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Saara Nousiainen
Aclarando
Este libro fue adaptado a partir del primer Módulo del Programa Cinco
Minutos de Valores Humanos para la Escuela y representa un curso básico de
valores humanos para niños, jóvenes y también adultos. En él, tuvimos el
cuidado de incluir al final de las clases, ejercicios de relajación con visualización
de naturaleza positiva, y también pequeñas oraciones dirigidas al Creador, son
enfocadas para cualquier religión, cuando se refiere a contenidos de
religiosidad.
Contiene 42 clases con duración aproximada de una clase normal, para ser
administradas semanalmente.
Instrucciones al profesorado
Todo el contenido de las clases está listo para ser presentado, solo es
necesario que el profesor lea y atienda a las orientaciones puntuales, que están
en cursiva.
La lectura debe ser lenta, muy despacio, y las palabras bien pronunciadas,
para que todos puedan entender y asimilar bien su contenido.
En las orientaciones puntuales en cursiva, cuando se dice El profesor debe
socializar el tema, eso significa que él debe involucrar a los presentes en la
conversación, incentivando respuestas, comentarios y opiniones. Debe, sin
embargo, respetar la opinión y el pensamiento de cada uno y tener cuidado
para que las divergencias entre unos y otros no desemboquen en discusiones
que solo perjudicarían la reunión y amargarían el clima en clase. En situaciones
de divergencia, jamás debe criticar a alguien, pero debe respetar y hacer
respetar el pensamiento de todos.
En la mayoría de las veces, cuando se pide para incentivar respuestas, las
respuestas esenciales son presentadas en seguida para facilitar.
El profesor debe también estar atento al horario, no permitiendo
participaciones largas de los presentes.
En los ejercicios de relajación con visualizaciones, la lectura debe ser aún
más lenta y pausada.
Es importante que la oración que hacemos al finalizar la clase se haga en
voz alta por una persona y que las otras la acompañen solo con el pensamiento.
Así es más fácil para que todos se concentren en las ideas de la oración.
El amor universal es una fuerza que surte varios efectos. Uno de esos
efectos es la solidaridad. ¿Quién de vosotros sabe que es eso?
El profesor debe incentivar respuestas.
Hoy vamos a hablar sobre los otros tipos de amor, como aquel que hay
entre hermanos.
Muchos hermanos, pelean algunas veces y creen que no se quieren, pero, si
uno de ellos enferma o tiene algún problema grave, los otros perciben luego lo
mucho que lo quieren. Es muy importante que los hermanos siempre intenten
cultivar la amistad entre sí.
Otro tipo de amor es el que hay entre padres e hijos. Ese es de los más
fuertes y profundos.
La naturaleza es tan sabia, que puso mucho amor en los corazones de los
padres por sus hijos y, también en los corazones de los hijos por sus padres.
Esto se da porque los niños llegan al mundo completamente necesitados de
quien cuide de ellos, y, para cuidar de los niños, es necesario tener mucho amor
por ellos. Solo un amor muy grande puede llevar a una persona a cuidar de su
bebé, cambiar los pañales, alimentarlo, bañarlo, pasar noches despierto cuando
él enferma...
Millones de personas trabajan desesperadamente para conseguir mantener
a sus hijos.
También existen excepciones. Algunos padres no lo aguantan y se
marchan. Algunas madres abandonan al hijo recién nacido en cualquier lugar,
porque no se sienten en condiciones de criarlo.
Muchas personas también adoptan un niño y sienten por él el mismo amor
que sentirían si fuera su propio hijo.
Vamos ahora a hacer un ejercicio.
El profesor debe explicar que la respiración profunda es lenta, tranquila, y
es el abdomen el que infla y se retrae en los movimientos respiratorios, no el
tórax.
Vamos a cerrar los ojos y respirar profundamente varias veces para
relajarnos. (diez segundos)
Pensemos en nuestros padres, en nuestras madres o en aquellas personas
que cuidan de nosotros. Vamos a visualizarlos, como si los estuviéramos viendo.
(diez segundos)
Vamos a decirles, solo con el pensamiento: “Muchas gracias por cuidar de
mí. Te quiero mucho” (diez segundos).
Podemos abrir ahora los ojos, porque vamos a hablar sobre otro tipo de
amor, aquel que hay entre las parejas.
Ahí también vemos como la naturaleza es sabia, haciendo surgir amor en
los corazones de las parejas, porque ese es un sentimiento muy bueno, da
felicidad; también es muy importante para formar un hogar, tener hijos y cuidar
de ellos.
Es verdad que muchas parejas se pelean mucho y algunas acaban
separándose y en muchos casos terminan por formar otra familia, pero los
padres siempre siguen amando a sus hijos, aunque no estén viviendo juntos.
Una práctica muy importante en la relación familiar es el abrazo, pues se
trata de un cambio de energías del afecto, que hace mucho bien. Pero no es
necesario abrazarse a todas horas. Eso solo se debe hacer de vez en cuando,
para no aburrir.
A veces si damos un abrazo puede no ser bien recibido, porque no haya esa
costumbre en la familia. En esos casos es bueno repetir el abrazo de vez en
cuando para crear esa costumbre, que es muy buena y saludable.
También puede ocurrir que el abrazo no sea bien recibido por no haber sido
dado con amor, sino como broma. Por eso siempre es bueno recordar que lo
más importante es el sentimiento que acompaña a cualquier gesto.
Un abrazo afectuoso enriquece nuestro corazón con buenos sentimientos, y
nos da la impresión de que energías benéficas pasan a circular en nosotros.
Hay también un tipo de amor que es maravilloso por ser desinteresado, es
la amistad.
A nosotros nos gustan nuestros amigos no porque son feos o bonitos, ricos
o pobres... o porque son útiles para nosotros... Sencillamente a nosotros nos
gustan.
Entre amigos verdaderos no existe envidia, orgullo ni grandes amarguras.
Si peleamos con un amigo, quedamos muy tristes y con ganas de hacer las
paces.
Por el hecho de ser un sentimiento desinteresado, la amistad puede durar
la vida entera.
Es una felicidad tener amigos verdaderos.
El profesor debe pedir a los presentes que cuenten con los dedos cuantos
amigos poseen y alcen las manos para enseñar esa cuenta; debe también
explicar que no se trata de colegas, pero sí de amigos.
3ª clase – Responsabilidad
Pues bien, ¿quién de vosotros les dio los buenos días, a esas personas?
El profesor debe preguntar a los alumnos uno por uno e incentivar
respuestas.
¿Y nosotros? ¿Es que no podemos hacer alguna cosa para cambiar esa
situación, aliviar el sufrimiento de esas personas, aunque sea solo un poquito?
Podemos, sí. Podemos buscar alguna institución filantrópica seria, o una
ONG de respeto y ofrecer nuestra ayuda. Esa ayuda puede ser material, con
donaciones; y puede ser dada por la figura de un voluntario que contribuye con
su tiempo y conocimiento.
Pero, aquí mismo en nuestro país, también hay muchas personas viviendo
en la miseria. Hay niños pasando hambre; otros teniendo que trabajar desde
pequeños para ayudar en la manutención de su familia.
El profesor debe enseñar la foto y enfatizar la expresión de sufrimiento en
los rostros de estos niños que trabajan rompiendo piedras; observar el tamaño
del mazo en una mano tan pequeña.
El profesor debe incentivar a los alumnos para que opinen sobre los temas
que fueron tratados y conducir la conversación para un sano cambio de ideas.
Vamos a imaginar que estamos en una selva, sentados al pie de una gran
árbol, apoyados en su tronco. (cinco segundos)
Alrededor nuestro, el verde de la vegetación, y allá en lo alto podemos ver
el azul del cielo por entre las ramas de los árboles. (cinco segundos)
Vamos a inspirar el aire, despacio, intentando sentir el olor de las hojas de
los árboles, de la tierra y de las flores silvestres. (cinco segundos)
Intentemos oír con nuestra imaginación el canto de los pájaros, el sonido de
las hojas que se tocan al acariciarlas la brisa y un poco más lejos el sonido del
agua de un riachuelo, corriendo por entre las piedrecillas de su lecho. (cinco
segundos)
Estamos en plena naturaleza, sintiendo esa paz, tranquilidad y alegría...
(cinco segundos)
Vamos a reflexionar sobre lo que significa “amar y respetar la naturaleza”.
(veinte segundos)
Ahora debemos volver tranquilamente aquí, a nuestro ambiente y abrir
despacio nuestros ojos.
El profesor debe preguntar a cada uno si consiguió realizar bien el ejercicio
e incentivar a los alumnos a que hablen, cada cual, sobre la experiencia vivida.
¿Quienes de vosotros recordó saludar a las personas con un: Buenos días,
buenas tardes o buenas noches?
El profesor debe incentivar respuestas.
Y, en cuanto a los abrazos de que hablamos en otro encuentro ¿a quienes
de vosotros le gusta dar o recibir un abrazo?
El profesor debe incentivar respuestas.
¿Qué tal si practicamos ahora la terapia del abrazo? ¿Alguien sabe que es
eso?
El profesor debe incentivar respuestas.
La terapia del abrazo es solamente abrazar a quién está cerca de nosotros.
¿Vamos a hacerlo? ¿Vamos a abrazarnos?
El profesor debe incentivar a los alumnos para que se abracen, pero sin
forzar cualquier situación. Si alguien no quiere participar, es muy importante NO
FORZARLE.
Geraldino era un niño muy feliz, hasta que nació su hermanito, Tiago.
Antes de nacer Tiago, Geraldino era hijo único. Sus padres le compraban
regalos, cuando económicamente podían, y lo llevaban a la playa, al circo y a
muchos otras diversiones que él adoraba, pero, después que nació su
hermanito, adiós paseos y juguetes, porque el dinero solo llegaba para los
gastos del bebé.
Por si fuera poco, la madre no tenía tiempo para él, pues necesitaba cuidar
de Tiaguinho, que daba mucho trabajo.
Geraldino percibía también que nadie le prestaba atención. Cuando venían
visitas, todos estaban pendientes del bebé... y los regalos eran también para el
pequeñín.
Geraldino iba pensando en esas cosas al volver de la escuela, se sentía
abandonado e infeliz, pero, además de tener esos sentimientos, percibió que
sentía rabia hacia su hermano... mucha rabia. No conseguía entender porque la
vida le llevó a esa situación.
Cierto día, Tiaguinho amaneció con fiebre; vomitaba mucho, dejando a sus
padres bastante preocupados, y Geraldino empezó a pensar que, si su hermano
se moría, las cosas volverían a ser como antes.
Geraldino sabía que ese era un pensamiento pésimo, horrible, pero no
conseguía quitarse esa idea de la cabeza.
Aquella noche tuvo un sueño: Iba andando por un lugar desierto y muy
oscuro. Estaba con mucho miedo. De repente empezó a oír gritos extraños, no
sabía de dónde venían. Intentó huir, pero no conseguía salir del lugar, era como
si estuviera pegado al suelo.
Su miedo iba aumentando más y más. Quiso gritar, pidiendo socorro, pero
la voz no salía de su garganta. Estaba horrorizado, muy asustado.
De repente, recordó lo que le dijo su madre, cierta vez: “Hijo, si alguna vez
estuvieses en una situación muy difícil, recuerda pedirle ayuda a Dios. Él
siempre nos socorre en los momentos de aflicción”.
