tomando en cuenta los criterios de presentación
y comunicación, criterios psicológicos y epistemológicos y sociales. Tomando en cuenta la
amplitud de estudio, se puede deducir que la evaluación puede presentar muchas variables,
ya que intervienen muchos factores, entre ellos, la conducta, la instrucción y la población.
Ahora bien, para evaluar un currículum se deben tomar en cuenta datos de juicios,
opiniones, observaciones del programa y sus agentes en acción, y productos de los
alumnos. La evaluación continua puede darse a partir del diseño de un programa de
evaluación externa, la que a su vez se basará en un programa de evaluación interna con el
fin de obtener un programa de estructuración basado en las dos evaluaciones mencionadas.
Para finalizar este apartado, se pueden sugerir los pasos siguientes para llevar a cabo una
evaluación: se tienen que identificar los niveles de concreción curricular, la misión y visión
de la institución, los objetivos de la carrera o plan de estudios, el perfil del egresado. En esta
misma línea analizar la congruencia y la vigencia de los objetivos curriculares y del
programa específico. Determinar la viabilidad del programa a partir de los recursos humanos
y los materiales existentes y, por último analizar las variables curriculares que incluyen las
que ya se habían mencionado: la de conducta, instrucción y población.
Después de tener un panorama general de los modelos y sus cambios, se puede decir que,
la evaluación curricular es un proceso sistemático que posibilita valorar el grado de éxito de
los medios, recursos y procedimientos para ver si cumplieron los fines y metas de una
institución o sistema educativo. La medición puede ser cualitativa y cuantitativa, y los
resultados obtenidos permitirán tomar decisiones sobre aspectos a corregir.
La evaluación curricular se origina cuando se reestructura un sistema educativo o se bien
cuando se va a crear un nuevo plan. Referente a su aplicación se llevará a cabo dependiendo
de la etapa de desarrollo del proyecto, de lo que se quiere evaluar, de la información que se
quiere obtener y del método utilizado.
Algo que no debe olvidarse es que, la evaluación curricular debe planificarse, especificarse y
trazar sus objetivos basado en las necesidades sociales, en el mercado de trabajo, en las
características de los alumnos, etc., conviene hacerla de manera continua para detectar
errores que se puedan corregir y no esperar al final del proyecto. Para evitar el involucramiento
de intereses personales o institucionales se recomienda inmiscuir a aquellos que lo llevarán
a cabo: profesores, alumnos, evaluadores, administrativos, etc.
Los estudios realizados sobre la evaluación deben ser objetivos, confiables, relevantes,
costeables, con cierta duración y eficiencia.

Opinión personal
Es importante conocer los antecedentes de la evolución del currículum para darse una idea
de los fines que éste tenía y los cambios que ha sufrido en cuanto a su definición y
concepción del mismo. Es de gran relevancia también advertir los estudios que han hecho
los especialistas del tema para tratar de aclarar o contribuir con sus teorías para que la
evaluación curricular sea cada vez más completa y se adapte a las necesidades de los
elementos involucrados. Dicha evaluación es muy compleja, de ahí que se requiera de
mucha investigación, verdadera dedicación y compromiso para llevarla a cabo, ya que de
ella dependen las decisiones que se tomen en beneficio o en perjuicio de la educación. Las
estadísticas y las observaciones hechas en la vida cotidiana nos muestran, que la mayoría
de los alumnos egresados de una licenciatura con intenciones de ingresar al área laboral no
están capacitados para insertarse en el medio y, si tienen suerte de lograrlo, les lleva tiempo
adaptarse a él, otros, en su caso, terminan realizando labores que nada tienen que ver con
lo que estudiaron; de ahí la importancia de tomar muy en serio la evaluación del egresado.
En cuanto a los alumnos de nivel básico (primaria y secundaria) llegan al nivel medio
superior o superior, sin saber leer o comprender la información, lo que lleva a cuestionarnos
si realmente la evaluación que se realizan los profesores o encargados es la correcta. En
este sentido, en nuestra labor como docentes, no debemos ser ajenos a su realización,
puesto que la misma vocación nos involucra a estar bien informados y tener un sentido
crítico para saber reconocer cuando una evaluación no se presta para llevarla a cabo en la
institución donde uno trabaja, tomar la iniciativa para proponer evaluaciones acordes a las
circunstancias y necesidades de nuestros estudiantes y a las exigencias de nuestra
sociedad, tan cambiante y vertiginosa hoy en día.
Conclusiones
Los antecedentes de la evaluación curricular se remontan a la antigua China con las
evaluaciones a los ministros de la corte, a la enseñanza en Grecia y posteriormente a la
Edad Media, en las universidades eclesiásticas para el ingreso de profesores y alumnos.
Stufflebeam y George Manaus hicieron una clasificación de los modelos tomando como
referencia el diseño de Tyler. Antes de él, todos los tests y exámenes fueron considerados
pretylerianos, y se basaban en obtener información de programas socioeconómicos, de los
gastos públicos, cuestiones políticas, entre otros. La información obtenida tenía un carácter
más administrativo y comercial, o bien servía para medir la eficacia.
El modelo propuesto por Tyler a principios del siglo XX tenía como objetivo medir el
rendimiento de los alumnos estadounidenses para insertarse en la producción industrial. Su
proyecto evaluativo fue bien acogido por la época e influenció en los años siguientes.
Para algunos teóricos como Stufflebeam y Shinkfield, Conbach, Goba y Lincoln, Stenhouse,
entre otros, el diseño de Tyler resultaba demasiado sistemático, de manera que cada uno de
ellos hizo sus observaciones y aportaciones sobre el tema, incluso desde una perspectiva
científica, para ir comprendiendo mejor que es la evaluación curricular, cuáles deben ser
sus fines, en qué debe basarse, la delimitación, los alcances que debe tener, etc.
A medida que han pasado los años y se han ampliado los estudios sobre la evaluación
curricular, desde el terreno psicológico, psicodidáctio y epistemológico, también se han
extendido los elementos que se deben tomar en cuenta, así como los factores sociales,
económicos, políticos y culturales que pueden repercutir en la elaboración de una evaluación
más cercana a los requerimientos de una sociedad cada vez más exigente por los cambios
tan vertiginoso que se han suscitado en los últimos años.

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