Pero, ¿cómo podría él pedir ayuda a Dios, si estaba deseando la muerte de
su propio hermano?
Se sentía culpable, sin perdón. Pero el miedo era tan grande que se
arrodilló en el suelo, cerró los ojos y pidió:
– Dios mío, perdóname... perdóname... y ayúdame...
Se quedó así por algún tiempo, llorando y pidiendo perdón y ayuda. De
repente percibió que estaba más calmado. Abrió los ojos y vio que había una
suave claridad en el ambiente y un joven le miraba con expresión de pena.
– Hola, Geraldino, – le dijo el muchacho. – ¿Has visto el resultado de tus
malos pensamientos?
– ¿Cómo sabes mi nombre? – preguntó, asustado.
– No te preocupes por eso. Preocúpate de ti mismo y de los malos
pensamientos que vienes acumulando.
Geraldino quedó aún más asustado. Aquel extraño ¿cómo, podía saber sus
pensamientos?
Sin importarle su reacción, el joven siguió:
– ¿Sabes que produjo toda esa oscuridad? Fue tu conciencia, los
pensamientos malos que tuviste con relación a tu hermano. ¿Sabías que cada
pensamiento malo que desarrolles representa un punto oscuro más en tu
conciencia? Pues así es. Desde que Tiaguinho nació, ya creaste tantos puntos
oscuros en tu conciencia que acabó quedándose en la oscuridad.
Geraldino estaba atónito. Muy preocupado, preguntó:
– ¿Qué puedo hacer para salir de esa sombra, de esa oscuridad?
– Es fácil. Todo pensamiento bueno, todo sentimiento de amor y toda buena
acción que practicamos representan un puntito de luz en nuestra conciencia.
El joven sonreía de nuevo y se alejó rápidamente, dejando a Geraldino otra
vez solo, pero ahora no tenía miedo. Ahora sabía cómo debería proceder, no
quería tener la conciencia en la oscuridad.
Estaba tan despistado con sus pensamientos que le costó percibir que ya
estaba despierto y que todo había sido una pesadilla... ¿Un sueño malo? No,
claro que no. fue un sueño muy bueno porque hizo que él percibiera el mal que
se estaba haciendo a sí mismo.
Se levantó, fue hasta la cuna de Tiaguinho y se quedó mucho tiempo
mirándole. Parecía un angelito durmiendo... Era su hermano y estaba enfermo.
¿Iba a morir? Esa pregunta golpeó el alma de Geraldino. Ahora no quería que su
hermanito muriera. Quería que viviera y creciera luego para que pudieran jugar
juntos.
Se arrodilló al lado de la cuna e hizo la oración más sentida de su vida,
pidiendo a Dios que curase a Tiaguinho.
Su oración fue tan sincera y con tanto fervor que consiguió apagar casi
todos los puntos oscuros que creara en su conciencia con sus malos
pensamientos y sentimientos.
Al día siguiente, Tiaguinho despertó sin fiebre y parecía estar muy bien.
A partir de ese día, Geraldino cambió mucho. Pasó a ser más afectuoso,
más fraterno, y a tener mucho cuidado para no actuar en desacuerdo con la
Gran Ley.
El profesor debe incentivar a los alumnos a que opinen sobre los temas que
fueron tratados y conducir la conversación para un sano cambio de ideas.
5ª clase – Ambición
Vamos ahora a cerrar los ojos y respirar profundamente varias veces para
armonizarnos... (veinte segundos)
Imaginemos que estamos en la cumbre de una alta montaña... (cinco
segundos)
Allí podemos sentir la paz de las alturas, las caricias de la brisa a lo largo
del cuerpo y la presencia grandiosa de la naturaleza... (cinco segundo)
Cada uno de nosotros va intentar sentir esta paz en todo su ser... (tres
segundos), paz en su corazón... (tres segundos), paz en su mente... (tres
segundos), paz en todo su cuerpo... (cinco segundos)
Ahora que estamos así, tan en paz, vamos a involucrar a nuestro planeta y
a toda la humanidad en ese sentimiento.
Vamos a decir mentalmente, pero intentando sentir lo que decimos: Tierra
en paz... (tres segundos), Tierra en paz... (tres segundos), Tierra en paz... (tres
segundos)
7ª clase – No violencia
¿Quién de vosotros recuerda saludar a las personas, ser más cariñoso, más
fraterno, de dar un abrazo...?
El profesor debe incentivar respuestas.
Otro ejemplo de lucha sin violencia fue lo que ocurrió en los Estados
Unidos en la mitad el siglo pasado. La situación de los negros en el sur de
Estados Unidos era muy mala, porque estaban discriminados por los blancos.
Ellos tenían prohibido entrar en determinados restaurantes y lugares públicos.
Los niños negros no podían frecuentar las mismas escuelas que los blancos, y
un hombre negro podía incluso ser asesinado por mirar una mujer blanca o
conversar con ella.
Los negros no tenían derecho a voto en las elecciones, y en los autobuses
ellos solo podían ocupar los asientos del fondo de los vehículos. Si el autobús
iba completo, los negros que estaban sentados tenían que levantarse para
ceder sus asientos a los blancos.
Eran frecuentemente humillados y agredidos por racistas blancos.
Es triste ver a seres humanos tratando a otros seres humanos con tanta
crueldad, solo porque el color de la piel es diferente. ¿Verdad?
En 1955, en la ciudad de Montgomery, en el estado de Alabama, una mujer
negra, Rosa Parks, recibió orden de un conductor de autobús para ceder su
asiento a un pasajero blanco. Ella se negó y a causa de eso la enviaron a
prisión.
Ese incidente llevó a la población negra a boicotear durante un año, los
autobuses de la ciudad, los negros de Montgomery se negaron a utilizarlos.
Sus desplazamientos los hacían andando, en bicicleta…, como podían, pero
no se subían a un autobús.
Podemos ver lo importante que fue esto, pues los negros encontraron una
forma de luchar sin violencia contra aquella situación, y quien coordinó esa y
muchas otras luchas por sus derechos, fue el abogado y pastor de la Iglesia
Batista, que también era negro, Martin Luther King Jr.
Ese hombre lideró protestas contra la discriminación racial sin emplear la
violencia, pero lo encarcelaron, a su familia la amenazaron de muerte y su casa
fue destruida.
En 1964 ganó el Premio Nóbel de la Paz, debido a su lucha pacífica por los
derechos humanos y de forma especial por los de los negros americanos.
En 1968 le dispararon y le mató un hombre de raza blanca. Su asesino fue
encarcelado y condenado a 99 años de prisión.
Martin Luther King Jr. fue una persona admirable, que luchó y venció
muchas luchas sin usar la violencia.
Y por hablar en paz, ella tiene varias caras: está relacionada a la propia
persona; puede referirse a la familia, al barrio, a la ciudad, al país... y también a
nuestro planeta. También puede ser individual o colectiva.
Vamos a conversar sobre la paz individual.
¿Quién sabe decir que significa paz individual?
El profesor debe incentivar respuestas.
Podemos entender la paz individual como un estado espiritual sin ira, sin
desconfianza, y sin esos sentimientos negativos que las personas acostumbran
a guardar en su corazón, como los celos, la envidia y el odio.
La paz es una condición interior de tranquilidad, de no violencia.
Muchas personas consiguen mantener esa paz interior, a pesar de
situaciones complicadas. Algunas otras se sienten presionadas, por cualquier
cosa, y otras, peor aún, se vuelven agresivas por cualquier motivo.
¿Alguno de vosotros sabe decir por qué la paz es tan importante?
El profesor debe incentivar respuestas; preguntando a los alumnos a cuál
de ellos le gusta presenciar una pelea en casa, ver a personas que están siendo
agredidas y golpeadas, o saber de guerras en las cuales mueren millares de
personas inocentes, etc.
Podemos decir que la paz es importante por todas estas razones, porque
en lo opuesto, está la violencia, la agresión, la guerra... que sólo trae daño,
angustia y sufrimiento... mucho sufrimiento.
La violencia es una fuerza destructiva. Es contraria al derecho y a la justicia.
Y la paz es un estado beneficioso, permite la construcción del bienestar y
de la alegría. La paz sólo nos proporciona el bien. Agredir golpear
Vamos a cerrar los ojos ahora y respirar profundamente varias veces para
armonizarnos... (veinte segundos)
Imaginemos que estamos en la cumbre de una alta montaña... (cinco
segundos)
Aquí se puede sentir la paz de las alturas, la caricia de la brisa en nuestro
cuerpo y la presencia grandiosa de la naturaleza... (cinco segundos)
Intentemos sentir esa paz en todo nuestro ser... (tres segundos), paz en
nuestro corazón... (tres segundos), paz en nuestra mente... (tres segundos), paz
en todo nuestro cuerpo... (cinco segundos)
Ahora que estamos así, en paz, vamos a involucrar a nuestro planeta y a
toda la humanidad en ese sentimiento.
Vamos a decir mentalmente, pero intentando sentir lo que decimos: Tierra
en paz... (tres segundos), Tierra en paz... (tres segundos), Tierra en paz... (tres
segundos)
Hoy vamos a reflexionar sobre la paz para los demás; cuando ella parte de
nosotros en dirección a los otros, en una especie de donación que podemos
hacer.
Antiguamente se usaba un saludo muy bueno y bello: “La paz esté contigo”
o “La paz esté en este hogar”. Desafortunadamente está en desuso, o sea, no
se utiliza ahora.
Cuando decimos de corazón, “la paz esté contigo”, estamos deseando paz
al otro y, al mismo tiempo, creando en nosotros mismos, un estado de paz.
¿Queréis hacer un experimento?
El profesor debe acercarse a algunos alumnos, uno por uno, mirándolos con
cariño, y decirles: “La paz esté contigo”. En seguida, debe preguntar cómo se
sintieron al recibir esa influencia de sentimiento de paz.
Ahora, vosotros vais a mirar al que esté más cerca vuestra y, sin bromas, le
dirá de todo corazón: “La paz esté contigo”.
El profesor debe incentivar esa acción, pero sin forzar a nadie.
Otra forma de desplegar paz hacia los demás, es estando nosotros mismos
en paz. Así, los otros van a contagiarse con ella, pues, la presencia de personas
agresivas, violentas y malhumoradas, es muy desagradable.
Por esa razón, a todos nos gustan las personas que cultivan la paz interior,
ya que son afectuosas y respetuosas.
9ª clase - La mentira
Ana Rosa era una chica inteligente, estudiosa y educada. Era hija de un
empresario con éxito en los negocios y que viajaba mucho. La madre era
médica y pasaba gran parte de su tiempo en el hospital. A causa de eso, la
chica veía poco a sus padres.
Todo empezó con una pequeña mentira aquí, otra allí, y luego… luego la
chica ya mentía tanto en las pequeñas, como en las grandes cosas.
Los compañeros siempre le decían que un día iba a tener problemas a
causa de eso, pero a Ana Rosa le estaba gustando mucho lo que entendía era
solo una broma.
Cierto día, como el padre estaba viajando y la madre de guardia en el
hospital, ella pensó que podría ir al cine con las amigas al salir de la escuela.
Llamó a su casa y, mintiendo, le dijo a la cocinera que iría a comer en casa de
una amiga y pasaría la tarde con ella, pero, así que salió a la calle, la
secuestraron dos hombres y una mujer y fue llevada a su cautiverio. Allí, ella
consiguió oír una conversación entre los secuestradores y reconoció la voz de
uno de ellos. Era Antonio, que había sido jardinero en su casa.
Ana Rosa era lista y consiguió coger el móvil de la mujer que la vigilaba, sin
que esta lo percibiera. Llamó a su casa y fue la cocinera quien contestó,
hablando bajito, informó que había sido secuestrada, pero la cocinera sonrió y
colgó el teléfono. Ana Rosa entendió que la cocinera pensó que ella estaba
mintiendo, como solía hacer. Se desesperó, pero tenía que devolver el móvil, ya
que la mujer volvía.
Fueron doce días de cautiverio en condiciones muy precarias. En aquella
triste situación y con miedo de que la mataran los secuestradores, Ana Rosa
tuvo mucho tiempo para reflexionar. Si no hubiera sido una persona mentirosa,
la cocinera le hubiera prestado atención y ella le podría haber informado que
Antonio era uno de los secuestradores. Con esa información, la policía hubiera
tenido más facilidad para encontrarla, pero ahora... ¿qué sería de ella?
Finalmente fue localizado el lugar donde la tenían secuestrada y ella quedó
en libertad, pero dejó de ser la chica mentirosa de antes. Ana Rosa aprendió la
lección.
Ahora vamos a relajarnos... cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces
para armonizar nuestros ritmos internos... (Quince segundos).
Vamos a imaginar que estamos en una selva, sentados al pie de un gran
árbol, apoyados en su tronco. (Cinco segundos)
Alrededor de nosotros, hay el verde de la vegetación, y, en lo alto, podemos
ver el azul del cielo por entre las ramas de los árboles. (Cinco segundos)
Vamos a inspirar el aire, calmamente, intentando sentir el olor de las hojas
de la arboleda, de la tierra y de las flores silvestres. (Cinco segundos)
Intentemos oír con nuestra imaginación el canto de los pájaros, el sonido de
las hojas que se tocan al sabor de la brisa y un poco más lejos el sonido del
agua de un riacho, corriendo por entre las piedrecitas de su lecho. (Cinco
segundos)
Estamos en plena naturaleza, sintiendo paz, tranquilidad y alegría... (Cinco
segundos)
Vamos aprovechar este momento para una oración: “Dios, nuestro Padre,
queremos agradecerte por todas las bendiciones recibidas; por el amor, por la
amistad... Y te pedimos protección y apoyo para nuestros familiares y a todos
que estén sufriendo; pedimos también por la humanidad, para que se vuelva
más fraterna y más justa. Así sea.”
Vamos ahora volver calmamente a nuestro ambiente y abrir tranquilamente
nuestros ojos.
El profesor debe preguntar a cada uno si consiguió realizar bien el ejercicio
e invitar a los presentes a que intenten practicar la compasión también en los
colores rojo y verde.
Hoy vamos hacer una relación de los valores que ya fueron tratados en
nuestros encuentros.
Siempre que sea posible o viable, el profesor debe incentivar comentarios
y/o socializar los temas.
Vamos ahora a relajarnos... cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces
para armonizarnos.... (Veinte segundos)
Imaginen que vosotros se encuentran en el campo... (Cinco segundos)
Hay arbustos floridos alrededor... (Tres segundos)
Mirando hacia arriba, vosotros ven el cielo, muy azul, con algunas nubecitas
llevadas suavemente por la brisa... (Cinco segundos)
Vosotros ven flores y nubes... Las flores nos hablan en alegría y amor... Su
vibración nos transmite ternura y contentamiento... (Cinco segundos)
Las nubes, pasando, indican que hay cielo, hay luz, hay vida que brilla en
otras infinitas dimensiones... (Cinco segundos)
Una su alma, su mente, su espíritu en esa luz... Luz de Dios que está en las
flores y además de las flores; que está en las nubes y además de las nubes; que
está en el azul del cielo y además de ese azul... (Cinco segundos)
Repita mentalmente las siguientes palabras, intentando sentirlas en toda su
profundidad:
De la mente divina, luz infinita, fluya luz para mi mente... (Cinco segundos).
Que mi mente se ilumine y se ennoblezca en esa luz... (Cinco segundos).
Que esa luz divina recorra todo mi ser, para que yo vibre en la paz y en la
armonía... (Cinco segundos).
Del corazón del universo, fuente infinita y eterna de amor, fluya amor para
mi corazón... (Cinco segundos).
Que mis sentimientos se engrandezcan en ese afecto de Dios, en ese afecto
que vibra en todo el universo, dando a todo y a todos, razones para existir...
(Cinco segundos)
Que ese afecto ocupe todos mis espacios interiores... (Cinco segundos)
Paz y armonía en todo mi ser. (Cinco segundos)
Sugerencia: cerrar la reunión con una oración, pidiendo a Dios para que
cuide de todos los presentes, ayudándoles a vivir siempre en de acuerdo con la
Gran Ley; a que desarrollen sentimientos nobles y fraternos; agradecer a Dios
por todas las bendiciones recibidas, por la familia, por el amor, por la amistad;
pedir protección y apoyo a los familiares y a quién esté en dificultades; solicitar
ayuda divina para toda la humanidad, para que se vuelva más fraterna y más
justa.
Para terminar, vamos a generar una buena energía para nuestro planeta.
Entonces, vamos a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces para
relajarnos. (Diez segundos)
Vamos a imaginar que estamos en una nave espacial parada a gran altura y
de donde vemos la Tierra girando lindamente en el espacio. (Diez segundos)
Pensemos ahora con mucho amor en nuestro planeta, como si lo
estuviéramos abrazando con mucho cariño. Al final, se trata de nuestra casa
cósmica, ¿Verdad? ... (Cinco segundos)
Pensemos en las bellezas de la naturaleza, en las matas verdes... (Tres
segundos), en los océanos azules... (Tres segundos), en los picos de hielo...
(Tres segundos), en las tierras fértiles donde son sembrados alimentos que
nutren a los seres humanos y muchos animales. (Cinco segundos)
Vamos a envolver la Tierra en un sentimiento de amor y de paz. (Diez
segundos)
Ahora vamos abrir los ojos y seguir sintiendo esos sentimientos tan buenos
que son el amor y la paz.
El profesor debe pedir a algunos de los presentes que preste por instantes
algo que esté con él, un libro, un bolígrafo, etc.; coger el objeto solicitado y
devolverlo, diciendo amablemente “muchas gracias”; preguntar a esa persona
cómo se sintió al recibir el agradecimiento; socializar la discusión, enfocando la
idea de que agradecer es bonito, enseña la buena educación de la persona,
que una persona educada siempre es más admirada y mucho más bien recibida
en cualquier lugar; invitar a los presentes a que pasen a usar siempre el
agradecimiento a partir de ese día, sin que se olviden de los saludos: Buenos
días, Buenas tardes y Buenas noches.
Pero existen también otras leyes o reglas de conducta, que son creadas en
las empresas, en las escuelas y hasta incluso en los hogares.
¿Quién sabe citar alguna de esas normas establecidas en su casa?
El profesor debe estimular respuestas.
Vosotros ahora van a relajarse... cerrar los ojos y respirar hondo algunas
veces para armonizarse.... (Diez segundos)
Piensen en sí mismos con mucho cariño. Imaginen sus cuerpos envueltos en
una luz suave, llena de paz. (Cinco segundos)
Sientan afecto por sí mismos... (Tres segundos)
Sientan respeto por sí mismos... (Tres segundos)
Piensen en sí mismos viviendo siempre de acuerdo con las leyes de Dios,
siendo honestos, fraternos y pacíficos. (Diez segundos)
Ahora voy hacer una oración y vosotros acompañan, sólo en pensamiento:
“Dios, nuestro creador, pedimos que nos proteja, a nosotros y a nuestros
familiares, y que nos conduzca siempre por caminos honestos, justos y
fraternos. Pedimos tu apoyo para la humanidad entera. Ayuda a los que están
sufriendo, a los que están enfermos y a aquellos que no tienen un hogar...
Pedimos también por los malos... ayúdalos a que comprendan sus errores y a
que busquen mejorarse. Finalmente te agradecemos por todo lo que la vida nos
da, pues sabemos que es ella, la vida, la gran escuela de nuestro espíritu... Así
sea.”
Entonces, vamos a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces para
relajarnos. (10 segundos)
Vamos a imaginar que estamos en una nave espacial parada a gran altura y
desde donde vemos la Tierra, girando rítmicamente en el espacio. (Diez
segundos)
Pensemos ahora con mucho amor en nuestro planeta, como si lo
estuviéramos abrazando con mucho cariño. Al fin y al cabo se trata de nuestra
casa cósmica, ¿no es verdad?
Pensemos en lo bella que es la naturaleza, las selvas verdes... los océanos
azules... las cordilleras nevadas... las tierras fértiles donde se siembran
alimentos que nutren a los seres humanos y a muchos animales. (Diez
segundos)
Vamos a envolver la Tierra en un sentimiento de amor y de gratitud. (Diez
segundos)
Ahora vamos a abrir los ojos y a continuar sintiendo ese sentimiento tan
bello que es el amor, en su forma universal.
Hoy vamos hablar sobre el respeto que debemos tener por algunas cosas,
tales como la vida, la naturaleza, por nosotros mismos, por los otros, por las
leyes, etc.
Vamos a empezar por el respeto a la vida. ¿Quién de vosotros sabe definir
qué es vida?
El profesor debe incentivar respuestas.
Es difícil definir qué es vida, pero sabemos que es una cosa maravillosa.
Podemos estudiar, jugar, divertirnos, abrazar nuestros padres y nuestros
amigos porque estamos vivos.
Para que haya vida en nuestro planeta, es necesario tierra, agua, aire y luz
del Sol.
La tierra produce las plantas.
El agua matar la sed de las criaturas vivas y sirve también de vivienda a un
gigantesco sistema de vida, tanto en el agua salada, o sea, en los mares y
océanos, cuanto en el agua dulce, en los ríos, lagos y estanques.
Cuanto al aire, nutre nuestras células con oxígeno. Las plantas, los
animales y las personas necesitan del aire para vivir. El aire también conduce el
sonido, el perfume de las flores y posibilita el vuelo de los pájaros y también de
los aviones.
Ya la luz del Sol realiza la fotosíntesis en las plantas. La fotosíntesis es uno
de los procesos biológicos más importantes del planeta. Fue ella que transformó
la Tierra en este lugar habitable donde vivimos.
Sugerencia: pedir a los niños para que siembren algunos granos de frijoles
a fin de que puedan observar cómo la vida se manifiesta, cuando hay
condiciones favorables. Ellos pueden sembrarlas, por ejemplo, en un vaso
descartable, dentro de un penacho de algodón; deben mojar diariamente el
algodón y dejar este material en un local donde haya claridad del Sol. Con
algunos días verán los granos crear raíces y crecer rápidamente.
Ahora vamos hablar sobre el respeto que debemos tener por nosotros
mismos.
¿Quién de vosotros sabe lo que significa que tengamos respeto por
nosotros mismos?
El profesor debe incentivar respuestas.
Esa narrativa nos enseña cómo es importante que estemos siempre atentos
para actuar de forma correcta y con honestidad.
En Brasil hay tanta corrupción porque nosotros permitimos y colaboramos
incluso hasta en situaciones que ni percibimos, como esa de la factura. Pero hay
muchas otras situaciones así. Digamos que vamos a una notaría a solicitar un
documento y el funcionario nos dice que, si pagamos una tasa extra, el
documento queda listo más deprisa. ¿Qué os parece? ¿Eso sería honesto?
El profesor debe incentivar respuestas y socializar el tema, recordando que
el pagamiento de esa tasa no deja de ser un soborno, ya que la notaría tiene
obligación de servir igualmente a todos y, con eso, a los otros que tendrán que
esperar el plazo normal para recibir su documento habrían quedado
perjudicados.
Muy bien, ahora vamos a cerrar los ojos y hacer algunas respiraciones
profundas para relajarnos. (Diez segundos)
Continuemos con los ojos cerrados, sintiéndonos muy relajados.
Pensemos ahora en nuestro planeta Tierra, tan lindo y tan maternal... (Tres
segundos) Pensemos en el cielo azul... (Tres segundos), en las matas verdes...
(Tres segundos), en el mar con sus olas acariciando la arena de la playa...
(Cinco segundos)
Sintamos amor por nuestro planeta... (Cinco segundos)
Vamos ahora a pensar en nuestra humanidad y enviar para todas las
personas de la Tierra un pensamiento de afecto y de paz... (Cinco segundos)
Vamos enviar ahora una vibración de alegría para todas las personas de la
Tierra... (Cinco segundos)
Vamos a imaginar que todas las personas que viven en la Tierra están
recibiendo ahora nuestras vibraciones de amor, de paz y de alegría. (Cinco
segundos)
Muy bien, podemos abrir los ojos.
Cassiana era una chica preguntadora. Ella todo observaba y quería saber el
porqué de cada cosa. Su padre, Neves, era funcionario público y la madre,
Miriam, trabajaba en una guardería para ayudar en los gastos de la casa.
Cassiana siempre iba a esperar a su padre al término del trabajo para
volver juntos.
Cierta tarde, cuando volvían para la casa, Cassiana preguntó:
– ¿Quién es aquella señora que bajó las escaleras con nosotros? ¡Qué
expresión orgullosa! Parecía la propia dueña del mundo.
– Es Gisa, una compañera del departamento – contestó su padre.
Cassiana hizo aire de censura y dijo:
– ¿Te fijaste en la ropa de ella, papá? Un vestido apretado en un cuerpo tan
gordo... Si ella es vanidosa como parece, debería hacer una dieta y no aumentar
el peso de aquella manera.
– ¿Qué es eso, hija? – dijo Neves. – ¿No sabes que es feo observar la vida de
los otros?
Como estaban cruzando una plaza, Neves paró, admirando el verde de los
arbustos y el colorido de las flores. Cassiana aprovechó para preguntar:
– ¿Gisa es rica, papá?
– No, hija, ella no es rica. El marido de ella gasta todo su sueldo con bebida
y borracheras. Lo que ella gana mal da para suplir los gastos de la casa.
– ¿Pero por qué entonces ella anda de aquella forma... en aquel lujo todo, y
con la nariz tan empinada como si fuera la dueña del mundo?
Neves pensó un poco y contestó:
– Hija, la mayoría de las personas intentan sacar de la vida el máximo de
placer que la vida les pueda dar. Gisa es vanidosa y le gusta aparecer. Ella se
realiza de esa forma.
– Pero, papá, si ella es pobre y, sin embargo, anda por ahí toda orgullosa
como si fuera una rica... eso es una mentira... es una farsa. ¿Cómo es que una
persona consigue sentir placer en una mentira así? ¿Será que ella consigue
engañarse a sí misma?
– Hija, todos nosotros vivimos aquello que tenemos en la intimidad de
nuestro espíritu. Si nuestro interior está lleno de vanidad, nuestra conducta
refleja esa vanidad. La humanidad es compuesta de espíritus más o menos
inmaduros; no todo el mundo se ocupa en analizar las cosas así como lo estás
haciendo. Las personas inmaduras, hija, tratan apenas de vivir, intentando
gozar con la mayor intensidad posible los placeres que la vida les pueda ofrecer.
– Entendí, papá.
Cassiana se calló por instantes y preguntó:
– ¿Cuál es la edad de Gisa?
– Creo que debe tener unos 35 años – contestó Neves.
– ¿Cómo es que ella puede ser inmadura, con esa edad?
– Hija, existen personas en edad madura que son tan inmaduras cuanto un
adolecente de diecisiete años, y existen niños que demuestran una madurez
propia de un adulto. Las personas son todas diferentes unas de las otras... Pero,
volviendo a la cuestión de los placeres, ¿sabes qué es publicidad engañosa,
verdad?
– Lo sé si, papá.
– Es lo mismo que ocurre con innúmeros placeres. Ellos nos parecen
inofensivos, pero, después de la inmersión en ellos, es que vamos a ver el
engaño, pero ahí ya es tarde. Y lo peor es que la mayoría de las personas no se
preocupa en seleccionar lo que sirve y lo que no es bueno.
– No entendí, papá.
Neves pensó un poco y contestó:
– Vea lo que ocurre con nuestra alimentación. Deberíamos comer para
nutrir el cuerpo, pero comemos para satisfacer el sabor.
– Ah, eso es verdad, papá – contestó Cassiana.
La niña continuó:
– Yo misma sé que debería comer verduras y frutas, pero no me gustan.
Mamá a veces me obligaba, pero terminó desistiendo. También sé que el
refresco es malo para la salud, pero no consigo almorzar si no hay...
– Así es, hija. Existen muchos placeres que nos perjudican, pero, como
somos inmaduros, a pesar de nuestra edad, seguimos sumergidos en ellos.
Después que su tía descubrió que está con cáncer, su madre y yo empezamos a
investigar sobre el tema y descubrimos cuán importante es la alimentación para
prevenir esa enfermedad*. Así, resolvimos tomar una decisión.
Con aire desconfiado, Cassiana preguntó:
– ¿Qué decisión fue esa?
– Nosotros llegamos a la conclusión de que no vale la pena alimentar
placeres perjudiciales. La salud es un bien muy valioso, y nosotros sólo
entendemos eso cuando nos enfermamos, o cuando se enferma alguien
próximo de nosotros. Por eso, vamos a cambiar nuestro estilo de vida, a
empezar por la alimentación. Sólo vamos a comer lo que sea sano.
Cassiana hizo cara de quien no le ha gustado la novedad. Se quedó
silenciosa por algún tiempo y después habló:
– No me ha gustado, papá. Pero mamá y tú tienen razón, y creo que la vida
es más valiosa que el placer de comer.
– No te preocupes, hija, contestó. Vas a sentir falta del refresco, pero sólo al
inicio, porque vamos sustituirlo por sumo de frutas. Y, cuanto a la comida,
estamos estudiando una serie de recetas muy saludables y ricas.
Cassiana miró a su padre y sonrió. Él era la persona a quien ella más
amaba. Sujetó su mano y volvieron a caminar hacia su hogar.
Vamos a seguir con esa narración en otra clase, porque ahora vamos hablar
sobre la dignidad. Vimos como Silvana, después de que se hizo rica, comenzó a
considerar a los antiguos amigos, indignos de estar en su casa.
¿Quién puede decir lo que es la dignidad?
La palabra dignidad viene del latín “dignitate”, la cual puede ser definida
como honradez, honra, nobleza de carácter, decencia, respeto a sí mismo;
también es aplicada para definir la forma como las personas deben ser tratadas
en sus derechos esenciales. En el mundo occidental, hay el concepto de que
todo ser humano, independientemente del color, raza, edad, sexo, clase social o
estado de salud físico o mental, posee el derecho a la educación, diversión,
salud, vivienda, al trabajo y a ser escuchado y respetado, en fin, ser tratado con
dignidad, como ciudadano.
¿Qué les parece la actitud de Bruno? ¿Será que él estaba correcto al pensar
que era más feliz cuando era pobre?
El docente debe incentivar respuestas y analizar el tema, recordando que la
riqueza, en sí misma, no es peligrosa, sino la forma en que sea utilizada.
El padre de Eduardo siempre le dijo que las leyes de Dios están grabadas
en nuestra conciencia, a causa de eso todas las personas saben siempre lo que
es correcto y lo que es equivocado. Decía también que lo más importante es
obedecer a esas leyes, porque la mayor riqueza de un ser humano es tener la
conciencia tranquila.
La familia de Eduardo era pobre, y él necesitaba trabajar para ayudar a
pagar los gastos de casa. Por eso tuvo que luchar mucho para conseguir
licenciarse en Derecho y llegar a ser juez.
Cuando eso ocurrió, hicieron aquella fiesta, hubo mucha alegría.
Pero cierto día llegó a sus manos, para analizar y juzgar, un proceso contra
el señor Gouveia, persona muy importante en la ciudad. Eduardo, o sea, el Dr.
Eduardo se quedó preocupado pues sabía que no sería fácil. De hecho, al día
siguiente recibió la visita del abogado del señor Gouveia pidiéndole que diera
por ganada la causa de su cliente.
Dr. Eduardo respondió, que juzgaría los hechos y actuaría con justicia.
El abogado le ofreció entonces, una importante cantidad de dinero para que
considerara inocente al señor Gouveia. Era mucho dinero, pero Dr. Eduardo se
negó a recibir el soborno e, indignado, amenazó con mandar que lo prendieran.
El abogado salió furioso, diciendo que, por eso el Dr. Eduardo, sería trasladado
hacia un pueblo, lo más lejano posible.
Enfadado y preocupado, Dr. Eduardo fue a buscar a su padre, que le dijo:
– Hijo mío, estoy orgulloso de ti. Es así como actúa una persona de bien,
una persona honesta, que tiene respeto por sí misma.
– Ya lo sé papá – contestó Dr. Eduardo. – Y aunque el señor Gouveia consiga
que me trasladen, al peor lugar del mundo, no me importa. Lo más importante
es estar con la conciencia tranquila.
¿Quién de vosotros cree que Dr. Eduardo hizo bien en rechazar aquella
cantidad de dinero, con la que quería el abogado sobornarlo?
Hoy vamos a hablar sobre la paz, recordando que ella necesita de algunos
pilares para sostenerla, tales como la afectividad, la alteridad y el respeto.
¿Vosotros saben por qué la afectividad es tan importante en la construcción
de la paz?
El profesor debe incentivar respuestas.
La alteridad es el respeto que debemos tener para con los otros, aceptando
las diferencias y aprendiendo a convivir bien con ellos.
Si afirmo que la Tierra es azul, y otros afirman que ella es verde, ellos
tienen todo el derecho de pensar así. Si me inclino por un equipo, debo respetar
a los que se inclinan por otros equipos y dejarlos en paz. Si tengo determinada
religión, no debo irrespetar las religiones de los otros. Si me gusta un
determinado color, necesito respetar el gusto de los otros que prefieren otros
colores. Eso es alteridad. ¿Ustedes entienden?
Todos somos diferentes, los unos de los otros, y eso es maravilloso. ¿Han
pensado cómo sería si todos fuésemos exactamente iguales, pensásemos de
igual modo, tuviésemos los mismos gustos y vistiésemos de la misma forma...?
Seríamos como un cardumen de peces, todos iguales... Sin gracia, ¿No es
verdad?
¿A quién de ustedes le gusta la música?
Muy bien, la música sólo existe porque hay siete notas musicales, que son
todas distintas unas de las otras. Toda música es hecha con esas notas. Por ser
diferentes, los compositores las juntan de forma armoniosa y ahí tenemos la
música.
El profesor debe pedir a los presentes para que sostengan un lápiz u otro
objeto con la mano; en seguida, debe preguntar como irían a sostenerlo si todos
los dedos fuesen iguales.
Como podemos ver, hasta los dedos de nuestras manos no son iguales. Así,
debemos entender la importancia de las diferencias entre las personas, porque
siempre todos tenemos alguna cosa a aprender unos con los otros.
Hasta mismo en las profesiones, las diferencias son fundamentales.
En una construcción de un edificio de departamentos, por ejemplo, es
necesario haber un ingeniero que sea el responsable por la obra, establecer
todos los cálculos, etc. Es necesario que haya albañiles, peones, electricistas,
fontaneros... y los agentes, que van a vender los departamentos.
En cualquier sector de la vida humana, es necesario haber diferencias para
que haya armonía. Siendo así, necesitamos respetar a los diferentes, intentar
aprender con ellos lo que ellos tienen de bueno para enseñarnos y aceptarlos
como son. Eso es alteridad.
En nuestro próximo encuentro, vamos a hablar sobre el respeto, que
también es uno de los pilares de la paz.
El profesor debe incentivar los presentes a que se manifiesten sobre los
asuntos que fueron tratados y conducir la conversación para un sano
intercambio de ideas.
Ahora vamos a relajarnos... cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces
para armonizar nuestros ritmos internos... (Veinte segundos)
Vamos a imaginar que estamos en una floresta, sentados al pie de un gran
árbol, apoyados en su tronco. (Cinco segundos)
Alrededor de nosotros, está el verde de la vegetación, y allá en el alto
podemos ver el azul del cielo por entre las ramas de las arboles. (Cinco
segundos)
Vamos a inspirar el aire, calmamente, procurando sentir el olor de las hojas
de la arboleda, de la tierra y de las flores silvestres. (Cinco segundos)
Intentemos oír con nuestra imaginación el canto de los pájaros, el sonido de
las hojas que se tocan con la brisa, y un poco más lejos el sonido del agua de un
riacho, corriendo por entre las piedrecitas de su lecho. (Cinco segundos)
Estamos en plena naturaleza, sintiendo paz, tranquilidad y alegría... (Cinco
segundos)
Vamos a reflexionar sobre lo que significa “amar y respetar la naturaleza”.
(Veinte segundos)
Vamos ahora a volver calmamente a nuestro ambiente y abrir
tranquilamente nuestros ojos.
El profesor debe preguntar a cada uno si consiguió realizar bien el ejercicio
e incentivar los presentes a que hablen sobre la experiencia que vivieron.
Hay mucho egoísmo en la Tierra, pero también hay mucha gente altruista, o
sea, lo contrario de egoísta. Hay personas que se preocupan con los otros, con
las dificultades y sufrimientos de los otros, y hacen lo que pueden para ayudar a
quien está en una situación peor.
No vale la pena ser egoísta. Quién sólo se ocupa consigo mismo no hace
por merecer la gratitud de alguien. Personas así, un día, van a sentirse solas, sin
tener a quién recurrir en una dificultad.
La vida es así como un camino. En la ida sembramos nuestras semillas y en
la vuelta cosechamos el resultado de lo que sembramos. Las personas
fraternas, que siempre intentan ayudar a quien está en agobio, crean lazos de
amistad y de gratitud. Eso es muy bueno.
También es muy bueno saber que ayudamos una persona cuando ella se
encontraba en un momento de aflicción o de necesidad. Es muy confortador
saber que fuimos útiles.
Pero hay también otros tipos de valores. ¿Vamos a ver quién consigue citar
el mayor número de valores?
El profesor debe incentivar respuestas y hacer una relación con los valores
que sean citados, recordando que hay los de la buena educación, del esfuerzo
propio, de la confianza en sí mismo, de la sabiduría, de la paz, del trabajo, de la
solidaridad, de la no violencia, del respeto, de los sentimientos de justicia, de
ética, etc.
Vamos ahora a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces para
armonizarnos... (Veinte segundos)
Vamos a imaginar que estamos en la cumbre de una alta montaña, en la
hora del amanecer. Aquí se puede sentir la paz de las alturas, las caricias de la
brisa a lo largo del cuerpo y la presencia grandiosa de la naturaleza. (Cinco
segundos)
De lejos, en el horizonte, el Sol empieza a surgir con todo su esplendor,
iluminando valles y montañas, despertando la vida... (Cinco segundos)
Cada uno ahora observe mentalmente los rayos luminosos del Sol naciente,
que ilumina su pecho... (Tres segundos), penetra en su corazón... (Tres
segundos), saca de su corazón todo sentimiento negativo... saca el rencor...
(Tres segundos), saca la rabia... (Tres segundos), saca las amarguras (Tres
segundos), saca las tristezas (Tres segundos), saca las preocupaciones... (Tres
segundos)
Sienta como su corazón se puso suave... iluminado... feliz... (Cinco
segundos)
Observe ahora, mentalmente, los rayos luminosos del Sol naciente, que
ilumina su cabeza, limpia su mente de todos los pensamientos contrarios a las
leyes cósmicas. (Cinco segundos)
Sienta su mente toda iluminada con la luz del bien, de la verdad, de la
paz... (Cinco segundos)
Hoy vamos hacer una relación de los valores que fueron tratados en
nuestros encuentros desde la última revisión.
Siempre que fuera posible o viable, el profesor debe incentivar comentarios
y/o socializar los temas.
Vamos ahora a relajarnos... a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces
para que armonicemos los ritmos internos.... (Diez segundos)
Piensen en sí mismos con mucho cariño. Imaginen sus cuerpos envueltos en
una luz suave, llena de paz. (Cinco segundos)
Piensen ahora en las personas que están enfermas... (Tres segundos), en
las personas que están pasando hambre o no tienen donde vivir... (Tres
segundos), en los niños abandonados... (Cinco segundos)
Ahora voy hacer una oración y vosotros acompañan, sólo en pensamiento:
“Dios, nuestro Padre, pedimos tu ayuda para todas las personas que están
sufriendo en este momento. Da alivio a todo dolor y ampara a los que están
pasando hambre o no tienen donde vivir. Ampara a los niños abandonados y
ayúdalos a encontrar a alguien que cuide de ellos. Finalmente te agradecemos
por todo lo que tenemos, por la familia, por el amor, por la vida, pues sabemos
que es ella, la vida, es la gran escuela de nuestro espíritu... Así sea.”
Pero hay un detalle. No siempre lo que nos gustaría recibir sería lo mejor
para nosotros. A causa de eso siempre es importante intentar actuar también
con sabiduría.
Veamos como ejemplo la cuestión de ayudar a los otros.
Cuando vivenciamos el mayor de todos los mandamientos de la Gran Ley,
que es el amor, nuestro corazón pide para ayudar a quién está necesitando,
¿verdad?
Existe una máxima muy interesante que dice así: “Que mi mente
aprenda a pensar con amor, y mi corazón a amar con sabiduría”.
Eso es importante porque hay mucha gente que le gusta aprovecharse de
la bondad ajena. Mucha gente que se aprovecha de los programas de ayuda
que el gobierno ofrece y, en vez de buscar un trabajo, se queda sólo recibiendo
esa ayuda. Hay personas que realmente no tendrían cómo vivir sin ella, pero
también hay mucho bribón beneficiándose cuando debería estar trabajando.
Muchas personas viven pidiendo limosna cuando podrían trabajar. Muchos
niños y jóvenes no se esfuerzan en los estudios y, al volverse adultos, siguen su
vida perezosa, mantenidos por los padres.
Hay personas que no aceptan cualquier trabajo y prefieren vivir de la
caridad ajena.
Vamos a ver un ejemplo.
Digamos que alguno de ustedes está comiendo en un restaurante con
sus padres y aparece un mendigo pidiendo dinero para comprar un pan,
diciendo que tiene hambre.
¿Qué creen ustedes, que sus padres deberían hacer?
Hay una idea muy interesante a ese respecto. Ella dice que la evolución
puede ser simbolizada por las dos alas de un pájaro. Una representa el amor, y
la otra representa la sabiduría.
Imaginen cómo sería un pájaro queriendo volar sólo con un ala.
Lo mismo ocurre con nosotros. Es importante que desarrollemos amor y
también sabiduría, que es lo mismo que equilibrio.
Vamos a buscar otros ejemplos de cómo se puede pensar con amor y amar
con sabiduría.
El profesor debe socializar el tema y ayudar los presentes a encontrar tales
ejemplos.
Vamos ahora a relajarnos... a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces
para armonizar nuestros ritmos internos.... (Diez segundos)
Vamos a imaginar que estamos en la cumbre de una alta montaña, al final
de la tarde. (Cinco segundos)
De lejos vemos el mar, bajo el horizonte luminoso de la puesta de sol...
Más cerca, el paisaje rodeado por montañas, ríos y valles...
Aquí, en lo alto de la montaña, podemos sentir la grandiosa paz de las
alturas, las caricias de la brisa a lo largo del cuerpo, y la presencia grandiosa de
la naturaleza. (Cinco segundos)
En lo alto, algunas estrellas empiezan a aparecer en el cielo como si
estuvieran diciendo: “Paz en la Tierra a las personas de buena voluntad”. (Cinco
segundos)
Y aquí en este lugar, delante del altar de la naturaleza, vamos a elevar
nuestro pensamiento a Dios, en una oración: “Padre de toda la vida, creador de
todo que hay, envuelve nuestro planeta Tierra en vibraciones de amor y de paz,
en toda su extensión. Bendiga la naturaleza... en el agua, en la tierra y en el
aire. Bendiga al ser humano, ayudando a todas las personas a volverse más
fraternas, más pacíficas y más justas. Ampara a aquellos que están sufriendo y
derrama en sus corazones la esperanza y la confianza. Bendiga a todos nosotros
que aquí nos encontramos y también a nuestra familia. Finalmente te
agradecemos por todo, porque todo en nuestras vidas representa lecciones para
nuestro crecimiento interior.”
Vamos ahora a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces para que nos
armonicemos... (Veinte segundos)
Vamos a imaginar que estamos en la cumbre de una alta montaña... (Cinco
segundos)
Aquí se puede sentir la paz de las alturas, las caricias de la brisa a lo largo
del cuerpo y la presencia grandiosa de la naturaleza... (Cinco segundo)
Intente sentir esta paz en todo su ser... (Tres segundos), paz en su
corazón... (Tres segundos), paz en su mente... (Tres segundos), paz en todo su
cuerpo... (Cinco segundos)
Ahora que estamos así, tan en paz, vamos a envolver nuestro planeta y
toda la humanidad en ese sentimiento.
Vamos a decir mentalmente, pero intentando sentir lo que decimos: Tierra
en paz... (Tres segundos), Tierra en paz... (Tres segundos), Tierra en paz... (Tres
segundos)
Vamos ahora a relajarnos... a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces
para armonizar los ritmos internos.... (Veinte segundos)
Vamos a imaginar que estamos en la cumbre de una alta montaña... (Cinco
segundos)
Aquí se puede sentir la paz de las alturas, las caricias de la brisa a lo largo
del cuerpo y la presencia grandiosa de la naturaleza... (Cinco segundo)
Cada uno de nosotros intente sentir esta paz en todo su ser... (Tres
segundos), paz en su corazón... (Tres segundos), paz en su mente... (Tres
segundos), paz en todo su cuerpo... (Cinco segundos)
Ahora que estamos así, tan en paz, vamos a envolver nuestro planeta y
toda la humanidad en ese sentimiento.
Vamos a decir mentalmente, pero intentando sentir lo que decimos: Tierra
en paz... (Cinco segundos), Tierra en paz... (Cinco segundos), Tierra en paz...
(Diez segundos)
Vamos aprovechar este momento para una oración: “Señor de la Vida,
pedimos tu bendición para nuestro planeta. Bendiga la Tierra, la naturaleza y
también a la humanidad; ayuda a las personas a que sean más pacíficas, más
fraternas y a que tengan más equilibrio en todo; bendiga nuestros hogares,
nuestros familiares y ayúdanos siempre a vivir la Gran Ley, la ley de amor;
también queremos agradecerte por la vida y por todo lo que ella nos da, pues
sabemos que es ella, la vida, es la gran escuela de nuestro espíritu... Así sea.”
Joselito vivía implicando con su hermano Carlitos, que era cuatro años más
nuevo que él. Encontraba que Carlitos era más bonito, tenía un cabello rubio,
encaracolado, y una sonrisa que lo tornaba muy simpático.
Todo lo que el hermanito hacía, Joselito iba luego a contarle a su madre,
con aquél aire de quien está denunciando algo errado que el hermano hubiese
hecho. A parte de eso, nunca perdía la oportunidad de dar unos golpes a
Carlitos, por cualquier motivo e incluso sin razón.
Cierto día Carlitos le contó a la madre que Joselito venía faltando a clases
en la escuela para ir a jugar futbol con los amigos... Ah, ¡para qué! Esto le rindió
media docena de puñetazos y algunos pellizcos.
Ante eso, la madre puso a Joselito de castigo: una semana sin televisión, sin
computador y sin paseos. Además, tendría que leer un libro en las horas libres,
cuando no estuviese estudiando.
Joselito odió tener que leer un libro. Tenía flojera de leer, pero de esa vez no
hubo forma. El libro escogido era sobre relacionamientos en familia, y, como la
madre le venía a preguntar diariamente lo que él había entendido sobre la
lectura del día, era preciso prestar atención.
Cierta noche, sin tener con qué ocuparse, Joselito comenzó a pensar en su
vida. Primero, sintió pena de sí mismo por causa del castigo, sin embargo fue
reflexionando más profundamente y llegó a la conclusión de que el castigo era
merecido. Así que, en ese rumbo de sus reflexiones, terminó concluyendo que él
tenía un serio problema con relación al hermano, pero no conseguía percibir
cuál sería la causa. Sabía que amaba a Carlitos, pero no conseguía controlarse.
Tenía siempre al chico en la mira de su atención, buscando algo de malo en el
hermano que pudiese mostrar a la madre. ¿Sería celos? ¿Sería envidia? “No,
¡claro que no!” pensó asustado.
Terminó adormeciendo y soñó que se encontraba en un lugar oscuro, muy
feo, y que huía de algunos seres extraños que lo perseguían, gritando:
– ¡Es celos! ¡Es envidia! Ese chico tiene envidia del hermano que es más
bonito que él, por eso es tan malo.
Joselito despertó con el corazón a saltos, la respiración jadeante y una
presión en el pecho.
Cuando consiguió calmarse, procuró descifrar el significado de aquel sueño,
o pesadilla. Pero no había nada para descifrar, estaba todo muy claro. Sentía
que realmente tenía celos, y peor aún, tenía envidia del hermano, por eso lo
maltrataba.
Se recordó vagamente de cuando era hijo único. Era él el centro de las
atenciones. Cuando llegaba una visita, todos los agrados eran para él. En el Día
del Niño y en Navidad, los mejores regalos eran siempre los de él. La madre
pasaba todo el tiempo libre con él... Ah, pero después que Carlitos nació, todo
cambió. El hermanito vino a tomar su lugar, ocupar sus espacios y, conforme
crecía, demostraba cualidades que él, Joselito, no poseía. Era un chico calmo,
amoroso y más inteligente que él.
¡Era eso! Lo que él sentía era realmente celos y también envidia de
Carlitos.
Joselito no le gustó de la idea de saber que era celoso y envidioso y fue
buscar en el libro que la madre lo había obligado a leer, alguna cosa que
pudiese ayudarlo. Leyó, de esta vez con gusto, y terminó comprendiendo
muchas cosas. Resolvió cambiar. A partir de entonces, dejaría de ver Carlitos
como a un rival y trataría de verlo como a un hermano, un hermano de verdad.
Por la mañana, bien temprano, fue a la pieza de Carlitos para despertarlo y
le dio un abrazo.
El chico extrañó aquella actitud, pero percibió luego que era de corazón y
comenzó a llorar, diciendo:
– Yo nunca pensé que fueses a gustar de mí algún día...
Joselito no aguantó... Con un nudo en la garganta, abrazó nuevamente al
hermano, sintiendo cuanto gustaba de él.
Sabía también que, de aquel día en adelante, los dos serían verdaderos
hermanos. Mismo que peleasen de vez en cuando, lo que sería natural, no
habría más agresiones ni implicancia. Nada de celos, mucho menos de envidia.
¿Y cuánto a vosotros? ¿Quién aquí encuentra que puede estar sintiendo
celos o envidia de alguien?
El profesor debe incentivar respuestas y socializar el tema.
Los celos y la envidia son sentimientos que van contra las leyes divinas, o
cósmicas.
Nosotros sabemos que esas leyes están en la conciencia del ser humano.
Tanto es verdad que, desde eras primitivas, las personas ya tenían nociones de
honestidad, justicia, fraternidad, respeto, etc. ¿De dónde vinieron esas
nociones, a no ser del propio espíritu humano, de su conciencia? Con esas
nociones los pueblos antiguos iban estableciendo sus leyes, de acuerdo con la
propia cultura, y podemos percibir también que ellas evolucionan, se van
volviendo más justas y más sabias de acuerdo con la propia evolución de las
comunidades humanas.
Tenemos, entonces, lo siguiente: cuando transgredimos la ley de la justicia,
de la fraternidad u otras leyes divinas, estamos entrando en conflicto con
nuestra conciencia. Esto genera desarmonía interior, una especie de
remordimiento, y ese remordimiento puede levarnos a la depresión o, entonces,
a desarrollar otras formas de enfermedades conocidas como psicosomáticas.
Cuando sentimos remordimiento por alguna cosa errada que hicimos, nos
quedamos mal con nosotros mismos.
¿Quién de vosotros ya sintió remordimiento alguna vez?
El profesor debe incentivar respuestas.
Muchas personas piden una media disculpa diciendo, por ejemplo: “fue
malo”.
Decir “fue malo” apenas informa que la persona entiende que no “fue
bueno”, pero esto no es exactamente un pedido de disculpas.
Las personas que no piden disculpas se vuelven desagradables y se quedan
conocidas por su falta de educación. Ya las personas educadas son bien vistas y
bienvenidas en cualquier lugar.
El profesor debe incentivar a los presentes a manifestarse sobre los asuntos
que fueron tratados y conducir la conversación para un saludable intercambio
de ideas.
Ahora vamos a relajarnos... a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces
para armonizar nuestros ritmos internos... (Veinte segundos)
Vamos a imaginar que estamos en una floresta, sentados al pie de una gran
árbol, apoyados en su tronco. (Cinco segundos)
Alrededor nuestro, está el verde de la vegetación, y allá de lo alto podemos
ver el azul del cielo por entre los follajes de los árboles. (Cinco segundos)
Vamos a inspirar el aire, calmamente, procurando sentir el olor de las hojas
de la arboleda, de la tierra y de las flores silvestres. (Cinco segundos)
Procuremos escuchar con nuestra imaginación el canto de los pájaros, el
sonido de las hojas que se tocan al sabor de la brisa, y un poco más lejos el
sonido del agua de un riachuelo, corriendo por entre las piedrecitas de su lecho.
(Cinco segundos)
Estamos en plena naturaleza, sintiendo paz, tranquilidad y alegría... (Cinco
segundos)
Vamos a reflexionar sobre lo que significa “amar y respetar la naturaleza”.
(Veinte segundos)
Vamos ahora a volver calmamente a nuestro ambiente y abrir
tranquilamente nuestros ojos.
El profesor debe preguntar a cada uno si consiguió realizar bien el ejercicio
e incentivar a los presentes a que hablen sobre la experiencia que vivenciaron.
Sugerencia: encerrar la reunión con una oración, pidiendo a Dios para
bendecir nuestro planeta y ayudar a la humanidad a volverse mejor, más
pacífica y más fraterna; pidiendo por la paz, salud y armonía en el hogar, y para
que todos puedan desarrollar los valores del espíritu.
Immanuel Kant fue un filósofo alemán que vivió en el siglo XVIII. Cierta vez
él dijo así: “Dos cosas me llenan el alma de crecente admiración y respeto: el
cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí”.
¿Qué os parece eso? ¿No es bonita esa admiración que él sentía por el cielo
estrellado y por la ley moral que se encontraba dentro de él?
¿Alguien sabe lo que él quiso decir con la idea de la ley moral encontrarse
dentro de él?
El profesor debe incentivar respuestas.
Há uma ley universal conocida como ley de causa y efecto. Todo efecto
siempre tiene una causa.
Basados en esa ley, los grandes maestros de la humanidad y los fundadores
de las grandes religiones de la Tierra enseñaron aquella regla de que hablamos:
“Sólo hacer a los otros lo que quisiéramos que los otros nos hagan”.
¿Vean sólo qué cosa más sencilla, verdad?
Cuando la humanidad obedezca esa ley tan sencilla, no habrá miseria, ni
tanta cosa mala que vemos todos los días ocurriendo por ahí.
Pero, cuando pensamos en sólo hacer a los otros lo que gustaríamos que
ellos nos hicieran, es necesario que nos pongamos en el lugar de ellos.
Digamos que le gusta menospreciar a su compañero, porque él es muy
pobre, no tiene un móvil y nunca jugó video juegos.
Entonces, antes de menospreciarlo, imagine que el pobre es usted; que su
padre se fue y su madre trabaja mucho para sostener a la familia; que el dinero
es tan poco que sólo da, mal y mal, para comprar comida y pagar el alquiler de
la casita donde vives.
Piense en las muchas dificultades que necesita afrontar para poder estudiar
y que, luego, luego va a tener que trabajar en las calles para ayudar a la
madre...
Así, si te pones en lugar del otro, vas a intentar ayudarlo, en vez de
criticarlo o maltratarlo, ¿verdad?
¿Vamos hacer un ejercicio?
Vamos, entonces, a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces para
relajarnos. (Diez segundos)
Ahora cada uno vaya pensando en una persona a quien menosprecia. (Diez
segundos)
Ahora vaya pensando en cómo sería si estuviera en el lugar de esa persona.
(Treinta segundos)
El profesor debe socializar el tema, preguntando a cada uno que sintió al
ponerse en el lugar de la persona a la cual menosprecia.
Y por hablar en causa y efecto, aquí va una pregunta importante: ¿por qué
viene ocurriendo tantas catástrofes como se ha visto en los últimos años, tales
como las devastadoras inundaciones, huracanes, etc.?
La respuesta es sencilla. Se trata del retorno de los actos del propio ser
humano. Movido por la ambición, él viene contaminando el aire con los humos
de las quemadas, de las fábricas, de los vehículos motorizados, generando el
efecto invernadero, y ese efecto viene cambiando el clima en la Tierra,
provocando esas catástrofes.
Otra pregunta: ¿por qué el agua potable en nuestro planeta está
empezando a agotarse?
También es por culpa del propio ser humano, que viene devastando las
florestas, no respetando ni mismo las nacientes de agua y los márgenes de los
ríos. A parte de eso, contamina los ríos y hasta incluso el propio mar,
provocando la diminución de las poblaciones de peces, que le dan alimento.
Como si no fuera suficiente, el ser humano va dejando su basura por donde
pasa. Bolsas plásticas que son dejadas en las playas o tirados en los ríos se van
para el mar, donde son confundidos con alimento y comidos por tortugas
marinas y otros animales, que llegan a morir.
Como podemos percibir, es muy importante que dejemos la basura donde
venga a ser debidamente recogida y, siempre que posible, apoyar e incentivar
la recogida selectiva, en la cual gran parte de esos residuos que tanto
damnifican la naturaleza pueda ser correctamente aprovechada.
Si queremos un mundo mejor, necesitamos esforzarnos, haciendo lo que
fuera posible.
Vamos ahora hacer una relación de acciones que pueden ser practicadas
por cualquier persona, adulta o niño, para proteger la naturaleza.
El profesor debe socializar la conversación, incentivando a los presentes a
que citen tales acciones y actitudes.
Sugerencia: encerrar la reunión con una oración, pidiendo a Dios para que
bendiga nuestro planeta Tierra, proteja y ampare a la naturaleza; ayude a las
personas a aprender a amar la naturaleza y a cuidar de ella, a que se vuelvan
más fraternos y pacíficos; pedir apoyo a quien está en dificultades, paz para la
Tierra, etc.
¿Quién sabe decir por qué Edu se esforzaba tanto para salvar a sus
pacientes?
El profesor debe incentivar respuestas y socializar la conversación,
recordando que la conciencia de Edu pesaba mucho a causa del hombre a quién
matara; así, salvar vidas era como si estuviera disminuyendo la propia culpa;
debe enfatizar también la importancia de actuar siempre bien, con honestidad y
con responsabilidad, para nunca generar pesos en la conciencia.
Pero existen también otros tipos de vicios, como los que envuelven juegos
electrónicos.
Hay personas que juegan durante algún tiempo y después van a cuidar de
otros quehaceres, sin ningún problema. Pero, cuando el juego se vuelve en un
vicio, él pasa a ser prioridad en la vida de esas personas. Es como el caso de
Jair. Cuando volvía de la escuela, venia por el camino anticipando el placer que
sentiría al jugar y, apenas entraba en su casa, corría luego para el video juego.
Mal hacía las tareas de la escuela y tenía gran dificultad para despertar por
la mañana, porque se quedaba jugando hasta la madrugada. Eso ocurría hasta
que los padres descubrieron lo que estaba ocurriendo. Fue aquel reto, y Jair
prometió que iría jugar sólo una hora por día, pero, como siempre ocurría con
los vicios, ellos son fuertes, y Jair terminó volviendo a los antiguos hábitos.
Para solucionar el problema, sus padres tuvieron que botar el video juego,
después de quebrarlo, para que no viniera a viciar a otros niños.
Fue muy difícil para Jair conseguir librarse de ese vicio. Él sufrió mucho,
pero finalmente consiguió.
Los juegos violentos o agresivos van creando la idea de que agredir y matar
es una cosa común, sencilla, sin problemas... Y eso queda en el inconsciente,
estimulando la violencia y destruyendo la afectividad.
Por eso, si va a jugar, busque juegos no violentos.
También las películas a que asistimos hacen el mismo efecto. Las escenas
que marcan quedan en nuestro inconsciente. Por eso, se quiere ver una
película, busque... hay muchas películas buenas, sin violencia y sin terror.
Ahora que ya hablamos sobre los vicios y sobre violencia, reflexionando
sobre el mal que ellos nos hacen, vamos hacer un ejercicio de armonización.
OBSERVACIÓN: Si posible, el profesor debe poner alguna música suave, de
preferencia que tenga canto de pájaros.
Las personas que producen películas y novelas, que crean juegos o escriben
libros, tienen una responsabilidad mucho más grande ante la vida a causa del
tipo de influencia que pueden ejercer.
Veamos un caso de buena influencia.
En 1912, hace cien años, la escritora americana Eleanor Porter lanzó la
novela titulada “Polyanna”. La repercusión de esa novela en el mundo entero
fue una impresionante ola de esperanza, de entusiasmo y de optimismo.
Esa novela cuenta la historia de Polyanna, una niña huérfana de madre, que
pide una muñeca en Navidad, pero, en la caja del regalo, en lugar de la muñeca
hay un par de muletas.
La decepción de Polyanna es muy grande y, cuando ella empieza a llorar, el
padre, muy sabio, la consuela diciendo que ella debe quedarse contenta.
– ¿Contenta por qué? – pregunta Polyanna. – Yo pedí una muñeca y recibo
un par de muletas.
El padre entonces le dijo:
– Pues debieras estar contenta por no necesitar las muletas.
A partir de entonces, Polyanna empieza a jugar lo que ella llama “el juego
del contento”.
Así, cuando el padre se muere y Polyanna es entregada a los cuidados de
una tía amargada, enfadada y exigente, en vez de sufrir con las maldades que
la tía le preparaba, Polyanna encuentra en todo un motivo para ser feliz.
¿El cuarto es muy pequeño? Mejor, así ella lo limpiará mucho más rápido.
¿No existen cuadros en la pared, como había en su casa? Qué bien, así ella
podrá abrir la ventana y mirar los cuadros de la naturaleza, en vivo.
¿No tiene espejo? Excelente, así no verá las pecas de su rostro.
Más tarde, ella acaba conquistando para el juego del contento a la
empleada e incluso a la propia tía, que se tornó una persona mucho mejor y
más animada.
Pues bien... eso fue en el inicio del siglo pasado, y hoy, la ciencia ya
demuestra que el estar contento es muy bueno para la salud, porque mejora
mucho el sistema inmunológico de las personas, ayudándolas a no enfermar.
Pero el estar contento, también es bueno porque nos deja con más ánimo, y
a todo el mundo le gusta la gente animada.
Es claro que hay situaciones en que es necesario protestar y hacer lo
posible para cambiar las cosas, pero eso es distinto.
Esa cuestión de la protesta tiene dos lados, uno bueno y otro malo.
El lado bueno es cuando usamos la protesta para una causa útil, digamos
que la calle en que vivimos está llena de charcos y falta alcantarillado,
entonces, nos unimos algunas personas y vamos hasta el ayuntamiento a
protestar y pedir soluciones...
Ese es el lado bueno de la protesta, cuando lo hacemos por un motivo justo
y buscando soluciones para algún problema.
El lado malo de las protestas está en aquellas que la gente hace por hacer,
sin una finalidad útil.
Hay gente que protesta porque está lloviendo, pero también protesta
cuando hace sol. Son personas que nunca están satisfechas.
Mucho mejor que reclamar es hacer alguna cosa para cambiar lo que
vemos que está mal. Si fuera una de aquellas cosas que no pueden ser
cambiadas, o que no tenemos condiciones para cambiarlas, entonces, vamos a
hacer “el juego del contento”... Es mucho mejor.
Digamos que el paseo que teníamos planteado para el fin de semana no lo
hicimos, por causa de la lluvia.
En vez de estar maldiciendo a la lluvia, vamos a estar contentos por
quedarnos en casa, abrigados de la lluvia. También podemos aprovechar para
leer un buen libro, conversar con la familia, dibujar, o también ver una buena
película.
De esta forma, con el “juego del contento”, siempre vamos a encontrar
razones para no protestar y estar contentos.
Ese tipo de acción sólo nos hace bien.
Entonces ¿Qué os parece? ¿Qué tipo de influencia esa escritora generó con
la novela “Polyanna”?
El profesor debe incentivar respuestas.
Entonces, cabe a nosotros sólo que acojamos aquello que la ley de Dios nos
informa que es bueno.
Pero nosotros también somos responsables por la influencia que ejercemos
junto a los otros. De la misma forma como los otros pueden influenciarnos,
también nosotros podemos influenciar los otros. Entonces, es ahí que también
entra nuestra responsabilidad, o sea, es importante que nuestra influencia sea
buena; que los consejos que podamos dar a alguien sean consejos basados en
la fraternidad, en la honestidad, en la paz y en lo que es justo.
Del mismo modo, es importante que los ejemplos que pasamos a los otros
sean buenos.
Vamos a ver quién sabe cuáles serían esos buenos ejemplos que podamos
pasar a los otros.
El profesor debe incentivar respuestas y socializar la conversación,
recordando que los buenos ejemplos que podemos dar a los otros son los de la
honestidad, de la no violencia, del respeto, de la fraternidad, de la buena
educación, etc.
¿Quién sabe decir por qué en nuestro planeta ocurren tantas cosas malas?
El profesor debe incentivar respuestas.
El amor es la base para que las personas convivan bien unas con las otras.
Cuando amamos nuestro prójimo, o sea, todas las personas con las cuales
convivimos, somos una presencia benéfica en nuestra comunidad. Así, cuando
la ley del amor es vivenciada entre las personas, todos se ayudan mutuamente
en las dificultades de la vida y nadie se pone a agredir ni a explorar a los otros.
Desafortunadamente no es eso lo que ocurre en la Tierra, porque aquí hay
mucha ambición, mucho orgullo, mucha ganancia y mucha violencia.
Las cualidades negativas han crecido tanto que muchos hasta critican a
quien intenta ser honesto y fraterno.
Fue el caso de un joven llamado David. Cierta vez, al ir al banco para hacer
unos pagamentos para la empresa en la cual trabajaba, el cajero se equivocó y
le dio quinientos reales a más, como cambio de cheque que había llevado. Ya
iba a salir del banco cuando percibió el equívoco del cajero.
¿Qué creen que hizo él?
El profesor debe incentivar respuestas.
Hay varias formas de colaborar para que nuestra familia humana viva
mejor:
1. Por lo bien que podemos hacer a los otros.
2. A través de los buenos ejemplos que demos.
3. Por las buenas enseñanzas que podemos pasar a los otros.
Actuando así, nosotros también podremos sentirnos más felices.
El profesor debe socializar el tema, recordando que quién ama no agrede,
no humilla, no perjudica, y todo lo hace para ayudar a los otros a que sean
felices.
Vamos ahora a relajarnos... a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces
para armonizar los ritmos internos.... (Diez segundos)
Piensen en sí mismos con mucho cariño. Imaginen sus cuerpos envueltos en
una luz suave, llena de paz. (Cinco segundos)
Piensen ahora en las personas que están enfermas... (Tres segundos), en
las personas que están pasando hambre o no tienen donde vivir... (Tres
segundos), en los niños abandonados... (Tres segundos)
Ahora voy hacer una oración y vosotros acompañan, sólo en pensamiento:
“Dios, nuestro Padre, pedimos tu ayuda para todas las personas que están
sufriendo en este momento. Da alivio a todo dolor y ampara a los que están
pasando hambre o no tienen donde vivir. Ampara a los niños abandonados y
ayúdalos a encontrar a alguien que cuide de ellos. Finalmente te agradecemos
por todo lo que tenemos, por la familia, por el amor, por la vida, pues sabemos
que es ella, la vida, la gran escuela de nuestro espíritu... Así sea.”
Vamos hacer una experiencia. Ustedes van a cerrar los ojos e imaginar
que están en una tienda de juguetes, llena de gente. (Tres segundos)
Cada uno de ustedes va a imaginarse que está buscando aquél
juguete que le gustaría ganarse como regalo. (Tres segundos)
De repente, aparece alguien muy apresurado y les da un empujón
para poder pasar. (Cinco segundos)
Muy bien, pueden abrir los ojos y decir lo que sintieron cuando
recibieron el empujón.
El profesor debe incentivar respuestas.
Ahora, cierren otra vez los ojos e imaginen que están en la misma
tienda llena de gente. (Tres segundos)
Cada uno de ustedes va a imaginar que continúa buscando aquél
juguete que le gustaría ganar. (Tres segundos)
De repente aparece alguien muy apresurado y les dice con
delicadeza: “¿Con permiso?”(Cinco segundos)
Ahora pueden abrir a los ojos y decir, cómo se sintieron cuando esa
persona apresurada, les pidió permiso para pasar.
El docente debe incentivar respuestas y analizar el tema, enfatizando la
importancia de la buena educación en cualquier lugar y en todas las
circunstancias; recordar que todos agradecen una actitud educada.
Pero hay también otros tipos de robo que no constan de las leyes humanas.
Ocurren cuando robamos la alegría de alguien, o entonces su paz; cuando
robamos el novio o novia de alguien; cuando somos demasiado ambiciosos y
acumulamos bienes sin necesidad, que podrían estar dando empleo a muchas
personas y la posibilidad de estar ganando el sostén de la familia.
Por eso siempre es bueno que nos acostumbremos a oír nuestra conciencia,
para saber lo que es correcto y lo que es equivocado.
El profesor debe incentivar a los presentes a que manifiesten sobre los
temas que fueron tratados y conducir la conversación para un sano intercambio
de ideas.
Vamos ahora relajarnos... a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces
para armonizar nuestros ritmos internos.... (Veinte segundos)
Imaginen que estáis en el campo... (Cinco segundos)
Hay arbustos floridos a su alrededor... (Tres segundos)
Mirando hacia arriba, ves el cielo, muy azul, con algunas nubecitas llevadas
suavemente por la brisa... (Cinco segundos)
Ves flores y nubes... Las flores nos hablan en alegría y amor... Su vibración
nos transmite ternura y contentamiento... (Cinco segundos)
Las nubes, pasando, indican que hay cielo, hay luz, hay vida que esplende
en otras infinitas dimensiones... (Cinco segundos)
Conecte su alma, su mente, su espíritu en esa luz... Luz de Dios que está en
las flores y allá de las flores; que está en las nubes y allá de las nubes; que está
en el azul del cielo y allá de ese azul... (Cinco segundos)
Repita mentalmente las siguientes palabras, intentando sentirlas en toda su
profundidad:
De la mente divina, luz infinita, fluya luz para mi mente... (Cinco segundos)
Que mi mente se ilumine y se ennoblezca en esa luz... (Cinco segundos)
Que esa luz divina recorra todo mi ser, para que yo vibre en la paz y en la
armonía... (Cinco segundos)
Del corazón del universo, fuente infinita y eterna del amor, fluya amor para
mi corazón... (Cinco segundos).
Que mis sentimientos se engrandezcan en ese afecto de Dios, en ese afecto
que vibra en todo el universo, dando a todo y a todos, razones para existir...
(Cinco segundos)
Que ese afecto ocupe todos mis espacios interiores... (Cinco segundos)
Paz y armonía en todo mi ser. (Cinco segundos)
Nosotros vamos a contar lo que ocurrió con Marcelo. Él era un niño muy
inteligente y tenía un buen corazón, pero le gustaba enfadar a los otros y tenía
también la manía de decir palabrotas.
Marcelo sabía que no se deben decir palabrotas, pero él terminaba siempre
diciendo algunas en medio de una frase.
Cierta noche, su padre le dijo:
– Hijo mío, tienes una noción muy clara de lo que es bueno y de lo que es
malo. ¿Por qué eliges siempre hacer lo que está mal?
– ¡Ah, papá! Es sólo de broma – contestó – Los otros saben que estoy
bromeando. No lo hago para ofender. En cuanto a las palabrotas, es mi forma
de ser cuando bromeo, no lo hago con intención de ofender. Como tú mismo
dijiste, sé lo que es bueno y lo que es malo, y puedo parar de hacer lo
equivocado a la hora que yo quiera.
– Cuidado, hijo – contestó el padre – Costumbre de casa se lleva a la
plaza. Además, debemos aprovechar siempre las oportunidades de hacer lo
que está bien.
– Quédate tranquilo, papá – contestó Marcelo. – Yo sólo quiero aprovechar
el tiempo de mi niñez. Cuando sea adulto, yo pararé.
Al día siguiente, cuando estaba cruzando la calle para ir al cole, Marcelo fue
atropellado y se golpeó la cabeza. Él no estaba muy magullado, pero había
perdido la memoria. Como no se acordaba del camino de casa, se perdió. Las
personas que había por allí intentaron ayudarle, pero Marcelo las asustaba y las
ofendía, pronunciando palabrotas absurdas y burlándose de ellas de manera
jocosa. Aunque sintiendo lástima del niño, nadie quiso llevarlo a su casa, así que
por decir tantas palabrotas y burlarse de la gente. Marcelo terminó durmiendo
en la calle, triste y solitario.
Al día siguiente despertó asustado en su propia cama, llorando e hipando.
Todo había sido una pesadilla.
Su padre, se despertó con el llanto de su hijo, fue a verlo. Marcelo contó el
sueño a su padre y éste le dijo:
– Hijo, creo que fue suficiente para que veas como son importantes las
costumbres que adquirimos. Son como nuestra tarjeta de visitas, en cualquier
lugar. Nosotros tenemos inteligencia para elegir entre el bien y el mal, pero
debemos también comprender que es importante grabar esas elecciones en el
alma, para el caso de que nos falte inteligencia algún día.
A partir de aquella noche, Marcelo cambió completamente. Es lógico,
después de la experiencia que tuvo con aquella pesadilla. ¿Verdad?
Muy bien, ahora vamos a cerrar los ojos y hacer algunas respiraciones
profundas para relajarnos. (Diez segundos)
Vamos a seguir con los ojos cerrados, sintiéndonos bien relajados.
Pensemos en nuestro planeta Tierra, tan lindo y tan maternal... (Cinco
segundos)
Pensemos en el cielo azul... (Tres segundos), en las matas verdes... (Tres
segundos), en el mar con sus olas acariciando la arena de la playa... (Tres
segundos)
Sintamos amor por nuestro planeta... (Cinco segundos)
Vamos ahora a pensar en la humanidad y enviar para todas las personas de
la Tierra un pensamiento de paz... (Cinco segundos), de afecto... (Cinco
segundos), de alegría... (Cinco segundos)
Vamos a imaginar que todas las personas que viven en la Tierra están
recibiendo ahora nuestras vibraciones de cariño, de paz y de alegría. (Cinco
segundos)
Vamos aprovechar este momento para una oración, que vosotros deben
acompañar sólo con el pensamiento: “Dios, nuestro creador, estamos aquí más
una vez para pedir que protejas, a nosotros y a nuestros familiares, y que nos
conduzcas siempre por caminos honestos, justos y fraternos. Pedimos tu apoyo
para la humanidad entera. Ayuda a los que están sufriendo, los que están
enfermos y aquellos que no tienen un hogar. Pedimos también por los malos...
Ayúdalos a que comprendan sus errores y a que intenten a mejorarse. Por fin
queremos agradecerte por la oportunidad que tuvimos para estos encuentros
sobre los valores más nobles del espíritu; por todas las bendiciones que nos has
proporcionado, por nuestra familia, por el afecto... Te agradecemos por todo lo
que la vida nos da, pues sabemos que es ella, la vida, la gran escuela de
nuestro espíritu. Así sea.”
Fue así que los niños consiguieron salirse de la difícil situación en que se
encontraban y, al mismo tiempo, hicieron inmenso favor a los ex-tristes,
sacándolos de aquella condición tan deprimente.
El profesor debe incentivar los presentes a que se manifiesten sobre los
temas que fueron tratados y conducir la conversación para un sano intercambio
de ideas.
Vamos ahora a relajarnos... a cerrar los ojos y respirar hondo algunas veces
para armonizar los ritmos internos.... (Diez segundos)
Piensen en sí mismos con mucho cariño. (Cinco segundos)
Imaginen sus cuerpos envueltos en una luz suave, llena de paz. (Cinco
segundos)
Piensen ahora en las personas, egoístas y ambiciosas que tanto mal hacen
a tanta gente... (Cinco segundos)
Ahora voy hacer una oración y vosotros acompañan, sólo en pensamiento:
“Dios, nuestro Padre, pedimos tu ayuda para todas las personas que son
egoístas y ambiciosas... Ayuda a esas personas a que perciban el mal que están
haciendo a los otros y a sí mismos, al manchar así la propia consciencia.
También queremos agradecerte por la vida y por todo que ella nos da, pues
sabemos que es ella, la vida, la gran escuela de nuestro espíritu... Así sea.”
Muy bien, ahora vamos a cerrar los ojos y hacer algunas respiraciones
profundas para relajarnos. (Diez segundos)
Vamos a seguir con los ojos cerrados, sintiéndonos bien relajados.
Pensemos en nuestro planeta Tierra, tan lindo y tan maternal... (Cinco
segundos)
Pensemos en el cielo azul... (Tres segundos), en las matas verdes... (Tres
segundos), en el mar con sus olas acariciando la arena de la playa... (Tres
segundos)
Sintamos amor por nuestro planeta... (Cinco segundos)
Vamos ahora a pensar en la humanidad y enviar para todas las personas de
la Tierra un pensamiento de paz... (Cinco segundos), de afecto... (Cinco
segundos), de alegría... (Cinco segundos)
Vamos a imaginar que todas las personas que viven en la Tierra están
recibiendo ahora nuestras vibraciones de cariño, de paz y de alegría. (Cinco
segundos)
Vamos aprovechar este momento para una oración, que vosotros deben
acompañar sólo en pensamiento: “Dios, nuestro creador, estamos aquí más una
vez para pedir que nos proteja, a nosotros y a nuestros familiares, y que nos
conduzca siempre por caminos honestos, justos y fraternos. Pedimos tu apoyo
para la humanidad entera. Ayuda a los que están sufriendo, los que están
enfermos y aquellos que no tienen un hogar. Pedimos también por los malos...
Ayúdalos a que comprendan sus errores y a que intenten mejorarse. Por fin
queremos agradecerte por todas las bendiciones que nos has proporcionado,
por nuestra familia, por el afecto... Agradecemos por todo lo que la vida nos da,
pues sabemos que es ella, la vida, la gran escuela de nuestro espíritu. Así sea.”
Hoy vamos hacer una relación de los valores que fueron tratados en
nuestros encuentros desde la última revisión.
Siempre que sea posible o viable, el profesor debe incentivar comentarios
y/o socializar los temas.